Capítulo 20 POV tercera persona
Penélope miró a Derrick con asombro. Ella no sabía por qué, pero él estaba respirando con dificultad porque tenía prisa por encontrarla, se podía observar en su tez pálida y el sudor en su frente.
«¿Por qué se levantó estando tan enfermo?»
Inconscientemente, ella lo miró y encontró un vendaje enrollado alrededor de su cintura.
«Creo que está sangrando…»
Señalando el vendaje, el cual estaba ligeramente rojizo, Derrick miró hacia abajo y lo comprobó.
«Ah.»
Luego respondió sin rodeos.
«… No es nada.»
Parecía un gran problema, pero Penélope no dijo nada, ya que, si la herida estallaba, la sangre goteaba o se derramaba, era irrelevante para ella. Pero, debido a las lesiones, el rostro de Derrick estaba demacrado.
«Es extraño que estés bien cuando te perforan el vientre…»
«…»
Un incómodo silencio cayó entre ellos y, de mientras, Penélope se preguntaba cómo salir del incinerador de forma natural. Pero antes de poder actuar, Derrick abrió la boca primero.
«¿Qué estás haciendo aquí?»
«Estaba ordenando mi equipaje.»
«¿Tu equipaje?»
«Sí, no necesito dejar nada aquí.»
Los brillantes ojos azules de Penélope miraron detrás de ella, ya había pasado mucho tiempo desde que prendió el furioso fuego, allí se incluían los objetos que Derrick le había dado. Intentó interponerse en su punto de vista, tapando con su cuerpo la ventana del horno, con miedo de que él viera una parte que aún no se había quemado.
Derrick habló de repente en un tono cauteloso.
«Me dijeron que te vas del ducado…»
Penélope se preguntaba si, tras dejar la oficina, el duque llamó inmediatamente a Derrick.
«¿Te lo dijeron ya? Que rápidos…’
«… No puedes hacerlo…»
Penélope, que no esperaba que Derrick siguiera la conversación, lo miró aturdida. Debió sentir su mirada, pero continuó hablando como si no lo hiciera.
«¿Por qué no… Puedes pensártelo dos veces antes de dejar el ducado?»
«…»
“La situación en la capital aún no es estable, especialmente desde el gran ataque. Desde entonces, toda la atención ha estado en los Eckarts… «
«¿Me seguiste hasta aquí solo para decirme esto?»
«…»
El rostro inexpresivo y el sarcasmo de Penélope hicieron que la boca de Derrick se cerrara de repente. De hecho, no era para nada sorprendente, ¿no sería espeluznante si su personalidad hubiera cambiado repentinamente?
«Has progresado, ¿no? No enviaste a nadie para pedirme que fuera a tu oficina, viniste aquí en persona…»
Ella resopló con frialdad.
«Te lo dije la última vez…»
«…»
«… No deberías inmiscuirte en mis asuntos.»
«… Penélope.»
«Ya terminé de hablar contigo. Por supuesto, sé que no tengo porque decírtelo, pero…»
«…»
«Si quiero irme, me iré.»
Ella nunca necesitó su permiso e incluso si él quería expresar sus quejas, se las tragó. Penélope pensó que se iría después de decirle todas esas palabras, pero él no lo hizo, así que le basto mirar para atrás para ver que las llamas del horno habían disminuido de forma considerable.
‘Ya es suficiente.’
Penélope se volvió hacia Derrick y asintió sin ceremonias.
«Si terminaste de hablar, adiós.»
«¿A dón…?»
«…»
«¿A dónde vas?»
Penélope frunció el ceño ante la excesiva interferencia.
«Eso tampoco…»
«…»
«Eso es algo que no necesitas saber.»
«¿Es por mi culpa?»
Diablos, dio un paso más cerca de ella. Su rostro todavía estaba lleno de agitación y de sudor frío, demostrando cuan mal estaba.
«El día de la ceremonia… Recogí a Yvonne y te di un billete hacía tu posible muerte…»
Mientras respondía, Penélope se sorprendió interiormente.
«No es culpa tuya.»
El hombre que escapó del lavado de cerebro parecía, al fin, ser consciente de las atrocidades que había cometido. Aunque tal vez no era por el fin del lavado de cerebro, sino por un cambio de opinión tras ser atravesado por las manos de ese monstruo que habitaba en la piel de su hermana.
Penélope respondió muy lentamente.
«No puedo decir que no, pero no es únicamente por esa razón.»
Cuando trajo a Yvonne con él, Penélope realmente se volvió loca… Pero ahora, ella no estaba lo suficientemente enojada como para recordar esos sentimientos. Aunque, curiosamente, los sentimientos por Derrick habían desaparecido, como si se hubieran desvanecido. Expectativa, decepción, enfado. Todo había desaparecido.
«No te preocupes, ahora ya da igual.»
«No juegues con las palabras y dime una razón que tenga sentido.»
Penélope hizo el intento de irse, pero Derrick se apresuró y la volvió a interrogar.
«¿A dónde vas a irte? ¿Y por qué vas a volver al palacio después de haber recorrido todo este camino de…?»
Penélope cortó firmemente su tedioso tono.
«¿Por qué debería decirte nada?»
«…»
“¿Por qué debería responderte? Tu actitud de arrogancia es lo suficientemente terrible como para llegar a ser repugnante.”
«…»
«¿Así qué, qué me puede hacer cambiar de opinión? Tras todo lo que he pasado por tu culpa, ¿aún esperas que me justifique ante ti?»
Los hombros de Derrick se estremecieron notablemente ante sus palabras, mientras las manchas de sangre rojizas en el vendaje alrededor de su cintura comenzaron a profundizarse.
‘Esto me está matando.’
Las palabras de Penélope parecieron golpearlo más fuerte de lo que pensaba. Su tez estaba más pálida con el tiempo, se parecía a una sábana blanca. Ella se rio ante el deseo de derramar más.
«Lamentablemente no tengo suficiente interés en ti…»
«… Penélope.»
Penélope dio un paso hacia el hombre que la acababa de llamarla mientras sacaba algo de su bolsillo y lo empujaba en su dirección.
«No estaba segura de cómo entregártelo, pero así ya está bien.»
Los ojos azules de Derrick, miraban hacia lo que Penélope le ofrecía, y comenzaron a temblar de forma excesiva.
«Esto…»
Era el espejo de Yvonne.
«Iba a dárselo al mayordomo antes de irme, pero…»
Penélope pensó en dárselo al duque, pero no era a él a quien Yvonne quería transmitirle su mensaje.
‘Por favor, dile al hermano Derrick que le estoy agradecida por comprarme el espejo de mano… Y que lamento haberlo perdido.’
Penélope recordó su voz llorosa y lo tradujo de una manera despiadada.
«Como ya has escuchado, conocí a Yvonne ayer. No a Leila, sino a la verdadera Yvonne, tu pequeña hermana.»
«…»
“Eso es lo que ella me dijo. Me pidió que te diera las gracias por comprárselo y quería que yo te dijera que lamentaba haberlo perdido.»
La cara de Derrick se desmoronó lentamente mientras miraba el espejo en su mano.
«Yvonne…»
Sus dilatadas pupilas temblaban sin cesar, recordando el momento en que le compró el espejo, al mismo tiempo que el trauma de matar a su hermana con sus propias manos venía de vuelta a su mente.
Penélope no quería ver su desesperación, a pesar de que él se había comportado como un idiota con ella, por lo que agitó apresuradamente la mano la cual sostenía el espejo. Sin embargo, él se quedó en silencio, sin pensar, sin reaccionar, solo recordando.
«Eres tan molesto… Incluso hasta el final…»
Con un suspiro, Penélope se acercó y tomó la mano de Derrick, poniendo de forma forzosa el espejo en su mano. El calor que pudo detectar en la palma de Derrick era un poco repugnante, pero, por supuesto, ella no lo expresó, era típico de los enfermos no estar en buenas condiciones de higiene.
“Piensa que es todo culpa mía, como siempre. Maté a Yvonne y que por ello me están echando. De esta forma, la gente sentirá lástima por vosotros, así que no os preocupéis.»
Derrick era originalmente un hombre de mente estrecha, y ahora ella estaba perdiendo el tiempo enfrentándolo. Está vez, a diferencia de cuando habló con el duque, ella no tenía motivos para hablar con él.
Penélope agarró la mano del hombre, la cerró con fuerza y luego la soltó con cuidado. Pero, mientras intentó alejarse de él, volvió a sentir su mano agarrándola con fuerza por el brazo.
«… Si te digo que me arrepiento de todas las cosas que hice…»
«…»
«¿Podrías perdonarme?»
La sostenía con la mano que acababa de soltar, por ello, el espejo de Yvonne, que ella misma le había obligado a sostener, estaba en el suelo.
«Si quieres, me arrodillaré a tus pies y te suplicaré.»
«…»
«No te vayas, por favor.»
‘¿Está loco?’
Ese fue el primer pensamiento que tuvo Penélope.
«Déjame ir.»
Penélope trató de sacudirle la mano y se inclinó para recoger el espejo, pero al hacerlo, Derrick estaba arrodillado frente a ella.
«¿Qué…?»
Ella se quedó estupefacta por la cabeza de cabello negro que se había colocado en su cintura.
«No te vayas.»
«…»
«Está todo mal…»
Por si arrodillarse no fuera suficiente, Derrick empezó a decir cosas increíbles.
«¿Qué es lo que está mal?»
«Todo. Tienes razón. Tal vez soy yo el responsable de todas las desgracias por las que has pasado…»
«…»
«Pero… Lo intentaré. Tan pronto como me recupere lo suficiente como para poder moverme, cambiaré. Te prometo que te compensaré tanto, o más, de lo que hayas sufrido.»
Penélope nunca lo había visto hablar tan rápidamente, lo hacía con desesperación, sin tomarse el tiempo necesario para respirar, como si pensara que ella desaparecería en cuanto dejara de hablar.
«Te daré todo lo que quieras, nadie volverá a molestarte, solo…»
«…»
«… No te cases con el príncipe heredero.»
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Y la bomba se desató, Penny debe estar flipando en mayúsculas. Ser puteada toda la vida y que ahora te supliquen para que no te cases con el que amas… No sé si es por qué él la ama y no quiere alejarse de ella o por qué no quiere dejar las cosas como están y pretende arreglar «el tiempo perdido.»
Sea cual sea, no me mola que ahora le venga en plan suplicante.
Miri
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