Episodio 96.
«¿A dónde estabas huyendo? ¿Un esclavo que ya era inútil porque estaba en malas condiciones, lo alimenté y lo puse a dormir y luego me golpeó en la nuca?»
Un fuerte grito resonó en medio de la calle.
El hombre que agarró la delgada muñeca de Serin mostró signos de querer abofetearla en cualquier momento. Ante sus acciones, Serin tembló como si recordara cómo la habían tratado en la fábrica.
Me puedo imaginar de dónde eran las cicatrices que le quedaron en el cuerpo como rastros.
Serin sintió que sus ojos cerrados se calentaban. Hubo un tiempo en que no tuvo más remedio que aguantar las lágrimas porque la castigaban más.
Hace apenas unos meses, milagrosamente, los enviados de Lía la rescataron.
El miedo que parecía estar impreso en sus huesos aún no podía disiparse.
«¿No vas a responderme? ¿Quieres que te lo repita?»
‘Pronto volarán las palmas como tapas de una olla. Entonces tirarán mi cuerpo y tendré que arrastrarte por el suelo frío para evitar las patadas.’(Serin)
El cuerpo débil, que se encogió al máximo, estaba preparado para el próximo golpe.
‘… ¿Qué?’(Serin)
Sin embargo, con el paso del tiempo, no pude sentir la feroz palma que causaba dolor como siempre.
Serin levantó sus párpados temblorosos.
La vista que entró en sus ojos era realmente asombrosa.
“……!”
Lía convocó la espada para bloquear el brazo del dueño de la fábrica.
Era difícil de creer, incluso a simple vista, someter al violento dueño de la fábrica, a quien todos los esclavos de la fábrica temían, con solo una espada delgada, incluso sin siquiera quitar la vaina.
«¡Lía…!»(Serin)
La gente que pasaba comenzó a juntarse en medio del alboroto.
«Vaya, ¿qué pasa con este niño pequeño? ¿Quién crees que soy?» (Dueño de la fábrica)
«Realmente no lo sé, ¿puedes decirme? Pareces un jabalí.»(Lía)
Lía sonrió suavemente. La sonrisa era tan fresca como la hierba en pleno verano, pero contenía una indignación difícil de describir con palabras.
«¡Qué!, ¿un jabalí? ¡Eres tan pequeño que ni siquiera puedes mover mi puño!»
«Tu brazo estaba a punto de salir volando por culpa de un niño pequeño.» – Dijo Lía, golpeando la vaina que tocó su brazo.
Fue como dijo.
Si hubiera sido una espada en lugar de una vaina, el brazo del dueño de la fábrica no estaría intacto.
«¡Esto, esto…!»
El dueño de la fábrica parecía haber olvidado el hecho natural porque estaba cegado por la ira en ese momento, y pareció vacilar ante las palabras de Lía.
También era cierto que estaba abrumado por sus feroces ojos verdes que lo miraban fijamente, a pesar de que gritó en voz alta.
“¡Niña pequeña… Yo!”
Sin embargo, si apuntas a un pequeño espacio y lo sometes de inmediato, puedes patearlo varias veces y dejarlo indefenso.
«Bueno, espera un minuto…»
En ese momento, el dueño de la fábrica vio algunos mechones de cabello plateado que fluían a través del sombrero de Lía.
El cabello plateado era algo realmente raro.
La mayoría de las personas que vivían en la capital no ignoran las características que simbolizan a la ‘familia’.
«¡De ninguna manera!»
Lía se quitó el sombrero con un ala lo suficientemente ancha como para bloquear su vista como si fuera molesto. Al mismo tiempo, el brillante cabello plateado ondeaba en el viento, haciendo que sus ojos temblaran.
«Guau…»(transeúnte 1)
Alguien que miraba la conmoción lanzó una exclamación sin darse cuenta.
Fue la primera vez que sentí que un halo se podía reflejar en una persona.
“¡Lay, Princesa Layes……!”(dueño de la fábrica)
«Okey. Si descubriste unilateralmente mi identidad, será mejor que me digas quién eres.»(Lía)
Su rostro era como la encarnación de un ángel, pero su voz era tan fría como si fuera a castigar al cielo en cualquier momento.
Lía golpeó al dueño de la fábrica en el estómago con la vaina reforzada.
«¡Ugh!»
Todavía no conocía el poder de la Espada Roja reforzada, pero por el hecho de que el dueño de la fábrica, que tropezó y se derrumbó en el lugar, supuso que no era doloroso en absoluto.
«¿A quién te atreves a llamar esclavo y sobre quien pretendías usar esa mano?»(Lía)
‘Le dolerá lo suficiente para desmayarme si lo golpeaba de nuevo.’ (pensamiento de Lía)
‘Pero, ¿cómo es que mi esclava se ha convertido en compañera de la Princesa Layes?’ (pensamiento de dueño)
El dueño de la fábrica sintió un dolor ardiente en su abdomen y se quedó mudo…
Los rumores sobre la Princesa son lo suficientemente rampantes como para formar una montaña fuerte, pero si hay algo que no es bueno para la situación actual, ella es que ella es lo suficientemente poderosa como para vencer a los demonios.
En lugar de tener miedo del nombre de Layes, parecía que, en este momento, si se enteraba de que había tratado a esa esclava con dureza, esa niña podría condenarlo.
Eso es suficiente para quedarse.
«Así como lo descubriste unilateralmente, ¿debería yo también descubrirlo…?» (Lía)
Con esa voz escalofriante, la vaina de la espada roja en la mano de Lía desapareció lentamente.
La hoja roja forjada ahora estaba lista para volar la garganta del dueño de la fábrica de un solo golpe. En el momento en que la hoja afilada tocó su cuello, el dueño de la fábrica sintió una picadura y al mismo tiempo se le puso la piel de gallina.
«¡Heeeeeeeee, detente!»
Sangre caliente fluía de su cuello que estuvo en contacto con la espada a pesar de que solo lo rozó.
La boca del dueño de la fábrica se movió instintivamente para vivir.
«¡D…, Dueño de la fábrica Diara de Mineral Mágico! ¡Me encontré con un esclavo que se escapó de la fábrica y me pregunté qué pasó…!»
«¿Fábrica Diara de Mineral Mágico …?»(Lía)
Lía puso la palabra en su boca una vez, y pronto habló con una voz incomparable a la que había tenido antes.
«¿Eres tú? ¿Qué hiciste para que la mano de Serin fuera así?»(Lía)
La mano herida de Serin aún no sanaba.
Lía tenía cuidado incluso de sostener su mano así.
La fábrica en la que estuvo fue realmente mala.
Layola debe haber vendido a Serín a un hombre tan excéntrico como él.
‘He pensado una y otra vez que, si algún día me lo encuentro, me vengaré con sangre en nombre de Serin, pero ¿este tipo camino aquí sobre sus propies pies?’ (Lía)
«Es un buen momento para encontrarte. No sabía que me vengaría aquí.»(Lía)
«¡Ven, venganza…!»
A juzgar por el cambio repentino de Lía, parecía que podía poner esa espada en cualquier lugar… Una chica normal no se asusta con solo mirar sangre.
Pero el niño que tenía delante de él parecía dispuesto a teñir el suelo con su sangre.
Fue cuando… El murmullo se hizo más y más fuerte, y pronto un hombre alto caminó entre la multitud.
«Patrick, ¿qué haces aquí? Pensé que me estabas siguiendo bien pero qué clase de problema es este.» (Duque de Cablos)
Un hombre con un cabello rubio platinado particularmente llamativo, que no era otro que el Duque de Cablos. Los ojos azules que parecían concentrar la abrumadora atmósfera eran como serpientes.
Era natural que la gente lo evitara naturalmente.
Incluso frente a tal Duque, Lía, que estaba pisando brutalmente al dueño de la fábrica, que parecía ser su acompañante, no retiró los pies.
«¿No es esta la preciosa Princesa de Layes? ¿Por qué estás pisoteando a mi hombre?»(Cablos)
Patrick, el propietario de la fábrica, planeaba intentar fundir y desarrollar su propia planta de Maglev mientras analizaba el reciente negocio de herramientas mágicas desarrollado por Layes.
En su camino para encontrar a un famoso mago en la capital que ayudará a desarrollar a herramientas mágicas con el Duque, encontró a un esclavo que se había escapado.
«¿Es este el sirviente del Duque?»(Lía)
Aunque muy consciente, Lía no quitó la hoja afilada del cuello de Patrick.
‘¡Qué atrevimiento!’ (Cablos)
El Duque de Cablos se rió con picardía.
«Sí, ¿qué hizo enojar tanto a la Princesa?»(Cablos)
«Lo estaba regañando por atreverse a levantarme la mano.» (Lía)
«¿Sosteniendo una espada?» (Cablos)
Era completamente diferente de la forma habitual de regañar de un niño de la nobleza.
Como un caballero bien entrenado, ella derribó brutalmente a su oponente con una clara diferencia en físico.
Lía recogió lentamente la espada que había cortado cerca del grueso cuello de Patrick. Mientras tanto, Patrick no pudo hacer nada más que parpadear con espantoso horror.
Tampoco sería una ilusión que su pantalón se sintiera húmedo.
«Si el Duque hubiera llegado un poco tarde, es posible que se le hubiera volado el cuello.»(Lía)
Escupí lo que tenía que decir sobre el Duque de Cablos.
Lía expresó amablemente el significado de sus palabras: ‘Si piensas que me voy a disculpar contigo, estas equivocado.’
Dijo, pisoteando suavemente el cuerpo hinchado de Petrick.
«Si nos volvemos a encontrar, no habrá una próxima vez.»(Lía)
Luego, dejó el lugar con Serin, quien estaba temblando*.
(N/T: realmente dice que temblaba como un mangbu-seok [망부석처럼] …Cuyo significado es: fiel esposa legendaria que murió y se convirtió en una piedra de esperar a su esposo. Pero como no encontraba una traducción exacta, por lo que no lo coloqué.)
El Duque de Cablos, que se quedó atrás, luego caminó hacia el lugar prometido con el hechicero, dejando a Patrick, que seguía temblando como si hubiera estado frente a la muerte.
‘Se me escapó de las manos como un renacuajo, y en ese momento se me ocurrió la desagradable idea de que podría haber regresado como un dragón.’ (Cablos)
Pero eso fue todo.
‘Era una vida trivial que ni siquiera podía seguir los pies de mi hija.’ (Cablos)
‘Era así en el pasado, pero ¿ahora es diferente?’ (Cablos)
(N/T: Estos ultimos pensamientos de Cablos, me pone los vellos de punta, pero es cierto… ella ha regresado como un dragón.)
«Es una pérdida de tiempo.» (Cablos)
‘Es un tipo patético que no puedo creer que sea pariente colateral de Cablos, que cuesta creer que se deje intimidar por una chica de quince años.’ (Cablos)
‘Lo tiraré tan pronto como termine el desarrollo de las herramientas mágicas.’ (Cablos)
Los agudos ojos verde pálido de Lía fueron rápidamente olvidados en la mente del Duque.
* * *
«Hermana…»
Cuidadosamente envolví la mano de Serin. Había innumerables cicatrices en sus manos. No solo había cicatrices causadas por el arduo trabajo de golpear a mineral mágico, sino también cicatrices que podrían haber sido causadas por otras cosas.
«Gracias, Lía. Por enojarte y vengarte en mi nombre.»
«Es obvio.»(Lía)
«Nada es obvio. Lo hiciste por mí.»
«Bueno, era natural, dado que me cuidaste cuando tenía tres años.»(Lía)
Me hundí en los brazos de la hermana Serin.
Sí, soporté la fría realidad en este cálido abrazo.
«Te amo, hermana.»
«Yo también te quiero mucho.» (Lía)
Las lágrimas brotaron de las esquinas de los ojos de Serin.
Si tuviera un Guardián, debe ser esta persona.
Hoy, hace doce años, nos abrazábamos con tanta calidez como ahora.
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