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EUECEPM – Especial 6

8 febrero, 2022

No pudo encontrar nada parecido a Lizelle, que era tan cariñosa con la damita, en la sangre de Halos.

La niña tenía cabello negro intenso y ojos rojos al grado que, incluso desde la distancia, se podía reconocer que pertenecía al ducado.

Sin embargo, las mejillas que se veían blancas y suaves como malvavisco, el hermoso rostro con grandes ojos como cuentas de vidrio y los labios regordetes, se parecían a los de la Duquesa.

«Hola, soy Elensia Heneron».

La joven sonrió brillantemente mientras bajaba su postura hacia la niña y la saludaba.

Incluso si no era su intención, no pudo evitar sonreír ante la belleza de la niña.

«…¿Elensia?»

La menor se inclinó, escondiéndose detrás de su hermano, usándolo como escudo. Parecía estar familiarizada con ese nombre.

«Habla cómodamente, te agradecería que pensaras que soy tu hermana. Cierto, Duquesa, sé que es tarde, pero realmente la felicito».

«¿Por qué te refieres a mí de manera tan formal? Habla cómodamente como antes».

Le dijo Lizelle, mientras palmeaba los hombros de Elensia.

«…Regalo».

En ese momento, la niña sacó la mitad de su cuerpo por curiosidad y señaló con su dedo corto la caja que la mayor sostenía. Reconoció lo que era en un instante.

«Julie, ¿qué debes hacer primero?»

La regañó Raphael a la otra con una mirada severa.

«¡Ups!»

La niña salió por detrás y se paró frente a Elensia.

«Mi presentación se retrasó. Mi nombre es Juliet Halos».

La niña se inclinó ligeramente y dobló las rodillas, levantando ambos lados de su vestido azul con una cinta blanca y encaje.

El rostro de Raphael, que miraba desde atrás, transmitía satisfacción por el saludo impecable y la linda voz de la pequeña.

Elensia miró el rostro del chico y se rio por dentro. El niño, que nunca había tratado de alejarse de Lizelle, ahora era un adulto que se volvió un tonto por su hermana menor.

«Encantada de conocerte, Juliet. Quería entregarlo oficialmente, pero ya que lo has notado, sería mejor entregarlo de inmediato. Es un pequeño obsequio, aun así, espero que te guste».

La joven se inclinó para encontrarse con los ojos de la pequeña y le tendió la caja.

«¡Guau, gracias!»

Recibiendo el regalo con una sonrisa brillante, la niña era comparable a una hermosa flor.

«¡Oye!»

Luego, corrió hacia Raphael con un paso aparentemente volador y él la acurrucó en sus brazos familiarmente.

«El conejo favorito de Julie».

«¡Sí! ¡Vamos a abrirlo!»

Juliet sacudió los pies en el aire y sus ojos brillaron como una estrella, anticipando el regalo en su mano.

«¿Te gustan los conejos? Eso es un alivio».

Elensia pensó que era bueno haber trabajado duro para elegir el envoltorio, ya que había hecho tan feliz a la menor, se sintió orgullosa.

«Llevaré a Julie a su habitación y volveré. Elensia, adelante».

«Ah, bien».

En ese momento, Elensia casi detuvo a Raphael, quien se dio la vuelta con su hermana, fue porque quería ver a la otra alegre, con sus manos retorciéndose desempacando la caja de regalo.

Sin embargo, como era un extraño para ella, pensó que sería mejor que estuviera en un lugar y con una persona que la hiciera sentir cómoda.

«Sí, has estado parada allí por mucho tiempo. Venga».

Elensia dejó atrás su arrepentimiento y se dirigió al salón junto a la Duquesa, viendo a Raphael alejarse complacido.

«¿Qué será?»

Sentada en un mullido sofá con forma de conejo, Juliet sacudió la caja de regalo con una cara emocionada, pero no pudo oír nada.

«Si tienes curiosidad, puedes abrirlo».

Raphael dijo, sentado igualmente en un sofá en forma de conejo color marrón.

Parecía que estaba sobre un pequeño sillón individual hecho para niños, sin embargo, no había señales de incomodidad porque él ya estaba acostumbrado.

Pese a ellos, las esbeltas patas del asiento que lo soportaban parecían que no.

Debería sentir lástima por el sofá.

«¡Sí!»

La niña comenzó a desenvolver el envoltorio con emoción, asintiendo varias veces.

El obsequio, cubierto con un patrón de puntos y un conejo en el centro, fue muy bien con la habitación de Juliet, porque estaba llena de accesorios de este mismo animal hasta el punto en que podrías sentirte mareado.

El gabinete, lo suficientemente amplio como para llenar un lado de la pared, estaba lleno de lindos accesorios de conejo. Además, había sofás, mesas con pinturas y muñecos de conejos llenando la cama.

Los pequeños seres dibujados en varios muebles o colocados en muñecas también se adaptaron en varias formas y colores. Conejo blanco y conejo marrón, conejo negro y conejo gris, incluso un conejo manchado.

Entre ellos, los conejos blancos con ojos azules representan la mayor parte de la habitación, debido a que eran los favoritos de Juliet.

Lizelle, Chester y Raphael se convencieron de que le gustaban los conejos blancos entre los muchos existentes.

Originalmente, los humanos estaban obligados a ver y admirar lo que no tenían, así que era natural en cierto modo que, a Juliet, que tiene el pelo negro y los ojos rojos, le gustara el blanco y el azul en contraste.

Si es negro y rojo, está por toda la casa.

«¡Guau! ¡Hermano, esto!»

Juliet, que quitó con cuidado el envoltorio con sus manos, alzó la voz hacia su hermano frente a ella.

La caja del tamaño del puño de un hombre adulto era blanca.

«¡Blanco como la nieve!»

El rostro encantado de la menor se sonrojó.

Las expectativas para el regalo se amplificaban cada vez más en su mente.

¿Una caja blanca después de una envoltura de conejo? Eran todas las cosas que le gustaban.

«¡Ábrelo!»

La niña, que luchaba por abrir la cinta en el medio de la caja, finalmente se la tendió a Raphael.

«¡No puedes abrirlo, lo haré yo! ¡Solo desátalo!»

«Está bien, está bien. Lo tengo».

Debido a Juliet, que constantemente movía sus pequeños labios como un pájaro y lanzaba amenazas, Raphael sonrió y abrió la cinta. Tan pronto como retiró toda, la contraria le arrebató la caja inmediatamente y miró dentro.

«…¡Guau!»

Cuando vio el interior, se asombró y emitió una voz emocional. El joven de ojos negros también se sorprendió.

El presente fue una linda y colorida caja de música que le gustaría a una pequeña de 5 años.

Desde el papel hasta el contenedor, e incluso el regalo preparado por Elensia se ajustaba al gusto de Juliet al 100%.

«Julie, dale la vuelta al sol».

La niña, que miraba fijamente el obsequio como si estuviera poseída, siguió las palabras de Raphael y miró el pequeño sol que sobresalía al lado, girándolo. Entonces, con una hermosa melodía, la magdalena en la que se subieron el conejo y el zorro dio vueltas y vueltas.

Las coloridas magdalenas estaban incrustados con gemas grandes y pequeñas, y la luz del sol brillaba como estrellas a través de las ventanas.

A los niños les gustaban las cosas deslumbrantes y coloridas, ya que era suficiente para llamar su atención y, además, es misterioso.

«Tan bonito…».

Juliet abrazó la caja de música para demostrar cuánto le gustaba.

Siempre que su hermano o sus padres le daban cosas con forma de conejo estaba muy feliz, pero este regalo en particular le gustó de inmediato.

«¡Ella me gusta!»

«¿Porque te dio un regalo?»

La niña sacudió la cabeza a toda prisa, defendiéndose.

«¡No, no es eso! ¡Parece una señorita conejo!»

El contrario abrió los ojos y miró a su hermana, desconcertado.

Claro, era cierto que Elensia era buena porque le dio el regalo que tanto le gustaba, pero más bien le agradaba porque se parecía a un conejo.

«Lo sé, se parece al conejo favorito de Julie».

Raphael, que pensó en el rostro de la chica, lo aceptó gentilmente.

Tenía ojos azules como el mar y cabello plateado brillante. En particular, su cabello era tan hermoso y elegante como una mezcla de dos cucharadas de sutil polvo plateado y magnolia blanca pura.

Juliet, a quien le gustan los conejos blancos con ojos azules, merecía amarla.

«Por favor, llámala “hermana Elensia” como agradecimiento más tarde. Entonces ella estará muy feliz».

Cuando escuchó la risa de su hermana, que parecía alegre, el joven se rio por dentro, imaginando de antemano la expresión facial de su amiga.

Seguro sería más feliz que nunca al saber que se había convertido en una hermana mayor, ya que había sonreído todo el tiempo que miró a Juliet, pues con solo mirarla, pudo ver lo linda que era.

En realidad, era natural, todos lo hacían cuando veían a la niña.

Después de todo, nunca ha habido una criatura tan pequeña y encantadora en el mundo.

Es hija de su tía y tío, solo por esa razón, la amaba y la cuidaba ciegamente, pero eso no era todo.

La niña se parecía a su tía, y tenía un cariño y una calidez amistosa que se asemejaba a su tío, siempre lo suficiente para desarmarlo.

Raphael recordaba claramente cuando nació Juliet y la resolución que hizo entonces.

La recién nacida, incapaz de abrir los ojos, movió los brazos y las piernas en un paño de algodón blanco, mordiéndose los pequeños labios. Fue increíble que ese pequeño cuerpo pudiera respirar y moverse.

Después de mirarla fijamente durante mucho tiempo, estiró la mano lentamente.

No obstante…

¿Esos cinco pequeños dedos se desmoronarían si los sostengo, incluso si se trata de mi dedo índice…?

En ese momento, Raphael sintió que su corazón latía con un escalofrío.

Fue una gran emoción más allá de lo normal y que no se podía expresar con ninguna palabra.

Ese día juró que haría cualquier cosa por esa niña.

Haré lo que sea para proteger esta felicidad y que ella pueda crecer felizmente sin ninguna preocupación.

Nunca le dejaría conocer el mismo dolor que él sufrió.

«Elensia…».

Juliet se perdió en sus pensamientos luego de que el nombre saliera de la boca de su hermano, el cual no le había sido desconocido desde el momento en el que lo escuchó por primera vez.

Se sintió como si lo hubiera oído en alguna parte…

«Oh…».

«¿Julie?»

«Oh, hermano…».

Las lágrimas estallaron en un instante alrededor de los relucientes ojos de la niña.


después de mi lindo discurso de despedida, resulto que el 16 el autor saco otros 6 capítulos, gracias por hacermelo saber, sino quedabamos incompletos, hay van, por cierto ya esta el nombre como Lizelle en todo

 

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