Episodio 6.33
“Bueno, en realidad, no es que no haya otro camino además de la muerte.”
“¿Qué? ¿Cuál es?”- Él sonrió ampliamente.
“Ladra a mis pies.”
Me recuerda a Jeremías cuando era niño.
“Como un perro.”
“… ¿Qué?” (Jeremías)
Jeremías, con los ojos abiertos de par en par, me miró sin comprender.
‘Si quieres rogar por tu vida, tira tu orgullo y ladra como un perro.’ – Era una mirada que no podía creer lo que decía.
“¿No puedes? ¿O está hiriendo tu orgullo al tomar prestado algo de mí, que es peor que un perro?”
“… Tú está realmente loca. ¿Cómo te atreves conmigo…? ¡Yo, que soy Lynne!” (Jeremías)
Tartamudeando, Jeremías tembló como un pez recién pescado.
Parecía avergonzado.
“Estoy bromeando.”
El rostro de Jeremías se contrajo severamente.
Miré ese rostro sin borrar la sonrisa de mi rostro.
“No me puedo imaginar haciendo demandas tan irrazonables a mi hermano.”
“Entonces…” (Jeremías)
“Cuando Adeline no aceptó el corazón de mi hermano, dijiste que saliste de control porque estabas enojado ocasionando un incendio impulsivo. Es justo. No está del todo mal, y dado que existe un historial, la gente lo creerá fácilmente.”
“Entonces seré expulsado.” (Jeremías)
“Te refieres a que te expulsarán.”
“…” (Jeremías)
“Un hermano mayor que abandonó el nombre de Lynne no es nada.”
Jeremías Lynne.
Toda su vida pudo rodar porque era Lynne. Así de enorme era el orgullo de Jeremías por Lynne.
“Dijiste que podías dar tu nombre por Adeline. ¿Susurraste amor con tanta determinación? Realmente tienes un amor tan superficial en tu corazón.”
“No, yo…” (Jeremías)
La mirada de Jeremías se movió hacia Adeline.
Él la miró sin comprender y murmuró. – “Ya no me gustas.”
Fue un comentario inusual. Me reí de Jeremías en voz baja.
“¿Así que no puedes? Pensé que era mejor que morir, pero supongo que estaba equivocada.”
Levanté amenazadoramente la espada dirigida a Jeremías. Jeremías, quien se estremeció, finalmente se dio cuenta de su situación y gritó.
“Ay, no. ¡Lo haré! ¡Haré lo que dices!” (Jeremías)
Finalmente baje mi espada al piso.
“Y díselo a madre… No. Díselo a la Duquesa de Lynne.”
Olía a suciedad.
Era el olor de Jeremías que se había orinado, quien estaba muy nervioso como si supiera que era casi un suicidio.
(N/T: ¡Tremendo cobarde! Se crece con personas débiles, pero es sumiso con los fuertes. Jaja.”
“Tu hija está muerta, así que no la busques más.”
“…” (Jeremías)
“Rescinde todas las órdenes de rastreo dadas a los cazadores. Shriel Lynne está muerta y ya no se la puede encontrar.”
Jeremías asintió involuntariamente.
“Ah, y deberías cambiarte los pantalones. Huele tan mal.”
Me tapé la nariz ligeramente.
Jeremías inclinó la cabeza avergonzado.
* * * *
El castillo de Gentilla se derrumbó. La mayoría de las pinturas que presumían de un valor incalculable se habían perdido.
La estatua de piedra no se quemó, pero no quedó intacta, como si alguien la hubiera roto deliberadamente. Sólo queda el esqueleto desnudo.
“Después de que te vayas, este lugar estará abierto. Todos sabrán que lo que se ha construido hasta ahora no es historia, sino la vergüenza de un pariente consanguíneo.” – Adeline dijo mientras entraban al último piso de la Torre Oeste.
El interior, a donde no habían llegado las llamas, conservaba su forma intacta, seguía siendo deslumbrante y hermoso.
“Todo el mundo va a criticar, y tal vez me expulsen como dijo Jeremías. Porque tenemos que hacer esto para limpiar la suciedad.” (Adeline)
“Porque si tienes miedo de cortar la parte podrida y la dejas intacta, la parte sana también comenzará a pudrirse. Es por eso por lo que asumiste todos los riesgos y tomaste esta decisión.”
Miré a Adeline con una sonrisa. Ella asintió.
“Crossell.”
“¿Eh?” (Crossell)
Mientras me movía para ir más allá de la puerta donde estaba el noveno demonio, de repente me detuve.
“Lamento decir que parece que te estoy quitando después de dártelo, pero ¿puedes darme la moneda de oro?”
“Es tuyo de todos modos. Habla cómodamente.” (Crossell)
“Gracias.”
Recibí la moneda de oro de Crossell y me paré frente a una cara familiar.
Era el niño que se convirtió en modelo de pintura antes que yo.
Observé ese rostro pálido.
“Mi inacción te llevó al infierno.”
Tenía suficiente dinero. Ese día, si hubiera salido antes, ¿no se podría haber evitado la tragedia que le sucedió a este niño?
Ya era pasado, pero era inevitable que la culpa permaneciera.
‘Descansa en paz.’
Puse la moneda de oro en la mano del niño. Y me paré frente a la puerta que conducía al cielo.
“¿De verdad vas a ir ahora mismo?” (Adeline)
No ha pasado ni un día desde que el Duque de Gentilla desapareció.
Adeline preguntó con cautela como si le preocupara que me moviera con prisa.
“He descansado lo suficiente, así que voy a moverme rápido. Y tengo que ir rápido antes de que alguien me persiga.”
“¿Quién te persigue?” (Adeline)
“Su Majestad vendrá pronto.”
“… ¿Su Majestad? De ninguna manera.” (Adeline)
Era un matiz de cómo el Emperador sabía y acudiría aquí. La explicación era larga, así que me estremecí.
“¿Apostamos? Apuesto a lo que viene más tarde hoy.”
Adeline sostuvo que era imposible llegar tan rápido a menos que estuviera seguro.
Accidentalmente hice una apuesta y pasé por el proceso de confirmación por última vez.
Mi objetivo era rescatar al noveno demonio que se convirtió en ángel. <imreadingabook.com> Todo lo que tenía que hacer para hacerlo era simple, solo escuchar.
Todo lo que tenía que hacer era destruir la obra de arte donde podía sentir la energía del Demonio.
Cuando manifesté mi preocupación por cómo salir del cielo, al noveno demonio, dijo que había una única entrada y salida en todas las pinturas hechas por el artesano.
En cambio, Adeline designó una imagen como la salida para evitar caer en un lugar extraño. Dijo que podía simplemente saltar a la imagen que se veía igual a la imagen designada.
Las cosas resultaron ser más fáciles de lo esperado.
“Lo llaman cielo porque hay ángeles viviendo allí.”
Antes de abrir la puerta, me di la vuelta y miré a los dos demonios.
“Incluso si es un producto defectuoso, los ángeles son ángeles, por lo que serán duros oponentes para los Demonios. Ahora soy lo suficientemente fuerte para que mi cuerpo sea saludable. Entonces, no tienen que obligarse a seguirme.”
Tal vez sería algo peligroso para ellos como demonios.
Mientras trataba de alejarlos esta vez, el hombre de cabello plateado negó con la cabeza.
“No intentes llevar todo por tu cuenta. No importa las dificultades que haya, estaré contigo.” (Dios)
“¡Correcto! ¿Esperar de nuevo? Descansé demasiado y me duele el cuerpo, así que no puedo hacer eso.” (Crossell)
Tan pronto como el hombre de cabello plateado terminó de hablar, Crossell levantó la cabeza y gritó.
“Y tú eres mi, Señor…” – La voz de Crossell era tan fuerte que todos a su alrededor lo miraban.
El chico que sintió la mirada no pudo seguir hablando.
“¿Qué has visto? ¡Que estas mirando!” (Crossell)
Al ver al chico pateando en el suelo sin razón, no pude evitar reírme a carcajadas.
“Está bien, vamos todos juntos.” (Shriel)
Cuando tomé la decisión de ir acompañada por los demonios, el Demonio 25 voló justo frente a mí.
“Lo siento por interrumpir en medio de la armonía, pero lo diré porque siento que tengo que decirlo ahora. De acuerdo con el trato, me convertiré en uno de tus seguidores.” (25)
“Pero no acepté el trato.”
Después de escuchar el trato, solo pasó el tiempo. De hecho, cumplí todo lo pactado, pero no fue porque hiciera honor al trato. Fue solo por casualidad que los deseos del demonio 25 y mi propósito coincidieron.
“En realidad, es mi voluntad, no una transacción. Deja que sea tuyo.” (25)
Hice contacto visual con los ojos rojo claro. Asentí con la cabeza después de confirmar que contenía una voluntad determinada.
Tener un demonio como seguidor significaba volvere más fuerte. Pensé que no sería una mala idea tomar sus poderes como preparación para una situación inesperada.
[ Soy el demonio número 25, la sucesión sangrienta ‘Glashalabolas’.]
Ahora era la cuarta vez que aceptaba un demonio en mi hogar.
[ El que será mi amo. Por favor, dime tu verdadero nombre.]
[ Shriel.]
[ Shriel, mi amo. Te respetaré en el nombre de la sangre.]
Glashalabolas besó el dorso de mi mano. Junto con el hormigueo del dolor, apareció un patrón desconocido en mi mano derecha.
No fue una sorpresa ahora.
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