Lentamente levanté la cabeza hacia la familiar voz. El rubio se paró fríamente frente a mi nariz.
«… Su alteza.»
Le dije que no viniera, pero me eché a reír al ver al hombre que vino a mi ceremonia de mayoría de edad. Parecía impotente para mí hacer algo con Callisto, que apareció con confianza con una capa roja.
«Saludo al Pequeño Sol del Imperio.»
Incliné ligeramente la cabeza, ya que el Príncipe Heredero no respondió a mi saludo. Después de mucho tiempo finalmente abrió la boca.
«… Levanta tu cabeza.»
Ante ese comentario miré hacia arriba y lo enfrenté.
«Te dije que no fingieras que me conocías, pero estás fingiendo de nuevo.»
«Es bonito.»
Su incorrecta respuesta fue causada por mi actitud apresurada, por lo que entendí sus palabras un poco más tarde. El vestido que me lo había puesto pensando en que no vendría, pero ahora me daba vergüenza que la persona que me lo dio apareciera aquí. Por ello no pude hacer contacto visual con él y me quedé sin saber qué hacer, pero el Príncipe Heredero pronunció las siguientes palabras sin dudarlo.
«Es más bonito de lo que me imaginaba.»
Me miró con un rostro inexpresivo y sin rodeos dijo:
«Quería ser el único en admirarte… pero mirando alrededor, parece que todos los chicos te están observando.»
Me sorprendió escuchar al Príncipe Heredero decir esas cosas y, como nunca había escuchado un cumplido tan extraño, una vez más me eché a reír. Con calma, decidí aceptar sus regalos y sus elogios.
«No sé qué hacer con tanta adulación.»
«No estoy bromeando, Princesa.»
Inclinó la cabeza ligeramente hacia mí y susurró en voz baja.
«Apenas logro concentrarme en lo que quería hacer porque solo quiero arrancar los ojos a esos bastardos…»
Fruncí el ceño ante la brutal broma.
«Sigue aguantando hasta el final de la ceremonia.»
«¿Es eso lo que va a decir la protagonista de hoy?»
«O llévalos a un lugar donde yo no esté.»
Solo entonces Callisto relajó su expresión, que era ferozmente rígida, y luego suspiró y sonrió.
«… Está bien, porque odias la crueldad.»
Mientras asentía con la cabeza preguntó de repente:
«¿Tienes mi regalo?»
«Sí, hay tantos regalos que no sé si voy a poder usarlos todos… De todos modos, gracias, su… Alteza.»
«No se sienta demasiado presionada porque los elegí especialmente para usted.»
Cuando el mayordomo entregó el mensaje hace unos días, pensé que era solo una exageración, pero ahora realmente lo dijo él mismo. Me quedé estupefacta ante su mirada arrogante y abrí la boca.
«Siempre que vienes al ducado, ¿vienes porque es una guerra de conquista?»
«¿Qué? ¿Hay algún lugar al que quieras ir? Solo dilo. No sabía que eras tan beligerante.»
«No nada.»
Callisto se rio brevemente de nuevo ante mi respuesta, pero entonces su mirada se posó en la parte inferior de mi pecho.
«Pero, ¿no era ese el que utilizaste en Soleil?»
«¿Sí? Qué… ?»
Siguiendo su mirada, bajé la cabeza y encontré el antiguo collar mágico el cual me acababa de preocupar.
«Ah»
«Es extraño.»
En otras palabras, el Príncipe Heredero comentó que no combinaba con el vestido.
«¿Qué es lo que te gusta tanto? ¿Cómo te atreves a poner, al Príncipe Heredero del Imperio, en una situación tan humillante? ¡Mierda!»
Añadió con voz desagradable. Comprendí completamente su disgusto y le respondí gentilmente.
«Es un regalo de Vinzo.» (se que le puse otro nombre, pero me da mil de flojera regresar a buscar que cap era y ver que le puse)
«¿Vinzo? ¿Quién es ese?»
«Conoces al mago de otro país que me ayudó. Usando una máscara.»
«Oh, el de los pies descalzos con el espíritu maligno.» (XD)
No sé si lo olvidó deliberadamente, pero el Príncipe Heredero exclamó eso brevemente. Todo lo que podía recordar era el espíritu maligno y los pies descalzos, eso me hizo sentir un poco de pena por el espíritu maligno que estaba descalzo detrás de mí, por lo que me reí torpemente.
«¿Qué es?»
Preguntó de repente el Príncipe Heredero con los ojos ligeramente abiertos.
«Se supone que este collar protege la vida del usuario.»
«¿Cómo?»
«Si hay un peligro alrededor, el color de la gema en el medio cambia… creo que es como un amuleto en ese país.»
Para ser exactos, fue para detectar un cambio en la naturaleza causado por toxicidad o magia, pero me limité a decirle eso con brusquedad.
«Me diste un regalo similar.»
Solo entonces el Príncipe Heredero dejó de preguntar persistente y sarcásticamente como si no estuviera convencido. Tenía curiosidad por saber cuál era ese ‘regalo similar’, pero no cuestioné nada y me quité el collar apresuradamente.
«Solo úsalo.»
Pero, en el momento en que atrapé la cadena de plata, Callisto me detuvo.
«¿Por qué?»
«En un día como este, todo tipo de tipos deben haber entrado. ¿Cómo sabes lo que va a pasar?»
«Dijiste que es un regalo como el tuyo.»
«Pero aún puedes confiar en sus habilidades mágicas.»
Callisto se encogió de hombros y respondió alegremente. Me sentí avergonzada de mi apresurado intento de intentar quitármelo. y mientras la mano que sostenía la cadena de plata fue bajando suavemente hubo un breve silencio entre nosotros. De hecho, lo sentí desde el principio. Como yo, él se estaba esforzando tanto como podía por no discutir hoy. Fue sorprendente que nosotros, que rompimos hace dos días como si nunca nos volviéramos a ver, tuviéramos una conversación tan informal.
«… Eso es suficiente.»
Ya me lo imaginaba, porque no creo que pueda dejar nada atrás.
«… Su alteza.»
Miré a mi alrededor y abrí la boca en silencio.
«… La gente nos está mirando.»
Ya era demasiado tarde para ir a saludar a la nobleza que vino a mi ceremonia, por lo que hace un rato que las miradas debían estar puestas en nosotros.
«No más…»
«… Eso es raro.»
Tan pronto como estaba a punto de sacarlo a colación para terminar la conversación, Callisto me interrumpió abruptamente.
«Claramente, hasta ayer, me estabas volviendo loco porque eras mala y repugnante conmigo, por lo que hasta esta mañana aún seguía pensado si venir o no.»
Para su vergüenza, Callisto se rio de sí mismo, ya que se había puesto en una posición extraña.
«Pero en el momento en que te vi hoy, la luz iluminó tu cabello, haciendo imposible poder apartar los ojos de él.»
Murmuró algo en voz baja para sí mismo, con los ojos bajos y sin hacer contacto visual conmigo.
«Pensé que obviamente se debía a la luz del sol… Aún a la distancia, princesa, estoy cegado.»
De repente frunció el ceño y me miró, acercándose lentamente a mí. Las yemas de los dedos del hombre tocaron mi cabeza, acariciaron mi cabello y tocaron los mechones cerca de mis orejas.
«… Extraño. ¿Pusiste algo de magia luminosa?»
Inclinó la cabeza como si realmente no supiera qué estaba pasando, por ello, lo miré fijamente mientras él acariciaba mi cabeza con sus ojos temblorosos. El Príncipe Heredero me estaba mostrando la misma impresión que yo siempre había sentido por su cabello dorado. Las flores en mi cabeza, la tiara o los aretes, había suficiente luz para que reflejaran y así encajar en su descripción. Sin embargo, me estaba sintiendo extraña, mi corazón latía con tanta fuerza… No, no puedo soportarlo sin ponerme a temblar.
<SISTEMA>
¿Le gustaría comprobar la preferencia de [Calisto]? [4 millones de oro / Reputación 200]
‘Porque es la última vez’.
Elegí [4 millones de oro] con tanta racionalización y con manos temblorosas.
<SISTEMA>
Gasta [4 millones de oro] y comprueba la preferencia de [Calisto]. (Los fondos restantes: 999,999,999+)
[Interés del 89%]
Solo entonces pude exhalar lentamente, mirando las cifras brillantes por encima de la barra del indicador de interés roja. El vacío y la decepción que sentí la última vez me parecieron una ilusión. El hecho de que todavía no me admirara por completo, me hacía sentir realmente aliviada.
«… No es gran cosa, su alteza, probablemente sea por los diamantes.»
Me las arreglé para abrir los labios y reír, tratando desesperadamente de no llorar.
«Creo que el diamante que me diste es muy valioso, alteza.»
«¿De verdad?»
«Sí.»
«… Ya veo.»
Callisto asintió y silenciosamente apartó su mano de mi cabello.
«Si es así, entonces que así sea.»
Su mano que se estaba alejando, se sintió como si este momento fuera para siempre. El momento en el cual nuestros ojos se encontraron.
«Su Alteza Real, el Príncipe Heredero.»
De repente la voz de alguien se interpuso entre nosotros. Al volver la cabeza, vi que el Duque y Rennald, los cuales habían ido a recoger a su padre, se acercaban.
«Saludo al Pequeño Sol del Imperio.»
El tiempo, que parecía haberse detenido, pasó rápidamente de un soplo.
«Levanta tu cabeza.»
El Príncipe Heredero dio una orden clara. Y cuando los miró inexpresivamente, puso su rostro rígido y sonrió con esa fiera sonrisa de cortesía.
«Oh, mucho tiempo sin verte, Duque.»
«Es un honor infinito para nosotros que pueda asistir a nuestra fiesta en medio de sus negocios.»
«Eres el embajador, vas a ser una gran ayuda para mí en el futuro, por supuesto que debería venir.»
Dijo el Príncipe Heredero levantando la barbilla con orgullo. Las cejas del Duque se movieron una vez.
«Me gustaría agradecerle más, pero lamento decir que tenemos que comenzar la ceremonia ahora, su alteza.»
«Oh, de hecho sí, la ceremonia de la única la Princesa no puede retrasarse.»
El Príncipe Heredero pronto volvió la cabeza hacia mí y me felicitó casualmente.
«Feliz cumpleaños Princesa.»
«Gracias.»
Respondí con la mirada baja. Pronto se dio la vuelta y dio un paso hacia su asiento designado. No miré su capa roja voladora alejarse, por lo que cuando volví a mirar hacia arriba él ya estaba sentado en una mesa preparada para innumerables nobles.
«Ahora comencemos la ceremonia.»
Y con la voz severa del Duque finalmente dio inicio mi ceremonia de mayoría de edad.
_______
¿pero que es esto? ¿un tercer cap el dia de hoy?? oh si oh si ¿es el ultimo del dia?? oh no oh no… si hay mas pero calmados, me gusta comer y debo vaciar mi laptop, necesito actualizarla con urgencia; pero en 10 min hay otro, digan gracias a Miri, los amo, bye