EPESPCEM 133
El enano blandió su gran martillo con diligencia. ¡Clang! ¡Clang! ¡Clang! Como si siguieran el ritmo, las ráfagas de […]
El enano blandió su gran martillo con diligencia. ¡Clang! ¡Clang! ¡Clang! Como si siguieran el ritmo, las ráfagas de […]
“…Arcángel Arundel.” Leviatán murmuró hacia el ángel que estaba frente a él. Sus ojos erraban. —Leviatán, ¿cómo te atreves a
—¡Arundel…! Zion se acercó y se arrodilló ante Arundel. No había concentración en los ojos de Arundel. Zion extendió la
“Leviatán sabrá que estamos aquí”. Bianca dijo con voz preocupada ante las palabras de Hills. —Leviatán… ¿te refieres al Rey
Cuando lo descarté como algo sin importancia, el Protector de la Nación, Adgale, se sonrojó y se movió inquieto.
La niña miró hacia el cielo nocturno. En los ojos negros de la muchacha se reflejaban innumerables motas de
«De ninguna manera…» Hills se quedó momentáneamente nervioso y luego de repente desató magia. Cuando el fuerte poder intentó llegar
Zion abrió los ojos ante la vívida sensación que envolvía sus piernas. Sintió que su cuerpo se hundía y cuando
Zion se dirigió hacia la puerta principal, el lugar de su sueño, para encontrar una pista. Como había dicho Caín,