Categoría: Psicológico

  • Begonias – 60

    Begonias – 60

    Capítulo 60: Elevándose sobre las altas montañas

     

    Zhong Yu Bai no entendía exactamente lo que Zhong Yu quería.

    Así que le preguntó directamente, esperando que le respondiera directamente.

    No tenía la energía para andar en círculos con alguien que solo albergaba ambiciones vacías; era una pérdida de tiempo.

    Mientras se marchaba, Zhong Yu Bai pensó en ello.

    Quizás Zhong Yu buscaba venganza, pero no tenía la capacidad. O quizás quería recuperar las acciones que su padre poseía originalmente y que fueron confiscadas. O quizás fuera más codicioso y quiere aumentar sus acciones en 20%.

    También era posible, que ni siquiera él mismo supiera exactamente qué quería.

    Zhong Yu, con su formación literaria, llevaba gafas, parecía gentil y frágil, y no tenía el aura de alguien que lucha por el poder. Parecía haber heredado el temperamento gentil y culto de su tío abuelo, Zhong Bingwen.

    La gente como él suele citar poesía y libros, se centran en las necesidades espirituales y carecen de la mentalidad y las estrategias que deberían aplicarse en las guerras corporativas.

    Para decirlo sin rodeos, no estaba capacitado para dirigir una empresa.

    ¿Y si le diera un trabajo? …Solo perdería dinero de forma más desastrosa que su padre.

    Entonces, existe otra posibilidad: Quizá simplemente quisiera ver a Zhong Yu Bai muerto, verlo caer y desmoronarse en pedazos.

    ‘Esa es probablemente la verdadera respuesta.’

    En resumen, sus deseos eran muy abstractos.

    Después de limpiarse las manos dos veces con un pañuelo de papel, Zhong Yu Bai aún sentía molestias en la palma. Habiendo hecho algo desagradable, parecía mejor lavarse.

    Después de lavarse las manos, dejó el asunto de lado.

    Todavía tenía trabajo por hacer.

    Cuando llegó frente al Edificio Boyang, Ding Jialing estacionó el auto y Zhong Yu Bai salió y caminó a grandes zancadas.

    Con el rabillo del ojo, vio un coche inusual estacionado frente a la entrada, donde no había plazas para aparcar.

    Zhong Yu Bai miró el Audi, pero no le prestó atención hasta que, justo cuando pasaba por detrás del coche para subir las escaleras, alguien salió del auto a toda prisa.

    Al ver a Ji Huan, los pasos de Zhong Yu Bai vacilaron ligeramente.

    “Señor Ji.” (Zhong Yu Bai)

    “Director General Zhong.” – Ji Huan dio unos pasos rápidos hacia él, bloqueándole el paso, y esbozó una leve sonrisa. – “¿Podríamos charlar unos minutos?”

    Zhong Yu Bai miró la hora y dijo. – “Tengo una reunión a la que debo asistir y no puedo posponerla. Deme media hora.”

    Ji Huan se quedó atónito por un momento, luego asintió.

    Zhong Yu Bai miró a su alrededor y llamó a un guardia de seguridad para que ayudara a aparcar el coche de Ji Huan, ya que no era conveniente dejarlo en la entrada.

    Mientras su coche fue movido, Ji Huan él se quedó de pie bajo la luz del sol, observando al hombre, que era una cabeza más alto que él, entrar en el rascacielos de cristal.

    Levantó la vista hacia el imponente edificio, que parecía ser interminable, hasta que el resplandor del sol cegó sus ojos, obligándolos a cerrarlos y sintió que sus globos oculares se hinchaban.

    Con Ji Huan, Zhong Yu Bai hizo una excepción, ajustando su horario original.

    Se encontraron en la cafetería, y en cuanto Zhong Yu Bai se sentó, oyó a Ji Huan decir sin rodeos:

    “Vayamos al grano. Zhong Yu Bai, por favor, deje a mi hija en paz.”

    La conversación estaba a punto de romperse antes incluso de que se sirviera el café.

    Zhong Yu Bai permaneció tranquilo, como si esa abrupta petición no le sorprendiera en absoluto, y se frotó suavemente sus manos entrelazadas sobre las rodillas.

    Después de un rato sin responder, finalmente sacó a relucir otro asunto: “La casa de té que abriste en la montaña Jingzhe perdió dinero. Esa montaña no es apta para el desarrollo. ¿No hiciste una evaluación de riesgos?”

    La mirada de Ji Huan se agudizó de inmediato. “¿Está diciendo…?”

    Zhong Yu Bai respondió: “Si estás imitando a alguien, aún necesitas tus propias ideas. No se puede imponer a la gente un impuesto al coeficiente intelectual de esta magnitud. Si realmente no lo entiendes, podrías haberme preguntado.”

    Sus palabras contenían una leve sonrisa, pero su mirada permaneció tranquila, sin mostrar ningún rastro de burla, sólo estaba mostrando una etiqueta de conversación amistosa.

    Pero al mencionar eso, su intención claramente fue hostil.

    Al ver que la expresión de Ji Huan comenzaba a flaquear, Zhong Yu Bai añadió: “No tienes curiosidad por cómo lo sé; el banco tiene registros.”

    Llegó el café y Ji Huan tomó un par de sorbos rápidamente.

    Él sabía que Zhong Yu Bai había ayudado a Ji Zhen Tang a abrir una casa de té y que su hija, que no era valorada en la familia, estaba ahora estaba volando más alto que él, por lo que algunos sentimientos agrios surgieron inevitablemente en el fondo de su corazón.

    ¿Por qué debería competir con su propia hija? Sin embargo, la psicología humana es compleja. Su deseo de separarla de Zhong Yu Bai se debía, al menos en parte, a su renuencia a verla ganar poder y, su deseo de no mostrarle ningún respeto.

    (N/T: Cero de Nota para este padre estúpido que quiere competir incluso con su hija.)

    Así que intentó imitar su modelo de negocio, invirtiendo en una casa de té propia, sin embargo, el negocio no salió bien. Por suerte, la inversión no fue demasiado grande y las pérdidas tampoco fueron muchas.

    “¿Me ha estado investigando?” – Ji Huan le preguntó.

    Zhong Yu Bai respondió: “Eso es una exageración. Resulta que tengo un amigo que también tienen casas de té, y cuando alguien intenta compartir el mismo trozo de pastel, es inevitable que esté alerta y quiera explorar la situación.”

    Ji Huan guardó silencio.

    Después de un rato, al darse cuenta de que estaba en una posición inferior, rápidamente cambió de tema, visiblemente disgustado. – “No vine a hablar de eso…”

    Antes de que pudiera terminar de hablar, Zhong Yu Bai deslizó una tarjeta bancaria por la mesa, empujándola hacia el centro con la yema del dedo.

    El pequeño gesto lo interrumpió a mitad de su discurso.

    Ji Huan se quedó atónito y levantó la cabeza para mirarle con cautela.

    Zhong Yu Bai habló con calma: “Ya que ella dijo que no quiere volver a verte, romper con ella no sería tan difícil.”

    “¿Está bromeando?” – Preguntó Ji Huan con una fría mueca. – “¡Xiao Tang es mi hija! Soy su padre, ¡y la cuidaré por el resto de su vida!”

    Zhong Yu Bai sonrió levemente, aunque aún era imposible detectar altibajos en sus emociones.

    Claramente, la ira de Ji Huan no le sorprendió.

    “Las personas son concebidas por sus madres, y los padres como mucho juegan el papel de acompañante.” – Dijo Zhong Yu Bai. – “Y si ni siquiera pueden cumplir adecuadamente ese rol, entonces la gente aún puede vivir una vida maravillosa sin un padre, o incluso más maravillosa, ¿verdad?”

    Observó la expresión compleja de Ji Huan, señaló la tarjeta y finalmente dijo: “Este dinero, tómalo y salda tu deuda. Debería ser suficiente para comprar tus derechos de custodia.” (Zhong Yu Bai)

    Ji Huan probablemente no sería capaz de devolverle el dinero del banco.

    Pero Zhong Yu Bai se dio cuenta de su carácter: astuto, mezquino, hipócrita y codicioso. Una persona así jamás rechazaría un trozo de pastel caído del cielo.

    Como dice el dicho, todo lo que se puede solucionar con dinero no es realmente un problema. <imreadingabook.com.pe>

    Negociar con ese tipo de personas es lo más fácil y deshacerse de ellas también es fácil, no hay necesidad de lágrimas, enredos ni dramas tristes innecesarios.

    Zhong Yu Bai no tenía la capacidad de leer la mente; simplemente entendía a la perfección la naturaleza humana.

    Esa malevolencia, oscuridad, deseos y deficiencias son como algas ocultas bajo el agua, flotando y hundiéndose en el fondo de sus ojos, uno puede pensar que están bien ocultos mientras no se muestran por encima de la superficie del agua, pero no sabe que ya han enturbiado el agua y lo han vuelto más oscuro.

    Estas cosas nunca pueden ocultarse del todo.

    Es peligroso; es una enfermedad terminal.

    Al mirar la tarjeta, Ji Huan dudó por un momento.

    Entonces Zhong Yu Bai añadió: “Pero ya es adulta y no necesita un tutor. Ella puede lograr su propio éxito con o sin ti o incluso sin mí.”

    Ji Huan quizá estaba dudando y sopesando los pros y contras, pero Zhong Yu Bai no estaba dispuesto a esperar más. Pronunció unas últimas palabras: “No existe tal cosa como cuidarla de por vida. Tu inútil disciplina terminará aquí.”

    Dicho esto, sin esperar respuesta, se levantó y se fue.

     

    ***

     

    Para encontrarse con Ji Huan, Zhong Yu Bai había reprogramado parte de su trabajo y en el camino de regreso, necesitó reorganizar su agenda.

    Sin embargo, sentado en la parte trasera del coche, contemplando la luz del sol que se filtraba por la ventanilla, de repente se sintió incapaz de concentrarse y de sumergirse en esas tediosas tareas.

    Así que se quedó mirando la luz del sol fuera de la ventana, momentáneamente perdido.

    Zhong Yu Bai la había visto crecer; era difícil describir esa mágica sensación de ver nacer, crecer, hablar y dar sus primeros pasos a un niño pequeño.

    Era como presenciar cómo una semilla perfecta va creciendo y desarrollándose lentamente.

    Como niña que creció en un ambiente cálido, había crecido libremente, disfrutó al máximo y desarrolló la belleza de su naturaleza y ante sus ojos, él la había visto transformarse en un retoño exuberante.

    En aquel entonces, quería regalarle todas las cosas más puras del mundo.

    Ella se lo merecía todo.

    Pero un día, un accidente los separó.

    Cuando se reencontraron muchos años después, se dio cuenta con dolor de que el pequeño retoño que había ayudado a cultivar con sus propias manos se había marchitado.

    Estaba agobiada por tantas cosas que se sentía encorvada y deprimida, incapaz de ser feliz y sin nadie que la protegiera.

    Y no solo eso, algunas personas pasaban a su lado y la pisaban con malicia.

    La niña, que una vez fue su pequeño pistacho, había perdido su felicidad.

    Las personas no pueden volver a su naturaleza original. Una vez que el dolor te marca, se vuelve parte de ti.

    Pero lo que sí podía, era intentar cambiar su futuro.

    Necesitaba enfrentar algunas dificultades, superar ciertos obstáculos y crear un espacio estable e independiente para ella: crear un pequeño universo, tejer un hermoso sueño del que nunca pueda despertar, donde pudiera descansar.

    A partir de entonces, todas las personas que conoció fueron buenas personas, y todos los sueños que tuvo fueron buenos sueños.

    El día que la llevó a la residencia de estudiantes y la escuchó preguntar por las mujeres que se habían casado con miembros de la familia Zhong, él permaneció en silencio por un momento.

    Zhong Yu Bai pensó con alivio que, si la hubiera conocido antes, cuando aún no era capaz de afianzarse firmemente, no habría tenido la confianza de prometerle que la protegería.

    En retrospectiva, recordando todo el proceso, se dio cuenta de lo oportuno que fue su encuentro.

    Ella en sus veintes y él en sus treintas.

    La adivina tenía razón: enfrentaría a un desastre amoroso cuando tuviera treinta años.

    Pero quizás lo había malinterpretado.

    No fue un ‘desastre amoroso’, sino un ‘complejo emocional.’

    (N/T: «情結» (qíngjié) en chino significa «complejo emocional» o «nudo emocional». Se refiere a un sentimiento o apegos que pueden dificultar el progreso o la resolución de problemas. A menudo se usa para describir situaciones donde un individuo está atrapado en emociones o pensamientos que le impiden avanzar en la vida o en una relación.)

    Tras el fallecimiento de su madre, el mundo de Zhong Yu Bai solo quedó lleno de viento y nieve.

    Hasta que apareció esa persona predestinada, justo a tiempo.

    Ella le devolvió los tiernos recuerdos del pasado, arraigándose en lo profundo de él, despertando sus sentidos largamente entumecidos y agitando sus emociones.

    Aquellas palabras que no podía pronunciar, y la ternura que se encontraba enterrada en lo más profundo de su corazón, se depositaron fácilmente en ella.

    Era una pequeña mariposa que emergía de su capullo, elevándose sobre sus montañas y crestas, barriendo el viento, la escarcha, la lluvia y la nieve a lo largo del camino, despertando la belleza de las vastas montañas y llanuras, y devolviéndole la primavera a su vida.

    Zhong Yu Bai cerró los ojos y, en ese momento, mientras las emociones abrumaron su cuerpo, finalmente se permitió soñar con su madre una vez más.

     

    ***

     

    Ji Zhen Tang le había dado a Zhong Yu Bai una inyección de precaución, diciéndole que podría irse después de su graduación.

    La reciente llamada telefónica de Qin Meilan la había perturbado.

    Así que quiso comprobar su reacción.

    Zhong Yu Bai le había enseñado una valiosa lección: amarse a sí misma por encima de todo.

    Sólo por esa razón, él nunca se convertiría en un obstáculo para ella.

    Poco después de comenzar su último año, conoció a Huang Xinkui, quien le dio la oportunidad de asistir a un banquete de subasta benéfica.

    Sentada en la mesa principal esa noche, Ji Zhen Tang encorvó los hombros un poco, y Huang Xinkui miró su vestido bustier, sonriendo: “¿Todavía no te has acostumbrado a usar un vestido formal?”

    El vestido que llevaba era el mismo de usó la primera vez que Zhong Yu Bai la llevó a una exposición de joyería: un vestido de alta costura, hecho a medida, diseñado con la temática de Cenicienta.

    Ji Zhen Tang no tenía mucha ropa bonita, y si se lo mencionaba a Zhong Yu Bai, probablemente le compraría unos diez juegos de ropa para cambiarse, lo que le dolería el corazón por el gasto.

    Así que no dijo nada, pensando que ese conjunto sería suficiente para viajar alrededor del mundo*.

    (N/T: * «行走江湖了» significa «se aventuró en el mundo», «empezó a vivir una vida de viaje» o «se ha dedicado a una vida nómada». La frase tiene connotaciones culturales en la que 江湖 (jiānghú) se refiere a un mundo de aventuras, viajes y a menudo se asocia con la idea de una vida fuera de lo común, quizás incluso con un aire de misterio o desafío.)

    Ji Zhen Tang se rió entre dientes y dijo: “Afortunadamente no soy una estrella femenina; desfilar por la alfombra roja en pleno invierno probablemente me mataría.”

    Justo cuando mencionó la palabra estrella femenina, apareció una justo después de hablar.

    Una joven actriz de un popular drama televisivo se sentó a su lado, mirando el vestido de Ji Zhen Tang, luego su rostro, sin molestarse en preguntar quién era antes, esbozó una sonrisa burlona: “¿Ese vestido es real? Ni mi equipo podría conseguir uno igual.”

    Aunque era de la temporada pasada, la calidad del vestido era suficiente para intimidar a muchos.

    Huang Xinkui intervino para apoyarla, sonriendo: “Es Gente del Señor Zhong, ¿crees que es real o no?”

    El rostro de la actriz cambió de inmediato. Nadie le estaba haciendo las cosas difíciles, así que podría haberse dado la vuelta e irse sin más, sin embargo, ella todavía mantuvo una cara fría y de mala gana se disculpó: “Lo siento, adiós”

    Después de decir eso, se alejó recogiendo la falda de su vestido.

    Parecía que el nombre ‘Zhong’ era suficiente para inspirar cierto temor en la industria, si no miedo absoluto.

    Ji Zhen Tang sonrió con impotencia, sin molestarse con ella.

    Huang Xinkui, profundamente preocupada por su carrera, conversó brevemente sobre el progreso de su marca y le preguntó sobre sus planes después de graduarse.

    Ji Zhen Tang mencionó que su madre le había dicho que el mercado de joyería extranjera se estaba desarrollando muy bien y que de hecho estaba un poco tentada.

    De repente, Huang Xinkui recordó algo. – “Hablando de Singapur, no sé si te has enterado, pero un diseñador de renombre está buscando socios y se está preparando para montar un campamento de entrenamiento en Singapur. ¿Te animarías a probarlo?”

    Los ojos de Ji Zhen Tang se iluminaron y preguntó si era cierto.

    Huang Xinkui confirmó: “Es un diseñador de primera, los requisitos de entrada a ese campamento de entrenamiento son altos, pero puedo ayudarte a conectar y tender puentes para que te sea más fácil entrar. Incluso si no se concreta una cooperación, es una valiosa oportunidad de aprendizaje. Trabajarás con un equipo profesional y aprenderás de forma práctica de una forma que no obtendrías en la escuela.”

    La perspectiva de trabajar junto a un maestro experimentado era increíblemente tentadora.

    Ji Zhen Tang sintió que cada palabra que decía Huang Xinkui era un cebo, pero no accedió de inmediato. – “Gracias, Director Huang, es una oportunidad única, la consideraré cuidadosamente.”

    El banquete finalmente terminó.

    Con el chal sobre los hombros, salió al frío viento de octubre.

    Cuando levantó la vista y vio un Rolls Royce estacionado no muy lejos del hotel, incluso sin fuertes medidas de seguridad a su alrededor, el coche irradiaba un aura fría e inaccesible y era imposible acercarse a él.

    Su pulido exterior brillaba intensamente, destellando bajo el cielo nocturno.

    Emanaba un tipo de aura noble que definitivamente atraía las miradas de la gente.

    ¡Por supuesto que ella era diferente; tenía un pase! ¡Era la persona del Director General Zhong!

    Ji Zhen Tang no esperaba que Zhong Yu Bai viniera a recogerla, ella estaba tan rebosante de alegría que saltó al asiento trasero, y su chal se deslizó cuando él la sujetó por los hombros.

    Ella lo besó en la mejilla y Zhong Yu Bai sonrió.

    Tenía los hombros un poco fríos, lo que hacía que sus palmas se sintiera aún más calientes.

    Zhong Yu Bai le echó la chaqueta del traje sobre los hombros, le acarició la nariz y le preguntó en voz baja: “¿Has estado ocupada últimamente? ¿Cuánto tiempo planeas dejarme solo?”

    Ji Zhen Tang levantó la cabeza y echó un vistazo hacia adelante.

    Él sabía lo que buscaba. – “Envié a Jialing lejos.”

    Ella esbozó una sonrisa y le dio un beso rápido en los labios. – “He estado pensando en mi proyecto de graduación por lo que he estado muy ocupada, además, hay un montón de problemillas molestos en la escuela, y no tienes idea de lo irritante que son. Y últimamente, ha pasado algo en la residencia, así que la encargada de la residencia se ha vuelto más estricta al revisar los dormitorios. Es muy molesto… mmm.”

    Antes de que pudiera terminar sus palabras, él le tapó la boca.

    Un beso largo, agitando la miel en la punta de sus labios.

    Sólo cuando la hubo besado lo suficiente la dejó recuperar el aliento. Zhong Yu Bai la sujetó por la cintura, bajó los ojos para mirar las comisuras húmedas sus labios, los limpió suavemente con el pulgar y sonrió levemente. – “No hablas bien, siempre intentas seducirme.”

    Su mirada astuta parecía decir: ‘Ahora has visto las consecuencias de seducir a la gente.’

    Ella no tenía miedo en absoluto y siguió besándolo en la cara, sin dejar de sonreír. En medio del beso, Ji Zhen Tang pensó de repente en algo, lo que hizo que su mente se tensara por un momento, y su sonrisa se desvaneció.

    Ji Zhen Tang le contó sobre el campamento de entrenamiento que Huang Xinkui le había mencionado.

    Zhong Yu Bai pensó un momento y le preguntó: “¿Quieres ir?”

    Ella respondió: “Todavía necesito averiguar más sobre ello. Ni siquiera sé cuánto tiempo durará ni qué posibilidades tengo de quedarme.”

    Zhong Yu Bai la miró en silencio un buen rato y asintió levemente.

    Extendió la mano hacia el cajón de la consola delantera y sacó algo, diciendo: “Da la casualidad de que hace dos días fui a orar por tu seguridad y tu carrera y traje una bolsita de brocado.”

    Ji Zhen Tang tomó la bolsita de brocado rosa melocotón que él le entregó.

    Al darle la vuelta, vio con sorpresa que tenía bordada una línea de poesía: “El mar es lo suficientemente ancho para que los peces salten, el cielo lo suficientemente alto para que los pájaros vuelen libremente.”

    Las líneas estaban cosidas con hilo índigo, se podía observar que la costura era ligeramente tosca, sin mucha precisión.

    Pero la bolsita de brocado era tan pequeña que incluso bordar caracteres legibles no era tarea fácil.

    Ji Zhen Tang se dio cuenta vagamente de algo y lo miró pensativamente.

    En la penumbra del coche, la mirada de Zhong Yu Bai también cayó en la penumbra, ella se esforzó por captar su mirada, en una atmósfera tan fría, vio una suave claridad emerger en sus ojos.

    Él dijo: “Yo lo cosí, pero mis habilidades son pobres, nada que ver con las labores de costura de tu tía.”

    Ella lo miró sorprendida y luego rió: “De ninguna manera, ¿tú realmente sabes hacer labores de costura?”

    “Para nada.” – Zhong Yu Bai la miró y sonrió entre dientes. – “Sacrifiqué algunas pausas para almorzar, para estudiar despacio en la oficina y me salió este producto acabado.”

    Ji Zhen Tang pasó los dedos sobre las palabras bordadas en la bolsita de brocado, examinándolas con atención.

    Le oyó decir: “Una buena memoria no es tan buena como una mala pluma; lo que probablemente significa lo mismo. Hay palabras que es mejor llevarlas consigo que guardarlas en el corazón, para que la gente pueda recordarlas mejor.”

    Zhong Yu Bai también leyó junto con ella, trazó suavemente las palabras con las yemas de los dedos y dijo. – “No es mucho, pero si puedes aceptarlo, puedes llevarlo contigo a donde quiera que vayas.”

    Los labios de Ji Zhen Tang se fruncieron y sus ojos temblaron levemente. – “¿Qué se supone que debo hacer? Siento que voy a llorar.”

    Zhong Yu Bai sonrió cálidamente, alisándole el cabello. – “No llores.”

    Pero su suave consuelo no fue suficiente para detener sus lágrimas.

    Mientras presionaba su mejilla húmeda contra su hombro, la tranquilizó con dulzura: “No llores, cariño.”

    Zhong Yu Bai nunca se había considerado una persona particularmente buena, pero sin duda le había brindado toda su paciencia y ternura.

    La primera bolsita suya que encontró tenía escrita una frase vana: ‘Los eventos son como sueños de primavera, sin dejar rastro.’

    Ese día, ella se encontraba en la intersección superficial de su relación, sintiendo que podrían separarse en el siguiente segundo. En su ignorancia leyó la fragilidad de las ilusiones y la naturaleza impredecible de la vida.

    La segunda vez, él personalmente le regaló una bolsa de brocado que tenía cocidas las palabras: ‘El cielo lo suficientemente alto para que los pájaros vuelen libremente’, ella vio en las huellas, toda su determinación.

    Esta vez, las huellas persistían, ella sintió su fuerza como una montaña en la que podía confiar.

    Con un tono lento y persuasivo, Zhong Yu Bai le habló con sinceridad: “Para ti, romper el capullo es tu crecimiento. Verte sanar, verte volverte más valiente cada día, me hace feliz. Para mí, pasar de la reticencia a soltar, a tener que dejarte libre, ese es mi crecimiento. Ambos estamos progresando, los dos estamos mejorando.”

    Ella notó que su camisa estaba húmeda en una gran zona.

    Zhong Yu Bai bajó la mirada, vio sus pestañas húmedas y sonrió suavemente: “Las chicas crecen y no se las puede retener; supongo que necesito acostumbrarme, ¿de acuerdo?”

    Tras llorar un rato, Ji Zhen Tang levantó los ojos húmedos para mirarlo y preguntó: “¿Y tú qué?”

    Zhong Yu Bai respondió: “¿Y yo?”

    “¿Aún tienes sueños?” – Preguntó, y añadió rápidamente. – “¿Qué sueño llevas siempre contigo en todo momento?”

    El coche se quedó en silencio unos segundos mientras él pensaba.

    “En este momento.” – Dijo Zhong Yu Bai. – “Es proteger tus sueños.”

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  • Begonias – 59

    Begonias – 59

    Capítulo 59: Él es claramente la primavera

     

    Ji Zhen Tang sintió emociones encontradas; ella no sabía por dónde empezar a recordar, ni quería mencionar nada que pudiera entristecerlo. Tras darle vueltas a sus pensamientos, finalmente se decidió por una pregunta cliché: “¿Has estado bien todos estos años?”

    Zhong Yu Bai reflexionó un momento y respondió: “Bastante bien.”

    Mientras él hablaba, su mano rozó suavemente la punta de su oreja y bajó la mirada para leer las emociones en sus ojos.

    Aunque claramente era su dolor el que estaba expuesto, él tuvo cuidado de proteger sus cicatrices, temeroso de que ella se preocupara demasiado.

    Ji Zhen Tang estaba a punto de decir algo más, pero en ese momento, el coche llegó a la Torre Yuyun.

    “Ya llegamos.” – Dijo Ding Jialing.

    Ji Zhen Tang dejó de hablar y lo siguió fuera del coche.

    El salón de té regentado por Shen Shu estaba abierto hasta las nueve de la noche y estaban cerca de la hora del cierre, la actuación de Pingtan* en el salón de flores terminó y la multitud se dispersó, dejando un montón de migas de semillas de melón en el suelo, que alguien estaba limpiando.

    (N/T: *»評彈» (pingtan) es una forma de arte musical y narrativo popular en la región de Jiangnan, China. En resumen, «評彈» (pingtan) es un término que describe una forma de arte popular en China que combina la narración de historias con el canto de baladas.)

    Zhong Yu Bai condujo a Ji Zhen Tang a través de la puerta de flores colgantes, escuchando algunos chistes cuando terminó el espectáculo. Más allá de estos rastros, el silencio reinó en el edificio.

    Shen Shu se acercó, saludando cortésmente a Zhong Yu Bai, diciendo: “Sr. Zhong.”

    Zhong Yu Bai asintió levemente y dijo: “Buscamos un lugar para descansar. Acaba de terminar una actuación y está un poco cansada.”

    Pronto estaban sentados en una acogedora sala privada para tomar té. Ji Zhen Tang, con el menú doblado en la mano, miró los nombres de los tés y reprimiendo un bostezo, arrojó el menú a un lado en segundos. – “Oh, prefiero beber algo.”

    Zhong Yu Bai se reclinó, apoyó el brazo en el respaldo del sofá, la miró de reojo y se rió entre dientes. – “¿Tanto te gusta beber?”

    Ella respondió: “No me gusta el té.”

    Finalmente, Shen Shu le pidió a alguien que le trajera dos botellas de vino de ciruela recién sacadas de la nevera. Sus ojos se iluminaron; no importaba lo sofisticado que fuera el té, a ella le gustaba cualquier vino ligeramente dulce.

    Zhong Yu Bai abrió la botella y le sirvió un poco, de repente recordó algo y frotó suavemente el borde de la botella con las yemas de los dedos.

    Cuando el camarero que le llevaba el vino se retiró, le preguntó si no se encontraba bien ese día.

    Tenía tanta prisa por obtener una respuesta sobre si quedarse o marcharse que se olvidó de compartir sus sentimientos con ella

    Ji Zhen Tang dijo que no, levantó la cabeza y le sonrió con una mirada astuta en sus ojos: “Si estuviera molesta, ¡habría montado un escándalo! Gritando: ‘¡Socorro, asesino!’, ¿Cómo podría dejar que me mataras?”

    Una leve sonrisa se dibujó en las comisuras de sus labios y luciendo algo aliviado, él dijo que era bueno que no existiera tal cosa.

    El vino continuó fluyendo en su copa.

    “Si hago algo mal y te hago sentir incómoda, házmelo saber directamente.” (Zhong Yu Bai)

    A Zhong Yu Bai le gustaba pensar que no era tan desconsiderado, pero, después de todo, seguía siendo un hombre y frente a su corazón de cristal, le preocupaba no haber considerado todo cuidadosamente y no ser capaz de hacerlo todo bien.

    Incluso un rostro bien afeitado puede a veces herir una piel delicada que es demasiado suave.

    Una vez le había dicho que, aparte de ella, nada lo dejaba impotente.

    Eso era muy cierto.

    Ji Zhen Tang se sintió cautivada por sus elegantes y finos dedos, un poco absorta en sus pensamientos.

    Hasta que el vaso se llenó.

    “Ustedes, viejos zorros, sólo están jugando con flores, pero es bastante fresco. Dicho esto, quiero comprar algunos otros accesorios.” – Dijo ella, echándose hacia atrás y dejándose caer en el hueco de su brazo.

    Ella nunca se mostraba tímida ni reservada en tales asuntos.

    Hacía un poco de calor en la habitación, por lo que Zhong Yu Bai se quitó la chaqueta del traje, quedando con una camisa blanca cuidadosamente planchada y un chaleco gris oscuro que acentuaba a la perfección las líneas definidas de su cintura y abdomen.

    Ella recordó la primera vez que lo vio en casa de la familia Zhong.

    Estrictamente hablando, no era su primer encuentro, sino un reencuentro. Él llevaba el mismo atuendo, incluso una corbata del mismo color, aunque ahora tenía una pequeña marca en su corbata que era suya. <imreadingabook.com.pe>

    Mientras yacía acurrucada en sus brazos, podía sentir la firmeza de su apoyo.

    La luz de reflejó en el pequeño pez.

    Ji Zhen Tang había buscado algunos términos indescriptibles y escuchó a Zhong Yu Bai decir que aprendió algunos trucos en un libro.

    Ella se quedó atónita y preguntó rápidamente qué libro era.

    Él respondió con indiferencia que se trataba de esos libros que ella misma le recomendó.

    En un instante, el rostro de Ji Zhen Tang se sonrojó. – ‘¡Él realmente había leído las novelas que ella había compartido con él mientras estaba borracha!’

    Zhong Yu Bai le sirvió una copa de vino, acercó con elegancia una taza de té de alta gama y él mismo le dio un sorbo, diciendo: “Elegí y aprendí algunas cosas aquí y allá.”

    “¿Las leíste todas?” – Ella no pudo evitar preguntar.

    “Solo las hojeé casualmente.” – Respondió él, completamente imperturbable ante su sorpresa. – “Quería saber qué te interesa.”

    Las pupilas de la niña siguieron temblando aún más. – “Estás muy ocupado con un millón de cosas, pero aun así estás dispuesto a pasar el tiempo leyendo pornografía… ¿eh?”

    Antes de que pudiera terminar sus palabras, él le tapó la boca justo cuando un camarero se acercó trayendo bocadillos.

    Después de un rato, el camarero salió y cerró la puerta con un chasquido.

    Zhong Yu Bai soltó una risita y le soltó la mano y luego dijo en voz baja. – “Quiero leer cualquier cosa que te guste. Cuando no puedo verte, pienso en lo que podrías estar pensando al leer esas palabras.”

    ‘¡Dios mío! ¿Tienes ese hábito?’ – Ji Zhen Tang se quejó en su corazón, profundamente avergonzada, había estado un poco borracha al compartir esas cosas con él, ¡qué humillante!

    Al ver su reticencia, Zhong Yu Bai estaba un poco confundido. – “¿Querías que las leyera o no?”

    Ella guardó silencio, con las mejillas rojas.

    Él esbozó una leve sonrisa y dijo: “Eres difícil de complacer.”

    En su mente, no pudo evitar imaginarlo leyendo esas escenas ‘picantes.’ Por un lado, le pareció difícil imaginarlo, pero, por otro lado, le pareció bastante surrealista y chasqueó la lengua al pensarlo.

    “No te avergüences; a veces yo también quiero tomarme un descanso.” (Zhong Yu Bai)

    Zhong Yu Bai respondió en voz baja, como si percibiera su persistente incomodidad. – “El tiempo que paso contigo, el tiempo que pienso en ti, es lo más relajante de mi día.”

    Mientras hablaba, la observó con una mirada directa que revelaba su deseo interior: “Y también tiene buena pinta; comer, beber y tener sexo son los mayores deseos del ser humano, ¿por qué no disfrutarlos?” (Zhong Yu Bai)

    Ji Zhen Tang quiso decir algo, pero tartamudeó torpemente, sin poder encontrar las palabras; finalmente bajó la cabeza, tomó un sorbo y asintió.

    De hecho, Ji Zhen Tang también podía sentir que el trabajo lo agotaba y entumecía.

    Cuando no estaba entumecido, como pez en el agua, tenía el raro tiempo libre que tanto apreciaba, como cuando hacían el amor, tomaban el té y compartía conversaciones sinceras con los demás de manera relajada, leía algunas páginas de una novela bastante interesante o aprendía algunas pequeñas habilidades.

    Ella era el tesoro más preciado en ese breve tiempo libre.

    Ji Zhen Tang se recostó en sus brazos, absorbiendo el tenue aroma a té que aún perduraba en sus labios.

    Mirando las deslumbrantes luces del techo, ella murmuró: “Ese día, Wang Jia Zhi simplemente se recostó en el regazo del Sr. Yi* así. Ella cantaba una canción y él lloraba. Probablemente ese fue el momento en que más se enamoraron.”

    (N/T: Personajes de la novela «Lujuria y Precaución» que se menciona en el cap. 33.)

    Zhong Yu Bai dejó su taza de té y dijo: “Hay quienes ven el amor como una nube pasajera, mientras que otras lo ven como una creencia. La desigualdad en la entrega podría ser la causa raíz de los conflictos internos.”

    Ji Zhen Tang se puso de pie de repente y lo miró. “Entonces, ¿lo ves como una nube pasajera o como una creencia?”

    Zhong Yu Bai respondió con calma: “Simplemente creo que el amor es algo que se puede encontrar, no algo que se pueda buscar o forzar. No hay que darle demasiadas vueltas ni tratarlo con demasiada ligereza, simplemente hay que apreciarlo y sentirlo.”

    Sus palabras eran sutiles, incluso sencillas, que la gente puede llegar a sentir que eran difíciles de entender, pero, al reflexionar detenidamente, sientes que ese es probablemente el lado más sincero de él, que está en línea con su personalidad profunda y tranquila.

    Afirmar que estás profundamente enamorado y decir que amarás a alguien por el resto de tu vida; es demasiado infantil y entusiasta.

    Alguien tan meticuloso como Zhong Yu Bai, jamás diría eso. Es demasiado insustancial; lo que importa es cómo te sientes en el presente.

    El amor son las mil grullas de papel y las rosas que llenan su vida. Envolverla en una calidez cercana e impenetrable: eso es lo auténtico.

    Al final, como si recordara algo lejano, él dijo en voz baja: “El amor solo se encuentra, no se busca. Eso me decía mi madre.”

    Ji Zhen Tang se quedó atónita y contempló su suave perfil.

    Ella pensó que ‘Madre’ era realmente la palabra más dulce del mundo.

    Incluso para alguien tan poderoso como él, en el momento en que la decía, parecía convertirse inmediatamente en un niño.

    Zhong Yu Bai había sido un niño, aunque probablemente había olvidado hacía tiempo lo que se sentía al ser mimado y aceptado.

    Su nombre siempre le recordaba un poema: ‘El río es azul y los pájaros blancos, las montañas verdes y las flores ardientes.’

    En ese momento, Ji Zhen Tang pensó para sí misma: ‘Su temperamento es obviamente muy invernal, entonces, ¿por qué le pusieron un nombre tan primaveral?’

    Ahora, por fin se sintió iluminada.

    Había recorrido el camino paso a paso, de la familiaridad a la amistad y luego al amor, y finalmente, había transitado del invierno a la primavera.

    ‘Parecía que la persona que le había puesto ese nombre lo conocía mejor; Zhong Yu Bai es claramente la primavera.’

    Ji Zhen Tang dijo: “La tía debe haber sido una persona maravillosa para haberte enseñado tan bien.”

    Él la miró con una sonrisa dulce, sin decir nada, con los ojos llenos de mil tipos de ternura hacia las dos mujeres.

    Justo entonces, Shen Shu le envió una fotografía.

    Temiendo perturbar el tiempo privado de las dos personas, le guiñó un ojo discretamente a Zhong Yu Bai antes de salir, sin embargo, debido a un descuido, la puerta corrediza de la habitación no quedó bien cerrada, quedando un hueco.

    Las dos personas que estaban dentro eran demasiado perezosas para cerrarla y simplemente se limitaron a mirar la foto sobre la mesa.

    Era una foto tomada en las montañas el día de su cumpleaños, sentada entre un floreciente grupo de begonias, disfrutando de la pura y fugaz belleza de la primavera. Zhong Yu Bai estaba sentado con las piernas cruzadas y una leve sonrisa; ella se aferraba a su brazo, sonriendo juguetonamente.

    “La primavera es tan hermosa.” – Ji Zhen Tang no pudo evitar suspirar. – “Realmente quiero experimentar la primavera nuevamente”

    Zhong Yu Bai sonrió levemente, la miró y prometió: “Pronto; celebraremos tu cumpleaños juntos el año que viene también.”

    En un abrir y cerrar de ojos, su descanso terminó.

    Zhong Yu Bai tomó la foto, se levantó y recogió la chaqueta de su traje.

    “Espera un momento, tu cuello está floja.” – Dijo Ji Zhen Tang mientras se ponía de pie junto a él.

    Al ver que su corbata estaba ligeramente floja, Ji Zhen Tang levantó la mano para ayudarlo a apretarla y ese gesto casual fue captado por la vista de un hombre de mediana edad en la puerta.

    Probablemente era un hombre de negocios y abrió la boca con aire adulador, y saludó Zhong Yu Bai: “¡Ah! ¿No es el Sr. Zhong? Hacía mucho que no lo veía por aquí.”

    El hombre se asomó por la rendija de la puerta de la habitación privada, evaluó a Ji Zhen Tang y añadió: “¿Es esta su joven novia? Parece bastante virtuosa.”

    Zhong Yu Bai le tomó la mano, hizo una pausa y respondió con frialdad: “No etiquetes a las personas solo porque aprendiste esa palabra.”

    Esto iba dirigido al hombre de la puerta.

    El hombre hizo una pausa, con aspecto avergonzado y al ver el indicio de disgusto de Zhong Yu Bai, se asustó tanto que se apresuró a juntar las manos en señal de disculpa: “Lo siento, lo siento mucho.”

    Con un leve asentimiento, Zhong Yu Bai le indicó al camarero que estaba a su lado que cerrara la puerta, luego se volvió hacia Ji Zhen Tang y le susurró: “No tienes que volver a hacer eso.”

    Ella lo miró. – “¿Cuál es el problema? Es solo una corbata. ¿Por qué te preocupas por él?”

    Él respondió: “Simplemente tengo miedo de que la gente haga suposiciones, llamándote ‘virtuosa*’ o lo que sea. Cuando estás en el mundo, es una buena idea protegerte de los ojos pedantes de algunas personas.”

    (N/T: *Xianhui» (贤慧) en chino mandarín se traduce como «sabio y amable», especialmente en el contexto de una esposa. Implica una persona que es inteligente, virtuosa, y cumplidora de sus roles tradicionales.)

    Zhong Yu Bai simplemente se ajustó el cuello y se puso la chaqueta. – “Vamos.”

    Ji Zhen Tang mencionó que necesitaba volver al campus, así que Zhong Yu Bai se ofreció a llevarla.

    Aparcó, como siempre, en el lugar familiar, tenuemente iluminado y desierto junto a la entrada del complejo de residencias y juntos, cruzaron el aparcamiento vacío, caminando uno al lado del otro en la oscuridad.

    Ji Zhen Tang seguía pensando una y otra vez en ese breve e incómodo incidente que ocurrió cuando salían de la Torre Yuyun. Las cuestiones de ser virtuoso o no siempre hace que la gente lo asocie con alguna actitud femenina adecuada para la vida familiar.

    Realmente no era un cumplido y la dejó un poco irritada.

    Ella no podía entender lo que estaba pasando en su corazón, simplemente se sentía un poco congestionada.

    “Un nuevo día, una nueva preocupación.” – Él dijo, deteniéndose bajo la farola y la enfrentó, Zhong Yu Bai le sonrió, y sus palabras parecieron ver a través de ella, con un dejo de burla desenfadada. – “Dime, ¿qué te preocupa ahora?”

    “…” – Ji Zhen Tang se quedó congelada por un momento, luego dejó escapar un suspiro profundo, al darse cuenta de que no quería guardárselo, compartió sus pensamientos. – “Estaba pensando… Mi padre siempre dice que las mujeres que se casan con alguien de la familia Zhong siempre tienen un final miserable, ¿es eso cierto?”

    Él, casi en broma, respondió: “A los hombres no les va mucho mejor.”

    Ella se quedó paralizada por un momento y luego sonrió, con una sonrisa algo amarga.

    Zhong Yu Bai la miró con una mirada indescifrable.

    Ella no podía entender lo que estaba pensando o si simplemente quería permanecer en silencio.

    Pero ella era demasiado perezosa para esperar más.

    “Está bien, entonces regresaré. Buenas noches.” – Dijo Ji Zhen Tang, despidiéndose con la mano mientras se daba la vuelta para marcharse.

    Al instante siguiente, ella se inclinó ligeramente hacia delante y casi cayó en sus brazos.

    Zhong Yu Bai no la abrazó; simplemente le estrechó la mano con suavidad y la miró a los ojos.

    Habló cortésmente, despacio y en voz baja.

    El tono de voz era tranquilo y su voz lo suficientemente profunda y magnética para que la gente pueda sentir la energía del corazón.

    Del mismo modo, la tranquilizó.

    “Es cierto. En una familia como la de los Zhong, es muy probable que las mujeres al casarse tengan que asumir más responsabilidades y se enfrenten a las expectativas externas, incluso sacrificando una parte de sí mismas.” (Zhong Yu Bai)

    “Ya te he dicho que no me importan los prejuicios sociales, pero no puedo obligarte a ignorar esas opiniones conmigo. Así que, lo único que puedo hacer es ayudarte a darte cuenta de que, si estás a mi lado, y si algún día te conviertes en mi esposa…” (Zhong Yu Bai)

    “Ya sea en casa o en público, solo necesitamos querernos mutuamente, sin ser virtuosos ni comprensivos. No hace falta disciplinas ni ataduras. No quiero que sacrifiques nada por mí.” (Zhong Yu Bai)

    Ji Zhen Tang rió cuando lo escuchó, una sonrisa que barrió la amargura y la hizo emocionarse. Ella dijo: “Es la primera vez que te oigo decir que no a tantas cosas.”

    Zhong Yu Bai respondió con seriedad: “Porque las he visto soportar esas cosas, ya sea voluntariamente o no, y el precio es muy doloroso.”

    Ji Zhen Tang asintió pesadamente.

    Ella comprendió claramente lo que quería decir.

    Tras un momento de vacilación, Zhong Yu Bai levantó una mano y le sujetó suavemente la mejilla, diciéndole con suavidad: “Recuerda lo que te dije hoy. No importa en qué nos convirtamos en el futuro, no pierdas tu cautela, ni tu capacidad de resistencia.”

    “Antes de convertirte en la Sra. Zhong, eres, ante todo, Ji Zhen Tang. Tu nombre siempre debe estar escrito antes que el mío. Te protegeré, pero la premisa es que debes mantenerte firme.” (Zhong Yu Bai)

    “Esa es la lección que me enseñó la experiencia de mis padres. a proteger el amor, no a abandonarlo, antes de que lleguen los riesgo.” (Zhong Yu Bai)

    “Te amo, para que no te conviertas en uno de ellos.” (Zhong Yu Bai)

    Ese día, prestó mucha atención a las lecciones aprendidas del pasado que le contó Zhong Bingwen.

    Pero eso no significaba que estuviera dispuesto a separarse de ella.

    La separación nunca era el mejor camino para abordar las cosas.

    Ji Zhen Tang, conmovida, sintió que se le enrojecían las mejillas. Bajó la cabeza con sentimientos encontrados y sonrió juguetonamente: “¡Oh, convertirme en la Sra. Zhong! ¡Hay un largo camino por recorrer!”

    Mientras hablaba, giró tímidamente la cabeza, avergonzada, para ocultar sus mejillas sonrojadas de su vista.

    Zhong Yu Bai rió entre dientes y le tomó la mano que llevaba al Pequeño Azul en su dedo.

    Frotó suavemente el diamante y dijo. – “Sí, no hay prisa.”

    Cada vez que decía ‘No hay prisa’, era como si el tiempo se ralentizarse ante la serena confianza de sus palabras.

    Zhong Yu Bai continuó: “Cuando hayas encontrado el rumbo de tu vida, entonces podremos hablar de otras cosas. Los asuntos importantes deben abordarse uno por uno y en orden, para que se realicen correctamente y no puedes tragártelo todo.”

    Ji Zhen Tang echó un vistazo a sus ojos serios y emitió un hmmm bajo expresando su acuerdo.

    Cuando las personas se enfrentan una confesión tan importante, sienten el impulso de escapar. Olvidándose de despedirse, se dio la vuelta y corrió a la residencia de dormitorios.

    “¡Me voy!” – El eco de su voz dio vueltas alrededor de sus oídos.

    Zhong Yu Bai permaneció de pie bajo la luz de la farola, observándola durante un largo rato.

     

    ***

     

    Zhong Yu Bai era muy eficiente en su trabajo, programando meticulosamente la hora de cada reunión y con quién se reunía, sin dejar margen de error.

    Así que, al día siguiente, se tomó un descanso en su trabajo e hizo una visita rápida y decidida a la antigua residencia de la familia Zhong en el ala oeste, pero no planeaba quedarse mucho tiempo.

    Era solo una parte de sus tareas.

    Como autor del ataque, simplemente era sólo una formalidad para él visitar a su sobrino, quien había sufrido una conmoción cerebral leve.

    El día era soleado y despejado, y Xue Jinyun estaba en la cocina de la vieja mansión del edificio de estilo occidental, clasificando verduras.

    Cuando Zhong Yu Bai entró en la habitación, la vio sentada en un pequeño taburete de espaldas a la luz. Él echó un vistazo y vio un destello de canas en sus sienes, y la velocidad de sus pasos disminuyó.

    Ella era diferente a Chi Ying. Cuando Xue Jinyun se casó con un miembro de la familia Zhong, era una dama de una familia prestigiosa, la pareja perfecta para su segundo hermano. Ahora que está en esa situación, nadie puede evitar sentir lástima por ella.

    ¿Era culpa suya? Zhong Yu Bai se negó a asumir la responsabilidad.

    Sin embargo, recordó lo que le había preguntado Ji Zhen Tang la noche anterior.

    ‘…Las mujeres que se casan con alguien de la familia Zhong siempre tienen un final miserable, ¿es eso cierto?’

    No era de extrañar que Ji Zhen Tang estuviera asustada. Él mismo se acercó y sintió que los finales fueron demasiado trágicos y con demasiadas víctimas.

    Pero eso era suficiente para disuadirlo de buscar el amor y el matrimonio.

    La lesión de Zhong Yu parecía haber mejorado mucho; ya no llevaba vendas en la cabeza estaba sentado en el estudio, trabajando en su ordenador.

    Zhong Yu Bai se paró en la puerta y llamó dos veces.

    “¿En qué estás ocupado?” – Preguntó, dibujando una pequeña sonrisa en la comisura de los labios mientras captaba la mirada de sorpresa en los ojos de Zhong Yu.

    Zhong Yu se burló: “Gracias a ti, encontré trabajo en Boyang, así que por ahora me dedico a esto.”

    Zhong Yu Bai entró en la habitación y dijo con amable cordialidad: “No nos hemos puesto al día como es debido desde que regresaste.”

    “¿Cómo es eso?” – Rió Zhong Yu, señalando el lado intacto de su frente. – “¿Me darás un golpe igual en este lado también?”

    La sonrisa de Zhong Yu Bai se desvaneció gradualmente.

    Se acercó a Zhong Yu, elevándose sobre el hombre sentado frente a él.

    Las heridas de Zhong Yu podrían estar cerradas por fuera, pero las heridas en su corazón todavía sangraban: “Aunque ahora tengas tanto éxito, no olvides a quién le chupaste la sangre para llegar a ese puesto en Boyang. Solo volví para reclamar un poco de lo que es mío, ¿qué tiene de malo eso?”

    Había actuado cuando se encontraron por primera vez en mucho tiempo durante el Festival del Medio Otoño, pero hoy vino con armas y palos.

    Zhong Yu Bai escuchó en silencio.

    Finalmente, asintió levemente. – “Dime qué quieres. Lo consideraré.” (Zhong Yu Bai)

    Zhong Yu respiró hondo, lo miró y de repente notó un pequeño broche en el cuello de Zhong Yu Bai.

    Era una pequeña carpa roja.

    Cambió de tema bruscamente y no quiso decir nada más, señaló el broche y comentó: “Eso no está mal. ¿Te lo habrá dado alguna chica?”

    Sin esperar respuesta Zhong Yu actuó sin dudarlo y extendió la mano para echar un vistazo más de cerca.

    Pero la expresión de Zhong Yu Bai se endureció y le sujetó la muñeca.

    “¡Tú…!” – Zhong Yu no gritó a pesar del dolor esta vez; había desarrollado la capacidad de soportar el dolor. Apretando los dientes, Zhong Yu retiró la mano bruscamente.

    Zhong Yu Bai realmente no quería complicar las cosas.

    Sin embargo, en cuanto bajó la guardia, esa mano se extendió nuevamente, decidida a quitarle el broche.

    Los ojos insondables de Zhong Yu Bai se fijaron en él; aunque no había ningún peligro en ellos, eran profundos y fríos como un abismo, como si quisieran succionar a alguien en él.

    “¿De verdad necesitas que te enseñen a detenerte cuando es prudente?” (Zhong Yu Bai)

    La muñeca de Zhong Yu fue atrapada una vez más y su rostro se puso pálido. Intentó levantarse, pero Zhong Yu Bai lo empujó hacia adelante, haciéndolo caer de nuevo en su asiento.

    Zhong Yu Bai salió de la habitación y, mientras bajaba las escaleras, sacó un pañuelo limpio para secar la ligera humedad de la palma de su mano que había tocado a la otra persona.

    Abajo, se encontró con un médico extranjero, llamado doctor Ge, de llamativos ojos azules. El doctor Ge lo saludó con un leve asentimiento.

    Zhong Yu Bai bajó las escaleras sin detenerse y al pasar junto a la persona, inclinó la cabeza hacia el estudio y dijo con voz suave: “El joven amo tiene la muñeca dislocada, ve a arreglársela.”

    ‘¿Dime por qué lo tocaste?’ (Zhong Yu Bai)

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  • Begonias – 58

    Begonias – 58

    Capítulo 58: Lirio con aroma nocturno en viejos sueños

     

    Uso el cuello de la botella para abrir los pliegues, el vino está destinado a alimentar su boca, no su estómago.

    Acunó el fondo redondeado, se inclinó hasta el punto donde no había salida y el líquido estaba casi bloqueado. Pero estaba demasiado oscuro, lleno de puntos ciegos; solo al explorar al fondo pudo descubrir que estaba en un callejón sin salida.

    Tuvo que retroceder un poco, pero no estaba dispuesta rendirse, así que se alejó un poco y parecía como si hubiera excavado un poco más en la tierra.

    Ese lugar estaba demasiado oscuro; al descender, el coche se desvió hacia abajo y se estrelló contra el sonido del agua.

    Se sentía como estar en medio del mar, lejos pero cerca, con olas ondulantes. Él estaba fuera de las olas, y la marea gorgoteante se derramaba en su carne y sangre, el frío se le solidificaba en sus terminaciones nerviosas.

    El agua estaba fría; su pulso, caliente. Las dos temperaturas extremas se repelieron mutuamente, y Ji Zhen Tang no pudo distinguir si tenía demasiado calor o frío; todo su cuerpo temblaba.

    Zhong Yu Bai la miró a los ojos y preguntó: “¿Hace demasiado frío?”

    Aunque expresó su preocupación, no se frenó en absoluto.

    Era solo un tramo de camino sin visibilidad, y siguió conduciendo de un lado a otro en el barro, dando vueltas durante un buen rato.

    Ella lo agarró de la muñeca y le preguntó por qué iba tan rápido: “¿Estás enojado?”

    Zhong Yu Bai soltó la mano que lo dirigía y le dio una palmada. El suelo del callejón sin salida se derrumbó en un instante y ella cayó sobre los escombros con las extremidades derrumbadas.

    “No estoy enojado.” (Zhong Yu Bai)

    Él retrocedió y ella lentamente recuperó la vista, con un suspiro de alivio, su cuerpo se relajó y desplomó en sus brazos.

    Cada vez que estaba con él, sentía como si estuviera haciendo un entrenamiento de flexibilidad. Llenó de vino un diamante de clase mundial.

    Ji Zhen Tang era como una bailarina principiante, que necesitaba estirar sus ligamentos, mientras yacía sobre la mesa de mármol, soportando una especie de dolor tirante.

    Ella apretó los dientes y dijo con dificultad: “Estás enojado.”

    Zhong Yu Bai rió levemente y se pellizcó la mejilla: “¿Por qué estaría enojado contigo?”

    Ji Zhen Tang no tenía muy clara su mente, simplemente lo miró fijamente sin comprender durante un largo rato y lo encontró bastante interesante y volvió a curvar los labios.

    Pero al instante siguiente, sus rasgos se contrajeron y no pudo sonreír.

    “Me preguntaba, ¿qué debería hacer para retenerte?”

    Zhong Yu Bai le sujetó la mano, provocando que las yemas de sus dedos ardieran y preguntó: “¿No es esto suficiente?”

    Él bloqueó su paso en la noche oscura y lluviosa, no con violencia, sino con mucha fuerza, dejándola sin ningún lugar a donde ir y sin posibilidad de emitir un sonido.

    “¿No es suficiente?” – Preguntó de nuevo.

    Ji Zhen Tang apretó los labios, guardó silencio y tras una larga pausa, finalmente dejo escapar un suspiro de alivio: “Bien, bien, bien. ¡Ah, solo bromeaba! ¿No lo ves? Es la primera vez que descubro que puedes ser tan infantil.”

    La palabra ‘infantil’ lo hizo reír entre dientes.

    Zhong Yu Bai la sostuvo con una mano mientras que con la otra se ocupaba de la situación y dijo. – “Lo supuse.”

    Ella se sentó en el sofá de la sala de estar con las piernas encogidas, sosteniendo una taza de té de hierbas con un aroma saludable, bebió unos sorbos como si no hubiera bebido agua en siglos, después de reponer frenéticamente el agua, levantó la cabeza y miró al hombre que se acercaba bajo la luz. – “Me graduaré; y necesito pensar en mi futuro.”

    En lugar de sentarse a su lado en el sofá, él eligió un asiento solitario, rodeándole las rodilla con un brazo y levantándola.

    Una vez que Zhong Yu Bai se sentó, puso a Ji Zhen Tang en su regazo y dijo: “¿No es agradable quedarse aquí?”

    “Es bastante agradable, pero soy una persona errante por naturaleza. Siempre siento que la vida está llena de variables y no sé cuál será mi destino final.”

    Ji Zhen Tang bajó la cabeza, reflexionando. – “Por fin tengo el coraje de separarme de mi padre, pero también me pregunto si necesito quedarme en un lugar que realmente no me gusta.”

    Zhong Yu Bai se sorprendió un poco y preguntó: “¿Por qué no te gusta este lugar?”

    Ji Zhen Tang seguía sentada en su regazo, apoyando la espalda en el reposabrazos del sofá con aire perezoso. – “Siempre he sentido que le falta calidez, como si tuviera recuerdos tristes dondequiera que fuera. Por ejemplo, de niña, hubo una tormenta de nieve y me perdí en la calle Yuelan. Al final, un policía me llevó a casa. Además, no soy especialmente adinerada, así que no he experimentado las alegrías de las luces rojas y el vino verde *.

    (N/T: * «燈紅酒綠» (dēng hóng jiǔ lǜ) en chino significa «vida lujosa y extravagante», o «vida de placer». Se traduce literalmente como «luces rojas y vino verde» y se refiere a un ambiente festivo y desenfrenado, a menudo asociado con lugares de entretenimiento como bares, discotecas y lugares de lujo.)

    Luego dijo con severidad: “Al menos nunca lo experimenté antes de conocerte. Siempre he sido solo una pequeña hormiga luchando por sobrevivir.”

    Zhong Yu Bai dijo: “Parece que has sufrido demasiada injusticia.”

    Mientras hablaba, ella puso cara de ofendida y asintió con lástima: “¿Ves? Me has malcriado tanto que me he vuelto salvaje, al final pude escapar de mi familia, y sin embargo me enfrento a este final.”

    Él dijo: “Este no es el final.”

    Zhong Yu Bai pensó con calma por un momento y continuó: “No puedo retenerte, ni debo retenerte.”

    Sin embargo…

    “Ve a buscar tu libertad; yo te esperaré.” (Zhong Yu Bai)

    Ella lo miró a los ojos, su mirada se desvió más allá de su hombro, atrapando las coloridas flores en la porcelana, todas las cuales habían sido cuidadosamente seleccionadas por él, porque él sabía mejor que nadie lo que a ella le gusta.

    Él realmente organizaba todo de manera ordenada dondequiera que ella mirara.

    Una persona que presta extrema atención a los detalles y llena cada rincón de cariño.

    No hará ninguna diferencia si hay una flor menos en esta casa. Pero agregar una más podría tener un 1% de probabilidades de traerle sorpresa y alegría.

    Ésa fue la clave de su éxito.

    Ella nunca había comprendido bien el amor a fondo.

    Porque nunca había sido amada, ni había amado a nadie.

    El amor no es esa pequeña punzada de emoción que se siente al escuchar cantar a Zhong Heng, ni es dejarse tentar por el poder y el dinero y precipitarse hacia él, ni es la admiración que despierta verlo dominar el mundo y ni siquiera es el pedacito de fuegos artificiales que ella está obsesionada en encontrar.

    Todo lo concreto es demasiado superficial, demasiado efímero, demasiado fácil de romper. <imreadingabook.com.pe>

    ‘El amor es una especie de fe.’

    ‘Es el hecho de que cuando me doy la vuelta, tú sigues ahí.’

    ‘Y creo incondicionalmente que no importa cuán lejos vaya, cuánto tiempo me lleve, cruzando ríos, lagos y mares, a través de los largos años, me verás partir y me despedirás, me darás tus bendición, dejarás de lado todas tus reticencias y esperarás a que regrese a casa.’

    “Zhong Yu Bai, algunos dicen que no soy digna de ti, que te hechicé para tenerte. Pero digan lo que digan, no me siento inferior en absoluto. Mientras tenga tu amor, no me sentiré indigna de ti.”

    Ella dijo: “Sé que soy importante para ti, y tú también lo eres para mí. Me has mostrado el mejor lado del amor.”

    Independientemente de cómo comenzara la historia, ambos aportaron algo de sinceridad, y con el tiempo, los pequeños engranajes se unieron naturalmente por demasiados destinos, intenciones o atracciones sutiles, encajando a la perfección.

    Inconscientemente, se entrelazaron cada vez con más fuerza, hasta finalmente convertirse en amor.

    Ella dijo que él era muy bueno en el amor.

    Zhong Yu Bai la abrazó, besándola suavemente en los labios: “Fuiste tú quien me enseñó.”

    Él se encontraba en una cima que ella no podía escalar, mientras que ella cargaba con la vitalidad a la que él nunca podría regresar.

    Él le dio una sensación completa de seguridad y tolerancia; ella iluminó su camino, coloreando su mundo.

    La atracción entre las personas, la resonancia, el surgimiento del afecto, todo es romántico, abstracto y maravilloso.

    El espejo de latón tallado reflejó las exquisitas lámparas de cristal y las exquisitas piedras.

    La niebla en el espejo hacía que todo pareciera irreal, como la miniatura de un viejo sueño.

    Un toque de perfume persistió detrás de su oreja, y en ese abrazo infinitamente cercano, el suave aroma de los lirios fluía lentamente hacia sus fosas nasales.

     

    ***

     

    Ji Zhen Tang actuará en una función de teatro a finales de mes.

    Ella no ha renunciado a esa afición y siempre que aparece un personaje con una personalidad impactante, se convierte en la primera opción del presidente.

    En esta ocasión, interpretará a una bailarina de club nocturno.

    Llevaba un vestido floral, maquillaje recargado y cantaba en el escenario: “Dame un beso, por favor”, Zhong Yu Bai estaba sentado entre el público y cuando recibió su mirada coqueta, sonrió suavemente.

    El escenario fue pintado en los tonos retro de un salón de baile nostálgico; ella era joven y hermosa e interpretaba el papel de una pequeña belleza que no estaba dispuesta a someterse a un gran jefe.

    Ese papel le sentaba de maravilla.

    Desde la tentación y el miedo hasta el quiebre de sus defensas, desde la imposición de un lado hasta la caída mutua, la actuación estuvo muy bien lograda, muy precisa y detallada. La historia fue extensa, abarcando toda la época de la guerra, experimentando desde el periodo en que se conocieron hasta el dolor de deambular y la pérdida, culminando finalmente cuando los dos se reencuentran y tienen un final feliz volando juntos.

    El tercer maestro, que apoyaba a la actriz, se enamoró de ella.

    Es raro que esas historias románticas tengan un final feliz.

    Zhong Yu Bai estaba sentado en el centro, mirando al escenario. Una tenue luz se cernía sobre su figura, vestida con traje y zapatos de cuero y las luces de colores iluminaban ocasionalmente su rostro sereno y solemne.

    Se sentó erguido, sin nadie a su lado, emanando un aire distante e inaccesible; su porte era tan elegante y noble que provocó algunos murmullos.

    Las palabras clave eran siempre las mismas: guapo, aura fuerte… ¿quién era? ¿Un gran jefe, mirando a su novia?

    ¿Quién era su novia?

    Mira, la más bella del medio, la belleza de la academia de arte.

    Al acercarse el final de la obra, Zhong Yu Bai se levantó y salió temprano y el teléfono en el bolsillo de su pantalón vibró.

    Era una llamada de Zhong Bingwen.

    Él se había comunicado para llamarle la atención; incluso después de varios días, su padre aún sentía un miedo persistente cuando habla de ello: “Oye, fuiste demasiado impulsivo ese día. ¿Cómo pudiste golpear a ese niño de una generación más joven? Por suerte, la abuela no fue a la mesa; si no se habría muerto de miedo.”

    Zhong Yu Bai subió al coche: “Un hijo filial nace bajo el palo.”

    Eso sonaba un poco ridículo, pero decirle algo anticuado a su anticuado padre no estaba fuera de lugar.

    Zhong Bingwen dijo: “Examinaron a Xiao Yu; escuché que tiene una conmoción cerebral leve.”

    Zhong Yu Bai permaneció sentado en la oscuridad, esperando en silencio e indiferente: “Si no puede morir, simplemente que deambule por ahí.”

    Después de decir eso, se sintió un poco despiadado, así que añadió un toque de humanidad: “Consíganle el mejor médico.”

    ‘Está bien morir, está bien estar lisiado, está bien estar ciego. Pero no puede ser estúpido.’ (Zhong Yu Bai)

    La familia Zhong no puede permitirse el lujo de tener otra persona con discapacidad mental; si alguien se entera se convertirían en el hazmerreír.

    Después de eso, la multitud bulliciosa afuera comenzó a dispersarse. Tardó un rato en calmarse.

    Mientras Zhong Yu Bai seguía hablando por teléfono, miró por la ventana hacia afuera. Al apartar la mirada y bajar la cabeza, de repente vio la horquilla de begonia de Ji Zhen Tang en la hendidura del asiento del coche.

    La recogió entre sus dedos y la examinó por un momento.

    Si no la hubiera descubierto accidentalmente, no habría sabido cuánto tiempo llevaba en el coche.

    Una vez es coincidencia; dos veces es intencional.

    Parecía que ella se había acordado de él.

    (N/T: Pobre FL, mientras ella va de ida, el ya ha vuelto y le tiene la medida, pero es tan dulce que seguro no le dice nada. Por si no entendieron, él se ha dado cuenta que ella lo ha dejado allí a propósito.)

    Él curvó los labios ligeramente, esbozando una leve sonrisa, era difícil distinguir si era de alivio o de felicidad.

    Ella salió rápidamente, se puso una cazadora y unos vaqueros y se arrojó a sus brazos tan pronto como subió al coche, se había quitado el maquillaje a toda prisa, y aún quedaban algunos restos de él, quizás era porque estaba demasiado oscuro como para ver con claridad o quizás simplemente estaba ansiosa por verlo.

    Al ver eso, Zhong Yu Bai tomó una toallita húmeda del coche y limpió con cuidado las marcas de delineador que se habían corrido por las comisuras de sus ojos.

    “Estuviste espectacular hoy.” – Él la elogió.

    Ji Zhen Tang sonrió, mostrando ocho dientes. – “¿Me veía bonita?”

    Zhong Yu Bai respondió: “Como un hada que ha descendido a la tierra.”

    Ella rió a carcajadas, genuinamente feliz. – “Me siento mucho más feliz ahora que interpreté una historia con final feliz. Opinas lo mismo, ¿verdad? ¡Se acabaron esos guiones amargos y vengativos!”

    La sujetó suavemente por la cintura y la echó un poco hacia atrás, ya que la niña estaba demasiado cerca de él y casi le cortaba la respiración.

    Con un poco de espacio para respirar, Zhong Yu Bai miró su expresión feliz mientras inclinaba la cabeza y esperaba su respuesta, pero en lugar de responder, de repente él preguntó en voz baja: “¿No te has dado cuenta de que has perdido algo?”

    Ji Zhen Tang se quedó atónito. – “¿Eh? ¿Qué perdí?”

    Después de hacer la pregunta, de repente se congeló. Respiró hondo y dio unas palmaditas en los bolsillos de su cazadora y luego en el del pantalón. – “¿Tú… tú ¿la encontraste?”

    Zhong Yu Bai la miró con una leve sonrisa en sus labios.

    “¿La recogiste? ¿Mi horquilla?” – Preguntó ella con el rostro sonrojado. Por su expresión era evidente que había encontrado algo.

    Zhong Yu Bai abrió la palma de la mano, revelando la horquilla de begonia y preguntó: “Si la trajiste, ¿por qué no te la pusiste?”

    Ella se sintió avergonzada, recuperó rápidamente la horquilla y apretando los labios con torpeza trató de pensar una respuesta, sin embargo, no se le ocurrió una respuesta y Zhong Yu Bai la miró fijamente, por lo que sus mejillas se enrojecieron gradualmente.

    “¿Cuándo lo supiste?” – Él preguntó.

    Ella lo miró rápidamente y también le preguntó: “Entonces, ¿cuándo lo supiste tú?”

    Tras pensarlo un momento, Zhong Yu Bai dijo: “Tu madre empezó a trabajar en casa de mi familia desde muy joven. La conocí incluso antes que tú.”

    Bajando la vista, la observó con ternura mientras ella no se atrevía a levantar la vista y continuó: “Te vi crecer desde pequeña, te enseñé a hablar inglés y también tengo la mitad del crédito por tu habilidad para hablar chino.”

    Aunque era una noche feliz, Ji Zhen Tang hizo un puchero, y sus ojos enrojecieron y se llenaron de lágrimas al ver cómo sus palabras le traían recuerdos de su infancia.

    Cuando inesperadamente recordó su infancia, los recuerdos pasados comenzaron a aflorar.

    Ella jugueteó con la horquilla que tenía en la mano para ocultar su vergüenza, sollozando de vez en cuando.

    Ella le oyó decir: “Siempre recordaré tu sonrisa.”

    Ji Zhen Tang murmuró: “Así que lo has sabido desde siempre.”

    Zhong Yu Bai respondió: “Para ser exactos, desde la primera vez que te invité a comer. Te encantaba el bak kut teh*. ¿Lo recuerdas?”

    (N/T: El *bak kut teh es una sopa de costillas de cerdo cocidas en un caldo con hierbas y especias. Es un plato popular en Singapur y Malasia.)

    Ella asintió rápidamente. “Sí, claro que lo recuerdo, fue la primera vez que iba a un hotel de lujo. Lo recordaré toda mi vida.”

    Él rió entre dientes.

    Ella volvió a preguntar: “Entonces, ¿por qué no me lo dijiste?”

    Con un toque de impotencia, Zhong Yu Bai respondió: “Todos estos años, he tenido el mismo aspecto, me conoces desde hace tanto tiempo y solo una vez dijiste que te resultaba familiar. ¿Cómo podía estar seguro de que aún conservas recuerdos de antes de los ocho años?”

    Su tono era suave, sin reproches ni arrepentimientos, solo un amable relato de los hechos.

    En segundo lugar: “Sabía que tu experiencia con la familia Chen no fue precisamente buena para ti, pensé que lo habías olvidado o que habías decidido no recordarlo. En ese caso, por supuesto, querría protegerte tus cicatrices.”

    Ji Zhen Tang guardó silencio un buen rato y luego admitió con cierta vergüenza: “La verdad es que no recordaba mucho, pero sí tengo algunos vagos recuerdos. Fue después de ver a la Dra. Zhu una vez, ella mencionó que la familia Chen tenía negocios en Singapur y, de repente, me vinieron muchas cosas a la mente.”

    “¿Querías decirlo, pero no me atrevía?” – Por eso llevaba siempre consigo esa horquilla, pero nunca la sacaba para identificarse con él.

    Una vez, él le había dicho que, si se ponía esa horquilla, la encontraría dondequiera que estuviera.

    Pero al final, solo la sacó del bolsillo dos veces, lo que le permitió ver claramente su vacilación.

    Zhong Yu Bai bajó la cabeza y la miró fijamente a los ojos. – “¿O acaso tu madre te dijo que no jugaras conmigo?”

    “…” – Ji Zhen Tang se quedó paralizada un instante y se sonrojó porque él lo había adivinado correctamente. Entonces alzó la voz, como si temiera que no le creyera. “¡No te preocupes! No la escucharé.”

    Las palabras ‘no te preocupes’ realmente lo consolaron. Zhong Yu Bai sonrió con dulzura y dijo: “Está bien, no me preocuparé.”

    En el pasado, se había acostumbrado a observar su coqueteo nervioso con calma e indiferencia, viendo a través de todos sus pensamiento y permitiéndole acercarse a él con sus pequeñas y secretas intenciones. ¿Quién hubiera pensado que no pasaría mucho tiempo antes de que un solo y firme ‘¿No te preocupes’ de sus labios haría que sintiera que la tormenta amainaba, calmando las olas internas en su corazón?

    Para un hombre, pasar del cariño, al afecto tierno y al amor, era un viaje que no ocurre de la noche a la mañana.

    El coche siguió circulando por la carretera, mientras soplaba la brisa nocturna.

    Zhong Yu Bai dijo que la noche aún era joven y sugirió que fueran a la Torre Yuyun a tomar el té.

    Ji Zhen Tang miró de reojo y, a la tenue luz del coche, vio el pequeño broche de pez hecho a medida. El broche estaba prendido en su corbata, convirtiéndose en el único detalle brillante de su cuerpo.

    Ella no pudo evitar sonreír, aliviando su nerviosismo, y corrigió lo que acababa de decir: “En realidad, todo fue muy bueno, cuando era niña y vivía en Singapur, no sufrí ninguna infelicidad. El tiempo puede curar las heridas, disipar la niebla y dejar solo calidez.”

    La mirada de Zhong Yu Bai se posó en su rostro, escuchándola mientras ella continuó preguntando: “Entonces… ¿fue durante esa época que a tu madre… le paso algo?”

    Él no le ocultó esos rencores no contados, su mente se hundió en los recuerdos y después de un rato comenzó a hablar lentamente: “Conocía demasiados secretos de gente mala, no importaba dónde se escondiera, la perseguían y no podía escapar de ellos. Se sentía cansada y tenía miedo de que implicaran a gente inocente, así que se suicidó.”

    Evidentemente, debía de ser una vieja historia muy dolorosa, pero la contó con ligereza, como si hubiera levantado un trozo de papel, e incluso cuando hablaba de ello, era capaz de mirarla sin mostrar ninguna sorpresa.

    Pero ella no podía saber si él realmente había ‘pasado página.’

    Con valentía, Ji Zhen Tang preguntó: “¿Eran esas personas malas… gente de la familia Zhong?”

    Cuando hizo esa pregunta, recordó el mensaje que Zhong Bingwen le había enviado, mencionando que sus experiencias y las de su madre deberían haberle servido de lección.

    También recordó que Zhong Yu Bai dijo una vez que su padre le había enseñado una lección crucial sobre las relaciones: «Proteger a las personas que amas es tan importante como amarlos.»

    La palabra ‘protección’ adquierió un significado más profundo cuando se reveló una parte fragmentada de la historia de la generación anterior.

    Las verdades del pasado y del presente se ensartaron como cuentas, de modo que su visión retrospectiva por fin se aclaró, y de repente comprendió la paciencia, la dificultad y la preocupación implícitas que se entrelazaban en esa secuencia de acontecimientos.

    Tras una larga pausa, Zhong Yu Bai finalmente respondió: “Sí, la gente mala era la familia Zhong.”


    Nameless: ¿Entonces su padre se quedó de brazos cruzados viendo como perseguían a su esposa? Quiero una buena explicación…

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  • Begonias – 57

    Begonias – 57

    Capítulo 57: Su tío se convirtió en una bestia

     

    Ding Jialing ha seguido a Zhong Yu Bai durante muchos años y sin importar con quién negocie o coopere, nunca había visto a su jefe cometer un error ni mostrar miedo.

    ¿Qué valía siquiera el joven Zhong Yu?

    Se atrevió a desafiar los planes generales de Zhong Yu Bai, pensando que estaba lo suficientemente preparado para hacerlo, quién iba a decir que, si le decían que fijara el umbral, lo haría inmediatamente, y temía que, si quería decir que no, no sería capaz de hacerlo.

    Ding Jialing no sabía si fue porque tenía demasiado miedo de Zhong Yu Bai, por lo que le había entrado en pánico y perdido la compostura momentáneamente, pero su forma de actuar dejaba claro que no había hecho ningún progreso.

    Ding Jialing se burló para sus adentros. No importaba si practicaba durante cinco años; ¡ni siquiera cincuenta años serían suficientes!

    Soltó un silbido, mirando al joven maestro a su lado y se alejó con aire de indiferencia y arrogancia que no reconoce a sus seis parientes*.

    Zhong Yu Bai tenía las nubes ligeras y la brisa suave**.

    (N/T: liù qīn bú rèn (亲不认) lit. no reconocer a los seis parientes; fig. ser [uno] muy frío y egoísta. En los tiempos antiguos los seis parientes se referían al padre, madre, hermano mayor, hermano menor, esposa e hijo.)

    (N/T: ** «Las nubes son ligeras y el viento es suave» es un modismo que significa una brisa suave y nubes delgadas. Describe el buen tiempo, pero también puede utilizarse para hablar de una atmósfera relajada e indiferente.)

    Él fue a esa cena de reunión simplemente para dar la cara.

    Sin importar cuál fuera el resultado de la obra hoy, ya terminara con la Emperatriz Cixi golpeando al actor con un garrote o Wei Xiaobao capturando a OBoi, no tenía nada que ver con él.

    Volvía a casa para celebrar el Festival de Medio Otoño sin preocuparse por si pudiera soportarlo, ni tampoco el Banquete Hongmen. Ya que estaba allí, pensaba disfrutarlo al máximo. Simplemente pensó que, ya que al niño le gustaba verlo, lo dejaría verlo.

    (N/T: *鸿门宴» (hóng mén yàn) significa «banquete de Hongmen» y, figurativamente, se utiliza para describir un banquete o invitación con el propósito de engañar o traicionar a un invitado. La expresión hace referencia a un famoso evento histórico en el que el futuro emperador Han, Liu Bang, fue invitado a un banquete por su rival, Xiang Yu, con la intención de asesinarlo.)

    “¿Están todos aquí? ¿Por qué nadie canta?” – Zhong Yu Bai miró hacia el Pabellón Zhuozhen al otro lado del estanque de agua; el escenario todavía estaba vacío.

    Una mesa redonda en el pabellón estaba llena de miembros de la familia Zhong.

    Chi Ying había traído a Zhong Danting, y el padre de Zhong Heng, Zhong Jing, también estaba allí, quien trabajaba como director marioneta en Boyang, su trabajo era relajado, pero se preocupaba mucho por los asuntos amorosos con mujeres y ahora sus sienes estaban grises. Al ver a Zhong Yu Bai, Zhong Jing lo saludó cordialmente y le pidió que se acercara y se sentara.

    Zhong Yu Bai miró a su alrededor y notó que Xue Jinyun no estaba.

    Chi Ying sonrió y dijo: “Te estábamos esperando; ¿quién se atrevería a actuar sin ti?”

    Cada vez que abre la boca, cualquier cosa que diga, ya fuera para bien o para mal, sus palabras eran siempre agudas, lo cual era una habilidad de la mujer en sí misma.

    Zhong Yu Bai hacía tiempo que había hecho oídos sordos a sus palabras, ignorándolas por completo.

    En cuanto terminó de hablar, el sonido de la música comenzó a llenar el pabellón.

    Zhong Yu Bai tomó asiento y dijo: “Cuando estudiaba en Singapur, me encantaba escuchar óperas, especialmente ‘El huérfano de Zhao’ la he visto muchas veces.”

    Zhong Yu, sentado frente a ella, rió al oír esto: “No hay muchos chinos en el norte de Europa. Solo he visto obras como ‘Hamlet’, ‘El conde de Montecristo’ y obras similares en el teatro, pero eran aburridas. Nuestras propias obras locales, que son historias de venganza son mucho más interesantes de ver.”

    Zhong Yu se especializó en artes liberales en la universidad y llevaba varios años trabajando en el extranjero.

    Zhong Yu Bai no se había encontrado con una provocación de tan bajo nivel desde hacía mucho tiempo.

    Antes de buscar venganza, Hamlet organizó una obra dentro en otra obra, era un guion brillante, pero desafortunadamente, ese niño no había captado ni un ápice de la esencia de Shakespeare y solo se centró en el tema de la venganza.

    Zhong Yu Bai no respondió; simplemente sonrió levemente y tomó un sorbo de vino con el que habían chocado las copas.

    “Originalmente, debería haber regresado a casa con gloria, pero lamentablemente, trabajar en el extranjero no ha sido fácil estos últimos años. No he obtenido muchos beneficios, así que he decidido volver a Boyang para que mi tercer tío me ayude a conseguir trabajo.” (Zhong Yu)

    Zhong Yu Bai asintió y dijo: “No hay problema.”

    Zhong Yu sonrió y continuó: “Por supuesto, todavía hay algunas cuentas pendientes. Por ejemplo, la mayoría de los bienes de mi padre no fueron recuperados tras su fallecimiento, y escuché que solo quedó una pequeña parte de los fondos legítimos se ha inyectado en la línea de sangre de Boyang; en este caso, ¿no debería heredar una parte de las acciones que originalmente pertenecían a mi padre?”

    Miró a Zhong Yu Bai y habló palabra por palabra, con los ojos profundos detrás de los lentes.

    Aunque estaba sonriendo, era evidente que apretaba los dientes al decir eso.

    No sabía cuánto tiempo había preparado su discurso.

    Ocultando todo su odio entre sus dientes apretados.

    Zhong Yu Bai permaneció imperturbable y dijo: “Naturalmente, las acciones deberían entregarse a quienes son útiles.”

    Su significado era claro: ‘Competir en función de las propias capacidades. Que tu padre haya muerto no significa que puedas conseguir una posición sin trabajar por ello.’

    Zhong Yu fue agudo y directo.

    Zhong Yu Bai, por otro lado, había moderado su razonamiento y pudo discutir las reglas con él con calma.

    Al oír eso, Zhong Yu no se sorprendió por su respuesta, pero aún sentía que su ira afloraba a la superficie, sonrió con frialdad y se deshizo del velo: “Para entender este asunto, este asunto debe remontarse a cómo mi tercer tío manejó las cosas en aquel entonces. Si no hubieras filtrado los secretos de la familia Zhong, creo que Boyang sería aún más grande y próspero ahora y si regresas para compartir las ganancias ahora, no sería poco para ti.”

    Zhong Yu Bai lo miró.

    Recordó vagamente el pasado, preguntándose qué era lo que odiaba realmente.

    Odiaba que Zhong Yu Bai hubiera expuesto los negocios clandestinos de su padre, Zhong Lin, lo que había llevado a Zhong Lin a ser puesto en la lista de buscados.

    Odiaba que, de no ser por él, su padre no se habría visto obligado a saltar del edificio y su madre no se habría vuelto loca después de presenciar su suicidio.

    Así que, en ese sentido, el responsable de la destrucción de su familia era Zhong Yu Bai.

    Algunos familiares cercanos estaban claramente inquietos, sintiendo que la tensión en la mesa estaba creciendo demasiado y miraron a Zhong Yu, pero él los ignoró.

    “Tercero Tío, vine hoy a preguntarte, ¿has dormido bien todos estos últimos años?” (Zhong Yu)

    Tan pronto como terminó de hablar, la actuación en el escenario llegó a su fin.

    Mientras el actor blandía la espada de la venganza, Zhong Yu Bai levantó la mano y arrojó un cenicero.

    Se escuchó un estallido sordo de “bang”, no demasiado fuerte, pero lo suficientemente pesado como para causar impacto.

    El grueso cristal golpeó a Zhong Yu de lleno en la frente.

    “¡Ah!” (Zhong Yu)

    Zhong Yu gritó de dolor, llevándose la mano a la frente mientras la sangre empezaba a manar entre sus dedos, deslizándose por su rostro.

    El cenicero roto cayó sobre la mesa.

    La multitud entró en pánico.

    “¡Señora Xue! ¡Rápido, trae un botiquín!” – Gritó Chi Ying. – “¡Rápido, rápido!”

    Todos corrieron a revisar su herida.

    Zhong Yu Bai permaneció indiferente.

    Dijo: “Para ganar poder en la familia Zhong, primero debes ser capaz de doblarte y estirarte.”

    Aunque su tono era tranquilo, sus palabras tenían peso, enfriando al instante el ambiente y silenciando los gritos caóticos.

    “Ser capaz de doblarte y estirarte significa que, cuando veas que la situación es desfavorable y las espadas están a punto de apuñalarte, debes esquivarlas cuando sea necesario y saber cuándo retirarte; de ​​lo contrario, solo acabarás muerto.”

    “No se deben decir palabras exageradas ni hacer exigencias irrazonables, el exceso y la plenitud es pérdida; para lograr grandes cosas, uno debe aprender el arte de ser paciente y mantener un perfil bajo.”

    Zhong Yu Bai miró al angustiado Zhong Yu y simplemente se sentó tranquilamente al otro lado de la mesa, sosteniendo una copa de vino, balanceando la fina capa de vino en su interior y continuó: “Has estado afuera por mucho tiempo, ¿y has olvidado la forma china de tratar con el mundo?”

    Sonrió y terminó su bebida: “Entonces deja que tu tío te enseñe en nombre de tu padre.”

    Zhong Yu lo fulminó con la mirada a través de los dedos que cubrían su herida.

    Esa mirada era tan feroz que parecía capaz de cortar a la persona con mil espadas.

    Desafortunadamente, una mirada no mata. No es tan potente como un cenicero.

    Zhong Yu Bai terminó su bebida, asegurándose de no desperdiciar ni una gota. Se levantó y se despidió cortésmente de todos.

    Por coincidencia, la obra también terminó en ese momento.

    Salió del pabellón y se topó con la tía Xu, que había llegado con los implementos de primeros auxilios. Zhong Yu Bai inclinó ligeramente la cabeza en dirección de Zhong Yu y dijo: “Ayuda al joven maestro a curar su herida y, después de que termine la cena, envíalo al edificio oeste.”

    La tía Xu preguntó: “¿Dónde está la Segunda Joven Señora?”

    Zhong Yu Bai no respondió, pero miró al angustiado Zhong Yu y le susurró: “Que se reúna con su familia como es debido.”

    Salió del Jardín Chen Zhangyuan.

    Ding Jialing estaba de buen humor tras presenciar la batalla, hizo algunos comentarios mordaces sobre Zhong Yu, diciendo que su nivel era demasiado bajo y que no era lo suficientemente bueno para competir con el Director General Zhong.

    Zhong Yu Bai permaneció en silencio mientras caminaba hacia el coche.

    “Zhong Zong, ¿adónde va?” (Ding Jialing)

    Zhong Yu Bai levantó la cabeza y miró la luna que colgaba como una placa de jade.

    Pensó en llamar a Ji Zhen Tang, pero luego recordó que ella había mencionado que iría con su padre hoy, así que presionó la pantalla de su teléfono y dijo: “Conduce por ahora.”

    La ciudad natal de Ding Jialing no estaba cerca; durante varios Festivales del Medio Otoño, los había pasado con Zhong Yu Bai. Había muchos malos asuntos pendientes en casa y no le gustaba regresar, prefiriendo seguir a su jefe para comer y beber.

    Zhong Yu Bai le entregó a Ding Jialing una caja de regalo llena de pasteles de luna que había traído del Jardín Chen Zhangyuan.

    Ding Jialing miró la caja y recordó algo, al ver el ceño fruncido de Zhong Yu Bai, intentó animarlo deliberadamente y dijo: ¿Ha oído que la familia Chen ha estado inquieta estos dos últimos días?”

    Al oír mencionar a la familia Chen, Zhong Yu Bai naturalmente levantó los ojos para mirarlo.

    Él continuó: “La semana pasada, cuando el Sr. Chen estuvo de viaje de negocios en el extranjero, su patio trasero casi se incendió. El segundo joven maestro de la familia Liang le envió pasteles de luna a la señorita Zhu justo a tiempo, como resultado, cuando el Sr. Chen se enteró, regresó corriendo durante la noche, tirando esas cajas de regalo de varios miles de dólares para alimentar a los perros. Ja, ja, fue muy gracioso.”

    Tras una pausa, Zhong Yu Bai sonrió, captando el nombre del segundo joven maestro Liang, y preguntó: “¿Aún no se rinde?”

    Ding Jialing respondió: “Es comprensible; se comprometieron desde la infancia, pero ¿quién hubiera pensado que, al regresar de estudiar en el extranjero, alguien más le robaría a la novia? ¡Es como si Cheng Yaojin apareciera a mitad de camino*!”

    (N/T: *半路杀出个程咬金» (bàn lù shā chū gè Chēng Yǎojīn), que literalmente significa «aparecer de repente un Cheng Yaojin a mitad del camino», es un dicho chino que significa «aparecer de repente un obstáculo o sorpresa inesperada que cambia las cosas».)

    Zhong Yu Bai al escuchar eso, se sintió un poco protector: “No puedo garantizar nada más en cuanto a la familia Chen, pero sus tratos son absolutamente honestos. Se casan de forma abierta y sin tapujos, por lo que no existe la posibilidad de entrometerse en una relación.”

    Ding Jialing cambió rápidamente su tono: “Claro, claro. ¿Quién le pidió a ese playboy que fuera tan promiscuo y que abrazara a todo tipo de mujeres todos los días? Si yo fuera ella, tampoco lo elegiría. Además, es particularmente provocador y tenían un comportamiento inmoral.”

    Zhong Yu Bai reflexionó sobre ese comentario, recordando las opiniones de Ji Zhen Tang sobre el matrimonio, el amor y el sexo, todos son esenciales, que parecían transmitir un sentimiento similar.

    “Eso tiene sentido.”

    Al entrar el coche en la entrada, Zhong Yu Bai dijo: “Vayamos con la familia Chen y veamos si el incendio ya se ha extinguido.”

     

    ***

     

    Esa noche, Ji Huan conducía su Audi para recoger a Ji Zhen Tang de la escuela.

    Ella ya no tenía muchas ganas de encontrarse con su padre y cuando viajaban en auto, ella simplemente se sentó en la parte trasera del coche, apoyada en la ventanilla para contemplar la luna redonda.

    Era una noche preciosa con luna llena y flores floreciendo, pero ese día no le gustaba nada.

    “Cenaremos con la tía y los demás más tarde.” – Dijo Ji Huan, feliz mirándola por el espejo retrovisor.

    Ji Zhen Tang respondió distraídamente y luego preguntó: “¿Qué quieres darme?”

    Si Ji Huan no hubiera mencionado que tenía un regalo para ella hoy, Ji Zhen Tang probablemente no le habría prestado atención.

    En realidad, ella no esperaba un regalo suyo; simplemente sentía curiosidad por lo que Ji Huan tenía guardado.

    La verdad pronto se reveló.

    Después de cenar, Ji Huan la llevó a una oficina de ventas de bienes raíces. Era una propiedad de nuevo desarrollo en el centro de la ciudad. Siguiendo a Ji Huan, Ji Zhen Tang vio los precios en el cartel del vestíbulo y sus cejas se fruncieron cada vez más.

    “Elige un apartamento.” – Dijo Ji Huan, señalando la maqueta. – “Hay uno bonito con vista al río, pero cuesta casi diez mil más. Pero dejando de lado el precio, no se vive en una casa solo uno o dos años, así que la vista es importante, y el piso importa; cuanto más alto, mejor. El primer piso cuesta dos mil más…”

    Ji Zhen Tang lo interrumpió: “¿Qué quieres decir?”

    “Quiero decir que papá te va a comprar un piso.” (Ji Huan)

    “…” – Ji Zhen Tang preguntó con insistencia. – “¿Qué tengo que sacrificar para conseguirte este piso?”

    Ji Huan tosió, miró al vendedor que estaba cerca, y tiró a Ji Zhen Tang a un lado.

    Era una persona muy consciente de su imagen y pensaba que los asuntos familiares no debían ser oídos por extraños.

    “Primero aseguremos el departamento. Una vez que todo esté arreglado, no tendrás ninguna presión. Cuando todo esté arreglado, te presentaré a un novio. Terminemos esto rápido; deja de soñar con casarte con alguien de una familia adinerada.” (Ji Huan)

    Así que ese era su plan.

    Su ira estalló ante sus palabras, Ji Zhen Tang se liberó de la mano que la agarraba por la muñeca: “Ya dije que no.”

    “¡Lo quieras o no, debes romper con él!” – Ji Huan no se atrevió a levantar demasiado la voz, temiendo que la deshonra familiar quedara expuesta, por lo que se abstuvo de gritar.

    “¡No romperé con Zhong Yu Bai, olvídalo!”

    Habló con decisión, mirando a su padre a los ojos mientras lo decía. Su tardía preocupación ya no puede detenerla: “No iré a citas a ciegas. Sigo quiero estudiar y forjar mi carrera. No quiero simplemente encontrar a un hombre con quien casarme apresuradamente; nada de eso funcionará.”

    “Solo eres una jovencita; ¿por qué siempre piensas en ir a la escuela?” – Dijo Ji Huan. – “Dentro de unos años, cuando vayas al mercado de las citas a ciegas, solo encontrarás las sobras. Te diré algo que quizá no te guste, a los hombres no les gustan las mujeres más poderosas que ellos, mira a esas doctoras; ¿aún pueden casarse? En el mercado de las citas a ciegas, a las mujeres solo se les valora por su juventud, ¡no por su educación ni cultura!”

    ¡Ji Zhen Tang estaba a punto de perder los estribos!

    “¡Me siento tan desafortunada ahora mismo! ¿Por qué tuve que ser tu hija?”

    “¿Por qué un hombre como tú se convirtió en padre? ¿Solo porque aportaste un esperma? No me has ayudado en nada en la vida, ¿y ahora quieres empezar a dar órdenes? ¡No mereces que te llame “padre”! ¡Eres básicamente un canalla inmoral e irresponsable! ¡Qué te da derecho a ser mi padre!”

    (N/T: ¡Creo que esta vez le ha dicho sus verdades, pero también… ha cruzado la línea!)

    Ji Huan miró a su alrededor con ansiedad y susurró: “¿Por qué estás gritando? ¡Todos nos oyen! Es muy vergonzoso.”

    Mientras hablaba, extendió la mano para agarrar la de ella.

    Ji Zhen Tang lo esquivó, dejándolo con la boca abierta, y dijo enfadada: “¡Este es un adiós para siempre; no quiero volver a verte!”

    Ella se dio la vuelta y salió rápidamente de la sala de ventas, ignorando los insistentes gritos de Ji Huan a sus espaldas.

     

    ***

     

    Al día siguiente, estaba en la Mansión Lanting, quejándose con Zhong Yu Bai.

    Él había preparado los ingredientes y estaba cocinando en casa.

    Zhong Yu Bai aprendió las habilidades culinarias de la tía Xu, sin recetas específicas, así que tenía que recordar los pasos al cocinar y debe concentrarse plenamente al cocinar un plato.

    Sin embargo, alguien estaba inquieto y le impedía concentrarse.

    Ji Zhen Tang lo abrazó por detrás, sintiendo que no hacía suficiente calor, así que se acercó, lo rodeó con sus brazos y lo miró fijamente mientras trabajaba con cuidado.

    Esta posición era, sin duda, un poco obstructiva.

    Zhong Yu Bai dejó escapar un suave suspiro, como si supiera lo que iba a decir. Ji Zhen Tang dijo apresuradamente: “No me alejes; solo quiero estar cerca de ti.”

    Él estaba picando verduras y dijo: “Este pimiento es un poco picante; que no te entre en los ojos.”

    “No pasará, no te preocupes.” – Respondió ella sin pensarlo. – “Tengo ojos indestructibles.”

    (N/T: La traducción real, es que sus ojos son Vajra: » (jīngāng) en chino significa «diamante» o «adamante» un material conocido por su dureza y resistencia. En el contexto del budismo, «» también se usa para denotar la firmeza, la invencibilidad y la naturaleza indestructible del dharma.)

    Zhong Yu Bai rió entre dientes.

    Sacudió la cabeza lentamente, sintiéndose un poco impotente, pero reacio a apartarla, por lo que la dejó quedarse cerca de él.

    “Le dí una oportunidad en mi corazón.” – Dijo Ji Zhen Tang sobre su padre. – “Pensé que, si se disculpaba sinceramente y se daba cuenta de las cosas, diciendo algo como: ‘Mmm, creo que Zhong Yu Bai es bastante bueno y un yerno perfecto’, entonces podría considerar seriamente reconciliarme con él.”

    “Pero no lo hizo; y todo empeoró.”

    Finalmente, ella le contó con calma el resultado: “Así que rompí mis lazos con él. No fue una decisión impulsiva; sino meditada.”

    Al oír las palabras ‘lazos rotos’, Zhong Yu Bai hizo una pausa y se giró para mirarla a los ojos brillantes y pensativos: “¿Vale la pena por mí?”

    “No es por ti.” – Ji Zhen Tang negó con la cabeza. – “Es por mí.”

    Él simplemente bajó los ojos y la miró.

    Ella continuó: “Es por mi libertad, por mi amor. Aunque está directamente relacionado contigo, fundamentalmente, el mayor problema entre mi padre y yo es que él me niega y yo debo negar su negación.”

    Zhong Yu Bai sonrió aliviado y asintió con aprobación: “Me alegra que puedas pensar así.”

    Ji Zhen Tang le devolvió la sonrisa, se apartó de él y le preguntó si necesitaba ayuda. Él le dijo que solo tenía que esperar la comida.

    En la mesa del comedor, Ji Zhen Tang miró su rostro refinado y elegante y recordó inapropiadamente aquella noche en que su tío se convirtió en una bestia, emocionándola y excitándola.

    Entonces el gancho de la tentación la atravesó por dentro.

    Ella le mintió: “Me inscribí en el programa de estudios en el extranjero de la escuela y voy a ir al extranjero a estudiar.”

    Zhong Yu Bai, que sostenía los palillos en una mano, hizo una pausa, la miró un momento y preguntó: “¿Cuándo?”

    Ji Zhen Tang pensó por un momento: “Eh… pronto, tal vez… el próximo mes, supongo.”

    Él no dijo nada, su expresión era tranquila, lo que le dificultaba adivinar qué estaba pensando.

    Ji Zhen Tang dijo: “Me animaste a continuar mis estudios; no puedes olvidarlo.”

    Él no dijo nada y luego preguntó: “¿A dónde?”

    Ella volvió a pensar, ‘¿Adónde ir?’: “A Estados Unidos.”

    Eso estaba bastante lejos.

    Tras una breve pausa, Zhong Yu Bai dijo: “Te esperaré.”

    Al hablar de estudiar en el extranjero, ella le había preguntado antes: <“¿Me esperarías?”>, pero él no le había dado una respuesta definitiva hasta ahora, cuando dijo con firmeza que la esperaría.

    Ella sonrió lentamente: “¿En serio? ¿Hasta cuándo me esperarás?”

    Él consideró racionalmente algunas posibilidades y finalmente solo pudo decir: “Depende de ti.”

    Ji Zhen Tang lo miró y sonrió.

    Zhong Yu Bai no entendía por qué estaba tan feliz. Él realmente no quería hablar y no quería preguntarle nada, comió en silencio, sintiendo que la comida de ese día no le sabía del todo bien.

    Mientras Ji Zhen Tang comía, sus ojos permanecían fijos en él, probablemente observándolo.

    Sus ojos brillantes y curiosos siempre estaban llenos de curiosidad por el mundo, especialmente por él. Después de observarlo un rato, dijo con tono significativo: “Me pregunto en qué tipo de persona me convertiré cuando tenga treinta.”

    Zhong Yu Bai preguntó: “¿Qué quieres ser?”

    Ella pensó lentamente: “Un poco más sabia, supongo.”

    ‘Más sabia, más valiente, más segura de mí misma. Con la gente que amo y con quienes me aman. Cuando abra la ventana ver las vastas montañas y el agua del río fluyendo, y al llegar a casa disfrutar de tres comidas calientes al día.’

    Ese es el futuro que anhela.

    Por la noche, Zhong Yu Bai sacó dos botellas de vino tinto.

    El cristal de las botellas era grueso; por eso dijo que necesitaba lavarlas.

    Este extraño comportamiento despertó la curiosidad de Ji Zhen Tang, pero no preguntó por qué y simplemente lo acompañó a lavar las botellas de vino.

    Frente al grifo del baño, Zhong Yu Bai estaba de pie detrás de ella, lavando meticulosamente el cuello de las botellas.

    El corchos estaba herméticamente cerrados y el vino se balanceaba dentro de las botellas, produciendo un ligero sonido gorgoteante. Ji Zhen Tang sostuvo la copa en su mano, y él le cubrió el dorso con la suya.

    Zhong Yu Bai guiaba su mano mientras lavaban las botellas; la copa estaba fría y se calentó un poco en su palma después de darle varias vueltas.

    Recordó otros momentos maravillosos, pero la botella se sentía fría, sin el soporte de la sangre y los huesos, ni el ritmo frenético de la vida.

    Ji Zhen Tang se miró al espejo y vio a Zhong Yu Bai detrás de ella.

    Llevaba una camisa blanca, con un par de botones ligeramente desabrochados y su expresión era muy seria. Aunque el estilo de la camisa era informal, le daba una apariencia noble y firme mientras hacía algo peculiar, era difícil saber qué estaba pensando; en cualquier caso, no había un rastro de severidad en su expresión que permaneció impasible.

    Había un toque de socarronería en su expresión.

    Ella se quedó en sus brazos, miró hacia arriba y preguntó confundida. – “¿No deberíamos servir el vino primero?”

    Él respondió: “El vino debe usarse en el lugar correcto; ¿cómo se puede desperdiciar?”

    “…Oh.” – Respondió Ji Zhen Tang, sin comprender del todo.

    Ella lo observó mientras él le sujetaba los dedos.

    Zhong Yu Bai detuvo lentamente sus movimientos, se volvió hacia ella y preguntó en voz baja: “Volverás, ¿verdad?”

    Ji Zhen Tang tardó un momento en comprender a qué se refería con ‘volver’ y mintiendo, respondió vacilante: “No lo sé.”

    Al ver un destello de distracción en sus ojos, ella sintió realmente una sensación de logro.

    Cerró el grifo, sostuvo la botella de vino en una mano y la rodeó fuertemente con la otra, atrayéndola hacia sus brazos. Debido a que utilizó demasiada fuerza, Ji Zhen Tang se inclinó ligeramente hacia adelante, apartando la cabeza para que no pudiera ver su expresión, rozando solo su mandíbula.

    Oyó su voz profunda, tan cerca que le provocó escalofríos: “Puede que no sea tan despreocupado.”

    El aliento cálido de Zhong Yu Bai le rozó el oído cuando dijo: “Dame una respuesta concreta.”


    Nameless: Nos quedamos aquí, nos vemos la próxima semana, espero que sea domingo.

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  • Begonias – 56

    Begonias – 56

    Capítulo 56: Él también era un poco codicioso ahora

     

    Lo que continuó no fueron solo besos.

    Ella no creía que el exceso de pasión fuera algo malo, pero había algo un poco anormal la intensidad de su comportamiento de querer comer el tuétano y conocer el sabor*.

    (N/T: * «食髓知味» (shí suǐ zhī wèi) significa «comer el tuétano y conocer el sabor» en español. Esto se usa como una expresión idiomática para describir a alguien que, después de obtener un beneficio o placer, busca repetirlo o explotarlo por avaricia o codicia. En esencia, significa que una vez que alguien experimenta algo bueno, se vuelve insaciable y busca más.)

    Un hombre que tiene la situación general bajo control y nunca se aparta de la elegancia; incluso en los momentos finales, su desorientación era poco más que un carraspeo y un fruncimiento de cejas. Por lo menos, suele ser así, pero en el peor de los casos, suele llamarla “bebé.”

    Por supuesto, hoy no hubo tal cosa. Zhong Yu Bai parecía aún más despierto, apenas cerrando los ojos.

    Pero cuanto más se comportaba así, más inquieta se sentía ella. Era una sensación de ansiedad de estar completamente encadenada y perder la propia libertad.

    En el pasado, pasara lo que pasara, él siempre le dejaba espacio: espacio para respirar, espacio para la resistencia. Incluso si le agarraba una mano, dejaba la otra libre para rascarse.

    La invasión y la represión estricta e implacable de esa noche, la dejaron completamente indefensa.

    También le permitió ver que, si realmente quería atraparla, podía controlar incluso su respiración con la palma de su mano.

    Sus ojos negros como la tinta se fundieron en la oscuridad, como un abismo infinito que parecía listo para tragársela por completo.

    El flamante apartamento con vista al río perdió rápidamente su novedad, dejando su olor y sus huellas por todas partes. Se vio obligada a familiarizarse rápidamente con él, codeándose con él en todas direcciones.

    Ella siempre sintió que él era tan indiferente que no se podía ver ningún rastro de moderación, no fue hasta que oyó que los latidos de su corazón caían por debajo de la línea de advertencia, con el cuerpo empapado en sudor, que comprendió que aquellas experiencias suaves y relajantes de antes, las reglas de descanso en horarios establecidos, las noches infinitamente largas que no podía olvidar y cada pizca de tranquilidad, eran todos fruto de su contención.

    Pero hoy, presenció algo diferente.

    Ji Zhen Tang estaba de pie en el suelo y su cuerpo fue levantado por él, para poder igualar su altura, tuvo que ponerse de puntillas con los dedos de los pies estirados y apoyados contra el suelo de caoba y con la mano apoyada en el cabecero.

    Ante ella había un mural lleno de flores de colores vibrantes.

    La ventana tenía una pequeña rendija, y desde el edificio de treinta pisos, el viento golpeaba las persianas romanas contra las pinturas, destrozando las campanillas de viento que colgaban bajo los aleros en miles de grullas de papel y los arrojó al mundo romántico por error.

    No pudo seguir así, sus piernas se entumecieron y sus rodillas se debilitaron y se desplomó hacia abajo.

    Zhong Yu Bai rápidamente extendió la mano y sostuvo su rostro, equilibrando un poco la situación.

    Se inclinó hacia delante y preguntó: “¿No puedes soportarlo?”

    Ji Zhen Tang respiró hondo y dijo débilmente: “¿Sigues siendo mi ‘tío’?”

    Zhong Yu Bai guardó silencio un momento, luego la ayudó a sentarse en la cama mientras observaba su expresión: “¿Qué pasa?”

    Ella le rodeó el cuello con los brazos, se sentó alrededor su cintura, todavía con ganas de bromear, con los ojos muy abiertos mientras lo miraba: “¡Oh, eres tú! Pensé que había venido una bestia feroz.”

    Los labios de Zhong Yu Bai se curvaron ligeramente, pero no sonrió. La abrazó más fuerte y dijo con voz profunda: “Me halagas.”

    Ella se quedó atónita: “Pensé que eras abstinente*.”

    (N/T: * «禁欲» (jìn yù) en chino significa abstinencia, especialmente referida a la abstinencia sexual. También puede referirse a la abstinencia de otros placeres mundanos o indulgencias.)

    “Deberías haber sabido que no lo soy.” – Dijo mirándola con seriedad.

    No solo no era abstinente, sino todo lo contrario.

    Fue toda una revelación.

    Zhong Yu Bai rozó su nariz con la de ella, observando cómo los párpados de Ji Zhen Tang se cerraban de cansancio. La observó volviéndose algo activa, la observó hundirse un poco por iniciativa propia, medio empujando y medio cediendo, hundiéndose cada vez más en el pantano.

    Ella abrió los ojos y dijo con voz entrecortada: “Solo lo decía por casualidad; antes no eras así.”

    Tras una breve pausa, él preguntó: “¿Cómo era antes?”

    Ji Zhen Tang respondió: “Dijiste que me dejarías ir.”

    Cuando una persona parece no tener deseos ni exigencias, parece no importarle nada.

    Así que ella nunca vio codicia, ni ira, ni fascinación en sus ojos y siempre había sido así.

    “¿De verdad?” – Zhong Yu Bai preguntó con suavidad, apretando el agarre en su cintura con más fuerza; su duda contenía un matiz de amenaza.

    Ji Zhen Tang preguntó: “¿Piensas incumplir tu promesa?”

    Tras una larga pausa, él finalmente dijo: “No la incumpliré.”

    Luego él añadió: “Quédate aquí, por favor.”

    Sus palabras flotaron con ligereza, sin vacilación alguna, dándole la libertad de irse.

    Sin embargo, egoístamente, esperaba que decidiera quedarse allí.

    Las mil grullas de papel no eran de papel, sino de cristal. Con el suave y tranquilo sonido del viento, dejaron de revolotear lentamente.

    Ji Zhen Tang lo miró durante un largo rato.

    Poco a poco se levantó y dijo: “Déjame contarte algo feliz. Déjame mostrarte mi cuenta; adivina cuántos seguidores tengo.”

    Ji Zhen Tang tomó su teléfono e hizo clic en la interfaz de la cuenta.

    Zhong Yu Bai no lo adivinó; en cambio, se recostó de lado y la observó.

    Ella se rió y levantó los dedos para señalar un número. – “No puedo creer que me haya vuelto tan popular en los medios de comunicación. Con tu apoyo, siento que todos a mi alrededor son buenas personas y todo lo que hago parece ir sobre ruedas.”

    Al oírla decir esto, Zhong Yu Bai se sintió aliviado: “Es tu momento de brillar; las grandes cosas llevan tiempo.”

    Esperaba que ella se fijara más en sus propias fortalezas.

    Ella le mostró algunos videos más, y Zhong Yu Bai los observó con calma.

    “¿Crees que las cosas que diseñé son bonitas?” – Finalmente preguntó Ji Zhen Tang, levantando la barbilla, esperando cumplidos.

    Él la elogió generosamente: “Son muy hermosas.”

    Ella sonrió tímidamente: “Tengo algo para ti.”

    Zhong Yu Bai tarareó un suave: “Mm.”

    Ella rebuscó en su bolso un rato y sacó un pequeño broche con forma de pez Koi.

    “Este es mi uno por ciento, un pequeño regalo a cambio del Pequeño Azúl.” (Ji Zhen Tang)

    El pequeño azul era el zafiro de Cachemira que selló su amor y su apellido es Ji.

    El rostro de Zhong Yu Bai, que se había mantenido tranquilo y pacífico toda la noche, finalmente se suavizó en una sonrisa desde el fondo de su corazón cuando vio el broche.

    Ji Zhen Tang había aprendido a leer sus expresiones; aunque aún no podía discernir las diferencias, podía magnificar las sutiles fluctuaciones en sus ojos, captando indicios de alegría evidente.

    “¡Te gusta!” – Antes de que él pudiera comentar, ella aplaudió emocionada. – “¡Genial! Sabía que te gustaría.”

    Zhong Yu Bai sostuvo el pequeño broche, acariciando suavemente el cuerpo del pez, que era más pequeño que la punta de su dedo, y preguntó: “¿Cómo se te ocurrió esto?”

    “Eso es lo que se llama una conexión telepática, aunque no te entiendo del todo, tampoco te malinterpreto del todo, por lo que darte un regalo que te gusta en este momento hace que nuestra relación valga la pena.” (Ji Zhen Tang)

    Ji Zhen Tang ladeó la cabeza para mirarlo, sonriendo con orgullo.

    Parecía que le gustaba el broche, lo que la hacía aún más feliz que a él.

    Zhong Yu Bai reflexionó sobre sus indirectas palabras y sonrió levemente.

    La corrigió diciendo: “Ha habido varias ocasiones.”

    “Tsk, eres un zorro viejo.” – Ji Zhen Tang dijo mientras pasaba una pierna sobre su robusta cintura, presionándolo sin demasiada fuerza. – “Si realmente quieres contarlo de esta manera, ya han sido docenas de ocasiones.”

    Él quiso probarlo, pero no era lo suficientemente bueno, dejando la caja junto a la cama, dijo formalmente: “Gracias, es muy exquisita.”

    Ji Zhen Tang sonrió felizmente.

    Su felicidad y su risa siempre eran sinceras.

    Aunque era una persona falsamente optimista, sus hermosos y profundos ojos realmente pueden contagiar a las personas cuando sonríe.

    El crepúsculo, el cielo estrellado o los fuegos artificiales, ninguno de ellos puede igualar una diezmilésima parte de su poder.

    Zhong Yu Bai levantó la barbilla y no pudo evitar inclinarse, besándola suavemente en la frente.

    A Ji Zhen Tang le gustaba ese tipo de beso, suave y ligero, más cercano al amor.

    Ella le preguntó a Zhong Yu Bai: “¿Crees que el amor es más importante que el sexo?”

    Él asintió y respondió: “Eso tiene más sentido. Puede regular y corregir algunos errores morales.”

    Ji Zhen Tang murmuró: “Sí, si todos los hombres pensaran de esa manera, no habría tantos hijos ilegítimos.”

    Había un indicio de algo más profundo en sus palabras; su expresión era claramente frustrada. Ella miró al techo y luego se giró para mirarlo, y dijo casual y abruptamente: “¿Me amas?”

    Las dos palabras superficiales, no pronunciadas con énfasis, se arremolinaron en el aire en silencio después de haber sido pronunciadas.

    “Pensé que era bastante obvio.” – Respondió Zhong Yu Bai. – “Te amo.”

    Ya fueran dulces palabras de amor o un amor puro, él no tenía miedo de decirlo en voz alta.

    “Si tengo dinero, te daré dinero; si tengo corazón, te daré mi corazón; si soy feliz, te daré felicidad, el amor debe expresarse.”

    Ji Zhen Tang lo miró por un rato y luego sonrió lentamente.

    Ella dijo: “Pero mi madre no me deja jugar contigo.”

    Ella convirtió un tema serio en una broma.

    Zhong Yu Bai era muy inteligente; podía oír la verdad detrás de su broma. Él puso su mano alrededor de su cintura y la sostuvo en sus brazos de nuevo, sonriendo, una sonrisa que a ella le pareció un poco maliciosa.

    Él dijo lentamente: “Ser un buen hijo con tus padres no es tan bueno como ser un buen hijo para mí.”

    Ji Zhen Tang se quedó atónita por un momento: “…”

    Ella se sonrojó y se sintió un poco avergonzada, luego giró la cabeza y señaló las grullas de cristal que colgaba bajo el alero. – “¿Por qué tienes campanas de viento en tu casa?”

    Zhong Yu Bai la miró y respondió: “Lo preparé para ti, una de las decoraciones del Festival Qixi.”

    Ji Zhen Tang sonrió. – “¡Son preciosas! Me encanta todo lo que has preparado para mí, pero lo que más me gusta eres tú.”

    Ella lo besó y puso sus brazos alrededor de su cintura. La colisión accidental se sintió como el viento soplando sobre la tierra, provocando que la hierba y los árboles se revitalizaran, haciéndole sentir la vitalidad de la primavera en él.

    Era una primavera vibrante y próspera.

    Zhong Yu Bai la abrazó, apretando la palma de su mano para cubrir por completo su delicada espalda. En el momento más profundo de su beso, Ji Zhen Tang dijo de repente: “¿Hay un río de la luna* aquí? Quiero escuchar algo de música.”

    (N/T: *月亮河» (yuèliàng hé) en chino significa «río de la luna» o «río brillante».  Por lo tanto, «月亮河» se traduce como un río que refleja la luz de la luna o un río que se considera brillante como la luna.)

    Zhong Yu Bai pensó por un momento y se dio cuenta de que realmente no había equipo de música en casa, así que sugirió reproducirlo en su teléfono celular, pero Ji Zhen Tang dijo que no importaba.

    Ella yacía boca arriba en la cama, mirando por la ventana.

    Mirando hacia abajo estaba la ciudad, mirando hacia arriba el cielo estrellado.

    La ubicación de esa habitación era realmente magnífica.

    Después de mirar el cielo un rato, se sintió aburrida; la contaminación de la ciudad hacía tiempo que había apagado la luz de las estrellas, haciéndolo muy inferior al cielo puro de su infancia.

    Ji Zhen Tang dijo: “¿Qué tal si canto una canción para ti, para que me recuerdes?”

    Zhong Yu Bai no miró el cielo estrellado; mantuvo la mirada fija en ella, acariciando suavemente su cabello y dijo: “Canta.”

    Ella comenzó a cantar, con una voz nítida y fina, como una pequeña alondra, su voz era suave y dulce: “La lluvia cae suavemente, oigo tu voz, te acercas con un paraguas, protegiéndome del viento y bloqueando la lluvia.”

    “Eres como el viento que habla y sigue mi dirección. Eres como las olas en el mar, que me ayudan a crecer.”

    Ella dijo: “Cada vez que escucho esta canción, pienso en ti.”

    Una vez más, una ternura desbordante inundó su cuerpo y se reflejó en sus ojos que no se inmutan.

    Ella solía decir que era codiciosa. Esta vez, Zhong Yu Bai sintió de repente que él podría ser un poco codicioso también.

    “¿Estuvo bien?” – Le preguntó Ji Zhen Tang después de terminar la canción.

    Zhong Yu Bai no dijo nada, pero demostró su aprecio a través de sus acciones.

    “¡Ah, nadie me dijo que los hombres de treinta años son así!” (Ji Zhen Tang)

    Él rió entre dientes, sin prestar atención a su arrebato, que rápidamente se desvaneció en el silencio.

    Los vasos sanguíneos y su pulso se sentían como si hubieran sido bañados por una lluvia torrencial, y se reveló la primera luz del amanecer en un cielo cálido y húmedo.

    Zhong Yu Bai despertó y la encontró durmiendo en una postura como la de un pulpo, y dejó que sus extremidades se envolvieran su cuerpo. Las sábanas retorcidas reflejaban el caos en su corazón, que ella había arrugado hasta convertirlo en un desastre.

     


     

    Al día siguiente, Ji Zhen Tang se despertó un poco más tarde. Vio las búsquedas calientes sobre los fuegos artificiales del Festival Qixi de ayer y también vislumbró las flores de begonias que se mencionaba en los videos.

    Muchos blogueros capturaron esa escena, y varias publicaciones se hicieron virales recibiendo muchos ‘me gusta’. Todos celebraban el Festival Qixi y la larga vida al amor, sin que nadie supiera quién estaba manipulando ese romance en esa noche secreta en lo alto de la ciudad.

    Las expresiones de Zhong Yu Bai eran implícita y críptica; no haría un gran alboroto para publicar abiertamente su nombre ni sus fotos, una sola flor le bastaba.

    A veces, Ji Zhen Tang se acercaba demasiado a él, y en su esfuerzo por desenterrar los fuegos artificiales que lleva dentro, en realidad encontró algunas pistas de que era un hombre casado.

    Casi olvidó el verdadero propósito de ese hombre; que era revolucionar el mundo de la fama y la fortuna.

    Ella continuó pasando sus vacaciones de verano en ese pequeño apartamento.

    Desde el último piso, observaba el coche de abajo.

    Zhong Yu Bai vestía un traje occidental y parecía noble y distante. Avanzó con paso decidido, con las manos en los bolsillos de los pantalones, sin necesidad de hacer nada más; el encargado que estaba a su lado abrió la puerta para que pasara. Era el más alto, y su aura era la más fuerte.

    Sólo después de agacharse para subir al coche, el grupo de hombres que lo rodeaba regresaron a sus puestos, cada uno atendiendo sus tareas.

    El Rolls Royce se incorporó al denso tráfico de la ciudad.

    Él también regresó a su puesto.

    Ella se puso de pie y se paró en el edificio alto para despedirlo, y en ese momento, él parecía tan lejano.

     

    ***

     

    El día del Festival del Medio Otoño, Zhong Yu Bai fue al Jardín Chen Zhangyuan como lo prometió.

    Ni siquiera preguntó por los asuntos de la familia Zhong y dejó todo en manos de Ding Jialing.

    Ding Jialing mencionó la cena de esa noche, diciendo que algunas personas habían venido a la casa y que Zhong Heng estaba ausente, probablemente disfrutando de Nueva York en ese momento.

    “Ah, pero ese joven amo mayor que acaba de regresar es realmente inusual. Insistió en interpretar el papel del huérfano de Zhao; ¿Quién no sabe lo que está tramando? ¿Cómo se llama eso? El corazón de Sima Zhao*.” (Ding Jialing)

    (N/T: Un modismo chino, inspirado en Sima Zhao, afirma que «Todo el mundo sabe lo que Sima Zhao tiene en mente» (司馬昭之心, 路人皆知), lo que significa que la supuesta intención oculta de una persona (en este caso, usurpar el trono) es tan conocida que en realidad no es oculta.)

    Ding Jialing siguió quejándose sin parar.

    Zhong Yu Bai estaba sentado en el asiento trasero, con las piernas cruzadas, las manos apoyadas ligeramente sobre los muslos, y los ojos cerrados, pensando profundamente, sin ofrecer respuesta.

    En la antigüedad, un actor representó un papel de una obra revolucionaria para la emperatriz viuda Cixi*, quien, furiosa, dijo que el actor la estaba calumniando y haciendo acusaciones indirectas, como resultado, el actor fue castigado con cincuenta azotes y expulsado del palacio.

    (N/T: * La emperatriz Cixi (Cíxí) era la emperatriz viuda de la dinastía Qing en China, conocida por su papel como regente de dos emperadores sucesivos y por su larga y poderosa influencia en la corte imperial. Su nombre, Cixi, se traduce como «bondadosa y alegre».)

    Zhong Yu Bai levantó la mirada y dijo con calma: “No puedo compararme con Cixi.”

    “Se equivoca; la emperatriz Cixi no tiene el cultivo* del presidente Zhong. Una pequeña falta de control puede llevar a desbaratar grandes planes.” (Ding Jialing)

    (N/T: * «修為» (xiūwéi) se traduce al español como «cultivación» o «perfeccionamiento», se refiere a la práctica de mejorar y perfeccionar uno mismo, a través de la disciplina, el estudio y la reflexión. Puede referirse a la búsqueda de la iluminación espiritual, el desarrollo personal o la adquisición de habilidades.)

    Él sonrió fríamente y preguntó: “¿Cómo sabes que lo soportaré?”

    Ding Jialing respondió: “No creo que pueda usar una espada, después de todo, hay una espada en la palabra ‘paciencia’; es solo que aún no es el momento adecuado.”

    Zhong Yu Bai guardó silencio.

    Pronto, el coche llegó al Jardín Chen Zhangyuan.

    Zhong Yu Bai todavía estaba sentado en el coche cuando vio al hombre que lo saludaba en la puerta desde la distancia.

    Zhong Yu estaba allí de pie, charlando y riendo con la tía Xu, aunque eran hermanos, no tenía ni una pizca del comportamiento pícaro de Zhong Heng; exudaba un aire completamente gentil y bajo los finos cristales de sus gafas, sus ojos no sólo eran dulces, sino que también estaban llenos de una astucia no disimulada.

    Las estrellas y la luna se reflejaban en el agua, las flores estaban en plena floración bajo la luna llena, a través de la ventanilla del coche, oyó vagamente el sonido del viento soplando, que sonaba con un tinte de peligro.

    Ding Jialing inclinó la cabeza para echar un vistazo: “¡Vaya, ya casi está aquí!”

    Zhong Yu Bai levantó la mano, se quitó el pequeño broche de pez del cuello y lo colocó en la puerta del coche.

    Salió del coche.

    “Tercer tío tercero, estás aquí.” (Zhong Yu)

    Cuando Zhong Yu vio a Zhong Yu Bai esbozó una leve sonrisa mientras lo llamaba.

    No se parecía a Zhong Heng, pero se parecía bastante a su padre.

    Zhong Yu Bai no respondió, caminó hacia el umbral de casi un metro de altura del Jardín Chen Zhangyuan y se detuvo, observando el panel de la puerta incrustado en el marco de madera.

    Ese umbral no estaba destinado a ser cruzado por la gente; en la antigüedad, estaba diseñado para bloquear el paso a las clases bajas, permitiendo solo la entrada a invitados distinguidos.

    Para Zhong Yu Bai era fácil apartar esos dos paneles.

    Pero él no se movió, ni movió las manos ni los pies.

    Simplemente miró fijamente a su sobrino con ojos profundos y dijo: “Bájalo.”

    La tía Xu, que estaba de espaldas, escuchó la conmoción y se acercó rápidamente a ayudar.

    Zhong Yu Bai miró a la tía Xu, indicándole que no se moviera.

    La Señora Xu miró a Zhong Yu con torpeza.

    Zhong Yu se quedó momentáneamente desconcertado, al ver que la situación estaba en un punto muerto, no tuvo más remedio que dar un paso adelante y levantar el umbral firmemente bloqueado, apilando las tres tablas unidas una a una.

    Aunque no era una tarea incómoda, aun así, la acción fue bastante poco impresionante.

    Cuando solo quedaba una tabla, se agachó hasta la posición más baja para retirar la tabla que estaba atascada, pero apenas lo tocó con la mano…

    La última pieza fue pisada con firmeza por Zhong Yu Bai.

    Se escuchó un fuerte chasquido y pareció que se rompió en pedazos cuando lo pisó.

    Zhong Yu Bai no mostró compasión al pisar la costosa madera, bajó la mirada hacia Zhong Yu, quien aún no se había enderezado, luego sonrió y dijo un saludo tardío: “Cuánto tiempo sin verte, Xiao Yu.”


    Nota del autor: La canción que canta Ah’Zhen es «Tú» de Ariel Lin.


    Nameless: Anteriormente había traducido el nombre del sobrino como Xiaoyu, es realmente Xiao Yu (Xiao de pequeño… = Pequeño Yu), voy a tratar de corregirlo en esta última actualización (desde el Cp. 53 en adelante), pero ya están enteradas… Jiji.

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  • Begonias – 55

    Begonias – 55

    Capítulo 55: Persistencia y Anhelo

     

    Llegó el verano, trayendo consigo las vacaciones de tercer año, a medida que se acercaba el año de graduación, los compañeros que tienen planes a largo plazo comenzaron a estar ocupados.

    Ji Zhen Tang también necesitaba hacer algunos planes para la cuenta de redes sociales de su marca, ella no salió a trabajar durante estas vacaciones de verano de ese año, en su lugar, organizó un equipo, buscó localizaciones y realizó varias sesiones de fotos y planificó formalmente su futuro camino de desarrollo.

    Exhibió sus diseños y fue elogiada por los demás por estar adelantada a su tiempo.

    En el arte no hay respuestas estándar, pero en el entorno escolar, se enfrentaba a diversas evaluaciones.

    En el pasado, Ji Zhen Tang tenía dificultades con sus calificaciones; las cuales rondaban en la mitad de la montaña y era difícil mejorar.

    Ella también sentía ansiedad y frustración por ese tema, hasta el punto de que afectó su salud.

    Más tarde conoció a Zhong Yu Bai en el museo de la escuela.

    Un cuadro que ella había presentado hace quién sabe cuánto tiempo colgaba en un rincón discreto. Él vislumbró el cuadro con sus pequeños peces y paisaje, junto con el pequeño nombre artístico con el que firmaba.

    Cada vez que piensa en ello, es un encuentro que la hace sentir muy poderosa.

    Ji Zhen Tang diseñó un broche rojo con un pez koi para Zhong Yu Bai como una especie de conmemoración.

    Rara vez mostraba entusiasmo por las cosas materiales, pero los dos peces que tenía en casa probablemente eran el sentimiento más evidente en su inmutable rutina.

    El día que recibió el broche, ella se sintió inusualmente feliz, sosteniéndolo en la palma de la mano y mirándolo una y otra vez.

    Cuando terminó la semana de exámenes finales y el dormitorio se vació, Ji Zhen Tang se sentó en su escritorio y guardó cuidadosamente el broche en una caja y, justo después, recibió una llamada de su madre.

    Qin Meilan explicó que había estado ocupada últimamente, por lo que no se había comunicado con ella, y luego le preguntó por su bienestar y habló de su situación reciente.

    Ji Zhen Tang le dijo que todo iba bien, al igual que a su padre, riendo discretamente y evitando mencionar los problemas con Ji Huan.

    Qin Meilan había seguido trabajando en una fábrica de café de Singapur durante los últimos años, empezando como trabajadora en la cadena de montaje y fue ascendiendo puestos, hasta que este año se convirtió en gerente de departamento. Ella había soportado dificultades por su falta de educación y trabajó duro toda su vida, pero finalmente tuvo la oportunidad de cambiar su suerte.

    A veces, le preguntaba a Ji Zhen Tang si necesitaba dinero, durante muchos años, su madre no había mencionado el dinero delante de ella, y Ji Zhen Tang se dio cuenta de que era porque ahora estaban en una situación más cómoda.

    Pero Ji Zhen Tang negó con la cabeza, diciendo que no necesitaba nada.

    Qin Meilan dijo: “Estás a punto de graduarte, ¿verdad? Una vez que empieces a trabajar, podrás ganar dinero por tu cuenta y no tendrás que depender de la ayuda de tu padre.”

    Al escuchar las palabras de su madre, Ji Zhen Tang miró el zafiro en su mano y sintió emociones encontradas y se quedó sin palabras, guardando silencio un buen rato.

    Su madre le preguntó: “¿Has pensado en donde trabajar? Si la situación laboral en China no es muy buena, considera volver a Singapur. Conozco a algunos gerentes de joyerías aquí, y el mercado de la joyería en Singapur sigue siendo prometedor.”

    Ji Zhen Tang murmuró: “¿Singapur…? ¿En serio?”

    Qin Meilan respondió: “Sí, incluso abriendo una pequeña tienda en el barrio chino puedes ganarte la vida. Hay mucha gente adinerada en los países desarrollados, y el mercado también está en auge.”

    Ji Zhen Tang hizo una pausa, con la mente hecha un lío. – “Pero nunca he pensado en ir al extranjero. Ahora mismo estoy trabajando en mi propia marca de diseño.”

    Qin Meilan dijo: “No es nada, solo era una sugerencia, el gobierno de Singapur también está buscando maneras de retener a los estudiantes chinos, venir aquí es solo cuestión de seguir la corriente, ¿y no sería genial estar más cerca de tu madre?”

    Ji Zhen Tang escuchó, mordiéndose el labio hasta que se le puso blanco. Quería decir algo, pero no se atrevía a hablar.

    “¿Culpas a tu madre por haberte enviado lejos en ese entonces?” – Preguntó su madre.

    “No.” – Respondió ella. – “No te culpo, yo solo…”

    ‘Simplemente pienso que ustedes los adultos son realmente raros, nos envían lejos cuando ya no nos quieren, y luego nos llaman cuando nos extrañan.’

    Ahora, me ofrecen su amor sincero, en un intento de llenar el vacío en mi crecimiento.

    Desafortunadamente, es demasiado tarde; el espejo roto y aunque se vuelva a armar, ahora está lleno de grietas.

    La voz de Qin Meilan sonaba impotente y llena de arrepentimiento: “Lo siento, cariño. Antes las condiciones no eran buenas y no había otra opción. Ahora que las cosas están un poco mejor…”

    Ji Zhen Tang interrumpió a su madre: “Mamá, necesito decirte algo.”

    “Hmm, adelante.”

    Originalmente no tenía intención de sacar el tema, pero ahora que había dicho eso, Ji Zhen Tang todavía balbuceó: “Yo…”

    Tras un momento para ordenar sus palabras, finalmente dijo: “Hace unos días, vi al joven maestro.”

    Qin Meilan estaba desconcertada: “¿A qué joven maestro?”

    Ji Zhen Tang respondió: “Al joven maestro de la familia Chen, cuando yo era niña.”

    Qin Meilan se sobresaltó y se puso visiblemente nerviosa y, con la voz ligeramente más aguda, preguntó: “¿Lo viste? ¿Está en China ahora?”

    Sosteniendo el teléfono con fuerza, Ji Zhen Tang también se tensó y las palmas de sus manos empezaron a sudar. – “Sí, de hecho, vivimos bastante cerca el uno del otro, su apellido no es Chen, sino Zhong.”

    “¿Hablaste con él? ¿Te reconoció?”

    Ella respondió: “No.”

    Tras un breve momento de silencio, Qin Meilan pareció respirar aliviada y suavizando el tono, dijo: “Eso es bueno, mantente alejada de él.”

    Su madre pareció aliviada.

    Pero Ji Zhen Tang se quedó atónita, sintiendo como si algo se le hiciera un nudo en la garganta. – “¿Por qué? Éramos tan unidos de niños, y la señora siempre fue muy amable conmigo, incluso ahora, yo todavía…”

    (N/T: Pienso que la madre tal vez tuvo algo que ver con la muerte de la Señora Che.)

    Antes de que pudiera terminar, escuchó decir a Qin Meilan: “No provoques problemas, simplemente vive una vida sencilla y tranquila, se más inteligente, es mejor mantenerse alejada de la gente con la que no deberías involucrarte.”

    Ji Zhen Tang: “…”

    “Hay cosas que quizás no recuerdes; eras demasiado joven en ese entonces.”

    “Lo recuerdo.” – Dijo ella. – “Recuerdo el barco, recuerdo los disparos y recuerdo que la señora no regresó con nosotros.”

    Aunque era muy joven, lo recordaba todo porque ese incidente la había marcado profundamente.

    Qin Meilan hizo una pausa. – “Si lo recuerdas, no hace falta que me preguntes por qué.”

    Después de colgar, el corazón de Ji Zhen Tang estaba hecho un lío.

    Lo único que podía pensar era en las palabras de su madre que decía: ‘Mantente alejada de él.’

    Ella no necesitaba la aprobación ni la bendición de sus padres, pero no podía evitar sentirse triste porque ambos eran tan pesimistas.

    Incluso pensó que si le decía la verdad, Qin Meilan podría ir corriendo a China de la noche a la mañana para separarlos.

    Para distraerse, siguió viendo «Burning», que no había terminado ese día.

    Zhong Yu Bai era bastante paciente y caballeroso y ha estado trabajando duro para ayudarla a deshacerse de algunos de sus grilletes de clase. Aunque no podía cambiar los prejuicios de la sociedad, al menos podía hacer que ella cambie su comprensión inherente de la brecha entre ricos y pobres.

    Se había esforzado mucho, pero no pudo evitar que ella se sintiera atraída por ese tipo de trabajo.

    Ese día, Zhong Yu Bai vio la película con ella por un rato, quizás sintió que el comienzo era demasiado aburrido, por lo que no pudo evitar preguntar: “¿Es buena esta película?”

    Ella bromeaba un poco, murmurando: “Ustedes, los nobles, leen Lu Xun; pero a nosotros, la gente común, nos encanta leer sobre cazafortunas. Miramos cómo llevan una vida próspera y colorida, y luego de la misma manera miramos como diferentes caminos conducen al mismo destino, un desafortunado final.”

    Él dejó de ver la película y se giró para mirarla. La frase ‘diferentes caminos conducen al mismo destino’ parecía tener cierta implicación.

    Ji Zhen Tang dijo: “Disfruto viendo historias con elementos trágicos, aunque sabes que algo está condenado a la ruina, de alguna manera, no puedes evitar querer aferrarte a ella, el juego entre el deseo y la razón es muy emocionante. Por otro lado, un romance fugaz también es agradable.”

    Murmuró, como explicándose, o quizás como una auto advertencia.

    Hace medio año, al decir algo así, se habría sentido aliviada. Ahora, entre líneas, sus palabras tenían un inconfundible tono de arrepentimiento que no se podía ocultar.

    Zhong Yu Bai extendió la mano para apagar la película.

    Ji Zhen Tang sonrió y dijo: “No, no me estoy mirando al espejo.”

    Su indulgencia también incluía dejar crecer sus remordimientos.

     

    ***

     

    En el segundo día de las vacaciones de verano, Ji Zhen Tang fue al lugar donde había acordado reunirse con el equipo de filmación: un antiguo puente en el casco antiguo de ciudad de Qingcheng.

    Antes de eso, Zhu Qingying había filmado con ella una vez, y se había lanzado un video promocional de ‘Mariposa de Jade Roja*’ con un tráfico favorable y con la ayuda de Wang Qianxing, que tenía experiencia en marketing, la respuesta final fue excelente.

    (N/T: *Quería aclarar, en anterior ocasión lo traduje como rubí, pero la traducción correcta es Jade Rojo. 紅玉» (hóng yù) en chino significa «rubí» o «jade rojo». «» (hóng) significa «rojo» y «» (yù) significa «jade» o «piedra preciosa».)

    En esta ocasión, las piezas de diseño que se iban a filmar era una serie de joyería de piezas clásicas de jade con estilo Jiangnan.

    En el minibús que se alejaba, Ji Zhen Tang le mostró a Zhu Qingying el video de la última vez.

    “¡Es súper hermoso! La transición en la edición final es realmente asombrosa, pero claro, lo principal es que estás guapísima, como un hada celestial que desciende a la tierra, por no hablar de llevar un vestido de novia; pero incluso si llevaras un saco de patatas, conseguirías al menos 300.000 me gusta.” (Ji Zhen Tang)

    Con una sonrisa dulce, Zhu Qingying dejó de mirar su teléfono y se giró para mirar el perfil de Ji Zhen Tang y sonrió suavemente.

    “Tu sentido de la cámara está fuera de este mundo, hermana.” (Ji Zhen Tang)

    Ella respondió: “Trabajé como modelo para portadas de libros en la escuela.”

    Ji Zhen Tang se quedó atónita por un momento, y luego sus ojos se curvaron en una sonrisa. – “No me extraña; tengo muy buen ojo, elegí a una profesional sin darme cuenta.”

    Zhu Qingying sonrió y no dijo nada más.

    Era muy callada, del tipo de persona que prefieren no hablar a menos que sea necesario. Ji Zhen Tang se dio cuenta de que estaba evitando cualquier interacción social innecesaria.

    También dejó el teléfono y preguntó en tono de broma: “¿Por qué tu agente descuida sus obligaciones y ha faltado tantas veces? ¡deberías descontarle el sueldo!” (Ji Zhen Tang)

    Zhu Qingying pareció un poco confundida. – “¿Qué agente?”

    Entonces, como si recordara algo, rió suavemente. – “Ah, le creíste.”

    El coche aceleró, la luz del sol filtrándose entre las sombras de los árboles, proyectando dibujos en los delicados párpados de la chica. Ji Zhen Tang, observando sus suaves cejas, preguntó con un toque de curiosidad: “En una familia como la tuya, ¿no es importante arreglar el matrimonio de los hijos en beneficio de la familia?”

    “Es posible.” – Respondió Zhu Qingying con indiferencia. – “Pero la verdad es que no me importan esas cosas.”

    “¿No te importan en absoluto?” (Ji Zhen Tang)

    “Quizás el proceso fue demasiado rápido y, antes de que pudiera prestar atención, el polvo ya se había asentado.” – Explicó. – “Mi matrimonio fue arreglado por mi familia; y yo simplemente tuve que hacer concesiones.”

    Ji Zhen Tang se sorprendió un poco y preguntó: “¿Entonces no querías casarte?”

    “No me opuse al matrimonio.” – Hizo una pausa y dijo. – “Pero esperaba poder mejorar mi situación, que no era tan buena en ese momento.”

    “¿Ha mejorado?” (Ji Zhen Tang)

    Zhu Qingying pensó un momento y simplemente dijo: “Ha cambiado.”

    Después de responder, se volvió hacia la profundamente pensativa Ji Zhen Tang y le preguntó. – “¿De verdad quieres casarte?”

    Ji Zhen Tang se sintió un poco avergonzada y dijo vacilante: “No, no, no lo sé; todavía soy joven.”

    Zhu Qingying sonrió con dulzura. – “Muchas cosas importantes se deciden de forma inesperada y no salen según lo planeado. La edad para casarse, con quién casarse, todo es cuestión del azar. Es como dijiste, abrir una caja de sorpresa.”

    Ji Zhen Tang no pudo evitar preguntar: “Entonces, ¿ahora crees que obtuviste el regalo que querías?”

    Ella reflexionó brevemente antes de responder: “No es lo que quería, pero aun así es un regalo muy bonito.”

    El verano en Jiangnan* no era nada apacible ni hermoso; el camino de ladrillos está quemado por el sol y era casi imposible permanecer bajo el sol.

    (N/T: *江南» (jiāngnán) significa «sur del río» en chino, específicamente refiriéndose a la región al sur del río Yangtsé (Cháng Jiāng). Es un área geográfica importante en China, conocida por su rica historia, economía y cultura. Es posible que utilice ambas traducciones: Jiagnan o Al Sur del rio Yangtze.)

    A medida que el rodaje avanzaba hacia la segunda mitad, un joven se acercó con entusiasmo y les ofreció algo de comida y bebida.

    El personal, como era de esperar, preguntó quién lo había enviado, y el joven respondió que era del Sr. Chen.

    En ese momento, Ji Zhen Tang estaba sentada en el jardín exterior afuera de un café en la calle antigua, leyendo el guion. Ella vio a un extraño acercarse con comida y bebida para repartir, al darse la vuelta, vio el Cullinan, que había visto una vez antes, al otro lado del puente.

    Zhu Qingying estaba posando en el centro del puente, sosteniendo un abanico.

    Ella tenía mucha resistencia; aunque estaba a punto de derretirse por el calor, su rostro no mostraba el más mínimo signo de incomodidad, irradiando un estado mental tranquilo y una serenidad natural, mirando a la cámara con sus ojos claros y fríos.

    Alguien se acercó a Ji Zhen Tang por detrás.

    Una voz masculina y profunda preguntó en voz baja: “¿Tiene un paraguas?”

    Ella levantó la vista y vio a un hombre alto con camisa blanca y pantalón de vestir.

    El dueño de la cafetería respondió y rápidamente trajo un paraguas.

    Chen Ke lo tomó rápidamente, dijo “Gracias” y se dirigió al puente.

    Tan pronto como el fotógrafo gritó “¡Corten!”, indicando una pausa en la grabación, Chen Ke abrió rápidamente el paraguas, asegurándose de que su esposa no estuviera expuesta al sol ni un segundo más.

    Zhu Qingying le entregó un lápiz labial sin decir una palabra, pero él comprendió su intención.

    Él sostuvo el paraguas con una mano y se inclinó ligeramente hacia delante para ayudarla a retocarse el maquillaje con cuidado.

    Ji Zhen Tang observaba desde un lado y no pudo evitar sonreír, ella recordó las palabras de Su Yunli sobre la atracción magnética, y en ese momento, esa atracción se hizo tangible.

    Zhu Qingying esperó en silencio, leyendo el guión, luego levantó la vista y le preguntó: “¿Compraste muchas cosas para todos?”

    Chen Ke tapó el lápiz labial y lo guardó en el bolsillo de su pantalón. – “Sí, les dije que fueran amables y que no intimiden a mi esposa mientras no estoy cerca.”

    Ella se quedó un momento desconcertada, pero no pudo evitar sonreír y preguntar: “¿Te vas pronto?”

    “Ahora que estoy aquí, ¿por qué iba a dejarte así?” (Chen Ke)

    “Está bien.” – Zhu Qingying asintió, pero añadió con torpeza. – “No es que tenga que ir contigo; es solo que el autobús no es muy cómodo y me marea si va demasiado rápido.”

    Chen Ke la observó con el ceño fruncido por un momento y rió levemente. – “¿Por qué no dijiste que te mareabas?”

    Le dio un suave golpecito en la frente con los dedos. – “Sigues siendo un misterio.”

    Para cuando Chen Ke llegó, Ji Zhen Tang ya había dejado de mirar hacia allá y estaba estudiando unas imágenes enviadas por el fotógrafo. Al levantar la vista, vio a una persona sentada tranquilamente frente a ella.

    Ji Zhen Tang estaba sorbiendo unas gachas frías de frijoles mungo que le habían traído cuando se encontró con la mirada del hombre que la observaba fijamente, sus dientes se aflojaron de repente mientras mordía la pajita.

    “Hola, Director General Chen.” – Lo saludó calurosamente.

    Él se sentó perezosamente frente a ella, con las piernas cruzadas.

    Al observar atentamente sus rasgos, aunque estaban relacionados por sangre, Chen Ke no se parecía en nada a Zhong Yu Bai, irradiaba un encanto natural y pícaro, como un jugador experimentado con una baraja de cartas en el juego del amor. Sin embargo, cuando sus ojos de color flor de durazno, con las comisuras de los ojos ligeramente levantadas, miraban a otras personas que no fueran su esposa, no había afecto ni ternura en absoluto, solo alerta y astucia.

    Recordó las palabras de Zhong Yu Bai sobre el lema de Chen Ke: ‘Si un hombre no trabaja para sí mismo, será castigado por el cielo y la tierra.’ Esas palabras describían acertadamente la mirada en sus ojos.

    Chen Ke no la saludó, sino que fue directo al grano. – “¿Cómo se conocieron tú y mi hermano?”

    Ji Zhen Tang se quedó momentáneamente desconcertada por esa pregunta.

    Ella no estaba pensando en cómo se conocieron; sino que se preguntaba si Chen Ke la estaba poniendo a prueba.

    Tras una larga pausa sin respuesta, Chen Ke la miró fijamente, instándola a responder.

    Ji Zhen Tang finalmente dijo: “¿Qué quieres saber?”

    Ante sus palabras, curvó ligeramente los labios y bajó la vista para recoger su teléfono. – “No tengo nada que preguntar, simplemente no veo que tengas potencial para ser mi cuñada.”

    Ji Zhen Tang: “…”

    Ella se quedó atónita de nuevo y antes de poder reaccionar, respondió con dulzura: “¿Quién ha dicho que quiero ser tu cuñada?”

    “¿Entonces por qué preguntaste por madre?” (Chen Ke)

    “¡Yo, yo solo preguntaba casualmente, sólo chismorreaba!”

    Chen Ke rió se burló. – “Bueno, suena bastante casual.”

    Ella se quedó en silencio, y él perdió el interés en preguntarle. En cambio, tocó la pantalla de su teléfono unas cuantas veces y se lo mostró a Ji Zhen Tang.

    Al bajar la vista, vio una enorme suma de dinero. Ji Zhen Tang abrió mucho los ojos y contó repetidamente los dígitos con incredulidad.

    Lo oyó decir…

    “No es fácil para mi esposa ganar mucho dinero con ese anuncio de mierda; solo añade esto a su pago y dáselo, déjala ser feliz.” (Chen Ke)

    Finalmente añadió con cautela: “No le digas que es de mi parte.”

    Ji Zhen Tang, siempre amable, puso una expresión seria como si hubieran llegado a un acuerdo. – “De acuerdo, puedes confiar plenamente en mí.”

    Tan pronto como terminó de hablar, le llegó una segunda notificación de transferencia.

    Era una pequeña fracción respecto a la cantidad inicial, pero no insignificante.

    “¿Qué es esto?” – Preguntó ella desconcertada.

    Chen Ke dijo directamente: “Es tuyo.”

    Ji Zhen Tang casi no pudo contener la risa. De repente, el hombre que tenía delante le pareció inmensamente impresionante, ella comenzó a halagarlo y le dijo con voz dulce: “Hoy en día, puedo saber a simple vista qué tipo de personas tienen visión. Cuando la gente pregunta quién sería adecuado para ser un gran jefe, yo digo que nuestro director ejecutivo Chen es sin duda el indicado.”

    Mientras hablaba, hizo un gesto de aprobación con el pulgar, elogiándolo con entusiasmo.

    Chen Ke rió entre dientes: “Un espíritu del discurso*.”

    (N/T: *La verdad es que le dice: 花頭精 (Hua Tou Jing) cuya traducción es Esencia de Cabeza de flor, pero no he encontrado la traducción exacta, pero por el contexto puede ser un insulto. / Hua Tuo Jing se puede entender como la «cabeza del discurso» o «punto más allá del cual el discurso se agota». En el contexto de la meditación budista, es una frase o tema corto utilizado para enfocar la mente.)

    Chen Ke hizo todo lo bueno que pudo e incluso invirtió en marketing para su cuenta.

    Ji Zhen Tang se sorprendió y dijo indignada: “¿Por qué me regañas?”

    Se levantó para irse, dejando tras de sí una débil frase: “Te estoy felicitando.”

    Chen Ke hizo todo lo bueno que pudo e incluso invirtió en marketing para su cuenta.

    Ji Zhen Tang ciertamente sabía quién la había ayudado, pero después de ese apoyo, por fin se dio cuenta del poder del capital para hacer que las cosas sucedan. Antes solo lo había oído hablar de ello en rumores, pero ahora finalmente se ha hecho tangible ante el creciente número de sus fans.

    La sensación de logro que fue suficiente para luchar contra el vacío fue rápidamente compartida con Zhong Yu Bai.

     

     

    ***

     

    El día del Festival Qixi*, tenían una cita para cenar en el Riverside Garden.

    (N/T: * El Festival Qixi ( chino :七夕; pinyin : Qīxī ; lit. ‘Séptima noche del séptimo mes’), también conocido como el Festival Qiqiao, es un festival chino que celebra el encuentro anual de Zhinü y Niulang en la mitología china . El Qi Xi con otra gran cantidad de nombres populares como Día de San Valentín chino, Festival del doble siete, ​ o Festival de la urraca, se celebra en el séptimo día del séptimo mes lunar en el calendario chino; de ahí su nombre.)

    Recordando el año pasado, su primer encuentro, que no podía considerarse una cita, fue en ese restaurante que él había reservado exclusivamente para ellos.

    El anochecer trajo una calidez reconfortante.

    Las calles bullían con el sonido de las ruedas, y el río parecía al mismo tiempo lejano y cercano y había barcos navegando. En esa hermosa ocasión festiva, la multitud llenaba la zona, con parejas caminando de la mano.

    Zhong Yu Bai vestía formalmente con una camisa impecable y gemelos negros y estaba sentado erguido frente a ella con aire serio, eso le hizo recordar una verdad fría y dura que él le había compartido durante su anterior encuentro en ese mismo lugar: <“El mundo está ansioso por obtener beneficios y todos se esfuerzan por obtener ganancias.”>

    En ese momento, la serenidad de sus palabras le hizo comprender lo aterradores que podían ser los hombres de negocios.

    Afuera, las luces danzaban con colores vibrantes, mientras que adentro, el aroma de las flores se mezclaba con la suave música.

    Ji Zhen Tang miró al músico que tocaba la cítara cerca y dijo: “Es tan formal, has puesto tu corazón en ello.”

    Zhong Yu Bai pensó que esta era la configuración básica del festival y dijo: “Incluso una pareja de ancianos necesitan un poco de romance.”

    Escucharlo decir ‘pareja de ancianos’ le calentó el corazón.

    “Bien.”

    Brindaron en el lujoso restaurante, y Ji Zhen Tang compartió con entusiasmo anécdotas divertidas que sucedieron durante la filmación.

    Zhong Yu Bai escuchó con paciencia, no se distraía ni jugaba con su teléfono mientras ella hablaba, a veces, incluso ella pensaba que sus historias eran aburridas, pero él se conectaba con ella, armonizando su conversación, permitiéndole continuar con el aburrido tema indefinidamente.

    El deseo de escuchar es algo verdaderamente amable.

    Tanto si se dice que la favorece deliberadamente, como si se dice que es una persona noble, en definitiva, Ji Zhen Tang estaba muy conmovida.

    “¿Cómo planeas pasar el Festival del Medio Otoño?” – Ella preguntó.

    Zhong Yu Bai respondió: “Depende de tus necesidades.”

    Ji Zhen Tang dijo: “¿No vas a estar con tu familia? ¿No es importante el Festival del Medio Otoño de tu familia?”

    Él pensó un momento y dijo con sinceridad: “Tú eres mi primera prioridad, los demás son secundarios, también importantes, pero no tanto como tú.”

    “Está bien.” – Ella sonrió y removió suavemente el queso de cabra y aguacate en su tazón y dijo. – “Si no estás contento o si tienes un mal día en el trabajo, puedes hablar de eso conmigo.”

    Él respondió: “No hay nada que me preocupe.”

    Ji Zhen Tang no estaba satisfecha: “Repítelo, no me creo que no tengas ningún tropiezo en tu trabajo.”

    Zhong Yu Bai guardó silencio por un momento y dijo: “En el pasado, cuando me encontraba con dificultades, siempre encontraba una salida.”

    “¿Por ejemplo?” (Ji Zhen Tang)

    “Por ejemplo, en primavera, salía a ver florecer las flores, y en invierno, iba a las montañas a escuchar el sonido de la nieve. Al atardecer, sentía la calidez del sol poniente y al anochecer encendía fuegos artificiales solo. Sin embargo, después de conocerte, dejé todo eso de lado.”

    Él dijo: “Ahora, tú eres mi salida.”

    “Pero no he hecho nada.” (Ji Zhen Tang)

    Él continuó con calma, sin dejar lugar a dudas en cada palabra: “Que estés aquí sentada y compartiendo una comida conmigo es como encender una lámpara para mí; me muestra el camino que debo seguir.”

    Ji Zhen Tang lo miró, escuchándolo hablar lentamente, y sonrió con dulzura: “¿Sabes lo encantador que eres cuando dices palabras dulces?”

    Zhong Yu Bai también sonrió suavemente: “Quizás sea porque te hablo con el corazón.”

    Esa noche no se quedaron a dormir, y Zhong Yu Bai la sacó del restaurante, tenía una buena razón: “Ya que tenemos casa, no deberíamos alojarnos en un hotel.”

    Mencionó que los hoteles siempre dan a la gente una sensación de vagar sin un lugar donde alojarse. Al pensarlo, se dio cuenta de que casi nunca la había llevado a pasar una noche en la ciudad.

    Su pequeño apartamento estaba en el centro de la ciudad, y era la primera vez que Ji Zhen Tang estaba allí, la invadió la curiosidad por mirar por los ventanales, que iban del suelo al techo, las innumerables luces de las casas debajo de él, la extravagante escena nocturna y la espléndida ciudad reflejada en el río.

    Antes de que pudiera asimilarlo todo, la misma ventana se cubrió de repente con la cálida huella de una mano.

    Él ignoró su pánico.

    Su mano, aún caliente por la temperatura de su cuerpo, se presionó con fuerza contra el frío cristal y los huesos de sus dedos se apretaron gradualmente hasta formar un puño, pellizcando su palma, liberando de las yemas de sus dedos la fuerza que había recibido en sus vulnerables yemas.

    El vapor escapó de sus labios, formando una niebla circular, secó con los dedos varias manchas en el cristal, intentando ver la ciudad a través de los fragmentos borrosos.

    Hablando de fuegos artificiales, él sí que le había preparado un espectáculo de fuegos artificiales junto al río, iluminando la ciudad justo en ese momento.

    Sin que ellos lo supieran, rápidamente se convirtió en un tema de actualidad, apareciendo en los teléfonos móviles de muchas personas, se esparcieron por todo tipo de rincones y quedaron enmarcados para la eternidad.

    Ji Zhen Tang se apoyó en la ventana y murmuró: “Parece un sueño…”

    Había una aroma fresco de plantas en la casa, y el aire acondicionado central proporcionaba una brisa agradable que hacía que la gente se sienta cómoda.

    Zhong Yu Bai le contó todos los detalles, creando una sensación de estar en tierra firme y regreso al puerto en los detalles, porque sabía que ella no quería dejarse llevar. Sin embargo, seguía sintiendo que se parecía demasiado a un sueño.

    Se parecía a esa frase: ‘una almohada de mijo amarillo*.’

    (N/T: 黃粱夢 = Huang liang meng, es una expresión china que significa ‘sueño de mijo amarillo’ o ‘ilusión de riqueza y gloria’.)

    Ella levantó la cabeza y la niebla circular se extendió, haciendo que el cristal se viera aún más borroso, no podía limpiarla ni ver con claridad.

    Así, sin más, en esta vasta ciudad, todo se volvió borroso.

    Los fuegos artificiales alcanzaron su máximo esplendor en ese momento, estallaron con un fuerte estruendo y cayeron al río con un chapoteo.

    El cielo nocturno era grandioso, ella levantó la vista y vio algo cruzando ese espacio solitario, el sonido de pájaros cantando y volando en círculos sobre su cabeza.

    Llegó de nuevo a la cima y se hizo añicos otra vez.

    “Que hermoso, ¿cuánto durará…?” (Ji Zhen Tang)

    Las palabras confusas de Ji Zhen Tang se tensaron de repente, y apretó los dientes.

    Unos segundos después, lo oyó decir solemnemente desde atrás: “Se acabó.”

    Su mejilla dejó una huella en la niebla.

    Ji Zhen Tang observó cómo la noche volvía a caer en la soledad, y después de un rato, sonrió y dijo: “Jefe Zhong, es usted muy generoso.”

    Zhong Yu Bai despejó el charco con la mano y le preguntó: “He hecho un pequeño ajuste, ¿te has dado cuenta?”

    “¿Ah? No me fijé bien ahora mismo.” – Ella se volvió hacia él y dijo. – “No sé cómo era el diseño original.”

    Él sonrió con calma, un poco arrepentido, pero no demasiado preocupado: “Originalmente una de ellas era una rosa, pero pedí que la cambiaran por una begonia.”

    Zhong Yu Bai la levantó, y Ji Zhen Tang sintió una repentina ingravidez, casi perdiendo el equilibrio. Extendió la mano para agarrar algo, pero terminó arrancándole el puño de su manga, así que cayó completamente en sus brazos.

    Pero Zhong Yu Bai no la dejó sentir ingravidez; la abrazó con firmeza y sin esfuerzo mientras caminaba hacia el borde de la cama.

    “¿Te gusta?” – Él preguntó.

    El corazón de Ji Zhen Tang latía muy rápido, sin saber qué lo causaba, solo ver su hermoso rostro la hizo sonrojar incontrolablemente: “¿A qué te refieres con ‘te gusta’?”

    El hombre se inclinó, la miró con un par de ojos profundos mientras decía en voz baja: “Los fuegos artificiales y yo.”

    Ella asintió y respondió: “Me gusta. Pero es una lástima no lo haya visto con claridad y que te haya costado muchísimo dinero otra vez.”

    Ji Zhen Tang no había visto las flores, pero vio que estaban floreciendo de manera apresurada, y estaba bastante impaciente.

    Ella se quejó del dolor, diciendo que no era bailarina. Mientras Ji Zhen Tang hablaba, extendió la mano y el puño de la manga cayó al suelo, amortiguado por sus pantalones negros.

    Un hombre de treinta años podía recuperar su juventud de otras maneras; Zhong Yu Bai demostró que no necesitaba detenerse y dijo: “No hay nada que lamentar; si quieres verlo nuevamente, te lo mostraré una próxima vez.”

    Ella agarró suavemente su muñeca que descansaba sobre la almohada y usó las delicadas yemas de sus dedos para sentir las intrincadas venas que palpitaban en su brazo. Levantó la barbilla hasta el límite, el ruiseñor regresó.

    Zhong Yu Bai inclinó la cabeza para besarla, la besó profundamente, luego hizo una pausa, los tendones del plexo solar saltaron un poco y le mordió con fuerza el labio inferior.

    Medio minuto después, los fuegos artificiales invisibles cayeron al suelo. Las marcas de la mordedura y el entumecimiento se desvanecieron lentamente, y ella se preguntó sin motivo si tal vez ese sentimiento se llamaba afecto persistente.

    Ji Zhen Tang reflexionó profundamente: “Una persona puede morir por tres tazones de arroz, pero también existe la posibilidad de morir por otras cosas.”

    Ella lo abrazó con fuerza, sin dejar que se moviera. Creyó oír su suave risa junto a su oído y Zhong Yu Bai yacía de lado, abrazándola de una manera diferente.

    “Zhong Yu Bai, eres la medicina que me cura, la persona que el cielo envió para salvarme.” – Ji Zhen Tang sonrió levemente, como si necesitara apoyarse en algo para fortalecer su coraje. Finalmente tuvo la oportunidad de decir eso, y de repente preguntó. – “¿Debería empezar a prevenir las reacciones del síndrome de abstinencia ahora?”

    Él detuvo ligeramente sus dedos que acariciaban su cabello: “¿Quién habló de abstinencia?”

    “Yo…” (Ji Zhen Tang)

    Zhong Yu Bai no quería que continuara, así que la interrumpió y dijo: “Es un sueño del que no despertarás.”

    Él había prometido no dejarla despertar.

    Él dijo: “No me iré, y tú tampoco debes hacerlo.”

    Los ojos de Ji Zhen Tang temblaron levemente. Parecía que era la primera vez que lo oía hablarle en un tono casi suplicante. Quizás el sentimiento de rendición era demasiado vívido, y aún no se había liberado de él.

    Él aún no había corregido el orden.

    “Si un día ya no quiero tener intimidad, hacer esto y aquello contigo, ¿me dejarás estar a tu lado?” (Ji Zhen Tang)

    Zhong Yu Bai respondió: “El sexo es importante, pero no debería ser superior al amor. En mi corazón, el orden nunca se ha invertido.”

    Él mismo no sabía cómo un corazón que sabe cuándo avanzar y cuándo retroceder había llegado a estar tan enredado.

    Él bajó los ojos para mirarla y preguntó: “Ah’Zhen, ¿estás dispuesta a renunciar?”

    Ella se sintió profundamente conmovida y no dijo nada, solo lo abrazó fuerte durante un largo rato; la respuesta era clara.

     

    ***

     

    Probablemente no podrían pasar el Festival del Medio Otoño juntos.

    Ji Huan había contactado con Ji Zhen Tang con anticipación, diciéndole que quería darle un regalo, claramente parecía bastante preocupado de que su hija se desviara del buen camino.

    Ji Zhen Tang se lo comunicó a Zhong Yu Bai, y él, naturalmente, no tuvo objeciones.

    Zhong Yu Bai también recibió una llamada, esta vez de su padre.

    En ese momento, Ji Zhen Tang se estaba duchando y, al cruzar la puerta, dejó a un lado sus emociones irracionales y él se sentó en el sofá para responder. Al otro lado, Zhong Bingwen declaró sucintamente: “Xiao Yu volverá este año para celebrar el Festival del Medio Otoño.”

    Él respondió con calma, como si lo hubiera esperado, sin alterarse.

    Zhong Bingwen continuó: “Mencionó dos cosas. Dijo que, dado que la condición de su madre ha estado bien controlada debido a que ha estado tomando bien su medicación estos últimos dos años, quiere que se mude a vivir al Jardín Chen Zhangyuan*.”

    (N/T: Quería explicarle un poquito que había un error en la traducción. 沉章園 (Chen Zhang Yuan), realmente Yuan = Jardín, por lo que la traducción correcta sería Jardín Chen Zhang, lo voy a dejar como lo he venido traduciendo, pero quería que estuvieran enterados.)

    Zhong Yu Bai no respondió y preguntó: “¿Qué es lo segundo?”

    “Dijo que quiere ver la Ópera de Pekín durante el Festival del Medio Otoño y nos pidió que la viéramos juntos en el jardín.”

    Él respondió: “Aunque no podamos actuar; los actores también tienen que celebrar el festival.”

    Zhong Bingwen suspiró levemente y dijo con impotencia: “Él lo organizó; el horario está definido.”

    Zhong Yu Bai reflexionó y preguntó: “¿Qué obra?”

    “El huérfano de Zhao.”

    Guardó silencio durante un largo rato hasta que cesó el sonido del agua en el baño. Zhong Yu Bai simplemente dijo que entendía y que asistiría a la cita y luego colgó el teléfono.

    Él la besó en medio de la ola de calor, Ji Zhen Tang fue colocada en el lavabo y obligada a experimentar el caos de sus emociones, hoy.

    En los breves instantes en que sus labios se separaron, ella jadeó y le preguntó qué pasaba. Zhong Yu Bai no respondió, simplemente continuó besándola.

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    Begonias – 54

    Capítulo 54: Las Difíciles escaleras del Poder y la Riqueza

     

    Hoy, Ji Zhen Tang estaba demasiado emocional hoy.

    Por suerte, él se dio cuenta rápidamente y la ayudó a calmar sus sensibles y vigilantes antenas levantadas en estado de alerta.

    El momento en que una persona es redimida, siente como si todos los sentidos de su cuerpo se hubieran retorcido, y tras el dolor inicial, solo queda una sensación de relajación.

    Todavía recuerda que ella preguntó una vez, si él dejaría que la persona que ama se preocupe por las ganancias y las pérdidas*. Él había dicho que ‘No.’

    (N/T: *患得患失» (huàn dé huàn shī) significa estar ansioso o inquieto por el resultado, preocupado por los posibles beneficios y pérdidas. Se refiere a una persona que está continuamente preocupada, ansiosa o insegura, pensando en lo que podría ganar o perder en una situación determinada. Es una expresión que describe una mente indecisa y preocupada, que no puede relajarse y disfrutar del momento presente, debido a la constante preocupación por los resultados futuros.)

    Ha estado pensando en esa respuesta, y después de llorar un rato, todo en su interior se sintió más claro.

    Ji Zhen Tang dijo: “¿Cómo puedes decir que no lo sabes? Deberías decir que eres la persona más cariñosa, la más cariñosa del mundo, y has actuado de una manera que puedo creerlo.”

    “Todas esas etiquetas son demasiado superficiales.” – Zhong Yu Bai acarició su mejillas que estaba tan suave y sonrojada como un huevo ligeramente cocido y dijo con un dejo de burla. – “Te dije que debías ser más cautelosa con los hombres, pero en cuanto derramas lágrimas, lo olvidas todo.”

    “Lo sé, el corazón de las personas se esconde tras los huesos*.” – Dijo Ji Zhen Tang y luego murmuró. – “Pero no quiero ser cautelosa contigo.”

    (N/T: *人心隔肚皮: también traducido como:  el corazón de las personas está separado del vientre = significa que el corazón humano es impredecible y es un término despectivo.)

    Luego, ella fue levantada en el aire y su rostro surcado de lágrimas quedó expuesto a la luz. Él bajó la mirada y notó que su tez había mejorado un poco, con lágrimas sin secar colgando de sus pestañas como estrellas centelleantes.

    “¿Sigues infeliz?” – Zhong Yu Bai la besó suavemente en la comisura de los labios, persuadiéndola. – “Trabajaré más duro.”

    Ella se echó a reír y dijo: “¡Sí, sí, sí!”

    Ji Zhen Tang lo rodeó con las piernas, entrelazándolas tras su cintura.

    La película simplemente quedó a un lado, mientras las dos personas, fuera de pantalla, se sumergían en sus propios asuntos románticos, incapaces de prestar atención a nada más.

    Él la sostuvo en sus brazos y caminó descalzo sobre la cálida y suave alfombra, subiendo las escaleras a un ritmo lento y pausado.

    Al llegar a la habitación, sus piernas, que lo rodeaban con fuerza, comenzaron a perder fuerza y se resbalaron. Zhong Yu Bai la sujetó por las rodillas, sintiendo cómo se tensaba en todos los sentidos.

    A menudo cambiaba las sábanas en casa, para que ella pudiera sentirse cómoda al acostarse en la gran y hermosa cama.

    La palabra ‘nuevo’ era esencial para ella, ella necesitaba alejarse de todo lo que es viejo y falso, y encontrar un nuevo romance y alegría en los pequeños detalles que él organizaba.

    Zhong Yu Bai juntó sus cinco dedos con una mano, depositando besos suaves y delicados sobre su marca de nacimiento, un pequeño corazón rojo quedó atrapado bajo sus finos y ligeros labios.

    Se extendió aún más.

    Sus labios y los de ella, cada uno desprendiendo vapor caliente, acabaron convergiendo entre los dientes del hombre.

    La besó suave y lentamente, y ella poco a poco se fue adaptando a la ligera sensación de cosquilleo, adaptándose gradualmente, hasta que su pulgar presionó, aplastando repentinamente su otro corazón.

    Ji Zhen Tang casi se volvió loca.

    La parte posterior de su cabeza, que estaba presionada contra la almohada, completamente entumecida y un destello de luz blanca apareció ante sus ojos. El centro de gravedad de su cuerpo se hundió en el suave colchón a la altura de su cintura, el resto de su cuerpo estaba en alerta máxima, tensándose en una respuesta ansiosa.

    Luchó por levantar los párpados, encontrándose con su lengua exploradora y su mirada profunda e intensa.

    Todas sus huellas quedaron completamente atrapadas en el vapor acuoso, y la presión constante era brutal, que ella quedó completamente destruida por esa sensación áspera.

    Con sus besos, Ji Zhen Tang cayó en un sueño profundo.

    Zhong Yu Bai se levantó temprano como de costumbre, se lavó, se arregló e incluso contestó una llamada telefónica. Cuando volvió a entrar en la habitación, ella todavía seguía acostada en la cama.

    Guardó su teléfono; decidió no ir a trabajar y pasar el fin de semana con ella.

    Notó que la chaqueta vaquera colgada del respaldo de una silla estaba a punto de caerse del borde.

    Extendió la mano para ajustarla y, en el momento en que la prenda se inclinó, una horquilla cayó desde el interior.

    Zhong Yu Bai la recogió y descubrió que era una horquilla adornada con un pétalo de begonia silvestre.

    La sostuvo en la palma de su mano y se quedó mirándola, ensimismado.

    Era muy antigua y la horquilla se había oxidado desde hace mucho tiempo por la exposición al agua y sólo los coloridos pétalos decorativos seguían impecables y transparentes.

    Los recuerdos del pasado azotaron su mente.

    Cuando le dio esa horquilla a la niña, no imaginó que sería la última vez que se verían.

    Tampoco podría haber adivinado que, después de todas las montañas y ríos que habían atravesado, se volverían a encontrar.

    Zhong Yu Bai no sabía su nombre chino completo en aquel entonces y cuando se lo preguntó, ella simplemente dijo que se llamaba “Tang.”

    Ese era el único carácter que sabía escribir, trazándolo en la palma de su mano.

    <“Este es mi nombre, Tang.”>

    Su madre le había enseñado a escribirlo.

    Zhong Yu Bai sonrió sutilmente.

    Él volvió a guardar la horquilla en el bolsillo de su chaqueta.

    Entonces se arrodilló junto a la cama, se inclinó y le dio un suave beso en la oreja.

    Zhong Yu Bai le besó el lóbulo, sin ningún pendiente de perla, y susurró en voz baja: “Es hora de despertar, señora Zhong.”

    Ella estaba muerta de cansancio, pero no pudo evitar despertarse de golpe ante esas palabras.

    Ji Zhen Tang lo miró con una mezcla de emociones y le preguntó aturdida, frotándose los ojos: “¿Qué dijiste…? ¿Cómo acabas de llamarme?”

    Zhong Yu Bai preguntó con una sonrisa: “¿Me sientes como un esposo ahora?”

    “…” – Ella sintió emociones encontradas y tardó un poco en reaccionar antes de sonreír torpemente. – “Oh, Dios mío, pensé que estaba soñando.”

    Se revolvió el cabello para disimular su vergüenza.

    Zhong Yu Bai sonrió de forma caballerosa y gentil, mirándola a contraluz, su alta figura estaba delineada por la luz del sol con un borde dorado, noble y elegante, como si hubiera salido de un sueño.

    Él curvó un dedo y le dio un golpecito en la nariz. – “Es tarde, levántate y ven a verme cocinar; oportunidades como esta son raras.”

    Ji Zhen Tang sabía que estaba completamente despierta, pero debido a la perfección de ese momento, se sintió aturdida nuevamente y pensó que eso podría ser un sueño dentro de un sueño.

    Ella sonrió y dijo: “¡De acuerdo!”

    Después de estar emocional toda la noche, siendo besada y abrazada por él, ella rápidamente recuperó la energía, sobre todo con una mesa llena de deliciosos platos esperándola, sintió que todas sus preocupaciones se desvanecían al sentarse frente a la mesa humeante.

    Ji Zhen Tang por fin pudo relajarse, finalmente no tuvo que mirar las expresiones de los demás y tomó un muslo de pollo y lo comió hasta saciarse. – “No dudo de ti ni nada; es solo que creo que eres realmente increíble, no puedo creer que lograras cocinar algo tan delicioso a la primera.”

    Zhong Yu Bai, sentado frente a ella, la observó comer con calma y dijo: “También hubo algo de prueba y error, aunque no lo viste.”

    Mientras ella comía, la miró significativamente.

    Zhong Yu Bai estaba mirando su teléfono cuando de repente ella recordó el mensaje que su padre le había enviado ayer, lo que le dio un vuelco el corazón y sus sonrisa se desvaneció.

    “Bueno, quería preguntarte algo.” (Ji Zhen Tang)

    Él dijo “hmm” con indiferencia y apenas levantó la vista: “Pregunta.”

    “Bueno… Puede que tu padre sea una persona anticuado, por tanto ¿su opinión te influiría de alguna manera?” (Ji Zhen Tang)

    Zhong Yu Bai respondió con indiferencia: “Él debería ser el que se preocupe de si tendré algún impacto en él.”

    “¿Eh?” – Ella quedó atónita, sin comprender del todo el significado más profundo.

    Él no dio más detalles y, en cambio, le contó la noticia que acababa de recibir. – “La casa de té está a punto de tener un cartel, el nombre fue elegido por Shen Shu: se llama ‘Villa* Yuyun’. Si te parece bien, puedo hacerle llegar cualquier comentario.”

    (N/T: 山莊» (yānzhuāng) en chino significa «lodge» o «residencia de montaña». Se refiere a una propiedad o establecimiento, a menudo un hotel, villa o residencia, ubicado en un área montañosa o rural, y que se asocia con la naturaleza y el paisaje.)

    “Sí, no tengo ningún problema.” – Asintió Ji Zhen Tang y comenzó a chismorrear. – “Pero, Torre Yuyun, Villa Yuyun… ¿Quién es Yuyun?”

    Zhong Yu Bai tampoco parecía saberlo, y respondió: “Tal vez sea alguien a quien ama profundamente.”

    Él continuó hablando de negocios: “Shen Shu es ahora un accionista minoritario bajo tu mando, necesita escuchar tus recomendaciones, y darle un nombre es solo el comienzo.”

    Ji Zhen Tang respondió aturdida: “Ah, está bien. Si no entiendo algo, ¿puedo preguntarle?”

    “Por supuesto.” – Zhong Yu Bai asintió, y continuó: “En cuanto a tu padre, ya sea que quiera ser la parte B o accionista, tendrá que mirarte a la cara.”

    (N/T: *乙方» (yìbāng) en chino significa «parte B» o «la otra parte», y se refiere a una segunda o tercera parte en un contrato, acuerdo o transacción. Es una forma formal y común de identificar a la otra persona o entidad involucrada en un asunto.

    Por ejemplo, si en un contrato hay una «甲方» (yìbāng), que es «parte A», la «乙方» (yìbāng) sería la otra parte que está involucrada en el contrato.

    Ya lo había explicado +/- en el Cap. 43 La Parte B en este caso se refiere a la parte que proporciona los bienes o servicios: Proveedor.)

    Ante la mención de Ji Huan, ella frunció el ceño con disgusto, y entonces lo oyó decir:

    “Esta propiedad tiene un feng shui excelente, así que no fracasará en los negocios. Alguien con su codicia, teniéndote como puente, quizá podría pensar en conseguir algo más.”

    Aunque sólo lo había visto unas pocas veces, Zhong Yu Bai podía decir con precisión que Ji Huan era una persona codiciosa.

    Ji Zhen Tang rió, pero no entendió el punto. – “Después de hablar tanto sobre desarrollo municipal y complejos turísticos, al final, todavía tenemos que escuchar las palabras de Bodhisattva: Un buen feng shui puede hacerte ganar dinero.”

    Entonces, ella negó con la cabeza. – “No menciones a mi padre; es demasiado molesto. No me asociaré con él, quiero ganar mucho dinero por mi cuenta.”

    Zhong Yu Bai asintió suavemente: “Como quieras, es tu decisión.”

    Luego ella preguntó: “¿Shen Shu es una buena persona?”

    “Es muy amable y moderado; adecuado para ser amigo.”

    Ji Zhen Tang pensó un momento y dijo. – “¿Ser amigo? Si fuera amiga de él, entonces seremos amigos de por vida sin importar diferencia de edad, jaja.”

    Aunque solo hablaban de Shen Shu, Zhong Yu Bai sintió como si su corazón hubiera sido golpeado y, con un tono algo serio, le dijo: “Es cinco años mayor que yo.”

    Sin dudarlo, ella respondió: “Así es, tú y yo estamos en una relación sin importar la edad.”

    Él se quedó atónito por un momento y luego se echó a reír.

    Después de acostumbrarse a sus deliberadas provocaciones; esas bromas no le hacían mucho efecto.

    Ji Zhen Tang dejó el tazón, se acercó a su lado, le tocó suavemente la barbilla con los dedos y se inclinó más cerca de él, observándolo detenidamente. – “¿Te afeitas todos los días?”

    Él la miró y respondió que sí.

    “Entonces, ¿por qué sigues pinchándome tan fuerte? Es como si intentaras apuñalarme hasta la muerte.” – Ji Zhen Tang sintió la ligera aspereza en su barbilla, rozando con los dedos la ligera aspereza.

    Zhong Yu Bai le sujetó suavemente la muñeca y le explicó con seriedad: “Si una flor es muy delicada, no podrá soportar incluso la más mínima fricción.”

    Ji Zhen Tang sonrió y dijo. “Tiene sentido, pero la verdad es que me gusta.”

    Él la miró con complicidad y le preguntó. “¿Qué te gusta?”

    Ella frotó sus dedos contra sus labios, sonriendo sin decir nada.

    Zhong Yu Bai la dejó sentir la sensación por un momento, luego, en medio de ese momento juguetón, cambió de tema abruptamente, diciendo: “El mensaje que me envió ayer era innecesario, así que no le respondí.”

    Los dedos de Ji Zhen Tang, que había estado rozando ligeramente su mejilla, se detuvieron de repente.

    Parecía haber adivinado que ella había visto el mensaje de su padre con antelación. Esa ominosa advertencia sobre las ‘lecciones del pasado’, le hizo sudar frío.

    En medio de su silencio, él continuó: “Si quisiera que mi padre se jubilara, podría llamar a su escuela ahora mismo y estaría sin trabajo al final del día.”

    Su tono despreocupado explicaba lo que había dicho antes: ‘Él debería ser el que se preocupe de si tendré algún impacto en él.’

    La voz de Zhong Yu Bai habló con voz firme, tranquilizándola, queriendo darle la mayor sensación de seguridad posible.

    “Existe más de un tipo de relación padre-hijo en este mundo. Y en la familia Zhong, lo que más importa es el derecho a la palabra.” (Zhong Yu Bai)

    “¿Lo entiendes?” (Zhong Yu Bai)

    En conclusión, estaba tratando de decir que su padre no podía interferir con ellos en absoluto.

    Ji Zhen Tang entendió y lo recordó todo con claridad. Asintió levemente y dijo con sinceridad: “Vi el mensaje que te envió y me inquietó mucho. Pero ahora, después de lo que has dicho, me siento un poco mejor.”

    “Está bien mientras te sientas mejor.” – Respondió Zhong Yu Bai, señalando su tazón a medio terminar. – “¿Quieres más?”

    Ji Zhen Tang no respondió.

    Ella lo miró, recordando el día en que Zhu Qingying fue a probarse la ropa, ella llamó a Chen Ke, que estaba de pie en la puerta, y sin pensar le hizo una extraña pregunta: <“¿Es usted de la familia Chen?”>

    Chen Ke no le prestó mucha atención y fue a admirar la belleza de su esposa. Después de un rato, al ver a la chica a su lado con una mirada pensativa y preocupada, él se acercó amablemente a atenderla y le preguntó: <“¿Qué querías preguntar?”>

    Ji Zhen Tang sintió que no era el momento, así que no continuó. Negó con la cabeza y dijo: <“Nada, ustedes primero pruébense la ropa.”>

    No dijo nada más.

    Ayer, de camino al Jardín Chen Zhangyuan con la horquilla, tras muchas dudas, finalmente decidió enviarle un mensaje a Chen Ke.

    Ella no se atrevió a preguntarle directamente a Zhong Yu Bai; cuanto más se acercaba a la verdad, más miedo sentía.

    Entonces, decidió adoptar un enfoque indirecto y contactar a alguien cercano a él y le envió un texto que decía: [‘Me gustaría preguntar, ¿cuál es el nombre de su madre?’]

    Pero el historial de chat permaneció en blanco durante un buen rato.

    Chen Ke no respondió hasta muy entrada la noche, así que solo vio su respuesta en la mañana. Tres palabras:

    [‘Chen Yinglian.’]

    Todas sus dudas pendientes finalmente quedaron resueltas.

    Ese era el nombre.

    De la Señora.

    Por la mañana, después de vestirse, Ji Zhen Tang se quedó de pie tras la puerta de su habitación, aturdida durante un largo rato.

    Años atrás, cuando abandonó Singapur, su madre le había dicho: <“Ah’Zhen, los acontecimientos de hoy deben permanecer enterrados en tu interior. Evita los conflictos que no te conciernen; preservar la vida es lo que importa.”>

    Ella se había tomado esas palabras muy en serio.

    Pero ahora, los asuntos del pasado se vinculaban con las circunstancias presentes.

    De repente, reconoció una pregunta que siempre había estado evitando, dándose cuenta de que, como nunca había considerado un futuro con él, tampoco había considerado que el vórtice de la familia Zhong era mucho más profundo de lo que había imaginado.

    Ji Zhen Tang miró en silencio a Zhong Yu Bai, mientras sus dedos guardaban la horquilla en el bolsillo.

    Hace muchos años, cuando todavía era joven, mientras asistía a la boda de un familiar, había oído a la gente hablar de la familia Zhong, la palabra ‘Zhong’ significa ‘campana’ por lo que no lo relacionó y también escuchó expresar una profunda emoción acerca del matrimonio y de lo difícil que era ascender por la escalera del poder y la riqueza.

    Muchos años después, justo cuando por fin empezaba a comprender el significado de esas palabras, ya se había plantado en el camino más feroz, y no había vuelta atrás.

    Ajena a su silenciosa reflexión, Zhong Yu Bai tomó su plato y le añadió más verduras en él.

    No le dijo directamente que no desperdiciara la comida, sino que recitó un par de versos de ‘Compadézcanse del granjero.’

    El secuestro moral siempre es el más mortífero, y Ji Zhen Tang rió en respuesta.

    Sin embargo, al segundo siguiente, recordó algo y su sonrisa se congeló abruptamente.

    De niña, no le gustaba comer arroz y a menudo dejaba su plato casi sin tocar.

    Al ver eso, el joven amo de la familia Chen le enseñó un antiguo poema chino: <“El granjero cosecha al mediodía, con el sudor goteando sobre el campo. ¿Quién sabe que cada grano de arroz en el plato es ganado con esfuerzo?”>

    Eso no fue lo único que le enseñó. Mas tarde también le enseñó muchos conocimientos, cultura sencillas y razonamiento simple, en una época en la que ella aún era una niña ingenua que apenas comenzaba a comprender el mundo.

    Ji Zhen Tang se sentó en el regazo de Zhong Yu Bai, mirando su perfil atentamente.

    Zhong Yu Bai sujetó su cintura con una mano, y lenta y metódicamente la ayudó con la comida con la otra, dejando a un lado sus palillos, y luego, una vez que levantó los ojos para mirarla como si tuviera atascado un nudo en la garganta, se congeló suavemente, y preguntó en voz baja: “¿No está sabroso?”

    Ji Zhen Tang sonrió ampliamente. – “¡No, es tan está delicioso que podría comerme tres tazones!”

    Él tomó su broma con amabilidad y respondió con suavidad: “Un tazón está bien, y un estómago hinchado solo te hará sentir incómoda.”

    Aquel muchacho gentil, culto y considerado, vivía en lo profundo de sus recuerdos. Y en la calidez de esa tarde, su figura distante se superpuso con los rasgos de Zhong Yu Bai, creando finalmente una imagen nítida.

    Desde la infancia hasta la edad adulta, siempre había sido él quien le regaló las zapatillas de cristal.

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  • Begonias – 53

    Begonias – 53

    Capítulo 53: El Futuro es Largo

     

    En cuanto Zhong Yu Bai abrió la puerta, escuchó la respuesta de Ji Zhen Tang:

    “Solo la gente incompetente habla de brujería, los verdaderamente poderosos se quedan ahí plantados como una serpiente, sin mover un dedo. ¿Por qué no le preguntas a los hombres de tu familia Zhong por qué uno o dos de ellos están tan obsesionados conmigo? Yo también tengo curiosidad.”

    Puso sus manos en las caderas y miró las flores de cerezo en el estanque, la luz y las sombras refractadas en los cristales de las ventanas caían sobre su cuerpo, la luz del sol que fluía lentamente estaba llena de vitalidad, lo que la hacían lucir muy hermosa y animada.

    Él la vio desde atrás, relajó lentamente sus cejas ligeramente fruncidas y sonrió.

    Chi Ying se quedó atónita con sus palabras.

    Enderezó el cuello, mirando a Ji Zhen Tang, que le sacaba una cabeza, aún no había pensado en una réplica, pero tenía que mantener el ritmo, con los ojos bien abiertos.

    Después de un rato, solo pudo pronunciar una frase: “¡Zorra astuta!”

    Zhong Yu Bai dio un paso al frente e interrumpió con voz profunda: “¿Por qué están discutiendo aquí?”

    Ji Zhen Tang lo vio y arqueó una ceja: “Dijo que te hechicé. ¿Lo hice?”

    Zhong Yu Bai miró a Chi Ying y luego a ella con calma y dijo: “Si alguien te tira tierra, simplemente esquívala, si se la devuelves, se emocionará más. Al final será difícil de limpiar el desastre.”

    Habló con calma, a un ritmo moderado, dirigiéndose tanto a Ji Zhen Tang como a las personas entrometidas que los rodeaban.

    Finalmente, repitió sus palabras y añadió con suavidad: “Que estés ahí parada es suficiente para hechizar; quien esté dispuestos a morder el anzuelo, no hay problema.”

    La sonrisa de Ji Zhen Tang se hizo más profunda, miró a Chi Ying, cuyo rostro se había puesto pálido, y dijo un “Oh” significativamente: “Bueno, si alguien vuelve a decir tonterías, lo trataré como si se estuviera tirando un pedo.”

    Al verla tan satisfecha, Chi Ying se enojó tanto que sonrió torcidamente y sus mejillas temblaron como si tuviera calambres.

    Zhong Yu Bai le dijo: “La mesa de juego está llena hoy, llegaste un poco tarde.”

    Chi Ying se sorprendió y gritó: “¿Está llena? ¡Le dije a la tía Xu que me guardara un lugar!”

    Zhong Yu Bai dijo: “El primero que llega, es el primero que se sienta, de ahora en adelante, respeta las reglas.”

    Chi Ying se quedó atónita y se enojó aún más: “¿Qué quieres decir con que el primero en llegar, es el primero en que se sienta? Soy la primera esposa de la familia Zhong, ¿tengo que hacer cola para jugar a las cartas en el territorio de la familia Zhong? ¿Quién hizo esa regla? ¡Es ridículo!”

    Él dijo con ligereza: “Yo la estipulé.”

    A partir de ese momento, su libertad derecho a entrar y salir libremente a la mesa de juego fue restringida como un pequeño castigo por sus escandalosos comentarios. Sin embargo, ella no entendió el mensaje subyacente e insistió en preguntarle una y otra vez.

    Zhong Yu Bai repitió: “Es solo un juego de cartas. Si no puedes jugar hoy, ven antes la próxima vez. ¿No lo entiendes?”

    Ya había dejado claras sus palabras.

    Hoy, solo tienen que hacer cola para sentarte en la mesa, si vuelves a causar problemas, la próxima vez no será tan sencillo.

    Chi Ying apretó los dientes, balanceó su bolso, repiqueteó con sus tacones altos y delgados y caminó con paso rápido entre las dos personas, con el aroma de su perfume flotando en el pasillo, hizo una mueca y expresó su resentimiento dándole la espalda: “¡La próxima vez, avísame antes! ¡No quiero ir si el lugar está lleno!”

    Zhong Yu Bai miró su espalda, pensando que, aunque ella y Zhong Heng no estaban relacionados por sangre, ambos compartían la misma arrogancia.

    Ji Zhen Tang se echó a reír, pero antes de que pudiera detenerse, oyó a Zhong Yu Bai susurrar dos palabras: “Mi padre.”

    Ella se sobresaltó por un momento, luego se giró para ver a Zhong Bingwen de pie en la puerta del estudio.

    El hombre llevaba gafas de doble montura, pareciendo un viejo erudito, no muy diferente de cuando lo conoció por primera vez y con una leve sonrisa en su rostro, asintió levemente hacia ella.

    Ji Zhen Tang instintivamente quiso pedir ayuda, pero en cuanto dijo la palabra “Tío”, inmediatamente se retractó.

    No, no, las generaciones están confundidas.

    Si ella llamaba tío a Zhong Yu Bai, ¿cómo debería llamar a su padre? ¿Abuelo?

    Al ver su confusión, Zhong Yu Bai susurró: “Esta bien llamarlo papá.”

    El rostro de Ji Zhen Tang pasó de la confusión a la vergüenza. Parpadeó rápidamente varias veces y luego saludó con astucia: “¡Buenos días, maestro Zhong!”

    Zhong Yu Bai bajó la cabeza y su sonrisa se hizo más profunda.

    No se detuvo ni esperó la respuesta de su padre, rodeó los hombros de Ji Zhen Tang con el brazo y le dijo a Zhong Bingwen: “Nos vamos primero.”

    Zhong Bingwen seguía sonriendo y respondió: “De acuerdo.”

    De camino a casa, Ding Jialing conducía.

    Ji Zhen Tang y Zhong Yu Bai estaban en el asiento trasero de un Mercedes-Benz Clase S que tenía un pequeño televisor, Zhong Yu Bai miraba las noticias del mercado de valores en la pantalla, mientras las manos de Ji Zhen Tang se movían inquietas sobre su cuerpo, luciendo una expresión preocupada, como si esperara que él le preguntara qué le pasaba.

    Pero Zhong Yu Bai no preguntó, finalmente, no pudo contenerse y ella tomó la iniciativa de preguntar: “¿Qué acabas de decirle a tu padre?”

    Zhong Yu Bai hizo una pausa, la miró y respondió: “Le dije que eres vivaz y llena de energía, y que todos te aman.”

    Ella rió: “Aunque me alegra que lo hayas dicho, sé que no me estabas haciendo un cumplido. Sigues exagerando y mintiéndome, así que debes de haber dicho algo muy malo.”

    Zhong Yu Bai no hizo ningún comentario: “No hay momento feliz cuando se habla con un viejo erudito, sin importar si tiene algo que ver contigo o no, con certeza estaremos en desacuerdo.”

    La implicación es que no importa lo infeliz que esté por discutir con su padre, no debía preocuparse por eso, ya que es algo que ocurre con frecuencia.

    No hay necesidad de preocuparse demasiado

    Ji Zhen Tang suspiró aliviada y asintió rápidamente: “Lo entiendo, lo entiendo, lo entiendo, a mi padre y a mí nos pasa lo mismo.”

    Zhong Yu Bai le rodeó la cintura con el brazo, la miró a los labios y preguntó en voz baja: “¿Quién está obsesionado contigo?”

    Se dio cuenta de que él se refería a su anterior comentario a Chi Ying hace un momento: ‘¿Quién en la familia Zhong no está obsesionados conmigo?’

    Había una leve sonrisa en el rostro de Zhong Yu Bai; claramente no estaba enfadado, sino que le estaba tomando el pelo.

    Ji Zhen Tang dijo con calma: “Hablaba de Zhong Heng, no de ti, definitivamente no es tu caso, eres tan arrogante e insondable, ¿de quién te obsesionarías?”

    ¿Qué significa que le disparen mientras estás acostado? Lo ridiculizaron sin ningún motivo aparente.

    Zhong Yu Bai sonrió, pero no explicó nada, simplemente apretó su agarre en su cintura con más fuerza.

    Dijo sobre Chi Ying: “Tiene una personalidad astuta; nadie puede escapar de la mezquindad de su boca. No te preocupes.”

    Él la consoló, temiendo que su frágil corazón de cristal se rompiera nuevamente.

    Ji Zhen Tang no estaba enfadada en absoluto, había chocado con Chi Ying varias veces, por lo que sabía qué tipo de persona era, no necesitaba que Zhong Yu Bai se lo recordara, pero aprovechó la oportunidad para fingir infelicidad por unos segundos: “Pensé que la castigarías hasta la muerte, pero no pensé que lo dejarías pasar, así como así.”

    Zhong Yu Bai la miró haciendo pucheros y dijo: “¿Soy tan cruel? ¿Acaso pisoteo a cualquiera que me desagrade?”

    Ji Zhen Tang dijo: “¿Quién quiere verte siendo justo y equitativo? Preferiría que fueras brutal y la obligaras a beber veneno. En momentos como este, una mujer solo quiere oír que te pondrás de su lado incondicionalmente.”

    Zhong Yu Bai rió: “Por supuesto que estoy de tu lado, puedo lidiar con Chi Ying para que te sientas mejor; no es difícil. Pero incluso sin ella, habrá otros.”

    Ji Zhen Tang reprimió su fingida insatisfacción y lo miró con seriedad.

    Él continuó: “Los corazones de la familia Zhong están dispersos y el ambiente es malo, ya que no podemos evitar la causa raíz, nosotros debemos mantenernos alejados de ellos.”

    ‘Nosotros’ es una palabra tan maravillosa, tan conmovedora como ‘amante.’

    Ella sonrió levemente y dijo: “Ya veo, la Mansión Zhong es un nido de cucarachas, imposible de limpiar, así que ¿no sería mejor mudarse?”

    Esta descripción lo hizo reír.

    Ji Zhen Tang lo miró, pensando: “¿Qué significa ‘mantenerse alejado’?”

    “Lo que mencionaste de mudarse, literalmente, es muy acertado.” – Respondió él con voz pausada. – “Las cosas están hechas por el hombre, si el ambiente es malo, intentamos mejorarlo. Si no puedes mejorarlo, buscamos otra manera. No es difícil.”

    ‘¿A quién no le importaría que llamaran a su casa un nido de cucarachas?’ – Ella preguntó con complicidad: “¿No te gusta tu casa?”

    Zhong Yu Bai respondió: “Solo me gusta mi pequeño hogar contigo.”

    En el coche cerrado, podía escuchar los fuertes los latidos de su corazón, latiendo tan fuerte que casi se revelaba. En esos momentos, acurrucarse en sus brazos era lo mejor.

    Esa noche, Zhong Bingwen le envió un mensaje a Zhong Yu Bai, pero Ji Zhen Tang lo vio primero.

    En ese momento, ella estaba sentada en el salón de banquetes de la pecera, a Ji Zhen Tang le agradaban especialmente los dos pececillos que él había criado y preguntó si podían ver una película allí, y Zhong Yu Bai salió a buscar los DVD.

    Estaba sentada en medio del sofá de terciopelo burdeos, mirando fijamente el pez koi en la pared lateral, hasta que la pantalla de su teléfono celular junto a ella se iluminó de repente.

    No fue una mirada intencional, fue su buena vista la que le hizo echar un vistazo rápido y ver un mensaje con remitente “Papá.”

    [‘Me avergüenzo de tu madre, y pensé que podría servirte de lección.’]

    Seguido de una serie de puntos suspensivos.

    Probablemente envió un mensaje largo, pero solo se mostró esa línea.

    Una línea de texto que ella no puedo entender del todo, pero que hizo que el corazón de Ji Zhen Tang se hundiera hacia abajo.

    Aunque no lo entendía, no le era difícil intuir que el profundo significado entre líneas estaba relacionado con ella.

    Y la semántica era muy negativa.

    Ji Zhen Tang frunció el ceño, recordando la mirada relativamente gentil en los ojos de Zhong Bingwen al saludarla.

    Pronto, Zhong Yu Bai se acercó con unos DVD de películas y le preguntó qué quería ver.

    Encima había una película de Wong Kar-Wai.

    Sabiendo que a ella le gustaba, la trajo.

    Pero hoy, ella negó con la cabeza y dijo: “Ya no me gusta Wong Kar-Wai, es demasiado fugaz.”

    Las escenas escasamente encuadradas, la ciudad impetuosa, los protagonistas solitarios, el romance de 100 minutos, que se esfuma cuando terminas de verla, como el rocío.

    El romance es efímero.

    Escogió uno y dijo: “Este me gusta desde hace poco. Es muy realista y cruel, perfecto para auto torturarme y me dan ganas de morir tras verlo.”

    Las cinco últimas palabras hicieron que Zhong Yu Bai levantara la vista del DVD y la mirara.

    La película era ‘Burning’ y la puso como ella deseaba.

    “¿De verdad cocinaste la comida de hoy?” – Ji Zhen Tang volvió a preguntar después de que él se sentara.

    Zhong Yu Bai dijo: “Si no me crees, prepararé lo mismo mañana para el almuerzo.”

    Ella se acurrucó, lo miró de reojo y dijo con una sonrisa: “No respondas tan en serio.”

    Él la miró y preguntó: “¿Qué clase de respuesta quieres?”

    Ji Zhen Tang dejó de lado su frágil sonrisa y dijo: “No lo sé, simplemente me siento triste.”

    El aire se llenó de una rica fragancia.

    En su primera noche juntos, encendieron dos tipos de incienso, entrelazándose y combinándose para crear un aroma completamente nuevo.

    Es una historia de amor secreta entre ellos; el aroma parecía tangible, envolviéndose alrededor de las flores impresas en el decorado verde de la pared.

    La película se desarrollaba a un ritmo lento.

    A Zhong Yu Bai no le gustaban mucho ver películas de arte o, mejor dicho, no le gustaban las películas, la razón es sencilla: no tiene mucho tiempo libre.

    El tiempo que pasaba con ella era todo su tiempo libre.

    A los pocos minutos de empezar la película, la vio sin emoción, sintiéndose un poco deprimido, y mirando a Ji Zhen Tang, le preguntó: “¿Qué sentimiento dijiste que me faltaba hoy?”

    Ella está fuera de su elemento, hizo un sonido de ¿eh?, y luego recordó rápidamente su conversación, pensó por un momento y dijo: “Es solo que… ¿cómo debería decirlo? Tal vez sea el sentimiento de ser el marido de alguien.”

    Zhong Yu Bai sonrió levemente, reflexionando sobre el significado de sus palabras, y dijo lentamente: “No entiendo.”

    Ji Zhen Tang frunció los labios y preguntó de repente: “Cuando Chen Ke y Zhu Qingying se casaron, ¿fuiste a la ceremonia?”

    Él dijo que sí.

    “Creo que cuando el Sr. Chen mira a su esposa, tiene el sentimiento de un esposo, muy cariñoso, como si llevaran muchos años enamorados, y no sólo es cariñoso, también hay una sensación de pesadez, la pesadez de los años.”

    Al escucharla decir eso, Zhong Yu Bai quiso reír aún más, se preguntó si ella realmente interpretaba algo en los ojos de los demás o si simplemente estaba exagerando y fabricando un profundo afecto y pesadez.

    Él dijo: “Porque son marido y mujer, después de todo.”

    Ji Zhen Tang asintió levemente, murmurando: “En efecto… marido y mujer.”

    Al notar que la observaba, Ji Zhen Tang levantó la vista, con la intención de hacer un comentario casual, pero una sombra cayó sobre ella, presionando y sellando sus labios.

    Ella envolvió sus brazos alrededor de sus hombros, devolviéndole el beso con entusiasmo. Sin embargo, por mucho que buscara, no pudo sentir el sentimiento de ser una verdadera pareja.

    Sintió una ligera decepción por la dificultad de seguir adelante con esa fantasía.

    Zhong Yu Bai, sin embargo, le apretó la cintura y dijo: “¿Para qué das tantas vueltas?”

    No era que no le importara, ni que evitara nada deliberadamente; él simplemente tiende a pensar en las cosas de manera concisa y profunda y las maneja de manera ordenada y limpia. Sin caer nunca en las preocupaciones prolongadas y agotadoras como ella.

    Su ropa estaba cuidadosamente puesta, pero la tela de su hombro era un poco áspera y le rozaba el tendón de Aquiles, provocándole dolor.

    El tren entró en un túnel y sopló una ráfaga de viento. Ji Zhen Tang levantó la vista con fuerza, y sus ojos vacíos chocaron fugazmente con los capullos de flores blancas como la nieve en la pared lateral.

    El tren iba a toda velocidad, retumbando velozmente. La velocidad del aire aumentó drásticamente y sintió los tímpanos tensos, casi sobrecargados, tuvo que abrir la boca para ajustar la presión desigual.

    Hasta que la cola del tren se alejó, perdiéndose en la distancia.

    Un destello de luz blanca apareció de repente ante sus ojos.

    En las profundidades del túnel, ahora vacío, solo quedó un eco, como el sonido de una tubería de agua al reventarse bajo presión, derramándose por todas partes como si se hubieran abierto las compuertas.

    El agua residual que se vio obligado a desbordarse fluyó tras una experiencia maravillosa y humedeció el dolor de la decadencia. Envolviendo todas las viejas percepciones, fluyó lenta y silenciosamente hacia la oscuridad de la noche.

    La larga humedad y el vacío eran testimonio del impacto.

    Cuando la marea bajó, ella se sintió como si se hubiera oxidado.

    Inmóvil, aturdida y con los oídos zumbaban en medio de la estridente línea de ruido mecánico que se extendía como un hilo tenso. El estampado floral sobre su cabeza giraba como un caleidoscopio y con un silbido, todo se hizo añicos.

    Su cordura se hizo añicos con ellas.

    (N/T: Por si no han entendido, habla en metáforas, pero todo está relacionado con que tuvieron intimidad.)

    A mitad de la película; la oscuridad de la trama se vio suavizaba por la intimidad y el profundo amor y afecto que se respiraba fuera de la pantalla.

    Ji Zhen Tang recordó haberle preguntado después a Su Yunli por qué había roto, Su Yunli no respondió directamente, pero dijo que creía en el destino. y que los campos magnéticos de las personas con un destino superficial no podían atraerse entre sí.

    Ella habló con mucha calma cuando dijo eso, por lo que Ji Zhen Tang no pudo ver cuánta angustia y dolor llevaba consigo. Sus palabras le ofrecieron poco consuelo, pero había que decirlo, al menos había cierto crecimiento.

    <“Pero ¿cómo juzgas el destino?”> – Ella preguntó, sin querer soltarlo. – <“¿Cómo sabes si existe o no el destino?”>

    Su Yunli respondió: <“Es misterioso y difícil de explicar con claridad. Pero cuando estás en él, suele haber una sensación clara.”>

    <“¿Qué clase de sensación?”>

    Ella dijo: <”La sensación de que no va a llegar a su fin.”>

    Quizás Ji Zhen Tang estaba preocupada por nada.

    Últimamente ella ha estado muy infeliz. Si él le preguntara por qué, ¿cómo podría explicarlo? Es porque parece que el amor ha ido demasiado lejos.

    Porque el amor hace que las personas sean reacias a dejarse ir, reacias a tener solo momentos fugaces con él. ¿Una primavera y un otoño, un año? Todo se siente demasiado corto. Ella es codiciosa; quiere años, no momentos.

    Mientras Zhong Yu Bai la sostenía suavemente, el diálogo coreano de la película parecían estar aislada en otra dimensión, e incluso esos momentos dolorosos, esos momentos de la trama que le dan ganas de morir, se derritieron lentamente en su abrazo, dejando de parecer tan sombríos.

    Parecía completamente fuera de lugar en medio de toda la frialdad y crueldad del mundo.

    La suave voz de un hombre llegó a su oído.

    “Aprendí a cocinar para ti; no es una farsa. Si quieres más, puedo darte más.” (Zhong Yu Bai)

    “No sé si Chen Ke está profundamente enamorado o no y es difícil decir si yo estoy enamorado o no, solo sé que no quiero verte infeliz. Ese es mi sentimiento más sincero en este momento.” (Zhong Yu Bai)

    “Sea lo que sea que te dé miedo, me enfrentaré a ella. Sea lo que sea lo que falte, lo crearé. Mientras yo esté aquí, el cielo no se derrumbará. Los peces pequeños seguirán teniendo un lugar dónde nadar, los pajaritos tendrán un lugar donde anidar y tú siempre tendrás un lugar donde vagar libremente.”

    Zhong Yu Bai le acarició suavemente la mejilla, consolándola con una sonrisa: “No estés triste; tenemos un largo camino por recorrer.”

    Esta vez, su sentido del destino ha fallado, incapaz de comprender la profundidad.

    Tenía lágrimas en las palmas de las manos, y su corazón ardía de tristeza. La razón volvió a su mente, enderezó los patrones en la parte inferior del caleidoscopio, haciéndolos prolijos y hermosos.

    Él no es la jaula; el amor es la jaula.

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  • Begonias – 52

    Begonias – 52

    Capítulo 52: No hay victoria ni derrota entre amantes

     

    Ji Zhen Tang se sentía un poco incómoda, sin saber si era debido a su enfermedad, aunque la fiebre había bajado, su estado de ánimo aún estaba bajo.

    Ya era pasada la medianoche cuando regresaron, en el camino, Zhong Yu Bai ajustó la calefacción del coche a la temperatura más adecuada y Ji Zhen Tang yacía en el aire cálido, sintiendo cómo él extendía su mano para tomarle la temperatura.

    Ella abrió sus párpados todavía débiles y vio su muñeca pálida y huesuda.

    Aunque no ha sucedido nada malo, la gente todavía puede sentirse deprimida sin motivo aparente.

    Quizás recordó el libro que decía que establecer un vínculo implica correr el riesgo de derramar lágrimas.

    Poco a poco se dio cuenta de la profundidad de esa afirmación, sintiendo tristeza por su anterior inocencia, comprendiendo que el amor y el dolor van de la mano.

    Esa afirmación era tan cierta.

    Zhong Yu Bai confirmó que la fiebre había bajado y, mirando sus frágiles ojos, dijo: “Duerme un rato, todavía tenemos un largo camino por recorrer.”

    Ji Zhen Tang obviamente tenía mucho sueño, pero sacudió la cabeza y sacó su teléfono para ver algunos videos cortos para mantenerse despierta en ese momento.

    Como si le preocupara que al quedarse dormida el viaje se acortara, privándola de la oportunidad de sentir la calidez de su compañía.

    Cada minuto y segundo valía la pena recordar.

    Ella no se quitó el cierre dorado.

    Todo el camino a casa.

    Ji Zhen Tang fue llevada hasta la cama por él sin siquiera tocar el suelo.

    Ella y Zhong Yu Bai discutieron sobre la planificación inicial para su cuenta, él se sentó junto a la cama, pelando una naranja para ella, escuchando en silencio, y luego dijo con seguridad: “Todo irá mejorando cada vez más.”

    Ji Zhen Tang le preguntó: “¿Me convertiré en una persona exitosa?”

    Ella lo miró con ansiedad; su expectativa era obvia, estaba claro que quería que dijera que sí.

    Pero Zhong Yu Bai, inesperadamente, le preguntó: “¿Qué entiendes por éxito?”

    Ji Zhen Tang pensó por un momento y dijo: “Como tú.”

    Zhong Yu Bai dijo: “Encontrar la luz después de un período de oscuridad es éxito, navegar tranquilamente es el éxito, y ser feliz también es un tipo de éxito.”

    La filosofía de vida que él siempre le había inculcado se podía resumir en pocas palabras: la felicidad es primordial y aceptar las cosas como vienen. El resto queda en manos de los vaivenes del destino, más allá del control humano.

    Él dijo: “Si lo cuentas así, ya lo eres.”

    Ji Zhen Tang no pudo evitar suspirar, por un lado, sintió que sus palabras tenían sentido, pero por otro lado también pensó que no era el tipo de sopa de pollo adecuado que se le debía dar a alguien de su edad: “Con esas palabras tan despreocupadas, arruinarás mi ambición.”

    “Aún necesitas tener algo de ambición, simplemente que no quiero que sufras.” – Con una capa de papel de seda en la palma de su mano, Zhong Yu Bai le entregó la naranja pelada y dijo significativamente: “Si los pensamientos se dividen en diferentes niveles, ser despreocupado debería ser un poco más importante que ser persistente, ¿qué piensas?”

    Escuchándolo con atención, Ji Zhen Tang sintió que podría jubilarse en paz mañana. Se incorporó y declaró: “No, quiero trabajar duro para convertirse en una excelente diseñadora. Tienes que motivarme; no siempre puedes decirme: que ser feliz es suficiente.”

    Zhong Yu Bai, sentado junto a la cama, se inclinó para mirarla, su rostro era amable con una leve sonrisa.

    Quizás él se resistía a decir algo motivador, pero ante su enérgica sugerencia, asintió.

    A Ji Zhen Tang le quedaban algunas piezas de equipaje, así que le pidió a Ding Jialing que las llevara de camino al hospital, no eran muchas y sólo ocupaban medio armario.

    Dijo que era conveniente porque podía cambiar su ropa cada año debido al cambio de temporada. Todas sus pertenencias parecían escasas y lamentables.

    Además, había un cuaderno de bocetos con una página arrancada y Ji Zhen Tang le mostró los dibujos que había hecho en su infancia.

    Qué aburrido.

    Hojeó el cuaderno de bocetos por un buen rato, encontrándolo extremadamente aburrido. La estética infantil era imposible de trasladar al presente y estaba lleno de defectos.

    Sin embargo, Zhong Yu Bai fue muy cuidadoso en su evaluación.

    Ella era muy buena usando los colores y llevaba la saturación a un nivel muy alto. Ya sea que pinte dibujos de animales, paisajes o el imaginativo banco cósmico, los colores eran todos brillantes y vívidos, haciendo que la gente sintiera que el mundo en sus pinturas era soleado todos los días, con una personalidad única.

    Ji Zhen Tang dijo: “Viéndolo así, yo era bastante extravagante cuando era niña.”

    Zhong Yu Bai dejó de mirar los dibujos, apoyó el codo en la almohada y se giró para mirarla, sin decir nada.

    Ella dijo: “Definitivamente no puedo dibujar así ahora. Cada etapa tiene un estado de ánimo diferente, ¿verdad?”

    Después de terminar el resumen, Ji Zhen Tang tiró el cuaderno a un lado y de repente preguntó: “Por cierto, estaba pensando en el hospital, ¿estarías dispuesto a aprender a cocinar para mí? Solo…”

    Reflexionó un momento y explicó: “No del tipo que se saca una tostada de una máquina o del que mezcla verduras crudas con salsa para hacer una ensalada. Me refiero a cocina de verdad, con humo, fuego y una estufa para cocinar arroz, ¿entiendes?”

    Zhong Yu Bai, en silencio, comprendió sus palabras y dijo: “Un poco.”

    Ji Zhen Tang dijo: “Pero parece como si nunca hubieras hecho las tareas del hogar antes, probablemente no seas tan bueno como yo.”

    Él sonrió, sin negarlo.

    Sin intención de profundizar en el tema, mencionó que la familia Zhong quemaría ofrendas para los difuntos mañana, por lo que deberían ir al templo temprano. La anciana en la casa quemará incienso y ofrecerá linternas como ofrenda, así que él le dijo que descansara temprano si estaba cansada.

    Ji Zhen Tang sintió curiosidad: “¿Vas al templo? Entonces pídele al Bodhisattva que nos ate con un hilo rojo.”

    Mientras hablaba, se puso el anillo improvisado en el dedo anular y le sonrió.

    Zhong Yu Bai no sonrió, sino que dijo con seriedad: “¿Cómo puede coincidir un acontecimiento feliz con un aniversario conmemorativo de luto? Sé más seria, elige un buen día y luego vayamos a buscar la bendición matrimonial.”

    Era difícil saber si hablaba en serio o solo era una broma, pero Ji Zhen Tang sonrió feliz.

    Al día siguiente era el séptimo día del quinto mes, el quinto aniversario de la muerte de su segundo hermano. La anciana contó que su nieto se le apareció en un sueño, diciéndole que hacía demasiado frío bajo tierra y que necesitaba ponerse más ropa.

    Así que decidió ir al templo a pedir un deseo.

    La multitud fue desalojada del templo, y no fue Zhong Yu Bai quien presidió los asuntos familiares. Llegó un poco tarde, subió a la montaña y vio desde lejos a los parientes de la familia Zhong adorando a Buda con la anciana frente al altar del incienso.

    Zhong Yu Bai, vestido con un solemne y sombrío traje negro, se arremangó ligeramente, se lavó las manos, tomó dos varillas de incienso y saludó con la cabeza a su padre, Zhong Bingwen, la primera persona que lo vio, quien le devolvió la sonrisa.

    La segunda persona en notar que había cruzado el umbral fue la segunda cuñada, Xue Jinyun.

    Incluso cuando no estaba teniendo un ataque, la mirada de Xue Jinyun estaba llena de desprecio, sobre todo al ver a Zhong Yu Bai. Ella sonrió con frialdad, de una manera tan exagerada que todos la miraron de reojo con miedo, como si temieran que se volviera loca al siguiente segundo.

    Hasta que Zhong Danting gritó: “¡El tercer tío está aquí!”

    Se acercó a él en pocos pasos, y entre las muchas miradas, Zhong Yubai se encontró con los ojos de Zhong Heng.

    Zhong Heng, quien debería haber ido a saludarlo, no dijo nada hoy, frunció ligeramente los labios, lo miró, con aspecto descontento aún, y rápidamente volvió a fijar la mirada en el tenue humo que tenía delante.

    Zhong Yu Bai sacó dos dulces de fruta preparados de su bolsillo y se los entregó a su pequeña sobrina.

    Se reunieron personas con sus propios motivos ocultos, y entre ese grupo de personas, solo la anciana tenía el genuino deseo de rendir homenaje.

    Después de la ceremonia, en las escaleras que bajaban de la montaña, Zhong Yu Bai se quedó atrás y vio la espalda de Zhong Heng y lo llamó.

    Zhong Heng se detuvo y le preguntó cuál era el problema.

    Zhong Yu Bai fue directo al grano: “La hija de la familia Wang, a cuya fiesta de cumpleaños asististe la última vez, está interesada en ti y su padre también dijo que estaba satisfecho. Si te gusta, considéralo.”

    Zhong Heng conocía sus intenciones y dijo: “¡No me gusta una mierda!”

    Zhong Yu Bai lo miró a los ojos y dijo con calma: “Incluso si no te gusta, deberías considerarlo.”

    Incluso el significado de no permitir ninguna objeción fue expresado con mucha amabilidad.

    Zhong Heng conocía bien a su tercer tío; sus palabras eran como cuchillos y a menudo podía matar gente sin hacer ruido.

    Cuando Zhong Yu Bai decidía algo, no había lugar para la desobediencia, incluso si eso significaba casarse con la hija de la familia Wang o incluso con un cerdo, no podía escapar.

    Sabiendo que luchar era inútil, Zhong Heng aún aprovechó la oportunidad para expresar su rebeldía e insatisfacción: “Sabes claramente quién me gusta, ¿por qué tienes que humillarme así?”

    Zhong Yu Bai guardó silencio un momento después de escuchar eso, meditando sobre la palabra ‘me gusta’ y de repente sonrió.

    Aunque era principios de verano, de pie en la ladera de la montaña en la brumosa mañana, Zhong Heng sintió que el viento era muy frío.

    Al ver la profunda mirada de Zhong Yu Bai sin el menor rastro de sonrisa, Zhong Heng se sintió realmente nervioso, apretó los puños en los bolsillos y dijo: “Ya he solicitado plaza en una buena universidad, eso es lo que planeé desde el principio, no tiene nada que ver contigo.”

    Para demostrar que no estaba huyendo, insistió en decir ‘desde el principio’ para mantener el menguante orgullo que le quedaba como joven maestro.

    Zhong Yu Bai no reveló sus verdaderas intenciones, sonrió sin ninguna calidez en sus ojos y escupió solo una palabra: “Felicidades.”

     

    ***

     

    Ji Zhen Tang regresó al Pabellón Luotang porque le había pedido a Ji Xinhe que le ayudara a confeccionar un vestido, no para ella, sino para Zhu Qingying.

    Había concertado una cita con Chen Ke para que su esposa viniera a probarse el vestido. Ji Xinhe confeccionó un cheongsam color burdeos a juego con la horquilla, que era la pieza más importante.

    Esa tarde, cuando Ji Xinhe sacó el vestido, le estuvo hablando a ella sobre Ji Huan.

    Ji Zhen Tang no quería escuchar ni discutir más, pero cuando estaba frente a su familia, la conversación inevitablemente volvía a esos asuntos.

    “He oído a tu padre decir que, han discutido sobre eso varias veces, aunque tu padre no habla de ello, está triste en su corazón, diciendo que su hija es una desagradecida y esta girando su codo hacia los forasteros.”

    Ji Zhen Tang se sorprendió de que su padre dijera esas cosas a sus espaldas, pero no lo creyó: “Está diciendo tonterías, es un muy buen actor y puede convertir un punto de tristeza en un gran drama de 10 puntos. Solo se preocupa cuando no puede controlar las cosas, ¿dónde estaba antes?”

    Ji Xinhe suspiró, y se devanó los sesos, pero no pudo pensar en ninguna manera de resolver el problema entre ellos.

    Aunque también pensaba que Zhong Yu Bai no era de fiar, no tenía la personalidad para separar a la gente como Ji Huan, después de todo, como mujer, entendía mejor la mente de las mujeres, así que no criticó demasiado a Ji Zhen Tang.

    Al final, solo dijo una cosa: “Debes tener una balanza en el corazón, está bien decirle algunas palabras de enojo a tu padre, pero el pasado es pasado; lo importante son tus verdaderos pensamientos, no pierdas la cabeza y acabes perdiéndote a ti misma, la pérdida no será pequeña.”

    Ji Zhen Tang entendió que su tía le estaba diciendo que se mantuviera despierta.

    Dijo: “Soy muy racional.”

    Al decir esto, su mente estaba en realidad muy confusa, solo su boca estaba despejada.

    Se oyó el ruido de un coche abajo.

    Ji Zhen Tang se asomó por la ventana para mirar y vio un Cullinan* negro aparcado en la puerta y casi se le cayó la mandíbula al suelo: “¡De hecho, es un hombre rico!”

    (N/T: *Modelo de la marca de autos Rolls-Royce.)

    Chen Ke estaba realmente impresionante, conduciendo su coche directamente hacia el callejón.

    Ese callejón no era especialmente estrecho y los coches podían entrar, pero era una calle de un solo sentido con un callejón sin salida más adelante. Él entró directamente y tendría que dar marcha atrás para salir más tarde.

    Aunque no mostró ninguna preocupación por su lujoso auto, también demostró lo inseparables que eran él y su esposa.

    Zhu Qingying bajó del auto, comprobando el número de la casa para asegurarse de estar en el lugar correcto. Ji Zhen Tang bajó apresuradamente a saludarla, llamándola alegremente: “¡Doctora Zhu, ya llegó!”

    Zhu Qingying se giró para mirarla y dijo: “¡Cuánto tiempo sin verte!”

    Llevaba un sencillo vestido blanco de gasa blanca, ceñido a su esbelta cintura, el atuendo no tenía adornos excesivos y complementaba a la perfección su delicada apariencia.

    Elegante y refrescante, como un narciso invernal impecable, criado en un jarrón de porcelana impecable, regado y cuidado meticulosamente, con pétalos y hojas que crecían hasta alcanzar las curvas más exquisitas y perfectas.

    Zhu Qingying habló en voz baja, con un semblante que contenía un aire de pureza y un toque de melancolía.

    Ji Zhen Tang no dejó de elogiarla.

    En su mente, Zhu Qingying era la imagen misma de una dama adinerada que vivía en un callejón sin salida al sur del río Yangtze, recordándole a la diosa de su clase de secundaria, pura e inocente, sencilla, elegante, y taciturna.

    Hablar con ella requería un tono suave, y el ruido de fondo parecía disminuir ante sus ojos poéticos.

    Ji Zhen Tang miró fijamente la puerta del probador y, unos minutos después, finalmente salió la modelo.

    Los narcisos estaban decorados con bordes festivos.

    “Se parece al vestido que usé para el brindis de la boda, me siento como si me estuviera casando de nuevo.” (Zhu Qingying)

    Zhu Qingying se acercó al espejo y suspiró suavemente llena de emoción.

    Ji Zhen Tang dijo: “Nuestro tema está relacionado con el matrimonio, pero se trata de bodas antiguas.”

    Se acercó, la ayudó a ponerse la horquilla y le ajustó el vestido. Ji Zhen Tang le preguntó: “¿Te casaste muy joven?”

    Zhu Qingying: “Sí, no mucho después de graduarme.”

    Ella soltó: “Tengo muchísima envidia.” – Estas tres palabras salieron de manera subconsciente.

    “¿Envidia de qué? ¿Tú también quieres casarte?” – Zhu Qingying la miró.

    “¿Por qué no? ¿Acaso no es bueno casarse?” – Preguntó Ji Zhen Tang.

    Zhu Qingying sonrió levemente: “Sí, lo es.”

    Ji Zhen Tang: “¡Jaja! Abrir una caja de sorpresa también es divertido, ¿verdad?”

    Zhu Qingying se quedó atónita por un momento, sin saber qué decir, y luego se sonrojó.

    Ji Zhen Tang sonrió y dijo: “Gracias por ayudarme.”

    Ella dijo con ligereza: “Si tu relación con el Tercer Hermano es estable y en el futuro nos convertimos en parientes, por supuesto, debería ayudarte con estos pequeños asuntos.”

    Esta vez fue Ji Zhen Tang quien se quedó atónita y se sonrojó.

    Al escuchar sus palabras, Ji Zhen Tang sintió que probablemente el asunto se había zanjado gracias a Zhong Yu Bai.

    Ella preguntó con curiosidad: “¿También es el tercero de la familia Chen?”

    “Es uno de los primos, menuda coincidencia, ¿verdad?” – Zhu Qingying pensó un momento. – “Pero ahora no debería contar, tenía un hermano mayor que falleció de cáncer en Singapur, así que solo le queda un primo mayor.”

    “¿Singapur…?” – Ji Zhen Tang hizo una pausa cuando escuchó esto.

    “Sí, la familia Chen tenía un casino en Singapur.” – Dijo Zhu Qingying mientras se ajustaba el cuello. – “Más tarde se mudaron a China. ¿No te lo contó?”

    ‘¿Singapur, la familia Chen?’

    De repente, un pensamiento le vino a la mente, recordando que hace mucho tiempo, Huang Xingkui mencionó que Zhong Yu Bai había estudiado en Singapur. Ella no le prestó mucha atención en ese entonces, pero ahora lentamente se dio de que tenía un hermano menor de apellido Chen.

    ‘¿Será una coincidencia?’

    Al poco rato, un hombre apareció frente a la puerta.

    Chen Ke, impaciente por esperar en el coche, se acercó a ver el progreso. Llevaba unas gafas de sol oscuras que le cubrían sus hermosos ojos color flor de durazno. Apoyado perezosamente en el marco de la puerta, su alta figura bloqueaba la mitad de la luz solar, oscureciendo la habitación.

    “¿Todavía no han terminado?” – Preguntó.

    Ambas mujeres volvieron su atención hacia él.

    La mirada de Chen Ke no se apartó de su esposa, examinándola lentamente.

    Pronto, su visión fue bloqueada por alguien que se interpuso frente a él.

    “Señor Chen.” – Ji Zhen Tang, captando algunas pistas, no podía esperar a pedirle una aclaración al hombre. Sus pensamientos eran un caos en ese momento y no podía ordenarlos, ella dijo de manera confundida: “¿Es usted de la familia Chen?”

    Chen Ke bajó ligeramente la cabeza y la miró con desprecio por un rato.

    Ella se aclaró la garganta torpemente y estaba a punto de organizar sus palabras para preguntar nuevamente, pero Chen Ke ya había pasado junto a ella y caminó hacia adelante para reunirse con su esposa que parecía feliz.

    Ji Zhen Tang presenció lo que significaba tener ojos solo para una persona.

     

    ***

     

    De camino al Jardín Chen Zhangyuan, Ding Jialing notó el inusual silencio de Ji Zhen Tang, por lo que eligió algunos temas para hablar, pero ella no estaba interesaba.

    Sin que él lo supiera, ella llevaba en el bolsillo la horquilla de begonia silvestre que le había regalado el joven amo de la familia Chen.

    Zhong Yu Bai la esperaba en el salón de té, leyendo un libro de Lu Xun, las palabras que leyó eran mucho más decentes y solemnes que las novelas románticas de su caja.

    Al verlo, Ji Zhen Tang sonrió aliviada.

    Escondió la horquilla en el fondo, sin mencionar nada al respecto.

    Zhong Yu Bai preparó té de flor de goji, lo bebió él mismo y le sirvió un poco a ella, él era un experto en el arte de cuidar la salud.

    Ji Zhen Tang se sentó con las piernas cruzadas en el taburete a su lado y observó a Zhong Yu Bai empujando una tarjeta bancaria hacia ella.

    Él dijo: “Esto es parte de la facturación del primer trimestre después de la puesta en marcha de tu marca.”

    Ji Zhen Tang preguntó emocionado: “¡Vaya! ¿Es de mi horquilla? ¿Se la pediste al editor en jefe Huang?”

    Él dijo con un dejo de sarcasmo: “Es tu ganancia. Está bien dejar que otros tomen una parte tus propias ganancias, pero ¿por qué no deberías tomar tú un centavo?”

    Luego añadió: “Negocié con ella y conseguí la mitad de los beneficios.”

    Aunque ella no sabía cuánto era, supuso que no era mucho, considerando su pequeña y desconocida marca, probablemente fue sólo una gota en el océano. Ji Zhen Tang dijo con magnanimidad: “No me importa ese poco dinero, por favor, guárdalo para mí.”

    Zhong Yu Bai rió: “Para ser una persona exitosa, ya has empezado a no preocuparte por la pequeña cantidad de dinero.”

    Ji Zhen Tang sonrió ampliamente, dejándose llevar por el orgullo.

    Él obedeció su deseo, tomó la tarjeta y dijo: “Después de explicarle nuestra relación a la editora en jefe Huang durante mucho tiempo, finalmente creyó que no eras mi sobrina. Las mentiras son difíciles de mantener y difíciles de romper.”

    Ji Zhen Tang fingió suspirar y dijo: “Bien, ahora todo el mundo sabe que somos pareja, será difícil terminar si seguimos así.”

    Zhong Yu Bai la miró con el rostro abatido y preguntó en voz baja: “¿Terminar qué?”

    Ella cogió algunas semillas de melón y las comió, guardando silencio deliberadamente, con una sonrisa en los ojos.

    Él no hizo más preguntas y luego sacó a relucir otro asunto: “Hablé con Zhong Heng, decidió irse al extranjero lo antes posible.”

    “¿Irse al extranjero? ¿Se lo pediste tú?”

    Zhong Yu Bai respondió de forma indirecta: “No espero que se haga famoso y establezca una carrera, pero sería bueno para él ver el mundo exterior.”

    Ella murmuró: “Incluso cuando lastimas a la gente, eres muy diplomático.”

    Cerca del mediodía Zhong Yu Bai le preguntó si quería almorzar, Ji Zhen Tang preguntó quién estaría allí y él dijo que estaría su Abuela, su papá, la tía Xu y era posible que Chi Ying vaya a jugar a las cartas por la tarde.”

    Al oír esto, ella se negó rotundamente: “No quiero lidiar con tu familia por el momento.”

    Zhong Yu Bai no insistió, comprendiendo su evasión, y pronto le llevó la comida al salón de té.

    La acompañó a comer.

    Cerdo con tofu fermentado, cerdo Dongpo, edamame marinado y un una porción de tallo de arroz salvaje, servido con dos tazones de arroz humeante.

    “Pruébalo, mi comida, a ver si tiene los fuegos artificiales que buscas.” (Zhong Yu Bai)

    Ji Zhen Tang estaba a punto de coger sus palillos, pero cuando lo escuchó decir eso, sus palillos se detuvieron en el aire y preguntó sorprendida: “¿De verdad lo has hecho tú?”

    Zhong Yu Bai preguntó con una sonrisa: “¿No te queda ni siquiera pequeña porción de confianza en mí?”

    Tomó un trozo de carne con palillos y lo colocó en su tazón.

    Ella no podía creer que su capacidad de ejecución fuera tan impresionante. Muchas de las palabras que dijo eran solo comentarios casuales, pero él las tomó en serio, encontrando tiempo para estudiar recetas en medio de su apretada agenda.

    Ji Zhen Tang comió en silencio hoy en la mesa, una mesa exclusiva para ellos dos. Fue también allí donde él la dejó sentir su corazón.

    Le vinieron a la mente todo tipo de acontecimientos pasados.

    Ella hundió la cabeza, con la mandíbula temblorosa, y dijo: “Está delicioso, Zhong Yu Bai, realmente pierdo contra ti.”

    Ella tenía la cabeza gacha, sin mirarlo a la cara y solo un momento después se oyó el sonido del tazón al ser dejado sobre la mesa.

    El hombre extendió la mano y acarició suavemente su mejilla seca, diciendo en voz baja: “Nunca perderás contra nadie más que contra mí.”

    Ji Zhen Tang tenía la garganta seca, incapaz de hablar.

    Zhong Yu Bai dijo: “Nunca pensé en competir contigo, no hay victoria ni derrota entre amantes.”

    Esas conmovedoras palabras la hicieron llorar, Ji Zhen Tang levantó la vista, con un dejo de tristeza en sus ojos y observó su expresión.

    Él preguntó: “Es solo una comida, ¿qué clase de tristeza puede provocar?”

    “No estoy triste, solo estoy muy conmovida. Me hiciste sentir la calidez de los fuegos artificiales.” – Dijo ella, señalando la mesa llena de platos. – “Fue un gran éxito.”

    Zhong Yu Bai sonrió, sin entender muy bien el significado de esas palabras.

    Le hacía parecer como si no fuera de este mundo.

    Cuando él mostró su confusión, ella dijo con seguridad: “¡Tú no eres de este mundo! ¡No tienes esa sensación en absoluto!”

    Naturalmente, él preguntó: “¿Qué sensación?”

    Ji Zhen Tang, masticando su comida otra vez, murmuró: “No puedo describirla.”

    Él no insistió.

    La conversación podría durar eternamente, pero la comida tenía que terminar.

    Después de comer, Ji Zhen Tang sintió sueño y se quedó dormida en la silla.

    Zhong Yu Bai devolvió al estudio la colección de ensayos de Lu Xun, un libro que le había pedido prestado casualmente a Zhong Bingwen.

    Puso los libros en el estante y cuando estaba a punto de irse, Zhong Bingwen, que estaba practicando caligrafía, le gritó: “Hace un tiempo, en el aniversario de la muerte del segundo hermano, Xiaoyu ordenó que enviaran una corona de flores al cementerio. ¿Sabías de eso?»

    Zhong Yu Bai se apoyó en el escritorio del otro lado y preguntó: “¿No es normal que le rinda homenaje a su padre?»

    “También envió una carta durante el Año Nuevo chino de este año.” (Zhong Bingwen)

    “Siempre ha estado en contacto con Ah’Heng.”

    Zhong Bingwen parecía querer decir algo, pero dudó; sus ojos preocupados estaban llenos de palabras no dichas y finalmente, expresó su preocupación: “Tengo miedo de que regrese.”

    Zhong Yu Bai actuó con calma: “La gente tiene piernas, por lo que puede ir a donde quiera. Si quiere volver, puede volver. ¿De qué tienes miedo?”

    “Su madre está tan loca y no para de decir constantemente que mataste a su padre, la muerte de mi segundo hermano sí está relacionada contigo y aunque enviaste lejos a Xiaoyu, no pudo haber ignorado todo. Él entiende todo con claridad y claro que me preocupa lo que pueda hacerte.”

    Zhong Yu Bai escuchaba con una mirada tranquila en sus ojos.

    Se llevó los dedos a la barbilla, como si pensara, pero después de un largo rato, permaneció indiferente.

    Zhong Bingwen suspiró repetidamente y dijo: “El ciclo de la venganza nunca termina, claro que tengo miedo.”

    Zhong Yu Bai preguntó: “¿Crees que no puedo lidiar con su amenaza?”

    Zhong Bingwen negó con la cabeza y frunció el ceño con amargura: “Solo espero que no vuelvas a dejarte llevar por el odio, ni siquiera por esa chica que tienes a tu lado. Ahora tienes un punto débil, y ya no eres el mismo de antes.”

    Zhong Yu Bai estaba tocando la caja de cigarrillos y al oír esto, sus dedos temblaron, sus ojos brillaron con frialdad y un cigarrillo se deslizó silenciosamente de la caja y cayó en su palma.

    La palabra ‘punto débil’ fue como una espina que atravesó con precisión la parte más sensible de su corazón.

    Al ver su extraña mirada, Zhong Bingwen continuó: “Solo estoy señalando una posibilidad, pero tú y esa chica no podrán tener un final feliz. No importa la amenaza, mientras sepas actuar con prudencia según la situación y la dejes ir, el fuego no la alcanzará.”

    Sin mencionar nada más, pero insinuando que no tendrían un final feliz…

    La naturaleza inquisitiva de esa declaración era demasiado fuerte.

    Zhong Yu Bai arqueó una ceja inesperadamente: “¿Qué pasa si digo que sí?”

    Zhong Bingwen negó con la cabeza y dijo: “No deberías ser tan tonto, ella no significa nada para ti.”

    “¿Qué quieres decir con ‘nada’?”

    “Una esposa debe ser naturalmente como la mano derecha de un esposo.” – Esta afirmación era absurda y anticuada, Zhong Bingwen intentó usar esa mentalidad anticuada para influir en la opinión de su hijo. – “¿En qué puede ayudarte?”

    Zhong Yu Bai dijo: “Soy lo suficientemente fuerte y no necesito que nadie me apoye. Tu argumento está pasado de moda.”

    Zhong Bingwen no es capaz, pero tiene mucho sentido común: “También debes considerar la reputación de la familia, muchos ojos están observando, esperando ver un buen espectáculo. Hay muchas hijas elegibles que quieren casarse con alguien de la familia. Si no eliges a una y en su lugar te casas con una hija ilegítima, la reputación de la familia se arruinará. ¿Quieres ver eso?”

    Zhong Yu Bai encendió un cigarrillo y estaba a punto de fumarlo, pero las palabras de su padre revelaron un atisbo de molestia en sus ojos.

    Era evidente en la profundidad y oscurecimiento de sus ojos.

    Con el cigarrillo colgando en la punta de sus dedos, lo que pensó es: cuándo Zhong Bingwen la había investigado, pero decidió no preguntar. Zhong Yu Bai dijo: “Su padre cometió un error, ¿por qué debería ella asumir las consecuencias? No tiene sentido.”

    Zhong Bingwen dijo: “Pase lo que pase, a los demás no les importará si cometió un error o no, pero la etiqueta que se le atribuye es real.”

    Zhong Yu Bai dijo: “La familia no caerá por una aventura amorosa y mi talento no se verá destruido por una chica. No me impongas tus prejuicios ni tus obsesiones, no te preocupes innecesariamente, pelear conmigo y acabar hecho pedazos, eso es lo que realmente no tiene sentido.”

    Su voz se elevó ligeramente, pronunciando palabra por palabra con claridad para que su padre la oyera.

    Zhong Bingwen respiró hondo y expresó su incredulidad ante la furia de Zhong Yu Bai: “¿De verdad ella es tan especial para ti?”

    Zhong Yu Bai respondió con sinceridad: “Rara vez imagino la eternidad, pero solo cuando estoy con ella siento que el futuro no es tan malo.”

    Antes de que Zhong Bingwen pudiera responder, él añadió: “Padre estuvo ausente casi toda mi vida, rara vez recibí consejos útiles tuyos, así que tuve que descubrir algunas verdades poco a poco por mi cuenta. El valor de una persona no puede definirse por esa información trivial, ni debemos usar los ojos de los demás como espejos, lo importante es caminar con integridad y vivir bien nuestra propia vida.”

    Zhong Bingwen se quedó atónito ante sus palabras.

    Que su hijo lo eclipsara iba en contra de los principios morales en los que creía. Él padre no era padre, el hijo no era hijo. Era demasiado retorcido.

    No importaba lo cobarde que fuera, todavía se enfurecía, pero su hábito de contener la ira lo hizo acostumbrarse a reprimirla, estuvo a punto de decir algo para replicar, pero se la tragó una y otra vez, sin decir nada al final.

     

    ***

     

    Chi Ying llegó al Jardín Chen Zhangyuan después de la cena, a menudo iba buscando a alguien para jugar a las cartas.

    En ese momento, mientras caminaba hacia el pasillo, se encontró por casualidad con Ji Zhen Tang, quien acababa de despertarse y buscaba a Zhong Yu Bai.

    Ji Zhen Tang quiso preguntar por una dirección y vio a la tía Xu regando flores cerca y antes de que pudiera abrir la boca, alguien la detuvo.

    “Eres tú otra vez.” (Chi Ying)

    La voz de Chi Ying era aguda y coincidió con sus palabras también agudas, llenas de mala intención y con la forma más baja de sarcasmo: “Eres bastante buena en eso, ¿verdad? Lanzar hechizos a los hombres de la familia Zhong. ¿Dónde aprendiste esa brujería? Enséñame a mí también.”

    La conversación de Zhong Yu Bai con su padre se detuvo en este punto y las palabras de Chi Ying de repente llegaron a sus oídos.

    La ceniza de su cigarrillo acumulada en los espacios entre los dedos cayó en la bandeja, ligera y flotante, pero pareció caer con un golpe sordo. Tiró el cigarrillo y salió por la puerta.


    Nameless: Nos quedamos aquí, nos vemos la siguiente semana.

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  • Begonias – 51

    Begonias – 51

    Capítulo 51: Extrayendo Seda de los Capullos

     

    Durante dos días, sus compañeras de dormitorio bombardearon salvajemente a Ji Zhen Tang, exigiéndole explicar toda la historia.

    Pero Ji Zhen Tang no leyó sus mensajes con mucha atención. Cuando estaba con Zhong Yu Bai, había tantas maneras alegres de pasar el tiempo, que incluso internet parecía aburrido.

    Por ejemplo, verlo cultivar flores, acompañarlo a comer en su cocina privada, disfrutar del té en las casas de té, incluso sentarse a su lado mientras trabajaba era divertido.

    El tiempo transcurría tranquilamente cuando estaba con él.

    Zhong Yu Bai era muy humano y nunca la ahuyentaba. Incluso durante las llamadas importantes, Ji Zhen Tang no necesitaba irse, aunque de todos modos no podía entenderlas.

    A veces parloteaba, a veces permanecía en silencio, sintiendo que era muy pegajosa le preguntaba con una sonrisa: “¿Me parezco a tu mascota? ¿Como un gatito o un cachorro, siempre buscando cariño?”

    Su broma informal fue recibida con una respuesta seria.

    Mientras decía esto, se acurrucaba en sus brazos, actuando como un gatito o cachorro que quiere ser acariciado.

    Bajo la cálida luz del sol, Zhong Yu Bai yacía allí, con la palma de la mano sobre su cabeza, dejándola obtener el consuelo que quería y diciéndole: “Eres una persona, no una mascota.”

    Su broma casual encontró con una réplica seria.

    Ji Zhen Tang a menudo se quedaba atónita por sus palabras, cuando levantó la cabeza para verlo con los ojos cerrados disfrutando del sol, sintió cada palabra que decía era sagrada y solemne.

    Él nunca se molestaba por sus comentarios juguetones; y ella solía conmoverse por el respeto que revelaba su carácter caballeroso.

    El cultivo más profundo se reflejaba en sus pocos comentarios casuales.

    Zhong Yu Bai recordó algo y le preguntó: “¿Por qué solo trasladaste una parte de equipaje?”

    Ji Zhen Tang había traído algunas cosas básicas la última vez, pero no muchas y solo había unas pocas prendas para que se cambiara allí.

    Zhong Yu Bai la miró significativamente, como si le preguntara: ‘¿Te estás echando atrás?’

    “¿Quieres que me quede aquí?” – Preguntó ella.

    “Por supuesto” – Respondió Zhong Yu Bai.

    Cuando se trata de asuntos del corazón; no se andaba con rodeos o daba vueltas en círculo, sólo diría que sí.

    Ji Zhen Tang dijo: “Me temo que me iré.”

    Pronunció esas cinco palabras y luego observó en silencio el cambio de su expresión.

    Zhong Yu Bai permaneció tranquilo como siempre, observándola en silencio.

    Ella continuó explicando: “Si estoy destinada a marcharme algún día, este lugar acabará siendo solo una parada temporal en mi viaje. ¿Cómo puedo llamarlo mi hogar? Definitivamente no puedo quedarme aquí.”

    Cuando Ji Zhen Tang dijo eso, sus ojos se iluminaron brillantemente por la luz del sol y describió con calma el futuro incierto, sin ningún tipo de ocultamiento.

    Su semblante estaba tranquilo, poco habitual en ella y la sonrisa en su rostro añadió un toque de calidez a sus frías palabras.

    Pero esa calidez podía ser engañosa, en la tarde que parecía no terminar nunca, se abrazaron como si pudieran ver la eternidad.

    Hasta que la burbuja de colores fue reventada por ella de un solo disparo.

    Incluso Zhong Yu Bai, que tenía una personalidad tan firme como el Monte Tai, se quedó momentáneamente desconcertado por sus palabras.

    “Es naturalmente irrelevante que la parada de tu peregrinar se llame hotel.” – Al cabo de un rato, la miró y dijo. – “Aunque una casa no es necesariamente un hogar, sin embargo, mi casa puede ser tu hogar. Puedes estar tranquila.” (Zhong Yu Bai)

    Mientras Zhong Yu Bai hablaba, rozó suavemente su nuca y besó el rabillo de su ojo.

    Sus palabras se suavizaron aún más con el beso: “Después de la escuela, si quieres volver, solo dímelo y te recogeré.”

    El viento soplaba desde el balcón, atravesando el estanque de lotos transparentes, y caía sobre su cuerpo refrescantemente.

    Ji Zhen Tang casi lloró.

    Él fue capaz de captar sus palabras y golpear su corazón con precisión, porque era muy bueno leyendo su mente.

    Ella dijo eso no para demostrar fuerza ni para insinuar que realmente quisiera irse, sino simplemente porque quería una palabra de afirmación de su afecto y la confianza de que podía quedarse en ese hogar.

    Y él realmente se la dio.

    Así que, Zhong Yu Bai la alimento y cuido hasta la saciedad durante unos días y Ji Zhen Tang regresó a su dormitorio al tercer día, y al mismo tiempo, añadió la tarjeta de presentación con el nombre de la amiga que Lin Guixue le había recomendado.

    Era Wang Qianxing.

    Era una chica que habían conocido brevemente, por lo que después de unos días, el recuerdo de Ji Zhen Tang del rostro de la niña era un poco vago, pero recordaba su voz coqueta, llamando a Zhong Heng: ‘Hermano Zhong’ de manera suave y adorable, y luego su agradable expresión de ‘Gracias tío.’

    La personalidad de Wang Qianxing era tan dulce como su voz.

    Ella fue muy generosa al charlar con Ji Zhen Tang, hablando sobre ideas para la marca e incluso la ayudó a hacer conexiones y a ponerse en contacto con el equipo para grabar videos cortos.

    Hacia el final de la conversación, Wang Qianxing no pudo evitar preguntar tímidamente: “¿Eres la novia del tío Zhong?”

    Ji Zhen Tang reflexionó un largo rato y simplemente respondió: “Sí.”

    Wang Qian Xing comentó: “Ah, entonces eres muy especial.”

    Ji Zhen Tang preguntó: “¿Por qué dices eso?”

    Wang Qianxing: “Él es una persona misteriosa, así que, sin duda, su novia debe ser alguien especial.”

    Ji Zhen Tang rió entre dientes ante esa original descripción.

    Wang Qianxing: “Si tiene algún problema con el equipo, no dudes en contactarme. ¡Deseo que su producto se venda bien!”

    Ji Zhen Tang le dio las gracias.

    La empresa con la que Wang Qianxing firmó contrato era una gran empresa, especializada en la incubación de celebridades de internet, tiene su propio modelo integral, desde la filmación hasta las operaciones.

    Ji Zhen Tang tuvo una breve charla con la otra parte sobre estrategias comerciales antes de que una llamada interrumpiera la conversación online.

    Era un número local desconocido.

    Ella respondió a la llamada y del otro lado se escuchó una voz grave y magnética llamándola su nombre: “Ji Zhen Tang.”

    Ella se sorprendió, pensando que su información personal se había filtrado de nuevo y dijo rápidamente: “No voy a comprar casas, entonces…”

    Antes de que pudiera terminar de hablar, la persona que llamó no le dio oportunidad de colgar y la interrumpió con ligereza: “Creo que tienes cierta capacidad para conseguir que mi tercer hermano haga esto y aquello para apoyarte, tengo que admitir que tienes talento. Soy el agente de mi mujer. Si tienes algún negocio, ponte en contacto conmigo. Hablaré contigo.”

    El hombre habló con mucha fluidez, sin darle oportunidad de interrumpir sus pocas palabras. Fue directo al grano y su sarcasmo fue acertado.

    Mientras hablaba, el sonido de un fuego encendiéndose llegó desde el otro extremo.

    Ji Zhen Tang se quedó confundida por un momento: “¿Qu-qué agente?”

    El hombre preguntó: “¿Por qué no le pediste que fuera modelo?”

    De repente, comprendió: “¡Ah, es el Sr. Chen!”

    Recordando lo que Zhong Yu Bai dijo la última vez sobre no ofender a su esposa, Ji Zhen Tang sonrió rápidamente y dijo: “Sí que tuve esa idea. Me cautivó a primera vista el temperamento de la Dra. Zhu: Es tan elegante como un loto que emerge del agua, con un corazón bondadoso y delicado como una orquídea en un valle apartado. Tras una cuidadosa selección, sigo pensando que es la más adecuada para el posicionamiento de mi marca, así que me tomé la libertad de acudir a usted. En mi corazón, ella es la candidata perfecta.”

    Chen Ke rió: “Sé que es hermosa, no hace falta que la halagues. Si tienes requisitos, solo escríbeme directamente o contáctame por WeChat.”

    Aunque dijo esto, su tono se elevó un poco y parecía bastante complacido con el halago.

    Ji Zhen Tang asintió.

    Lin Guixue abrió la puerta y entró, al verla, preguntó: “¿Has vuelto? ¿Por qué no fuiste a clase?”

    Ji Zhen Tang estaba a punto de levantar la cabeza cuando Lin Guixue la abrazó del cuello con fuerza. Sin esperar respuesta, Lin Guixue dijo de manera muy evasiva: “¿Sabes? Algunas personas en el pequeño círculo están difundiendo rumores sobre ti y sobre quienquiera que esté contigo.”

    No tenía claro hasta qué punto el nombre de Zhong Yu Bai es tabú y por qué uno tiene que ser tan cauteloso y cuidadoso al respecto.

    Ji Zhen Tang preguntó con naturalidad: “¿Cuál es el rumor?”

    “¡No es nada, solo se habla de lo increíble que eres por haber conseguido al gran jefe!” – Lin Guixue no pudo evitar preguntar: “Oye, ¿cómo lo lograste? Yo también tengo mucha curiosidad, esa persona no es un pez gordo cualquiera; con un solo pisotón suyo el mundo empresarial se estremece por completo.”

    “…” – Ji Zhen Tang se quedó sin palabras ante su divertida elección de palabras. – “No exageres, simplemente nos enamoramos el uno del otro y fue natural para nosotros estar juntos.”

    Lin Guixue dijo: “Genial. Así no tendrás que trabajar tan duro el resto de tu vida. Cásate con una familia adinerada y prepárate para para cuidar de mí misma en tu vejez. ¡Tsk tsk!, ese era mi sueño.”

    El rostro de Ji Zhen Tang se ensombreció, preguntó perpleja: “Xue, ¿te estás burlando de mí?”

    Lin Guixue negó con la cabeza rápidamente y dijo con inocencia: “Claro que no, solo estoy diciendo la verdad. Siendo honesta, una vez que te conviertas en una mujer adinerada, ¿no se verán tus ambiciones y aspiraciones realizadas en cuestión de minutos? En cuanto al diseño de joyas, ¿te preocupa que nadie vea tu trabajo? Para entonces, solo será un simple hobby personal.”

    Lo que dijo tenía mucho sentido, era muy fácil para la gente de la clase alta llegar a la cima. Las cosas por las que ella trabaja tanto, otros las poseen sin esfuerzo, sin siquiera molestarse en mirarlo, tomándolo como un juego.

    Eso es lo que las llamadas familias adineradas pueden ofrecer: la gloria que traen el poder y riqueza inalcanzable.

    Las palabras de Lin Guixue eran absolutamente correctas.

    Pero Ji Zhen Tang, apoyando la barbilla en la mano con tristeza y mirando hacia el otro lado, sintió que algo no cuadraba y después de un rato, dijo indignada: “Siempre me siento extraña cuando dices eso.”

    Lin Guixue replicó: “¿Qué tiene de extraño? ¿No es algo bueno? No les hagas caso a quienes critican a los demás por ser materialistas y disfrutar de la vida. Ellos mismos carecen de la bendición de disfrutar de la vida, así que animan a superar las dificultades y progresar. Hoy en día, el trabajo duro ni la perseverancia ya no son valorados ni populares en la sociedad.”

    Ji Zhen Tang dijo: “Me dijiste claramente antes que las mujeres deben ser independientes y fuertes, para convertirse en directoras ejecutivas, encarnando las admirables cualidades de los protagonistas masculinos de los dramas de ídolos.”

    Lin Guixue se rió: “Sí, es cierto. Pero también dije que los hombres pueden ser trampolines y lo mismo aplica para las familias adineradas. Eso es aún más cierto, usar esas conexiones para entrar en esa clase y luego volverse independiente y fuerte, eso no entra en conflicto entre sí. Los recursos sociales son inherentemente sesgados; simplemente se va de un extremo a otro, depender de los padres o del marido es el mismo principio, también es una especie de naturaleza…”

    (N/T: Lin Guixue con discurso contradictorio… Jaja. Ver cap. 29.)

    Ji Zhen Tang la interrumpió: “Pero no nos casaremos.”

    Fue como si esas palabras pesaran mil libras entre sus labios y dientes, haciéndola hablar con gran esfuerzo, pero era una afirmación alta y clara, palabra por palabra.

    Esto de repente hizo que la otra persona se quedara en silencio.

    Lin Guixue se quedó atónita por un momento: “No necesariamente, aunque la posibilidad es pequeña, puedes intentar atar su corazón.”

    Ji Zhen Tang no respondió a sus palabras, reflexionó sobre algo y se dijo a sí misma: “A veces siento que me ama, a veces siento que es porque sabe exactamente cómo complacerme y está creando un patio de juegos a mi medida para que yo pueda jugar felizmente en él.”

    Sin embargo: “Independientemente de cómo sea realmente, al menos me ha aportado mucho y me ha hecho ver mi propio valor, con eso basta, para mí, es una muy buena persona. Estoy muy agradecida de habernos conocido.”

    Ji Zhen Tang comprendía bien que lo bueno de un hombre así era que era racional y reflexivo, pero también es malo porque no era sincero, apasionado ni temerario.

    Si lo considera inapropiado, tendrá que reducir su afecto y hacer concesiones para el resto, lo cual es un intercambio natural.

    Demasiado natural, demasiado acorde con el temperamento de un hombre maduro. Incluso si realmente llegara el día en que cortaran, como si fuera una pieza más de satén sobrante, ella no tendría por qué cuestionarlo.

    Porque él es quien es, ella lo haría.

    Pero no era un futuro en el que ella pensara profundamente ahora.

    Ji Zhen Tang es una persona llena de emociones, ya sean que esté frágil y triste, o feliz y anhelante, ella expresa sus sentimientos al máximo.

    Simplemente pensaba que, ya que las emociones están involucradas, era mejor amar generosamente y según el contenido de su corazón en lugar de amar con miedo y ansiedad.

    Pero además de eso, también debía recordar la regla de supervivencia de «vete cuando hayas amado lo suficiente», que era un principio que Su Yunli una vez compartió con ella, no hay necesidad de anhelar toda una vida.

    Ji Zhen Tang le dijo a Lin Guixue con seriedad: “Ni de lejos, no bromees sobre esto.”

    Lin Guixue se acercó rápidamente y le presionó el hombros para disculparse.

    Ji Zhen Tang regresó al Pabellón Luotang, planeando organizar algunas de sus otras pertenencias. Inesperadamente, Ji Huan también estaba allí ese día.

    Cuando Ji Zhen Tang escuchó a su padre hablar con su tía, sus pasos estaban a punto de cruzar el umbral, al segundo siguiente, instintivamente quiso retroceder, pero ya era demasiado tarde; Ji Huan la vio al mismo tiempo.

    Se miraron fijamente durante unos segundos, y nadie pudo evitar la incomodidad.

    Ji Huan estaba allí para darle una compensación y disculparse con ella hoy.

    Ji Xinhe estaba cocinando, y los tres se sentaron alrededor de la mesa para cenar.

    No pidió disculpas; porque un hombre siempre valora su orgullo por encima de todo. Pero entre líneas, parecía sentirse culpable por haber sido tan duro la última vez, así que sostuvo el tazón y hundió la cara.

    “Me enojé mucho cuando me enteré, así que dije esas cosas. Pero…” – Le encantaba salvar las apariencias cambiando las tornas. – “Ese hombre no es buena persona. Papá lo dijo por tu bien, fue por tu bien.”

    Era bueno usando el ‘por tu bien’ para coaccionarla moralmente, educando desde una posición superior, mostrando la fría y dura autoridad de un padre de una manera aparentemente amable.

    “Espero que abras los ojos y encuentres una buena familia, ya dije todo lo que había que decir la última vez, no importa qué mujer se case con un miembro de esa ‘familia tan adinerada’, la despellejarán viva. Esa es la realidad, la cruda realidad. Las lecciones del pasado están ahí, pero no escuchas.” (Ji Huan)

    Enfatizó las palabras ‘familia adinerada’ con sarcasmo entre sus labios.

    Ji Zhen Tang respondió con calma, un poco divertida: “Si ese es el caso, ¿por qué no le dices que pare? ¿No deberías amenazarlo, decirle que no me toque ni un pelo, o si no le pondrás las cosas difíciles? En cambio, sigues poniéndome a mí las cosas difíciles.”

    Ji Huan dijo con confianza: “Eres mi hija, ¿verdad?”

    Ji Zhen Tang respondió por él: “Porque no te atreves.”

    “Te burlas de él por un lado y tratas de congraciarte con él por el otro. Dices una cosa en su cara y otra a sus espaldas. Desprecias a las familias adineradas, pero siempre estás pensando en obtener una parte de su riqueza.”

    Ella se mordió la lengua y dijo con severidad: “No te atreves a provocar a Zhong Yu Bai, así que no tienes más remedio que darme una lección.”

    Ji Huan se quedó atónito. Después de un rato, Ji Xinhe le apretó la muñeca, lo que lo ayudó a calmar las emociones que subían a su cabeza.

    Frunció el ceño y dijo en voz baja: “Papá te está hablando muy amablemente.”

    Ji Zhen Tang no respondió.

    Ji Huan volvió al tema principal. – “Después de que te gradúes el año que viene, le pediré a la tía Xu que te presente a un novio serio. Aunque todavía eres joven, no es demasiado pronto para salir con alguien durante unos años antes de hablar de matrimonio y tener hijos. Hoy en día, la gente sale con la intención de casarse, así que es mejor cultivar los sentimientos mientras se es joven.”

    Hablando otra vez de matrimonio y de hijos…

    Esas palabras la traspasaron como punzones que le atravesaron el corazón, haciéndola sentir absurda y ridícula, sin encontrarle sentido a la relación padre-hijo.

    Ji Zhen Tang dijo: “No necesito que me cuides.”

    Ji Huan dijo: “Soy tu padre. Si no te cuido yo, ¿quién lo hará?”

    Qué declaración tan razonable y grandilocuente.

    Ji Zhen Tang repitió: “Tendré mi propio camino por adónde ir, no necesito que me cuides.”

    Ji Huan preguntó: “¿A dónde irás?” – Se burló. – “Tu propio camino. ¿Has pensado en las consecuencias de tus actos? ¿De verdad crees que se casará contigo?”

    Ji Zhen Tang levantó la vista de repente y miró fijamente a su padre: “Tú no eres él, ¿cómo sabes que no lo hará?”

    “¡No soy él, pero sé que no lo hará!” (Ji Huan)

    Lo dijo con tanta calma y convicción.

    Las flores en el espejo y la luna en el agua se hicieron añicos por un momento y debido a las palabras de su padre, ella cayó en la cruel y turbia realidad.

    Fue como si el parque de atracciones se hubiera quedado sin electricidad, y ella estuviera en un lugar frío y oscuro, casi asfixiándose en ese momento de soledad.

    Ji Zhen Tang no salió corriendo hoy, y Ji Huan no arrojó el cuenco, pero no volvieron a hablar hasta que terminaron de comer.

    Ji Zhen Tang regresó a su habitación en el segundo piso, quizás porque la temperatura había bajado en los últimos dos días, pero tenía síntomas de goteo nasal. Tomó dos de sus pastillas habituales que siempre guardaba, abrió el bloc de notas de su teléfono y planeó la grabación de un video promocional.

    “¡Achú!” – Un estornudo le hizo darse cuenta de que la ventana estaba demasiado abierta, después de cerrarla y recostarse, sintió un ligero dolor sordo en la cabeza.

    Dejó el teléfono, cerró los ojos un rato y se frotó las sienes.

    Cuanto más se frotaba, más doloroso me resultaba; su mente se llenó con las palabras de Ji Huan.

    No sabía por qué, pero sentía que su mente no había estado despejada estos últimos dos días y seguía topándose constantemente con cosas que tenía que afrontar.

    Pero obviamente no le gustaba pensar en esas cosas, como casarse o con quién casarse; todo era tan molesto, y todos no paraban de preguntarle por ello.

    El corazón de Ji Zhen Tang estuvo revuelto durante mucho tiempo.

    Al final, decidió llamar a Zhong Yu Bai y le preguntó en voz baja: “¿Qué está haciendo el gran jefe?”

    Zhong Yu Bai dijo: “Si me extrañas, puedes decirlo con franqueza.”

    Ella sonrió y dijo coquetamente: “Te extraño mucho, te extraño mucho, quiero hacer esto y aquello contigo, todo el tiempo y nunca parar.”

    Él se quedó atónito por un momento, luego sonrió: “¿Quién te enseñó a decir eso?”

    Él rápidamente preguntó: “¿Qué te pasa en la nariz?”

    Él percibía fácilmente cualquier mínima anormalidad en ella: “Me resfrié.”

    Ji Zhen Tang dijo: “Me duele un poco la cabeza, ¿puedes llevarme al hospital para que me pongan una vía intravenosa?”

    Zhong Yu Bai dijo: “Te recogeré y te llevaré a casa; tengo un médico de cabecera.”

    “No” – Dijo ella en un tono sorprendentemente terco. – “Quiero ir al hospital. Estoy en el Pabellón Luotang, ven a buscarme.”

    Zhong Yu Bai ciertamente lo encontró extraño, pero no hizo más preguntas: “Estaré allí en veinte minutos.”

    Ji Zhen Tang tenía buena salud en general, y solía curarse de los resfriados leves que podía pescar ocasionalmente con medicamentos.

    De joven, enfermó gravemente en el internado y tuvo fiebre hasta perder el conocimiento. La maestra la envió a la enfermería para que le pusieran una vía intravenosa, y oyó vagamente cómo la maestra llamaba a sus padres, pero cuando abrió los ojos después de la administración de la vía, solo pudo ver el cielo brumoso fuera de la ventana.

    La vía se había terminado, y el médico se olvidó de venir a revisarla.

    La maestra fue a verla después del trabajo, diciendo que su padre estaba ocupado con el trabajo y no podía venir. Luego puso un montón de medicamentos sobre la mesa, instruyéndole en cómo tomarlos.

    Ella llevó los medicamentos de vuelta a su dormitorio, y el cielo solitario y el atardecer de ese día fueron inolvidables.

    Han pasado más de diez años, pero todavía lo recuerda.

    Nadie entendería que existiera tanta esperanza de que alguien estuviera dispuesto a acompañarla a ver al médico.

    Acompañar a alguien a ver al médico es, sin duda, un gesto muy generoso.

    La última vez que sufrió una palpitación repentina, también fue Zhong Yu Bai quien la acompañó al hospital.

    A sus ojos, él tenía desde hacía tiempo el título de filántropo natural.

    En lugar de acudir al médico de cabecera que no está de servicio, tiene que venir allí y contagiarse del virus. Probablemente él no lo entendió, pero no la cuestionó. Ji Zhen Tang se sentó y la enfermera se acercó para insertar la aguja y colocar la vía.

    Zhong Yu Bai lo organizó todo cuidadosamente para ella, hizo fila para pagar y, después de terminar de hacer cola, se dio cuenta de que estaba en la fila equivocada, sin impacientarse se dirigió con calma a la cola correcta y volvió a hacer fila.

    Por su metódico método para entender los procedimientos del hospital, parecía que era la primera vez que hacía algo así. Para ella, él estaba ocupado sumergiéndose en ese mundo mundano.

    Hoy, Zhong Yu Bai no tenía el aura imponente que describió Lin Guixue, donde con un solo pisotón podía sacudir el mundo empresarial. Se había quitado el traje y vestía una fina camisa negra, luciendo gentil y elegante en el cálido clima de principios de verano, muy parecido a un profesor gentil, orgulloso y culto.

    Un hombre así sin duda sería popular entre los estudiantes si enseñara. Tiene un buen temperamento y un porte elegante.

    Ji Zhen Tang pensó absurdamente: ‘Sería genial si realmente fuera profesor.’

    ‘Sería genial si su apellido no fuera Zhong.’

    Ella ya no es codiciosa por las cosas que anhelaba al principio. Solo quería que él fuera una persona común, aún más común.

    Para poder tener el coraje de imaginar de vida cotidiana con él en el futuro.

    Está bien no tener un médico de cabecera, solo apoyarse mutuamente y descubrir la vida juntos.

    “¿Tienes hambre?” – Preguntó Zhong Yu Bai con suavidad después de completar los procedimientos y conseguir la medicina. Se inclinó para mirar a Ji Zhen Tang, que estaba sentada en la silla, acariciándole suavemente el cabello.

    Ella negó con la cabeza y señaló la bolsa que tenía al lado: “Traje un pan de coco, ¿me lo traes?”

    Zhong Yu Bai recogió su bolsa y se sentó en el banco.

    Ji Zhen Tang mordisqueó el pan y dijo: “Mi papá dijo que quiere presentarme a un novio.”

    Su expresión permaneció tranquila y giró la cabeza para mirarla, preguntando con calma: “¿Qué le dijiste?”

    “Le dije que sí.” (Ji Zhen Tang)

    Zhong Yu Bai curvó los dedos y usó sus nudillos para limpiar las migajas de su barbilla y dijo: “Lo que quieres decir es que no quieres.”

    “…” – Ella se quedó atónita por un momento, luego dejó escapar un profundo suspiro y dijo sin aliento. – “Oh, ¿cómo puedes entenderme tan bien?”

    Ji Zhen Tang hundió la cabeza en su pecho y dijo: “Ayer tuve un sueño.”

    Zhong Yu Bai preguntó: “¿Qué soñaste?”

    “Llevaba un vestido de novia en una boda.” (Ji Zhen Tang)

    Él sonrió: “¿Yo era el novio?”

    Ella negó con la cabeza, confundida: “No lo sé, solo caminaba hacia adelante con el vestido de novia, caminaba y caminaba y no podía ver con claridad. Justo cuando estaba a punto de ver la cara del novio, me desperté de repente el sonido de una construcción.”

    Zhong Yu Bai escuchó en silencio, frunciendo los labios sin cuestionar si era verdad o no.

    La bolsa de plástico que contenía el pan de coco seguía en su mano, le quitó el pequeño cierre dorado que usaba para sellarla.

    Luego levantó su dedo y lentamente envolvió el cierre alrededor de su dedo anular. La fijó en su lugar, formando con los extremos en un pequeño diamante circular.

    Le sujetó suavemente su dedo y, cuando Ji Zhen Tang levantó la vista con sorpresa, le dio un beso en los labios.

    Zhong Yu Bai dijo: “¿No es así?”

    Mostró una leve sonrisa, atractiva, elegante y encantadora. Estando tan cerca de ella, era menos apasionado y más inocente que cuando estaban a una distancia negativa, él era como un ladrón robándole el corazón, haciendo que sus latidos se aceleraran salvajemente y sin control.

    Las yemas de sus dedos rozaron suavemente el anillo improvisado.

    “Ayudarte a cumplir tu sueño, el círculo completo.”

    Ella realmente tuvo un sueño así y realmente no había visto el aspecto del novio.

    Se sintió llena de arrepentimientos cuando el ruido la despertó por la mañana y solo habló con él sobre ello cuando lo recordó.

    Zhong Yu Bai siempre tenía sus maneras de compensar sus arrepentimientos, incluso si se trataba de un sueño insignificante.

    El mundo de los sueños ilusorios y la realidad del tacto se entrelazaron mágicamente.

    En ese momento, a pesar del ruido del hospital, Ji Zhen Tang sintió un profundo silencio en su corazón, solo su voz sonaba como una confesión, pero no lo era.

    ‘Vivir el momento, sin preocuparse por el resultado’, había sido su lema durante los últimos seis meses.

    Pero al pensar en Zhong Yu Bai, se sorprendió al descubrir que comenzaba a sentirse triste por la separación.

    Recordó el consejo de Su Yunli le había dado, de que el miedo a separarse de alguien es era el comienzo del amor.

    Ayer, pensaba que era mejor amar abiertamente y con alegría que con miedo…

    Pero hoy, sus pensamientos habían cambiado de nuevo. Resultó que sus sentimientos cambiaban cada día, a cada hora y a cada momento.

    Resultó que, en sus momentos más profundos y vulnerables, le era imposible amar abiertamente y con alegría, y lo único que podía hacer era preocuparse y temer.

    A diferencia de una enfermedad que ataca con una fuerza abrumadora, el amor invade el corazón de una manera gradual y meticulosa.

    Puede que sea tarde a esta hora, por lo que es mejor ir por la mañana.

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