«Esposa».
Chester, que regresó justo a tiempo para la cena, corrió hacia Lizelle como si no la hubiera visto en un mes.
«Es tarde».
Tomó a la mujer en sus brazos y enterró su nariz en sus delgados hombros.
Él había estado deseando ver su cara todo el día, tanto que sintió que iba a morir.
«Buen trabajo».
Lizelle sonrió y se rio, acariciando la espalda del contrario con ambas manos, luego, rápidamente lo apartó.
(estaba pensando, tiene 33 años, tiene una niña, y la vida resuelta, un husbando guapote que mendiga envidia)
«Esposa…».
Los ojos rojos llenos de tristeza la miraron con cariño, pero la Duquesa sonrió con firmeza.
Cada vez que Chester regresaba la abrazaba y no la soltaba, como si se tratara de una reunión familiar después de no haberse visto en mucho tiempo.
Así que ella tuvo que apartarse primero.
«Chester, tenemos visita».
«Ah».
Desde el momento en llegó únicamente había visto a Lizelle, manteniendo su mirada en ella, y sólo entonces, después de sus palabras, notó la presencia de Elensia a su lado.
«Ha sido un largo tiempo».
«Hola, Duque».
Elensia sonrió y saludó cortésmente después de ver aquella “reunión familiar vergonzosa”.
Ver a Chaser Halos por primera vez después de tanto tiempo fue sorprendentemente, no había cambiado mucho desde su último recuerdo.
Si no lo hubiera sabido en primer lugar, nunca habría pensado que su padre y el hombre frente a ella tenían la misma edad, pues, a diferencia de Ellioth, que ya tenía arrugas, no había ni una sola en el rostro del Duque.
Su rostro, que originalmente era hermoso, se refinó y se volvió mucho mas gentil.
Sus ojos agudos lo hacían parecer más experimentado, y la atmósfera que emanaba en persona era pesada y profunda.
Anteriormente, había sentido que el espíritu del Duque era joven y vigoroso, pero ahora podía apreciar la tranquilidad de un adulto inteligente, maduro y genuino. Incluso el misterio se sentía en los ojos rojos.
Elensia estaba un poco avergonzada.
Cuanto más miraba a Chester, más imaginaba el futuro de Raphael.
No hacía falta decir que el joven actual lucía exactamente como el Duque hace 13 años. Así que no pudo evitar esperar con ansias a que Raphael se viera como él.
«Ha pasado mucho tiempo desde que nos vimos, por lo que era muy triste dejarla así. Así que decidimos cenar juntos».
«Buena idea».
Chester sonrió suavemente ante las palabras de su esposa, haciendo parecer que todo lo que decía estaba bien.
Entonces, la joven pensó para sí misma cuando vio a la pareja todavía mirándose a los ojos goteando miel que, si Lizelle quería, el Duque sería capaz de levantar una montaña o asumir el cargo de Emperador.
«¡Papá!»
De pronto, Juliet, que caminaba por el pasillo de la mano de Tia, vio a Chester y corrió rápido para llegar hacia él.
«Julie, no corras, te puedes caer».
«¡Papá! Jejeje».
El gran hombre agarró a su hija, que estaba corriendo, la levantó e inmediatamente le besó una mejilla.
La niña soltó una risita y rió, como si estuviera feliz de ver a su padre.
Al escuchar la brillante risa de la menor, que era la mejor melodía que podrías escuchar en la vida, los cinco se dirigieron juntos al comedor.
***
«Come mucho».
«Oh, sí gracias».
Ante la voz del Duque, Elensia respondió rápidamente, borrando su rostro desconcertado.
En el momento en que miró la mesa, perdió la cabeza sin darse cuenta.
Como si hubieran reunido todos los tipos de mariscos, la amplia mesa se llenó de comida.
«Dime si quieres algo diferente de comer, mandaré a preparar tanto como puedan».
«No, esto es suficiente. Se está desbordado».
La chica agitó la mano ante la sugerencia de Rapellion.
Había demasiada comida, así que solo mirarla hizo que su estómago se sintiera lleno.
«Tráeme de inmediato el plato principal. Elensia, seguro tienes hambre después de recorrer un largo camino, come mucho».
Lizelle, quien instruyó al chef y le sonrió brillantemente a la otra, la cual, levantando las comisuras de sus labios, devolvió el gesto diciendo.
«Gracias…».
Parecía que no había lugar para poner más comida en la mesa, pero ¿el plato principal aún no se había servido?
«Julie, ¿otra vez?»
«Ah…».
La niña, que estaba sacando las zanahorias de la ensalada hecha con pechuga de pollo tierna, se sorprendió por las palabras amenazantes de Raphael.
Juliet había tenido mucho cuidado, pero su hermano la había atrapado en el acto.
A diferencia de sus padres, su hermano mayor era muy estricto con las comidas desequilibradas, pero a partir de hoy, ella también tenía un arma secreta.
Era lo que su padre le había contado el día anterior.
«¡Eh! ¡Pero mi hermano mayor también odiaba las zanahorias!»
«Tú, ¿de dónde sacaste eso…?»
«Papá me lo contó».
Diciendo eso, sacó la lengua con descaro, se cruzó de brazos y volvió la cabeza.
«Ehem».
Chester, que recibió la mirada resentida de Raphael, tosió y miró al aire distante.
Anoche, antes de irse a la cama estaba hablando de algo divertido con Juliet y, luego, terminó hablando de lo quisquilloso que era el joven antes con la comida, a pesar de que le había pedido que lo mantuviera en secreto de la menor.
«Así es, ¿no es irrazonable pedirle a Julie que coma algo que tú mismo ni siquiera comías?»
«Tía…».
Cuando intervino Lizelle, el chico se rindió y bajó las esquinas de sus ojos.
Cuando su tía hablaba, realmente no podía decir nada más, porque era quien lo conocía mejor, hasta más que él mismo. Además, como ella lo decía, nunca podría objetar.
La Duquesa siempre decía lo que estaba bien, y tomaba la decisión correcta.
Del mismo modo, Raphael sabía que todo lo que le decía era porque lo amaba mucho y quería lo mejor para él.
«Soy un testigo viviente de lo quisquilloso que era con la comida».
El miró a Elensia, que estaba sentada a su lado, preguntándose si lo que estaba escuchando era verdad, pero la respuesta que obtuvo fue la victoria de Juliet.
Todos se unieron y se pusieron de su lado, y al final, Raphael no tuvo más remedio que levantar la bandera blanca.
«Haaa. Solo esta vez».
«¡Sí!»
«Tienes que comer equilibrado para estar saludable, no puedes volver a derrumbarte».
Con cara de preocupación, el joven colocó las costillas de cordero rociadas con hierbas en el plato de su hermana.
Era la comida favorita de Julie.
Y es que, fue debido a su constitución débil que él era tan estricto y muy cuidadoso con ella.
Juliet era enfermiza, no hubo mayores problemas de salud, pero siempre fue muy frágil desde su nacimiento.
El doctor dijo que, si no se cuidaba, su salud se deterioraría, por lo que Raphael la cuido con la mayor sinceridad.
Entonces, un día, cuando la salud de la niña mejoró.
Ella insistió en salir porque se sentía frustrada por estar confinada en la casa, por lo que Raphael la llevó afuera.
Cuidó a su hermana sin apartar los ojos ni por un momento, pero en el camino de regreso a la mansión, se derrumbó.
En ese momento, el chico sintió como si su corazón se detuviera.
Afortunadamente fue un golpe de calor leve, pero el recuerdo de ese día quedó intacto, como una enorme herida y dolor para él, porque no quería ver a esta pequeña y preciosa niña colapsar de nuevo sin poder hacer nada.
«… Está bien».
Juliet respondió con una cara hosca.
Odiaba comer zanahorias, pero aún más ver a su hermano llorar de nuevo por su culpa.
En ese momento, el chef sacó el carrito.
Un plato de bistec de ternera bien cocido fue colocado frente a cada uno de los presentes en la mesa.
La comida comenzó.
«¡A comer!»
La niñaa gritó con ojos brillantes mientras picoteaba el bistec desmenuzado con un tenedor y se lo llevaba a la boca.
«Jejeje».
Al mismo tiempo, la risa salió de su boca.
Todos continuaron comiendo mientras miraban a Julie masticar carne con una expresión feliz en su rostro.
Fue un momento de comida agradable con un sonido continuo de conversación amistosa.
***
«Elensia. Vuelve cuando quieras. Cuando quieras, no me importa».
«Gracias, Lizelle».
«Ve con cuidado, fue un placer verte hoy».
La Duquesa le dio a la joven un cálido abrazo.
«Ve con cuidado, hasta luego».
Chester, que estaba a su lado, también se despidió con una sonrisa muy rara que no le daría a nadie más.
«Sí, tendré cuidado».
Elensia se despidió de los dos y salió por la puerta con Raphael.
También quería despedirse de Juliet, pero la menor estaba cansada, así que se durmió poco después de la cena.
Como no quería despertarla, pospuso su saludo hasta la próxima vez que se vieran.
«No es necesario que me acompañes».
«Solo será hasta allí».
La joven miró a Raphael, que seguía siendo obstinado, y finalmente se rindió.
Solo tenía que subirse al carruaje y despedirse de los Duques, pero el chico salió con ella diciendo que la acompañaría hasta la puerta principal caminando.
Un carruaje los seguía lentamente detrás de ellos.
«Pronto te visitaré en el marquesado».
«A mis padres les gustará».
Elensia rió suavemente, pensando en la expresión de sorpresa que haría su padre cuando viera a Raphael, que se asemeja al Duque cuando era joven.
El no podía apartar los ojos de ella, que sonreía tan libremente como una hoja en un día de verano.
Bueno, era esa sonrisa, la que le había tomado 13 años en volver a ver y, cuando llegara este momento, se prometió que no la dejaría ir.
«Elensia».
«¿Sí?»
Ssintió que su costado estaba vacío, dejó de caminar y miró hacia atrás.
Los ojos rojos del otro, de pie unos pasos atrás bajo el oscuro cielo nocturno, ardían como fuegos artificiales, lo que la hizo tragar saliva seca sin darse cuenta.
Por alguna razón, esos ojos que la miraban fijamente se sentían como una cadena envuelta alrededor de su cuerpo.
«Nada».
Raphael, que la había estado mirando en silencio durante unos segundos, respondió con una sonrisa y se tragó las palabras que quería pronunciar.
Todavía no, aún no es el momento.
Sería su oportunidad cuando esos ojos azules, que siempre brillan como una estrella, lo miraran solo a él por completo.
Estaba seguro de que esperaría sin importar el tiempo que tomara, porque tenían mucho tiempo para pasarlo juntos.
Porque el comienzo de él y ella comenzaría ahora.
por cierto estos caps salieron el 14-16 de enero, espero no le de al autor por salir con un: oh es final de temporada del manhwa, hagamos mas, porque voy a flipar
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