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LRS 065

24 mayo, 2022

Capítulo 65

Aven se tragó el pánico cuando surgieron preguntas sobre la droga, lo que no esperaba. No pudo ocultar el temblor en sus ojos. Esta reacción fue observada por Vivi, que estaba atenta.

[¿Qué pasaría si alguien le diera este tipo de droga a un niño recién nacido, que aún no ha pasado por su primera humanización…?]

La hipótesis de Ahin se convirtió en una realidad absoluta ante ella. Sintiendo que iba a perder fuerza en sus piernas, Vivi se estabilizó con determinación. Fue un alivio que no se hubiera desmayado. En su cabeza, en el fondo, ya lo sabía,. Pero ella no quería admitir que todo su tiempo como conejo… Tal vez quería escuchar de su madre que no era cierto.

‘Al final del día, yo…’

Debido a las drogas, debido a la codicia de su madre, estuvo atrapada en el cuerpo de un conejo bebé toda su vida. Contuvo las lágrimas mientras apretaba los dientes. No quería llorar allí.

Vivi, que estaba tratando de controlar su respiración, de repente sintió una energía desconocida arremolinándose alrededor de su cuerpo. Era como si alguien estuviera liberando feromonas cerca.

«¿Dónde?»

No era Aven, quien estaba justo frente a ella. Un sudor frío corría por la espalda de Vivi, quien tenía todos sus sentidos en alerta. De repente, le gritó a Aven.

«¡¡Bajate!!»

«¿Qué estás haciendo-Ahhh!»

Al mismo tiempo en que ambas se tiraron al suelo, una de las paredes fue destruida por una explosión.

“¡Argh!”

Escombros fueron esparcidos alrededor.

«¡Ahhh!»

«¡¡Corran!!»

La confusión fuera del salón de banquetes, que parecía haber empeorado, ahora había invadido el interior. Olvidándose de respirar, Vivi, esperando una segunda explosión, levantó la cabeza. Había algo ardiendo junto a la pared, ni cerca ni lejos de donde ella estaba. No hubo una segunda explosión, pero el caos continuó. Los ojos de color violeta claro estaban ligeramente nublados, y luego se volvieron más y más vivos. Vivi, recuperando sus sentidos, se sentó rápidamente.

«Eso…»

Sus ojos estaban llorosos, y todo en lo que podía pensar era en el hecho de que ninguna fiesta normal tenía explosiones e incendios. Tal vez el haber entrado a escondidas allí podría tener algo que ver con eso… no podía ser atrapada en la escena del crimen.

‘… ¡Si Ahin se entera…!’

Vivi, golpeándose ambas mejillas para despertar del susto, imaginó colmillos blancos destellando frente a ella. Su mente inmediatamente se quedó helada. Tenía que salir de allí. Encontrarse con Ahin en tal situación sería el camino más corto al infierno.

«Qué está pasando… ¿Cómo podría pasar algo así en la mansión del líder del clan…»

Aven, todavía acostada debajo de Vivi, habló con voz atónita. Vivi, sin querer ver su rostro, se puso de pie, evitando su mirada.

“…Alguien desencadenó esto usando feromonas. Tienes que salir de aquí e ir a un lugar seguro.”

«¡¡Lady Aven!!»

Un hombre vestido con armadura se acercó a los dos. Al darse cuenta de que él era el caballero que había venido como escolta de Aven, Vivi les dio la espalda a ambos.

“Vete con tu caballero.”

«¿Y tú?”

Aven, agarrando la muñeca de Vivi, preguntó, con los ojos brillantes.

«¿Para dónde vas?»

Aven ni siquiera se había dado cuenta de que alguien había usado feromonas. Vivi, por otro lado, no solo se había dado cuenta, sino que estaba preparada de antemano. Para un herbívoro, cuyos sentidos no tienen nada especial, era una gran cosa.

«Es peligroso andar sola, hija.»

No podía dejarla escapar. Para Aven, solo quedaba Vivi quien ahora estaba al borde del precipicio. Sintiendo la fuerza que su madre puso en su muñeca, Vivi se volvió hacia Aven.

«…Suéltame.»

“Finalmente nos volvimos a encontrar, ¡No te dejaré ir así! Ven con tu madre.”

Las palabras de Aven confirmaron sus intenciones a Vivi.

“Ven conmigo y hablemos más tarde. Sobre la maldición y sus feromonas. No podíamos hablar antes porque eras un conejo bebé…”

“…No era imposible para nosotras hablar solo porque yo era un conejo. La cosa es que nunca te interesó lo que tenía que decir, madre.”

Vivi, apartando la mano de Aven, se mordió el labio. Aunque sería difícil, con un poco de dedicación, era posible entenderla. Como Ahin, que le asignaba señas para comunicar lo que quería, o Meimi, que observaba su comportamiento y memorizaba patrones para preparar lo que necesitaba. Además, siempre podía señalar sí o no con las patas y la cabeza. Podría haber tenido varias conversaciones si hubiera habido algún interés.

«No voy a ir contigo, madre.»

Vivi dio un paso atrás. La luz de las llamas, a lo lejos, tiñó sus ojos de escarlata. Era una determinación de que las palabras no cambiarían.

“Berderick.”

Aven, frunciendo el ceño, ordenó al caballero.

«Captúrala».

«… ¿Está hablando de esta dama…?»

“Mientras no haya nadie mirando, rápido. Incluso si tienes que hacer que se desmaye, saquémosla de aquí.”

Cualquiera que fuera la razón de ese lío, era bueno para Aven que la fiesta estuviera un caos. Si perdía de vista a Vivi ahora, no sabía cómo encontrarla de nuevo. Y no había duda de que Ahin Grace estaba involucrado de alguna manera.

«¡Date prisa!»

«¡Sí señora!»

El caballero se colocó entre Aven y Vivi.

«No quiero lastimarla, señorita, así que le sugiero que coopere.»

Mientras tanto, Vivi deslizó el reloj de Ferenuim, que estaba atado a su tobillo, a su mano y tragó. Aven parecía decidida a hacer cualquier cosa para obligarla a ir a la mansión Labian. Traer de vuelta a una niña que una vez fue abandonada sería una fuente de muchos chismes en la sociedad aristocrática, lo que afectaría la reputación de la familia. Y eso era lo que Aven odiaría más que cualquier otra cosa.

‘…¿Por qué?’

Aunque tenía feromonas poderosas, el oponente de Vivi era un caballero profesional, que había estado entrenando su cuerpo y cómo usar sus feromonas en forma humana durante décadas. Cuando el caballero sacó su espada, la boca de Vivi se secó.

‘¿Y ahora?’

De la nada, un combate cuerpo a cuerpo con un caballero de alto nivel. Existía una buena posibilidad de que ni siquiera tuviera tiempo de activar sus feromonas, quedando inconsciente antes de eso. A pesar de mantener una expresión fría en su rostro, las piernas de Vivi temblaban bajo su vestido. Podía rendirse y correr para mezclarse con la multitud… O dar un cabezazo cuando el caballero se distraiga… Solo se le ocurrían tácticas absurdas.

«¡¡Un incendio, ayuda!!»

Un anciano llegó corriendo al ver al caballero de Aven. Vivi, con los ojos brillantes, dio un paso adelante, cuando algo negro saltó sobre el secuaz.

«¿Ash?»

El caballero, golpeado con fuerza, se tambaleó y cayó hacia atrás. Ash se interpuso entre él y Vivi.

‘Ella se había quedado con Restin… ¿se escapó?’

Vivi levantó la vista, tratando de entender la situación.

«¿Quinn también?»

El águila, después de volar en un gran círculo, se posó en su brazo. Su mirada estaba llena de críticas. Aparentemente, ella no había sido perdonada por su escape de la mansión Grace. Vivi se puso pálida. La presencia de Quinn significaba que Ahin estaba al tanto de la situación y no podía estar muy lejos.

«¡¿Qué pasa con estos animales salvajes?!»

Preguntó Aven. Mientras tanto, el caballero, levantándose, preparó de nuevo su espada.

“Lady Aven, esos depredadores…”

Se tapó la boca con la mano, avergonzado. Una pantera negra y un águila, al servicio de una mujer-bestia liebre. Vivi, de pie entre los animales, con el pelo y el vestido ondeando al viento, no parecía real.

«Estoy segura de que puedes manejar una bestia o dos.»

«Pero tendré que usar mis feromonas… Podría lastimar a su hija.»

«Ya te dije que está bien si ella se desmaya.»

Los ojos de Vivi se movieron de un lado a otro. Todavía no había nadie alrededor, y las pocas personas en la distancia estaban ocupadas evacuando o tratando de apagar las llamas. En forma humana, ella era demasiado grande para montar a Ash y huir. Y si intentaba tumbarse en el suelo y ser arrastrada, no estaba segura de que la fuerza de sus brazos fuera suficiente para evitar que se soltara.

Vivi volvió a presionar el reloj bajo su palma. Mirando a los ojos del hombre, se inclinó hacia Ash. Si activaba el Ferenium y liberaba sus feromonas al caballero al mismo tiempo… ¿sería posible no volver a su forma de coneja? Si era una batalla de feromonas y no de fuerza, al menos tenía una oportunidad. Tomando una respiración profunda, Vivi comenzó a invocar las feromonas de su cuerpo. Era una apuesta.

 

***

 

Después de escuchar una explosión no identificada, Rune saltó de un puente y corrió hacia el caos sin dudarlo. También era donde Ash había ido después de deshacerse de Restin.

«¡Nos encargaremos del fuego pronto, evacuaremos al edificio principal de la mansión!»

Corriendo desde la dirección opuesta a la evacuación de las personas, Ahin sintió una punzada en el estómago. La causa fue la persona que corría en la misma dirección que él, Rune. Ahin lo miró a los ojos mientras corría, ardiendo de impaciencia.

«Lord Manionz, ¿qué hay en esa dirección?»

Ahora que se había descubierto la presencia de Ash en la mansión, Rune, pensando que era imposible que Ahin no lo hubiera deducido, respondió enojado.

«¿No sabe? Es la coneja.”

“¿Y por qué vas al lugar donde está ella?”

«Por supuesto que es porque estoy preocupado, ¡ack!»

Rune, quien recibió una patada repentina, cayó al lago.

«¡¿Estás loco?!»

Rune echó hacia atrás su empapado cabello rosado. Ahin se detuvo en la orilla del lago, mirando su cuerpo medio sumergido.

“Solo quédate ahí y refréscate.”

«¿Qué? ¿Por qué eso?»

«Porque no deberías ser tú quien tenga que preocuparse por ella.»

Ahin, dejando escapar una voz malvada, salió del lago. Los ojos que se podían ver a través del cabello plateado tenían una expresión que Rune nunca había visto antes. De hecho, ni siquiera recordaba que Ahin mostrara emoción alguna. Al menos desde que su padre había muerto… Sentado junto al lago mirando al vacío, Rune se rió entre dientes. Debe haber cruzado alguna línea que no estaba destinada a ser cruzada.

Ahin siguió corriendo, sin ver a casi nadie excepto a las personas que intentaban contener el fuego. Se detuvo y apretó los puños. Hasta que miró de lejos y vio. Aven Labian, su caballero de escolta, y… Vivi.

El viento, calentado por las llamas, sopló. Levantando la vista del vestido plateado, miró el cabello blanco que flotaba. A primera vista, pensó que estaba equivocado, ya que ella parecía una mujer realmente noble. ¿De dónde sacó ese vestido y quién hizo este peinado? Era absurdo, pero no podía quitarle los ojos de encima.

Ese cuerpo pequeño bajo la luz de la luna, que parecía que iba a desaparecer en cualquier momento… A pesar de estar juntos todos los días, Vivi seguía creciendo a un ritmo increíble cuando Ahin no estaba allí.

 

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