Capítulo 7:
«¿Qué?»
«¿Por qué la llamabas cosas horribles todos los días y se portaban tan mal con ella? ¿Por qué desperdiciaste la comida que tenía que comer en secreto como una rata?»
«…»
Mirando hacia atrás, al resto de los hombres, volví a preguntar.
«¿Por qué no le diste un cumplido o algo de dinero a una niña que pasó la universidad por su cuenta sin ir a una sola academia?»
«…»
«¿Por qué no le diste una habitación adecuada a una niña que no tenía ni para vivir?»
«…»
«No podía soportar las malditas cucarachas y el moho, tenía tres trabajos de medio tiempo y cuando regresaba tenía que estudiar toda la noche. ¿Por qué no llamaste a esa niña ni siquiera una sola vez?»
«…»
«Contestádme, por favor, tengo mucha curiosidad.»
«…»
«¿Querían ver como se esfuerza de forma inhumana y que luego os suplicara? ¿Qué me convirtiera en una mendiga que os fuera detrás? ¿Era esto lo que estábais esperando?»
El segundo hijo de puta solía llamarme mendiga cada vez que me veía, y todos lo sabían, ya que al escuchar la palabra, mi padre y el primer hijo lo miraron fijamente.
Solo estaba haciendo preguntas, pero la habitación rápidamente se volvió demasiada silenciosa, por lo que aparté mi mirada de ellos y la fijé en mi propio cuerpo. Un pobre cuerpo al cual le inyectaban aire repetidamente mediante un respirador de oxígeno.
«¿No me dejaréis ir? Si yo fuera ella, no me gustaría despertar nunca más.»
«…»
«¿No querríais morir si supieras que tenéis que vivir de forma tan miserablemente?»
Aparté los ojos de mi cuerpo y hablé con veneno a los tres hombres que estaban ante mí como pecadores.
«¿Sabéis qué? Tal vez sea por vuestras terrible caras que ella no se despierta.»
«Eso es…»
«Tal vez ella ya se fue al cielo y se olvidó de vosotros. Y ahora está viviendo una vida feliz con una nueva familia.»
«…»
«No finjáis arrepentimiento o preocupación por un cadáver moribundo porque es repugnante.»
A lo mejor esta es una oportunidad para poder dejar de sentir pena por mi yo verdadero, sí, debía ser ese el motivo por el cual había vuelto. Al pensar en eso, me vinieron de golpe las ganas de volver con mi familia, por lo que, de forma inconsciente se me escapó una leve risa.
«Ahhh… Siyeon.»
En el momento en que mi padre pronunció mi nombre correctamente mi corazón se hundió.
«…»
«¿Eres Si… Siyeon?»
«…»
«Tú eres… Eres Siyeon, ¿verdad?»
Mi padre preguntó con ojos dudosos mientra que yo cerré la boca con fuerza. ¿Cómo lo supo? Para ser honesta, estaba tan sorprendida que mi mente se quedó en blanco, no pensé que me reconocería.
«Padre, ¿de qué diablos estás hablando?»
«¿Qué te pasa, padre? ¡¿Cómo podría ser esta perra loca Siyeon?!»
Mis hermanos miraron a mi padre, por lo que él sacudió la cabeza salvajemente y gritó resueltamente.
«¡Mirad con cuidado! ¡Se parece a nuestra Siyeon! ¡Pequeños pelos debajo de la oreja, hoyuelos, puntos en el interior de la mano y el cuello!»
Al instante, ambos hermanos pusieron sus ojos en mí, buscando la características que mi padre estaba mencionando y reconociéndome al instante.
«¿Esto es real?»
«¿Qué demonios es esto…?»
Preguntaron ambos con los ojos temblando violentamente.
«¿Eres… Eres realmente Cha Siyeon?»
Me quedé mirándolos fijamente sin saber qué decirles.
«¡Siyeon! Oh, Dios mío, Siyeon. ¡Eres tú!»
De repente mi padre se cayó al suelo mientras mis padres corrieron a ayudarlo.
«¡Padre!»
¿Por qué suceden cosas inesperadas una tras otra? Me sentí un poco extraña, ¿no debería terminarlo todo con mis propias manos? Aunque, pensándolo bien, no era lo más óptimo matar a alguien con tantos espectadores. Igual, si lo dejo como está, de todos modos mi cuerpo se quedará sin aliento después de un tiempo.
No era más que una cáscara vacía esperando su muerte.
De hecho, es posible que los antiguos magos me hayan dado una última oportunidad para considerar si quiero o no volver a mi cuerpo. Aunque fue una consideración desagradable para mí, ya que yo ya había tomado una decisión.
«Siyeon. Siyeon, ¿qué te ha pasado, Siyeon?»
Al lado de mi cama había un Espejo, el cual empezó a brillar, mostrando una resplandeciente luz. Sin dudarlo me aparté de los tres hombres ricos y me dirigí hacia el Espejo, ¿y si esa era la luz que me conectaba con mi mundo? ¿Y si se apagaba y me quedaba aquí?
«¡Siyeon! ¡Espera, Siyeon! ¡Solo unas palabras, déjame decirte unas palabras!»
Mi padre biológico me llamó como si se hubiera dado cuenta de que me iba.
«Por favor, solo unas palabras, solo unas palabras…»
Su voz tenía un tinte de desesperación que nunca había oído durante todos los años que viví con ellos. Hice una pausa y miré hacia atrás reflexivamente.
En un instante mi padre biológico se sentó de rodillas frente a mí.
«Lo siento, lo siento, lo siento mucho. Este padre ha pecado hasta la muerte.»
«…»
«Pero nunca, nunca te he odiado. No fue porque te odiara. Fuí tan torpe que no supe como tratarte.»
«Padre…»
Los hermanos miraron a su padre con ojos desconcertados, aunque yo también tenía la misma mirada, no podía entender por qué este tipo me estaba haciendo esto. ¿Por qué ahora?
Para más desconcierto, el segundo hermano también cayó de rodillas y me habló.
«Siyeon… Yo estaba loco.»
«…»
«Tú lo sabes. Solo soy un idiota, la cual no tenía ni una mamá ni un tutor.»
Abrí mucho los ojos, sorprendiéndome de que realmente pensara que yo era su media hermana. Padre era un espectador y el primer hijo de puta era un simpatizante, pero el segundo hijo de puta era un tirano. Él siempre me estaba haciendo daño directamente.
«Parecía que eras buena estudiando sola y que no te gustaba nuestra familia.»
«…»
«Lo hice porque estaba celoso. Quería que fuéramos amigos, pero no sabía qué hacer. Oh, joder.»
Acabó con una extraña maldición y se frotó los ojos fuertemente.
«… Pero nunca deseé que estuvieras muerta. Nunca quise eso.»
«…»
«Tú tenías esa personalidad. Cuando eras niña siempre me ibas detrás.»
No lo recordaba, pero tenía sentido, porque siempre quise ser parte de esta casa.
«¿Nunca pensaste que el método estaba mal?»
La respuesta llegó tan pronto como le pregunté.
«Lo he pensado innumerables veces. No hagas eso, no seas un idiota, compórtate como un buen hermano… Pero nunca llegaba a hacerlo… Preferiría ser yo el que tuviera cáncer, pero…»
«…»
Al final no pudo hacer contacto visual conmigo e inclinó la cabeza mientras sus lágrimas goteaban sobre el dorso de su mano, viéndolo de esta forma, esto no me estaba dando ningún placer.
«Lo siento.»
Finalmente, el primer hijo de puta se sentó en su rodilla al lado derecho de su padre.
«Es mi culpa que hayas llegado tan lejos. A diferencia de las instrucciones de mi padre, fui yo quien te dio una esa habitación en el sótano.»
A diferencia del segundo hijo, él condenó tranquilamente su crimen. Eso me dió a entender el tamaño de la culpa que sentía.
«No pondré excusas, pero, si quieres vengarte, puedes hacerlo. Me refiero a enfadarte y golpearme.»
«…»
«No te lastimes, Siyeon. Por favor.»
«¿Venganza? ¿Crees que me lastimé para vengarme?»
Me quedé estupefacta ante la ridícula ilusión del primer hijo de puta y en un segundo todas mis dudas quedaron eclipsadas, por lo que me volví y me acerqué rápidamente a la cama.
«Siyeon.»
El primero se paró a medio camino, como si sintiera que había algo extraño en mí. Y realmente estaba en lo cierto, antes de que pudiera detenerme extendí la mano y agarré el respirador de oxígeno, arrojándolo fuertemente por la ventana.
«¡No, no!»
Alguien empezó a gritar y a llorar.
Bip, bip, bip, bip, biiiiiiiiiiiiiiiiiip.
—–
Uffff, que doloroso. Mientras lo iba escribiendo, lo imaginaba y me estaba muriendo. Como me gustaría que pudieran acabar bien.
Sabéis que esto ya se acaba, ¿verdad? Quiero llorar muy fuertemente.
¡Gracias por los comentarios!
Miri
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