Episodio 57.
Después de que Ashtarte regresara a Florence, comenzó a asignarse un presupuesto enorme para el Palacio de la Emperatriz que no podía compararse con el pasado. Loena estaba convencida de que Miragen o Noah debían estar involucrados en la repentina situación.
No podía pensar en nadie más que ellos que pudiera resolver el problema del presupuesto, y su actitud hacia Ashtarte también influyó.
Loena dijo mientras colocaba una pesada bolsa de cuero llena de monedas de oro sobre la mesa.
“Entonces, te voy a devolver el dinero que me diste, paso a paso, padre.”
Gwen Yeres. Conocido entre la nobleza como Barón Orlando.
Gwen miró con indiferencia la bolsa de monedas de oro, que era demasiado pesada para mirarla, y se acarició la corta barba.
“Muchacha. ¿Cómo te atreves a hablar de dinero en primer lugar? ¿Goza de buena salud la Princesa Imperial?” (Gwen)
“Sí, gracias a mi padre.” – Loena asintió alegremente con la cabeza.
Habría sido muy difícil para Ashtarte sobrevivir a la pobreza si no hubiera sido por la ayuda activa de Gwen, quien aportó el 80% del presupuesto de sus gastos privados, cubriendo su falta de fondos.
“No tienes que devolver el dinero. Guárdalo y utilízalo para Su Alteza la Princesa.” (Gwen)
“Pero padre. La situación económica de la familia no es buena…”
Gwen levantó suavemente las comisuras de sus labios y dejó escapar una sonrisa.
“No hay nada en el mundo que no se pueda hacer con trabajo duro. Si son cosas que se desmoronan sin unos centavos, no hay necesidad de aferrarse a ellas.”
(N/T: Me conmovieron las palabras del Barón.)
“Padre…”
Gwen empujó la bolsa frente a Loena de nuevo. Era una clara negativa a aceptarlo. Loena sabía muy bien que no escuchará nada de lo que ella diga, porque Gwen, es muy testarudo y tiene una voluntad de hierro.
A regañadientes, Loena volvió a guardar la bolsa en sus brazos.
“Su Alteza la Princesa ahora tiene 11 años, ¿no es así?” (Gwen)
“Si. Su cumpleaños llega pronto. Es después del Festival Sagrado, así que no queda mucho.”
“Creo que deberíamos vernos antes de que llegue el cumpleaños de Su Alteza.” (Gwen)
Loena abrió mucho los ojos como si estuviera muy sorprendida e hizo una pregunta.
“¿Padre? Dijiste que no pondrías un pie en el Palacio Imperial.”
“…Así fue.” (Gwen)
Hace once años, cuando Loena tenía 14, tomaba la mano de Gwen e iba y venía naturalmente al Palacio Imperial.
Los párpados bien cerrados de Gwen se levantaron lentamente como si recordaran una imagen residual del pasado. Lentamente giró la cabeza hacia la ventana que estaba bien cerrada para que no entrara el viento.
El clima estaba tan despejado que era difícil creer que hubiera habido un clima tormentoso no hace mucho tiempo.
“¿No hubo una tormenta inusual recientemente?” (Gwen)
“Si padre.”
“Ahora… Creo que ha llegado el momento de cumplir mi promesa.” (Gwen)
Gwen solo habló hasta ese momento y no continuó explicando más. Como si eso fuera suficiente. Solo mantuvo sus ojos en la ventana con una expresión determinada en su rostro. Tenía ojos tristes, como si estuviera recordando a alguien que ya no existía.
Loena no preguntó cuál era la promesa. Incluso si no tenía que decirlo, era porque sabía a quién le hizo esa ‘promesa’.
“Lo sé. Aunque me niegue, irás… Solo envíame un mensaje el día que vayas al Palacio.”
“De acuerdo.” (Gwen)
“No te preocupes demasiado, papá. La Princesa es…” – Loena cerró la boca una vez y terminó sus palabras con dificultad. – “…No morirá.”
(N/T: ¿Será que Loena es familiar de Ashtarte…? ¿Tía tal vez?)
“Okey. Yo no lo haré… Solo espero que la Emperatriz Rebecca se haya equivocado.” (Gwen)
Gwen luego volvió su mirada hacia Loena y asintió levemente. Loena le dijo que estuviera en paz y dibujó una sonrisa lo más brillante posible.
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Loena salió y Ashtarte estaba ayudando a Morgan y Moana a limpiar el jardín todos los días.
Ashtarte, que se sentó en un rincón, agarró una pala y cavó la tierra a intervalos. Luego, roció una por una las preciosas semillas que recibió de Verónica y las cubrió con tierra nuevamente.
“Es increíble que la Señorita Veronica haya modificado los lirios del valle para que puedan crecer incluso en invierno.” (Moana)
“¡Sí! Lo llamó Lirio Invernal del Valle.” – Ashtarte respondió valientemente a las palabras de Moana y no dejó de cavar la tierra con emoción.
Veronica creó una semilla especial de lirios del valle que florece en invierno y se marchita solo cuando termina el verano.
Cuando Morgan y Moana contaron esta historia en el desayuno, Ashtarte se ofreció a prestar su brazo y ayudar a plantar las semillas. Como resultado, ahora están cavando duro aquí.
“¡Estoy tan contenta de que pueda ver sus lirios del valle favoritos en invierno, su Alteza la Princesa!” (Moana)
“Jeje.” – Ashtarte sonrió tímidamente y se frotó la punta de la nariz.
Morgan, que había plantado todas las semillas en su área, se acercó a Moana y le palmeó la espalda con el codo y refunfuñó.
“Moana, deja de jugar y trabaja rápido.” (Morgan)
“Yo también estoy trabajando…”(Moana)
“Tus manos está jugando ahora mismo.” (Morgan)
“No, tenía la intención de hacerlo de ahora en adelante…”(Moana)
Moana frunció el ceño, refunfuñó, volvió a caer donde estaba, y cavó en la tierra.
“Morgan siempre me está regañando… Porque no hay un solo día en que tu boca calle… Deberías haber sido maestra, no sirvienta… ¡No! Entonces los estudiantes te odiarían.”
Era una pequeña voz murmurando, así que parecía que Ashtarte no pudo escuchar nada, pero Morgan, que tiene buen oído, debe haberlos escuchado todos, porque Morgan agarró un pequeño trozo de papel con semillas en la mano y lo arrojó a la espalda de Moana.
“¡Ay! ¿Qué, qué?” (Moana)
Había bastante distancia entre donde estaba Morgan y donde estaba agachada Moana, y pensé que en el mejor de los casos se iría volando porque era solo un liviano sobre con semillas, pero de repente se escuchó un sonido y cayó precisamente sobre la espalda de Moana.
Moana, que se sorprendió al encontrar el sobre que le había caído, se giró para mirar hacia atrás.
“Escúchame, idiota. ¡Puedo escuchar todo! Tú solo has tu trabajo de plantar y regar.” (Morgan)
“Ah, Morgan, mi lindo hermanita. Lo siento estaba equivocada.” (Moana)
“¿Quién es tu hermanita? Yo nací primero.” (Morgan)
“No importa cuán enojada estés, no puedes distorsionar los hechos, Morgan. El mayordomo dijo que nací tres segundos antes.” (Moana)
Ashton, que estaba cavando la tierra en silencio junto a Ashtarte, parecía patético, ante el repentino comienzo de una pelea entre hermanas.
“No importa quién nació primero, simplemente no dejen que mi trabajo aumente más.” (Ashton)
Era invierno, así que no hacía demasiado calor, pero Ashton estaba sudando profusamente. Era porque Ashton estaba cavando en una zona de la tierra que no se usaba porque la grava estaba profundamente incrustada.
Se preguntó si era correcto hacer eso como caballero escolta, pero no podía quedarse quieto cuando su maestra, Ashtarte, se ensuciaba las manos, así que hizo lo mejor que pudo.
Cuando estaba activo como mercenario, tuvo el impulso para cortar las cabezas de sus enemigos a la vez.
Morgan y Moana, muy conscientes de la mirada de Ashton y de ese hecho, detuvieron de inmediato la pelea y regresaron a sus respectivas áreas ante las palabras de Ashton, que fueron bastante sinceras.
Luego de un tiempo sentados y trabajando en el patio, de repente, Ashton levantó la cabeza y comenzó a mirar a su alrededor.
“¿Ashton? ¿Qué pasa?” (Ashtarte)
“¿Qué?”
Más allá de la mirada de Ashton, había un extraño que acababa de entrar al Palacio de la Emperatriz. Su cara no era visible debido a la luz de fondo. Al menos parecía no ser Miragen o Noah. Su ambiente era bastante diferente al de ellos.
‘¿Quién es?’ – Hay que decir que se siente tranquilo y limpio. La atmósfera que emitía incluso desde lejos le era muy familiar a Ashton. Este era definitivamente la sensación que causaba un sacerdote de alto rango.
Ashton sabía que sólo había un sacerdote así en Florence. Ashton no apartó los ojos de extraño, que se acercaba lentamente a este lugar y recogió lentamente la espada que había dejado en el suelo.
La reacción exagerada de Ashton hasta este punto también se debió al hecho de que no valoraba a los sacerdotes. Su postura vigilante comenzó a suavizarse cuando la persona que creía que era el sacerdote acababa de aparecer por la puerta principal del Palacio de la Emperatriz.
Como si estuviera hecha de oro derretido, tenía un cabello rubio maravillosamente brillante. Ojos azules con una pureza mucho mayor que los ojos azules como el mar de Ashton.
Por un momento, había una persona parada allí, tan hermosa que era confuso saber si era una mujer o un hombre, o si era una ángel o un ser humano.
“Ah.” – Ashtarte dejó escapar una breve exclamación.
Por supuesto, no hace falta decir que no solo Ashtarte sino todos los presentes se quedaron sin palabras.
<“Él es el heredero del sacerdocio más influyente de Sensiberian. Él es la única persona a la que se le permite llamarse ‘Yeha’.”> – De repente, las palabras de Ashton cruzaron la mente de Ashtarte.
“Yeha…” – Ashtarte murmuró en voz baja.
<”Solo he oído que tienes una apariencia muy sagrada.”>
‘Apariencia sagrada…’ – Ashtarte pensó mientras miraba fijamente el rostro deslumbrante que alardeaba de una presencia abrumadora frente a ella. No sabía quién lo dijo, pero las palabras le sentaban muy bien.
“¿Me conoces?” (Isaiah)
“Eso…”
No podía decirle, que su rostro era tan sagrado como se rumoreaba, así que evitó su mirada.
Isaiah cerró los ojos con elegancia y dibujó una sonrisa como si le gustara la reacción de Ashtarte.
“Bienvenido, Yeha. Sé que el hospedaje para el nobles VIP está bastante lejos de aquí… ¿Qué lo hizo venir a este lugar?” (Ashton)
“Salí a caminar y escuché una voz agradable.” – A la pregunta de Ashton, Isaiah se encogió de hombros y respondió cortésmente. – “Me desvié bastante lejos.”
“Es eso así. Siento haber perturbado el paseo de Yeha. La criada lo guiará al camino de regreso.” – Ashton miró rápidamente a Morgan.
“Yo lo guiaré, Señor Isaiah.” (Morgan)
Morgan, quien reconoció la situación de inmediato, corrió e inclinó la cabeza frente a Isaiah. Aunque Moana siguió a Morgan, sus ojos se posaron en el suelo a toda prisa.
“Yo… Tengo algo que decirle a la Princesa Imperial.” (Isaiah)
“¿Eh? ¿A mí…?”
“Sí. Se lo diré a la Princesa.” – Isaiah cerró los ojos una vez más como si estuviera feliz con la situación.
‘No se trata de seducir a la gente… No sé por qué sonríe así… ¿De qué desea hablar cuando recién nos conocemos?’ – Ashtarte dudó e hizo contacto visual con Ashton. Levantó la vista para pedir ayuda, pero Ashton también tenía ojos que no eran diferentes a los suyos.
‘Hubiera sido agradable tener a Loena en un momento como este.’
Fue un momento en el que de repente quise ver a Loena, quien salió después de dejar dicho que llegaría un poco tarde.
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