Capítulo 28: Barbaridad
Cen Li se quedó paralizado.
Una imagen fugaz de Jiang Se vestida con una bata de hospital, tumbada en una cama. apareció en su mente.
Se Se se había mantenido independiente y capaz desde pequeña y sin importar con lo que se encuentre, siempre podía manejar las cosas perfectamente y con facilidad.
Cuando fue secuestrada hace siete años, solo tenía dieciséis años y tras unos días sin ingerir agua ni comida, su cuerpo estaba tan débil que tuvieron que ponerle una vía intravenosa.
Aun así, lo primero que dijo al ver a Cen Li en el hospital fueron palabras tranquilas y serenas: <“Hermano, estoy bien.”>
Era tan fuerte, tan fuerte que Cen Li no podía imaginar la fragilidad y la expectativa que se escondía en su grito de «hermano» cuando la rescataron.
A Lu Huaiyan no le interesaban las emociones que afloraban en el corazón de Cen Li en ese momento y él mismo tampoco era una buena persona.
Si la persona involucrada en problemas esa noche no hubiera sido Jiang Se, no habría perdido el tiempo hablando con Cen Li.
Después de decir lo que tenía que decir, pasó junto a Cen Li sin mirarlo y se dirigió directamente al baño donde Jiang Se se había escondido.
El lugar seguía desordenado, con cristales rotos por todo el suelo. Lu Huaiyan observó los fragmentos irregulares esparcidos en el suelo y recordó la palma de Jiang Se empapadas de sangre.
En ese momento, sostenía el trozo de cristal más afilado y largo en su mano.
Una sola estocada en el cuello de una persona podía arrebatarle la vida
Ese trozo de vidrio nunca fue pensado para mantenerla despierta; estaba destinado a matar en defensa propia si era necesario.
El suelo de mármol blanco como la nieve estaba cubierto de vidrios rotos y algunas manchas de sangre medio secas.
Lu Huaiyan miró fijamente esos puntos rojos oscuros y le dijo a Mo Ji Chen: “Llévate todos los vidrios.”
Mo Ji Chen lo miró como si estuviera ante una criatura extraña y, sin miedo a la muerte, dijo: “Hacía mucho tiempo que no te veía enojado, pensé que la llama de la estufa se había vuelto de un verde puro* tras años de cultivo, pero supongo que no me lo esperaba. Tsk tsk.”
(N/T: El significado de «爐火純青» (lú huǒ chún qīng) es «la llama de la estufa se vuelve de un verde puro» y se usa para describir el punto culminante de un proceso, un logro de gran maestría o perfección en algún arte o estudio. En resumen, se refiere a: Alcanzar un nivel de maestría y competencia excepcional.)
La mirada de Lu Huaiyan se desvió ligeramente y lo observó con rostro indiferente.
Ambos habían «sobrevivido» bajo las manos del mismo instructor diabólico y derramaron sudor y sangre juntos, por lo que Mo Ji Chen no le tenía ningún miedo a Lu Huaiyan.
Se encogió de hombros y dijo: “Le pediré a alguien que limpie los cristales. Pero cuéntame primero sobre el caso de secuestro, así no tengo que ir a revisar los expedientes yo mismo.”
“No encontrarás nada.” – Dijo Lu Huaiyan. – “La familia Cen no presentó la denuncia del caso y en cuanto secuestraron a Jiang Se, contactaron de inmediato a mi abuelo. Cuando el tío Mo y yo encontramos a Jiang Se, dos de los secuestradores ya estaban muertos, al parecer asesinados por el cerebro y principal culpable del secuestro, y posteriormente, ese cerebro también murió.”
Mo Ji Chen preguntó: “¿Cómo murió el principal culpable? ¿Por qué mató a los otros dos cómplices?”
“El principal culpable también resultó herido en ese momento. Después de que la gente del tío Mo lo llevara de vuelta a la comisaría, descubrieron que se había tragado una cuchilla de afeitar y cuando lo llevaron al hospital, ya era demasiado tarde para salvarlo. En cuanto a por qué mató a los otros cómplices…” – La voz de Lu Huaiyan era fría. – “Nunca lo explicó, ni siquiera antes de morir.”
Mo Ji Chen reflexionó un momento y luego preguntó: “Dado que la víctima fue rescatada con éxito, el principal culpable no necesariamente recibiría la pena de muerte, incluso si era atrapado. ¿Por qué decidió suicidarse e incluso utilizó un método tan doloroso como tragarse una cuchilla de afeitar?”
Se acarició la barbilla y pensó por un momento. – “¿La señorita Jiang mencionó algún detalle específico?”
Como los secuestradores estaban muertos, no había necesidad de investigar más.
Para proteger la reputación de Jiang Se y de la familia Cen, ese secuestro siempre se había mantenido en secreto en Beicheng. Además de la familia Cen, los únicos que conocían el caso eran el Viejo Maestro Lu, Lu Huaiyan y el padre de Mo Ji Chen, Mo Xian.
Lu Huaiyan bajó los párpados, observó las manchas de sangre en el suelo y dijo. – “No. Estuvo secuestrada menos de un día y aparte de unas pequeños rasguños, no sufrió ningún otro daño. Le dieron el alta tras unos días en el hospital y luego ese incidente quedó enterrado.”
Al instante de pronunciar esas palabras, lo que el hombre recordó fue el tacto frío de Jiang Xie mientras le olfateaba ligeramente el cuello.
Frunció el ceño ligeramente, levantó la vista y miró a Mo Ji Chen. – “Te lo mencioné solo para que te fuera más fácil encargarte del caso de esta noche. Pero recuerda, no le preguntes nada de lo que pasó hace siete años a ella.”
***
Cuando Jiang Se despertó, ya era de día.
Tomó su teléfono y vio que eran poco más de las 10 de la mañana. Aunque había dormido menos de cinco horas, su estado de ánimo no era nada malo, e incluso se sintió inesperadamente renovada y un poco más fresca y relajada.
Pensó que definitivamente tendría aquel sueño y que definitivamente regresaría a esa fábrica abandonada.
Pero no soñó en absoluto.
Después de hablar con Lu Huaiyan, se quedó profundamente dormida tan pronto como cerró los ojos.
Una noche entera sin sueños.
La habitación estaba llena de aroma a incienso, el cálido y fragante aroma a madera de agar impregnaba el aire inundando sus fosas nasales, incluso más intenso que el aroma corporal de Lu Huaiyan.
Jiang Se se incorporó, hundió el rostro en la suave colcha y respiró hondo.
Era el aroma único a madera de agar de la familia Lu, el único tono cálido que le quedaba de aquella noche de tormenta.
Alguna vez sintió una fascinación morbosa por ese aroma.
En el pasado, solía visitar la antigua mansión de la familia Lu, no solo para ganarse el favor del Viejo Maestro Lu o para ver a Lu Huaiyan, sino también para disfrutar de esa cálida fragancia.
Más tarde, naturalmente, abandonó su obsesión por el aroma a madera de agar.
Pero era innegable que su cuerpo aún recordaba esa fragancia.
Jiang Se levantó la vista, miró a su alrededor y vio que la ropa que le habían enviado ayer ya estaba lavada y ordenadamente apilada junto a la cama.
Era la nueva colección de otoño e invierno de una marca de lujo que solía usar, en colores que también eran de su preferencia.
Eligió un vestido verde de cuello redondo, se quitó la camiseta de hombre que llevaba puesta y entró al baño con la ropa.
Mientras el agua de la ducha salía a borbotones y el baño se llenaba de una niebla blanca, recordó inesperadamente la escena de la noche anterior, cuando Lu Huaiyan se arrodilló frente a ella.
Al bajar la vista, vio densas marcas morado oscuro por todo su cuerpo, empezando por la clavícula.
También tenía una marca roja en la parte interior del muslo izquierdo que parecía la huella de un pulgar.
Anoche, él le había agarrado la muñeca derecha con una mano y el muslo izquierdo con la otra, con tanta fuerza que dejó una huella así.
Jiang Se se lamió la única muela del juicio que tenía en la boca y, como era de esperar, la encía detrás de la muela estaba inflamada.
‘¡Tsk, que barbaridad!’
Después de ducharse, Jiang Se salió del dormitorio principal mientras miraba su teléfono.
Tras revisar todos los mensajes de WeChat y borrar docenas de llamadas perdidas de Cen Mingshu y Cen Li, ya había llegado al primer piso.
Lu Huaiyan estaba sentado a la pequeña mesa del comedor cerca del jardín, todavía con la misma camisa y pantalones que llevaba puestos cuando salió anoche, una mano descansaba en la pantalla táctil de su computadora portátil, mientras que la otra sostenía una pequeña botella metálica de alcohol del tamaño de la palma de su mano.
Sus dos manos parecían extraordinariamente hábiles para hacer varias cosas a la vez.
Anoche y ahora, era igual.
El hombre estaba sentado justo enfrente de las escaleras y levantó los párpados y miró a Jiang Se en cuanto bajó, observándola en silencio mientras bajaba las escaleras una a una y caminaba hacia él.
Aunque habían tenido cierta intimidad la noche anterior, ninguno de los dos mostró una expresión extraña ni incómoda.
Jiang Se había recuperado su habitual apariencia tranquila y elegante y la mirada que le dirigió fue la misma de antes, fría y racional.
Todo lo ocurrido la noche anterior parecía un sueño.
Ella no le había olisqueado el cuello como una fierecilla y le había pedido que se la llevara, ni él le había hecho cosas en la penumbra del vestidor que nunca había hecho antes.
“El té negro que te gusta tomar después de levantarte ya está preparado.” – Lu Huaiyan levantó ligeramente la barbilla y señaló hacia la encimera de la cocina. – “Solo le puse un poco de azúcar rosa triturado, sin sal rosa ni limón.”
Cuando el asistente entregó los artículos, una sonrisa se dibujó en los cansados ojos de Lu Huaiyan, que habían estado despiertos toda la noche.
Esa chica realmente era bastante exigente con sus gustos.
Le gustaba el té negro, pero quería sabores diferentes a diferentes horas del día; ella era realmente difícil de complacer.
No sabía cómo se las arreglaba en Tongcheng con un gusto tan exigente.
La fina taza de porcelana tenía una capa de vapor blanca que se elevaba. A Jiang Se no le sorprendió que hubiera descubierto sus preferencias culinarias, de vestir, de vivienda y transporte. Simplemente sentía curiosidad por saber quién había preparado esa taza de té.
Tomó la taza y dio un sorbo. – “¿Preparaste tú el té?”
Lu Huaiyan asintió. – “¿Qué tal está?”
“Muy bien, muchas gracias.” – Dijo Jiang Se cortésmente, recorriendo con la mirada su ordenador. – “¿Tienes una reunión matutina?”
“Estoy viendo los vídeos de las cámaras de vigilancia.” – Respondió Lu Huaiyan, destapando la botella de metal y bebiendo un sorbo lentamente. – “Mo Ji Chen me envió unos videos de vigilancia interesantes.”
El hombre dijo que eran interesantes, pero su mirada era fría, como cubitos de hielo meciéndose en un licor fuerte.
Jiang Se removió lentamente el azúcar triturado en su té, y los ojos almendrados reflejados en el té negro intenso comenzaron a arremolinarse. – “¿Qué tan ‘interesantes’?”
“¿Conoces a los herederos de segunda generación de las familias Hu, Zhang y Gu?”
Jiang Se levantó lentamente la vista. – “Tengo una vaga impresión de ellos, si no recuerdo mal, estuve en la misma clase que ellos en el instituto. ¿Por qué? ¿Me mencionaron en el vídeo?”
“Sí.” (Lu Huaiyan)
“Ah, ¿qué dijeron?”
Lu Huaiyan dijo lentamente. – “Dijeron que eras el primer objeto de sus fantasías sexuales, y discutían cómo perseguirte y llevarte a la cama, para escuchar tus gritos.”
Estas personas habían sido imprudentes en el instituto, viviendo una vida personal de excesos y libertinaje, así que no era de extrañar que dijeran esas cosas, después de todo era algo que Jiang Se suponía.
Bebió tranquilamente dos sorbos más de té para humedecer su garganta, luego se acercó, cogió la silla de respaldo alto a la izquierda de Lu Huaiyan y su mirada se fijó en la computadora portátil sobre la mesa.
“¿Te importa si escucho por mí misma?”
Lu Huaiyan sonrió, para nada sorprendido de que ella hiciera tal petición.
Giró suavemente la computadora, se quitó el auricular inalámbrico de la oreja derecha, se inclinó hacia adelante, se lo puso a Jiang Se y dijo. – “Siéntete libre de escuchar.”
La grabación de vigilancia en la pantalla se detuvo, Jiang Se le dio las gracias, deslizó la barra de progreso al principio y presionó el botón de reproducción.
Cabe mencionar que la anterior descripción de Lu Huaiyan había sido bastante elegante.
Los hombres en el video profirieron todo tipo de palabras obscenas que eran insoportables a los oídos, criticando todo, desde su cabello hasta sus pies.
Esos rumores que pueden destruir a una persona a menudo suelen ser dichos en tono de broma por gente tan sucia y ruin.
Jiang Se escuchó atentamente cada palabra, con las pestañas bajas en calma y sin siquiera fruncir el ceño.
Lu Huaiyan la miró con la cabeza inclinada y, cuando la barra de progreso llegó al final, preguntó tranquilamente. – “¿Quieres descargar tu ira con ellos?”
Jiang Se ladeó ligeramente la cabeza a la derecha, se quitó el auricular, se lo devolvió y sonrió levemente. – “No tengo prisa, hagámoslo más tarde.”
Ahora mismo, tenía cosas más importantes que hacer y luego podría encargarse de esa escoria.
Lu Huaiyan dejó el auricular que ella le había entregado sobre la mesa y la miró, diciendo con ligereza: “¿Para qué esperar? No hay necesidad de esperar.”
Si no se hubieran encontrado con Ji Yunyi a mitad de camino ayer, esa gente en realidad habría ido al pabellón de observación a coquetear con Jiang Se.
Jiang Se sostuvo la mirada de Lu Huaiyan, sonrió y cambió de tema. – “Además de estos videos de vigilancia, ¿tiene el Oficial Mo alguna otra adquisición?”
Lu Huaiyan la miró, ajustó el ángulo de la computadora, apagó el video y sacó un documento de una carpeta.
“Mo Ji Chen dijo que el triazolam que bebiste no se añadió directamente al té, sino que se disolvió en el azúcar de roca rosa.” – Dijo Lu Huaiyan mientras hacía clic en una foto. – “No toda el azúcar de roca rosa del azucarero estaba contaminado. Solo dos trozos de azúcar en roca restantes tenían la sustancia añadida, y junto con el que pusiste en tu té, había un total de tres.”
La foto mostraba más de una docena de trozos de azúcar en roca rosa de forma irregular. Jiang Se las miró un rato antes de levantar la mano y señalar dos. – “Déjame adivinar, ¿son estos dos?”
“Sí. Había mucha gente entrando y saliendo del salón de té esa noche, pero el único que tocó ese frasco de azúcar en roca rosa fueron tu antiguo chef, el tío Tong.” – Lu Huaiyan la miró y, al ver su expresión tranquila, continuó. – “Mo Ji Chen le preguntó al tío Tong por qué eligió específicamente el azúcar de roca rosa con esa sustancia añadida. ¿Qué crees qué dijo el tío Tong?”
“Porque no me gusta que mi té negro tenga pétalos de rosa flotando y en esta foto, solo esos dos trozos de azúcar rosa están libres de impurezas.”
Jiang Se apartó la vista de la pantalla del ordenador y miró a Lu Huaiyan. – “Quien me drogó me conoce bien, supuso que iría al pabellón de observación y que la tía Zhang y el tío Tong vendrían a verme, e incluso adivinó exactamente qué tipo de té me prepararía el tío Tong. Una vez que asistí a la cena en la mansión de la familia Cen, me sería difícil evitar escapar de tal trampa.”
Lu Huaiyan miró fijamente sus ojos oscuros.
Era cierto que el tío Tong le había dicho lo mismo a Mo Ji Chen: que a la joven no le gustarían los pétalos de rosa en el té.
Las palabras originales de Mo Ji Chen fueron casi las mismas que las de Jiang Se, por lo que parecía ser alguien que conocía muy bien sus hábitos de vida.
Pero el tono de Jiang Se era más decidido que el de Mo Ji Chen.
No solo decidido, sino también emocionado.
‘¿Emocionado?’
Lu Huaiyan la miró fijamente y le preguntó en tono indiferente: “Se Se, ¿por qué estás emocionada*?”
(N/T: El término japonés «興奮» (kōfun) se traduce al español como «excitación», «entusiasmo» o «emoción».)
El semblante de Jiang Se se congeló por un instante, luego lo miró y pregunto en tono tranquilo: “¿Lo estoy?”
Lu Huaiyan asintió levemente, con las comisuras de los labios ligeramente levantadas, con un tono intrigado: “Cuando estás emocionada, tus pupilas se contraen bruscamente y justo ahora, cuando dijiste que la persona que te drogó te conoce muy bien, tus pupilas se contrajeron.”
“Se Se, estás emocionada.” (Lu Huaiyan)
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