Mi amuleto era demasiado delgado para detener la flecha afilada y resistente.
Pero independientemente de la eficacia de la magia defensiva se activó o no, perdió el color oro original y se volvió bronce.
Lo miré con curiosidad y pregunté.
-“¿No lo tiraste?”
‘Por supuesto que pensé que lo tiraría.’