
Capítulo 101 – E5 – La vida diaria con un bebé + el resultado final
La Emperatriz dio a luz a un hijo, y la corte estaba llena de alegría.
En el Palacio Zhaoyun, los labios de Ning Yin estaban fríos y pálidos, miró al pequeño ser arrugado envuelto en pañales como si estuviera cumpliendo una tarea y se lo entregó a la nodriza y a la abuela.
Su ojos volvieron a posarse en el rostro de Yu Lingxi, tomó una taza de congee de pollo que le había traído la criada del palacio, la removió y dijo con voz ronca. – “Muy bien, ya lo he visto.”
Yu Lingxi sabía que Ning Yin quería una hija, y si pudiera elegir, no dudaría en matar a esa mitad de su propia línea de sangre y reemplazarlo con el de su esposa.
Pero esta vez, nació un hijo.
“¿A quién se parece?”
Tomó un sorbo de gachas de la mano de Ning Yin y se giró para mirar al bebé rojo en brazos de la nodriza. – “Sus cejas son como las tuyas, pero sus labios son muy parecidos a los míos.”
Los labios de Ning Yin eran finos, y cuando no sonreía, resultaban un poco inhumanos.
Tras escuchar las palabras de Yu Lingxi, Ning Yin observó de nuevo a su hijo. El labio superior del bebé tenía una pequeña perla labial, que sin duda se parece mucho a la suya.
De hecho, los rasgos faciales del recién nacido aún no se habían desarrollado, y era imposible decir a quién se parecerá en el futuro. Yu Lingxi dijo eso deliberadamente, solo para que Ning Yin pudiera ver más a su hijo.
Su hijo también es bastante bueno.
En sus dos vidas, nunca tuvo la oportunidad de acompañar a Ning Yin en su oscura infancia y ha sido una bendición tener un hijo similar a Ning Yin para compensar esa deficiencia y velar por él mientras crece sano y salvo.
“Dale un nombre, ¿de acuerdo?”
Yu Lingxi agotó sus fuerzas, su voz bajó gradualmente, abrió y cerró los párpados y dijo. – “Primero me voy a dormir.”
Ning Yin dejó el tazón de congee, la sujetó por los hombros con una mano, con la otra retiró suavemente la almohada de su cintura y acomodó la ropa de cama.
El bebé canturreaba a un lado, él retorció un paño de algodón tibio de la palangana dorada que tenía a su lado y susurró: “Llévalo fuera.”
La nodriza y la niñera no se atrevieron a desobedecer y llevaron al pequeño bebé al salón lateral que ya había sido preparado con antelación para amamantarlo.
Ning Yin bajó la mirada y lenta y metódicamente limpió el sudor pegajoso del cuerpo de Yu Lingxi. Luego dejó caer el paño de algodón y se inclinó para recoger su pluma.
Cuando Yu Lingxi despertó, Ning Yin ya se había ido a la corte.
Un trozo de papel rojo salpicado de oro estaba colocado sobre la mesa del escritorio, y una docena de caracteres estaban escritos con pinceladas vigorosas, obviamente de la mano de Ning Yin.
“Todos estos nombres fueron ideados solo por Su Majestad el Emperador después de que la Emperatriz se durmiera anoche.” (Hutao)
Hutao ayudó a Yu Lingxi a incorporarse, tomó ropa para envolverla y susurró. – “Lo que la Emperatriz dijo, el Emperador lo ha recordado en su corazón.”
Yu Lingxi también supo por Hutao que después de dar a luz a su primer hijo durante toda la noche, Ning Yin estuvo de pie fuera del salón toda la noche.
Yu Lingxi no le permitió acercarse para acompañarla en el parto, así que realmente se esforzó mucho por no venir.
“Él no se lastimó, ¿verdad?” – Preguntó Yu Lingxi.
Le fue difícil dar a luz, por temor a que, de Ning Yin, ese lunático, también se clavara un cuchillo en el cuerpo, para que pudiera «sentir lo mismo» que ella.
Ella sabía que Ning Yin definitivamente podía hacerlo.
“No, el Emperador solo estuvo de pie.” (Hutao)
Hutao le contó que cada vez que abría la puerta de la habitación y le pedía a una doncella que trajera agua, veía cómo los oscuros ojos del Emperador se iluminaban y miraba fijamente al salón donde ondeaba el velo colgante.
Estaba envuelto en una fría escarcha nocturna de otoño, con los pies clavados en el mismo sitio, pero su cuerpo se inclinaba ligeramente hacia adelante, como si quisiera liberarse de lo que lo ataba y acompañar a su esposa.
Hutao siempre le había tenido miedo a Ning Yin, pues su corazón era demasiado duro y frío, como si nada en el mundo pudiera doblegarlo. Pero la noche en que Su Majestad la Emperatriz dio a luz, descubrió de repente que el imbatible y despiadado Emperador también tenía debilidades.
Al escuchar a Hutao parlotear sobre eso, Yu Lingxi sonrió con una mirada dulce y todas las dificultades y el agotamiento encontraron consuelo en ese momento.
Ella escribió, humedeciendo la tinta y rodeando con un círculo la palabra ‘Rong’ entre la docena de palabras.
(N/T: 容 = Rong = contener, permitir, tener, tolerar.)
“Eh, ¿por qué Su Majestad la Emperatriz eligió esa palabra?” – Preguntó Hutao.
“El mar está abierto a todos los ríos, y su tolerancia es grande. Espero que en el futuro mi hijo sea una persona de gran corazón.”
Yu Lingxi reflexionó un momento y añadió otro carácter junto a la palabra. – “Este*, es su apodo.”
(N/T: Jaja No sé si se refiere al pronombre Este, o 这个 (Zhege), es su apodo.)
En la sala de la corte, los funcionarios estaban más felices que si hubieran dado a luz a su propio hijo, planeando ofrecer sacrificios a los cielos y a los antepasados, y sugiriendo una amnistía general para el mundo.
A Ning Yin no le gustaba lo ruidosos que eran, así que abandonó directamente la corte para regresar al Palacio Zhaoyun.
Yu Lingxi descansaba en el sofá con el pequeño bebé en brazos, su cabello medio despeinado le caía por la cintura con suavidad, dulzura y belleza.
Al ver a Ning Yin entrar por la puerta, levantó la vista y sonrió. – “¿Has vuelto? El pequeño An se acaba de dormir.”
“¿Pequeño An?” (Ning Yin)
Los ojos de Ning Yin se crisparon y miró al «pequeño monstruo» cuyos ojos dormían como dos rendijas.
“Yo le puse ese apodo. An como paz y también An como ‘Sui Sui en paz siempre’.”
(N/T: Tal vez en español no tenga mucho sentido, pero en Chino, si lo tiene: An = 安 y Paz = Sana y salva = 平安, podrán notar que en ambos comparten el carácter 安,)
Al decir eso, Yu Lingxi esbozó una leve sonrisa.
Ning Yin bajó la mirada.
Cuando vio por primera vez a esa criatura recién nacida, no se inmutó.
Aún no podía amar a ese niño; porque él era una persona de sangre fría, y no podía tolerar que una tercera vida se interpusiera entre él y Sui Sui. Pero el pequeño monstruo fue concebido y nació diez meses después, en octubre, así que intentará comprenderlo y luego aceptarlo.
Ahora Yu Lingxi ha incrustado sus recuerdos más dulces en el apodo del pequeño monstruo, y ese tipo de «parentesco» que conecta la línea de sangre tiene un contorno ligeramente borroso.
“Es más apropiado llamarlo ‘pequeño monstruo’.” (Ning Yin)
Resopló suavemente y dijo, pinchando las suaves mejillas del bebé sin expresión alguna. – “Es tan feo.”
Yu Lingxi sonrió. – “¡Acaba de nacer! Dentro de algún tiempo más tendrá buen aspecto.”
En este punto Yu Lingxi estaba muy segura de esto, no importa cómo se integren en apariencia los hijos de ella y Ning Yin, no podía ser tan malo.
A Yu Lingxi comenzó a subirle la leche, y el dolor era tan intenso que no podía dormir.
Ning Yin había tenido un sueño ligero, pero cuando Yu Lingxi se dio la vuelta, se despertó.
Al ver los ojos oscuros de Ning Yin, Yu Lingxi se disculpó un poco y dijo en voz baja. – “Duérmete, iré a pedirle a mi madre que venga a darme un masaje.”
Ning Yin la sujetó por la cintura y no la dejó ir.
“Dime cómo se hace.” – Él dijo.
Al comprender lo que quería decir, Yu Lingxi se quedó atónita un momento y luego susurró. – “¿Cómo puedes hacer eso? Tienes que ir a la Corte temprano en la mañana, en una hora…”
Sin embargo, Ning Yin no la escuchó en absoluto, extendió un largo y robusto brazo desde la cortina, agarró el abrigo que se había quitado junto al sofá y lo envolvió sobre los hombros de Yu Lingxi.
Yu Lingxi no pudo vencerlo, así que tuvo que rendirse.
Ning Yin masajeó con mucho cuidado; sus pestañas entreabiertas proyectaban una sombra bajo sus ojos, impidiéndole ver sus emociones. A pesar de eso, Yu Lingxi seguía rezumando un fino sudor y apretó el colchón bajo su cuerpo.
Después de un largo rato, Ning Yin dejó a un lado el cuenco de jade lleno de leche blanquecina y tomó un paño húmedo para aplicar frío. Luego inclinó la cabeza y besó ligera pero cuidadosamente un punto dolorido.
Las velas estaban tenuemente encendidas, reflejando dos siluetas brumosas.
Cuando Ning Rong tenía un año, ya podía llamar a sus padres y el placer diario de Yu Lingxi era provocar a su hijo para que hablara como un loro.
De vez en cuando, Ning Yin venía a verla después de manejar asuntos gubernamentales, pero siempre se quedaba menos de dos cuartos de hora antes de sacar impacientemente a su hijo, cerrar la puerta del palacio a sus espaldas y tomar a Yu Lingxi en sus brazos.
Yu Lingxi, conmovida por su aliento, dijo con una sonrisa. – “Si tienes tiempo, ¿puedes cuidar del pequeño An por mí?”
Yu Lingxi sabía que Ning Yin aún no podía aceptar que Ning Rong ocupara demasiado de su tiempo, incluso tratándose de su propio hijo.
Así que aprovechó esa oportunidad para cultivar la relación padre-hijo.
Al día siguiente después de la corte, Ning Yin llevó a Ning Rong al Salón de la Luz Flotante, como había prometido.
Yu Lingxi dejó escapar un acogedor suspiro de alivio y vio a Ning Yin sacar a su hijo de la Puerta del Palacio Zhaoyun, y luego le dijo a su madre. – “Sigue y observa.”
En el Salón de la Luz Flotante, los memoriales se apilan como una montaña.
Ning Yin entró con Ning Rong en un brazo y colocó a su hijo sobre la mesa del dragón.
Ambos se miraron fijamente con ojos muy abiertos, casi como dos copias, uno grande y otro pequeño. Ning Yin frunció el ceño y miró a su alrededor; su mirada se posó en el jarrón de porcelana de vientre redondo que tenía a su lado.
El jarrón de porcelana le llegaba aproximadamente la altura de las rodillas y tenía una boca ancha, justo lo suficiente para que cupiera un niño.
Sacó los pergaminos y las pinturas del interior, volvió a meter a su hijo dentro, se puso una bata para mantener el calor y se sentó a leer los memoriales.
Ning Rong se quedó solo un rato y, al ver que su padre no le hablaba, se levantó tembloroso del borde del jarrón y extendió su manita gorda para alcanzar el memorial sobre la mesa.
Al ser empujado con demasiada fuerza, el jarrón de porcelana se tambaleó un poco y finalmente cayó con un estruendo.
Los sirvientes del salón parecían asustados y querían acercarse a ayudar, pero no se atrevieron a tomar la iniciativa, sudando en silencio en sus corazones.
Ning Yin se apoyó la sien sin levantar la vista y dejó a su hijo en el jarrón de porcelana, rodando en círculo.
El secretario del Ministerio de Finanzas entró para informar a Su Majestad sobre sus funciones y vio el jarrón de porcelana con Su Alteza Real dentro, rodando de un lado a otro de forma extraña y cómoda en el salón.
El secretario del Ministerio de Finanzas no puedo soportarlo y extendió la mano mientras estaba arrodillado y enderezó el jarrón de porcelana temblorosamente.
Con un sonido penetrante, el jarrón de porcelana finalmente se detuvo, y los corazones de todos se tranquilizaron.
El niño, inquieto sin poder evitarlo, agarró la manga de la túnica oficial del Ministro de Finanzas, curioso por hacer de las suyas.
Después de que el secretario del Ministerio de Finanzas terminara de informar los asuntos importantes, el pequeño antepasado no tenía intención de soltarlo, así que solo pudo pedirle ayuda al joven Emperador. – “Su Majestad, esto…”
Solo entonces Ning Yin alzó la vista, tomó el cortador de papel que estaba sobre el escritorio y lo limpió.
Tras un crujido de seda rompiéndose, el secretario del Ministerio de Finanzas, con la manga rota, salió del salón aliviado.
***
En el Palacio Zhaoyun, Yu Lingxi dormía plácidamente una siesta.
Se vistió lentamente y estaba a punto de salir a recoger a su hijo, cuando vio a la madre que había enviado para vigilarlo regresar llorando y dijo. – “¡Su Majestad la Emperatriz, debería ir rápidamente a echar un vistazo a Su Pequeña Alteza!”
“¿Qué ocurre?”
Yu Lingxi se levantó y dijo. – “Su Majestad el Emperador tiene sentido de la proporción y no hará nada fuera de lo común…”
Antes de que pudiera terminar sus palabras, vio a Ning Yin con su habitual túnica imperial rojo carmesí, regresando con un objeto en la mano de espaldas a la puesta de sol.
Cuando entró en el patio, Yu Lingxi se dio cuenta de que llevaba en brazos a su hijo.
“¿Verdad?” – Yu Lingxi no sabía si reír o llorar, y completó la última palabra.
***
Tres años después, Ning Rong tenía cuatro años.
Ese niño era extremadamente inteligente, los hermanos y hermanas de la familia Yu todavía jugaban en el barro a esa edad, mientras que él ya ha memorizado los libros de la iluminación y aprende todo muy rápido, es inteligente y bien educado, no como un niño.
Sólo una cosa, no es muy cercano a Ning Yin.
Un día, Yu Lingxi descubrió que Ning Rong había atrapado un saltamontes, le había arrancado las alas y las patas una a una con las manos, y luego, admirando su inútil lucha en el suelo, finalmente ella se dio cuenta de que algo iba mal.
(N/T: ¡No! ¡Otro lunático!)
“Sin brazos ni piernas, no puede abrazar a su hijo, es muy lamentable.” (Ning Rong)
Yu Lingxi no dejó que la culpa la paralizara, sino que se agachó y miró al saltamontes en el suelo con las alas y patas rotas junto a su hijo. – “Si también le arrancan la mano a Ah’Niang, ¿qué haría el pequeño An?”
“Entonces las volvería a pegar.” (Ning Rong)
La voz de Ning Rong era infantil; frunció los labios y recogió las patas desgarradas del insecto, intentando volver a pegarlas.
Naturalmente, sin éxito, empezó a entrar en pánico.
Yu Lingxi tocó la cabecita de su hijo y le dijo. – “Los seres vivos no son ropa que se puede reparar si se rompe. Algunas heridas, una vez infligidas, duran para siempre.”
Ning Rong bajó la cabeza y susurró. – “Este niño entiende.”
“Lávate las manos.”
Yu Lingxi sonrió levemente. – “Vamos a buscar a tu padre para jugar.”
Ning Rong cavó un hoyo y enterró el saltamontes, diciendo hoscamente. – “Este niño no irá.”
“¿Por qué?” – Yu Lingxi se sorprendió un poco.
“No le gusto a padre.” (Ning Rong)
Las palabras infantiles resonaron profundamente en el corazón de Yu Lingxi.
Cuando se fue a la cama por la noche, Yu Lingxi le contó a Ning Yin el incidente ocurrido durante el día.
Después de pensarlo, se apoyó en el hombro de Ning Yin y le preguntó. – “Ning Yin, si tuvieras la oportunidad de volver al pasado, ¿qué le dirías al tú yo de la infancia?”
¿Qué tan inteligente es Ning Yin? Claro que entendió lo que Sui Sui quería decir.
Él ya no podía cambiar nada del pasado, pero sí podía cambiar a Ning Rong.
Ning Yin no sabía cómo expresarlo.
Todos los buenos pensamientos de su vida estaban dirigidos a Sui Sui, pero para Xiao An, sólo le quedaba la empatía de Aiwu Jiwu*.
(N/T: * ài wū jí wū (爱屋及乌) lit. si quiere [uno] mucho a otro, querrá hasta el cuervo del tejado de su casa; fig. hacer extensivo el cariño por una persona a todo lo que está relacionado con ella.)
“Duérmete.” – Pellizcó la nuca de Yu Lingxi como si nada hubiera pasado.
Al día siguiente, cuando Yu Lingxi despertó con la luz de la mañana, oyó un crujido procedente del patio.
Curiosa, se vistió, se levantó del sofá y salió a echar un vistazo, sólo para ver que, bajo las hojas rojas frente al Palacio Zhaoyun, Ning Yin y Ning Rong estaban sentados uno frente al otro, cada uno con una daga en la mano, cortando tiras de bambú.
En la mesa de piedra lateral también había pasta, hilo de pescar y otros artículos.
Las dos figuras, una grande y otra pequeña, se movían al unísono como si se miraran en un espejo, deleitando su vista.
Al verla salir, Ning Rong finalmente esbozó una sonrisa infantil. – “¡Madre! ¡Mira!”
Levantó los trozos de bambú retorcidos que tenía en la mano.
Yu Lingxi se acercó con una sonrisa fruncida en sus labios, su falda dorada tejida brillaba deslumbrante bajo el sol, y le recordó con cariño. – “No te lastimes…”
“Cortándose los dedos, él mismo recordará la lección.” (Ning Jin)
Ning Yin bajó el tono, flexionó los dedos y señaló el asiento a su lado: “Siéntate.”
Así que Yu Lingxi se sentó, apoyó la mandíbula y observó cómo padre e hijo se ponían manos a la obra.
Ning Yin le enseñó a Xiao An a hacer una cometa de papel Luan verde.
Era una cometa de papel parecida a la que la Concubina Li tiró y aplastó cuando era niño, y también parecida a la cometa de papel que Yu Lingxi personalmente liberó con él en aquel entonces, llevando los dos recuerdos de su viaje de la oscuridad a la luz.
Ahora, se la enseñó a Xiao An.
Las cometas de papel se balancearon y volaron hacia el cielo, una grande y otra pequeña, una delicada y hermosa, la otra áspera e infantil.
“¡Padre, vuelo más alto que tú!” (Ning Rong)
El niño sonrió triunfante, sus hermosos ojos negros brillan de alegría, y había olvidado hace tiempo la soledad y la depresión del día anterior.
Ning Yin tiró distraídamente del sedal y se burló de él sin compasión. – “El que has hecho está demasiado roto, tarde o temprano se estrellará.”
Ning Rong no se dejó convencer y corrió por todo el Palacio con sus cortas piernecitas, mientras los sirvientes de palacio lo perseguían a tropel, vigilándolo cuidadosamente.
Corría tan rápido que no había oscuridad gélida, ni muro impenetrable, nada que frenara su paso.
Yu Lingxi sonrió y hundió la cabeza en los brazos de Ning Yin, abrazando su cintura con fuerza.
Ning Rong tenía muchas cosas, pero Ning Yin solo tiene a Sui Sui.
Ning Yin parecía percatarse de los pequeños y delicados cambios de humor de Yu Lingxi.
Tiró del sedal con una mano y abrió la otra, arrastrándola suavemente entre sus brazos.
“Lo trato bien con un propósito.” (Ning Jin)
El hermoso rostro de Ning Yin estaba bañado por la luz del sol, y su voz recuperó su habitual calma: “Deshazte del pequeño monstruo y Sui Sui será mía.”
Tras decir eso, soltó el sedal, la rueda del eje giró rápidamente y la cometa de papel voló cada vez más alto.
El cuerpo de Yu Lingxi se elevó repentinamente en el aire, y no pudo evitar rodear con sus brazos el cuello de Ning Yin para mantener el equilibrio, y preguntó: “¿Qué estás haciendo?”
“Promoviendo la lactancia.” (Ning Jin)
“…”
Yu Lingxi lo fulminó con la mirada: “¡Xiao An tiene cuatro años y lleva tres años destetado!”
“¡Oh, pasar a otra parte también es posible!” (Ning Jin)
Al ver la furia de Yu Lingxi que cruzó los dedos de los pies exasperada, Ning Yin soltó una risa baja y ahogada.
La puerta del salón se cerró, sacudiendo algunas hojas de arce. La cometa de papel Luan verde voló cada vez más alto, convirtiéndose en un hermoso punto en el cielo azul claro…
***
En el noveno año con Sui Sui, Ning Rong, de siete años, fue proclamado Príncipe Heredero.
No tenía precedentes que un Emperador entronizara a un Príncipe Heredero cuando estaba en la flor de la vida. Algunos funcionarios civiles preocupados suspiraron largo y tendido, diciendo que “El actual Emperador tuvo pocos descendientes, lo que provocó mucha agitación…”
Por dentro y por fuera, naturalmente estaban a favor que el Emperador tuviera dos hijos más para tener más opciones en el futuro.
Pero a medida que Ning Rong crecía, las preocupaciones de la corte se fueron desvaneciendo gradualmente. No había otra razón, ¡Solo que Su Alteza el Príncipe era demasiado bueno!
Heredó la inteligencia y la determinación de su padre, pero no era tan hostil y frío como él, a su corta edad, supo comprender la situación de la dinastía, la tensión y la relajación, era un modelo de gobernante sabio.
En el decimoséptimo año de Sui Sui, el Príncipe Heredero, de quince años, comenzó a hacerse cargo del gobierno y recibió un gran apoyo.
En el decimonoveno año de Sui Sui, el Emperador abdicó el trono ante el Príncipe Heredero y se trasladó al Palacio con la Emperatriz.
El día que abandonó el Palacio, coincidió con un brillante y soleado día primaveral de marzo.
En lo alto de la muralla del Palacio, seis vigorosos adolescentes estaban uno al lado del otro.
Yu Yu parpadeó con sus brillantes ojos azules y preguntó. – “¿Volverá la tía pequeña?”
“Volverá.” – Yu Jin sonrió levemente y respondió.
Ning Jie le dio una generosa palmadita en el hombro a Ning Rong con bastante ostentación y sonrió mostrando sus pequeños dientes de tigre: “¿De qué tienes miedo? Estamos aquí para acompañar a Su Majestad.”
Zhou Jie y Yu Li tenían solo doce y trece años, aún eran jóvenes, y simplemente miraban a sus hermanos y hermanas mayores con una vaga comprensión.
El cielo estaba despejado, y los seis adolescentes sobre la muralla del Palacio chocaron los cinco para formar una alianza.
Funcionarios civiles y generales militares devorando montañas y ríos con rabia. Desde entonces, quieren convertir los ríos y las montañas en su tierra y hacer un mundo pacífico y próspero que les pertenezca.
***
En la residencia Imperial temporal, nubes ociosas y grullas silvestres revolotean bajo la sombra del estanque.
Las flores de peral florecían junto al pabellón, y los pétalos blancos se acumulaban como nubes.
“Wei Qi, ¿qué tal si cambiamos de lugar?”
Yu Lingxi se inclinó y sopló las flores que caían sobre el cuerpo de Ning Yin, sonriendo. – “Aunque estas flores son hermosas, es demasiado molesto que caiga sobre mi cuerpo.”
Ning Yin frotó el borde de su copa de vino y dijo en voz baja. – “Ven aquí y deja que este marido limpie a Sui Sui…”
Cuando Yu Lingxi lo vio sonreír así, supo que definitivamente debía tener malas intenciones.
Justo cuando estaba a punto de esquivarlo, la rodeó por la cintura.
El hombre agachó la cabeza y usó sus labios para retirar las flores caídas de su cuerpo poco a poco.
El viento arrastró los pétalos de las flores de peral, flotaron por todo el cielo y cayeron en las copas emparejadas, provocando ligeras ondas.
Las nubes estaban ociosas y los años eran largos.
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