Capítulo 58 – Lavarse las manos
A Yu Lingxi no le importaba en absoluto ningún ‘estatus.’
Pero como Ning Yin lo mencionó, despertó su curiosidad.
“Entonces, ¿qué título planea darme, Su Alteza?” – Ella miró hacia el pasillo desierto y preguntó en voz baja.
Ning Yin, con la mitad de su rostro cubierto por una máscara, pensó por un momento sin reflexionar seriamente.
“Al principio, como belleza celestial luego belleza del país, necesito cubrirte un poco. Tu identidad no debe ser demasiado llamativa, así que empezarás como una amada doncella mascota a mi lado y vayamos desde allí año tras año.” (Ning Yin)
Cuando le asignó a Yu Lingxi casualmente una nueva identidad, las esquinas de sus ojos debajo de la máscara se levantaron ligeramente, revelando un toque de indiferencia. –“En el pasado era Wei Qi quien servía a la señorita, pero ahora es Sui Sui quien servirá a este Príncipe. ¿No es maravilloso?”
Enfatizó ligeramente las palabras ‘Sui Sui’, de forma bastante burlona.
Yu Lingxi nunca lo había escuchado llamarla por su apodo, así que lo miró seriamente por un momento hasta que un leve rubor apareció en sus mejillas bajo la luz de la lámpara.
“Esto se llama ‘ocultar la belleza en la casa dorada’…” (Ning Yin)
Había una sonrisa indulgente en sus ojos, por lo que especuló que Ning Yin no revelaría todo su plan.
Era demasiado gentil, como lo había sido en su vida anterior y cuanto más peligroso era el momento de matanza, más tranquilo y despreocupado se mostraba.
Yu Lingxi apoyó la barbilla en la barandilla tallada, pensó por un momento y finalmente dijo. – “El asunto del matrimonio entre Xue y yo…”
Antes de que pudiera terminar de hablar, Ning Yin presionó sus labios a través del velo.
Sorprendida, levantó los ojos para ver a Ning Yin rodando sus dedos sobre sus labios, e inclinándose más cerca, dijo. – “Si mi amada doncella dice algo que no debería decir, su maestro la castigará con sus labios.”
Al estar tan cerca, sus ojos paranoicos están llenos de ella.
Las pestañas de Yu Lingxi temblaro, abrió la boca y mordió ligeramente la punta de su dedo, dando un paso audaz. – “Entonces castígame.”
La mirada de Ning Yin se posó en sus labios mientras ella mordía la punta de su dedo. Incluso a través del velo, fue capaz de discernir la suavidad pétrea de sus labios.
La línea de sus labios se elevó imperceptiblemente.
Aunque estaba claramente complacido, no tomó la iniciativa, solo abrió ligeramente su brazo libre y dijo lenta y ronca. – “Ven aquí para recibir tu castigo.”
Yu Lingxi vaciló por un momento, luego dio un paso adelante, y luego otro.
Presionó suavemente su mejilla contra el pecho de Ning Yin, pero él abrazó su cintura con fuerza, pellizcando suavemente su barbilla.
Cuando la sombra cayó sobre ella, Yu Lingxi cerró los ojos suavemente.
Sabía muy bien que, en esta vida, nunca conocería a alguien como Ning Yin que pudiera volverla loca.
***
Las luces frente a la Mansión Yu están muy iluminadas.
El padre y el hijo de la familia Yu salieron apresuradamente sin ponerse sus túnicas oficiales y vieron a dos escuadrones de guardias de la capital de pie con espadas desenvainadas, luciendo majestuosos e intimidantes, como si vinieran con malas intenciones.
Al frente de los guardias armados había dos caballos, uno rojo y otro negro. El joven eunuco que vestía ropas de color ocre y un cinturón de jade a lomos del caballo rojo no era otro que Cui An, el jefe de eunucos.
La persona en el caballo negro, vestido con atuendo oficial de color rojo oscuro, solemne y serio, era Xue Song, el secretario del ministerio de Asuntos Internos y hermano mayor de Xue Cen.
Los corazones del padre y el hijo de la familia Yu se hundieron.
Con el poder militar dividido en tres y ambas facciones llegando juntas en ese momento, la única persona que puede movilizar simultáneamente a los eunucos y al Ministerio de Asuntos Internos al mismo tiempo solo podía ser el Emperador actual.
(N/T: Anteriormente puse Ministerio de Asuntos Domésticos, es Ministerio de Asuntos Internos.)
Además, parecía ser un asunto importante.
Efectivamente, Cui An mostró lentamente la placa en su cintura y dijo a caballo. – “Su Majestad el Emperador, temiendo que el Príncipe que está en el exilio pueda ser secuestrado como rehén y utilizado por malhechores que se aprovechen de él, ha ordenado al General Yu que lidere tropas para cooperar con nosotros en la verificación de la identidad del Séptimo Príncipe y rastree a los traidores y rebeldes.”
Yu Huanchen, con todo tipo de pensamientos corriendo por su mente, apretó ligeramente los puños y dijo. – “¡Acepto la orden! Por favor, permítanme ponerme mi túnica y la armadura oficial antes de liderar a las tropas.”
“Su Majestad el Emperador dijo que es urgente y que no hay necesidad de prestar atención a esas formalidades.” (Cui An)
Cui An sonrió e hizo un gesto de invitación. – “General Yu, por favor.”
Las acciones del palacio fueron demasiado rápidas que no hubo tiempo para que la gente reaccionara y mediara.
Yu Huanchen aceptó con calma el látigo y la espada que le entregó su asistente, golpeó ligeramente el látigo tres veces, luego montó en su caballo y se llevó a las tropas.
Yu Xinyi observó sus acciones y tranquila e indiferentemente dio un paso atrás, escondiéndose en las sombras.
Al ser hermanos gemelos, ella y Yu Huanchen fueron criados juntos en el campamento militar, Yu Xinyi entendió naturalmente la señal transmitida por los tres golpes del látigo antes de que Yu Huanchen montara en su caballo.
Después de lo que demora en tomar media taza de té, un jinete salió corriendo de la puerta trasera de la Mansión Yu y tomando un atajo, galopó hacia la dirección de la posada.
***
Después de cenar, el ajetreo y el bullicio se calmaron gradualmente, dejando solo unas pocas luces que proyectaban un halo en la noche interminable.
Yu Lingxi entró por la puerta con el cabello húmedo y suelto, todavía vestida con su chaqueta diurna color aguamarina, los hombros y las puntas de los dedos de un color rosa pálido por haber estado sumergidos en el agua caliente.
Ning Yin estaba apoyado contra la ventana, puliendo un pequeño y delicado adorno de jade con un fieltro de lana. <imreadingabook.com> Al oírla entrar, giró la cara y su mirada se detuvo en ella durante un largo rato.
“No traje pijama.” – Yu Lingxi cerró la puerta y no tuvo no tuvo más remedio que hablar por su cuenta.
Ning Yin estaba esperando que ella dijera eso.
Después de admirar la belleza que acababa de bañarse durante mucho tiempo, puso el objeto terminado junto con el fieltro de lana en un cajón, se puso de pie y caminó hacia el gabinete alto lacado que estaba a su lado, abriendo la puerta del gabinete.
Yu Lingxi se quedó inmediatamente sin palabras. Dentro del gabinete, colgaban cuidadosamente más de una docena de conjuntos de ropa, que iban desde faldas de sedas y capas hasta prendas interiores y hakamas*.
(N/T: El hakama (袴) es un pantalón largo con pliegues (cinco por delante y dos por detrás) cuya función principal era proteger las piernas, por lo que originalmente se confeccionaba con telas gruesas y con algún diseño patrón.)
“Ven aquí.” – La llamó Ning Yin con indiferencia.
Yu Lingxi se acercó y vio a Ning Yin recogiendo un conjunto de ropa de color albaricoque, comparándolo con su cuerpo y luego volviéndolo a colocar y elegir otro conjunto de color loto.
Yu Lingxi se quedó en silencio, dejándolo elegir y comparar lenta y metódicamente, con el corazón lleno de una amargura infinita.
Incluso había preparado ropa; en realidad, tenía la intención de llevársela…
‘Sin embargo, no pensó en sí mismo.’
Justo cuando estaba pensando en ello, Ning Yin finalmente eligió un conjunto de vestido de longitud media de color nieve claro y lo colocó sobre el brazo de Yu Lingxi.
Al ver que ella no se movía, Ning Yin levantó los ojos y dijo. – “No se preocupe, toda esta ropa está calculada según el tamaño de la señorita, por lo que probablemente le quede bien.”
Esta frase hizo retroceder abruptamente los pensamientos de Yu Lingxi.
Recogió la ropa en sus brazos, miró alrededor de la habitación donde había una única cama y, después de un rato, resopló. – “¿Dónde debería dormir?”
Ning Yin siguió su mirada y sonrió. – “Esta cama es bastante grande. Pensé que la señorita podía verlo.”
“Naturalmente que la vi.”
Yu Lingxi había dejado de discutir con él sobre cuestiones como ‘dos personas deberían tener dos camas.’ Después de todo, hoy ella era su ‘doncella favorita. ¿no?’
Un sonido de alas rozando vino desde afuera de la ventana.
Un pájaro desconocido flotó en el aire por un momento, aterrizó en la cresta del techo opuesto, inclinando la cabeza para mirar en la dirección de donde provenía el sonido de cascos de los caballos.
Los ojos de Ning Yin se oscurecieron un poco.
Extendió la mano y acarició el cabello húmedo y ligeramente frío de Yu Lingxi, diciendo. – “Cámbiate de ropa y acuéstate obedientemente. No corras.”
Yu Lingxi miró sus ojos negros como el hielo y asintió.
Ning Yin abrió la puerta y salió, su sombra se proyectó en la puerta por las linternas del pasillo, pareciendo fría y afilada.
A medida que sus pasos se alejaban, su sombra desapareció, dejando afuera un silencio inquietante.
Después de un momento de reflexión, Yu Lingxi fue a asegurar el pestillo de la puerta.
Tan pronto como se cambió de ropa, otra sombra apareció en la puerta y golpeó suavemente. – “Segunda señorita.”
Yu Lingxi reconoció esta voz e inmediatamente se puso de pie. – “¿Qing Lan?”
“Sí, soy yo.” (Qing Lan)
La voz de Qing Lan era muy baja y extremadamente cautelosa. – “Bajo las órdenes de la Señorita mayor, este subordinado está aquí para llevar de regreso a la señorita a la mansión.”
Yu Lingxi se puso de pie inmediatamente, primero abriendo la puerta ligeramente para asegurarse de que no hubiera personas sospechosas presentes y luego abrió la puerta por completo para dejar entrar a Qing Lan.
“¿Qué pasó?” – Preguntó.
“Justo ahora, el Supervisor de Eunucos y el Secretario de Ministerio de Asuntos Internos, siguiendo las órdenes de Su Majestad el Emperador, llevaron guardias armados a la mansión, para anunciar que el General Yu debe trabajar con el Supervisor de Eunucos y verificar conjuntamente la identidad del Séptimo Príncipe y arrestar a los traidores y rebeldes.” (Qing Lan)
Qin Lan explicó de manera breve y concisa. – “Este subordinados no saben los detalles posteriores, la señorita Yu dijo que la familia Yu está en medio de una tormenta, con innumerables ojos observándola, por lo que no podía salir de la mansión personalmente y me ordenó que trajera a la Segunda Señorita de regreso sana y salva.”
Al escuchar eso, el corazón de Yu Lingxi se hundió de repente. No esperaba que este momento llegara tan rápido.
‘¿Cómo podría haber traidores y rebeldes al lado de Ning Yin?’
A menos que eso sea solo una excusa y alguien aprovechando que aún no ha alcanzado el éxito quiera quitarle las garras antes de que se reconozca oficialmente su herencia y se convierta en una amenaza.
Específicamente, dejar que personas de la familia Yu lideraran el ejército también era una prueba de lealtad de la familia Yu. Se podría decir que mata dos pájaros de un solo tiro.
El ruido proveniente patio delantero de la posada interrumpió los pensamientos de Yu Lingxi.
En ese momento, la inusual conmoción la hizo sentir incómoda.
Se obligó a calmar su mente y preguntó. – “¿Hay alguien afuera?”
“Ya lo comprobé cuando llegué y no hay ninguna persona sospechosa.” (Qing Lan)
Qin Lan dijo. – “Por favor señorita, sígame.”
Yu Lingxi pensó por un momento, recogió el velo carmesí claro sobre la mesa, apretó el puño y se puso el velo para cubrir su rostro.
Cuando llegó a la esquina del pasillo, Yu Lingxi se detuvo.
Hace una hora, ella y Ning Yin estaban uno al lado del otro, mirando los pabellones y las torres.
Pero ahora, podía ver claramente que el patio delantero de la posada estaba rodeado de guardias militares, y las espadas reflejaban una luz fría y escalofriante en las brillantes antorchas.
Habían atrapado a dos personas.
Yu Lingxi abrió mucho los ojos y reconoció a una de las figuras ensangrentadas que estaba atado y presionado contra el suelo. Era uno de los vasallos de Ning Yin quien había entregado su mensaje durante el día.
Recordó que su nombre era ‘Chen Feng’, una persona a la que le encantaba sonreír.
“En los últimos años, mientras Su Alteza estuvo en el exilio, quién sabe cuántas personas malvadas con motivos ocultos han estado al acecho con la intención de aprovecharse y dañar a Su Alteza, incluso asesinarlo. Hoy, han sido detenidos dos líderes del partido rebelde.” (Cui An)
Un joven vestido de eunuco presionó la cabeza de Chen Feng y mirando hacia Ning Yin, dijo. – “Su Alteza, ¿cómo le gustaría tratar con estos dos? ¿Decapitación o desmembramiento?”
El corazón de Yu Lingxi se apretó.
Sabía que Ning Yin no podía admitir que Chen Feng era su persona. Una vez que lo hiciera, solidificaría la acusación de que él formaba una camarilla privada para beneficio personal.
Ning Yin probablemente estaba sonriendo, pero su rostro estaba oculto en las sombras distantes, lo que hacía difícil distinguirlo.
Al momento siguiente, una luz fría destelló.
Sucedió demasiado rápido, por lo que Yu Lingxi no pudo ver lo que había sucedido con claridad, solo sabía que cuando la mano de Ning Yin se soltó del pecho de Chen Feng, su manga estaba manchada con grandes manchas rojas.
Los cuerpos de Chen Feng y la otra persona cayeron hacia adelante uno tras otro, sin emitir ningún sonido.
La falsa sonrisa de Cui An se congeló en su rostro y todos los presentes quedaron asombrados.
Ning Yin soltó su agarre, permitiendo que la daga manchada de sangre cayera al suelo con un sonido metálico.
“Si el grupo rebelde vino por mí, es más apropiado que yo tome medidas personalmente.” (Ning Yin)
El tono de Ning Yin carecía de emoción mientras preguntaba. – “Has hecho un buen trabajo protegiéndome ¿Quieren regresar y pedir sus recompensas o les gustaría interrogarme esta noche?”
Cui An miró los dos cadáveres en el suelo y forzó una sonrisa al cabo de un rato. – “No me atrevería.”
“Muy bien, limpien este lugar para que no sea una monstruosidad.” (Ning Yin)
Ning Yin movió las comisuras de sus labios y se dio la vuelta directamente, ignorando a Cui Dark y Xue Song detrás de él, que lo miraban con diferentes expresiones
“¿Segunda señorita?” (Qing Lan)
Qing Lan no pudo evitar recordarle que, si no se iban ahora sería demasiado tarde.
“Qing Lan, regresa primero.” – Yu Lingxi escuchó su propia voz rígida diciendo esto.
“¡Segunda señorita!” (Qing Lan)
“No te preocupes, sé qué hacer.”
Yu Lingxi observó a Ning Yin, que caminaba solo con las manos ensangrentadas, y dijo con voz profunda: “¡Regresa!”
Qing Lan miró a Ning Yin que se acercaba y luego a Yu Lingxi, finalmente hizo una ligera reverencia y desapareció en la oscuridad.
***
Los dos cadáveres fueron arrastrados y Cui An los estaba inspeccionando.
El sirviente muerto no tenía buen aspecto.
Finalmente había logrado capturar a dos de los subordinados más confiables del Séptimo Príncipe, con la intención de sacudir al tigre, pero inesperadamente lo perdió todo e incluso ni si quisiera podía atribuirse el mérito al no conseguir ninguna evidencia.
Yu Huanchen se burló en su corazón, manteniendo una actitud tranquila en su rostro y preguntó con un cuchillo en la mano. – “¿El Supervisor Cui los ha verificado?”
Cui An retiró su mano del costado del cuello del cadáver, se secó las manos lentamente con un pañuelo y dijo con una sonrisa siniestra. – “Efectivamente, están sin aliento. General, es un trabajo duro; pero puede llevarlos al pie de la montaña Yanwang y enterrarlos.”
Sin embargo, Yu Huanchen rápidamente levantó los ojos y miró al eunuco.
Hace ocho o nueve años, antes de que se estableciera el ejército de la familia Yu, la disciplina militar era laxa y los crímenes eran frecuentes. El pie de la montaña Yanwang era un barranco que se usaba para deshacerse de los traidores y criminales del ejército condenados a muerte.
Solo cuando su padre asumió el poder militar hizo cumplir estrictamente la ley y se deshizo de unas pocas personas. – ‘¿Cómo sabía ese eunuco sobre la existencia de la montaña Yanwang cuando los de fuera no lo sabían?’
Sin tiempo para pensar profundamente, Yu Huanchen se subió a su caballo, indicando a sus subordinados que subieran a los dos ‘rebeldes’ al carro y se dirigieran hacia la puerta de la ciudad.
La noche era oscura y las montañas yacían como gigantes bestias dormidas.
Había un carruaje discreto estacionado en la carretera. Al lado del carruaje estaba un hombre alto que llevaba una pesada espada en la espalda y que permanecía de pie en silencio.
El hombre saludó al Joven General Yu Huanchen con un puño sobre el pecho a lomos de su caballo.
“Tu gente está aquí.” – Yu Huanchen tiró de las riendas de su caballo, levantó la mano para hacer una señal.
Qingxiao tomó la orden, avanzó a grandes zancadas y levantó la estera de paja.
***
Ning Yin subió lentamente las escaleras de madera lacadas en rojo, levantó su mano manchada de sangre y la giró suavemente.
Bajo las tenues luces, el enrojecimiento de la sangre roja mezclado con el tono pálido de las yemas de sus dedos era inquietante a la vista.
Frunció el ceño con indiferencia y, cuando levantó la cabeza, vio a Yu Lingxi escondida en el rincón oscuro del pasillo.
Los pasos de Ning Yin se detuvieron imperceptiblemente y colocó el dorso de su mano manchada de sangre detrás de su espalda antes de continuar caminando lentamente. Al doblar una esquina, se paró frente a Yu Lingxi.
“No eres una buena chica.” (Ning Yin)
Ning Yin usó una suave sonrisa para enmascarar la crueldad persistente en su cuerpo, así como la leve sensación de pánico en su corazón.
Claramente le ordenó que no deambulara, y no quería que ella presenciara la escena que pasó hace un momento.
Pensó en extender la mano y pellizcarle la oreja, pero al ver la sangre en sus manos, la dejó ir como si nada hubiera pasado.
Yu Lingxi lo miró sin pestañear hasta que sus ojos se calentaron y su visión se volvió borrosa.
Ella lloraba no solo por Chen Feng sino también por Ning Yin.
Antes había dejado las cosas al azar, codiciando la dulzura que tenía delante, solo recordaba la gloria del poder de Ning Yin sobre el mundo, pero olvidó que él salió de la posición que dominaba a todos los seres vivos, por un camino pisado de innumerables cadáveres y sangre.
incluido el bloqueo de su propia vida y de su propia sangre.
En el pasado, Yu Lingxi admiraba la fuerza y crueldad de Ning Yin, pero a la actual Yu Lingxi le rompe el corazón el estoicismo y la paciencia que hay debajo de esa fuerza.
Reprimiendo la amargura desbordante, Yu Lingxi bajó la mirada y sacó la mano de Ning Yin de detrás de su espalda y la sostuvo firmemente.
Sin decir una palabra, llevó a Ning Yin a la habitación, la sangre resbaladiza manchó las delicadas y blancas puntas de sus dedos, lo que la hizo sentir un poco disgustada, sin embargo, ella se aferró aún más fuerte.
Ning Yin probablemente estaba sorprendido por su rara fuerza y olvidándose de retirar su mano, le permitió que lo llevara a la habitación y lo presionara sobre el sofá.
Yu Lingxi llenó un recipiente con agua y lo colocó sobre la mesa junto a la cama y tomó la esbelta mano de Ning Yin, sumergiéndola en el agua clara.
Los hilos de sangre se esparcieron gradualmente, convirtiendo el agua en un tono escarlata.
Yu Lingxi vertió el agua, llenó otro recipiente con agua limpia y tomó un paño de algodón y silenciosamente frotó cada uno de los diez dedos de Ning Yin.
Sus pestañas temblaron, al igual que sus manos.
Ning Yin se sentó, sin prestar atención al principio, pero gradualmente, la sonrisa inadvertida en la comisura de su boca se atenuó.
“¿Qué está haciendo, señorita?” – Preguntó.
Como había sufrido numerosas heridas, él casi había olvidado cómo se siente el dolor.
Cuando una mano se lastimaba, simplemente continuaba con la otra, y si su pecho estaba herido, bloqueaba el sangriento agujero. Esa siempre había sido su forma habitual de tratar sus heridas. Sin embargo, frente a las pestañas temblorosas de Yu Lingxi, se sintió perdido, sin saber dónde recoger o cómo bloquear sus heridas.
‘Quizás, esto es dolor.’ (Ning Yin)
‘El dolor es tan dulce.’ (Ning Yin)
Sin levantar la mirada, Yu Lingxi reprimió la sensación de asfixia y dijo en un tono tranquilo. – “Es el deber de una doncella mascota lavar las manos de su amo, ¿no es así?”
Como resultado, los ojos de Ning Yin se derritieron con una alegría casi masoquista. Se inclinó hacia adelante, su mano apoyada sobre su rodilla, y su nariz recta tocando ligeramente las delicadas pestañas de Yu Lingxi, que parecían alas de mariposas, antes de bajar.
“Es… amada.” (Ning Yin)
Ning Yin la corrigió en voz baja, el foco no estaba en el «sirviente mascota».
Tenía las manos ensangrentadas, pero al menos sus labios estaban limpios.
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