Hay algo más que quiero hacer (1)
Roselia miró intensamente el rostro de Cassius y pensó.
‘Siempre has sido el mismo conmigo’.
En todo momento, tomó cada acción con mucho cuidado, para que no le pasara nada al cuerpo de Roselia. Especialmente después de que estuvo a punto de morir.
‘No tienes que hacerlo. No tienes que ser tan bueno conmigo’.
Cuando murmuró en su corazón, escuchó una voz que la llamaba.
“¿Roselia…?»
Después de que Roselia le tocó los labios por un rato, Cassius despertó y la llamó extrañado. Sus ojos se encontraron.
«¿Qué sucede? ¿Te duele algo?»
Preguntó Cassius, desconcertado, pero Roselia no abrió los labios. En cambio, movió su mano de sobre sus labios hacia arriba, para cubrir la nuca de Cassius.
Luego, cuando pensó que apartaría la cara, Cassius fue arrastrado hacia ella sin saber qué decir.
Ojos rubíes y ojos azabaches se encontraron a centímetros del otro. La distancia sumamente cercana y las bocanadas de respiración eran cálidas y profundas. En ese momento, los párpados de Cassius temblaron.
Roselia lentamente echó la cabeza de Cassius hacia atrás y lo besó con avidez.
La sensación que me embargaba fue extraña y cálida a la vez. Mi corazón se hinchó cuando pensé en como él había chupado todo el veneno con sus labios, sin importarle enfermarse, solo por salvarme.
Deseaba poder seguir por mucho tiempo así, anclada a sus labios, sin separarme nunca más.
Roselia, cuya respiración estaba alterada, tosió un poco cuando se quedó sin aire y Cassius retrocedió sorprendido.
«¿Estás bien? ¿Dónde te sientes incómoda?”
Incluso si era una pequeña tos, Cassius estaba preocupado como si algo grande hubiera pasado. Rara vez se lo veía tan perplejo.
«Espera. Llamaré al médico de inmediato».
Cassius se apresuró a levantarse de la cama. De hecho, ahora consiguió una razón válida para dejar este lugar.
A diferencia de Roselia, que aún no se encuentra bien, él está completamente sano, y su lugar inferior que no debería reaccionar por consideración a ella, hoy reaccionó de manera instintiva a su beso.
No hay manera de que se muestre ante Roselia así. Era hora de llamar al médico y tomar un poco de aire frío por un rato para calmarse.
“¡Eh…!»
Cassius no alcanzó a levantarse de la cama. Roselia lo agarró del brazo cuando estaba a punto de hacerlo.
Él giró lentamente la cabeza para mirarla con el cuerpo rígido.
«Te prometo que estaré de regreso en un momento».
Eso significaba que debía soltar su brazo. Pero Roselia no se movió, solo miró a Cassius con ojos reprochantes.
Un sudor frío comenzó a gotear por la espalda de Cassius.
No había ninguna sensación de fuerza en la mano de Roselia. Fue similar a simplemente colocar su mano sobre el brazo de Cassius. Incluso si él se aleja un poco, sabe que será liberado sin contratiempos. ‘Yo sé eso, pero…’ La punta de las cejas de Cassius se hundió impotente, estaba en problemas.
Al final no pudo retirar la mano de Roselia, por lo que se vio obligado a quedar atrapado e incapaz de moverse. Cassius preferiría suplicar que apartarla.
“Por favor déjame ir…”
‘… Tengo una razón válida para irme ahora, por favor Roselia’.
Fue en ese momento que el rostro de Cassius estaba ligeramente distorsionado que los labios de Roselia se separaron un poco. Cassius estaba esperando con ansias sus próximas palabras. Pero en cambio, ella se agarró con más fuerza de su brazo.
Inesperadamente, Cassius tropezó y cayó sobre Roselia fácilmente.
‘¿Qué diablos está pasando?’ Cassius miró a Roselia interrogante y sorprendido.
“¡¡…!!»
Y al momento siguiente, ya no puede respirar.
Roselia se asió a la ropa de Cassius y nuevamente lo besó en los labios.
No la pudo apartar ni abrir la boca correctamente, solo se endureció como una estatua de piedra. Fue después de que Roselia separó lentamente los labios que él apenas respiró.
La cara de Cassius estaba ruborizada, quizás por lo que ella acababa de hacerle o porque aguantó la respiración. Roselia lo miró decidida y levantó las comisuras de los labios.
«Ya me chequeó el médico esta tarde».
“Pero… todavía…»
“Hoy, me dijo el médico que ya no tengo ningún problema de continuar con mi vida diaria y tampoco necesito tomar ningún medicamento suplementario”.
«¿Dijo eso…?»
Cassius parpadeó aun confundido. Roselia sonrió alegremente y asintió ampliamente con la cabeza.
«Voy a dar paseos por el jardín a partir de mañana».
Roselia ya tenía una lista de cosas que quería hacer, una por una hoy se las dirá con voz emocionada.
«No me moví demasiado durante estos días, así que al principio puede que sea difícil».
«Está bien. ¿Damos una vuelta al jardín juntos mañana?”
Cassius la escucha y responde sumisamente. Roselia dobló uno a uno los dedos, como descartando pendientes de su lista.
«Y… Dejaré de comer solo sopa».
Se quejó de que estaba demasiado cansada de comerla tres veces al día. En cambio, le expuso lo que quería comer.
“Quiero una ensalada con queso, pollo hervido y pan recién horneado con jamón, huevos y unas rodajas de lechuga…”
Y a medida que pedía seguían apareciendo en mi mente platillos aún más deliciosos que quería volver a probar.
Cassius la miró feliz y abrió la boca con suavidad.
«De acuerdo. Haremos eso. Le diré al chef que los haga todos».
Roselia sonríe. Aunque sabía que no podría comerlo todo, estaba feliz de imaginar la idea de comer tanta comida como pudiera después de mucho tiempo tomando solo cosas liquidas.
«¿Hay algo más que quieras hacer?»
«En realidad, si hay algo que más quiero hacer».
«¿Qué?»
«Y tienes que ayudarme».
La expresión de Roselia se puso seria.
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