Capítulo 29: Subirse los pantalones y negarse a pagar la cuenta
La voz del hombre siempre le recordaba a Jiang Se a un licor fuerte con hielo.
Suave, fría, intensa.
Una sola frase pareció arrastrarla de vuelta al vestidor.
La tenue luz, el nítido sonido al tragar y la sensación de ingravidez cuando su alma se separa de su cuerpo como si no tuviera peso.
Tratar con un hombre inteligente siempre es problemático, porque incluso es capaz de capturar el más leve movimiento.
A Lu Huaiyan le gustaba mirarla fijamente a los ojos, así que Jiang Se alzó las pestañas, permitiéndole mirarla con total libertad.
Al inclinarse, la distancia entre ellos se acortó repentinamente.
Olía a whisky.
La aroma a malta impregnada en el hielo se calentó sutilmente con su intensa temperatura corporal, desprendiendo una tenue y húmeda calidez.
Jiang Se preguntó de repente: “¿Bebiendo whisky tan temprano?”
Lu Huaiyan asintió: “Hmm, no pegué los ojos en toda la noche, así que necesito refrescarme.”
Sus ojos estaban inyectados en sangre por estar despierto, y las arrugas de sus párpados eran más profundas de lo habitual, un oquedad muy fría.
Bajo la oquedad se encontraban sus ojos fríos y oscuros, ocultos tras unas lentillas.
Una sensualidad a la vez fría y feroz.
“Si te digo que el whisky que tienes en la mano puede emocionarme, ¿lo creerías?”
Jiang Se se inclinó ligeramente hacia delante y preguntó. – “¿Puedo tomar un sorbo?”
Lu Huaiyan no se movió en absoluto, miró el té negro en su mano y luego rió: “¿Té negro con whisky?”
Jiang Se asintió: “Considéralo como un refrigerio.”
“Se Se, cada vez eres menos sincera en tu actitud superficial hacia mí, pero aun así elegiré creerte.” (Lu Huaiyan)
¿Qué más podía hacer? Esa chica era muy testaruda, y no podía arrancarle ni una palabra de la boca.
Así que no le quedaba más remedio que creerle.
La sonrisa en los labios de Lu Huaiyan se profundizó. Levantó ligeramente las yemas de los dedos, desenroscó la boquilla metálica, y luego presionó suavemente el largo pico de la botella contra los labios de Jiang Se.
“Abre la boca, te daré de beber.” (Lu Huaiyan)
Jiang Se lo miró y abrió lentamente los labios.
Sus labios tenían un contorno hermoso, como pétalos de flor, y cuando la boquilla metálica los rozó, se sintieron suaves como gelatina. El líquido dorado fluyó entre sus dientes blancos como la nieve y se extendió lentamente hasta la punta rosada de su lengua.
Lu Huaiyan le dio de beber un pequeño sorbo antes de apartar la botella, pero un poco del líquido que aún no había sido retraído por la boquilla, goteó sobre los labios de Jiang Se.
Los delgados dedos del hombre se retorcieron ligeramente, sujetando la botella metálica plana entre los dedos índice y medio, mientras limpiaba con suavidad las manchas de whisky de sus labios con el pulgar.
Los dos estaban cerca.
Su aliento transportaba la sutil fragancia del té negro y la suavidad del whisky con un toque de dulzura profundamente oculto, un aroma contradictorio pero embriagador.
Igual que ella.
Con un ruido metálico, la botella de whisky, casi medio llena, se deslizó de los dedos de Lu Huaiyan y cayó al suelo y el líquido fluyó por el pico de la botella que aún no había sido sellada.
Ninguno de los dos prestó atención a la botella que había caído accidentalmente, y el aire se llenó de aroma a whisky a la vez más intenso.
Jiang Se observó las cejas caídas de Lu Huaiyan y de repente preguntó: “¿Cuál es la relación entre el oficial Mo y el tío Mo? ¿Es capaz?”
Aunque preguntaba por las habilidades de investigación criminal de Mo Ji Chen, preguntar directamente sobre las habilidades de otro hombre frente a él le pareció algo sutil.
Lu Huaiyan apartó el dedo de sus labios mientras levantaba las pestañas y la miraba fijamente, esbozando una sonrisa ambigua. – “¿Quieres contactar a Mo Ji Chen directamente sin mí?”
Siempre podía adivinar sus intenciones con facilidad.
Jiang Se tarareó un “Hmm.”
Lu Huaiyan se apartó un poco, poniendo distancia entre ellos, y luego dijo con mucha franqueza: “Mo Ji Chen es el hijo del tío Mo, así que naturalmente es capaz, de lo contrario, no le habría pedido ayuda.”
Jiang Se parpadeó y dijo: “Quiero que me prometas que no interferirás en este caso.”
Lu Huaiyan la miró y dijo con una sonrisa: “Debo decir que no me sorprende en absoluto, Se Se, ¿y si no estoy de acuerdo?”
“No te negarás.” – Jiang Se repitió palabra por palabra. – “Porque sabes que tengo que atrapar a ese hombre, igual que tú tienes que expulsar a Lu Jinzhong de la familia Lu con tus propias manos.”
Ambos eran el mismo tipo de persona; mientras tengan aliento, tienen que hacerlo ellos mismos hasta el final.
La mirada de Lu Huaiyan se clavó en el fondo de sus ojos.
El alcohol derramado en el suelo se evaporó en el aire, entrando en su torrente sanguíneo a través de cada aliento. Por primera vez, su cuerpo, que nunca había estado ebrio antes, tenía la ilusión de estar ligeramente achispado.
Su visión periférica captó la mano de ella envuelta en gasa y el whisky que se había esparcido por el suelo, se extendió gradualmente hacia las patas de la silla.
El hombre se puso de pie de repente, puso las manos bajo las axilas de de Jiang Se y en un abrir y cerrar de ojos la levantó sin esfuerzo, moviéndola de la silla alta a la pequeña mesa del comedor.
“Es hora de cambiarte la medicación de la mano, después desayunaremos.” – Dicho eso, caminó hacia el botiquín de la sala.
“…” – Jiang Se observó su espalda, inmóvil, esperando obedientemente a que se acercara para cambiarle la medicina.
La herida, tras una noche de descanso, parecía aún más aterradora que la noche anterior.
Pero solo era una visión aterradora. Aunque el cristal le había dejado varios cortes pequeños, no era lo suficientemente graves como para necesitar puntos de sutura.
Con semejante herida, Lu Huaiyan incluso le preguntó específicamente al profesor Jiang si le dejaría cicatriz o si afectaría su capacidad para pintar o tocar el violín en el futuro.
El viejo profesor lo miró con especial curiosidad durante un buen rato y luego bromeó: <“Tu tenías una herida profunda de garra de tigre en la palma de la mano que no te dejó cicatriz, ni te afectó al tocar el piano. ¿Cómo puede quedar una cicatriz en las heridas de esa niña? Solo le dolerá unos días y luego volverá a dibujar, pintar y tocar el violín… Ah, puede que no pueda volver tocar el violín porque se rompió el tendón del meñique de la mano izquierda.”>
Al escuchar las palabras del profesor Jiang, Lu Huaiyan recordó algunas cosas del pasado.
Cuando Jiang Se fue secuestrada, no salió ilesa, el tendón de su dedo meñique fue cortado.
Fue ella misma quien se lo cortó. Cuando la rescataron, su mano izquierda, atada a la espalda, apretaba con fuerza una uña rota. Como la agarraba con tanta fuerza, el borde afilado de la uña le cortó el tendón del meñique de su mano izquierda.
Mientras aplicaba la medicina, Lu Huaiyan suavizó inconscientemente su fuerza. Tras aplicarla, envolvió lentamente la gasa alrededor de su palma, capa por capa, y le preguntó con la mirada baja: “¿Te duele?”
El dorso de la mano derecha de Jiang Se presionaba contra su palma izquierda del hombre y mientras hacía la pregunta, su pulgar acarició suavemente su delgado meñique.
Su tono era tan ligero como las nubes en el cielo y sus movimientos muy suaves y cariñosos.
Las pestañas de Jiang Se se congelaron levemente. – “No, no duele.”
El dedo de la chica que quedaba fuera de la gasa era aún más blanco que la propia gasa y cuando su delicada mano fue cortada y perforada por el cristal, consiguió incluso que no sintiera la más mínima anormalidad.
“Supuse que dirías que no duele.” (Lu Huaiyan)
Mientras hablaba, Lu Huaiyan ató la gasa con una mano, mientras la mano que sostenía la palma de Jiang Se no dejaba de acariciarle suavemente las yemas de los dedos, del meñique al pulgar, y luego del pulgar al meñique.
Sus manos eran hermosas, sus uñas desprendían un brillo rosa perlado y cada dedo poseía una belleza incomparable, esbelto y delicado
La piel de las yemas de sus dedos no era perfectamente lisa, con leves callos cultivados de forma natural. Estas manos parecían delicadas como obras de arte, pero al sostenerlas se podía sentir la fuerza oculta en su carne y sangre.
El tacto del hombre era ligero y picaba.
Ese tipo de caricia parecía más íntimo que un beso apasionado, como si él no estuviera acariciando sus dedos, sino algo más profundo en su interior.
Jiang Se bajó la mirada.
Era un buen día. La mitad de la luz entraba oblicuamente a través de los ventanales y una ligera neblina se deslizaba suavemente sobre las yemas de sus dedos, desde el pulgar hasta el meñique.
El dolor de la herida se transformó gradualmente en un calor ardiente.
Jiang Se levantó lentamente la vista y observó el rostro de Lu Huaiyan, semisumergido en la luz.
Como si hubiera notado su mirada, Lu Huaiyan finalmente apartó la mirada de su mano, hizo contacto en silencio con su mirada, con ojos como un estanque tranquilo.
Se sentaron así bajo la luz de la mañana invernal, con las yemas de los dedos tocándose y observándose en silencio.
La ambigüedad que antes flotaba en el aire con el aroma a whisky se había disipado hacía tiempo, reemplazada por algo más profundo y sereno, que se fundía con la luz que los rodeaba.
Después de un momento, Lu Huaiyan bajó la mano con suavidad, dejando caer los párpados y dijo con voz suave mientras guardaba el botiquín: “Mo Ji Chen tomará la iniciativa de contactarte y te mantendrá al tanto del progreso del caso.”
Así le prometía que no interferiría.
Jiang Se también apartó la mirada y asintió suavemente. – “Me iré después del desayuno. Mi tía probablemente esté buscándome como loca.”
Lu Huaiyan dejó el botiquín junto a Jiang Se. – “¿Cuántos días planeas quedarte en Beicheng?”
“Dos días, el asunto de la tienda de cheongsams aún no está resuelto. En cuanto lo solucione, volveré a buscar al agente Mo.”
Lu Huaiyan la observó en silencio durante unos segundos y asintió. – “De acuerdo.”
Se dio la vuelta y cogió una caja cuadrada de madera de la chaqueta del traje que estaba en el respaldo de la silla y tomando con cuidado la mano izquierda de Jiang Se, la colocó en su pálida palma.
“Un regalo del abuelo para ti anoche.” (Lu Huaiyan)
La caja no era grande, Jiang Se inicialmente pensó que era un colgante de jade, pero al abrirla, se dio cuenta de que era un anillo de jade antiguo.
Este anillo de jade era mucho más valioso que el brazalete de jade que la familia Fu le había enviado anteriormente.
Jiang Se alzó la vista inconscientemente. – “¿De verdad es del abuelo Lu?”
“¿Cómo puede ser falso? En Beicheng, ¿quién puede obligar a mi abuelo a hacer un regalo?” – Lu Huaiyan sacó el anillo de jade de la caja de madera y se lo puso en el pulgar izquierdo, bajando la cabeza. – “El abuelo siempre te ha querido mucho.”
Le caía bien, pero ese no era el regalo que el abuelo Lu había preparado originalmente para Jiang Se.
El regalo original era el mismo que el de Cen Yu, un juego de joyas de diamantes, pero el de Jiang Se estaba hecho de diamantes rosas, más raros.
Lu Huaiyan había cambiado el regalo de Jiang Se a propósito.
Al ver su vacilación, soltó su mano perezosamente, se recostó en la silla y sonrió suavemente. – “¿Qué pasa? ¿No te atreves a aceptarlo?”
Una joya como esa no podía tomarse a la ligera, pero Jiang Se no se negó.
Bajó la mirada, presionó suavemente su pulgar en la tela de terciopelo de la caja de madera, y dijo con gracia: “Los regalos de los mayores son irrechazables. Como es un regalo del abuelo Lu, sin duda lo aceptaré.”
El anillo de jade se deslizó de su dedo con un suave chasquido, encajando en su posición con firmeza.
Jiang Se cerró la caja de madera y la sostuvo en sus manos, levantó ligeramente el rostro y dijo sonriendo. – “Tengo hambre. ¿Hay algo para comer?”
Lu Huaiyan la miró fijamente. Después de un momento, se levantó, cogió el botiquín de medicinas de la mesa del comedor y preguntó: “¿Qué le gustaría desayunar hoy a la señorita Jiang Se?”
Los pocos alimentos que le gustaban por la mañana ya habían sido entregados hacía una hora.
Pero esa joven no pidió nada, miró perezosamente al suelo y dijo lentamente: “Chuletas de cordero picantes y whisky con hielo.”
Lu Huaiyan se dirigía a la encimera de la cocina, pero al oír el pedido de desayuno de Jiang Se, se detuvo de inmediato, se volvió para mirarla y dijo: “Elige uno: café, zumo o té. En cuanto al whisky, ni hablar.”
Ya había sido muy misericordioso al ofrecerle un sorbo de whisky antes; si bebía más, ¿seguiría necesitando sus manos?
Sin whisky, ¿qué sentido tenía comer chuletas de cordero picantes a la sartén?
Jiang Se pidió un nuevo desayuno con calma: “Bagel de trufa blanca y té rojo, el té con un poco de azúcar, como siempre.”
Su voz era tan suave y elegante como siempre, pero solo Lu Huaiyan pudo percibir su sutil insatisfacción.
El hombre rió entre dientes, pero no cedió. Tras guardar el botiquín, se arremangó, se lavó las manos y preparó el bagel de trufa blanca y el té rojo para la joven.
Jiang Se giró ligeramente, mirando hacia la encimera de la cocina.
La luz que lo rodeaba era muy tenue y en esa clara mañana de invierno, su figura alta y relajada, bañada por la luz, parecía inusualmente apacible.
***
Después del desayuno, la llamada de Mo Ji Chen llegó puntualmente.
Como esperaba, ahora el tío Tong y la tía Zhang eran los principales sospechosos, y la punta de lanza también señalaba a Cen Yu, ya que el tío Tong y la tía Zhang eran los sirvientes a cargo de la casa de Cen Yu
¡Qué buen truco! Un terrón de azúcar con ingredientes añadidos le había causado una crisis a ella y a Cen Yu.
Con el teléfono pegado a la oreja, Jiang Se dijo con firmeza: “No son ellos.”
Mo Ji Chen respondió con su habitual tono profesional: “Aunque usted ha determinado que no son ellos, debemos seguir el procedimiento. Seguiré interrogándolos y al mismo tiempo investigaré a las personas que entraron y salieron del salón de té esa noche. Por supuesto, la botella de azúcar rosa también es una pista.”
Jiang Se era una aficionada cuando se trata de la investigación de casos, por lo que, naturalmente, tenía que escuchar a los profesionales. Dijo con un suave «Hm» y añadió: “Gracias por su arduo trabajo, oficial Mo.”
Mo Ji Chen no debería haber aceptado un caso tan insignificante, lo hizo por iniciativa propia para salvar la cara de Lu Huaiyan.
Mo Ji Chen rió entre dientes y dijo: “Señorita Jiang, es demasiado educada, solo hago mi trabajo con imparcialidad, si tiene que agradecer a alguien, no debería ser a mí.”
Al oír eso, Jiang Se miró a Lu Huaiyan, quien tecleaba sin parar, ocupándose de asuntos oficiales.
El hombre pareció percibir su mirada y sus dedos se detuvieron y levantó los ojos para mirar hacia allí.
Había dicho que no se involucraría en ese asunto, pero en realidad había dejado que Jiang Se se encargara completamente del asunto.
Los ojos de las dos personas se entrelazaron en el aire y Jiang Se asintió: “Bueno, todo debe ser agradecido.”
***
Justo cuando terminó la llamada con Mo Ji Chen, Jiang Se estaba a punto de agradecer formalmente a Lu Huaiyan cuando el timbre sonó de repente, como una ráfaga de lluvia, con locura.
Junto con el timbre, se oyeron una serie de golpes furiosos <¡bang-bang!>, e incluso a través de la puerta, se podía percibir la irritabilidad de la persona que estaba afuera.
Este método de tocar para que abrieran era muy propio del estilo de Cen Mingshu.
Tras salir del hospital la noche anterior, Jiang Se estaba desconectada.
Lu Huaiyan también estaba desconectado.
Cen Mingshu apretó los dientes y había tardado hasta ahora en averiguar el escondite de Jiang Se, por lo que, como era de esperar, estaba llena de ira.
Jiang Se no se apresuró a abrir la puerta, miró a Lu Huaiyan y dijo con una sonrisa. – “No creo que sea bueno que mi tía te vea aquí.”
Lu Huaiyan arqueó una ceja. – “¿Te preocupa que me cause problemas o crees que yo soy alguien de quien avergonzarse?”
“Ninguna de las dos.” – Respondió Jiang Se. – “Si mi tía malinterpreta mi relación contigo, me traerá muchos problemas.”
En cuanto a si eso le causaba problemas a Lu Huaiyan, eso no entraba en su consideración.
Solo esperaba que Cen Mingshu no la molestara.
El timbre y los golpes en la puerta se intensificaron gradualmente.
Lu Huaiyan, como si no hubiera oído nada, bajó los párpados y repitió en voz baja las palabras que Jiang Se acababa de decir: “¿Malinterpretar?”
Jiang Se asintió levemente.
Lu Huaiyan la miró fijamente sin pestañear.
Vestía su ropa, dormía en su cama, bebía su whisky, disfrutaba tranquilamente del desayunado que le había preparado e incluso… tenía marcas que él le había hecho en mitad de la noche en su cuerpo.
Y aun así dijo que no quería que los demás ‘malinterpretaran’ su relación.
‘¿Y aun así estaba preparada para subirse los pantalones y negarse a pagar la cuenta?’
Lu Huaiyan rió entre dientes. – “Así que quieres que me esconda en mi propia casa, ¿verdad?”
Jiang Se asintió de nuevo. – “Si no te importa.”
“¿Y si me importa?” (Lu Huaiyan)
Jiang Se respondió sin prisa: “Entonces en el futuro solo tendré que encontrar a gente a quien no le importe ayudarme.”
Lu Huaiyan la miró sin decir nada y tras un largo momento, una leve sonrisa se dibujó en sus ojos. – “No está mal, me has usado bastante bien.”
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