Capítulo 64 – Sombras Acumuladas
Eran palabras extrañas.
Psyche ni siquiera sabía de qué estaba hablando. Sus palabras y acciones saltaban de su cabeza porque diversas emociones vagaban por su mente.
El deseo de aceptar a Clint como un miembro de su familia y confiar en él, y la realidad de que no podía hacerlo, la atormentó profundamente.
Las pupilas de Clint temblaron violentamente ante esas palabras.
Era porque no podía comprender la verdadera naturaleza de las palabras de Psyche.
Frunció el entrecejo, sintiendo como si su corazón hubiera sido atravesado por su mirada.
“¿Qué demonios significa eso…?” (Clint)
Psyche respondió con una sonrisa radiante ante el rostro confundido de Clint. Las lágrimas que se habían acumulado en sus ojos rodaron por sus curvadas mejillas como lunas crecientes.
Entonces extendió ambos brazos y los rodeó en el cuello de Clint.
Mientras lo abrazaba, susurró para sí misma.
“No, yo solo…”
Tras soltar un breve suspiro, ella continuó:
“Si otra vida viene a mí… Está bien morir…”
Psyche relajó inmediatamente los brazos permitiendo que Clint la mirara.
Luego desató los cordones alrededor de su pecho con sus propias manos. Entre sus manos ligeramente temblorosas, la piel enrojecida de sus heridas brilló levemente a los ojos de Clint.
“Clint…”
Clint besó entonces la oreja de Psyche.
Se sentía mareado por las respiraciones dispersas.
Pronto, la sombra de una mujer joven y hermosa resplandeció bajo la luz de la luna.
Él miró las cicatrices alrededor de su cuello y pecho con ojos compasivos.
“Clint…”
Psyche lo llamó tan patéticamente que no tuvo elección.
Besó cada centímetro del rostro de Psyche.
Secándole las lágrimas con los labios, continuó besándole las orejas, las mejillas, las comisuras de la boca, los labios. Sin perder un solo punto, los pequeños besos continuaron.
Y poco después, un beso profundo siguió.
“…Hmph.”
Una sensación que confundió sus nervios periféricos dominó todo su cuerpo.
Psyche, que gimió sin darse cuenta, se sonrojó intensamente y se cubrió la cara con una mano, avergonzada.
Clint sonrió levemente y apartó la mano que le cubría el rostro.
“Yo…”
Psyche evitó el contacto visual. Pero Clint sonrió extrañamente y le besó la mano profundamente. Su aliento caliente rozó y cayó entre sus dedos, haciéndoles cosquillas.
Y una vez más miró a Psyche debajo de él y continuó sus palabras mientras le acariciaba la cintura.
“…Cada parte de usted es hermosa, mi señora.” (Clint)
¿Era una ilusión que esas palabras sonaran más lascivas debido el calor de su mano rozando su cintura?
“Se-semejantes palabras…”
“Es cierto. Incluso tus ojos ligeramente tristes y bajos, y tus labios a veces hoscos, todos son buenos… ¿Lo sabe, mi señora?” (Clint)
Apretó su agarre en la cintura de Psyche. Clint incluso pensó que sus pestañas, que habían bajado la mirada por su culpa, eran adorables.
“¡Uf…!”
Pronto bajó la cara y miró con lástima las cicatrices en su piel blanca, y luego besó sus heridas. Desde su cuello hasta su clavícula, una flor rosa floreció en su pecho.
Y pronto, las dos sombras empezaron a fundirse lentamente en una sola.
***
Psyche dejó escapar un profundo suspiro al pensar en los acontecimientos de la noche anterior.
Tanto la sensación de tristeza, la soledad, Clint y…
No era que se arrepintiera de lo que pasó ayer, pero al pensarlo sin motivo, sentía la cara caliente.
Aún podía sentir el olor corporal de Clint en su cuerpo.
La había tomado una y otra vez ayer.
No era algo que pudiera considerarse una simple relación contractual.
“…”
Psyche lo sabía.
“Ayer…”
De inmediato sintió una conmoción en su interior.
“¿En qué diablos estaba pensando…?”
En medio de esos pensamientos caóticos, de repente se preguntó sobre los verdaderos sentimientos de Clint. Había estado con ella toda la noche hasta que se durmió. Cuando despertó por la mañana, él seguía a su lado. Clint, quien se había levantado primero y siguió observando el estado de ánimo de Psyche.
“Ja…”
Tal como le había dicho a Clint, Psyche pensó que estaría bien morir si pudiera tener otro hijo. Hablaba medio en serio.
Y la noche con Clint fue mucho más calurosa de lo esperado.
Cuanto más pensaba en ello, más frustrada se sentía al no obtener respuesta.
“¡Ah!”
Psyche se quedó con la mirada perdida, pensando que no llegaría a una conclusión de todos modos.
<¡Toc, toc!>
“Adelante.”
En cuanto cesaron los golpes, Helen y Alexa entraron.
“¿Todavía no estás lista, Hermana mayor?” (Helen)
“Ah…”
Ese día, Kylie dejaba el imperio y se iría al Reino de Tarangok. Psyche estaba organizando una pequeña fiesta para despedirlo.
Por eso no había visto a Clint desde la mañana.
“Tengo que prepararme…”
“¿Puedo ayudarte?” (Helen)
“No, gracias.”
Helen hinchó las mejillas y fingió estar molesta.
“A la Hermana siempre le gusta hacer las cosas sola.” (Helen)
“Eso es más cómodo. ¿Podrían salir todos?”
A decir verdad, había dormido poco, y la idea de que fuera el último día que vería a Kylie le hizo sentir ganas de hacer algo.
De repente, Psyche sintió curiosidad por algo mientras las veía irse y detuvo a Alexa.
“Oh, Alexa, quédate un momento.”
Cuando Helen se dio cuenta de ello, desapareció rápidamente.
Psyche rebuscó sin pensar entre las cosas que había traído y buscó las pastillas anticonceptivas.
“¿Sí?” (Alexa)
“¿Buscas algo? ¿Puedo ayudarla?” (Alexa)
“Oh… No.”
Alexa observaba desde lejos.
“¿Por qué? El té que suelo tomar todas las mañanas con agua tibia. ¿No lo has visto?”
Las pastillas anticonceptivas hechas con hojas de Zabia eran más fácil de usar porque a los ojos de la gente parecían hojas de té, así que no había necesidad de ocultarlas. A menos que fuera una persona del territorio Alistair sería difícil saber qué tipo de efecto tenía.
“Ah, ¿se refiere al té que le encantaba a la Señora?” (Alexa)
“Sí… No está. No hay nada que pueda hacer al respecto.”
Alexa le impidió salir y echar un vistazo. Psyche, que pensó que podría volver a la mansión Ducal y prepararlo, cambió de tema rápidamente.
Era algo que llevaba tiempo intentando preguntarle a Alexa.
“¿Cuánto tiempo lleva Alexa siendo caballero de la familia Ducal?”
“Ah…” (Alexa)
Alexa pareció un poco sorprendida por la inesperada pregunta, pero respondió con seriedad.
“Nuestra familia ha sido vasalla de la familia Valentine desde la época de mi padre. He sido entrenada con mi hermano en la mansión Ducal desde muy joven.” (Alexa)
Pensando en ello, Psyche se dio cuenta de que había mucho que no sabía sobre Alexa. Abrió los ojos de par en par, sorprendida.
“¿Hermano? ¿Tiene Alexa un hermano?”
“Ah, ¿no lo sabía?” (Alexa)
Psyche dejó de cambiarse de ropa y miró a Alexa.
“Alexandro Brighton, el ayudante principal de Su Alteza el Duque, es mi hermano.” (Alexa)
“¿Qué?”
Psyche se sorprendió.
“Jaja, por supuesto que pensé que lo sabía.” (Alexa)
“Oh, son tan diferentes.”
El color de cabello y su apariencia eran muy diferentes, que resultaba difícil asociarlos.
Pensó que sus nombres se parecían un poco, así que gruñó e intentó encontrar a Alexandro en el rostro de Alexa, pero pronto se dio por vencida.
Alexa se rió y respondió que todos reaccionaban así.
“La mayoría de la gente se sorprende, pero en realidad somos hermanos del mismo padre y madre.” (Alexa)
Psyche abrió la boca al oír esas palabras.
“¿Pero por qué pregunta eso de repente?”
Psyche sacudió la cabeza para decir lo que quería decir en un principio.
“Entonces, Alexa, ¿conoces a Clint, o mejor dicho, a Su Alteza, desde pequeño?”
“Lo conozco. Mi hermano, yo y él solíamos practicar esgrima.” (Alexa)
“Ya veo…”
Ella sintió cierta curiosidad por la infancia de Clint, algo que desconocía y Alexa añadió rápidamente.
“El Duque no le confiaría a cualquiera el papel de escolta de su esposa. Por supuesto, el Duque confía más en mi hermano…” (Alexa)
Alexa quiso decir indirectamente que fue una buena decisión del Duque que la asignaran para proteger a Psyche.
Psyche asintió y volvió a abrir la boca.
“Entonces, ¿puedes contarme sobre su infancia?”
La idea que siguió a su deseo de conocer los verdaderos sentimientos de Clint fue que no lo conocía en absoluto.
“La infancia del Duque… Eso lo sabe muy bien Madame Rose.” (Alexa)
“¿Madame Rose?”
“Sí, el Duque perdió a su madre cuando era pequeño, así que Madame Rose tomó su lugar como madre.” (Alexa)
Había oído hacía mucho tiempo que había perdido a su madre de joven, pero era la primera vez que sentía lástima.
De repente, sintió curiosidad por la persona llamada Clint Valentine.
No solo como socio contractual ni como Duque. Quería saber qué clase de persona era él.
Entonces, sintió que sería más fácil conocer sus verdaderos sentimientos.
Era más fácil conocer a alguien descubriendo cómo había crecido, así que le preguntó a Alexa sutilmente.
“…”
Sin embargo, contrariamente a lo que esperaba, Alexa pareció un poco avergonzada y observó la expresión de Psyche.
“Eso… ¿No sería mejor preguntarle directamente al Duque?” (Alexa)
Alexa respondió con franqueza y sin la menor vacilación.
“Eso… Pero es un poco difícil preguntarle…”
Psyche puso cara de pocos amigos y pensó para sus adentros: ‘Si hubiera podido preguntárselo, ya lo habría hecho.’
“El Duque no tuvo una infancia muy feliz. El Duque anterior era muy estricto… En comparación, la Duquesa anterior era muy amable… Ah, bueno, debería escuchar esas historias del Duque.” (Alexa)
“Sí…”
Alexa sacudió con la cabeza y cerró la boca.
Psyche asintió en silencio. Era bien sabido que su infancia no fue feliz porque era una historia muy famosa.
Pensando que no obtendría una respuesta de Alexa, Psyche desvió la mirada y se quitó la bata.
Alexa, que la observaba, la llamó con un grito agudo.
“¡Se-Señora!” (Alexa)
Cuando se dio cuenta que Alexa la estaba mirando con una mirada sorprendida, Psyche bajó la mirada hacia su propio cuerpo, se sobresaltó y se subió la bata rápidamente.
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