ELDD – 11

Capítulo 11 – Invitado No Invitado en la Noche

 

Antes de darse cuenta, el carruaje ya había llegado a la residencia Ducal. Los dos bajaron del carruaje y entraron juntos. Psyche estaba tan cansada de ir de aquí para allá por primera vez en mucho tiempo que solo quería entrar y descansar. Clint la detuvo mientras subía al dormitorio sin decir palabra.

“Mi Señora, hablemos un momento.”

“…”

Estuvo a punto de negarse, pensando que sería una insistencia obvia, pero cambió de opinión rápidamente.

Como había dicho en el carruaje, últimamente parecía haber dicho todo lo que quería decir. Psyche, preocupada que sus acciones volvían a ser criticadas, Psique juró contenerse y le siguió en silencio. Ya era suficiente rebeldía para ella dejar solo al Duque.

Pensó que no sería una mala idea permanecer en silencio el tiempo restante hasta el banquete. Al entrar en el despacho del Duque, este le sugirió un lugar donde sentarse primero.

Psyche lo vio sentarse frente al asiento que él le había indicado. Un hombre que debía de tener prisa por seguirla, pero cuyas ropas no estaban desaliñadas en ningún momento.

“¿Quiere un poco de té?”

“Sí. Un té está bien.”

Psyche frunció el ceño al sentir de nuevo el aroma de las hojas de Zabia que Rachel le había dado por la mañana.

“Bueno, me gustaría que te quedaras dentro de la mansión por ahora.”

Como era de esperar de el Duque, no se anduvo con rodeos y fue directo al grano. Era extraño que dijera eso. Salvo hoy, Psyche nunca había salido. De todas formas, siempre se quedaba dentro. Se preguntó si había algo más, así que preguntó.

“No creo que vuelvas a salir como hoy.”

“Sí. No deberías. Si lo haces y ocurre algún problema…”

El Duque negó con la cabeza, horrorizado.

“¿Pero por qué insistes en decirme que me quede dentro?”

“Estoy planeando cancelar todos los banquetes y reuniones programadas para el futuro.”

“¿Qué?”

Psyche reaccionó de forma exagerada sin darse cuenta. No pudo evitar gritar ante las palabras inesperadas.

“He enviado un mensaje con antelación que no podrás asistir al banquete ofrecido por Su Alteza la Emperatriz. Creo que probablemente lo entenderá.”

“Ja…”

Psyche estaba tan sorprendida que no pudo decir nada. Al ver su rostro desconcertado, Clint añadió una explicación.

“Ni siquiera quieres un caballero escolta, y encima hoy saliste sola. Considerando la salud de mi esposa, esto es algo que no puedo puedo dejar pasar sin hacer nada, y te pido disculpas por mi intromisión.”

“¿Decidiste… Actuar de esta manera?”

Dijo el Duque sin apartar la mirada de Psyche, que estaba fija en él.

“Sí. Es todo por el bien de mi esposa.”

“¿Cómo puede ser por mi propio bien si no se respeta mi voluntad?”

“¿Crees que hago esto sin motivo?”

“Entonces me gustaría saber el motivo.”

(N/T: No podía dejarlo pasar… Hay algo raro, de hecho él es un insensible, como cualquier novela, falta comunicación… No creo que él relamente quiera matarla, puede ser que quiera matar a alguna otra embarazada por algún motivo y lo que quiera es protegerla, pero tambien es cierto que es medio tóxico, esa presión que ejerce sobre ella, es bastante pesada.)

Clint arqueó ligeramente las cejas ante las palabras de Psyche y mostró una expresión de disgusto poco común. Era extraño ver cómo su rostro, que no mostraba ninguna emoción, cambiaba.

“¿De verdad crees que no escuché el informe del médico que vino a verte?”

‘Ah.’

Psyche se quedó sin palabras. No había tomado medidas energica para silenciar la boca del médico. Simplemente pensó que era el efecto de las hojas de Zabia, pero no esperaba que resultara así.

“Dijo que podrías tener un parto prematuro, así que deberías descansar más.”

“Es simplemente por las hojas de Zabia.”

“¿Hojas de Zabia?”

“Sí. Las hojas de té que trajo Lady Hailston eran del árbol de Zabia, las cuales provocan esa reacción temporal en las mujeres embarazadas. No tienes que preocuparte por eso.”

Los ojos de Clint parecieron vacilar un poco ante esas palabras.

“Rachel trajo… Hojas de Zabia…”

Murmuró, luego pareció ligeramente confundido y volvió a mirar a Psyche a los ojos.

La expresión de vergüenza desapareció rápidamente de su rostro.

“Tanto si son hojas de Zabia como si no, tengo el deber de proteger a mi esposa e hijo. Dijiste que no querías un caballero escolta así que lo retiré y puedo hacer lo que quiera, pero no puedo ceder en esto.”

“¡Su Alteza!”

Al final, Psyche alzó la voz.

“Entonces entra y descansa.”

Mantuvo su actitud de que ya no podía ceder. Como si no quisiera oír ninguna razón de Psyche y emitió un orden de salida disfrazado de petición de descanso.

Sin embargo, cuando Psyche se sentó obstinadamente, finalmente ordenó a sus sirvientes:

“Acompañen a mi esposa a su dormitorio.”

(N/T: ¡No soporto a este imbecil!)

Esto se debe a que no quería hacerlo más difícil con los dos problemas.

La orden fue dirigida a Psyche, sabiendo que ella no quería causar problemas a los sirvientes. Los ojos de los empleados, que no podían evitar mirarla fijamente mientras ella era reacia a marcharse, finalmente hicieron que Psyche saliera de la habitación.

Era porque no quería complicarles las cosas a los demás por sus problemas.

“Ja.”

Dejo escapar un suspiró, salió de la habitación y caminó despacio. No sabía por qué Clint intentaba mantenerl enacerrada así.

Su comportamiento se había vuelto aún más extraño últimamente, con seguridad no se había enterado de su plan de huida, de ser así nunca le habría permitido al banquete. Le dolía la cabeza por la inesperada sorpresa.

Pero aún sentía que tenía que irse de allí. Psyche se sentó tranquilamente en su habitación y ordenó sus pensamientos.

“Ahora que lo pienso, desde que el Duque vino a mi casa… ya.”

Habían pasado cuatro años.

Al principio, le había puesto nerviosa ir a mansión Ducal porque era un contrato, pero se había convertido en un lugar rutinario, pero hoy, le resultaba aún más extraño.

Por supuesto, en aquel entonces la casa Ducal tenía mucho poder, pero no tanto como ahora. Clint, quien acababa de convertirse en Duque, todavía era un duque solo de nombre, y era un novato que aún no se había consolidado.

Sin embargo, tras su matrimonio con Psyche, consolidó su posición como Duque cada día más.

En los periódicos corrían los rumores de que la familia de la Duquesa era tan débil que no podía ayudar al Duque en absoluto, pero las acciones del Duque tras el matrimonio demostraron que estaban equivocados.

A medida que el Duque se establecía, Psyche pensó que su vida matrimonial también se estaba volviendo más estable.

Así que, aunque no eran muy cercanos, pensó que no estaría mal criar un hijo juntos.

“Cariño… Quería darte una buena familia…”

Curiosamente, le escocían los ojos. Desde joven, había anhelado una familia feliz. Había aceptado el contrato con el Duque en gran medida porque le había prometido darle a ella y a su hijo una vida cómoda.

“Lo que todos los demás disfrutan…”

‘No será fácil para mi dártelo. Culpa a tu madre por ser insuficiente.’

Se sentó en la cama con una sonrisa amarga.

“Uf…”

Quizás porque estaba demasiado preocupada, le dolía el estómago de forma extraña como si los músculos se estuvieran contrayendo, por lo que se abrazó el estómago rápidamente y se consoló a si misma.

“Pronto pasará… Salgamos de aquí…”

Seguía sintiendo dolor por lo que se apoyó en el cabecero de la cama, sudando profusamente. Su cuerpo se jundió por sí solo. Hoy parecía que se había excedido.

“Rachel… Esa mujer…”

‘¿Qué demonios está haciendo?’ – Se tragó las palabras y dejó escapar un suspiro entrecortado.

Al recordar el incidente del jardín, el malestar aumentó y el dolor se hizo más intenso.

‘Ah. No pensemos en ello.’

Solo buenos pensamientos…

Psyche sacudió la cabeza con todo su fuerza, intentando borrar las imágenes residuales. La confundía la idea de tener que elegir un nuevo día para escapar porque no podía ir al banquete, pero sabía que lo mejor era dejar que su cuerpo descansara por ahora.

Se secó el sudor frío con el dorso de la mano y cerró los ojos. Mientras ordenaba sus pensamientos, oyó que llamaban a la puerta. Pensando que el Duque podría haber venido a disculparse, Psyche se incorporó rápidamente.

La puerta se entreabrió y apareció Rachel, una mujer que le resultaba desagradable solo de pensar en ella.

Además, era una visita extraña a una hora demasiado tardía.

Psyche frunció el ceño en cuanto vio a Rachel.

Y más aún porque era el rostro que menos deseaba ver en ese momento. ¿Sabía lo que había pasado por su culpa? ¿Cómo podía ser tan descarada después de eso?

Y el hecho de que todavía estuviera en la mansión del Duque la pintaba como una mujer sin ninguna consideración. El hecho de que Rachel estuviera frente a ella era impactante en muchos sentidos.

Además, no podía creer que una mujer sola se había quedado en un lugar donde se alojaba una pareja. No había nada que le gustara.

Rachel la observó y luego, discretamente, entró en la habitación. Parecía decidida a entrar a toda costa, su andar vacilante le parecía extraño.

“Nunca le pedí que entrara, Señorita.”

Psyche la rechazó de inmediato.

Sin embargo, Rachel ya había entrado y se paró frente a ella, cerrando la puerta.

“…”

Se sorprendió aún más al ver la ropa de Rachel.

Llevaba una camisola fina que no era transparente pero que apenas dejaba ver su silueta. En qué demonios estaba pensando, Psyche no podía entenderlo.

No tenía sentido que una mujer de una familia noble, que ni siquiera estaba casada, anduviera así.

“Es tarde en la noche, regrese a su casa, joven Condesa.”

Psyche dio la orden de despido a la invitada.

Ahora que lo piensa, sus comentarios escandalosos y directos fueron, en realidad, un comportamiento grosero desde la perspectiva de los demás. Psyche suspiró involuntariamente. Rachel se estremeció ante su actitud, pero no parecía tener intención de irse y se quedó plantada allí como si estuviera clavada al suelo.

Rachel, que había estado evitando el contacto visual con Psyche y no podía mirarla directamente, abrió la boca vacilante.

“Lamento venir tan tarde.”

Psyche se echó a reír, sintiendo que sus palabras de disculpa y sus acciones no coincidían en absoluto.

“Me alegra que te disculpes por venir tan tarde. No tengo nada que hablar con la Señorita, así que, por favor, regresa.”

Sin embargo, Rachel se mantuvo firme a pesar de la fría hospitalidad de Psyche.

“Esto es algo que definitivamente la Señora debe escuchar.”

Era un tono muy, muy significativo.

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