Episodio 12
Ashtarte deambulaba por el interior del Jardín de los Lirios, sin darse cuenta del paso del tiempo. Ya había pasado una hora desde que puso sus pies aquí.
Si ser demasiado bonito es un pecado, este jardín de lirios fue un gran prisionero para Ashtarte. Porque la estaba haciendo perder la cabeza durante mucho tiempo.
Estaba esperando a Loena, que llegaba más tarde de lo esperado, pero el Jardín de los Lirios era lo suficientemente amplio como para no aburrirse.
Si no fuera por Sir Ashton, podría haberse perdido.
“Sir Ashton, ¿vienes a menudo aquí?”
“No. Sin embargo, solo he estado aquí unas pocas veces como escolta de la Princesa Amaryllis.”
“¿Cuántas veces ha estado para memorizar todos los caminos de este amplio jardín?”
Ashtarte sonrió y aplaudió.
Desde el punto de vista de Ashton no era nada particularmente divertido, pero si la Princesita frente a él estaba feliz, parecía que no había nada que no encajara.
“Soy un poco inteligente.”
Ante la ingeniosa respuesta de Ashton, Ashtarte se echó a reír aún más fuerte.
‘No creo que me haya divertido tanto con alguien que no sea Loena en mi vida.’(Ashtarte)
Estaba llena de gratitud hacia Ashton, quien estaba compartiendo este momento con ella. Si no fuera por él, ni siquiera habría pensado en dejar el Palacio de la Emperatriz, y no se habría sentido tan feliz.
Las dos personas que caminaban mientras tenían una conversación tan trivial vieron una gran glorieta circular y dejaron de caminar al mismo tiempo. Las dos personas que estaban disfrutaban de la hora del té en el interior de la glorieta también los encontraron y bajaron la taza de té que tenían en la mano.
Miragen y Amaryllis estaban disfrutando del té de la tarde.
Ashton los vio y reflexivamente inclinó la cabeza, y Ashtarte también inclinó la cabeza siguiendo su ejemplo.
‘No hay necesidad de que la Princesa Heredera haga eso…’ – Ashton trató de decirle con un guiño a Ashtarte, quien estaba repitiendo lo que él hacía, que estaba bien levantar la cabeza. Pero al mirar sus hombros temblorosos, como si estuviera aterrorizada, cerró la boca.
Hace cuatro días, confirmó con sus propios ojos y oídos lo que había sucedido en el Palacio Principal.
Todavía era una niña y tendría que haber crecido con el cariño de quienes la rodeaban. Y no podía evitar sentir miedo cuando se enfrentaba a los fríos ojos que están dirigidos hacia ella.
“¿Por qué están aquí?” (Miragen)
“Su Alteza, la Princesa quería recorrer el jardín, así que la estaba guiando.” – Ashton respondió con calma a la aguda pregunta de Miragen.
No era un crimen estar aquí.
“Sí, me honra que te guste mi jardín.” (Amaryllis)
Aunque todavía era joven, era una voz que mostraba nobleza por la forma en que hablaba.
Ashtarte levantó lentamente la cabeza para encontrar al dueño de la voz. Cabello blanco y brillante. Los mismos ojos peridoto de Noah… Ella era realmente tan hermosa como los lirios del jardín.
‘Ya lo veo. Es la luz del imperio… ¿No es ella una chica verdaderamente digna de ser la ‘luz’?’
Ashtarte inclinó la cabeza profundamente una vez más.
‘Era fácil entender por qué su familia la amaba, de un vistazo.’(Ashtarte)
“Está bien. ¿Por qué no vienes a tomar el té conmigo?”
“Ahh… ¿sí?” (Ashtarte)
“…Sube.”
‘¿Qué significa esto?’ – Ashtarte negó con la cabeza y dijo que no.
“No. Lamento interrumpir su tiempo, solo…” (Ashtarte)
“¿Odias compartir el té conmigo?”
Ashtarte estaba perpleja. No era difícil compartir el té juntos. Amaryllis también es su familia.
Ashtarte miró dentro del corazón* de Miragen. Era difícil incluso adivinar qué tipo de emoción se mezclaba en esos ojos rojos y directos que la miraban.
(N/E: *Tratar de adivinar sus pensamientos.)
“No es posible…” (Ashtarte)
De mala gana, Ashtarte se acercó a la glorieta, pensando que negarse aquí podría hacerla sentir aún peor. La distancia no era tan grande, así que Ashtarte llegó a donde estaban en poco tiempo.
Amaryllis hizo señas al ver a Ashtarte acercándose. Ashtarte siguió los gestos de su mano y se sentó en una silla vacía.
Ashton se paró detrás de Ashtarte, retrocedió y guardó silencio.
“¡Realmente tienes el cabello negro! Era la primera vez que lo veo, porque todos decían que no debo acercarme a ti.”
“Ahhh… Sí.”
Amaryllis sonrió y tomó la taza de té que había dejado.
El fragante aroma de las rosas perfumadas se sentía alrededor de la glorieta. Mientras bebía té con graciosos gestos de elegancia, los deslumbrantes ojos verdes de Amaryllis no se apartaban de Ashtarte.
Su mirada primero se posó en el vestido de Ashtarte. Luego pasó a su acromático cabello que le recuerda al cielo nocturno, y finalmente… se posó en la horquilla barata que adornaba un lado de su cabeza.
Amaryllis se quedó mirando fijamente la horquilla de lirio de los valles de Ashtarte durante mucho tiempo.
En medio de la quietud desconocida y el aroma de las flores que le picaban la nariz, Ashtarte inclinó la cabeza porque no se sentía familiarizada con tal mirada ardiente que nunca antes había recibido.
‘Podría tener en mis manos muchas horquillas baratas como esa.’(Amaryllis)
En la medida en que no tenía sentido comparar, debe haber quedado claro que los adornos para el cabello que ella llevaba eran mucho más caros. Sin embargo, por alguna razón Amaryllis quería conseguir esa horquilla.
“Por cierto, ¿esa horquilla es tuya?”
“Ah. Esto es… Mhh…”
“Es un alfiler muy singular. Parece algo traído desde fuera del Palacio…”
“Mi sirvienta… me lo regaló.”
“Mmm…”
Amaryllis puso noblemente la taza de té que estaba bebiendo en el plato y extendió la mano hacia Ashtarte.
Mirando sus palmas abiertas, estaba pidiendo algo.
“¿Qué…?”(Ashtarte)
“¡Dámela!”
“¡Eh…!”
“Dame eso.”
Amaryllis enrolló las comisuras de sus labios. Ashtarte se quedó sin palabras ante la sonrisa mordaz que era lo opuesto a la amable sonrisa anterior.
Amaryllis inclinó la cabeza y extendió la palma de la mano como si la instara.
Ashtarte vaciló.
Si no hubiera sido por que ella estaba pidiendo la horquilla, con mucho gusto se lo habría entregado. Tal vez hubiera estaba feliz de saber que podía darle algo a pesar de que tenía tan poco.
‘Pero esto es lo que Loena me dio…’
Era el único tesoro precioso para Ashtarte. Entonces, no quería renunciar a este. Incluso si era por la niña que monopolizaba el amor del Imperio.
Ashtarte agarró la horquilla de lirio de los valles de su cabeza con ambas manos.
“Oh, lo siento, pero no quiero.”
“… ¿Qué? No estoy tratando de robarlo. Quiero tomarlo prestado por un tiempo, ¿es tan difícil?”
Tal vez se ofendió por la resuelta negativa, por lo que la frente blanca y fina de Amaryllis estaba arrugada.
¿Pero qué puede hacer? Lo que la otra persona le pide, ella no quiere entregárselo a nadie. Amarilis y Ashtarte tienen el mismo estatus y son de la misma edad. Incluso si hubiera rechazado su pequeña solicitud, no habría ningún problema.
Sin embargo, mientras expresaba su intención de negarse, Ashtarte no pudo evitar sentirse incómoda al notar la expresión de Miragen.
“Esto es mío, no te lo puedo prestar…”(Ashtarte)
“….”
“Si quieres, le pediré a Loena que busque un prendedor similar…”
<’¡Crashhh…! ¡Tilin!’>
Las palabras de Ashtarte quedaron inconclusas… Amaryllis extendió la mano de una manera salvaje directamente hacia el pasador que estaba agarrado al cabello de Ashtarte. Como se estiró con tanta urgencia, el té de rosas que Amaryllis había colocado frente a ella se derramó y mojó el mantel.
La tetera cayó al suelo y se hizo añicos.
En medio del caos, las yemas de los dedos hacia su objetivo no se perturbaron en lo más mínimo.
Ashton, que miraba desde atrás, instintivamente trató de correr hacia adelante cuando Amaryllis saltó de su asiento. Fue porque sabía lo que significaba ese pequeño pasador para Ashtarte. Sin embargo, cuando Ashton dio un paso, alguien ya había bloqueado el movimiento de la Princesa Amaryllis.
La mano extendida de Amaryllis no pudo alcanzar el alfiler de Ashtarte y se detuvo en el aire.
“… ¿Qué estás haciendo?”
“¿Hermano Miragen?” (Amaryllis)
Amaryllis sonrió y miró hacia abajo, a la muñeca que él estaba sosteniendo. Fue como una brisa, agarro su muñeca a una velocidad invisible. No fue doloroso, pero una emoción desconocida estaba hirviendo en su interior.
“Basta, Amarilis. Si quieres uno, te conseguiré el mismo…”
Miragen nunca se había opuesto antes a lo que hacía Amaryllis. Si había algo que ella quisiera, lo traería sin importar cuánto costara, y si estaba enojada, tomaría la iniciativa para eliminar la causa de su enojo.
La mirada de Amaryllis se movió lentamente hacia la chica de cabello oscuro. Pensó que la persona frente a ella era siniestra y se preguntó porque estaba tan reacia a obedecerla. Amaryllis se sintió nerviosa. Mientras miraba esos ojos dorados, se sintió incómoda por alguna razón. Parecía que ella (Ashatarte) se lo iban a robar todo.
“Duele, hermano”
“Oh… ¡Perdón!”
“Eres malo hermano. No es como si estuviera tratando de tomarlo por la fuerza…”
“Lo sé. Sabes que no me refiero a eso.”
“Si eso no es lo que quieres decir, ¡qué es! ¡No todo el mundo piensa eso!”
Amaryllis levantó su dedo índice hacia Ashton y Ashtarte.
“¿Qué pensarán cuando me vean?” (Amaryllis)
“Ni siquiera pensarán en eso.”
“¡Lo harán! ¡Lo harán!” (Amaryllis)
“…..”
Miragen se tocó la frente con frustración. Nunca ha tenido un dolor de corazón como este antes. – ‘¿Por qué la detuve?’
Desde que era joven, su hermana menor era un poco mimada, tal vez por ser amada por la gente que la rodeaba. Especialmente desde la profecía de hace 10 años, el sumo sacerdote, que fue apoyado por la gente del Imperio, actuó como si ella fuera su propia hija.
Quizás era natural para ella tener tal personalidad. Aun así, era una hermana al que él no podía odiar.
“Cálmate, Rillie.”
“¡No! ¡Te odio, hermano!”
Amaryllis golpeó la mesa y dejó su asiento bruscamente. El retroceso hizo que la silla en la que estaba sentada cayera hacia atrás con un fuerte ruido.
Miragen, que vio a Amaryllis huir de la glorieta sin tener tiempo de detenerla, asintió una vez cuando sus ojos se encontraron con los de Sir Ashton. Y le ordenó que la siguiera.
Ashton escuchó la orden, se inclinó levemente ante Miragen y Ashtarte y siguió a Amaryllis.
Cuando las dos figuras desaparecieron a la vez, se hizo el silencio en la glorieta en medio del Jardín de los Lirios.
Si Ashton no estaba allí para ayudarla a encontrar el camino, y de alguna manera ella tendría que volver al Palacio de la Emperatriz por su cuenta… Ashtarte puso los ojos en blanco.
“¿No es un vestido diferente al de la última vez?” – Fue Miragen quien rompió el incómodo silencio.
“Si… oh, eso es…”
Incluso en ese espacio caótico, Ashtarte respondió con entusiasmo a Miragen, quien bebía con elegancia, como si tratara de presumir.
“Loena me lo hizo.”
“…¿Qué?”
“La ha visto antes ¿Verdad?… Mi doncella Loena…”
“¿La criada dijo eso? ¿Ella te lo dio?”
“Bueno, ¿qué pasa con eso? ¿No debería haberlo hecho…?”
“No es nada. ¡Ja, ja!”
Miragen sonrió como si estuviera exasperado. Pronto se convirtió en una clara carcajada resonando en el jardín.
“¿Su Alteza…?”(Ashtarte)
“Okey. ¿Te gusta tu ropa nueva?”
“Si, mucho.”
“¿Esta más caliente?”
“Es muy cálida.”
“Salió bien.”
Cada vez que Miragen hacía una pregunta, una sonrisa florecía en el rostro de Ashtarte.
‘Loena me dio una ropa valiosa, cálida y bonita; sobre todo, es más deslumbrante que cualquier vestido que hubiera usado antes.’
Solo fue un cambio de vestido, pero sin importar lo que hiciera, Miragen, que no se interesó por ella durante 10 años, sin embargo, ahora la reconoció… Ashtarte estaba muy contenta con este tipo de interés.
“¡Su Alteza, la Princesa!” – Se oyó desde lejos.
Cuando escuchó la voz de Ashton gritando, Miragen dejó escapar un ligero suspiro y se puso de pie en silencio.
“Debo retirarme. Tú también, vuelve al Palacio.”
“Sí, Sí…”
Miragen, que pasó junto a Ashtarte, se detuvo y miró la horquilla de lirio de los valles en su cabello, que era el accesorio que Amaryllis intentó robar. En el mejor de los casos, era un artículo de aspecto barato que no costaría más de 1 moneda de plata.
<<”Mi doncella me lo dio como regalo…”>>
La mirada de Miragen naturalmente pasó a la superficie de la mesa donde Amaryllis había derramado té y huido.
‘¿Se rompió la tetera justo antes de caer al suelo, o se manchó por el té de rosas que quedó en la taza de té de Amaryllis?’
Sobre la mesa había un charco de agua tranquilo y poco profundo que era más que suficiente para mojar el mantel.
“Te preguntaré una cosa.”
“¿Sí?” (Ashtarte)
“Si solo una persona puede salvarse, yo o tu doncella frente a ti. Si ambas personas piden tu ayuda, ¿a quién a salvarías?”
“Ah…”
“Respóndeme sin mentiras.”
(N/T: Esa se parece a la pregunta que le haces a tu hijo bebe… ¿A quién quieres más? ¿A mí o a tu papá?)
‘¿Por qué hace esa pregunta de repente?’ – Ashtarte bajó la mirada y apretó los puños. Era una pregunta que no podía responderse fácilmente sin importar cuánto lo pensara.
‘¿Elegiría la sangre o a la madre que la crió?’
‘Si hubiera sido antes de conocer a Miragen y a Noah, habría elegido a Loena sin dudarlo. Porque no había nadie más preciado para mí que Loena… Pero ¿y ahora? Ahora que conozco su existencia…’
No había razón para dudar frente a personas que tan desesperadamente deseaba conocer. No significaba que fueran tan especiales y preciosas como Loena. Simplemente no podía dejar ir la esperanza con la que ha estado soñando durante mucho tiempo y que podría tener en sus manos fácilmente.
Ashtarte no pudo encontrar una respuesta y mantuvo la boca cerrada. Esa fue la mejor respuesta que pudo dar en este momento.
“Y si tú y Rillie estuvieran frente a mí y ambas estuvieran pidiendo ayuda, elegiría a Rillie.” (Miragen)
(N/T: ¡Bastardo infeliz! ¡Renacuajo con patas! Siempre rompiéndole el corazón a mi Princesita… Les juro que mi corazón se quebró.)
“¡Yo…! ¿Su Alteza ni siquiera dudó…?”
“¿Porque dudaría…? … ¿Se debería dudar cuando la otra persona vale la pena? ¿Qué valor tienes para hacerme vacilar? …Eres solo una persona con la que comparto sangre.”
“…..”
“¿Debo dudar por la culpa de no prestarte atención?”
“……”
“¿Tal vez por lástima o simpatía?”
“Buahh…” (llanto)
Miragen hundió sin piedad la daga en su pecho. No uno, ni dos. Sino tres veces… La primera desgarró la carne y la segunda la desangró. Con la tercera ni siquiera supo que su corazón ya se había detenido.
Ashatarte no sabía cómo su corazón seguía latiendo… Cada palabra, cada palabra, solo dolía y era desgarradora. Todo lo que Ashtarte pude escuchar fue que ella no valía la pena.
‘Ni siquiera valgo la pena.’
‘¿Acaso no soy también tu hermana? … ¿Por qué no puedo obtener la misma atención y amor que ella? ¿No puedes tener la más mínima vacilación sobre a quién salvar?’
(N/T: Si Ashtarte… conviértete en la ruina del Imperio… De verdad se lo merecen…)
Atrás | Novelas | Menú | Siguiente |