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꧁☬ LMEEÚFPLV II☬꧂ Capítulo 22

8 noviembre, 2020

Capítulo 22:

«¡Uf!»

Callisto me abrazó con mucha fuerza, como si intentara aplastarme contra él, logrando que sintiera su áspera respiración junto a mi oído.

«Bastardo, ¿estás llorando? ¿Por qué? Déjame ir, por favor.»

«Si te dejo ir de nuevo…»

«Si no me dejas ir, ¿qué harás? ¿Volver a encerrarme? La próxima vez que escape te aseguro que no iré a algún lado donde fácilmente me puedas encontrar.»

Callisto refunfuñó me soltó de mala gana, logrando que diera un par de pasos atrás y lo enfrentara, teniendo una buena perspectiva de su cuerpo. Estaba tan pálido que parecía enfermo, y sus lágrimas se mezclaban con un extraño sudor que bajaba por su frente.

«… ¿Estás herido?»

«Mientras salía corriendo de la sala de conferencias me enfrenté a algunos muchachos los cuales no me querían dejar ir.»

«Cedric debe estar sufriendo de nuevo.»

«Eh. ¿Estás más preocupado por él que por mí? Estoy enfermo, Penélope Eckart, creo que la herida está abierta.»

«Eso es realmente doloroso, ¡deberías habértelo tratado en condiciones! ¿Estás bien?»

Respondí con un tono más suave, ya que cuando se trataba de su salud no podía evitar dejar mi rudeza de lado.

«Sí, estoy bien.»

«Estás bien… Me alegro, ahora, yendo a lo importante… ¿Cómo pudiste hacerme eso? Aún sigo pensando seriamente en como tomarme tus acciones.»

«¿Cómo?»

«¿Debo romper contigo e ir a vivir mi vida o debo llegar a un acuerdo contigo y regresar al palacio?»

Ante mis extremas palabras Callisto gritó de forma desmesurada.

«¡Penélope Eckart! ¡¿De verdad?! Te dije que estaba equivocado, ¡pero es que me lo ponías complicadísimo! Mientras trataba de ponerte a salvo tú te dedicabas a investigar al espíritu maligno, al loco ese y el marqués de Verdandi… No me lo has puesto fácil…»

Mientras Callisto caminaba hacía mí di unos pasos hacia atrás, advirtiéndole.

«Mantén la distancia, dije que lo estaba pensando. No te emociones aún, tengamos una conversación como personas civilizadas.»

Callisto refunfuñó bruscamente ante sus palabras, frotándose, con fuerza, la cara con ambas manos.

«¿Te has arrepentido?»

Le pregunté sinceramente, haciendo referencia a esa conversación que tuvimos hace tiempo.

«…»

Callisto arqueó las cejas y asintió con la cabeza, y, para asegurarme, no pude evitar preguntarle.

«Callisto, dime qué has aprendido de esta situación.»

«… No puedo retenerte, no puedo forzarte a estar encerrada…»

«Prosigue…»

«No importa lo que hagas en el futuro, puedes hacer todo lo que quieras sin que yo te diga nada.»

Asentí con una mirada levemente apagada para animarlo a continuar.

«Nunca llegué a pensar que una hora del té fuera tan productiva.»

Me reí fuertemente de él, era evidente que hacía referencia a mi cita con Marienne, aquella mediante la cual pude contactar con el duque, por ende, librándome del hechizo del palacio y pudiendo salir.

«Las mujeres siempre tenemos una conexión entre nosotras. Pero dejando eso de lado, ¿eso es todo lo que me quieres decir?»

«… En realidad… No todo…»

El rostro de Callisto se oscureció de repente y, tras mucho tiempo, preguntó débilmente.

«¿Cómo puedo retenerte?»

Hice una muestra de completa frustración.

«¿Sigues pensando en eso? ¿En serio? ¿No has escuchado nada de lo que te he  dicho? ¿Siquiera piensas que voy a dejar que vuelvas a encerrarme?

«Te amo, Penélope Eckart.»

Ante la repentina confesión de amor, lo miré con los ojos bien abiertos, no podía acabar de creérmelo.

«Me arrodillaría ante ti mil veces para darte las gracias por todo y lo haría otras cien veces más para que te decidieras a elegirme.»

«…»

«Pero ahora me dices que quieres irte, y honestamente yo ya no sé qué hacer…»

«… Su alteza…»

«Incluso he llegado al punto de no poder dormir bien por el miedo que tengo a que desaparezcas en cuanto cierre los ojos.»

Murmuró en voz baja con un rostro ligeramente distorsionado.

«No te gusta el tema del matrimonio, no te gusta el trono, no te gusto haga lo que haga…»

«…»

«Tengo poder absoluto y también tengo el poder militar para poder acabar con todos los países… Pero nunca me había sentido tan indefenso como hoy, cuando vi que habías desaparecido.»

Él sonrió con amargura, mostrando una mirada feroz, la cual únicamente me produjo una descomunal ira interna.

«¡¿Cuándo hizo su majestad todo lo que le pedí?!»

«¡Te dije que trasladaría toda la academia y las ruinas al palacio imperial!»

«¿Cuándo te pedí que hicieras eso? ¡Tú insististe, yo no te lo pedí!»

Callisto borró la sonrisa de su rostro y me impidió seguir hablando.

«Penélope Eckart, todo lo que quiero es… A ti… Quiero que estés a mi lado.»

Lo miré con sorpresa y me dediqué a observarlo a raíz de su cansada voz, su rostro, el cual siempre era una máscara dura y tan tentadora como el acero, desapareció, y él me miró con un gesto desesperado, pareciendo que colapsaría en cualquier momento.

«… Nunca he tenido nada más seguro en mi vida. Sabía que el segundo príncipe podría arrancarte de mis manos, así que nunca tuve ni una sola duda de ello.»

«… Su alteza.»

«Todo lo que tengo escondido en mi palacio son algunas de las pertenencias de mi difunta madre o algunos objetos de gran valor, pero ahora todo es diferente. Ni siquiera puedo compararte con las joyas existentes, aunque siempre brillas tan intensamente… No sabes lo mucho que me cuesta aceptarlo…»

Me quedé estupefacta ante sus contradictorios comentarios.

«¿Qué quieres decir?»

«Ese esclavo que te salvó y que inició la guerra, el heredero del duque…»

«…»

«Siempre pensaste que no lo sabía, pero lo sé, y quiero matarlos, pero me he estado reteniendo porque sé que tú ya lo tienes todo gestionado…»

Callisto miró hacia la dirección en la que Derrick había desaparecido.

«Quiero mantenerte escondida para que nadie pueda verte.»

Me miró con el rostro pálido, como si se estuviera asfixiado, y expresó las emociones que había estado reprimido.

«Y no quiero que sea así, quiero poder anunciar que eres mi amante para que todo el mundo lo sepa… De este modo nadie pensaría jamás en alejarte de mí…»

«…»

«Soy nuevo en esto de los sentimientos, así que no sé qué hacer, ni como debo gestionar todo lo que siento…»

Su voz se cortó un poco mientras volvía a sujetarse el rostro con ambas manos.

«No sé… ¿Me ves como un patético?»

Como un hombre que lucha por encontrar respuestas, Callisto parecía realmente confundido. Al igual que él, a raíz de sus palabras, me sentí frustrada y confundida.

«… ¿De quién diablos estás tratando de esconderme?»

«De todo lo que intenta alejarte de mí, incluyéndote a ti misma.»

La respuesta llegó sin demora, mostrándome cuan loco estaba.

«De los que quieren llevarme… Incluyéndome a mí misma… Su alteza…»

«…»

«Ven aquí por un momento.»

Callisto abrió mucho los ojos.

«¿Qué…?»

«Ven aquí por un segundo.»

El príncipe heredero se acercó a mí sin dudarlo, mientras una extraña tensión recorría su rostro tras inclinarse ante mí para ajustarse al nivel de mis ojos. Callisto me miró fijamente para acabar cerrando los ojos tras verme estirar los brazos alrededor de su cuello.

«Loco, ¡estás demasiado loco!»

Me eché a reír mientras agarraba su precioso cabello dorado entre mis manos.

«¡Oye!»

Los párpados de Callisto, que habían estado bien cerrados, se estremecieron y volvieron a levantarse, revelando esas hermosas pupilas tan rojas como el rubí.

«¿Oye?»

«…»

«Yo también te quiero.»

Él era solo tres años mayor que yo, pero estaba tan herido que eso le causaba un miedo atroz a amar y ser amado. ¿Qué le hicieron para dañarlo tanto?

«Yo también te quiero.»

Repetí cada palabra con claridad.

«… ¿Qué quieres decir?»

«¿Crees que eres el único que está ansioso?»

«… Penélope.»

«Estoy ansiosa por quedarme aquí. No sé qué va a pasar, no sé que puedo hacer, no sé que rumbo tengo que tomar. Estoy asustada, Callisto.»

Al acabar de hablar tomé fuertemente del pelo a Callisto, logrando que este gritara fuertemente.

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Aquí tenemos un capítulo de nuestra parejita, esto me está gustando, son la mejor pareja, jajaja. A ver que pasa en el siguiente capítulo, ahora voy a ponerme un ratico con él.

Chicos, mil gracias por los ánimos, sois los mejores. Por cierto, me ha llegado mi nuevo pc, se me rompió el anterior, así que ahora estoy feliz, ya que de este modo puedo trabajar en condiciones. 🙂

Miri

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