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LRS 064

19 mayo, 2022

Capítulo 64

El viento frío de la noche castigó el cuerpo de Vivi. Bajando el abanico que cubría su rostro, miró hacia arriba e hizo contacto visual con la dama en el porche de arriba.

‘…Madre.’

Como de costumbre, los ojos violetas de Aven miraban hacia abajo. Ella era la misma de siempre. Su cabello blanco y lacio y sus ojos elegantes la distinguen como una persona de sangre noble. El cabello de Vivi de repente se veía patéticamente desordenado, habiendo pensado que era similar al de su madre.

Sin embargo, Aven se veía mucho más delgada que la última vez que la había visto. Los huesos que sobresalían bajo el vestido de terciopelo eran prominentes.

Vivi se había olvidado de los ruidos fuertes fuera del salón de banquetes, lo que la motivó a salir corriendo a comprobarlo antes. Ella había venido aquí solo por ese momento, pero estaba paralizada. Ninguna de las dos se movió. Pasaron los segundos, y luego los minutos. Los labios de Aven se separaron después de mirar hacia abajo durante mucho tiempo.

«…¿Eres tú? ¿Vivi?”

Era un tono de voz tan afectuoso que jamás había oído desde su infancia. Ahogada, ella no pudo responder.

«¡Espera un minuto, ya voy hacía ti!»

Vivi asintió sin darse cuenta. Nerviosamente, Aven se giró rápidamente. La falda larga del vestido impedía sus movimientos.

«¡Esperame!»

Aven, olvidando las formalidades y enrollando la falda de su vestido, corrió. Pronto llegó al lugar debajo de la terraza donde Vivi acababa de caer. La respiración de Aven estaba entrecortada por correr.

«Vivi…»

Levantándose del suelo y sacándose el polvo del vestido, Vivi giró su mirada hacia ella. Una lámpara brillante proyectaba sombras sobre su rostro. Aven no podía apartar los ojos de Vivi, pensando.

‘El cabello blanco, la boca ligeramente levantada, la piel blanca como la nieve y el cuello gracioso… rasgos típicos de la familia Labian. Definitivamente es mi hija.’

«¡Ahhh!»

Se acercó con los pies temblorosos y la abrazó con fuerza.

«¡Mi bebé!»

Vivi podía sentir su corazón latir contra su cuerpo. Sus dedos se cerraron automáticamente contra la cintura de su madre, como para recuperar lo que habían perdido. Aven acarició la mejilla de Vivi con una mano temblorosa. La otra mano permaneció en su cintura.

«Es imposible que no reconozca a mi bebé, que se parece tanto a mí.»

A diferencia de Aven, quien estaba extasiada por la dramática reunión, las emociones de Vivi la sorprendieron. Estaba muy tranquila. Quizás por la actitud de su madre, que había cambiado de la noche a la mañana. Era como si estuviera confirmando que la única razón por la que había abandonado a su hija era porque no había logrado humanizarse.

“¿Cuándo y cómo te humanizaste? No puedo creerlo… Vivi, di algo, quiero escuchar tu voz.”

Pensando que sería mejor si actuaba bruscamente como de costumbre, Vivi dió un paso atrás.

«…Te estaba buscando.»

Los ojos de Aven se abrieron cuando escuchó la voz de Vivi. Estiró el cuello y, secándose las lágrimas, se acercó de nuevo.

«Yo también, mi bebé. Acércate y déjame ver tu cara.”

Vivi estiró el brazo para que su madre no se acercara más. Los contactos innecesarios podrían causar confusión en su mente, que estaba tranquila y clara.

“Me alegro de haberte encontrado, madre, y no mi padre. Hay algo que quiero preguntar.”

«¡Claro que sí! Si tienes algo que preguntar, deberías buscarme a mí, no a tu padre.”

De hecho, Vivi no podía recordar cómo era el rostro de su padre. Después de que ella cumpliera 5 años y no se humanizara, él le dio la espalda y nunca más la volvió a mirar. Para él, que tenía tantos hijos, una criatura imperfecta no era más que una molestia. Vivi tendría muchos más problemas para caminar por el salón de banquetes buscándolo, ya que no sabía cómo era su rostro.

«Responderé cualquier cosa que quieras saber. ¡Tengo tanto que contarte!»

Aven, que no podía apartar los ojos de Vivi, parecía emocionada. Ella respiró hondo.

«Primero, quiero hablar sobre abandonarme en el bosque fronterizo.»

«¡No fue un abandono, cariño!»

Aven parecía saber que su actitud actual era contradictoria. Respondió con calma, manteniendo deliberadamente su mano en la cintura de su hija.

«Déjame explicarte todo.»

“No, ya lo sé todo. Probablemente fue por la “maldición”. El sacerdote del templo no se acobardó en decir todo frente a mí”.

Feliz de que su voz no flaqueara, Vivi se mordió el labio. Esta conversación con su madre, que estaba paralizada y parecía sin aliento, solo fue posible porque ella se había humanizado.

“…¿Pero no es extraño? El sacerdote dijo que estaba maldita y por eso no me humanizaría, pero si ese es el caso, ¿cómo estoy enfrentando a mi madre en este momento?”

“Yo… Vivi, escúchame…”

«Yo hablo primero.»

Vivi escondió sus dedos temblorosos detrás de su espalda. Los ojos de Aven, llenos de lágrimas como si realmente la amara, eran a la vez divertidos y desgarradores.

«Me he estado preguntando. Si fui maldecida por Dios, pero todavía estoy humanizada… ¿Cómo hice eso? No recuerdo haber roto la maldición.»

«Vivi…»

Antes, Vivi ni siquiera podía pensar en la maldición. La voz del sacerdote apareció en sus pesadillas, atormentándola. Cuando el sueño llegaba a la peor parte, Ahin jalaba sus mejillas para despertarla. Pero cuando se despertaba, no podía recordar bien las pesadillas.

“Sé que mi existencia obstaculizó las perspectivas de que Kairi se convirtiera en el sucesor de la familia. Por no poder humanizarme incluso después de llegar a la mayoría de edad, ciertamente le pondría una mala reputación.”

Tomando una respiración profunda, continuó antes de que su madre pudiera hablar.

“Todos mis medios hermanos se humanizaron más rápido que el promedio. Por eso, algunos decían que yo era fruto de una aventura extramatrimonial de mi madre.”

“¡No lo creas! ¡Definitivamente tienes sangre Labian!”

“Por supuesto, ese rumor era falso. Mi madre es una mujer demasiado orgullosa para hacer algo así.”

También era una persona con una fuerte sed de poder. Sin embargo, Vivi no pronunció esas palabras en voz alta.

“De todos modos, sería ambiguo decir simplemente que no soy una Labian, por lo que tú tendrías que poner una excusa. Algo para justificar mi no humanización mientras silenciaba los rumores sobre mi madre y no dañaba a mi padre.”

Vivi sintió que estaba llegando a la respuesta correcta. Las manos de Aven estaban sudando.

«Así que no tenía mejor plan para ti que inventar una maldición.»

No había forma de probar si la maldición existía o no, ya que era algo desconocido y, sin embargo, todos lo creerían. El hecho de que un sacerdote hubiera proclamado su existencia también le daba credibilidad.

“En el camino hacia aquí, estaba recordando la última visita que fui contigo al templo, madre. Y el sacerdote que dijo que estaba maldita… Su apellido era Eugenia, ¿no?”

Vivi habló después de morderse el labio.

«…Él era de tu familia, madre.»

Aven Eugenia. Ese era el nombre de su madre antes de casarse con Lord Labian.

«Dime. ¿Estoy maldita o no?”

Vivi sabía que no era una maldición, solo quería confirmación.

«Eso…»

Aven se quedó sin habla. La Vivi que conocía era solo un conejo bebé que siempre se escondía en los rincones, y nunca supo que tenía un espíritu tan determinado. Así que trató de mentir para aprovechar esa naturaleza gentil, pero Vivi, inesperadamente, no se dejó influir por las súplicas de Aven.

Cerrando la boca, sintió una mezcla de vergüenza y alegría. Después de alcanzar la mayoría de edad, Vivi era una candidata mucho mejor para ser la sucesora que Kairi, a quien solo le importaba divertirse. Tenía que traerla de vuelta a la familia. Aven estaba más que complacida con Vivi, lo que la llevó a esa conclusión.

“Sí, lo arreglé con el sacerdote para decir eso. Es verdad.»

La expresión de Vivi, mientras luchaba por mantener la calma, se dividió. No tenía idea de si estar feliz o resentida por el hecho de que la maldición era completamente falsa.

“Sabes, el mundo de los nobles es como una jungla. Para sobrevivir, algunos animales incluso abandonan a sus crías.”

«No somos animales, somos hombres-bestia.»

“Es verdad, somos más crueles y más débiles que los animales. Enviarte allí fue una elección que hice pensando en la supervivencia de la familia. Y lamento esa elección.”

«…Enviaste gente para confirmar que realmente estaba muerta.»

“¡Oh, por supuesto que no! Esperaba que pudieran traerte de vuelta.”

Aven hizo una voz dulce, que sabía que a Vivi le gustaba.

«Perdóname. Estoy segura de que, en mi lugar, cualquiera haría la misma elección.”

Una disculpa que Vivi nunca pensó que escucharía salió de su boca. Con una expresión confusa, Vivi bajó un poco la cabeza. Aven aprovechó la oportunidad para mirar su rostro en detalle.

“Yo era la persona más ansiosa de todos por verte humanizada. No imaginé que serías una persona tan hermosa y fuerte.”

Se quitó una hebilla del cabello y se lo colocó a Vivi. Era una violeta, la flor símbolo de la familia Labian.

“…Madre, no tienes que poner excusas para justificar tirarme. De hecho, estoy agradecida por eso.”

Vivi habló después de estar en silencio durante mucho tiempo.

«…¿Vivi?»

Aven, que esperaba que ella mostrara gratitud por los cumplidos, frunció el ceño.

“Pude entrar en el territorio de las panteras negras y descubrí la verdad. Si me hubiera quedado dentro de la mansión Labian, nunca me habría enterado.»

«¿De qué estás hablando?»

“…Madre, me humanicé porque absorbí feromonas.”

«¿Qué?»

Vivi explicó brevemente sobre sus días en el territorio de las liebres. No era como si nunca hubiera encontrado feromonas, lo que hizo incluso con las feromonas sexuales que los sirvientes exhalaban cuando tenían sus encuentros secretos dentro de su habitación.

Pero en ese momento, ella no había respondido en absoluto, hasta que estuvo expuesta a las feromonas de un depredador. A juzgar por las diferencias en la situación…

«Mis feromonas son tan poderosas que solo respondo a feromonas extremadamente fuertes.»

«… ¿Tus feromonas?»

Vivi asintió, cerró los ojos y los volvió a abrir.

«Es un nivel tan alto que no coincide con el linaje de Labian.»

“Qué absurdo, ¿cómo puede ser esto…?”

“Así que quería preguntarte directamente. Por casualidad, alguna vez…”

Frente a frente con Aven, abrió la boca un momento después.

«¿Alguna vez me has dado alguna droga potenciadora de feromonas en el pasado?»

 

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