Saltar al contenido
I'm Reading A Book

꧁☬ LMEEÚFPLV Capítulo extra 8 ☬꧂

22 enero, 2021

Capítulo 8:

Como era de esperarse, mi cuerpo falleció en el acto.

«¡Siyeon! ¡Siyeon!»

«¡Siyeon!»

Esos idiotas que estaban arrodillados a mis pies, se sorprendieron y fueron corriendo a aferrarse a la cama. Sin embargo, ya no sé podía hacer nada, en la gráfica del dispositivo de soporte vital, desde hacía unos minutos, solo se veía una línea recta.

El segundo tipo, el cual no paraba de decir mi nombre, me miró con fiereza, con sus ojos inyectados en sangre.

«¿¡Qué demonios estás…!? ¿¡Qué demonios estás haciendo!?»

Actué por un impulso, pero al ver mi cuerpo completamente inerte me sentí renovada, al instante note una sensación de alivio extremadamente grande, como si antes tuviera algo que me hacía sentir pesada.

«Debe ser una broma…»

«¡Siyeon!»

«Siyeon murió hace mucho tiempo debido a vuestros abusos y negligencias.»

Mientras las palabras salían de mis labios, cada vez veía más borrosos los rostros de tres hombres.

«¿Qué…?»

«¿No lo podíais ver? Esto era solo un caparazón que respiraba.»

Señalé el cuerpo en la cama.

«En realidad, ya lo sabíais todo.»

«…»

«Si hubiera querido volver a esta vida, habría regresado mucho antes.»

De cierta forma, creo que ellos lo sabían, ya que, si todavía está viva significaba que habían podido eliminar las células cancerosas y ya no hay anomalías en mi cerebro, entonces, ¿por qué todavía no puede salir del coma?

Como si mis palabras estuvieran cerca de la respuesta, un dolor punzante atravesó el rostro de mi padre.

«Pero… Pero volviste viva…»

Me miró alternativamente a mí y a mi cadáver y murmuró unas palabras que no llegué a entender.

«Mi padre piensa que estás bien de esta forma… Mientras estés viva…»

«¡Vamos! ¿Por qué me importaría este lugar? No hay nada bueno aquí.»

«¡Siyeon!»

«No me llames así, porque ya no soy ella.»

Me reí amargamente y negué sus palabras.

«No volví aquí para estar con vosotros, si no para cortar la última cuerda y así poder estar tranquila con mi nueva familia.»

«¿Qué quieres decir con nueva familia?»

«…»

«Tu familia está aquí. Yo soy tu padre y estos son tus dos hermanos.»

Mi padre estaba tan confundido que no me parecería extraño si se desmayara aquí mismo.

«Siyeon.»

«Incluso si este cuerpo todavía estuviera vivo, no tendría el menor deseo de volver aquí.»

Miré mi cuerpo en la cama con ojos distantes y finalmente volví la cabeza. Aquellos a quienes una vez pensé como mi familia y de la cual quería ser parte, ahora ya me era imposible odiarlos ni guardarles rencor.

«Olvidémonos de nuestro repugnante pasado y vivamos bien, como si no hubiéramos mezclado nunca nuestra vidas.»

«Si… Siyeon, ¡espera un segundo!»

Mi padre se lanzó a abrazarme, mientras lloraba sin cesar.

«Todavía no, todavía tengo algo que decirte. ¡Siyeon! Por favor, no te vayas todavía. ¡Por favor, por favor!»

«Si quieres pedirme que os perdone… Eso es algo que no puedo hacer. No puedo perdonarlos, padre, hermanos.»

«Siyeon.»

«El hecho de que ahora sea feliz no significa que olvidaré mis recuerdos infelices.»

A diferencia de antes, cuando fingían no reconocerme como un verdadero miembro de su familia, ahora sus rostros se veían inmersos en un dolor extremo. En el pasado tenía miedo de no poder regresar y quedar atrapada en el mundo del juego para siempre, pero últimamente mis pesadillas tomaban el rumbo contrario, tener que volver al mundo real sin Callisto y Judith.

Además, pensar en volver y recibir de nuevo su mirada desdeñosa, viviendo miserablemente en una habitación infestada de moho, no, de solo pensarlo el miedo de ese entonces volvía a mí. Por lo tanto, este era el momento de cortar completamente con este mundo, a estas personas no puedo llamarlas mi familia, por ende, no puedo llegar a perdonarlos.

«Pero ya no os odiaré más, no voy a seguir aferrada a mis recuerdos infelices.»

«…»

«Contentaos con eso y no os sintais más culpables, ya ha pasado todo. Ustedes son los que me acompañaron y me empujaron al acantilado, así que…»

«…»

«Ahora, quiero ser yo la que elija libremente mi final.»

«Siyeon.»

«Adiós.»

Incliné mi cabeza brevemente hacia ellos y finalmente me volví por completo, yendo hacia una oscuridad profunda. No veía nada, no sentía nada, el miedo empezó a enfriar mi cuerpo y mi mente mientras mi corazón empezaba a sentirse atormentado.

¿Y si no podía volver?

¿Y si no podía abrazar a mi niña de nuevo?

¿Y si no podía volver a besar y a contemplar a mi amado Callisto?

Mi respiración empezó a funcionar de forma completamente irregular, dando inicio a un enorme ataque de ansiedad. El oxigeno parecía completamente inexistente en esta absoluta oscuridad y mis lágrimas no tardaron en desbordarse.

¿Esto iba a acabar así? ¿Si finalizaban mi vida en un mundo automáticamente acababa con el otro? ¡Yo no quería eso! ¡Quería vivir siendo completamente feliz con mi familia!

Frente a mí pasó mi boda con Callisto, la alegría de saber que estaba embarazada, los caprichos del embarazo y el esfuerzo de Callisto por complacerme en todo. El dolor del parto, la alegría de ver ese pequeño ser humano fruto de nuestro amor, escuchar sus primeras palabras, ver sus primeros pasitos y al lado de estos los destrozos continuos del palacio. Ver la mirada orgullosa de Callisto mientras su princesita causaba caos allá por donde iba, incluso cuando la reñía, allí, en el fondo, se podía ver claramente el orgullo por ella. Y por mí. Callisto cada día me mostraba el profundo amor que sentía por mí, a su manera, pero nunca perdía la oportunidad de amarme libremente.

Las lágrimas cayeron con mayor potencia mientras mi corazón, acongojado, rememoraba todas nuestras vivencias.

«¡Mamá! ¡Whoo! ¡Mamá! ¡Whoo!»

Escuché un sonido familiar desde lejos, por lo que pausé por completo mis lágrimas y pensamientos para poder escucharlo con claridad.

«¡Mamá! ¡Mamá! ¡Whoo, mamá! ¡Judith!»

Era el sonido del llanto de mi hija. ¡Apúrate y regresa ya! No había nada que me asustara más en este mundo que escuchar a mi pequeña niña llorando, por lo que me dirigí corriendo hacia su voz, ignorando por completo aquella llena de ansiedad que empezaba a gritar a mis espaldas.

«¡Siyeon! ¡Siyeon!»

«¡Mamá, mamá!»

Dos voces de llamaron, dos títulos se escuchaban, mas solo uno era de mi interés. Y siguiendo esa voz pude observar el Espejo, corri hacía él viendo como cada vez se hacía más pequeño y cuando mi palma toco el cristal, una luz blanquecina me rodeo por completo. Y, al instante, el sonido del llanto se volvió cada vez más intenso.

De repente, una pequeña vibración me sacudió el brazo, por lo que abrí de golpe los ojos.

«¡¡¡Mami!!!»

Nada más abrir los ojos ví a mi pequeña niña llena de lágrimas y con la nariz mocosa mirándome fijamente. Salté de la sorpresa.

«Mi bebé, ¡¿por qué lloras?!»

Nada más escucharme, la niña se me lanzó desesperadamente y empezó a gritar como si estuviera jugando.

«¡Judi, Judi era la única que no tenía el Espejo! ¡Por eso Judi lo rompió!»

«Judith.»

«Mamá se iba. ¡Nadie me dijo que el truco de magia de Judi era malo! ¡Whoo, whooo!»

Quizás porque tenía los sentimientos demasiado a flor de piel no pude entender bien que era lo que me estaba intentando decir, por lo que simplemente la abracé y le hablé suavemente.

«No llores, ¿si? Mamá nunca dejará atrás a nuestra linda Judi.»

Después de un rato, la niña, aún llorando, me respondió gritando.

«¡Estaba asustada! ¡Aún tengo miedo!»

«Mi niña, ¿a qué le temes?»

«Tengo miedo de que mi mamá nos dejará atrás a papá y a Judi.»

«¡¿Por qué dices algo como eso?!»

Judith siempre había tenido muy buen presentimiento con las cosas a su alrededor, por lo que temía que mis sueños, de alguna forma, hubieran acabado perturbándola a ella. Mi corazón se conmovió al verla llorar.

«Tsk, todo esto suena tan inútil.»

El sonido de una lengua chasqueando me hizo dar cuenta de que no estábamos solas en la habitación.

«Su Majestad.»

Me alegré tanto de verlo que me puse a llorar nada más contemplarlo, lo que hizo que se acercara corriendo a la cama donde ambas estábamos acostadas y nos abrazó fuertemente.

«No te preocupes, Judith, incluso si la Emperatriz nos deja atrás, ambos la perseguiremos hasta el final del infierno.»

«No hay nada que no digas delante de nuestra niña, ¿no?»

A pesar de sus brutales palabras, el simple hecho de sentirme en sus apretados brazos, mi corazón, el cual aún seguía latiendo con fuerza, finalmente se calmó.

«¡Papá, papá!»

Judith, la cual había dejado de llorar al escuchar las palabras de su padre, extendió sus manos para pasar de mis brazos a los de Callisto. Al tomarla en brazos, ella lo besó en la mejilla y dijo suavemente.

«Oh, de ahora en adelante te voy a llamar mi Emperador sirviente.»

«¿Sirviente?»

La niña, que sonreía tiernamente, agarró la cabeza del Emperador con ambas manos y lo sacudió mientras gritaba alegremente.

«¡Emperador sirviente, mi sirviente!»

«Solo llámame papá.»

No pude soportar la vista y me eché a reír.

«¡Sirviente! ¡Mi sirviente!»

Como no le hicimos mucho caso, Judith rápidamente perdió el interés y se tumbo entre nosotros dos, cediendo lentamente al sueño que llevaba acumulado. Pensando que ya se había dormido, miré a Callisto a los ojos mientras le preguntaba con un tono de voz muy bajito.

«Cuando despierte de su sueño, ¿podremos ir a ver al abuelo?»

Ante mis palabras, la niña asintió en voz alta.

«¡Sí! ¡Vamos a casa del abuelo!»

La familia Eckart, sobretodo el Duque y Rennald, tenían una debilidad especial por Judith, aunque aún a día de hoy seguían horrorizados por Callisto. Incluso Derrick luchaba por levantar las comisuras del labio y utilizar un tono suave delante de la niña.

A Judith le gustaba demasiado ir al ducado, pienso que tal vez es porqué allí la tratan más como una princesa que en el mismísimo Palacio Imperial.

«¿Por qué quieres ir allí? No hay nada bueno…»

El único que se sentía completamente insatisfecho con ir allí era Callisto. Imagino que la causa fue enteramente por lo que pasé en ese hogar, por lo que siempre era extremadamente cauteloso con todo lo relativo al ducado. A mí realmente me costó pasar página, pero, con el paso del tiempo, pude ir asimilando y perdonando, por lo que no me importaba ir a tomar un té con ellos.

«Es solo que ha pasado un tiempo desde que lo ví… Y él siempre me está enviando invitaciones.»

«Tsk, ese anciano… No tiene nada que hacer desde que se retiró… ¿Tanto le costaría emborracharse y dejar de querer ser la niñera de nuestra hija?»

«¡Esa boca tuya!»

Grité mientras le golpeaba suavemente la palma de la mano.

«¡Judith está presente!»

Tras mis palabras, Judith abrió los ojos y gritó de repente.

«¡Sería bueno que el Emperador sirviente viniera a la casa del abuelo conmigo!»

«¡Llámame padre!»

«¡No! ¡Eres mi siervo! ¡Eres mi Emperador sirviente!»

«Judith, cállate y duerme un poco.»

Mientras peleaba con la niña, Callisto agarró mi mano con la suya, logrando que sintiera una agradable sensación de bienvenida.

Ahora sí que me siento a gusto. Al fín estoy de vuelta entre los brazos de mi familia. 

¡Fín! 🙂

———

Uau, uau, uau, se nos ha acabado. Quiero llorar muy fuertemente. 🙁

Yo debería estar trabajando, pero estaba tan emocionada por teneros el capítulo final que no he podido evitar ir escribiendo mientras estaba en las reuniones de hoy, jajaja. ¡En esta vida hay prioridades! (Joke, joke, pero hoy tengo un día tan lleno de reuniones que si no lo hago de este modo no podría dejaros esta maravilla hoy.)

¡Gracias por los comentarios!

Miri

———

Anterior Novelas Menú Siguiente

error: Content is protected !!