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EEMDDP – 35

Capítulo 35: Sopórtalo

 

Hubo una época en la que Jiang Se odiaba especialmente el contacto con los demás

Incluso cuando Cen Li le acaricia la cabeza, ella no podía soportarlo.

Nadie notaba su extraño comportamiento, y ella siempre disimulaba bien sus emociones.

Durante ese tiempo, su estado de ánimo era realmente pésimo.

Hasta ese día, el cumpleaños de Cen Li, ella bajó las escaleras y se tomó una foto con Lu Huaiyan.

Era un día soleado, el cielo estaba azul y la brisa era suave, llevando la calidez única de finales de primavera e impregnando su aliento con la ligera fragancia a madera de agar.

Ella se paró a su lado, la piel de su brazo rozando suavemente el dorso de su mano.

En ese momento, ella no sintió ningún asco en absoluto.

Incluso se sintió tranquila y nostálgica.

Porque recordó aquella noche lluviosa, la sensación de sus palmas húmedas abrazando firmemente sus brazos y rodillas.

Un toque cálido y lleno de fuerza.

Pensó que parecía haber encontrado la manera de curar esa sensación de asco.

El momento en que miró su perfil; sus pupilas oscuras estaban iluminadas por la luz y la cámara hizo un <¡clic!>, congelando ese momento en una fina fotografía.

En este instante, la luz sobre su cabeza era como el sol de aquella tarde.

El dorso de la mano que tocó su brazo era como un abanico de jade blanco, con venas azules como las de un martín pescador serpenteando en su interior, y la temperatura de la palma era más cálida que la de aquella noche lluviosa.

Jiang Se sujetó el abrigo bajo su cuerpo con ambas manos, bajó la mirada para mirar sus manos; sus pestañas eran como alas de mariposa a punto de morir.

Parecía haber regresado a la montaña rusa de cuando tenía diecisiete años, la luz resplandeciente flotando en el horizonte de Manhattan.

Su cuerpo se convirtió instantáneamente en un arco estirado hasta el límite.

Justo en el momento en que cada parte de su cuerpo se sentía como una cuchilla real, su alma fue atraída hacia las alturas y cayó y la suave cuchilla cortó la cuerda del arco.

Lu Huaiyan se levantó y le sujetó la nuca con los marcados nudillos de sus manos.

Jiang Se sabía lo que quería hacer.

A diferencia de la última vez en el vestidor, ella no lo evitó, sino que tomó la iniciativa de abrir los labios y dejar que su lengua la penetrara.

Él era diferente a la última vez; había perdido esa calma despreocupada. Cuando la abrazó, Jiang Se pareció percibir la urgencia que corría en su sangre.

El beso sofocante se detuvo un momento, presionó sus labios contra los de ella, la miró fijamente y preguntó con voz ronca: “¿Continuamos?”

Jiang Se tragó saliva: “Continúa.”

Él la levantó y caminó hacia el dormitorio. Al entrar, apoyó el dorso de la palma de la mano contra la pared, y la habitación en penumbra se iluminó de repente.

Las cortinas opacas del dormitorio estaban abiertas de par en par y a través de la ventana de cristal, la noche se oscurecía gradualmente y la nieve caía con fuerza.

Lu Huaiyan abrió el cajón de la mesita de noche para sacar algo.

Él la miró fijamente a los ojos, su voz ronca era como el hierro frío: “Mírame.”

Los hermosos ojos almendrados de Jiang Se se llenaron lentamente de una bruma acuosa, y en la niebla difusa se percibía un dolor incontrolable.

Pero ella no le permitió detenerse.

Lu Huaiyan la miró en silencio.

Él se preguntó, ¿por qué esa chica era tan obstinada? Incluso después de haber llegado a ese punto, no le permitía retroceder ni un ápice.

No había necesidad de presionarse hasta al límite.

Él no continuó, sino que apoyó un codo al lado de su cara y con la otra mano acarició su suave rostro, presionó con el dedo su mandíbula, le abrió los dientes con las yemas de los dedos y bajó la cabeza para besarla.

El beso denso y húmedo resonó como el suave murmullo de las olas en la noche oscura, yendo y viniendo, a veces alto y a veces bajo, a veces tumultuoso, a veces tierno.

Los ojos de Jiang Se se llenaron de niebla de nuevo, el aire se volvió cada vez más escaso, y su mente se quedó en blanco gradualmente.

Fue en ese momento que él dijo solemnemente: “Sopórtalo.”

(N/T: * La palabra «忍着» (rěn zhe) en chino significa «aguantar», «soportar», «contener» o «reprimir». Se usa para describir la acción de resistir o tolerar algo doloroso, difícil, o desagradable, ya sea física o emocionalmente, sin mostrarlo externamente.)

Todo lo que sucedió después pareció extraordinariamente largo.

Su mirada estaba siempre fija en sus ojos, y sus hermosas y frías cejas penetraban casi dominantemente sus pupilas.

Ella lo miró con pestañas temblorosas.

En cierto momento, quiso cerrar los ojos, pero él lamió las pestañas para abrirlas con su lengua húmeda.

“Quiero que mires.” – Miró fijamente sus pupilas oscuras. – “Se Se, quiero que mires.”

 

***

 

Las nubes se disiparon y la lluvia cesó.

Jiang Se estaba tan cansada que no quería decir nada, solo quería cerrar los ojos y dormir.

Lu Huaiyan echó un vistazo a las sábanas y la sacó de la colcha.

Jiang Se: “…”

Ella abrió los ojos y miró al hombre que seguía luciendo lleno de energía, entreabrió los labios y dijo: “Lu Huaiyan——”

El hombre pareció adivinar lo que quería decir, la miró de reojo y dijo: “¿Estás segura de que puedes dormir en unas sábanas tan húmedas? Te llevaré al baño para que te limpies un poco y luego nos cambiaremos a otra habitación para dormir. Solo cierra los ojos y descansa.”

Habría sido mejor que no dijera nada, en cuanto dijo eso, la obsesión de Jiang Se por la limpieza regresó, así que tuvo que dejarlo pasar.

Al entrar al baño, la sentó en su regazo, la sujetó con una mano, se sentó a un lado y abrió el grifo de la bañera y dejó que el agua fluyera.

Después de que el agua llenara la mitad de la bañera, Lu Huaiyan la llevó a la bañera.

El agua de la bañera subió repentinamente.

Aunque era la primera vez que atendía a alguien, sus movimientos no mostraban ninguna torpeza. Cuando el agua tibia subió, Jiang Se apoyó la cabeza en su hombro, sintiéndose tan cómoda como una hoja estirada.

Ella entreabrió los párpados y, ante sus ojos, las esbeltas manos del hombre estaban sumergidas en el agua, la toalla blanca, empapada en agua, frotando lentamente las curvas de su cuerpo con cada suave roce.

Sus pensamientos se dispersaron sin razón aparente.

Recordó la escena de siete años atrás en la que él la abrazaba con manos húmedas. Cuando la metió en el coche, al principio quiso ponerla sola en el asiento trasero, pero ella se negó, aferrándose con fuerza a su camisa, negándose a soltarse de él.

En ese momento, ella no había comido en varios días y tenía el meñique izquierdo roto y le dolía tanto que todo su cuerpo temblaba. No sabía de dónde sacó fuerzas, pero se aferró al cuello de su camisa, deseando poder quitarle todos los botones.

Él la miró con indiferencia, pero al final no la apartó, la dejó acurrucarse en sus brazos, pero ya no la volvió a abrazar, aflojó las manos y se recostó perezosamente en el asiento.

La lluvia torrencial golpeaba el techo del coche, el vehículo se sacudía; en el espacio oscuro y estrecho, las luces de neón pasaban fugazmente iluminando el interior.

Los oídos de la chica se llenaron del latido constante de su corazón, que reemplazó el sonido de la lluvia, ocupando toda su percepción auditiva.

De repente, al alzar la vista, aprovechando la tenue luz que pasaba, Jiang Se pudo ver claramente la ligera curvatura de sus labios, que mostraban un significado de paciencia.

Cuando la bañera se llenó de agua, Jiang Se volvió en sí misma y al levantar la vista, se encontró con su mirada que había caído sobre si misma sin que ella se diera cuenta.

“¿No estás cansada? ¿En qué estás pensando?” (Lu Huaiyan)

El vapor blanco que emanaba de la bañera probablemente entró en su cerebro junto con cada respiración, y Jiang Se expresó en voz alta los pensamientos que le rondaban la mente en ese momento.

“En ese momento eras realmente indiferente.” – Dijo a la ligera. – “Si no hubiera agarrado tu ropa en ese momento…”

Al decir de eso, como si comprendiera de lo que estaba hablando, cerró los labios y su voz se detuvo abruptamente.

Lu Huaiyan comprendió y al instante se dio cuenta de que hablaba de hace siete años.

‘¿Era indiferente? Supongo que sí.’ (Lu Huaiyan)

En ese momento, llevaba dos días y dos noches sin pegar ojo para apresurar un proyecto. Su abuelo lo llamó de la empresa a la vieja mansión y le pidió que siguiera a Mo Xian para buscar a alguien. Durante las más de 20 horas que Jiang Se estuvo desaparecida, él y Mo Xian no se atrevieron a demorarse ni un instante.

Después de buscarla durante tres días, tras encontrarla, solo quería volver corriendo para informar a su abuelo y así poder cerrar los ojos y dormir un rato.

Después de enviarla al hospital, se fue en cuanto llegó la familia Cen, sin preguntar más sobre su estado.

Hoy en día, al recordarlo, si él hubiera sabido…

Cuando ese pensamiento le vino a la mente, Lu Huaiyan no pudo evitar sonreír con desdén.

Las cosas que ya habían sucedido, él nunca mira atrás, nunca se arrepiente, y mucho menos se plantea un ‘si lo hubiera sabido’ sin sentido.

El hombre escurrió la toalla, la sujetó por la cintura con ambas manos, la giró para que se sentara frente a él en su regazo, mientras limpiaba las gotas de agua en su rostro y dijo lentamente: “Eres bastante fría, ¿quieres hacerme algunas heridas para desahogar tu ira?”

Dejó caer la toalla que tenía en la mano, bajó la cabeza para mirarla y dijo: “¿Morderme la lengua como la última vez o usar esa navaja para hacerme un agujero en un lugar que no te guste? Puedes hacer cualquiera de las dos cosas, lo soportaré, ¿qué te parece?” (Lu Huaiyan)

No bromeaba con ella, esa chica le guarda rencor, y tenía que dejar que desahogue su ira.

Jiang Se: “…”

Ella ignoró su disparatada propuesta, levantó la vista y lo empujó suavemente por los hombros con ambas manos. – “Me estás estorbando.”

Lu Huaiyan rió entre dientes: “¿De qué tienes miedo? No voy a hacer tonterías aquí.”

Él se preocupaba por ella y se había estado conteniendo, pero ahora que estaban uno frente al otro en la bañera, era difícil no dejarse llevar.

Jiang Se había bajado la mirada, pero al oír esas palabras, volvió a levantar la vista y le dijo: “No tengo miedo.”

Lu Huaiyan siguió sonriendo.

Esta chica realmente no puede ser provocada, si la provocaba de nuevo, podría insistirle para que se quedara allí para otra ronda.

Pero su autocontrol en ese momento era tan frágil como el papel, y no soportaba su insistencia en absoluto, así que, naturalmente, no podía quedarse allí más tiempo.

El hombre la sujetó por la cintura, giró ligeramente su cuerpo y ambos cambiaron de posición, con Jiang Se apoyada en el borde de la bañera.

“Sé que no tienes miedo, pero ¿por qué debería tenerlo yo?” – Se puso de pie, y gotas de agua cayeron en cascada a lo largo de su terso cuerpo. – “Espera aquí, te buscaré ropa.”

Él tomó un albornoz de baño de un lado y se lo puso con naturalidad y luego salió a buscarle su camisón.

Jiang Se se calmó un poco después de un rato, y un momento después con algo de fuerza, simplemente se levantó de la bañera, sacó una toalla colgada en la pared, se la puso y salió.

En cuanto sus pies tocaron el suelo, sus piernas se aflojaron repentinamente y estuvo a punto de caer de nuevo en la bañera, pero un brazo la sujetó por la cintura justo a tiempo.

Lu Huaiyan la levantó por la cintura y rió suavemente: “¿No te dije que esperaras? ¿Ya olvidaste cómo te temblaban las piernas en la cama?”

Jiang Se le lanzó una mirada y demasiado perezosa para seguir hablando, luchó por bajar: “Puedo caminar sola.”

El hombre no la soltó y la llevó de vuelta a la habitación donde durmió la noche anterior en dos o tres pasos. Cuando la bajó, le preguntó: “¿Necesitas que te ponga algún medicamento?”

Al oír su pregunta, Jiang Se bajó la mirada, le quitó el camisón de la mano y se lo puso lentamente, diciendo: “No soy tan delicada.”

Lu Huaiyan se sentó en la cama, le frotó la zona magullada de la clavícula con las yemas de los dedos y dijo: “¿No dijo la tía Zhang que tienes la piel demasiado delicada?”

Su piel era realmente delicada, pero ¿no sabía cuánto fuerza usó él mismo hace un momento?

Jiang Se se metió en la colcha, lo miró fijamente y dijo: “Pero nunca nadie ha chupado mi carne como tú.”

Lu Huaiyan bajó la mirada, la miró y de repente sonrió: “¿No te besó Fu Yun?”

Jiang Se se quedó atónita: “¿Por qué lo mencionas?

‘¿Qué haces hablando de él?’

Lu Huaiyan recordó la mirada que Fu Yan le dirigió cuando la vio en la escalera de caracol, la noche de la víspera de Año Nuevo.

Esa mirada no era inocente.

Todos son hombres, por mucho que se escondan, hay cosas en su esencia que no siempre pueden ocultar.

Ellos estaban comprometidos y habían sido pareja durante dos años.

Lu Huaiyan incluso creía que ellos lo habían hecho.

Él no tenía ninguna obsesión con la virginidad, pero no le gustaba que la gente la mirara con deseo. La mirada de Cao Liang en el club Hong Ding de la calle Financiera le desagradó mucho, por no hablar de la de Fu Yun.

Lu Huaiyan lo mencionó casualmente, pero al ver su rostro atónito, de repente no quiso que otro hombre ocupara ni un pequeño rincón de sus pensamientos en ese momento.

Él sonrió con los labios curvados, apartó el cabello pegado a sus mejillas, bajó la cabeza y la besó en los labios.

“Haz como si no te lo hubiera preguntado, duérmase, señorita.” (Lu Huaiyan)

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