Regresé a mi habitación sola, habiendo dejado al Príncipe Heredero en el comedor con una expresión de asombro en su rostro. Y, en cuanto entré en mi habitación, solté mi ira.
«¿Qué? ¿Por qué harías algo tan molesto?»
No importa cuánto lo piense, me siento mal. Mi boda se celebrará el día de la coronación y durante mi estancia en el palacio imperial, esas noticias las habían oído todos menos yo.
«¿Con quién te vas a casar si no es conmigo?»
Evidentemente no tengo a nadie más con quien casarme excepto él, pero…
«¡Ja! ¿Quién se va a casar contigo? ¡No tengo la menor intención de casarme contigo, loco cabrón de cabeza dorada!»
Grité y señalé, como si Callisto estuviera parado frente a mí.
«¡Incluso si tú me suplicas de rodillas para que me case contigo, nunca te escucharé y haré todo lo que quiera, hijo de puta!»
Rápidamente me agoté mientras deambulaba por la habitación, desde esta mañana habían pasado tantas cosas… Que me tiré a la cama de forma impotente y acabé suspirando de frustración.
«Ahhh…»
¿Cómo pasó esto? Desde que Callisto abrió los ojos empezó a comportarse de forma rara, y los sirvientes también, lo que hacía que me sintiera incómoda… Ahora entendía porque…
«Lo que dijo Marienne era cierto…»
Miré fijamente al techo, totalmente metida en mis inútiles pensamientos, de hecho, no es como si nunca hubiera planeado el futuro con Callisto. Lo amaba, por eso decidí quedarme aquí y sí, sabía que me acabaría cansando con él… Pero no así.
Realmente siempre había visto el matrimonio como algo lejano, ahora que estoy fuera del juego, tengo toda la vida por delante. Y, al igual que Callisto, que soñaba con ser un ‘emperador impecable’, yo también tenía mi sueño. Aunque para ser honesta, sentía pena por mis calificaciones y la especialización que dejé en mi vida pasada, pero ahora mi objetivo era vivir con seguridad, así que quería lograr mi sueño original aquí.
Afortunadamente, ahora no tengo que estudiar toda la noche en un semisótano mohoso después de trabajar a tiempo parcial toda la semana, sin embargo, como el príncipe estaba tan ocupado estos días, aún no le había podido decir que quería estudiar.
«Todavía no sé qué está pasando en este mundo. ¿Matrimonio? ¿Emperatriz? Ni siquiera sé ser aristócrata.»
Era injusto y yo estaba irritada, pero al mismo tiempo, vino a mi mente el rostro de Callisto, viéndose pálido y totalmente paralizado ante mi respuesta.
«… ¿Quizá fue demasiado?»
«No, ¡es extraño decirle que sí a un tipo que ni tan siquiera se te ha propuesto!»
Mientras luchaba con mis emociones encontradas, pronto dejé de pensar.
«¡Oh, no, no lo sé! ¿Por qué debería preocuparme por él? Es que ese loco no me cuenta nada y lo planea todo por su cuenta…»
Pensando en voz alta llegué a la conclusión de que cuando Callisto venga esta noche tendremos una conversación racional. En el comedor actué demasiado emocionalmente, como si estuviera loca con él, pero este asunto debíamos tratarlo bien, de forma calmada.
«No te enojes, cálmate. Solo tienes que hablar sobre mi puesto, la planificación… Y decírselo todo bien.»
‘Haré que todo suceda, ya sea magia o arqueología. Todo lo que quieras hacer, así que quédate conmigo aquí y no regreses.’
Pensé que cumpliría su promesa, esas palabras que él mismo me había dicho, pero…
***
«Dijo que hoy llegará tarde debido al trabajo.»
Fue Cedric, no Callisto, quien vino a mi habitación antes de la cena.
«No es porque esté molesto, ¿no?»
«¿Cómo podría yo saberlo?»
Cedric negó con la cabeza, evitando mi mirada.
«Es cierto que está ocupado. Interrumpió la reunión para hacerse un chequeo para poder cumplir su promesa contigo, princesa».
«Huh.»
Giré la cabeza con un bufido.
‘Chico infantil. Así es por donde me sales, ¿verdad?’
No me arrepiento de lo que le he dicho, si hay algún problema, una vez que el proyecto de verificar la condición de vida o muerte de Vinter Vernandi haya finalizado, ya no tendré ninguna razón para quedarme en el palacio imperial. Entonces, ya le pediré ayuda al duque.
«Princesa, no sé si puedo decir esto… Pero debes haberte quedado muy sorprendida.»
Cedric abrió la boca con cuidado, por lo que le pregunté como si no lo supiera.
«¿Por qué?»
«Te rechazaron en el comedor.»
«Ja, ¿de qué tipo de rechazo es este del que me estás hablando?»
Me reí como si estuviera en shock.
«El rechazo se usa cuando pides algo… Y nunca he dejado escapar esas palabras.»
«Jaja… Es que su alteza es un poco torpe.»
De golpe abrí mucho los ojos y le pregunté a Cedric.
«Hiciste todo eso por una razón, ¿no?»
«Sí, ¿qué…?»
«A menudo me preguntaste sobre la situación o los asuntos exteriores. ¿No querías probarme para ver si podía ser la emperatriz o no?»
«¿Qué? ¡Oh, no es así!»
Cedric saltó y agitó la mano.
«Yo… No me atrevo a poner a prueba a alguien… ¡No digas eso, princesa! ¡Quiero vivir mucho tiempo!»
«¿Entonces por qué hiciste eso?»
«Bueno, ya sabes…»
Cedric, que dudó en responder, pronto cerró los ojos y dijo la verdad.
«Su alteza, el príncipe heredero, quería que usted respondiera algunos de los problemas para saber la opinión de la princesa heredera.»
«¡¿Qué?!»
Sin saberlo, olvidé mi dignidad y grité. Parece que las palabras que le había dicho a Cedric fueron en realidad ejecutadas bajo mi nombre. ¡Él lo sabía! ¡Y aun así lo anotaba todo como un loco! Casi grité con un profundo deseo de agarrarme a puños con Cedric.
«No, joder, no… ¿Siquiera eso tiene sentido? La perra loca del duque, que ni siquiera conoce nada de política, lo ha resuelto, entonces, ¿todos lo creerían?»
«Sin embargo, tiene que hacer cosas de este estilo para poder casarse sin que haya ninguna objeción… Sabes, los apodos pasados de la princesa dan un poco de miedo, jajaja.»
Suspiré y pensé en la gente que ahora estaría furiosa.
«¿Qué dijo mi padre?»
«¿Eh? Tu padre…»
«¡El duque Eckart, mi padre! ¿No ha dicho nada?
De alguna manera, el duque que debería haber venido corriendo de inmediato se quedó callado. Ese pensamiento me puso más ansiosa.
«Oh, el Duque Eckart… El Duque parecía reacio, dijo que no sabía si la princesa quería eso, pero parecía satisfecho de que el estado de la princesa fuera mejor día a día.»
Me alivia escuchar eso por un momento, porque podría así estar listo para aceptar la próxima bomba.
«Padre… ¿Sabe él de la coronación?»
«Oh, sí… Desde esta mañana…»
Cedric respondió con una expresión de pesar.
‘Es por eso.’
Ahora lo entendía todo, el subordinado que entro corriendo, y las frases ‘Temo que la coronación me rompa los huesos’ y ‘Todo lo que dicen los viejos, ‘No debería ser así, no debería ser así’ ‘.
El Príncipe Heredero frunciendo el ceño y quejándose sin poder imponer su voluntad… Solo entonces el rompecabezas encajó perfectamente.
«… Mi padre debe haber tenido prisa por encontrarme.»
Mientras murmuraba para mí misma, Cedric respondió con una mirada determinada.
«Su alteza, el Príncipe Heredero, ha prohibido que los forasteros entren al palacio.»
«Eso es bueno…»
Me sentí aliviada al saber que de esta forma se evitaban encuentros peligrosos.
«Ahhh.»
Me agarré la cabeza pensando en esta loca situación.
«Pri… Princesa.»
«Yo era la única que no sabía nada de mi boda.»
«¿Si…?»
«El rumor entre nosotros y el hecho de que mi boda se estaba organizando sin mi conocimiento…»
Me sentí como una tonta y de pronto estallé en carcajadas.
«Princesa, por favor, eche un vistazo.»
«¿Qué?»
Cuando lo miré con los ojos bien abiertos, cerró la boca y de pronto habló con voz solemne, como si hubiera tomado una decisión.
«Su alteza parece estar muy ansiosa.»
«¿Qué?»
«Sabes princesa… Si quieres, puedes dejar este lugar en cualquier momento.»
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Fiuuuu, pobre Penny… La verdad es que debe ser una putada increíble ser la única que no sabe una cosa… Y más si es tu puñetera boda y ni se te han declarado… Aiii este Callisto… ¡¡¡Cuánto le queda por aprender!!!
2/3 capítulos. No sé si porqué estoy cansada y mi cuerpo quiere ir a dormir, pero coñis, me he puesto las pilas, jajaja, igual y me da tiempo a dormir algo, jajaja. 😉
Miri
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