Melocotones (2)
Roselia, que esperaba a su pequeño amor, le preguntó a una criada que siempre la seguía.
«¿Han sabido algo sobre Ain?»
«No lo sé. Tal vez… Tal vez esté durmiendo hasta tarde».
La respuesta de su doncella sonó como una excusa. Los ojos de Roselia se entrecerraron. De alguna manera fue extraño que no viniera porque se quedó dormido a pesar de que su reunión estaba a la altura de una cita, aunque todo lo que tenían que hacer era comer juntos como ayer. Ya sea que él no viniera intencionalmente o que no pudiera venir, pensé que debería comprobarlo yo misma.
«Entonces iré a despertarlo.»
Cuando Roselia de repente trató de ir a la habitación de su Ain, las doncellas estaban visiblemente avergonzadas.
«Incluso eso no tienes que hacerlo… ¿Qué tal si lo dejas descansar bien hoy?»
En la novela, las criadas fingían no ver a Roselia por mucho que se burlara del niño. Pero, ¿por qué le bloquean el paso así hoy? Fue extraño de ver. Cuanto más lo hacían, más decidida estaba de ir a verlo.
Ignorando a los sirvientes, entró en la habitación de Ain.
Sin embargo, tal vez sus palabras no eran completamente falsas, Ain estaba acostado con su manta sobre su cabeza.
«¿Aun duermes?»
Cuando llamé a Ain, se movió bajo la manta sobre si no estuviera dormido.
«… ¿Estás despierto?»
Cuando Roselia se acercó, Ain ocultó su rostro como si estuviera desconcertado. Pero luego tosió finamente y de repente se atragantó.
Mientras estaba de pie junto a la cama, Roselia vio aparecer manchas rojas en sus brazos, que levantó para cubrir su rostro, sin importar cuánto trató de ocultarlo, ella lo vio claramente.
«Ain… Tu cuerpo… ¡¿Por qué tu cuerpo está así?!»
«…»
Ain se quedó sin habla. Cuanto más ansiosa se ponía, más él miraba a los sirvientes que permanecían detrás de Roselia.
«¡¿Cómo pasó esto?!»
La voz de Roselia se elevó bruscamente.
Las doncellas intercambiaron miradas y vacilaron, luego una abrió la boca con cautela.
«El Joven Maestro Ain es alérgico a los melocotones».
«¿Qué…?»
Roselia se quedó helada. Ante las palabras de la doncella, recordó los melocotones que le había recomendado a Ain la mañana anterior. Él se comió algunos de ellos por petición suya. Sin embargo, la alergia al melocotón era algo que nunca se había revelado en la novela.
«¿Pero aunque lo sabías, te quedaste a verlo comerlos?»
«¿No lo sabía usted?»
«¡Yo no lo sabía!»
Roselia exclamó nerviosamente. Ahora bien, esto suena como una especie de excusa.
‘Quizás, cree que lo sabía y ahora piensa que lo hice comerlos a propósito.’
No, entonces tendré que intentarlo aún más. ¿Qué estabas pensando, mi niño?
Nunca pensó que Ain tendría alguna comida que no pudiera comer. Porque no pensó que existiría alguna debilidad en él, quien se convirtió en el villano de la historia original. Pero, ahora sabe que es posible que tenga alergia…
Roselia miró de cerca la condición de Ain.
La respiración de Ain era agitada. Se rascó tanto las manchas rojas que todo su cuerpo estaba rojo y había una o dos heridas en sangre.
‘Qué es esto… ‘
Roselia estaba furiosa con ella misma ayer por entregarle sus melocotones. Estaba confundida sobre si su cara estaba roja por sus manchas rojas o por la fiebre que no se le bajaba.
Extendió la mano para controlar la fiebre en su frente, pero una doncella la apartó y se mantuvo delante de ella para evitar que se acercara más.
Su mano, perdida en el aire, se estremeció. Pero no era como si se sintiera avergonzada u ofendida por su reacción. Ella solo se preocupaba por él.
Entonces consideró: ‘Debes estar pensando que se lo di de comer a propósito’.
Ayer, recordó a Ain comiéndose sus melocotones.
Sus ojos temblorosos, a veces el espacio entre las cejas se entrecerraba, y su mano que se extendía hacia el melocotón se detenía con nerviosismo.
Parecía comprender el significado de los gestos que no había notado entonces.
‘¿Pero, por qué todavía me sonreíste? Por qué… En vez… Me habrías dicho que eras alérgico.’
«El melocotón… ¿Por qué te lo comiste?»
«… Lo siento.»
Roselia abrió la boca con cautela, entrecerrando los ojos ante su disculpa sin fundamento.
Lo dije porque estaba molesta conmigo misma, pero Ain se encogió ante mi tono y se disculpó. No, ¿por qué si quiera te disculpas por eso? ¡Ahh! Me voy a morir de disgusto.
‘¿Qué es esto? Estaba tratando de ser amable con Ain, pero resultó ser un acoso’.
Sus ojos negros no la veían como algo bueno.
Mi Ain… Cuando miré su rostro, estaba distorsionado. Manchas rojas y piel irritada, como si no pudiera evitar rascarse, miré los lugares que ya habían sido lastimados que sangraban.
Roselia, se sintió más enferma.
Qué doloroso.
En cambio, quería infligirse ese mismo dolor, por no verlo sufrir más.
Se acercó lentamente y se sentó en la cama. No se aproximó demasiado a Ain, solo lo miró con atención.
“Ain. Estaba equivocada.»
Un nudo estalló en la garganta de Roselia. No puedo acercarme a él si constantemente me equivoco. Su cabeza cayó impotente. Ella no tiene la valentía para verlo a la cara en absoluto.
Los ojos de Ain se abrieron al escuchar su voz. Él puso los ojos en blanco al descubrir las lágrimas que caían de los ojos de Roselia.
«Cómo… Incluso en esta situación, estás preocupado por mí.»
Al ver eso, Roselia instantáneamente se conmovió hasta las lágrimas. ¿Cómo pudo hacer esto el autor? Omitir una información tan importante. Sintió que había enfermado a Ain por un descuido, por lo que su ira brotó hacia un lugar equivocado.
«No volverá a pasar.»
Como Roselia se lo había jurado, le prometió a Ain.
«¿Eh…? ¡No! ¡No me pasa nada mamá! ¡Así que comamos juntos la próxima vez!»
Al parecer, temía que le dijera si no se los comía en ese momento no podríamos volver a comer. Entonces, ¿se vio obligado a comerlos por eso?
‘Ain… ¿Y si realmente yo quisiera…’
El niño parecía hambriento de cariño. Así que daba la apariencia de querer quedar bien con Roselia, quien mostró de pronto un interés en sí misma.
Entonces, sabiendo que algo como esto le iba a pasar, aun sonrió y se comió el melocotón con entusiasmo.
Mi Ain… Lo haré realmente bien en el futuro. Me esforzaré.
Roselia tomó la mano de Ain con fuerza y juró. Ella insistió en que tendría cuidado y podría más atención para que esto nunca volviera a suceder.
“Ain. En el futuro, si hay algún plan que no pueda comer, debes hacérmelo saber.”
«¡Puedo comer todo muy bien…!»
Ain respondió sin dudarlo. Sintió la fuerza de su pequeña mano agarrando su brazo.
‘Acaso… ¿Me estás diciendo que no me preocupe por ti?’
El corazón de Roselia latió con fuerza. Mientras hacía esto, escuchó un suave ‘sí’ venir de Ain hacia ella, lo que incluso la llevo a pensar que no podría salir de esto sin dejarle cicatrices. Tocó el corazón de Ain, pero aun así no podía hacerlo confiar plenamente en ella.
«Pero tienes alergia al melocotón».
Habló lo más suavemente posible, pero ante sus palabras, Ain puso los ojos en blanco como si estuviera desconcertado. Su figura era tan linda que seguía tratando de dejar salir su sonrisa para tranquilizarla.
«Entonces… ¡Como de todo menos melocotones!»
Después de pensar un rato, se le ocurrió esta respuesta. Ain que tenía los ojos bien abiertos hablaba con más confianza, por lo que ella no pudo evitar pedirle que lo pensara de nuevo.
Finalmente, Roselia le sonrió y asintió con la cabeza.
«Está bien. Nuestro Ain se lo come todo bien».
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Por ahora hasta aquí el maratón. Será un cap semanal, los miércoles (mientras reúno suficientes traducciones y edito) para no hacerlos esperar demás. Entonces, no tiene programación. Buscaré mi propio ritmo para no perder la calidad de las traducciones 😉 gracias por su paciencia. Espero les haya gustado.
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