Episodio 9.2
* * * *
El tiempo prometido ha llegado… A excepción de Gentilla, los cuatro Duques estaban ante la guillotina.
Desaparecieron en el rocío del campo de ejecución mientras innumerables personas observan.
Eran familias con tantos pecados como la historia acumulada.
Sus pecados eran muchos. Especialmente aquellos que tenían algina relación con el Demonio.
Las familias Ducales, cegadas por el poder del mal, se atrevieron a negar al Dios actual y fueron decapitadas en nombre de tomar sangre inocente.
Lo que Heinen le hizo a su hija era conocido por todo el mundo. Lynne, quien fue la única que no usó el poder del Demonio, recitó los pecados que habían sido imputados a Shriel en su quinta vida.
El público confiaba y seguía al Emperador, y los nobles que se suponía que debían apoyar a las familias Ducales también se pusieron del lado del Emperador siguiendo sus propios intereses.
La realidad era que las Cinco Familias fueron traicionadas por el Emperador que fue creado para sus propósitos, pero la gente creía que ellos habían traicionado al Emperador.
Una mentira engendra otra mentira.
Las cabezas de los tres Duques, excepto la Duquesa de Lynne, fueron colgadas frente a la puerta del castillo.
La gente señaló con el dedo a los descendientes de los apóstoles que se atrevieron a burlarse y traicionar a Dios.
De esa manera, Raymond se mantuvo erguido y fue adorado como un verdadero Dios.
Y abrió la puerta al tan esperado nuevo mundo.
* * * *
Parecía haber una conmoción más allá de la puerta. Sin embargo, Raymond siguió mirando la oficina sin levantar la cabeza.
No todo se solucionaría al haber cortado las cabezas de los Duques que habían estado firmemente en su lugar. Todavía quedaban restos de ellos.
Al deshacerse de ellos, establecerá una nueva definición. Ahora que por fin había podido cruzar la enorme montaña que no había podido cruzar en sus vidas anteriores, podía decir que este es el verdadero comienzo.
El trabajo de Raymond estaba apilado como una montaña.
Quería terminar el trabajo que se le había asignado dentro del tiempo asignado. Por supuesto, si quedaba algo por hacer, podría manejarlo en su habitación con Shriel en sus brazos.
Pero realmente no quería. Quería concentrarse solo en Shriel en su tiempo privado.
El tiempo pasó como una flecha con solo mirarlo, pero no había forma de que las cosas funcionaran con Shriel en sus brazos.
Raymond imaginó a Shriel en su mente. Ella debe estar esperándolo en silencio por ahora.
Pensar en ella así hizo que sus manos se movieran más rápido.
Entonces, incluso cuando llegaron invitados no programados, Raymond no se inmutó.
“¿Está loco?” (Adeline)
A pesar de que el asistente frente a la puerta estaba interfiriendo en su camino, Adeline, quien abrió la puerta y entró, lo increpó con esa pregunta. Joshua siguió a Adeline como una sombra.
“Estoy preguntando si Su Majestad está realmente loco.” (Adeline)
“No creo que sea algo que pueda preguntar una persona que olvidó sus modales y vino a visitarme de esta forma. No te culpo por actuar sin fundamento. Después de todo, la sangre de Gentilla también fluye en ti, por lo que debe ser inevitable.”
Adeline se rió brevemente de Raymond, quien insultó su nacimiento sin dudarlo.
Raymond, que todavía no había levantado la cabeza, escuchó el sonido de su risa, pero con calma jugó con el portalápices en la mano y continuó.
“Entonces, ¿cuál es tu problema?”
“¿Está al tanto de lo que está haciendo Su Majestad?” (Adeline)
“Esa es una pregunta extraña. El establecimiento del nuevo mundo viene con la caída del viejo mundo. ¿No deberías saberlo bien porque lo has hecho y experimentado tú misma?”
Era una pregunta bastante estúpida para Adeline, quien lo había ayudado hasta ahora.
Raymond como si le preguntara le dijo a Adeline por qué estaba haciendo esa pregunta cuando ella era una pervertida que mató a su padre, por lo que esa situación tendría sentido.
¿Fue impactante que las cabezas de los Duques hubieran sido cortadas frente al público? Fue un comportamiento que realmente no quería entender.
“¿No es eso de lo que estás hablando?”
Adeline, que ya no usaba su máscara de elegancia, se tocó la frente.
Frunciendo el ceño, asumió que incluso si hablaba una y otra vez, la otra persona no la escucharía en absoluto. Por lo que escupió sin rodeos.
“Por favor, déjeme ver a Shriel.” (Adeline)
Tan pronto como el nombre ‘Shriel’ salió de la boca de Adeline, las ocupadas manos de Raymond dejaron de moverse y levantó la cabeza.
Sus ojos azules brillaron con frialdad. Adeline podía sentir su mirada fija en ella.
“¿Por qué?”
“¿Por qué dice eso ahora?” (Adeline)
Fue una respuesta más descarada de lo que esperaba.
Adeline gritó en un tono algo exasperado.
“Escuché que Shriel fue encarcelada en un estado lamentable porque fingió ser Charlotte. Pero ¿por qué dice eso ahora?” (Adeline)
“Un extraño rumor. Parece que otra historia extraña se ha filtrado en alguna parte. ¿De quién escuchaste eso?”
“Puedo ser ciega, pero a cambio tengo buenos oídos. Lo escuché mientras pasaba.” (Adeline)
Adeline resopló. Ella sabía desde el principio que Raymond había secuestrado a Shriel. Sin embargo, como sabía que no obtendría ningún beneficio si encaraba a Raymond y lo instaba a que liberara a Shriel, fingió estar de su lado y en secreto trató de entrometerme detrás de él.
Sin embargo, el paradero de Shriel era completamente desconocido.
Cada vez que bebía nada más que el cuerpo de Charlotte volvía a la tumba, y supo en qué estado estaba Shriel.
“Los que son de boca ligera* no se toman su vida en serio. Parece que verdugo estará ocupado por un tiempo.”
(N/T: Que les gusta hablar de más, son chismosos y crean rumores.)
“Escuché que no puede hablar. Ni siquiera puede moverse de manera adecuada.” (Adeline)
Adeline, quien ignoró ligeramente a Raymond, criticó directamente.
“Acaso se ha trasformado en una idiota, entonces, ¿qué es?” (Adeline)
“No me importa cuánto te burles de tu única boca. Simplemente no hables de ella de esa manera delante de mí. A menos que quieras seguir los pasos de los otros Duques.”
“¿No es Su Majestad la causa de que ella se encuentre así? ¿Pero está tratando de chantajearme ahora?” (Adeline)
“Es una amenaza. No importa si piensas eso.”
“Ja, no le importa si muero ahora que se ha hecho cargo de las otras familias. Eso es lo que estás diciendo.” (Adeline)
Raymond no negó las palabras de Adeline.
Adeline, mordiéndose el labio, pensó que, si sus ojos hubieran estado intactos, habría mirado a Raymond.
“Por favor, déjeme ver a Shriel.” (Adeline)
“¿Por qué tengo que escuchar tu petición? Sé que solo quieres alejarla de mí.”
“¿Cuánto tiempo más piensas hacerla sentir miserable? ¿Nunca se le ocurrió que sería mejor ponerla en una tumba en lugar de estar a su lado en un estado en el que no puede funcionar como un ser humano?” (Adeline)
“No.”
‘Nunca he tenido un pensamiento como ese.’
Más bien, hubo momentos en los que pensó que esta situación era natural porque el único lugar donde debería estar Shriel era a su lado.
“Ella es la única mujer que me miró directamente sin importar cuántas veces la rompí. La amo así, y ella también me ama, entonces, ¿cuál es el problema?”
“… ¿Tiene alguna idea de las cosas absurdas que está diciendo en este momento? Incluso la cerámica, después de romperse, deja rastros cuando se vuelve a unir, porque no sería diferente para los humanos.” (Adeline)
Adeline dejó escapar un pequeño suspiro.
“Su Majestad, los humanos no son tan fuertes.” (Adeline)
“Entonces ella debe ser el ser humano más fuerte que he visto.”
“No está mal, pero ser fuerte no significa ser insensible al dolor. Por mucho que tenga a Elyxia, tiene a otra persona que le gusta, pero lidiar con algo como esto.” (Adeline)
Raymond, que había estado escuchando en silencio las palabras de Adeline, intervino y cortó sus palabras.
“Sé que estás pensando en traicionarme. Y conspirando con el demonio que está relacionado con ella.”
Se unió a él mismo para lograr justicia, pero no estaba completamente de su lado. Por mucho que Adeline estuviera al lado de Raymond, Raymond siempre estaba observando cuidadosamente cuándo y cómo Adeline lo traicionaría.
“Aun así, sabes muy bien que la razón por la que te tengo a mi lado es porque fuiste una carta útil. Además, sabes que ahora has cumplido tu propósito.”
“…” (Adeline)
“Adeline Gentilla.”
Raymond miró a Joshua, que estaba de pie detrás de Adeline.
Era una mirada llena de hostilidad. Sobresaltado, Joshua se encogió.
“Deberías agradecerme por no torcer el cuello de la rata que te está acompañando desde hace tiempo.”
En el momento en que Adeline, ofendida por la expresión de Raymond comparando a Joshua con una rata, estaba a punto de decir algo, se escuchó un golpe cortés y la voz de un sirviente.
“Su Majestad, le he traído lo que ordenó.” (Sirviente)
“Tómalo y tráelo.”
El asistente vino con una bandeja de plata.
Estaba cubierto con una cubierta hecha de plata, por lo que era imposible saber qué había dentro.
“¿Qué es eso?” (Adeline)
“Es un regalo para ella.”
Raymond, sintiéndose mejor, respondió mansamente la pregunta de Adeline, que era ciega y luego procedió a abrir la tapa.
Se reveló el objeto oculto y Joshua, horrorizado, retrocedió.
Adeline olfateó.
El olor a conservantes le picaba la nariz. Era el olor de un cadáver.
“Espera…” (Adeline)
Un pensamiento pasó por la mente de Adeline.
La única cabeza que no ha sido decapitada era la de la Duquesa Lynne.
Se sorprendió al darse cuenta de que su suposición no era una mera suposición.
“¿Quiere decir que se lo va a entregar a Shriel como regalo?” (Adeline)
“No hay nada que no pueda hacer.”
Raymond respondió con indiferencia y cerró la tapa. El regalo para Shriel volvió a desaparecer.
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