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Capítulo 14: ¿Jiang Se, has terminado de examinarme?

 

Había un gran bosque de bambú en los alrededores del Templo Hanshan.

Ese bosque pertenecía al Templo Hanshan. Después de que el Grupo Lu financiara la renovación del Templo Hanshan, el abad mostró su agradecimiento designando ese bosque como el refugio temporal de Han Yin.

Lu Huaiyan mandó construir una hilera de cabañas de bambú en lo profundo del bosque y construyó un muro alto y grueso en el exterior y una puerta de hierro tallada en el lado este del muro.

En ese momento, estaba de pie frente a la puerta de hierro, sosteniendo su paraguas y agachó el cuerpo para acercar su ojo derecho a la cerradura.

Con un “clic”, la cerradura se abrió.

Todo el bosque de bambú estaba empapado por la lluvia, y su exuberante verdor se intensificaba a medida que la lluvia golpeaba suave y pesadamente los densos bambúes.

Lu Huaiyan no tenía ningún interés en disfrutar del paisaje, atravesó la cortina de lluvia que se filtraba de las hojas de bambú y llegó a una cabaña de bambú junto al lago Zhuyin.

Han Yin estaba dentro, hirviendo té de hojas de bambú. Al oír el movimiento, no se levantó, solo dijo en voz baja: “La puerta no está cerrada.”

Lu Huaiyan cerró su paraguas y entró, quitándose los zapatos al entrar.

Han Yin lo miró y vio que tenía los hombros y bajos del pantalón empapados por la lluvia y se apresuró a decirle: “Vuelve a tu habitación y cámbiate de ropa primero. Con este tiempo es difícil evitar congelarse.”

Lu Huaiyan, no le importó mucho y tiró de un futón para sentarse. – “No pasa nada. Un poco de frío no puede enfermarme.”

Han Yin no tuvo más remedio que servirle una taza de té de hojas de bambú recién hervida. – “Desde niño nunca has sido de los que escuchan consejos, y no sé a quién puedes escuchar.”

Lu Huaiyan no discutió ante las insistencias de Han Yin y al oírla, sonrió, tomó la taza de cristal y bebió un sorbo.

Fue entonces cuando Han Yin se dio cuenta de que no llevaba gafas, no solo le faltaban las gafas, sino que también tenía un rasguño en la mejilla derecha. Movió los labios para hablar.

Como si hubiera adivinado lo que iba a decir, Lu Huaiyan respondió sin siquiera levantar las cejas. – “El viento se los llevó y la rama de un árbol me raspó.”

Han Yin: “…”

Miró por la ventana y preguntó vacilante. – “¿De verdad el viento es lo suficientemente fuerte como para volarte las gafas?”

Lu Huaiyan mantuvo la calma. – “Sí, fue un accidente.”

Han Yin no dudó de lo que decía y asintió levemente. – “No tienes miopía, así que no importa si las usas o no.”

Estas gafas eran las que le puso personalmente el viejo maestro Lu a Lu Huaiyan cuando tenía 22 años.

Dijo que sus ojos estaban demasiado llenos de hostilidad y que necesitaba ocultarla.

De lo contrario, nadie se atrevería a hacer negocios con él.

Ese año era el cuarto año desde que Lu Huaiyan regresó del extranjero.

En tan solo tres años tras su regreso a China, arruinó todas las empresas a nombre de Lu Jinzhong, se apoderó de la mayoría de sus acciones de Lu Jinzhong en el Grupo Lu y lo expulsó de la junta directiva del grupo como si fuera un perro callejero.

Ese método tan drástico y despiadado, que ignoraba a la familia, causo en el viejo maestro Lu sentimientos de alivio y preocupación a partes iguales.

Por supuesto, el viejo maestro Lu no era una persona bondadosa, fue él quien expulsó personalmente a Lu Jinzhong de la familia Lu.

Su hijo y su nieto se encontraban en posiciones irreconciliables, y sin dudarlo, eligió a su nieto, más prometedor y capaz. Ni siquiera las súplicas de Lu Jinzhong a su difunta madre ayudaron.

Las gafas le evocaron muchos recuerdos, y los ojos de Han Yin, que eran tan tranquilos como un pozo, se llenaron de lágrimas.

Una grave enfermedad la tuvo al borde de la muerte durante varios años y tras años de adorar a Buda, se volvió indiferente a muchas cosas.

Las únicas dos cosas que aún le importaban eran su hijo y la familia Han.

Al observar el rostro frío y sereno de su hijo, Han Yin recordó lo que el abad Liaoqing le había dicho esa misma tarde.

Con preocupación, ella dijo: “El abad dijo que el año que viene te enfrentarás a un desastre sangriento. Sé que no crees en esas cosas, pero piensa en ello como una forma de descansar el corazón de tu madre, y ten cuidado en todo.”

Lu Huaiyan: “Entendido, tendré cuidado.”

Han Yin siempre ha sido incapaz de adivinar los pensamientos de su hijo y no estaba segura de sí la había escuchado, así que suspiró. – “El año pasado, el abad Liaoqing también dijo que tu «estrella Hong Luan» se está moviendo a la casa del destino este año y dado que ya falta poco para que acabe el año, ¿has conocido a alguien adecuado?”

(N/T: N/T: 红鸾星动 (hóng luán xīng dòng) La Estrella Hongluan es una estrella en Ziwei Doushu que representa la llegada de la alegría, el matrimonio y el amor. Cuando la Estrella Hongluan se mueve, generalmente indica que los solteros pueden encontrar a su pareja ideal, que las personas enamoradas pueden considerar casarse y que las personas casadas pueden tener un embarazo o alegría familiar.

紫微斗数 (Zǐwēi Dǒushù) es un sistema complejo de astrología china que se utiliza para predecir el destino y la fortuna de una persona, basándose en su fecha y hora de nacimiento. Se considera una forma de adivinación dentro de la astrología china.)

Lu Huaiyan hizo una pausa, sosteniendo la taza y luego miró a Han Yin. – “¿Estrella Hong Luan?”

Han Yin: “…No escuchaste ni una sola palabra de lo que te dije, ¿verdad?”

Se lo había mencionado a Lu Huaiyan el año pasado, y era evidente que él no recordaba nada.

Considerando que había pasado la mayor parte de ese año en el extranjero y que nunca le habían interesado las mujeres, Han Yin hizo una pausa y dijo: “Mamá no tiene requisitos específicos para tu pareja, ya sea extranjera o hombre, siempre que te guste, está bien.”

“…” (Lu Huaiyan)

Lu Huaiyan dejó la taza de cristal, apoyó las manos a la espalda y sonrió con indiferencia: “Eres bastante abierta de mente, madre.”

Han Yin: “Si no me preocupara que te sintieras demasiado solo en el futuro, si quieres estar soltero el resto de tu vida, a mamá no le importaría.”

Ese niño tenía muy pocos familiares y solo unos pocos amigos cercanos, y a ella le preocupaba mucho de verdad que un día, cuando ella y el Viejo Maestro Lu desaparezcan, no haya nadie en el mundo que se preocupe por él.

No estaba segura de cuántos años más podría aguantar su propio cuerpo.

Al pensar en eso, Han Yin perdió las ganas de seguir hablando del tema, así que llenó una nueva olla con agua y habló de otras cosas.

“Ah’Li me envió una carta hace unos días, preguntándome por la situación de Se Se. Dijiste que estaba bien la última vez, pero no me lo creí. Después de verla hoy, lo creo un poco.”

El rostro de Lu Huaiyan palideció un poco. – “¿Te ha estado molestando otra vez?”

Si Cen Li no le hubiera pedido a Han Yin que fuera su mediador, no habría ido al patio trasero de ‘Wangchuan’ el día que llegó a Tongcheng.

Ahora, al recordarlo, estaba muy agradecido por haber entrado en el patio trasero de ‘Wangchuan’ ese día.

Han Yin colocó la olla de hierro fundido sobre la estufa de cobre y encendió el fuego mientras decía: “No culpes a Ah’Li por pedirme que intercediera por él. Después de todo, es su hermana. ¿No solías cuidar bien de Se Se antes? Cuando se cayó al estanque de lotos de pequeña, fuiste tú quien la trajo de vuelta.”

A la anciana Señora Lu le encantaban los lotos, así que el viejo maestro Lu había construido un estanque de lotos en su antigua residencia, plantando muchas variedades famosas y manteniendo un estanque de peces koi.

Ese año, la familia Lu celebró un banquete, y de alguna manera, Jiang Se cayó al estanque de lotos. Era pleno verano, y las ramas y hojas de loto del estanque eran exuberantes, enredándose en sus manos y pies y casi ahogándola.

Fue Lu Huaiyan, quien había salido a buscar a alguien, quien la sacó del estanque y la llevó de vuelta a la habitación de Han Yin.

En ese momento, la niña tenía solo seis o siete años, y aún tenía grasa de un bebé en su rostro. Aunque estaba pálida y aterrorizada, aun así, fingió calma y le dijo a Han Yin: “Tía Han, ¿puedo hablar de algo contigo?”

Han Yin se rió y preguntó: “¿Quieres que lo guarde en secreto y no se lo diga a tus padres?”

Jiang Se asintió.

Han Yin extendió su dedo meñique y dijo: “Si le prometes a la tía que no irás sola al estanque de lotos en el futuro, te prometo que no se lo diré a tus padres.”

La niña extendió rápidamente su dedo y lo enganchó con el de Han Yin, como si temiera que faltara a su palabra. – “Lo prometo.”

Pensando en el pasado, Han Yin no pudo evitar sonreír, miró a Lu Huaiyan y dijo: “Probablemente lo olvidaste todo, ¿verdad? Simplemente la tiraste al sofá y te marchaste con impaciencia.”

“No lo he olvidado.” – Sonrió Lu Huaiyan también. – “Ese día, no solo la bañaste y le ataste el cabello, sino que también me pediste que secara su ropa en silencio.”

Han Yin, de hecho, se había olvidado de secar su ropa. – “Mírate, de niño, eras muy considerado.”

Lu Huaiyan no hizo ningún comentario, bebió el agua de su taza de un trago y dijo: “De acuerdo, ya que quieres que sea considerado, la próxima vez que venga a verte, avísame y les prepararé té.”

 

***

 

“¿Cargar? ¡Eso fue hace tantos años! ¿Por qué sigue sacando ese tema?” – En la pantalla del teléfono, Guo Qian replicó. – “¡Si no fuera por las piernas cortas de mi hermano, el héroe que salvó a la belleza no habría sido él!” (Guo Qian)

Jiang Se hizo una pausa mientras se secaba el cabello, y miró el móvil sobre la mesa. – “Si hubieras esperado a tu hermano, probablemente me habría ahogado.”

“…” (Guo Qian)

Guo Qian se rascó la nariz.

Si no hubiera insistido en comer vaina de semillas de loto y no supiera nadar en aquel entonces, Se Se no habría sufrido tanto.

Le dedicó una sonrisa halagadora. – “Si no le hubieras dejado que te acompañara, ¿de verdad te habría bajado cargando de la montaña?” (Guo Qian)

Jiang Se bajó la mirada. – “No lo sé.”

Guo Qian: “No lo creo. Aunque Lu Huaiyan sin duda es capaz de un acto tan despiadado como ese, ¿cuándo ha sido tan entusiasta? Mi hermano me ha advertido más de una vez que es la persona más fría e intocable de nuestro círculo y que incluso puede gustarme alguien como el mezquino Cen Li, pero no él.”

Además de Cen Li y Ji Yunyi, solo Guo Qian conocía el enamoramiento juvenil de Jiang Se.

Esa fue la primera vez que su precioso bebé perseguía a alguien con tanta vehemencia. Para estar al lado de Lu Huaiyan, no sabía cuántas cosas que no le gustaban se había obligada a hacer.

Sin embargo, Guo Qian todavía no sabía por qué de la noche a la mañana a Jiang Se dejó de gustarle Lu Huaiyan.

Era obvio que le gustaba mucho.

Y entonces, a ella simplemente dejó de gustarle, sin más.

Ese espíritu despiadado hizo que Guo Qian se preguntara si a Jiang Se realmente le había gustado Lu Huaiyan.

Pero independientemente de la razón, si su preciso bebé* pudo romper con todos sus sentimientos de amor por Lu Huaiyan, definitivamente era porque Lu Huaiyan había hecho algo mal.

(N/T: 大寶貝 (Dà bǎobèi) – «Gran tesoro» o «Gran bebé» o «Preciosos Bebé»: muestra afecto y cariño, especialmente hacia una pareja.)

No había duda al respecto; no importa quién se equivoque, nunca puede ser Se Se.

“¿A quién le importa si puede hacerlo o no?” – Jiang Se tiró la toalla y se dirigió a la cocina a buscar agua. – “De todos modos, probablemente no tendré muchas oportunidades de ponerme en contacto con él en el futuro.”

Guo Qian se tocó la barbilla pensativa. – “Para ser justos, si no fuera por su personalidad irritante, creo que Lu Huaiyan encaja bastante bien con la persona que describió mi tía.”

Jiang Se tomó un sorbo de agua. – “¿Qué persona?”

“El tipo de persona guapa y útil.” – Dijo Guo Qian con una sonrisa. – “Su apariencia es realmente llamativa, de lo contrario, no te habría deslumbrado tanto en aquel entonces.”

Jiang Se bebió el agua, dejó el vaso y dijo con tono ambiguo: “Las apariencias engañan y es posible que solo sea una almohada bordada.”

Guo Qian rió entre dientes. – “Esa es una posibilidad relativamente remota. ¿No recuerdas que Zhu Mingli persiguió a Lu Huaiyan durante un tiempo?”

Zhu Mingli era muy conocida por su muy pública persecución a Lu Huaiyan, y todos en su círculo lo sabían.

Esto había sucedido durante el segundo año después de que Jiang Se se graduara de la universidad. Ella acababa de comprometerse con Fu Yun, y Zhu Mingli había declarado su intención de perseguir a Lu Huaiyan.

Había mucha gente a la que le gustaba Lu Huaiyan, pero pocos lo habían expresado tan abiertamente como Zhu Mingli.

Pero no había nada que decir al respecto.

Todos tenían derecho a que les gustara alguien y a decirlo abiertamente. Aunque a Jiang Se no le gustaba Zhu Mingli, no se burlaría de ella solo porque persiguiera abiertamente a alguien de alto perfil.

“Lo recuerdo.” – Dijo Jiang Se, caminando hacia la sala, y preguntó distraídamente. – “¿Por qué? ¿Se acostó con Lu Huaiyan?”

“Ja, sí que quería, pero el problema era que Lu Huaiyan estaba ocupado ahuyentando a su padre en ese momento, como para prestarle atención.” – Guo Qian se burló y cruzó las piernas. – “Sin embargo, dijo que nuestro pequeño Director General Lu es un superdotado. Que yo sepa, tiene una foto que atesora mucho en sus manos, supongo que es una de Lu Huaiyan.”

“… ¿Podemos hablar de otra cosa?” – Jiang Se no tenía ningún interés en esas personas mayores ni en esas cosas viejas. – “¿Por qué no hablamos de cómo puedes evitar reprobar este semestre?”

“…” (Guo Qian)

Después de charlar con Jiang Se unos minutos más, la señorita Guo finalmente colgó el teléfono.

Jiang Se apagó su teléfono, se sentó en el sofá y encendió el televisor con el control remoto.

Resultaba ser un canal local de Tongcheng.

En la televisión, la reportera estaba haciendo entrevistas en el casco antiguo del distrito de Lian’an, y la cámara enfocó brevemente la Calle Jinxiu.

El cheongsam que trajo de la Calle Jinxiu aún estaba sobre el sofá desde que Jiang Se lo había desempacado cuando regresó. En ese momento, la caja de cartón estaba abierta y el cheongsam yacía tranquilamente dentro, con el lado bordado con la urraca posada en una rama hacia arriba.

Jiang Se miró fijamente a la urraca durante unos segundos, extendió la mano y presionó la tela contra la deslumbrante piel blanca de su rostro, cerró los ojos y la acarició lentamente.

La suave tela aún conservaba la humedad de la lluvia, y las puntadas negras en relieve eran incluso más suaves que el algodón.

Después de un momento, Jiang Se abrió los ojos, dejó el cheongsam, se levantó y entró en su habitación, encendió su computadora y abrió un archivo de una carpeta cifrada. Apareció una imagen en la pantalla.

En la imagen, había un trozo de tela medio quemada y andrajosa.

La tela de un blanco puro se había quemado hasta adquirir un tono gris oscuro por el fuego, y en el centro, un hilo negro de bordar formaba una línea discontinua. Al observar con atención, el hilo negro delineaba vagamente parte del cuerpo de un pájaro, con solo dos largas colas visibles: una apuntando hacia arriba y la otra hacia abajo.

Los hábitos de las personas en ciertas cosas siempre dejaban rastros que seguir, como la tipografía, las marcas de pintura o incluso la puntada característica al bordar.

Después de colocar los varios pájaros de cola larga dibujados por Zhang Yue debajo de la imagen para compararlos, Jiang Se se concentró y observó lentamente las patas del pájaro de cola larga en el dibujo.

Según la proporción, la mitad del pájaro en la imagen debería tener patas como las del pájaro del dibujo.

En un instante, una idea cruzó por su mente.

“Un pájaro sin patas…” – murmuró Jiang Se.

El pañuelo que le había limpiado la sangre del rostro en aquel entonces tenía bordado un pájaro sin patas.

(N/T: Algo malo le pasó, estoy segura.)

 

***

 

La habitación estaba a oscuras, iluminada solo por el tenue resplandor de la pantalla de la computadora.

De repente, su teléfono vibró y llegó un nuevo mensaje.

Jiang Se bajó la vista hacia su teléfono.

Lu Huaiyan: [‘Revisa tu correo.’]

Ni siquiera necesitó comprobarlo para saber que definitivamente era el vídeo de Cao Liang.

Este mensaje de texto era igual a los dos anteriores, con sólo unas palabras.

Pero esas pocas palabras fueron suficientes para arrastrarla de vuelta a la lluvia en el Templo Hanshan.

Guo Qian le había preguntado si Lu Huaiyan realmente se atrevería a cargarla montaña abajo.

De hecho, Jiang Se sabía la respuesta.

Él se atrevería.

Cuando el hombre dijo: «Ya te he cargado antes», su tono era ligero, pero su mirada era pesada y feroz.

Jiang Se sabía que hablaba en serio.

No era tan estúpida como para burlarse cuando alguien le sostenía un paraguas.

Tras escuchar las palabras de Lu Huaiyan, se dio la vuelta y bajó las escaleras de madera sin añadir palabra, diciendo en voz baja: “Ya que insiste en bajarme de la montaña, Director General Lu, asegúrese de sujetar el paraguas con firmeza.”

El descenso de la montaña fue ventoso y la lluvia caía a cántaros. Lu Huaiyan sostenía el paraguas con mucha firmeza y el gran paraguas negro con la inscripción «Templo Hanshan» cubrió a la mitad a Jiang Se de la lluvia y ella no se mojó en absoluto.

Al llegar al aparcamiento, esperó a que ella se sentara en el asiento del conductor antes de retirarse lentamente hacia la luz de la farola.

El cielo estaba oscuro y la neblina era densa.

Los dos faros delanteros del coche brillaban con intensidad, y las gotas de lluvia caían sobre las luces como estallidos de estrellas flotando en el universo.

El hombre permanecía de pie como si estuviera en el centro del universo, mirándola con los párpados entornados.

Jiang Se no se apresuró a arrancar el coche. A través del cristal transparente, creado por los limpiaparabrisas, lo miró con curiosidad, intentando ver sus ojos con claridad.

No supo cuánto tiempo había pasado, pero Lu Huaiyan pareció sonreír brevemente antes de sacar su teléfono, escribiendo algo con una mano, y en cuanto volvió a mirarla, el teléfono de Jiang Se vibró y apareció un mensaje de texto suyo: [‘¿Jian Se, has terminado de examinarme?’]

Unos segundos después, llegó otro mensaje: [‘¿Necesitas que suba al coche y deje que me examines a fondo?’]

 

***

 

En aquel momento, Jiang Se miró a Lu Huaiyan con una mirada realmente escrutadora.

Todo empezó cuando él le dijo que ‘quería conocerla de nuevo.’

Ella sabía muy bien que no lo decía a la ligera.

Es una persona que nunca hace ni dice nada sin un propósito.

Entonces, después de volver a conocerla, ¿qué planeaba hacer?

En el pasado, en la Ciudad de Beicheng, debido a su conexión con Cen Li, el contacto entre las dos personas no eran frecuente, pero definitivamente tampoco infrecuente. En ese momento, ella era la hija mayor de la familia Cen, quien ya estaba comprometida, y él, el heredero de la familia Lu, quien había recuperado su autonomía matrimonial*.

(N/T: «autonomía matrimonial» se refiere al derecho de las personas a decidir libremente sobre su matrimonio, sin coerción ni interferencia externa. Esto incluye la libertad de elegir con quién casarse y la capacidad de disolver el matrimonio de manera autónoma, siempre dentro del marco legal establecido.)

Incluso si mantenían contacto, siempre lo hacían dentro de la distancia prudencial de la etiqueta social.

Cen Li le había bromeado una vez, diciendo que Lu Huaiyan nunca permitía que ninguna mujer se acercara a él a menos de medio metro.

Sin embargo, un hombre así tomó la iniciativa de sujetarla por la muñeca y acercarla más, tan cerca que incluso podían sentir el aliento del otro y lo suficientemente cerca como para besarse si alguno de los dos se inclinaba la cabeza.

‘¿Tiene demasiado tiempo libre?’

Jiang Se se burló para sus adentros.

Hacía poco más de un mes, su actitud hacia ella era claramente la misma de antes.

‘¿Cuándo habían cambiado las cosas?’

Jiang Se entrecerró los ojos y recordó con atención cada encuentro que habían tenido en Tongcheng.

Parecía ser… Desde el momento en que ella y él hablaron de negociar en la casa de té.

Ese día, Lu Huaiyan incluso le preguntó qué más le gustaba hacer, además de preparar bebidas en la barra y jugar al billar.

No había querido charlar con él, así que simplemente hizo un comentario al azar y lo ignoró.

Ahora que lo pensaba detenidamente, ¿cuándo se había interesado Lu Huaiyan por lo que le gustaba hacer a los demás?

O quizás incluso antes.

Esa noche, cuando estaba sentada en el coche de Han Xiao, preguntando por Cao Liang, Lu Huaiyan le había recordado amablemente que no provocara a Cao Xun.

La palabra «amable» nunca se ha usado para describir a Lu Huaiyan.

Jiang Se se frotó las sienes y apoyó la cabeza en el sofá, sintiéndose perezosa como para seguir analizando qué intentaba hacer ese hombre o qué intenciones podría tener hacia ella.

Siempre y cuando no interfiera con ella ni afecte sus planes, le daba igual lo que quiera hacer.

Además, el proyecto en Europa no podía seguir adelante sin él, por lo que pronto se iría de Tongcheng.

Si no fuera por el retiro de la tía Han en el Templo Hanshan, jamás se habría dignado en ir allí.

Pensando en Han Yin, Jiang Se se incorporó de nuevo y consultó el pronóstico del tiempo para las próximas semanas en su móvil.

Por muy poco que le gustara Lu Huaiyan, aún tenía que ver a Han Yin.

 

***

 

Jiang Se eligió un día soleado para visitar a Han Yin.

Era viernes, una semana después y condujo hasta el Templo Hanshan después de comer.

Tras días de lluvia otoñal, el bosque de la montaña había cambiado de la noche a la mañana. Hojas amarillas cubrían el suelo y, crujían al pisarlas. Los últimos vestigios de verde se ocultaban en el bosque de bambú a media montaña.

Ese bosque de bambú era ahora el lugar de meditación de Han Yin, con un muro que bloqueaba el paso y nadie podía entrar sin alguien que lo guíe.

Han Yin le había pedido específicamente a Jiang Se que le enviara un mensaje cuando llegara al Templo Hanshan para que pudiera salir y abrir la puerta.

Por lo tanto, al ver a Lu Huaiyan apoyado en la puerta de hierro no pudo evitar arquear las cejas.

Cuando Jiang Se contactó con Han Yin ayer, mencionó específicamente a Lu Huaiyan, lamentando que estuviera en Beicheng y no pudiera acompañarlos a tomar el té.

‘¿Cómo había aparecido allí tan repentinamente, de la noche a la mañana?’

Lu Huaiyan la miró con calma, su alta nariz enmarcada por un par de gafas de montura dorada idénticas a las anteriores.

El hombre miró brevemente la tetera de azulejos grises que ella sostenía y arqueó una ceja.  – “¿Vino?”

Mientras hablaba, dio un paso hacia ella y extendió la mano para tomar la tetera que sostenía.

Antes de irse, Jiang Chuan le había preparado especialmente una bolsa de red resistente para que llevara la tetera y le hizo un asa con tiras de bambú para facilitar su transporte, temiendo que Jiang Se se cansara al cargar la tetera.

Los movimientos de Lu Huaiyan eran excepcionalmente caballerosos al sujetar con cuidado el otro extremo del asa, sin tocar la mano de Jiang Se.

Hoy llevaba un abrigo negro de cachemir, que ondeaba al viento al acercarse; el ligero aroma a madera de agar que emanaba de su cuerpo se extendió con la brisa.

Jiang Se la soltó, miró las gafas nuevas que llevaba sobre el puente de su nariz y dijo con ligereza: “No es vino, es osmanto confitado, hecho con flores de osmanto recolectadas este otoño. Son una excelente base para el té.”

Lu Huaiyan arqueó una ceja. “¿El osmanto que plantaste tú misma?”

Jiang Se asintió. “Sí.”

Ese regalo era más refinado que el vino y mucho más apropiado para Han Yin.

Desde que Han Yin se convirtió al budismo laico, había desarrollado un profundo cariño por las flores, la nieve, el rocío, el bambú y otros regalos naturales.

Lu Huaiyan esbozó una leve sonrisa. – “Qué considerada.”

Jiang Se alzó la vista para mirarlo y se encontró con su mirada oscura, luego apartó la mirada rápidamente y siguió caminando hacia el bosque de bambú con él.

El bosque de bambú del Templo Hanshan era un bosque natural de bambú con tallos altos y hojas exuberantes, perenne durante todo el año.

Los dos caminaron lentamente entre el bosque de bambú y Jiang Se le preguntó: “¿Por qué el Director General Lu es libre de venir aquí hoy?”

“¿Director General Lu?” (Lu Huaiyan)

Los pasos de Lu Huaiyan se detuvieron ligeramente. – “Jiang Se.”

Jiang Se también se detuvo cuando él se detuvo y lo miró inconscientemente mientras él la llamaba por su nombre.

El hombre sostenía la tetera de arcilla en una mano y guardó la otra con indiferencia en el bolsillo de su abrigo, sus cejas eran claras y elegantes, su postura era recta, y parecía mimetizarse con el bosque de bambú que tenía detrás, como si fuera parte de él.

“¿Crees que debería hacerte enfadar?” – La miró y dijo con voz ligera e indiferente. – “Solo dejas de llamarme ‘Director General Lu’ cuando te enfadas, ¿verdad?”

Jiang Se recordó haberlo llamado por su nombre completo: «Lu Huaiyan», dos veces.

La primera vez fue en el patio trasero de ‘Wangchuan’ cuando él la llamó ‘Cen Se’ y ella se burló fríamente. La segunda vez fue en el Templo Hanshan, cuando él la atrajo inesperadamente hacia él y ella destrozó sus gafas.

Jiang Se lo recordaba con claridad.

Sonrió y las comisuras de sus labios dibujaron una curva perfecta.

“Director General Lu, ¿trajo unas gafas de repuesto esta vez?” – Su tono se mantuvo tan suave y educado como antes.

Solo Lu Huaiyan pudo comprender la provocación en esas palabras.

Él rió suavemente.

Solo había un par de pasos entre ellos. El hombre dio un paso al frente, se inclinó ligeramente y acercó su rostro severo a ella, con un ligero aroma a madera de agar que parecía intensificarse con el viento.

Le hizo un gesto a Jiang Se para que le quitara las gafas. – “Cógelas y písalas para divertirte.”

“…”

No se inclinó mucho y su voz profunda y magnética sonaba un poco despreocupada.

Pero Jiang Se podía sentir claramente que Lu Huaiyan estaba cruzando la raya poco a poco.

Casi parecía que estuviera esperando que ella destrozara sus gafas como la última vez.

Ella miró fijamente sus ojos tras los cristales de sus gafas.

Los ojos oscuros del hombre, aun llenas de turbulentas profundidades, escondían emociones muy profundas, como si sonriera, pero no estaba segura.

Jiang Se no estaba enojada por su comportamiento.

Levantó la mano para acomodar sus alborotados mechones de cabello que el viento había arrastrado detrás de sus orejas, luego retiró la sonrisa de su rostro y se dio la vuelta y avanzó.

Lu Huaiyan se enderezó ligeramente y observó su cuello, que ahora estaba iluminado por la luz, tan pálido y suave y lentamente levantó los pies y siguió sus pasos.

Los dos llegaron al lago Zhuyin uno tras otro.

Han Yin los esperaba en la puerta de la casa de bambú. Cuando los vio llegar por fin, miró a Lu Huaiyan y dijo con una sonrisa. – “¿Por qué tardaste tanto en recoger a alguien?”

Lu Huaiyan no respondió, simplemente levantó la tetera y dijo: “Este es osmanto confitado que trajo Jiang Se.”

La atención de Han Yin se desvió al instante y sus ojos se iluminaron al volverse hacia Jiang Se. – “¿Encurtiste tú misma el osmanto?”

Jiang Se asintió. – “Mi madre lo hizo. Hay osmantos plantado en el jardín y encurte algunas ollas cada año.”

Los ojos de Han Yin se iluminaron levemente y sintió la alegría de encontrar a alguien con intereses similares.

“Acabo de secar unas cestas de hojas de bambú silvestre para preparar té. Deberías llevarte algunas. Estoy segura de que a tu madre le encantarán.” (Han Yin)

Jiang Se no se negó y sonriendo dijo: “Sí, le gustará. Se lo agradeceré en su nombre.”

“No seas tan educada con la tía, si tienes una oportunidad, trae a tu madre a visitar a la tía.” – Dijo Han Yin, invitándola a entrar a la casa. Entonces, al mirar a Lu Huaiyan dudó un momento y dijo. – “Llegaste en plena noche, ¿no quieres volver a tu habitación y descansar un rato?”

“No hace falta.” – Lu Huaiyan respondió, siguiéndolas lentamente y luego bajó la cabeza para quitarse los zapatos. – “La última vez lo prometí, ¿les preparo un poco de té?”

“Pero ni siquiera te gusta el té, pensé que estabas bromeando.” – Cuando Han Yin dijo eso, pensó en algo y miró a Jiang Se con una sonrisa. – “¿Se Se te acuerdas? De pequeña, Ah’Yan te secó la ropa una vez, le dije que era considerado en aquel entonces, pero por alguna razón, pero no sé por qué se volvió menos considerado con la edad.”

Jiang Se levantó los párpados y miró a Lu Huaiyan.

Él también la miraba, con los ojos bajos.

Los dos pares de ojos se encontraron.

Jiang Se desvió rápidamente la mirada, respondiendo a Han Yin con ligereza: “No lo recuerdo.”

Han Yin, naturalmente, no podía adivinar que Jiang Se estaba hablando a ciegas, y dijo con gran comprensión. – “Eras tan joven en ese entonces y estabas en estado de shock, así que es perfectamente normal que no lo recuerdes.”

Lu Huaiyan, que caminaba siguiendo a Han Yin, miró fijamente la nuca de Jiang Se mientras soltaba una suave risa.

 

***

 

Los tres se sentaron en la sala de la casa de bambú. Lu Huaiyan, fiel a su palabra, comenzó a prepararles té de verdad.

Tanto el Viejo Maestro Lu como Han Yin disfrutaban de tomar el té. Aunque a Lu Huaiyan no le gusta, había cultivado el arte de prepararlo y el té que preparó era incluso mejor que el que Jiang Se.

Esa era la primera vez que Jiang Se bebía té preparado por él.

“Es raro que quieras cultivar el cuerpo y la mente de esta manera. La próxima vez que vengas, le pediré a Ah’Yan que venga a prepararnos té. Después de todo, una vez que comience el proyecto en Tongcheng, tendrá que volar aquí de vez en cuando para hacerle seguimiento.”- Dijo Han Yin, dejando su taza y mirando a Lu Huaiyan

Dicho eso, Han Yin dejó la taza de té, miró a Lu Huaiyan y añadió: “Tu abuelo sigue desconcertado hasta ahora. Dijo que eras tú, quien no tenía interés en el desarrollo de la ciudad cinematográfica, pero ahora eres tú quien insiste en involucrarse. No solo en la ciudad cinematográfica, sino que también has aceptado participar en el proyecto de renovación del antiguo distrito.”

Jiang Se hizo una pausa mientras tomaba un sorbo de té.

La mención de la renovación del antiguo distrito captó su atención.

¿Qué antiguo distrito de Tongcheng va a renovar?

Lu Huaiyan soltó un leve “hm”, sin explicar por qué había aceptado encargarse del proyecto en Tongcheng. En cambio, accedió de inmediato a la tarea de preparar el té: “Sí, intentaré venir tan a menudo como pueda cuando queráis tomar el té.”

Han Yin lo miró con cierta sorpresa. – “Estás siendo inusualmente hablador hoy.”

Lu Huaiyan, sin prisa alguna, tomó la tetera de hierro fundido y vertió agua lentamente, diciendo con indiferencia: “¿No fuiste tú quien me pidió que cultivara más mi carácter y naturaleza interior?”

Han Yin respondió con una sonrisa: “¿Por qué no me escuchaste cuando te lo dije antes? Lo único que haces es engatusarme con tus palabras.”

Lu Huaiyan se inclinó para rellenar las tazas de té de Han Yin y Jiang Se y sugirió con amabilidad: “¿Por qué no dejas que Jiang Se me vigile? A ver si de verdad te estoy escuchando y cultivando bien mi carácter.”

“…” (Han Yin)

Mientras madre e hijo hablaban, Jiang Se no los interrumpió, simplemente sorbiendo su té en silencio.

No fue hasta que escuchó la sugerencia de Lu Huaiyan que levantó la vista para mirarlo.

Él pareció no haber notado su mirada, y bajó la vista para servirse un poco de té.

Sus largas y oscuras pestañas proyectaban una sombra verde bajo sus ojos, y la fría y estrecha comisura de sus ojos se alzó ligeramente.

“No metas a Se Se en esto.” – Dijjo Han Yin, asumiendo que solo estaba usando a Jiang Se como escudo y se giró hacia ella y continuó. – “Ignorémoslo. Han Xiao me dijo que el vino que elaboran en tu familia es bastante único y también mencionó que parte del vino almacenado lleva cientos de años envejeciendo, ¿es cierto?”

Jiang Se apartó la mirada de Lu Huaiyan y asintió, diciendo. – “La familia de mi madre lleva generaciones elaborando vino y de hecho, hay varias tinajas de vino que son realmente muy antiguas. Cada año, mi madre tiene que vaciarlas, saca unas cucharadas y le añade vino nuevo. La próxima vez, le traeré un poco del vino que ella misma elabora.”

“Eso sería maravilloso.” – Han Yin la miró, vio que no rehuía hablar de sus padres en Tongcheng, así que preguntó con preocupación: “¿Cómo te tratan tus padres?”

Jiang Se sonrió. – “Me tratan muy bien.” – Al decir eso, su sonrisa se extendió por sus ojos, dejando claro que su familia la trataba muy bien.

Han Yin se alegró por ella, pero estaba un poco confundida con su actitud hacia la familia Cen. Cen Li estaba convencido de que Jiang Se solo estaba haciendo un berrinche y que regresaría en cuanto se calmara.

Pero a juzgar por lo bien que se llevaba Se Se con la familia Jiang, era incierto si regresaría con la familia Cen.

Regresar tenía sus ventajas, pero no hacerlo también.

Han Yin siempre recordaba a la niña que temía cometer errores y decepcionar a Cen Minghong y Ji Yunyi.

Quizás viviría con más libertad, al dejar a la familia Cen y Beicheng.

Jiang Se conversó con Han Yin durante casi dos horas en la casa de bambú antes de irse.

Cuando estaba a punto de irse, Han Yin llamó a Lu Huaiyan para que la despidiera.

Lu Huaiyan no dijo ni una palabra, se apoyó en el marco de la puerta con un hombro, con la mirada fija en Jiang. Se.

Jiang Se estaba sentada en un taburete de bambú, atándose lentamente los cordones de los zapatos, al terminar, levantó la vista y le dijo con una sonrisa: “Entonces, molestaré al Director General Lu.”

Era esa sonrisa amable de nuevo.

Y era particularmente cortés.

Lu Huaiyan se levantó, despegó los labios y respondió. – “No hay problema.”

Mientras los dos caminaban por el bosque de bambú y bajaban hacia el pie de la montaña por las escaleras de piedra, pasaron por el Templo Hanshan y Lu Huaiyan miró hacia el templo y preguntó: “¿Quieres entrar y pedir uno?”

Se refería al colgante de seguridad que no había podido conseguir la última vez.

Jiang Se, aunque estaba considerando pedir un colgante de seguridad, no quería ir con él, por lo que, sin dudarlo, respondió: “Quizás la próxima vez.” – Cuando a Lu Huaiyan no le interesaban las invitaciones de los demás, solía decir ‘La próxima vez’ con indiferencia.

Su tono era muy similar al de Jiang Se en ese momento.

Él preguntó con calma: “¿Cuándo es exactamente la ‘próxima vez’?”

Jiang Se continuó bajando las escaleras y dijo lentamente: “La próxima vez será cuando esté sola. Ah, por cierto…”

Hizo una pequeña pausa y luego continuó: “¿De verdad la Corporación Lu va a desarrollar la ciudad del cine y la televisión en Tongcheng? ¿Y qué hay de la renovación del antiguo distrito? ¿Es solo un rumor o ya es un hecho?”

La nuez de Adán de Lu Huaiyan se movió ligeramente mientras sonreía levemente.

Entonces, ¿estaba dispuesta a que él la acompañara casualmente, solo para preguntarle sobre la renovación del antiguo distrito?

Él respondió con un “Hmm” y preguntó: “¿Quieres saber el motivo?”

“No.” – Jiang Se miró distraídamente los escalones de piedra y preguntó con un tono tan casual como si hablara del clima. – “Hay muchos distritos antiguos en Tongcheng que merecen una renovación. ¿Qué distritos antiguos tiene Corporación Lu en la mira?”

“¿Por qué?” – Lu Huaiyan preguntó. – “¿Quieres saber secretos comerciales?”

Jiang Se levantó la cabeza y lo miró con los ojos entrecerrados. – “Por el tono del Director General Lu, parece que la renovación del antiguo distrito ya es un hecho. Dado que la Corporación Lu ha aceptado, el Gobierno Municipal de Tongcheng anunciará la información pertinente a finales de este mes como muy tarde.”

Ella sonrió con dulzura. – “Entonces, ¿cómo sería eso un secreto comercial?”

“Si sabrás la respuesta a finales de mes, ¿por qué preguntas?” – Preguntó Lu Huaiyan, imperturbable con una mirada ligeramente inquisitiva. – “¿De verdad es tan importante qué área aprueba el gobierno Municipal?”

Jiang Se sonrió e inclinó la cabeza y dijo con franqueza. – “Es solo una curiosidad momentánea.” – La mirada de Lu Huaiyan se fijó en su rostro, del tamaño de una palma y luego sonrió significativamente.

Sabía que ella definitivamente no hizo esa pregunta por capricho.

Y tampoco era fruto de la curiosidad.

Tras decir eso, Jiang Se giró para concentrarse en los escalones de piedra y continuó su descenso. Lu Huaiyan la siguió, un paso atrás de ella, su sombra larga y oblicua rozando silenciosamente la piel desnuda de su cuello.

Después de bajar un par de pasos más, la piel de su nuca se calentó de repente.

Jiang Se se detuvo y miró hacia atrás.

La luz del sol de tarde de otoño era brillante y cálida.

El hombre se encontraba de pie, un escalón por encima de Jiang Se, mirándola desde arriba, con el rostro a contraluz, con una expresión indescifrable.

En ese momento, a lo lejos, sonó la campana del templo, y los pájaros del bosque, sobresaltados por el ruido, batieron sus alas, emergiendo de entre las ramas.

En aquel silencio ruidoso, caótico e inexplicablemente silencioso, la voz baja y pausada de Lu Huaiyan llegó hasta ella.

“Jiang Se, los documentos de planificación para la renovación del antiguo distrito están en mi habitación de hotel. ¿Te atreves a echar un vistazo?”


Nameless: Éll es como un demonio que quiere tentarla… Jaja y ella aceptará porque por alguna razón quiere ver esos planos… Estoy segura.

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