EEMDDP – 43

Capítulo 43: “Jiang Se, ¿lo recuerdas?”

 

Cuando él dijo eso, Jiang Se recordó el aliento caliente que sintió cuando él introdujo su lengua en su boca anoche.

Ella casi no podía respirar porque él le había succionado la punta de su lengua hasta dolerle.

“Te lo buscaste tú mismo.” – Dijo ella.

“¿Te estoy culpando?” – Lu Huaiyan rió suavemente. – “Te enfadas por una simple frase. Cuando volvamos, que tal si me das otro mordisco, ¿qué te parece?”

Cuando más se aleja, más absurdo se vuelve. Ella no era una caníbal. ¿Por qué lo mordería sin motivo?

Jiang Se cerró el libro sobre la mesa y dijo con indiferencia: “¿No ibas a la bodega a buscar vino? Ve a ocuparte de lo que tengas que hacer, yo me voy a dormir.”

Lu Huaiyan la llamó solo para desearle buenas noches, al oír eso, sonrió y dijo: “Duérmase, joven señorita.”

El cielo de Londres estaba sombrío y ventoso y unas cuantas copos de nieve cayeron del árbol de espino.

Lu Huaiyan salió lentamente de debajo del árbol y, con el rabillo del ojo, vio a Guan Jiayi, que lo observaba de vez en cuando, recordó algo y dijo: “Quien me acaba de hablar es la hermana de Guan Shaoting, esta noche cenaré en casa de su abuela y ambos hermanos están aquí. Dejaré que Guan Shaoting la acompañe a buscar la botella de vino más tarde.”

Jiang Se estaba a punto de colgar el teléfono, pero al escuchar decir esas dos palabras, no pudo evitar detenerse involuntariamente.

En realidad, ella no estaba preparada para preguntarle sobre sus asuntos.

Quién estaba hablando con él y qué iba a hacer con esa persona, no tenía intención de preguntarlo.

Cuando oyó a Lu Huaiyan decir que la dueña de esa voz en aquel momento era Guan Jiayi, inmediatamente imaginó un rostro radiante y encantador.

Hace dos años, en el banquete celebrado con motivo del nacimiento del abuelo Lu, también acudieron los miembros de la familia Guan.

En esa ocasión, Jiang Se y Guan Jiayi se encontraron e intercambiaron algunas palabras, en ese momento, la joven de la familia Guan preguntaba dónde estaban los mejores teatros de Beicheng y Jiang Se casualmente lo conocía, así que le indicó dos.

Pensándolo bien, empezó a entender vagamente por qué Guan Jiayi quería ver la Ópera de Pekín en ese momento.

Jiang Se levantó la mano para apagar la lámpara del escritorio, dijo un “hmm” y luego “buenas noches” y colgó.

Lu Huaiyan guardó el teléfono en el bolsillo, abrió la puerta de cristal que comunicaba la sala con el pequeño jardín y regresó al interior.

En cuanto entró, Guan Jiayi se acercó.

Ella sonreía y cuando estaba a punto de hablar, Lu Huaiyan se adelantó.

Miró a Guan Shaoting, sentado en el sofá, y le dijo: “Shaoting, acompaña a ‘Mia’ a la bodega a buscar vino, yo iré a la cocina a buscar a Linda y aprovecharé para aprender a preparar tartare de salmón ahumado con ella.”

Mia era el nombre inglés de Guan Jiayi, y siempre la había llamado así.

El tartare de salmón ahumado fue el único aperitivo que Lu Huaiyan pidió cuando Linda le preguntó qué quería comer.

Guan Jiayi miró la figura de él alejándose mientras caminaba hacia la cocina, y por alguna razón recordó la escena de su primer encuentro con Lu Huaiyan.

Ese año solo tenía trece años y debido a su fuerte aversión por los estudios, se había quedado en Hongcheng hasta el último día antes de ir a estudiar a Inglaterra.

Lo recordaba con mucha claridad, el 16 de agosto era justo el día antes del inicio del curso escolar.

Todo el parque Richmond estaba cubierto de hojas doradas caídas y al empujar la puerta del patio trasero de la casa de su abuela, vio al joven de pie bajo el árbol de espino.

No le pareció apropiado llamarlo niño, tenía un temperamento muy reservado, una calma que solo poseen los hombres.

Debía de haber llegado recientemente del club de polo cercano, porque todavía vestía pantalones de montar blancos y botas marrones de cuero, con una mano sostenía una gorra de polo y la otra también estaba levantada sosteniendo un teléfono móvil para hacer una llamada.

El cabello húmedo de sudor caía sobre sus cejas y su perfil lateral era muy marcado.

Un pensamiento surgió repentinamente en la mente de Guan Jiayi: Esta persona debe ser el ‘Ah’Yan’ que su segundo hermano y su abuela siempre mencionaban cada vez que volvían a Hongcheng.

Había oído ese nombre durante cinco años, y esa tarde, cuando ese rostro coincidió con ese nombre, algo golpeó su corazón profundamente.

Cuando ella entró desde el patio trasero, debería haber terminado de hablar por teléfono.

Sin embargo, mantuvo el teléfono pegado a la oreja y no lo soltó durante un buen rato.

Guan Jiayi recordó con naturalidad una frase que su abuela le dijo una vez a su segundo hermano: <“Se puede conocer el corazón de una persona por cómo toca el piano, Ah’Yan es una persona muy solitaria.”>

Quizás fue por esa frase, o quizás por su comportamiento de agachar la cabeza para mirar el teléfono que había colgado.

Guan Jiayi siempre sintió que Lu Huaiyan se sentía solitario en ese momento.

Pero cuando sus ojos se posaron en ella, no encontró ninguna sensación de soledad, solo había una leve indiferencia en sus ojos oscuros.

No supo de dónde le vino el coraje, pero Guan Jiayi se atrevió a hablarle en un mandarín deficiente.

Él evidentemente, escuchó con mucha atención, pero le costaba mucho entenderla y no tuvo paciencia, después de diez segundos, la interrumpió en inglés y le dijo con ligereza: <“Puedes hablarme en inglés.”>

Fue en ese momento que ella decidió hablar mandarín con fluidez.

Y ahora, por fin podía hablarle en mandarín con fluidez.

Pronto, las voces de Lu Huaiyan y Linda se oyeron en la cocina.

Guan Jiayi apartó la mirada, giró la cabeza y miró a Guan Shaoting en el sofá con resentimiento.

Guan Shaoting quedó confundido por su mirada, y solo después de acompañarla a la bodega de vinos se dio cuenta qué significaba esa mirada.

“Si no hubieras estado en el sofá en ese momento, sería Ah’Yan quien me hubiera acompañado a traer el vino. ¡Por qué no te diste una ducha más larga!”

“…”

Guan Shaoting dijo con impotencia: “Jiayi, Ah’Yan no es el tipo de persona a la que puedas alcanzar siguiéndolo sin descanso.”

Sacó la botella de Romanee Conti que Linda atesoraba de la vinoteca, miró a Guan Jiayi y dijo con seriedad: “Tu segundo hermano ya te lo dijo cuando tenías catorce años: Si de verdad quieres estar con él, primero tienes que crecer y convertirte en una persona como él.”

Tras decir esto, Guan Shaoting soltó una mano y acarició la cabeza de Jiayi y la animó: “Así que nuestra Mia primero debe esforzarse por cumplir su sueño de convertirse en la primera bailarina del Royal Ballet. En cuento a lo demás, ¿no está tu segundo hermano? Tu segundo hermano se asegurará que Ah’Yan vaya a ver tu actuación en el Teatro Real el 26, para que sepa que nuestra Jiayi ya no es la pequeña Mia de hace nueve años.”

Los ojos de Guan Jiayi se iluminaron: “¿En serio?”

Lu Huaiyan nunca la había visto actuar. El año que llegó a Inglaterra a estudiar, hubo una función navideña en la escuela, donde interpretó a «Blancanieves.»

Era la protagonista de la función ese día, e incluso sus padres vinieron de Hongcheng para animarla.

Lu Huaiyan tenía una buena relación con su abuela y pensó que iría a verla bailar cuando su abuela se lo pidiera, pero no apareció.

El verano siguiente, después de graduarse de la universidad, regresó a Beicheng, y durante los años siguientes, incluso cuando vino a Europa, solo venía a acompañar a su abuela a cenar y luego se marchaba.

Jiayi sabía que había estado ocupado ascendiendo.

Desde aquel joven bajo el espino, se había convertido en el actual heredero de la familia Lu, que ahora podía valerse por sí mismo.

Recordó lo que le dijo su segundo hermano cuando ella tenía catorce años, y ya no era la misma niña que hablaba con él en un torpe mandarín.

<“Hermano, debes cumplir tu palabra.”> – En la escalera de madera que conducía al primer piso, la pequeña con una expresión llena de expectativa tomó la mano de Guan Shaoting y le dijo: <“Si no puedes hacerlo, no quiero hablar contigo este año.”>

Lu Huaiyan acompañó a Linda a beberse casi toda la botella de Romanee Conti que había estado guardada durante tanto tiempo.

Linda solía ser pianista y cuando se emborrachaba, quería tocar el piano con Lu Huaiyan.

Había un piano Steinway hecho a mano en la sala de estar y Linda encendió un cigarrillo y empezó a tocar el piano.

Ya no era joven, tenía el cabello gris a la moda y un temperamento muy elegante, pero al tocar el piano está llena de pasión e interpretaba un alegre «Vals del cachorro*.»

(N/T: *小狗圓舞曲 = El «Vals del cachorro» en re bemol mayor (en francés: Valse du petit chien), Op. 64 n.° 1, es un famoso vals compuesto por Chopin en 1847. También fue compuesto por Breitkopf y Heinrich Schönbrunn el mismo año que el primero de sus «Tres valses» (Trois Valses).

Lu Huaiyan no le arruinó la diversión y se sentó en el banco del piano después de que ella terminara de tocar.

Bajó la mirada y reflexionó un momento, y pronto una serie de suaves notas fluyó de sus dedos.

Era «Claro de Luna*» de Debussy.

(N/T: La sonata para piano n.º 14 en do sostenido menor, Op. 27 n.º 2, Quasi una fantasía, popularmente conocida como Claro de luna, fue escrita por Ludwig van Beethoven en 1801 y publicada en 1802. La partitura está dedicada a la condesa Giulietta Guicciardi.​​)

Esa era la pieza que Jiang Se eligió especialmente para su ceremonia de mayoría de edad.

El hombre parecía muy concentrado mientras tocaba el piano.

Había estudiado con un maestro famoso desde niño, y en su adolescencia, ya había acumulado una pared llena de trofeos. Sin embargo, estos años estaba ocupado siendo un heredero competente y tenía poco tiempo para tocar el piano, por lo que sus habilidades no eran tan buenas como antes.

Pero Linda disfrutaba mucho escuchándolo.

Lu Huaiyan solo tocó esa pieza musical esa noche. Cuando regresó a su apartamento en Oxford Street, eran alrededor de las ocho o nueve y ya estaba oscuro.

Al pasar por el bar, el hombre recordó que había olvidado preguntarle a la chica qué souvenir quería esta vez.

Así que simplemente tomó una foto familiar del vino en la vinoteca y se la envió a Jiang Se: [‘¿Qué botellas quieres beber? Te las llevaré en unos días.’]

Cuando Jiang Se se levantó, vio las fotos que le envió, las abrió mientras se cepillaba los dientes y comenzó a elegir con cuidado.

Al final, escogió tres botellas, todas de whisky.

Después de elegir las bebidas, se cambió de ropa y fue a la calle Liyuan a desayunar.

En unos días, será el Año Nuevo Chino. Jiang Tang y Jiang Ye regresarán y después del Año Nuevo Chino, será el Año Nuevo Lunar.

En este momento, al caminar por la calle, ya se sentía un ligero aire de Año Nuevo.

Yu Shiying se tomó un descanso de medio día, diciendo que la llevaría a confeccionar un conjunto de ropa para Año Nuevo.

(N/T: Sus padres y hermanos son un amor de personas.)

Fueron a una sastrería muy antigua, parecida a la de Zhang Yue, pero no era una tienda de cheongsam.

“Cuando éramos jóvenes, Ah’Tang y Xiao Yu confeccionaban aquí su ropa de Año Nuevo.” (Yu Shiying)

Jiang Se miró el hanfu* que usaban los niños colgado en la pared y dijo tras un momento de silencio: “¿Quieres que me ponga hanfu para Año Nuevo este año?”

(N/T: * El Hanfu es la vestimenta tradicional del grupo étnico Han de China, con una historia de más de 4000 años. Se caracteriza por túnicas amplias, mangas largas y sueltas, y se sujeta con cintas o cordones en lugar de botones. El Hanfu ha influenciado la vestimenta tradicional de otras culturas asiáticas como el kimono japonés y el hanbok coreano.)

Yu Shiying la tomó de la mano y entró en la trastienda, sonriendo: “¿No te gusta el cheongsam? Le pregunté a la hermana Qi y me dijo que podía hacerte una versión mejorada.”

Eso fue algo que ella dijo de manera casual cuando le pidió a Zhang Yue que le hiciera un cheongsam.

A Jiang Se en realidad no le gustaba usar cheongsams, pero al ver la tierna mirada de Yu Shiying, no se negó y dejó que la tía Qi le tomara las medidas.

Al regresar al apartamento por la noche, se duchó y se sentó en la cama, recordó que antes le había pedido a Zhang Yue que le hiciera un cheongsam, así que, como era de esperar, abrió la enciclopedia y regresó a la página sobre el pájaro sin patas.

Zhao Zhicheng marcó la página con las tres palabras ‘ave del paraíso*.’

(N/T: «極樂鳥» (jí lè niǎo) es la forma en chino para referirse a las aves del paraíso o «birds of paradise». Son un grupo de aves que se encuentran principalmente en Nueva Guinea, Australia, e islas cercanas. Se les conoce por sus elaborados y coloridos plumajes, especialmente en los machos, que utilizan para sus exhibiciones de cortejo.)

Estas tres palabras le recordaron a Jiang Se la frase Zhang Yue había mencionado, sobre ese pájaro que, una vez que aterriza, solo puede esperar la muerte.

Era un tipo de pájaro muy triste, Jiang Se no quería un cheongsam así.

Ella devolvió el libros a la caja y a la mañana siguiente fue al apartamento de Zhang Yue con la caja en brazos.

He Miao había estado cuidando de Zhang Yue esos dos días y cuando Jiang Se entró, no vio a He Miao, así que preguntó: “¿Dónde está He Miao?”

“Xiao Miao fue a casa a ayudar, se acerca el Año Nuevo y tiene que ayudar a sus padres con el trabajo.” (Zhang Yue)

Zhang Yue estaba de mejor ánimo que hace dos días, pudo ir a la cocina con un bastón a preparar el té. Jiang Se tomó el té que ella le ofreció, dio un sorbo lentamente y dijo: “Te ves bien hoy.”

Zhang Yue esbozó una leve sonrisa, su mirada se desvió hacia la caja de cartón en el sofá y dijo: “Ya terminaste de leerlo todo.”

Jiang Se hizo un sonido de asentimiento, regresó a la sala con Zhang Yue y se sentó en el sofá.

Ella sacó la cerveza caducada de dentro y preguntó: “¿Zhao Zhicheng trajo esta botella de cerveza?”

Zhang Yue miró la cerveza, los objetos en la caja de cartón los conocía de memoria, con solo mirarlos lo recordó.

“Ah’Cheng la trajo de su último día en Jiangcheng, junto con el dinero.” – Tomó la botella de cerveza de mano de Jiang Se y la miró detenidamente. – “Ese día fue la primera vez que vi esta cerveza, Ah’Cheng nunca bebe alcohol.”

‘Nunca bebe, pero trajo una botella de cerveza ese día.’

‘¿Se la dio alguien más? ¿Junto con el dinero?’

Jiang Se levantó la vista: “Jefe Zhang, ¿puedo llevarme esta botella de cerveza? Te la devolveré cuando termine.”

Zhang Yue tarareó con indiferencia: “Puede llevarse lo que necesite.”

Jiang Se la miró un momento y asintió levemente.

Las dos charlaron hasta que casi se acercó la hora del almuerzo, principalmente Zhang Yue hablaba y Jiang Se escuchaba.

Todos eran asuntos triviales entre ella y Zhao Zhicheng.

Como si por fin hubiera encontrado a alguien con quien hablar, Zhang Yue no paró de hablar ni siquiera con la boca seca y la lengua cansada.

Antes de irse, Zhang Yue se apoyó en un bastón y le preguntó a Jiang Se: “Señorita Jiang, ya he terminado de contarle la historia de Zhao Zhicheng. ¿Hay algo más que quiera saber?”

“Por ahora no se me ocurre nada más que preguntarte.” – Jiang Se se detuvo al ver la sombra verde bajo sus ojos y dijo. – “Primero deberías cuidar tu salud, puedes quedarte con estos dos contratos.”

Ella le entregó los contratos que había traído, Zhang Yue lo tomó, pero no los leyó. Continuó mirando a Jiang Se y dijo: “Señorita Jiang, espero que pueda atrapar a esa persona.”

Al decir esto, ella sonreía y su expresión era muy tranquila.

Jiang Se la miró, sonrió y asintió con la cabeza: “Lo haré.”

Al bajar las escaleras, una familia abrió la puerta y puso un plato de fruta en casa con un “福” pegado al revés.

(N/T: El carácter chino (fú) significa «fortuna», «suerte», o «bendición». Es un símbolo muy importante en la cultura china, especialmente durante el Año Nuevo Lunar, donde se coloca en puertas y ventanas para atraer la buena suerte y la prosperidad. A menudo se ve al revés porque «al revés» en chino suena parecido a «llegar», por lo que colocarlo al revés simboliza que la buena suerte «ha llegado».)

Un papel rojo en forma de diamante con un áspero carácter “福” impreso con polvo dorado.

Parecía que una pequeña bendición en el mundo puede llegar así.

Jiang Se echó un vistazo hacia atrás y vio que la puerta de hierro por la que acababa de salir estaba limpia y en las paredes cubiertas de polvo no había rastro de los versos coplas de Primavera pegados.

Desde que Zhao Zhicheng se fue, ella pensó que Zhang Yue llevaba muchos años sin celebrar el Año Nuevo.

Ella y Yu Shiying acordaron pegar coplas juntas al día siguiente.

Pensó en comprar un par extra y dejar que He Miao los pegue en la puerta.

Al día siguiente, 26 de enero, Jiang Se y Yu Shiying no solo compraron coplas de Primavera*, sino también varias macetas con hermosos narcisos.

(N/T: (chūnlián) se refiere a las coplas de primavera, que son versos o frases escritas en papel rojo y colgadas en las puertas durante el Año Nuevo Chino. Estas coplas, también llamadas duìlián, son una tradición importante en la cultura china, donde se cree que traen buena suerte y ahuyentan los malos espíritus.)

Jiang Se llevó las flores y las coplas de primavera a su apartamento y llamó a He Miao.

La llamada fue respondida rápidamente: “¡Señorita Jiang, qué casualidad! ¡Estaba a punto de llamarla! ¿Está en casa? Voy camino a la calle Fuchun, mi maestra le ha preparado un regalo de Año Nuevo y me pidió que se lo diera cuando la viera en un par de días, como sé que vive cerca de la calle Fuchun, pensé en llevárselo hoy mismo.”

Jiang Se frunció el ceño y dijo: “¿Qué clase de regalo? ¿Cuándo viste a tu maestra?”

He Miao dijo con voz enérgica: “Fue al mediodía, mi maestra me invitó a almorzar con ella, y también me preparó un regalo de Año Nuevo. Le dije a mi Maestra que viniera a mi casa a cenar la noche de la víspera de Año Nuevo, y ella aceptó.”

Jiang Se levantó la mano para mirar su reloj, eran casi las cinco de la tarde.

Al recordar la sonrisa de Zhang Yue la última vez que se vieron y su actitud cuando le dijo que se llevara la cerveza, una idea cruzó por su mente.

“Xiao Miao, abre el regalo que me envió tu Maestra y échale un vistazo.”

“Esto no está bien, mi Maestra…” (He Miao)

“¡Date prisa!”

La mente de He Miao se sobresaltó, detuvo sus pasos y abrió con sinceridad la caja de papel que tenía en la mano.

Era un hermoso cheongsam.

El azul de la flor de iris, un pájaro sin patas en el hombro, mirando hacia arriba, como si estuviera esperando un cielo azul despejado.

Ella sonrió y dijo: “Señorita Jiang, la Maestra le hizo un cheongsam.”

“¿Hay un pájaro sin patas bordado en el cheongsam?”

“¿Eh? Este pájaro realmente no tiene patas.” (He Miao)

Con un <¡clang!>, el narciso cayó de su mano, y el capullo que aún no había florecido se hundió en el barro y escombros, y en un instante quedó arrancado de raíz.

Jiang Se sintió un escalofrío y se giró apresuradamente: “¡Xiao Miao, regresa rápido! ¡Vuelve y mira a tu Maestra!”

Ella recogió la llave, salió rápidamente, bajó corriendo las escaleras, sacó su móvil y justo cuando estaba a punto de hacer una llamada, una llamada entrante la interrumpió.

Jiang Se colgó sin siquiera mirar y marcó el 120.

Eran exactamente las diez de la mañana en Londres, Lu Huaiyan miró la llamada colgada y arqueó ligeramente las cejas.

Guan Shaoting entró lentamente en la sala de conferencias, sosteniendo una copa de champán en la mano, y dijo: “¿No acordó el grupo británico cooperar con Corporación Lu? ¿Por qué sigues con una cara tan seria?”

Él golpeó la mesa de conferencias y sonrió: “Linda dijo que quería celebrar por nosotros, así que vamos ya, si no, se impacienta.”

Lu Huaiyan se frotó las cejas, guardó el teléfono en el bolsillo, se dio la vuelta y salió de la sala de conferencias con Guan Shaoting.

Estuvo un poco inquieto todo el camino.

Rara vez se sentía así, la última vez que sintió una emoción así, fue el día en que Han Yin intentó suicidarse.

Miró el cielo gris, abrió la ventanilla del coche y volvió a llamar a Jiang Se. Esta vez, la llamada no fue cortada, sino que se desvió al contestador automático.

Cuando el Rolls-Royce negro se detuvo frente a la villa de la familia Guan, la llamada seguía sin conectarse.

Linda salió de la villa para saludarlos: “Nuestra Mia tiene una actuación importante esta noche y está preparándose con el grupo de baile, así que solo nosotros tres celebramos el mediodía.”

Guan Shaoting tomó la palabra, miró a Lu Huaiyan y dijo con una sonrisa: “La ayuda que te pedí cuando llegaste por primera vez es sobre eso, la actuación de Mia esta noche es muy importante para ella y mis padres no pueden venir, así que tenemos que ir a apoyarla. Sé que no te gusta ver ballet, pero como no tienes nada que hacer esta noche, ¿qué te parece si nos acompañas a Linda y a mí a ver su presentación?”

Lu Huaiyan levantó la vista y miró el antiguo reloj de pared.

Eran las doce y Jiang Se ha estado sin contacto con él durante exactamente dos horas.

“Lo siento, primero tengo que hacer una llamada.” – Miró a Linda y a Guan Shaoting. – “Es una llamada muy importante.”

Ni siquiera se puso el abrigo, sacó su celular y se dirigió al jardín.

Bajo el árbol de espino, la nieve caía en copos.

Lu Huaiyan llamó primero a Fang Shang y Li Rui, y luego continuó marcando el número de Jiang Se.

Esta vez, el teléfono sonó tres veces y finalmente se conectó.

Lu Huaiyan estaba a punto de hablar cuando de repente escuchó una voz muy suave: “Lu Huaiyan, parece que he cometido un error.”

A Lu Huaiyan se le trabó la garganta y las palabras que había preparado se desvanecieron en un instante.

Después de un momento, levantó la vista y le preguntó: “Se Se, ¿dónde estás?”

Afuera del quirófano, Jiang Se miró la luz roja que indicaba «En cirugía», ella no le respondió, simplemente dijo en voz baja: “Debería haber imaginado que ella lo adivinaría.”

Al otro lado del teléfono, Lu Huaiyan frunció los labios y volvió a preguntar: “Se Se, ¿dónde estás?”

Jiang Se bajó lentamente las pestañas: “Estoy en el hospital. Zhang Yue intentó suicidarse, se tomó un montón de pastillas para dormir.”

Ella hizo una pausa antes de continuar: “¿Por qué la gente tiene que venir al hospital? Realmente, detesto este lugar.”

Lu Huaiyan se dio la vuelta y entró en la casa: “Ahora mismo voy a buscarte.”

Colgó el teléfono y abrió la puerta de cristal.

Cuando Guan Shaoting lo vio regresar poco después de salir, sonrió y dijo: “¿Tan rápido? Justo te acababa de decir…”

“Lo siento, Shaoting.” – Lo interrumpió Lu Huaiyan, agachándose a recoger su abrigo que estaba sobre el sofá. – “Tengo que irme de Londres ahora, tengo que ocuparme de algunas cosas.”

Guan Shaoting se quedó atónito: “¿Tan urgente? ¿No es tu vuelo mañana por la mañana? Elegí especialmente estos días…”

“Watson.” – Guan Shaoting fue interrumpido de nuevo antes de que terminara la frase. Linda lo miró y sacudió la cabeza, luego se giró para mirar a Lu Huaiyan. – “¿Es la persona en la que pensabas cuando tocabas el piano esa noche?”

Lu Huaiyan asintió, se acercó a abrazar a Linda, le dio un beso en la mejilla y dijo suavemente: “Si tengo la oportunidad, la traeré a visitarte.”

Linda le dio una palmadita en el hombro y respondió amablemente: “Trato hecho, ve a buscarla rápidamente.”

No había vuelos directos de Inglaterra a Tongcheng, así que Lu Huaiyan tomó el avión privado del grupo y ya era la mañana del 27 cuando el avión llegó a Tongcheng.

Gracias a la oportuna atención médica, Zhang Yue sobrevivió, pero seguía en coma.

Jiang Se y He Miao se quedaron despiertas toda la noche, y ambas tenían los ojos enrojecidos por el cansancio.

A las ocho o nueve de la mañana, toda la ciudad parecía una bestia gigante a punto de despertar, con ruidos por todas partes.

Jiang Se estaba de pie junto a la ventana, contemplando en silencio la vida cotidiana que se desarrollaba abajo del edificio del hospital.

En ese momento, la puerta se abrió de golpe.

El abrigo del hombre estaba cubierto de copos de nieve, caminó lentamente hacia ella, miró sus ojos inyectados en sangre y le susurró: “Necesitas dormir. Ya he encargado que alguien cuide de Zhang Yue. Vuelve conmigo y échate una siesta, te enviaré de vuelta cuando despiertes.”

“Lu Huaiyan…”

“Sé obediente.” – Lu Huaiyan le tomó la mano y, sin dejarla ir, dijo. – “Zhang Yue no despertará tan rápido, primero cuídate a ti misma.”

La mano frías de Jiang Se se fueron empapando poco a poco con la temperatura corporal de él. Ella quiso retirar sus manos, pero él las apretó con más fuerza.

Mientras los dos se enzarzaban en ese forcejeo, He Miao se frotó la cara, tensa por las lágrimas que había reprimido, y le dijo a Jiang Se: “Señorita Jiang, vaya a descansar un rato, duerma unas horas y luego vuelva a reemplazarme. Nos turnaremos para cuidar a la Maestra como la última vez. No podemos permitir que, antes de que la Maestra despierte, nos enfermemos primero.”

Jiang Se guardó silencio un momento, y luego asintió y dijo: “Volveré por la tarde para relevarte.”

El coche negro esperaba en la puerta del hospital, y Lu Huaiyan acompañó a la chica de vuelta al hotel.

Las cortinas de la suite estaban cerradas herméticamente, sin dejar entrar ni un solo rayo de luz, y toda la habitación estaba a oscuras.

Jiang Se salió apresuradamente y ni siquiera tuvo tiempo de ponerse un abrigo. La chaqueta que llevaba puesta fue la que Lu Huaiyan le puso en el hospital, justo cuando estaba a punto de quitársela, el brazo del hombre apareció repentinamente por detrás de ella.

La abrazó con fuerza, con la barbilla apoyada en su sien.

Tras un momento de silencio, bajó las pestañas y dijo lentamente: “Una vez también salvé a alguien que intentó suicidarse.”

“Se Se, recuerda, no se suicidaron porque hayamos hecho algo mal, ni porque no lo hayamos hecho lo suficientemente bien.” (Lu Huaiyan)

“¿Lo recuerdas?” (Lu Huaiyan)

El tono del hombre era tan tranquilo como un lago inamovible, y su tono era suave y pausado.

Jiang Se bajó la mirada, claramente no estaba llorando y su rostro estaba sereno, pero su cuerpo se estremecía violentamente en sus brazos, como alguien que llora tan fuerte que no puede respirar.

Era como si una enorme tristeza se extendiera desde el fondo de su corazón a su cuerpo.

Lu Huaiyan la abrazó cada vez más fuerte, en la oscuridad de la habitación, le preguntó palabra por palabra: “Jiang Se, ¿lo recuerdas?”

Jiang Se levantó lentamente las pestañas, cubrió con las manos los brazos que él tenía sobre sus hombros y asintió con un “Hmm” con suavidad.

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