Sus dos mujeres más queridas (1)
Fabián se detuvo abruptamente al pasar por el largo pasillo que conducía al Palacio Interior. La luz del sol brillaba intensamente a través del pasillo.
“Su Majestad, lo que necesite…»
Serus, que estaba mirando la cara contemplativa de Fabián, preguntó con cuidado.
Los ojos negros de Fabián miraban la pintura de la pared del pasillo.
Fueron los retratos de la familia los que empezaron a llenar las paredes originalmente blancas, uno por uno. Desde la infancia de Adrián y el primer retrato de los tres juntos, hasta el bautizo de Ariadne y luego toda su familia.
«No sabía que el tiempo pudiera pasar tan rápido».
«¿Sí? La hora estándar del Imperio siempre se establece…»
La ignorante respuesta de Serus ni siquiera llegó a los oídos de Fabián. Su mirada se detuvo en el retrato de Evelyn sosteniendo a Ariadna, que aún era una bebé. Eran sus dos mujeres más queridas en el mundo.
«Es una pena que no se pueda plasmar toda su belleza en una imagen».
A partir de esas palabras, pudo ver las dificultades de los pintores de la Corte. Después del nacimiento de Ariadna, Fabián descubrió un nuevo horizonte en su vida. La mano de una bebé que era demasiado pequeña, la nariz que ya se parecía a la de Evelyn y los labios balbuceando le robaron el corazón de inmediato.
‘Papá…’
Cuando s hijita lo llamó por primera vez, estaba tan feliz que sintió que podía regalar su país entero. Era prueba suficiente de que también era un padre corriente y un ser humano. Gracias a esto, la joven Princesa tuvo la infancia más lujosa del imperio.
«… ¡Papá!»
Esta vez no fue una alucinación. Fabián desvió la mirada de la pintura al oír su encantadora voz ronroneante.
«Baja»
Fabián dobló las rodillas con facilidad y abrió los brazos hacia la niña.
Como si el gesto le resultara muy familiar, corrió y saltó a sus brazos. Evelyn, que la siguió de cerca, sonrió como si no tuviera más remedio que aceptarlo.
“¿Por qué estás parado aquí? Ari estaba esperando…»
Ariadna miró a Fabián con ojos resentidos. Simplemente este gesto derretía su corazón. Fabián se acercó a Evelyn, sosteniendo a la niña en un brazo, con la otra tomó suavemente su mano.
“Me detuve por un momento, miraba las fotos de cuando eras joven…»
«¡Pero Ari está aquí!»
Incluso sus labios carnosos eran lindos. ¿Evelyn era así de maravillosa cuando era joven? Pensé que me sentiría similar a cuando conocí a Adrián, pero todo fue una experiencia completamente diferente. Increíblemente, el amor seguía duplicándose o triplicándose.
«Pensé que ya habías robado todo mi corazón».
«¿Pensar? ¿Quién te robó?”
Cuando sus ojos azules que se parecían a los Evelyn se abrieron asombrados, Fabian sonrió.
«Eso… Es un secreto.”
Los ojos de ambas mujeres se encontraron.
«No la debes mimar».
Cuando Evelyn dijo una palabra hiriente, Fabián puso una expresión de vergüenza.
“Necesita saber esperar, pero Su Majestad siempre le acepta todo, así que siempre insiste en venir al pasillo a buscarte, como ahora”.
Según la ley original, solo el Emperador y la Emperatriz podían pasar por este corredor. En general, no hubo otros registros de uso por parte del Emperador excepto cuando fue al Palacio Interior. Después de todo, Fabián fue el primero en colgar un cuadro en esta pared.
«Todavía está bien que lo haga».
«… Fabián, ¿No te parece que has estado diciendo lo mismo durante años?»
Fue la primera vez que sus dos mujeres tuvieron opiniones diferentes sobre él.
«… ¿Y Adrián?»
Fabián se dio la vuelta, sostuvo con fuerza la mano de Evelyn y caminó hacia el Interior del Palacio. Ariadna, aun en sus brazos, retorcía y acariciaba el cabello oscuro de su padre con sus dedos.
Incluso Fabián tenía una expresión casual, como si estuviera familiarizado con estos juegos de ella.
“Sir Liam ha venido y están practicando el manejo de la espada. No imagino lo emocionado que debe estar».
«¿Por qué volvió el Duque de Akshire a la Familia Imperial?»
“A sido un tiempo, Rebecca que estaba ocupada con el día de la fiesta no lo había contactado…»
“Ah… Ya veo.”
Fabián se tranquilizó de inmediato cuando apareció el nombre de su hermana Rebecca.
“Serus, ve a buscar a Adrián. Tráelo para la hora de la cena».
No fue fácil lidiar con Adrián, quien se había vuelto asertivo y elocuente con sus respuestas rápidas.
«Si»
Serus asintió de mala gana y retrocedió.
«Ari, ¿No habíamos dicho que para convertirte en una dama debes mantener las manos en calma?»
Evelyn dijo mientras veía a la niña despeinar el cabello de Fabián, pero él no daba señales de querer detenerla.
“Por mí está bien…»
«No. Ya es lo suficientemente mayor para conocer la etiqueta Imperial».
Evelyn dijo con firmeza.
«Y déjala caminar sola».
Ariadna frunció los labios y abrazó con firmeza el cuello de Fabián.
Era una tontería molestarse por querer ir en su abrazo. Fabián tampoco quería bajar a la niña, por lo que tenía una expresión sombría en su rostro.
«Vamos.»
Pero Evelyn era más fuerte que los dos combinados. Fabián baja a regañadientes a la niña, y Ariadna negocia para pararse en el medio de los dos sosteniendolos con sus manos.
“Papá, ¿cómo te fue hoy? ¡Ari y mamá estaban haciendo dibujos!»
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