Aún te queda mucho trabajo por hacer (1)
Tan pronto como escuchó la noticia, Cassius se dirigió directamente al Palacio Imperial. Se movió rápidamente y le preguntó al mayordomo en jefe.
«¿Cómo está Su Majestad?»
“Estaba consciente desde hace un rato”.
“… ¿Está bien?»
Una luz de alivio cruzó por el rostro de Cassius. Los músculos de la cara que se habían endurecido hasta ahora se aflojaron ligeramente.
Cuando Cassius llegó al dormitorio del Emperador, el Príncipe Heredero ya estaba montando guardia a su lado.
“Saludo a su Alteza el Príncipe Heredero. He venido a ver a Su Majestad”.
Cassius se detuvo en la puerta y saludó al Príncipe Lucas primero. Detrás de él estaba la silueta del Emperador, que estaba sentado con la parte superior de su cuerpo recostada en el espaldar de la cama.
“La noticia viajó bastante rápido hasta el Duche Chade. Veo que ya ha venido».
El Príncipe Lucas que desconfiaba de Cassius frunció el ceño levemente y dijo con desdeño. Había una espina afilada en su tono. Cuando estaba a punto de enviar de regreso a Cassius. Una voz ronca vino detrás de él.
«Está bien. Eso no es un gran problema».
“¡Pero Su Majestad…!»
El Príncipe trató de detenerlo, pero fue en vano. Los ojos de Cassius se abrieron un poco. El Emperador, que solo había sido visto como una silueta, se mostró con un rostro brillante.
El Emperador no fue meramente ceremonial, sino que se encontraba en un estado saludable fraterno como de costumbre. Pero Cassius pronto recuperó la compostura.
“Vuelve tú también. El que estés aquí me preocupa».
“…»
El Príncipe estaba disgustado, pero no tuvo más remedio que ponerse de pie. Antes de regresar a su palacio, le propició una mirada suspicaz a Cassius.
Le resultaba sospechoso verlo presentarse en tan poco tiempo luego de haber escuchado la noticia.
Después de que el Príncipe se fue, solo quedaron Cassius y el Emperador. Contrariamente a las noticias que parecían ser urgentes, él sonreía alegremente como de costumbre.
«Habla. ¿Qué pasó?»
«Recientemente, ha habido muchas cosas a las que he estado prestando atención, por lo que me sentí un poco mareado».
“…»
No se trataba nada más de un simple mareo de un momento. El Emperador había caído inconsciente estando de pie ante todos.
«Ja ja ja. Debes haberte sorprendido bastante, viendo tu rostro endurecido puedo saberlo».
“…»
«¿Te apresuraste al escuchar mis noticias?»
Preguntó a Cassius, quien todavía mantuvo su rostro rígido.
Sabía que no era algo sencillo contactarlo con tanta urgencia, sin embargo, la apariencia del Emperador con un rostro despreocupado frente a él parecía completamente diferente a la gravedad de la noticia dada.
«No debes preocuparte demasiado. Debo haber estado un poco mal de salud».
El Emperador dijo como si no fuera nada. Por el aspecto de su tez y expresión, parecía que se trataba de un desmayo muy leve. Aun así, Cassius no se sintió aliviado.
“Aún te queda mucho trabajo por hacer”.
Esta era una petición de su camarada de no caer ahora. El Emperador entendió la intención afectuosa tras sus frías palabras y se echó a reír a carcajadas.
“¡Ja ja ja!”
«Quizás…»
Cuando Cassius estuvo cautelosamente a punto de decir algo. El Emperador habló primero.
«No te preocupes por eso. Porque ahora me siento realmente bien».
“… Bien.»
Cassius aflojó su rostro endurecido como si finalmente estuviera convencido.
«Ja ja ja. Te preocupas demasiado por mí». El emperador sonrió levemente y Cassius con firmeza respondió.
“La salud de Su Majestad es un asunto de todo el Imperio. Por favor, no lo tome a la ligera».
«Cuando dices cosas así, no suenas muy sincero».
Los ojos de Cassius se entrecerraron con impaciencia mientras él continuaba tomándolo como una broma.
Afortunadamente, la noticia de la enfermedad del Emperador pareció terminar con un suceso aislado por exceso de trabajo.
Fue solo después de que Cassius ya se había encontrado con él a solas que otros nobles se dieron cuenta de que el Emperador se había desmayado repentinamente.
Muchas personas que escucharon el hecho de que el Emperador había caído comenzaron a llegar una tras otra, pero para entonces la situación ya estaba zanjada.
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Roselia estaba muy nerviosa por lo que estaba pasando en el Palacio Imperial.
Todo iba tal como en la novela. El colapso del Emperador se atribuyó simplemente como algo de paso debido a la acumulación de fatiga.
Pero no era algo tan simple. El rostro de Roselia se ensombreció.
‘Recaerá de nuevo, y será pronto’.
Roselia estaba convencida. Mientras tanto, aunque muchas cosas progresaron de manera diferente a la novela, también hubo muchas otras que sucedieron de igual modo.
Y la muerte prematura del Emperador seguirá su curso tal como en la novela. La próxima vez que el Emperador quede inconsciente, morirá sin poder recuperarse tras pasar un tiempo en cama.
Y el Príncipe Heredero Lucas sucederá el trono, y el conflicto entre Lucas y Ain llegará a un clímax.
Roselia estaba nerviosa. ¿Hay alguna forma de salvarlo? Sin embargo, incluso en la novela, su muerte fue repentina y no se conoció el nombre exacto de su padecimiento.
¿Debería decirle al Emperador que se está quedando sin tiempo? O, ¿debo dejar que se afrente por sí mismo para el final?
Pero en ausencia de otros presagios, sus palabras parecerían más una maldición que un consejo.
‘Me ocuparé antes de tratar su enfermedad.’
No existía otra manera. Si el Emperador supera esto, la relación entre la familia Imperial y el Duque de Chade continuará tranquilamente. Era necesario mantener esta forma de convivencia entre el Duque de Chade y la familia Imperial para evitar la tragedia de ambos lados.
Roselia casi vivía recluida en la biblioteca. Entonces pensé en una posibilidad… ‘¿No podría curarse el Emperador con piedras mágicas?’
Ain estaba mirando el libro que Roselia estaba leyendo desde atrás.
«Mamá. ¿Estás interesada en las piedras mágicas? «
Se sorprendió por la pregunta de Ain. Pero ahora que lo pienso, el negocio de las piedras mágicas estaba en marcha. Estaba claro que él conocía bien sus propiedades y beneficios curativos.
“Ain. Quiero preguntarte algo.»
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