La carta de Evelyn(1)
El Consejo Imperial estaba ocupado dando la bienvenida al Emperador que había regresado.
Los rumores se extendieron como si tuvieran pies propios y las damas tuvieron la precaución de retirarse de las reuniones privadas. Parecía que la destreza de la Marquesa Satín, el principal pilar del mundo social, tenía una gran influencia.
«No es hora de aumentar la tasa de impuestos en los límites del territorio.»
«Su Majestad. También son gente del Imperio, y deben pagar impuestos.»
«Si subo la tasa de impuestos ahora mismo, ¿se quedarán como mi pueblo? Al menos debes darles tiempo para que se establezcan.»
Fabián disparó culminando y apuntó con el dedo al Ministro de Finanzas. Indicándole que tenía que ocuparse del siguiente asunto.
«Su Majestad, con respecto al dinero de la compensación en el Ministerio…»
La expresión de Fabián no era muy buena cuando le mencionaron ese tema. Con ‘cuota’ se refería a los gastos utilizados por la Familia Imperial, y el principal problema era su madre. La enorme cantidad de dinero que se gastó parq mantener el Palacio del Sur, la residencia de la Emperatriz Dowager.
El Ministro le había aconsejado varias veces, pero Fabián era tan terco que no mostraba ninguna señal de solución a los dos problemas.
«Resuelve el caso del Palacio del Sur por ti mismo.»
Como si se hubiera acostumbrado, el Ministro se retiró educadamente. Fabián despreció la declaración incluso hoy. Por suerte o por desgracia, como Emperador, no disfrutaba de lujos, así que el tesoro del Estado se mantuvo estable a pesar de la fuga de dinero.
«Su Majestad, voy a hablar con usted sobre los temas que se han planteado en el Congreso.»
«Ya lo he confirmado con los documentos.»
Fabián odiaba perder el tiempo. Como resultado, los asuntos públicos se manejaban de forma concisa y rápida. No era algo muy agradable para los nobles porque todo se hacía según la voluntad de Fabián, y él era una persona dogmática que no quería escuchar las opiniones de los demás.
«Excepto los artículos previamente aprobados por mí, no todos están permitidos. Además, no les permitiré publicar peticiones repetidas.»
«…Sí, Su Majestad.»
Fabián, que ascendió al trono a los 16 años, siempre luchó por construir su propio poder Imperial.
Aunque de hecho, el poder Imperial era lo suficientemente poderoso desde el reinado de su padre, Fabián quería más poder que eso.
Era para cerrar la boca de la nobleza y llevar a cabo una política eficiente como lo era ahora.
«Revisaré los documentos mañana», dijo. En realidad, todavía había muchos Ministros esperando su turno para presentar un informe, pero nadie se atrevió a protestar.
Recientemente, Fabián terminó sus deberes oficiales antes de lo habitual y desapareció en algún lugar. De hecho, no había hecho nada en particular. Y muchos nobles se habían preguntado qué hacía el Emperador, al que se le conocía por no gustarle perder el tiempo.
«Ah, Su Majestad, hemos recibido una carta oficial del Reino de Felice.»
«¿Qué?» Él, que estaba a punto de irse, paró de repente sus pies. «Se supone que deberías reportarlo primero.»
El Ministro de Finanzas inclinó la cabeza y le dio una carta escrita a mano con el sello del Reino de Felice. Entonces, Fabián la tomó y salió de la habitación.
«Serus», llamó su nombre en voz baja, acelerando los pasos.
«Sí, hoy no te seguiré», dijo Serus con calma y resignación. «Bueno, si me concedes el permiso, me gustaría conocer al espía que envié al Vaticano.»
«¿Ya ha vuelto?» preguntó Fabián.
«Sí, esta mañana.»
Asintió con la cabeza para que se fuera. En ciertos casos, estos dos hombres tomaban caminos separados.
* * *
La parada de Fabián en el descanso de la tarde no fue otro que el Salón de la Emperatriz, ahora sin dueña. Después de separarse de la Duquesa Perth, él venía aquí cada vez para relajar su corazón cuando estaba disgustado.
El Salón de la Emperatriz era el lugar más tranquilo y relajante del Palacio Imperial para él.
«Vaya, es un sello obvio».
La carta fue estampada con el sello del oficial del Reino. Tal vez fue la disculpa del Rey Felice por el desagradable incidente que ocurrió en el banquete hace un tiempo.
Fabián se apoyó en el sofá junto a la ventana, donde ella había mirado una vez al jardín y abrió la carta rasgando el sello. Una letra familiar y elegante le llamó la atención de inmediato.
«… E-Evelyn…?»
Al principio estaba contento con la escritura, pero en cuanto leyó línea por línea, sus cejas se fruncieron profundamente poco a poco.
«¿Eh?»
Dudó de sus ojos por un momento, pero estaba seguro que esa era la escritura única de Evelyn, lo que atrajo y mantuvo centrada su atención.
Además, al final de la carta, ella puso su firma con confianza. Y la carta se concluyó oficialmente escribiendo su papel como Ministra de Finanzas del Reino de Felice.
«Por qué…»
Ningún otro Reino había recibido nunca una carta tan vergonzosa. Nadie se atrevió en la historia a enviar cartas amenazantes al Emperador Imperial y menos sobre un asunto tan trivial como un Acuerdo Comercial.
Sí, él no tendría que salir a otro lugar si no fuera por el hecho de tratarse de su ex-esposa.
¿»Finanzas»? ¿La Princesa es el Ministro de Finanzas?» Fabián frunció el ceño y escupió una tonta pregunta a sí mismo. No sabía qué tipo de términos se podían usar para describir el contenido de esta carta: Insolente, vulgar, o simplemente demasiado absurda.
Ahora estaba completamente seguro, la actual Evelyn no era la Emperatriz que él había conocido.
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Jajajaja él todo bello e ilusionado~ y ella le escribió fue para buscar pelea xD tremendo bajón
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