Episodio 62.
«¿Enfermedad mortal…? ¿Qué quieres decir?»(Luca)
«Lo estoy diciendo como una suposición. En realidad no es así.»(Lía)
Por un momento casi me golpeo el hocico con fuerza sin darme cuenta*.
(N/E: *Casi comete un error por habar de más.)
Incluso bromas como esa… Le estoy diciendo al chico que está pasando un mal momento debido la Emperatriz que yo no estoy lejos de esa situación.
‘Lo siento profundamente’ – No pude hacer contacto visual, pero Luca dijo, mirándome de cerca con sus rojos ojos como el atardecer.
«Si realmente lo tienes*, te salvaré sin importar qué. No existen las enfermedades mortales. Tienes que quedarte conmigo.»(Luca)
(N/E: *Se refiere a la enfermedad mortal.)
(N/E: Se nos viene el Tóxico.. Jaja.)
La apuesta está liquidada con esa mirada persistente con la cual añadió: «Eso fue lo que me dijo Lía.»
Ni siquiera podía hacer la pregunta en mi cabeza, a regañadientes, ‘¿Estoy contigo?’
«Incluso si es una broma, por favor no hagas una broma así.»(Luca)
Dado que Luca no podía pellizcarme, simplemente me alisó las mejillas como siempre lo hacía y dijo:
«Has sido mala esta vez, hermana.»(Luca)
Mirándolo murmurando con los ojos ligeramente rojos, sentí que había hecho algo malo, así que salté de mi asiento y dije:
«¡Por supuesto que es una broma! ¿Por qué iba a morir, dejándote atrás?»(Lía)
Fue entonces cuando vi a Luca sonriendo y me dolió el corazón porque me gustó lo que agregó al final.
En ese momento, pude sentir algo sospechoso en el fondo de mi corazón… ‘Esto debe ser…’
‘¡Que no sea tan fuerte como antes!’(Lía)
Estaba a punto de sangrar, así que rápidamente saqué un pañuelo.
‘Ahora, estaba casi resentida por esta fina concha*.’ (Lía)
(N/E: *Fina Concha = cuerpo delicado.)
Cuando me ví a mi misma así y ví a Luca acercándose a mí, diciendo: «¿Qué esta pasando?» …De repende, escuché las palabras del cochero.
«Estamos aquí, Su Gracia.»
Quería gritar el buen momento en que escuché la voz y la puerta abrirse pero Luca estaba prestando atención a mi comportamiento anormal sin escuchar la noticia de nuestra llegada dichas por el educado jinete.
Cuando sentí que mi paciencia estaba realmente al límite, una voz familiar vino desde lejos.
«¡Lía! ¡Laveria!»(Rachel)
¡Era la voz de Rachel, como si hubiera horneado una olla de fuego!
Ella agarró a Luca por la espalda y le preguntó qué estaba haciendo que no salía del carruaje.
«¡Lía!»(Rachel)
Rápidamente tosí sobre mi pañuelo cuando revisé a Luca, quien estaba siendo arrastrado hacia abajo del carruaje por la fuerza.
«¡Cof, cof!»(tos)
Revisé y encontré sangre en él también. Incluso si no es tanto como ayer, este hermano y hermana harían un escándalo.
«¡Lía! ¿Qué está pasando? ¿Estás bien? ¡Voy a buscar una poción que sea buena para tu resfriado!»(Luca)
«¡Lía, estás resfriada! ¿Qué quieres decir?»(Rachel)
«Oh Dios mío»(Lía)
Sintiendo el sabor a sangre de pescado, me limpié la boca y arrojé el pañuelo por la ventana. Había un gran lago justo al lado de la parada de carruajes, por lo que el pañuelo se hundió debajo de la superficie, creando una bruma roja.
«No es nada, estaba tan sorprendida que tosí dos veces.»(Lía)
De hecho, sabía por qué estos niños reaccionaban de forma exagerada al verme enferma. Porque nadie más que su madre estaba postrada en cama.
Bajé del carruaje de la mano de Luca.
No es de extrañar que fuera al Palacio Imperial tan rápido; el sirviente que ya había traído una poción se quedó sin aliento y se la entregó a Luca cortésmente.
«Lía, si bebes esto, te sentirás mejor pronto.»(Luca)
“¿Es una poción para el resfriado…?”(Lía)
‘No es un resfriado, pero si tomo esta poción, podría ocurrir una reacción química.’ (Lía)
Rachel dijo mientras miraba el brillante líquido verde con una mirada sospechosa en su rostro.
«No es solo para los resfriados. También se usa para restaurar la energía, fortalecer la humedad y reponer el hierro.» (Luca)
Abrí la tapa y bebí la poción sin dudarlo cuando me fue dicho que reponía el hierro.
(N/E: La sangre contiene hierro dentro de los glóbulos rojos, por lo que si pierdes sangre pierdes hierro.)
El líquido que cayó dentro de mi garganta era horrible, pero dada la consecutiva hemoptisis* de anoche, me hizo sentir como si estuviera fresca por un momento.
(N/E: *Tos con sangre: expulsion de pequeñas cantidades de sangre junto con los esputos.)
«Me ocuparé de ti antes de que vuelvas.»(Luca)
‘No puedo creer que me hayas dado una poción que no puedo conseguirme en ningún otro lado. Como era de esperar, el materialismo era lo mejor.’(Lía)
* * *
«Chicos, mis pies no tocan el suelo.»(Lía)
Me dirigía al Palacio de la Emperatriz, apoyada por Luca y Rachel.
No sé por qué me malinterpretaron cuando casi me tropiezo con una piedra mientras caminaba bien, pero en algún momento, los dos comenzaron a sostener un brazo de cada lado.
‘¿Podemos llamar a esto un apoyo?’(Lía)
Literalmente me aferraba a los dos porque eran mucho más altos que yo antes de darme cuenta.
«Lía, será mejor que vayas a la clínica primero. Tuviste tos antes y casi te desmayas ahora…»(Luca)
‘¡No!, me acabo de tropezar con una roca.’(Lía)
«Correcto, tomar unas 10 pociones podría curar tu resfriado.»(Rachel)
‘Estos niños nunca deben haber cogido un resfriado.’(Lía)
De hecho, durante mucho tiempo se ha dicho que la sangre de la familia imperial nace con un cuerpo extraordinario y que es más que un ser humano ordinario.
‘Nunca han tenido una pequeña enfermedad insignificante.’
Si estos niños descubren que estoy empezando a sangrar… La mera imaginación me mareó.
Para los individuos nacidos dentro de la familia real, la dificultad de las enfermedades incurables hubiera sido algo difícil de aceptar.
Cuando se sintieron frustrados por los repetidos fracasos y los intentos de tratar la enfermedad de la Emperatriz de varias maneras, finalmente yo les traje un tallo de esperanza.
‘Rachel no lo sabe aún, qué tipo de regalo preparé’ – Cuando lo pensé, esbocé una sonrisa en mi boca.
«¿Cuántas veces tengo que decírtelo? La gente común puede resfriarse lo suficiente incluso en el verano. La Emperatriz está esperando, vámonos.»(Lía)
Saqué los brazos de ambos y caminé a paso ligero hacia el Palacio de la Emperatriz.
‘Pero…’(Lía)
La poción que tomé hace un rato tuvo un efecto significativo, por lo que ya no me picaba la garganta como si fuera a vomitar sangre… Así fue como logré llegar al Palacio.
Quizás gracias al tráfico frecuente entre Luca y Rachel, el Palacio de la Emperatriz estuvo mejor gestionado que la última vez. El número de sirvientes aumentó y había estatuas curativas por todo el Palacio.
Esperamos frente al dormitorio de la Emperatrizen, en la parte más interna del Palacio, hasta que la sirvienta pidió permiso.
Sentí mi corazón latir rápido.
Mientras estaba esperando con ansias la idea de que podía curar a la Emperatriz, tambien estaba preocupada que pudiera fallar.
Cuando el permiso fue concedido directamente desde el interior, la puerta se abrió en silencio y finalmente pude ver a la Emperatriz acostada en la cama como una imagen.
‘Lo prometiste… ¿Por qué estás más delgada y pálida que la última vez?’ (Lía) – Era un día que no sería extraño si ella pudiera dejar de respirar en cualquier momento.
‘¿Cómo se sintieron este hermano y esta hermana, que han visto a una madre así con un día de diferencia?’ (Lía)
Me senté en una silla junto a la cama de la Emperatriz y sostuve su enjuta mano.
“Te he estado esperando, Laveria… Me alegró mucho saber que vendrías hoy…”(Emperatriz)
Rachel se rió amargamente al ver a la Emperatriz hablando.
«Madre, dado que Lía vino esta última vez, traeré el regalo que le ibas a dar.» (Rachel)
«¿Regalo…?»(Lía)
La Emperatriz, frente a mis cuestionables palabras, dijo con una sonrisa en los labios.
«Le debo mucho a Lía. Aunque quisiera pagarte, ya sabes… Simplemente no es suficiente.»(Emperatriz)
«Eso no es cierto. La Emperatriz me trató como una madre y me cuidó. Eso es suficiente para mí.»(Lía)
Me acarició la mejilla con una sonrisa en su rostro.
‘Layola* se enorgullecía de ser una madre, pues me daba de comer, me vestía, me acostaba y decía ser como una madre… Pero eso no era suficiente para ser una madre.’(Lía)
(N/E: *la Directora de la Guardería Troya.)
* * *
«Emperatriz… lo estoy haciendo horrible. Nunca obtengo una forma tan bonita.»(Lía)
(N/E: Literalmente cuando traducía me salía: ‘La estoy jo6iendo’, asi que lo cambié por ‘Lo estoy haciendo horrible.’)
«Jaja, si aprietas la masa aquí, obtendrás una forma bastante redonda.» (Emperatriz)
‘El fino toque en mi mano era cálido.’ (Lía)
«Dijiste que hoy es el día en que madre e hija saldrían de picnic con galletas horneadas, ¿verdad?»(Lía)
«Así es. Cuando recuerdo mis más felices memorias cuando era joven, creo que fueron esas veces. Así que quería dejar un buen recuerdo para Lía, así que te llamé al Palacio Imperial.»(Emperatriz)
«Gracias por su preocupación. Creo que hoy será un recuerdo inolvidable para mí.»(Lía)
«De nada. Me gustaría llenar la vacante de la Duquesa, si me lo permites.»(Emperatriz)
Ella lo había dicho, toda tensa y ensombrecida por la entrada.
«Jaja, aquí hay harina.»(Emperatriz)
En mi rostro, que estaba sonriendo ampliamente mientras frotaba mi mejilla, de repente vi a mi madre en mi vida pasada, que ahora estaba borrosa.
Cuanto más reflexionaba sobre el recuerdo de esa época, más sentimientos extraños surgían. Se siente como si hubiera recuperado algo que había olvidado bajo la dictadura de Layola.
Entonces Rachel vino con una caja. A primera vista, parecía un joyero.
La caja en sí parecía valer mucho dinero, así que no podía pensar que hubiera salido de la simple y frugal habitación de la Emperatriz.
<’¡Clic!’>
Dentro de la caja abierta había un broche de joyas.
Parecía haber algo fuerte en las coloridas y brillantes joyas.
«Garcent, quien es bisabuelo de Lía, que fue un mago sanador imperial, me dio este broche cuando me convertí en Emperatriz. Tenía muchas ganas de dárselo a Lía, que se despertó como una maga sanadora.»(Emperatriz)
La Emperatriz recogió el broche y me lo puso directamente a pesar de que para ella era un inconveniente moverse.
La Emperatriz me dijo, mirándolo aún y mostrando la brillante figura en mi pecho.
«Cuando veo a Lía, a veces pienso en él. Lo llamaban un inusual coqueto, pero era bastante atractivo.»(Emperatriz)
Agarré sus manos cuando vi su tenue sonrisa con una boca traviesa.
«Me diste un regalo tan grande, así que tengo que devolvértelo.»(Lía)
Le sonreí a sus cálidos ojos dorados.
«Ahora voy a hacer que ‘Bruelie’ no te enferme más, Emperatriz.»(Lía)
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