Capítulo 21:
Abrí mi boca ante la inesperada petición que acabo de escuchar, viendo como ese par de ojos azules se sacudieron levemente con desesperación.
«… ¿Te lastimaste la cabeza?»
Si no fuera eso, sus palabras no tendrían sentido. Si el juego todavía estuviera en pleno apogeo, definitivamente esta sería la situación ideal para tratar de aumentar mi predilección. Pero todo eso terminó, incluyendo mi relación con todos los Eckart.
«Y…»
Derrick abrió la boca y calmó su voz.
«A pesar de ser el próximo heredero de los Eckart, fui un hombre despreciable que mató a mi hermana pequeña con mis propias manos».
«…»
«Lo admito, todo es mi culpa.»
«…»
«Tú… Cuando viniste a la mansión en lugar de Yvonne…»
«Detente ahí.»
Las siguientes palabras de Derrick eran tan predecibles… La piel de todo el cuerpo se me puso de gallina solo con pensar en la declaración que venía.
«Por favor, deténgase, no quiero escucharlo.»
«Fui tan tonto… Un tonto completamente ciego…»
«…»
«Puedo repetirlo tantas veces como sea necesario…»
Solté una fría risa justo cuando entendí todo. No estaba hablando de Yvonne.
«¿Qué vas a hacer entonces?»
«…»
«Te odio, hasta el punto en que siento que me estoy volviendo loca. ¿Qué vas a hacer?»
Su rostro se puso aún más pálido después de mis últimas palabras por lo que, mientras lo miraba, apreté los dientes e incliné mi cabeza abruptamente.
«¿Qué? Para ocultar tu afecto por tu hermanastra frente a la gente, haces que la maltraten y la desprecien, logrando que todo acabe en suicidio… ¿Y ahora todo lo que vas a hacer es confesar?»
«… Penélope…»
«¿O quieres procrastinar y encerrarme como un pájaro en tu habitación?»
Sus ojos azules se abrieron de par en par, mostrando una vivida expresión en su rostro, ya fuera por estar avergonzado o angustioso… Ninguna de las dos opciones es mi problema.
«Obviamente no puedes hacer eso, pero aun si lo hicieras, me acabaría casando con el príncipe heredero de inmediato.»
Afortunadamente o desafortunadamente no solo que no tenía simpatía por sus sentimientos, sino que también sabía cómo soplar su mecha de manera efectiva.
«¡Penélope Eckart!»
Como era de esperar, rápidamente reveló su verdadero yo y distorsionó por completo su rostro. Incluso si no quería casarme con Callisto, él todavía esperaba por mí, para entregarme rápidamente el trono, así que bastarían solamente unas palabras y podría salirme con la mía.
«No necesito ni tu protección ni la autorización que crees que me debes dar. Voy a lograr escalar a una posición noble más fuerte y más alta de la que tienes, por lo que tus palabras no tendrán ningún efecto en mí.»
La tez de Derrick cambió, como si toda su sangre estuviera saliendo de él, por lo que, lentamente, me incliné hacia él, el cual todavía estaba congelado como una estatua, y le susurré al oído.
«Antes de que haga eso, debe mantener la línea, joven duque.»
«…»
«Te lo dije, ve y abraza a tu hermanita por el resto de tu vida.»
Me acerqué a él e imagino que pensó que lo golpearía, ya que se puso rígido, pero simplemente lo aparté y tomé el espejo de mano que había caído cerca de su regazo.
«Si lo entiendes, cuídalo bien, es una reliquia de tu hermana pequeña.»
Sin embargo, mi mano, que estaba a punto de retirarse sin dudarlo, fue retenida otra vez.
«… ¿Cómo puedo pedirte perdón?»
Dijo con su rostro borroso de dolor, como si le hubieran perforado el estómago.
«Por favor, olvídalo. Todo lo que dije antes… Fue un desliz de lengua.»
«…»
«Pero, ¿cómo puedes hacer eso…?»
«…»
«¿Puedes volver a llamarme ‘hermano mayor’ como antes?»
Miré a Derrick con asombro y al instante recordé que siempre que lo llamaba hermano mayor perdía preferencia, así que ahora era totalmente irónico que me suplicara de esa manera. Más aún, ¿qué diría Penélope, la cual llamó a su hermano, ‘hermano mayor’ hasta la muerte? ¿Le gustaría a ella? Tras muchos años finalmente había sido aceptada por su familia. Aunque, desafortunadamente, nunca dejaría que esas palabras salieran de mis labios nuevamente.
«Parece que el joven duque no tiene idea alguna de lo que está pasando…»
Silenciosamente sacudí mi mano, como si acabara de tocar un insecto sucio.
«Solo finge que no tienes ni la más remota idea de lo que estoy haciendo.»
«…»
«Por favor, ocúpate de ese sentimiento repulsivo por ti mismo.»
«…»
«De hecho, hay muchas cosas que probablemente sean mucho más importantes para el joven duque. El honor de los Eckart, la reputación, la familia, el juicio de los demás, etc.»
Le devolví las palabras que él me recordaba todo el tiempo, mientras miraba sus marchitos párpados y viendo como él se estremecía. Pero ni siquiera sentí pena por él, por lo que me encogí de hombros mientras lo torturaba lentamente, queriendo extinguir todo rastro de esperanza.
«Incluso cuando llegue el día en que reconozcas mi existencia, no estás obligado a tratarme como parte de tu familia.»
Derrick apenas hizo un sonido sofocante, como si lo hubieran ahogado.
«¿De verdad te vas a ir?»
«…»
«Quiero quedarme a tu lado… Incluso como tu hermano…»
«Nunca supe que un Eckart pudiera ser tan desvergonzado.»
Derrick y yo nos estremecimos al oír una voz externa, de alguien que acaba de entrar en la sala del incinerador.
«… ¿Callisto?»
El príncipe heredero se acercó a nosotros sin dudarlo, con su cabello dorado revuelto brillando resplandeciente ante la luz del sol de la tarde.
«Oye, ¿no debería esta ‘etapa del perdón’ terminar ya? Solo debes pensar en toda la mierda que le has hecho a la princesa hasta ahora.»
Callisto se acercó a mí con una mirada asesina, agarrándome rápidamente y escondiéndome detrás de su espalda, como si Derrick, el cual estaba arrodillado, fuera una amenaza.
«Ah… Su alteza.»
Entré en pánico y le di unas palmaditas en la espalda para que se detuviera. La coronación está a punto de llegar, por lo que sería un gran problema si ahora apuñalara al joven duque, pero, ante todo pronóstico, Callisto se quedó quieto y torció la cabeza, actuando como si estuviera escupiendo al arrodillado Derrick.
«Solo agradece que te salvó de Leila y déjala en paz. Si yo fuera la princesa, desde el concurso de caza habría afilado mi espada para matarte.»
«…»
Callisto extendió la mano y se aferró al hombro de Derrick.
«Deja de avergonzarla. Sabes que tus rodillas no son lo suficientemente valiosas como para conseguir su perdón, ¿verdad?»
Pude ver como un tendón azul aparecía en el dorso de su mano, parecía como si se fuera a romper el cuello de inmediato.
«¡Oye!»
Rápidamente retiré su mano y le dije a Derrick:
«Por favor, levántese, joven duque.»
Afortunadamente Derrick era un hombre inteligente, el cual sabía que no debía actuar descuidadamente frente al príncipe heredero, por lo que se levantó de su lugar, estirando las piernas en el proceso.
Borró todo su semblante, como si todos esos ruegos fueran una completa mentira, y volvió a la conducta inexpresiva de la que ya me tenía acostumbrada.
«Este es nuestro problema familiar, no es algo sobre lo que un forastero pueda discutir, alteza.»
Como era de esperar, respondió sin ninguna deferencia, logrando que, como respuesta, Callisto me tirara de la cintura, mientras que, con la otra mano, se alborotaba el pelo murmurando con una expresión grosera:
«¡Maldita sea! ¡Dejé mi espada atrás!»
Un escalofrío me recorrió la espalda mientras pensaba en cómo detener a Callisto antes de que perdiera el control y matara a Derrick.
«Ambos, por favor, deténganse. Joven duque, fingiré que no escuché nada de lo que dijo hoy. Simplemente cuídense bien y discúlpeme.»
Incluso después de todo, dio un paso más y me habló en voz baja. Me preguntaba, ¿todavía quedaba algo de lo qué hablar?
«… Penélope, todavía necesito de ti…»
«Piérdase.»
Pero incluso antes de que pudiera llegar a mí Callisto lo bloqueó y le advirtió con el ceño fruncido.
«Deja de comportarte tan impulsivamente y comienza a usar esa sabia cabeza, joven duque. Solo tienes una vida, pero a los Eckart todavía les queda otro hijo el cual podría ser el próximo heredero del ducado.»
«…»
«Aunque… No deberías dejar este mundo antes de tener la oportunidad de tratarme como a tu cuñado.»
Lo miré seriamente mientras los bloqueaba, ya que seguía amenazando con matar al próximo heredero de los Eckart.
«¡Su alteza!»
Afortunadamente Derrick entendió la situación, se volvió y salió de la sala del incinerador, sosteniendo el espejo de Yvonne en su mano. Parecía que tampoco podía aguantar más, ya que la mancha de sangre en el vendaje se ensanchó mientras hablaba con Callisto.
‘Me alegro de que no seas tan loco como Eclise y Rennald…’
«Debería haber puesto fin a esto usando la espada y desgarrando la otra mitad de su estómago.»
Fruncí el ceño mientras lo regañaba.
«No digas cosas tan terribles.»
«No, por dejarlo vivir sigue diciendo tales tonterías…»
«No me importa. Por cierto, ¿qué estás haciendo aquí?»
Cerró la boca abruptamente cuando miré su rostro hosco con los brazos cruzados. En esta hora debería estar en una reunión tratando asuntos políticos, me fijé a propósito en la hora para que no pudiera rastrearme de inmediato, ahora, mirando su rostro, veía que estaba muy molesto. Su complexión no era mejor que la de Derrick.
La culpa me carcomió al percatarme de que todos los protagonistas masculinos estaban completamente heridos y tan pálidos como fantasmas.
«… Vine aquí para recogerte…»
A diferencia del tono que utilizó hace un rato para reñir a Derrick, ahora empleaba una tonalidad mil veces más suave.
«… Cuando hayas terminado de cerrar los asuntos que tengas, volvamos a nuestro palacio.»
Abrí los ojos como platos mientras lo miraba.
‘Volver… ¡¿Es esto todo lo que vas a decir?!’
Pensé que en realidad me estaba volviendo loca y, mientras sufría de dolor de cabeza, le estreché suavemente la mano, la cual sostenía mis dedos y corregí sus palabras.
«Es tu palacio, no nuestro.»
«Princesa.»
El príncipe me llamó con cara de mal humor y yo no pude evitar hacerle una pregunta.
«¿Hay algo más que necesites de mí?»
«… Sí.»
«Entonces, ¿dónde me vas a encerrar esta vez? ¿Un lugar que ni los pájaros ni las ratas conozcan?»
El rostro de Callisto se puso aún más pálido después de que dijera esas pequeñas puñaladas camufladas como preguntas.
«No, maldita sea, estoy equivocado.»
Como si fuera a desaparecer de inmediato, Callisto corrió hacia mí y me abrazó con ambos brazos.
«Ya lo entiendo, maldita sea, no peleemos más, por favor. Me vuelvo loco al estar de malas contigo.»
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Callisto al rescate, jajaja, como lo amo. Ojalá y en el próximo capítulo haya una buena confesión.
Por cierto, mi abuela ha muerto… Rezar un pelín para que se vaya al cielo. 😉
Miri
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