Capítulo 7: Zhang Xiu
Tras no dormir bien la noche anterior, Jiang Se tomó un sedante después de responder los mensajes de WeChat, y se acostó en la cama.
A las cuatro de la madrugada, el despertador sonó puntualmente.
Abrió los ojos, un poco aturdida, cogió su teléfono móvil y le envió un mensaje a Jiang Chuan.
Quería comer las costillas de ciruela que preparaba el tío Tong.
Cuando Jiang Se le envió el mensaje a Jiang Chuan, no tenía muchas esperanzas. No creía que las costillas de ciruela que preparara para la cena pudieran ser mejores que las cocinadas por el tío Tong.
Las ciruelas las había encurtido el propio Jiang Chuan y las usaba especialmente para hacer té y vino de ciruela. Estaban extremadamente ácidas y sabrosas.
Ella comió con deleite.
Al verla así, Jiang Ye, curioso, cogió una ciruela y se la metió en la boca.
En cuanto el sabor ácido se extendió por sus papilas gustativas, el apuesto rostro del joven se arrugó de inmediato.
“¡Maldición!” – Jiang Ye agarró una botella de Coca-Cola de la mesa y se la bebió de un trago.
Jiang Chuan y Yu Shiying se divirtieron con él.
Jiang Chuan le sirvió una cucharada de ciruelas a Jiang Se y dijo con una sonrisa: “Me sorprendí mucho cuando recibí tu mensaje de WeChat tan temprano. Me preocupaba no poder preparar el sabor que te gusta, así que tu madre le pidió la receta a la tía Zhang, y el tío Tong me envió personalmente un largo mensaje de voz.”
Cuando Jiang Chuan y Yu Shiying fueron a Beicheng para ver a Jiang Se, agregaron en secreto a la tía Zhang y al tío Tong en WeChat para estar al tanto de las preferencias culinarias, ropa, vivienda, viajes y de otros asuntos de Jian Se, para que ellos también pudieran prestar atención.
Dijo eso, mirando a Jiang Se como si le preocupara que no le gustara que tuvieran contacto con la tía Zhang y el tío Tong.
Como si no hubiera notado su mirada cautelosa, Jiang Se tragó la comida, sonrió y dijo: “Cocinas mejor que el tío Tong, pero no puedes dejar que el tío Tong se entere.”
Al ver que no le guardaba rencor, Jiang Chuan y Yu Shiying dieron un suspiro de alivio.
Yu Shiying tomó un trozo de costillas perladas para Jiang Se con un par de palillos y dijo con suavidad: “Si te gusta, pídele a este padre que te la prepare todos los días. Pero no puedes concentrarte solo en comer ciruelas, también necesitas comer las costillas. Estás demasiado delgada.”
Jiang Se bajó la mirada, observando las ciruelas y las costillas en su tazón.
Estaba acostumbrada a comer en silencio, así que simplemente dijo un “Hmm” en voz baja y comió las costillas lentamente.
La familia Jiang no parecía que tener ninguna regla sobre ‘no hablar mientras se come, no hablar antes de dormir.’ Después de hablar sobre las ciruelas y las costillas de cerdo, Yu Shiying le recordó a Jiang Chuan que encurtiera más ciruelas para que las comiera Jiang Se, y luego le recordó a Jiang Ye que escuchara atentamente las palabras del entrenador cuando regresara al campamento de entrenamiento al día siguiente.
Su suave voz como el agua trajo calidez a la fresca noche.
Este tipo de voz siempre era necesaria bajo las luces de la casa.
La voz insistente de una madre.
En el bar, siempre había gente mirándolos. Después de cenar, Jiang Chuan se puso el casco y condujo su pequeño auto eléctrico* para llevar a Yu Shiying a ‘Wangchuan.’
(N/T: Realmente usan la palabra «電驢» (diàn lǘ) que se traduce como burro o mula eléctrica, lo he cambiado a auto o coche, pero creo que también podría ser un scooter.)
Jiang Ye, familiarizado con la rutina, comenzó a recoger los cuencos y palillos.
Jiang Se, sosteniendo una taza de té negro, preguntó: “¿Necesitas ayuda?”
Jiang Ye la miró: “¿Sabes lavar los platos?”
Ella admitió con franqueza: “No.”
“Entonces mejor no entres y causes problemas.” – Dijo Jiang Ye, levantando una pila de cuencos sucios mientras caminaba hacia la cocina. – “Hay pitahayas cortadas en el refrigerador. Mamá dijo que están muy dulces, así que recuerda comerlas.”
“No voy a comer.” – Dijo Jiang Se mirando al cielo. – “Voy a volver a la Calle Xiangshu.”
Jiang Ye dudó un momento. – “Papá volverá pronto, y muchas farolas de nuestra zona están rotas, el camino no es fácil de recorrer. Espera a que vuelva y te lleve.”
Jiang Se terminó el último sorbo de su té negro y dijo con calma. – “No pasa nada. No me da miedo caminar de noche.”
***
Después del otoño, la noche caía rápidamente, anochecía alrededor de las siete u ocho.
El viento del río soplaba por las calles y callejones y las largas y estrechas calles se ocultaban en la penumbra de la noche.
Jiang Se caminaba con agilidad por el sendero de piedra azul y, al cabo de un rato, una ráfaga de pasos apresurados se acercaron gradualmente por detrás.
Se detuvo y metió la mano derecha en el bolsillo. Sus ojos negros, como el cañón de una pistola, se volvieron hacia la figura que se acercaba.
Se sobresaltó al ver la silueta familiar.
“¿Papá?”
Jiang Chuan emitió un “Eh”, y su figura pasó entre las oscuras sombras de los árboles, respirando con dificultad. – “¿Por qué caminas tan rápido? Hay varias farolas rotas por aquí, por lo que está demasiado oscuro. Temía que tomaras el camino equivocado.”
Jiang Se no dijo nada y soltó la navaja que apretaba con fuerza en la mano.
Cuando Jiang Chuan se acercó, ella notó que llevaba un termo.
Jiang Chuan siguió su mirada y explicó: “Esta es una medicina que envió el Viejo Gu. El Viejo Gu es el médico más influyente de medicina tradicional china de Tongcheng. La tía Zhang dijo que has tenido problemas para dormir, así que tu madre pensó que deberías probar esta medicina. Tu hermana también sufrió de insomnio durante un tiempo y mejoró después de tomar la medicina del Viejo Gu.”
Jiang Se sabía exactamente a qué se debía su insomnio y sabía que el contenido del termo no le serviría de nada. Pero no quiso rechazar la amabilidad de Jiang Chuan y Yu Shiying, así que sacó la mano del bolsillo y tomó la iniciativa de coger el termo de medicina china.
“De acuerdo, lo probaré esta noche.”
Jiang Chuan se secó el sudor de la frente con la mano y preguntó: “Hay muchos lugares históricos en los alrededores de Tongcheng. ¿Hay algún lugar al que quieras ir?”
Jiang Se llegó a Tongcheng con mentalidad de jugador, así que, por supuesto, había lugares a los que quería ir y mencionó el nombre de un lugar.
“Calle Jinxiu.”
Jiang Chuan se rió al oírlo. “¿Calle Jinxiu? Está al otro lado del casco antiguo de Lian’an, casi a las afueras y se tarda como una hora en coche. ¿Por qué quieres ir de repente? Ese lugar está tan deteriorado que no va mucha gente.”
Jiang Se sonrió. – “Quiero ir a probarme un cheongsam*.”
(N/T: El término «qipao» (旗袍) se refiere a un vestido tradicional chino, también conocido como cheongsam en cantonés. El qipao tiene sus orígenes en la vestimenta de las mujeres manchúes durante la dinastía Qing y evolucionó a su forma actual en el siglo XX.)
Jiang Chuan no sabía mucho de cheongsams, pero como su hija quería ir, lo supiera o no, la llevaría.
Después de volver y hablar con Yu Shiying, decidieron no acompañar a Jiang Ye a Jiangcheng al día siguiente. Pidieron un coche para que Jiang Ye regresara solo y luego condujeron su pequeño coche blanco para llevar a Jiang Se la calle Jinxiu.
Como había dicho Jiang Chuan, la calle Jinxiu estaba realmente deteriorada y muchas tiendas estaban cerradas, pero tuvieron suerte y pronto encontraron una sastrería después de caminar un rato.
La sastrería se llamaba ‘Zhang Xiu’ y tenía una pequeña fachada, con una cortina de tela que separaba las habitaciones interior y exterior.
En la parte delantera había un mostrador rectangular, donde una joven con cara de niña estaba sentada jugando con su teléfono. Al ver a alguien acercarse, rápidamente dejó el teléfono y preguntó con entusiasmo. – “¿Quieren las señoras hacerse cheongsams?”
Yu Shiying respondió: “Mi hija quiere un cheongsam. ¿Tienen alguna tela?”
“Sí, sí, tenemos seda, brocado, hangluo, lino, algodón y satén. Pueden echar un vistazo y ver qué tela les gusta.”
La chica con cara de niña se llamaba He Miao y al oír lo que dijo Yu Shiying, sacó con entusiasmo un catálogo de telas de debajo del mostrador y lo abrió para que Jiang Se lo mirara.
Jiang Se no era muy exigente con las telas, y después de echar un vistazo al catálogo, miró detrás de la cortina. – “¿Está tu jefe aquí?”
He Miao exclamó “Ah” al oír la pregunta. – “¿Conoces a mi maestra?”
Jiang Se tarareó un «Hmm» vagamente en respuesta.
He Miao pensó que Jiang Se debía de ser una clienta habitual de su maestra, así que sonrió y dijo: “La verdad es que no sé cuándo vendrá la maestra a la tienda, pero no se preocupe, todos los cheongsams que hay aquí son hechos por la propia maestra. Solo tienes que elegir la tela y el patrón, y luego déjame tomarte las medidas y podrás venir a recogerlo en un mes como máximo.”
Jiang Se eligió una tela al azar, hojeando lentamente el libro de diseños y luego preguntó con amabilidad: “¿Son estos los únicos patrones disponibles?”
“Sí, estos son todos por ahora. Todos los patrones de ‘Zhang Xiu’ son creados por mi maestra y son únicos en el mercado. Si tiene alguna preferencia, puede pedirle a mi maestra que diseñe algo único para usted.”
Jiang Se pasó a otra página y fijó la vista en un patrón con un bordado de una urraca posada en una rama, en tinta china y acuarela.
“Este.” – Señaló el número del patrón.
He Miao se inclinó para echar un vistazo. – “¡Tienes buen ojo! Mi maestra es la mejor bordando flores y pájaros con tinta china.”
La mirada de Jiang Se se detuvo en la urraca oscura y cerró el libro de patrones y preguntó con una sonrisa: “Una vez que el cheongsam esté terminado, ¿sería posible pedirle a tu maestro que diseñe un estampado floral solo para mí?”
La tienda de cheongsams estaba ubicada en una calle destartalada con poco tráfico, así que el negocio siempre había sido flojo, por lo que como era de esperar, He Miao no rechazó al Dios de la Riqueza que llegó a su puerta y asintió rápidamente. – “Puede hablarlo con ella cuando venga a recoger el cheongsam. ¡Mi maestra estará en la tienda ese día! Si tiene en mente algún diseño de flores específica, siempre puede venir a la tienda de cheongsams en cualquier momento, e incluso si mi maestra no está, puedo tomar sus ideas y mostrarte algunas muestras preliminares.”
Jiang Se sonrió. “De acuerdo.”
Después de salir de la calle Jinxiu, Jiang Chuan había planeado llevar a Jiang Se al Templo Hanshan para pedirle un amuleto de paz y seguridad*.
(N/T: El Ping An Kou (平安扣), o «Abalorio de Paz y seguridad», es un amuleto protector tradicional chino que simboliza la paz y la seguridad. Su forma redonda, con un círculo exterior y otro interior, representa un mundo exterior amplio y una mente tranquila en su interior, según describe un blog de artículos chinos. El nombre «Ping An» significa «paz y seguridad» en chino.)
Desafortunadamente, el clima no los acompañó. Cuando el coche llegó al pie de la montaña, empezó a llover a cántaros, así que tuvieron que regresar a casa.
Jiang Se se sentó en el asiento trasero, sacó su móvil del bolsillo, abrió la sección de mensajes de texto, se desplazó hacia abajo varias veces y pronto encontró un mensaje de hacía tres meses.
El mensaje provenía de un número no registrado, con una sola frase críptica: [‘Calle Jinxiu, N.° 39, Zhang Xiu.’]
La llovizna serpenteaba dejando retorcidas marcas de agua en los cristales de las ventanas y un relámpago iluminó el cielo, seguido de un potente trueno.
La tormenta de cuando tenía dieciséis años se superpuso extrañamente con la escena de lluvia que tenía delante, zumbando a través del cuerpo inmóvil de Jiang Se.
***
La lluvia otoñal en Tongcheng duró medio mes. Durante ese tiempo, Jiang Se visitaba el Calle Jinxiu de vez en cuando.
He Miao era muy extrovertida y habladora.
Quizás porque Jiang Se había sido su única clienta durante el último medio mes, no pudo evitar revelar su verdadera naturaleza después de conocerla y empezó a contarle sobre diversas cosas en la tienda de cheongsams, mencionando ocasionalmente a su maestra.
“¿Por qué tu amo abrió una tienda aquí si tiene tan buena artesanía?” – Preguntó Jiang Se con indiferencia mientras hojeaba el libro de patrones.
He Miao tomó un sorbo de té con leche y dijo: “Esta tienda tiene un significado especial para mi maestra, él dijo que está esperando a alguien.”
Con un “dong”, su corazón pareció ser tirado hacia abajo con un gran peso.
Jiang Se bajó la mirada hacia el pájaro en el libro de patrones y preguntó en tono desenfadado: “¿Esperando a alguien? ¿Un novio?”
(N/T: Jaja… Voy a cambiar arriba, había puesto maestro y no Maestra.)
He Miao masticó una perla de tapioca en su boca y dijo vagamente: “No estoy segura, mi maestra se niega a decirlo, supongo que está esperando a su madre. La Maestra dijo que esta tienda de cheongsams era originalmente propiedad de su madre, pero por alguna razón, la vendieron. Lo primero que hizo mi maestra cuando regresó a Tongcheng fue comprar de vuelta «Zhang Xiu».”
Jiang Se sonrió y asintió levemente.
La suave y continua lluvia caía con firmeza por los aleros de la casa.
Jiang Se llevaba casi media hora escuchando el sonido de la lluvia en la tienda de cheongsams y justo antes de las tres, finalmente se levantó para despedirse.
He Miao preguntó: “¿Por qué se va tan temprano hoy? ¡Aún no ha terminado de ver todos los diseños!”
Jiang Se respondió: “Mi hermano vuelve hoy.”
Jiang Ye había estado entrenando en la ciudad de Jiangcheng durante toda la Semana Dorada y por fin tuvo un día libre.
Temprano esa mañana, le había enviado una foto de pasteles de color naranja rojizo, recordándole que no comiera demasiado en el almuerzo para que pudiera dejar espacio para el postre.
Para cuando Jiang Se regresó a la calle Liyuan, aún no eran las cinco. Jiang Chuan y Yu Shiying habían salido, dejándola sola en casa, mientras ella hojeaba distraídamente una escritura budista.
La puerta de madera estaba entreabierta y Jiang Se acababa de empezar a leer cuando un adolescente de cabello teñido de rubio entró corriendo, presa del pánico.
“¡Tío Jiang, algo ha pasado! ¡Ven conmigo a salvar a los demás!”
Tras gritar, el adolescente se dio cuenta de repente de que la persona sentada dentro era una belleza que nunca había visto antes y se quedó congelado durante mucho tiempo.
Jiang Se reconoció al joven. Había una foto de él con Jiang Ye en el mueble del televisor; era el mejor amigo de Jiang Ye, con quien había crecido usando los mismos pantalones.
Jiang Se dijo con calma: “Mi papá fue a hacer una entrega.”
El chico, cuyo nombre era Huang Mao, finalmente se dio cuenta de que la mujer frente a él no era otra que ‘la segunda hermana’ de Jiang Ye. Ni siquiera se molestó en saludarla y salió corriendo hacia la puerta.
“Espera…”
Jiang Se lo detuvo: “Dime, ¿a quién quieres salvar? ¿Es a Jiang Ye?”
La expresión de Huang Xu cambió.
Jiang Se observó su expresión y los moretones en su rostro, tras pensar un momento, dejó las escrituras budistas y dijo. “Dime primero qué le pasó. ¿Dónde está?”
***
Media hora después, en el Club Hong Ding.
Jiang Se estaba de pie frente a la puerta del club y dijo con tono ligero: “Entonces, ¿trajeron a Jiang Ye aquí?”
“Sí, la Pequeña Tartamuda fue traída al club por ese hijo de puta de Cao Liang. El hermano Ye estaba preocupado, así que en cuanto regresó de la base, corrió a rescatar a la Pequeña Tartamuda. ¿Pero quién iba a decir que Cao Liang insistiría en obligar al hermano Ye a jugar al billar con él, diciendo que al perdedor le cortarían un dedo? ¡El hermano Ye es bueno jugando videojuegos, pero es pésimo jugando al billar!”
El nombre completo de Huang Mao es Huang Xu, su padre le puso este nombre con la esperanza de que siempre fuera un niño de buen corazón.
Huang Xu miró a Jiang Se en ese momento, sintiendo una oleada de inquietud en su corazón.
‘Quizás no debería haber traído a la segunda hermana del Hermano Ye. Si el Hermano Ye lo supiera, ¿no se pondría furioso?’ (Huang Xu)
“Eh, Segunda Hermana, ¿por qué no llamas al tío Jiang? La gente de Cao Liang es muy difícil de tratar y su familia tiene antecedentes sólidos.” (Huang Xu)
Jiang Se preguntó con un tono muy ligero: “¿Puede mi padre permitirse tratar con la gente de Cao Liang?”
Huang Xu se atragantó un poco, sin saber cómo responder: “Bueno, en realidad no, pero el tío Jiang sabe pelear y conoce a las serpientes de nuestra zona.”
A Jiang Se no le sorprendió, al fin y al cabo, si alguien podía abrir un bar en Tongcheng, seguramente tenía contactos. Pero a esos contactos, siempre era mejor no deberle favores.
En este mundo, la deuda más difícil de pagar era la deuda de favores.
“Primero entraré a echar un vistazo y llamaré a la policía si no funciona.”
Después de que Jiang Se terminó de hablar, caminó hacia el club y Huang Xu la agarró del brazo apresuradamente.
“Segunda Hermana, tienes que ser socia para entrar al club. Si esperas un poco más, ‘Ke Ai Duo’ llegará pronto, su padre es socio y sin duda puede ayudarnos a entrar.” (Huang Xu)
Al oír la palabra ‘socio’, Jiang Se se detuvo, casi olvidó que ya no era la hija de la familia Cen, quien podían entrar y salir libremente de los clubes más prestigiosos de Beicheng con solo mostrar su rostro.
Tras un breve silencio, se giró y miró a Huang Xu. – “¿Ke Ai Duo?”
Huang Xu: “Ah, es una chica que ha estado persiguiendo a Hermano Ye.”
Jiang Se: “…”
Tras intercambiar miradas un momento, un elegante Gemera apareció en la intersección y se dirigió hacia ellos, los faros deslumbrantes les hicieron doler los ojos.
Jiang Se entrecerró los ojos, su mirada se movió con la carrocería del coche y al ver la matrícula en la parte trasera, dijo con voz tranquila: “Ya no tenemos que esperar a ‘Ke Ai Duo’, tengo una forma de entrar.”
Anterior | Novelas | Menú | Siguiente |