ELDD – 28

Capítulo 28 – Persecución

 

“Su Excelencia, he descubierto a dónde se dirige su esposa.” (Alexandro)

Alexandro se acercó con cuidado y le susurró al oído.

“¿En serio?”

El rostro de Clint parecía sombrío y sin vida mientras se reclinaba en su silla.

Desde que la Duquesa Psyche desapareció de su vista de esa manera, el estado de Clint había empeorado día a día.

Alexandro pensó que tenía que encontrar a la Duquesa antes de que algo sucediera.

Aunque su Señor fingió no saberlo, la desaparición de Psyche le estaba afectando negativamente.

No solo su comportamiento en el Palacio Imperial habían corrido como la pólvora entre la nobleza, sino que también corrían rumores de que el Duque buscaba frenéticamente a la Duquesa desaparecida.

El hecho de que solo Psyche lo desconociera frustraba a Alexandro.

“Entonces, ¿a dónde fue?”

Preguntó Clint, presionándose los ojos con las manos.

“Dicen que tomó una diligencia para ir a Landel.” (Alexandro)

“Landel…”

Era una zona que no tenía nada que ver con ella.

Clint suspiró suavemente.

Diversos rumores crecieron como una bola de nieve.

Algunos aristócratas chasqueaban la lengua, diciendo que no eran una pareja que encajaba en primer lugar, mientras que otros, emocionados, decían que el Duque aprovecharía esta oportunidad para organizar un nuevo matrimonio.

Estaban dispuestos para empujar a sus hijas en cuanto el Duque diera un paso al frente. Eso se debía a su sólido poder.

Clint también conocía esos rumores.

Sin embargo, su prioridad ahora mismo era traer rápidamente a Psyche de vuelta a su lugar.

Se levantó lentamente de su asiento.

“Vayamos directo a Landel.”

“Entendido.” (Alexandro)

Alexandro se preparó sin decir palabra.

 

***

 

Como no podía dormir por la noche, Clint se echó una breve siesta sentado en el carruaje.

Aunque había una gran distancia hasta Landel, el carruaje en el que viajaba tenía un toque especial.

Podía correr dos o tres veces más rápido que un carruaje normal, y Clint lo hizo correr sin parar.

Alexandro pensó que, si lo hacía bien, podrían alcanzar a Psyche.

Así que esperaba que todo volviera a la normalidad pronto.

“…”

Antes de darse cuenta, Clint se había despertado y miraba al vacío con ojos descontentos.

“¿Se siente mal…?” (Alexandro)

Como su expresión no era buena, Alexandro se atrevió a preguntar.

“No…”

Clint negó con la cabeza, irritado.

Era porque Psyche se había aparecido en su sueño.

Además, cada escena era vívida.

Parecía más una recreación de una escena pasada que un sueño.

‘¿Cuándo fue eso?’

El paisaje que había visto en su sueño quedó grabado naturalmente a su mente.

Psyche, apoyada en la ventana, lucía tan clara y pura como la luna, quizá porque no había estado expuesta a la luz del sol en todo el día. Clint pensó vagamente que prefería que se quedara en casa a que saliera.

Pensándolo bien… En realidad, no sabía nada de ella. Solo ordenó que le dieran lo mejor. Pero se dio cuenta que no le había prestado mucha atención. Por supuesto, no pensó que fuera un gran problema.

Cuando vio entrar al Duque, Psyche sonrió levemente, se levantó y lo llamó.

<“Su Excelencia.”>

Al volver la vista atrás, se dio cuenta de que ella nunca lo había llamado su marido de forma amistosa.

Siempre lo había llamado ‘Su Excelencia.’

Al pensarlo, se sintió un poco incómodo y volvió a fruncir el ceño.

<“¿Ha cenado?”>

<“Oh, todavía no.”> (Duque)

<“¿En serio? ¿Pido que preparen la cena?”>

Psyche, a pesar de ser bastante hermosa, parecía un poco fría, pero tenía un lado cariñoso y hogareño en el Ducado.

Siempre era la que hablaba primero y mantenía la conversación un buen rato.

Ese día tampoco hubo nada especial.

El Duque regresó de su trabajo como siempre, y Psyche lo recibió como de costumbre.

<“La cena está lista, y como ya que es de noche, te gustaría tomar un poco de té caliente.”>

<“De acuerdo. Les pediré que traigan algo ligero, si te aburre el té, haré que alguien traiga algún refresco.”> (Duque)

<“Bien.”>

Clint sonrió levemente.

<“¿Pasó algo nuevo hoy?”>

<“Oh. Bueno, lo mismo de siempre. Creo que Su Alteza el Príncipe Heredero se encontró con un grupo de ladrones mientras estaba de paseo y lo pasó mal… Espero que lo tomen como una lección y no lo vuelva a hacer.”> (Duque)

Psyche se tapó la boca y rió al oír esas palabras.

<“Vaya. Que interesante.”>

<“No pensarás así si te los encuentras allí.”> (Duque)

<“Hablando de un grupo de bandidos, me pasó algo gracioso cuando era joven.”>

Psyche puso una expresión soñadora, como si estuviera recordando el pasado.

<“En el territorio donde crecí no había muchos caballeros, así que cuando aparecía un grupo de bandidos, solía ser difícil luchar contra ellos.”>

<“​¿De verdad?”> (Duque)

<“Mi padre solía usar algo llamado ‘planta de la fantasía’ en momentos así.”>

<“¿Planta de la fantasía?”> (Duque)

<“Sí. Es una planta que, bien usada, provoca alucinaciones. Nunca sabes lo que verás. Recuerdo que de niñaa vi un monstruo. Me escapé y salí corriendo como un perro con el rabo entre las piernas.”>

Mientras decía eso, Psyche volvió a reír.

<“¿Realmente existe algo así?”> (Duque)

<“Sí. Pero eso no significa que sea omnipotente. Normalmente solo funciona una o dos veces.”>

Mientras ella hablaba de sí misma, Clint no pudo evitar hacer contacto visual y sonreír.

Ella permaneció a su lado hasta que sirvieron el té y los bocadillos, continuando la conversación con voz suave y apacible, de forma desenfadada.

Hablaron de varias cosas ese día.

Desde que salió a relucir la historia de la ciudad natal de Psyche, recordó haber oído muchas historias sobre la finca de Alistair.

No los recordó todas, pero lo cierto es que las historias de entonces no eran aburridas.

En retrospectiva, era un pequeño placer.

En ese momento, no sabía…

Frunció el ceño, sintiendo como si Psyche fuera a sentarse a su lado y susurrarle algo en cualquier momento.

Era la primera vez que sentía tan grande la presencia de Psyche en su vida cotidiana.

“…”

Se cruzó de brazos como si estuviera molesto.

Alexandro mantuvo la boca cerrada y se quedó quieto intentando pasar desapercibido, para no ofender al Duque en la medida de lo posible.

De repente, el Duque enderezó la espalda al recordar algo que había pasado por alto.

<“Entonces… ¿dices que tomó una diligencia que va a otro lugar a propósito para no revelar su destino?”> (Duque)

<“Así es. Es un método que suelen usar los mercenarios.”>

<“Entonces, ¿cómo llegas a dónde quieres ir?”> (Duque)

<“Te bajas discretamente a mitad de camino y te diriges a tu verdadero destino. Después de todo, a menos que seas un noble, a ningún cochero le importa que alguien se pierda a mitad del camino. De todas maneras, ya recibió el dinero…”>

<“¿Pero no te descubrirán rápidamente?”> (Duque)

<“Es más difícil de encontrar de lo que parece. Es difícil rastrear todos los escenarios posibles, e incluso si se encuentra el verdadero destino… ya se ha tenido tiempo suficiente para huir.”>

Por eso que le vino a la mente aquella vieja conversación.

“…Mi esposa probablemente no fue a Landel.” (Duque)

“¿Eh?”

Alexandro, que había estado callado, abrió los ojos de par en par, sorprendido.

Fue porque las repentinas palabras le parecieron inesperadas.

Esa información la había obtenido Alexandro tras investigar a una persona.

(N/T: Pensé que Cloud podría ser gente del Duque, pero parece que no lo es, ¿Será que es gente de Rachel? ¿O acaso es un verdadero mercenario?)

Investigó a fondo a Psyche, empezando por el hecho de que pasó por una pañería cerca del Palacio Imperial a vender su ropa y luego subió a una diligencia. Dijeron claramente que se subió a una diligencia para ir a Landel… ¿De repente?

“Tomamos a la Duquesa… demasiado a la ligera.”

Solo entonces Clint se dio cuenta.

Puede que llevara mucho tiempo planeando huir de él.

Pensar en ello lo confundió aún más.

¿Qué diablos?… Ni siquiera podía adivinar qué la había llevado a hacer aquello.

Y el sentimiento de traición por el hecho de que ella lo hubiera abandonado ya acechaba en un rincón de su corazón. Si la encontraba, no la dejaría ir nunca más. Planeaba asegurarse de que no lo abandonara de nuevo.

Ante las palabras de Clint, Alexandro le dirigió una rara mirada de confusión.

“Si no es a Landel, ¿a dónde…?”

Clint se puso a pensar por un momento.

“Hoy, recordé que la Duquesa me habló de su ciudad natal.” (Duque)

“¿Ciudad natal?”

“Sí. Me hablaba de los viejos tiempos, historias sobre hierbas y esas cosas, y parecía disfrutarlo.” (Duque)

De repente, recordó lo que le había dicho la doncella de Psyche.

No era raro que ella hablara de su ciudad natal, pero ese día sintió una extraña incomodidad.

Las hierbas, plantas y otras cosas por el estilo no eran algo de lo que hubiera oído hablar mucho desde que Psyche se convirtió en Duquesa.

“Debió dirigirse a su tierra natal. Cambiará de carruaje a mitad de camino.” (Duque)

“No. ¿Su Señoría conoce ese truco? ¿Un método usado por simples mercenarios?”

“…” (Duque)

Clint se irritó aún más al oír esas palabras.

“Den la vuelta al carruaje y diríjanse al territorio Alistair.” (Duque)

“Entendido…”

Alexandro transmitió la orden de Clint al cochero sin decir palabra.

Si fuera como de costumbre, habría hecho muchas preguntas, pero Alexandro era un hombre muy perspicaz. Después de todo, ya llevaba diez años sirviendo bajo a las órdenes del Duque.

Sabía que no era el momento de dar un paso al frente, así que mantuvo la boca cerrada y se quedó quieto.

Entonces Clint lo miró y volvió a abrir la boca.

“¿Por qué estás tan callado hoy? Tú, que siempre dices que conoces a las mujeres mejor que yo.” (Duque)

“Ah…”

“Es extraño que tú, que siempre haces ruido, estés callado.” (Duque)

Entonces Alexandro se rascó la cabeza y respondió:

“Sé cuándo inmiscuirme y cuándo no.”

Alexandro sabía que Clint, que perseguía a Psyche, era muy diferente de lo habitual. Por mucho que lo apreciara como confidente, dado que el Duque se encontraba en semejante estado últimamente, pensaba que le sería difícil para él conservar su vida si decía tonterías.

Alexandro sabía que Clint tampoco había dormido anoche. Así que no tuvo más remedio que morderse la lengua.

Sin embargo, a Clint le molestó el silencio.

“¿Cuándo te ha importado algo así? Di algo.” (Duque)

“Ja, ja, ja…”

Alexandro estaba aún más avergonzado.

Definitivamente pensó que, dado que la Duquesa había desaparecido, algo debía haber pasado a la cabeza de su señor.

Supuso que tenía que obedecer cualquier orden que le dijera.

“Por cierto, ¿no es la zona que va desde aquí hasta la finca Alistair un hervidero de bandidos?”

“…” (Duque)

El rostro de Clint se arrugó aún más ante esas palabras.

Alexandro no tuvo más remedio que cerrar la boca de nuevo.

“…”

Luego, unos minutos después, Clint volvió a abrir la boca.

“Tu silencio me irrita aún más.” (Duque)

El Duque frunció el ceño cuando se dio cuenta de que se había acostumbrado a la rutina diaria de Psyche, que parloteaba como un niño.

El rostro de Alexandro se agrió ante esas palabras.

‘¡Qué espera que haga!’

De todos modos, parecía que, si volvía a hablar, no recibiría más que insultos. Intentó hablar de nuevo, pero volvió a cerrar la boca. Tuvo que gritar mentalmente: ‘¡Duquesa, por favor, vuelve pronto!’ un millón de veces.

El carruaje se dirigió rápidamente hacia el territorio Alistair.

Alexandro se aferró a la esperanza de encontrar pronto a Psyche.

Y sabía que así sería.

 

Anterior Novelas Menú Siguiente

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!
Scroll al inicio