Monette 28: Por el valle donde vive la bruja
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Un duque es un individuo que cuenta con el título más alto de la nobleza. Este reconocimiento, superior al que obtiene un marqués, suele ser concedido por un monarca para expresar su gratitud o para distinguir a los descendientes de la familia real que no son herederos.
Los miembros de la realeza deben ser nombrados de una forma en particular, con un tratamiento específico que deje reflejada la importancia de su cargo y lo distinga de los que se encuentran por debajo (si pensamos en los jueces, por ejemplo, no podemos llamarlos por su nombre de pila ni tampoco se aconseja usar sus nombres completos, sino «Su Señoría»). En el caso particular de los duques en España, la gente debe dirigirse a ellos como «Excelentísimo Señor».
Los tratamientos protocolarios, han sido usados en las monarquías desde hace siglos para referirse a los ocupantes de los diferentes roles, como ser el monarca (que podía ser un emperador o una emperatriz, un rey o una reina, un príncipe reinante o soberano, un gran duque, etcétera), pero también a aquellas personas que forman parte de la familia real (la reina consorte o su consorte, el príncipe o la princesa que heredarán la corona, el resto de los hijos y también los nietos) y algunos de los miembros de la nobleza (grandes, lores, duques, marqueses, condes, vizcondes, barones y señores, entre otros, según el país y la época).
La etimología de duque nos lleva al francés duc, a su vez derivado del latín dux (que puede traducirse como “general”). El ducado es el señorío del duque, cuya versión femenina es duquesa.
En la época de los romanos, el dux era quien guiaba al ejército. Como solían entregarse tierras a aquellos generales que triunfaban en la guerra, el título comenzó a transformarse en un reconocimiento nobiliario. La división de territorios en condados dejó a los duques como los nobles más importantes de diversas regiones. El título también se hizo hereditario en numerosos lugares.
En la actualidad, los títulos nobiliarios resultan simbólicos y tienen carácter honorífico. En el Reino Unido y en España, por ejemplo, los duques siguen formando parte de la realeza.
Además del título de duque, propiamente dicho, encontramos otras formas que contienen esta palabra pero hacen referencia a títulos nobiliarios diferentes:
*: el Gran Duque, por ejemplo, es un título que se encuentra por encima del de Príncipe, aunque por debajo del de Gran Príncipe y el de Rey;
*: el título nobiliario de Archiduque se usaba en Austria para designar un puesto superior al de Duque y lo otorgaban a todos los descendientes de la familia de Habsburgo. Solamente lo superaban en importancia los reyes y los emperadores;
*:en tercer lugar tenemos el título de Conde-Duque, que se forma al fusionar uno de Conde con uno nuevo, de Duque.
El príncipe Eduardo es el duque de Kent, un título que heredó en 1942 ante el fallecimiento de su padre (el príncipe Jorge). El duque de York, por su parte, es el príncipe Andrés, el hijo de la reina Isabel II.
En España, podemos mencionar al duque de Alba de Tormes (Carlos Juan Fitz-James-Stuart y Martínez de Irujo), el duque de Marchena (Juan Jacobo Walford Hawkins y Borbón) y el duque de Sevilla (Francisco de Paula Enrique de Borbón y Escasany), entre otros.
Benito Mussolini, el líder nacionalista italiano que ocupó el cargo de Presidente del Consejo de Ministros Reales desde 1922 hasta 1943 y luego guió la República Social hasta que lo asesinaron, se hacía llamar «El duque». El régimen que tuvo a su cargo fue de tipo totalitario y se enmarcó en el período del fascismo italiano, uno de los más lamentables de la historia.
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