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Delphinium-Capítulo 85

9 septiembre, 2022

Capítulo 85.

 

Su-ah se quedó inmóvil por un momento y lo miró dormido como si se hubiera desmayado.

Aunque no podía matarlo esperaba que quien hizo morir a todos los miembros de su familia también sufriera, pero una vez que lo vio al borde de la muerte, su corazón moribundo se rompió al verlo.

Después de un momento de vacilación, Su-ah le quitó la túnica al hombre e inspeccionó su herida.

La herida en su duro pecho no parecía profunda, pero la sangre no se detenía y tenía fiebre.

Después de morderse los labios y pensar mucho, tiró el jarrón sobre la mesa el cual se hizo pedazos. Levantó una pieza afilada, se cortó con este la palma, abrió la puerta y llamó a las damas de honor.

“Rompí el jarrón y me lastimé la mano. Por favor, tráiganme un poco de medicina.”(Su-ah)

“Señora, ¿se encuentra bien? ¿Debería llamar al médico imperial?”

“Mantén la voz baja. Su Alteza se ha quedado profundamente dormido. No quiero armar un escándalo, así que solo dame la medicina y todos retírense.” (Su-ah)

Sorprendidos, el jefe de palacio y las doncellas comenzaron a preguntar por ella para curar sus heridas y limpiaron los restos de jarrón roto. Sin embargo, cuando Su-ah habló con dureza, a diferencia de lo habitual, se apresuraron a llevar los medicamentos y se retiraron.

Después de desinfectar la herida con agua limpia y rociar un agente hemostático, hizo todo lo posible para curar la herida. Incluso, cuando el sangrado no se detuvo, exprimió la sangre de su mano herida y la vertió en su boca, suplicando con tristeza.

“Solo tú debes vivir mucho tiempo en este terrible palacio. Sobrevive durante mucho tiempo como castigo por dañar a la gente…”(Su-ah)

También era una excusa para sí misma para tratar de salvarlo.

Hasta el amanecer, cuando el sol comenzó a devorar la oscuridad, empapó una toalla de algodón con agua y limpió la cara del hombre para refrescarlo y permaneció despierta toda la noche a su lado.

Lentamente, la herida dejó de sangrar y la fiebre disminuyó. Ahora solo había caído en un sueño profundo para recuperarse.

Su-ah, aliviada, lo cubrió cuidadosamente con una manta dorada y exhaló un largo suspiro.

Entonces, hubo una conmoción fuera del dormitorio. La Guardia Dorada Imperial apareció de repente y rodearon su dormitorio a la fuerza.

“¡Aquí también hay manchas de sangre! ¡Dense prisa y aseguren la seguridad del Príncipe Heredero!”

Junto con los gritos de las sirvientas, se podía escuchar gritar al capitán de la Guardia Dorada.

 

* * *

 

Tomada por La Guardia Dorada, fue encarcelada en el calabozo del Palacio Imperial. Las correas que sujetaban las extremidades no dolían. Sin embargo, fue empujada a una desesperación sin fin en una situación que está llegando en su peor momento.

Era una señal muy mala que el Emperador se moviera un paso tarde sin haberla atrapado en el acto por el crimen de asesinato, incluso sabiendo lo que había hecho.

Hasta ahora, ella solo había   sido una rehén del Emperador todo este tiempo.

Cuando Su-ah intentó matar al Emperador por primera vez, la atrapó, la encarceló y la ató a Hwa-hee con el pretexto de ‘vida’. Luego, en algún momento, cuando Hwa-hee no se movió como quería, el Emperador la maldijo.

<”¡No eres más que un recipiente para parir fetos! ¿Pero estás tratando de corromper a mi hijo sin saber del tema? Definitivamente convertiré a tu hijo en un asesino. ¡La cosa preciosa que sacarás después de cortarte la piel del vientre, matará al hombre y comerá carne humana para vivir!.”>

(N/T: Ver Cap. 82, esa es misma frase es la que recuerda Young-Sung cuando toca a Hwa-hee)

El Emperador, que había dejado a los guardias y llegó solo a la prisión, la miró con desprecio. Sin embargo, palabras inesperadas salieron de su boca con una sonrisa sospechosa.

“No puedo creer que puedas lastimar al Príncipe. Pensé que era una chica débil e incompetente, pero eres diferente.”

Su-ah, que lo miraba con odio, se estremeció. Una sensación de inquietud se apoderó de todo su cuerpo.

“En otras palabras, significa que solo tú puedes deshacerte de mi hijo.”

El Emperador, que la miró como si estuviera disfrutando de su pálida blancura, arrojó algo a través de los barrotes.

“¿Sabes lo que es esto?”

Lo que cayó frente a ella fue la preciosa horquilla que su madre biológica había apreciado y usado todo el tiempo.

“¡Dios, de ninguna manera…!” (Su-ah)

“Has vendido tu cuerpo todo este tiempo por tu sangre*. Considerando mi piedad filial, te daré una última oportunidad.”

(N/T: Se refiere que se vendió por su familia.)

Mis labios se agrietaron y la sangre fluía, pero no podía sentirla. No podía respirar correctamente porque sentía que me estaba ahogando.

Fue el Emperador quien mató mi familia cuando estaban en el exilio. Y él lo decoró como si fuera obra de Hwa-hee.

Jadeando de ira y tristeza, ella miró fijamente al Emperador. Él la miró por un momento como si disfrutara de su odio, y luego escupió sus palabras como si estuviera masticando.

“Mi hijo ha cambiado gracias a ti. Por eso eres responsable. Si quieres salvar a la última pieza restante de tu sangre.”

‘Si pudiera matar a ese hombre. Si tan solo pudiera deshacerte de ese espíritu maligno, estaría bien ir al infierno después de construir un karma.’

“Prefiero que tú… Te mataré. Incluso si muero, tengo que… matarte…” (Su-ah)

El Emperador resopló al escuchar su sangrienta maldición. Pero en sus ojos, por un instante, el odio y el miedo se revelaron descaradamente.

“¡Todavía no has vuelto a sus sentidos! Veamos qué ofrece Hwa-hee esta vez para salvar a su novia.”

Él golpeó los barrotes con un grito.

“¡Vamos, denle una fuerte paliza a esta perra! ¡Trató de lastimar a mi precioso hijo, el Príncipe Heredero! ¡Golpéenla hasta muerte, para que pague por sus pecados!’

Los guardias, que escucharon las órdenes del Emperador, entraron corriendo. Pero Su-ah miró al Emperador más que a los látigos y las armas en sus manos.

Luchó con la desesperación más que contra el miedo.

El abismo de la desesperación era interminable y profundo.

 

* * *

 

Era una triste noche de luna llena.

Ella miró hacia arriba a la interminablemente luna a través de la ventana rota sin pensar en quedarse dormida.

‘¿Cuál fue el propósito de su vida, teniendo que abandonarlo todo sin conservar nada?

‘¿Su madre biológica está realmente viva? Incluso si estás viva, morirá un día a manos del Emperador, cuando se vuelve inútil como rehén.’

Si Hwa-hee también es inútil, el Emperador también intentará hacerle daño. Sus ojos refiriéndose a su novia mostraban claramente la alegría y tristeza que no podían ocultarse.

Gracias a ella, el círculo vicioso continuará. La manera de acabar con todo es… Sólo había una.

Sin embargo, las palabras del hombre dejaron sentimientos persistentes. Finalmente, la agarró por el tobillo.

<“No dejes rastro… La búsqueda de Rain no puede ser detenida por mi voluntad, así que debes hacerlo.»>

(N/T: Ver contexto en cap. 64, sueño de Su-ah sobre el pasado), cuando Hwa-hee la ayuda a escapar.)

‘¿Por qué estás tan obsesionado conmigo?’

Le vino a la mente su espalda, salvándola de ser torturada en prisión y bloqueando desesperadamente al ejército de la Guardia Dorada Imperial.

Sería muy triste si esa fuera la última vez. Era desgarrador y amargo.

Él no hizo más que cumplir su misión. Aun así, arriesgó todo lo que tenía en juego para protegerla.

Es solo que la relación estaba mal. Están destinados a ser agua y fuego que se comen entre sí sin importar qué. Como el nombre de nuestra existencia, Su-Ah y Hwa-hee.

Ella suspiró y sacó la daga de sus brazos. Era lo único que tenía de él. Su-ah lo había apuñalado con esta daga.

Miró lastimosamente a la luna y recordó las palabras del hombre.

<«Rain, mi novia nunca puede morir hasta que yo quiera.»>

(N/T: Sale en varios de sus recuerdos, la primera vez fue en el Cap. 46, la primera vez que toca la daga.)

Miró la espada en su mano y pronunció la respuesta que no podía haberle dicho en ese momento.

“No, estas equivocado.”

“Sostengo esta daga con todas mis fuerzas como un salvavidas… con esta daga, voy a cortar mi vida. Para que no pueda volverte a ver de nuevo…”

Entonces, escuchó un ruido afuera.

Sosteniendo la daga, ella miró por la ventana a toda prisa. Se podían escuchar todo tipo de sonidos en la vieja casa deshabitada, pero ahora el sonido sonó particularmente fuerte.

Una figura negra permaneció inmóvil frente a la puerta. Al principio, ella pensó que era un asesinato enviado por el Emperador, pero revisó el sello una y otra vez.

‘¿Cómo me encontraste? Además, con una apariencia tan miserable…’

Hwa-hee, cubierto de sangre, perdió el conocimiento y colapsó. Con dificultad, ella logró arrástralo a la habitación y lo miró de lleno.

No parecía que la Guardia Dorada lo hubiera lastimado. Como si algo estuviera a punto de estallar dentro de él, su piel se desgarró en pequeños pedazos y huesos rotos aparecieron aquí y allá.

Las heridas estaban sanando visiblemente. Fue miserable y doloroso ver los huesos rotos desmoronarse en su lugar. Quizás por esto, perdió el conocimiento y gemía intermitentemente de dolor.

Estoy segura de que fue por mi culpa otra vez. La culpa me impidió apartar los ojos de él.

‘¿Cuánto tiempo he estado observándolo?’ – Cuando salió el sol y volvió a ser de noche, sus largas pestañas temblaron, revelando sus ojos.

“… ¿Novia?”(Hwa-hee)

Sus ojos negros y claros se tambalearon de un lado a otro como si estuviera vagando en un sueño al verla.

“… ¿Es un sueño?” (Hwa-hee)

Cuando ella no respondió, emocionada por el calor del hombre, una mano caliente la arañó como un rastrillo.

Ella se dio cuenta cuando sus ojos se encontraron de cerca… Ojos habían perdido la razón, ahora sólo les quedaba el instintos.

(N/T: realmente decía 이지 (理智): inteligencia (lógica))

El hombre, que la miraba con impotencia mientras la abrazaba con fuerza, murmuró cruelmente en voz baja.

“Antes de que me despierte… Quiero cortar tus hermosos tobillos por dejarme.” (Hwa-hee)

“…….”

«Pero nunca podría lastimarte…, así que espero poder atarte con una cuerda que no se pueda romper.» (Hwa-hee)

(N/T: Esto es lo que ella recordó en su visión en el cap. 81.)

Abrió los ojos de nuevo y la miró fijamente. En un abrir y cerrar de ojos, un color diferente pasó volando.

“Sí, me encantaría tener un hijo. Tú eres la que ama la sangre.” (Hwa-hee)

Sus palabras me recordaron brevemente al ‘niño’, pero incluso eso no duró mucho.

Pronto, la malvada maldición del Emperador sacudió su cabeza.

<”…Definitivamente convertiré a tu hijo en un asesino. ¡La cosa preciosa que sacarás después de cortarte la piel del vientre, matará al hombre y comerá carne humana para vivir!”>

‘…El niño, nuestro niño será un rehén más para él.’

Lágrimas calientes estallaron en lugar de palabras que no podía responder. Pero ella ni siquiera pudo sollozar y se tragó las lágrimas.

Los ojos del hombre que miraba sus lágrimas corriendo por sus mejillas se distorsionaron como si fuera doloroso.

Su grito silencioso quedó enterrado en sus labios.

Él se tragó sus labios y se aferró tenazmente a su cuerpo. Su gesto era desesperado como si supiera que era la última vez.

Incapaz de apartarlo, ella lo aceptó con todo su cuerpo. Si esta era la última vez, no hubo más dudas. Era bueno incluso si se trataba de una codicia egoísta.

“Si tuviéramos un hijo, ¿no me abandonarías?”(Hwa-hee)

Hwa-hee, que la había codiciado persistentemente, la miró por un momento y preguntó. Las lágrimas cayeron de las comisuras de sus ojos como una mentira, goteando por sus mejillas.

Su-ah no respondió, sino que lo sostuvo en sus brazos.

El tiempo pasó como una flecha mientras se enredaban con gestos desesperados.

Incluso si la luz de la luna se desvanecía cuando iluminaba sobre ellos, no podían soltarse las manos que se sujetaban.

 

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