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Begonias – Extra 03

24 mayo, 2025

Extra – 03

 

Zhong Yu Bai, una persona que menosprecia todo, naturalmente no vacilaría en su determinación solo porque la madre de Ji Zhen Tang asentía o negaba con la cabeza. De hecho, no necesitaba esforzarse demasiado para complacer a su suegra, y mucho menos recurrir a sobornos.

En otras palabras, si su suegra estaba de acuerdo o no era irrelevante.

La decisión que tomó después de una cuidadosa consideración fue simplemente para hacerla sentir amada.

El salón de baile permaneció abierto media hora más tarde para ellos y después de un baile sencillo, Ji Zhen Tang dijo que quería salir a dar un paseo.

Las luces de ‘Dance by the bay’ se apagaron en el momento en que ella cruzó el umbral.

Ji Zhen Tang se giró y vio una línea de pequeños caracteres chinos en la parte inferior: «海灣舞廳*»

(N/T: *Salón de Baile en la Bahía.)

Todos los diseños tenían una especie de modernidad antigua y a la tenue luz de la luna, parecía como si se hubieran formado telarañas entre cada palabra, pero una vez que se abre la puerta, se podía observar que la decoración interior era completamente nueva, permitiendo que la prosperidad y el estilo continúen sin cesar.

“Siempre pareces tener ideas nuevas e inesperadas.” – Ji Zhen Tang no pudo evitar decir, mirando a Zhong Yu Bai con admiración, sin pretender jactarse.

“El otro día hablamos de la codicia; la codicia, la ira y la ignorancia son parte de la naturaleza humana y todos las tenemos, pero lo que deseamos es diferente, y el dolor que sentimos también es diferente.” (Zhong Yu Bai)

Al igual que para deshacerse de su padre, todo lo que necesitó fue dinero; para sobornar a su madre, el dinero solo no era suficiente; también se necesita afecto.

Ella lo miró como si entendiera algo a medias y después de un momento dijo que no quería pensar más en ello y dio un paso adelante.

Bajo la noche estrellada, Ji Zhen Tang dijo que quería dar un paseo.

Ella y Zhong Yu Bai pasearon de un extremo a otro de la calle Fengqing, la estrecha callejuela recortaba perfectamente el cielo nocturno, creando una galaxia en la misma dirección.

Ella miró el cielo.

Recordando los momentos que pasó con su madre, Ji Zhen Tang se sinceró hoy y le contó a Zhong Yu Bai cómo se conocieron sus padres.

Puede que él no esté muy interesado, pero como oyente calificado, no se distrajo en absoluto durante el proceso, respondiendo en el momento adecuado y sacando temas de conversación.

“Siento que mi madre tiene cierta inseguridad después de haber sido lastimada, pero no es culpa suya; algunos dicen que no sabe juzgar a la gente y le echan parte de la culpan, pero conocer a la persona equivocada es un problema irresoluble. Todos sabemos que el corazón de las personas es voluble y que todos juegan a apostar.”

“Mi padre nunca ha sido una persona muy responsable. Que un hombre se comporte así debería considerarse un fracaso ¿verdad? Me pregunto si alguna vez se arrepentirá.” – Ji Zhen Tang suspiró y dijo con tono acusador. – “Probablemente no lo haga. Los hombres malos seguirán siendo malos hasta el final y luego inventarán todo tipo de sufrimientos.”

Zhong Yu Bai escuchó sus palabras y curvó ligeramente sus labios. No dijo nada en su defensa, de lo contrario parecería que tomaba asiento según el número*.

(N/T: * «對號入座» (duì hào rù zuò) significa literalmente «tomar asiento según el número». En el contexto de la lengua china, este dicho se utiliza para describir a alguien que interpreta un comentario o crítica dirigidos a otra persona, como si fueran para él. Es como asumir rápidamente que algo se refiere a ti, sin considerar otras posibilidades.)

Tras un momento de silencio, él continuó diciendo: “Las sufrimientos también son falsos, viven de excusas.”

Ji Zhen Tang asintió: “Para demostrar lo indefensos que están, dirán palabras poco sinceras. De hecho, Zhong Heng es del mismo linaje.”

El coche de Ding Jialing los siguió lentamente y cuando ambos llegaron al final de la calle, él salió del auto para ayudar a Ji Zhen Tang a abrir la puerta.

Ella se sentó dentro, con la fresca brisa del interior soplando sobre sus hombros y volvió a autorrefutarse: “¿De verdad es tan miserable Zhong Heng? He oído que le vas a concertar un matrimonio.”

Zhong Yu Bai dijo con franqueza: “Incluso si realmente sucede, no es el hombre quien sufre.”

Ji Zhen Tang reflexionó cuidadosamente sobre sus palabras, considerándolas muy razonables, y asintió rápidamente varias veces en señal de acuerdo.

“Un hombre con defectos morales nunca sufrirá por nadie más que por sí mismo.” – Después de decir eso, ella añadió. – “Sin embargo, ahora para mí, no es tan importante.”

“¿Qué aspecto?” – Le preguntó Zhong Yu Bai.

“Los apegos que mencionaste, aparte de ti, los apegos de los demás.”

Él levantó las cejas ligeramente sorprendido. – “¿Ya no los necesitas?”

“He crecido.” – Dijo ella mirándolo seriamente y con la cara levantada. – “Una mariposa tiene que volar después de salir de su capullo. ¿Cómo puedo dejar que los sentimientos románticos de un niño afecten mi viaje por el mundo?”

Zhong Yu Bai sonrió, como si le siguiera la corriente a la broma de una niña. Entonces Ji Zhen Tang añadió con más seriedad: “Además, tenerte aquí es suficiente.”

Sus cejas se relajaron aún más; mientras sus sencillas y dulces palabras disiparon el cansancio acumulado durante el día. Zhong Yu Bai, con un tono ligeramente bromista, dijo: “Me amas mucho.”

Ji Zhen Tang respondió: “Es porque me amas que tengo confianza.”

Ding Jialing, que estaba delante, dijo con amargura: “Soy un perro torturado hasta la muerte.”

Ella inclinó la cabeza hacia delante, hizo una mueca y luego se recostó suavemente en los brazos de Zhong Yu Bai: “¿Cuándo planeas traer a mamá de visita?”

Zhong Yu Bai pensó un momento y dijo con naturalidad: “Coordínalo tú, yo estoy disponible en cualquier momento.”

Él rara vez la dejaba organizar algo y siempre se encargaba de todo él mismo.

Sin embargo, ese era un asunto de gran importancia, lo principal es que él no puede tomar la decisión, Zhong Yu Bai está en una situación en la que sólo puede hacer lo mejor que pueda y dejar el resto al destino, sin la menor iniciativa.

Tras regresar a casa, Ji Zhen Tang revisó algunas fotos antiguas. Eran fotos antiguas de cuando era niña, tomadas en Singapur, que le había regalado su madre Qin Meilan cuando se reunieron hacía unos días.

Parecían no haber sido tocadas en muchos años; las páginas estaban cubiertas por una fina capa de polvo y cuando sus dedos las tocaban, barrían una capa de polvo amarillo chamuscado.

Pensó para sí misma que parecía ser que su madre no la extrañó mucho mientras ella estuvo lejos.

Zhong Yu Bai no la molestó.

No tenía nada que hacer así que cogió un libro distraídamente para leer. El estudio estaba junto al jardín y había una suave fragancia en la habitación, como la suya.

Cuando Zhong Yu Bai guardaba silencio, un aura erudita en sus huesos emergía de él con naturalidad. Después de sumergirse en la lectura, parecía ajeno a todo lo demás. Ji Zhen Tang echó un vistazo a su libro, sólo para ver que la cubierta del libro era negra, y el nombre de Hermann Hesse* era débilmente visible.

(N/T: * Hermann Hesse fue un destacado escritor, poeta y pintor alemán, nacionalizado suizo, famoso por sus novelas que exploran la búsqueda de la identidad y el significado de la vida. Su obra, especialmente «Demian», «El lobo estepario» y «Siddhartha», han influido significativamente en la literatura del siglo XX y en la conciencia de generaciones.)

Estaba leyendo una traducción al inglés de la poesía de Hesse.

Zhong Yu Bai estaba tan absorto que, incluso cuando Ji Zhen Tang estuvo frente a él un largo rato, sin siquiera parpadeó.

“¿Qué tiene de interesante la poesía?” – Ji Zhen Tang se paró al otro lado de la mesa, empujando suavemente el libro hacia abajo contra la mesa y luego lo miró a los ojos. – “¿No es aburrido? Ni siquiera puedo entender las palabras de amor extranjeras.”

Negándose a admitir su falta de cultura literaria, enfatizando la palabra ‘extranjeras’, dando a entender que su escritura era demasiado abstracta.

“Siéntete libre de echar un vistazo.” (Ji Zhen Tang)

Zhong Yu Bai tomó las fotos que ella le entregó y cerró rápidamente el libro, que cayó solitariamente a un lado.

Ji Zhen Tang señaló las fotos y preguntó: “Mira, ¿qué te parecen?”

Eran tres fotos de ella y su madre. Su aspecto de niña había despertado algunos de sus recuerdos, y Zhong Yu Bai sonrió, recorriendo lentamente con la mirada el rostro sonriente de la niña de las fotos.

“Muy linda.” – Dijo, refiriéndose a ella de niña.

“No digas linda, di hermosa.”

Zhong Yu Bai preguntó: “¿Están esos dos puntos en conflicto?”

Ji Zhen Tang argumentó: “Hay muchos niños lindos, pero no muchos hermosos.”

“Niña hermosa, creo que estas fotos son geniales.” – Él le devolvió las fotografías. – “Tú has la decoración, tu madre estará encantada.”

Entonces, finalmente se decidió que Ji Zhen Tang colocaría esas tres fotos antiguas en la pared del ‘Salón de Baile de la Bahía’. Levantó el dedo y tocó suavemente una de las fotos, tomada cuando tenía siete años, bajo un árbol en la residencia Chen.

“Recuerdo que este árbol tenía un nombre muy bonito, ¿cómo se llamaba…?” – Ji Zhen Tang frunció el ceño con frustración, pensando mucho hasta que le empezó a doler la cabeza.

Zhong Yu Bai se acercó, observando la sombra del árbol bajo su dedo; el verde exuberante también se había desvanecido en la foto.

Él dijo: “Acacia.”

Sus ojos se iluminaron: “¡Sí! Recuerdo que su nombre era muy bonito, incluso le pregunté a mi mamá qué significaba acacia.”

Zhong Yu Bai se giró para mirarla con una sonrisa en su rostro: “¿Qué significa?”

“Mamá dijo que, si un día no estoy a su lado, aunque nos separen montañas y mares, seguiremos pensando la una en la otra.”

Ella recordó aquel año, cómo traducir la palabra acacia. La primera palabra que pronunció Qin Meilan fue ‘Miss*’, lo cual estaba bien, pero parecía insuficiente.

(N/T: *Miss = Extrañar.)

Así que añadió: ‘love, memory.’

‘Amor y recuerdo, el recuerdo del amor.’

Un árbol fue testigo de dos amores.

Pero más tarde, separados por montañas y mares, todo parecía perderse en el inmenso mar de gente.

 

***

 

Ese regalo fue bastante generoso y considerado. Cuando Ji Zhen Tang trajo a Qin Meilan ese día, ella no sintió ansiedad, solo anticipación. Ji Zhen Tang le dijo a su madre: “Renovó el antiguo salón de baile, puedes venir a bailar cuando quieras. Es una discoteca para mayores.”

Qin Meilan se sorprendió durante todo el camino y finalmente, de pie bajo el cartel, con la brisa de la tarde acariciando su cabello, ella sonrió brevemente y dijo con amabilidad. – “Es un salón muy antiguo, no he estado aquí en muchos años.”

“Yo tampoco.” – Ji Zhen Tang respondió con naturalidad.

Qin Meilan sonrió, sin burlarse de sus extrañas palabras.

Cuando entró, vio en la pared las fotos que su hija había seleccionado con tanto cuidado. Se quedó en silencio durante un rato, quizá recordando el pasado, y finalmente dijo en voz baja: “Has puesto todo tu corazón en ello.”

Ji Zhen Tang sonrió y preguntó: “¿Vendrás a bailar?”

Qin Meilan pensó un momento: “Si es para recordar, ¿no es innecesario?”

“No necesariamente, también puede ser para pasar el rato.” – Ella no comprendió de inmediato el significado profundo en los ojos de su madre.

“¿Cómo puede moverse un montón de huesos viejos?” – Ella dijo.

Ji Zhen Tang la aduló de inmediato: “¡No eres vieja! Eres joven y hermosa, e incluso la gente creería que tienes veinte años.”

Qin Meilan sonrió con impotencia, sabiendo que la estaba adulando, pero entonces su expresión se tornó más seria. Ella miró la luz de la pista de baile y lentamente sus pestañas se humedecieron.

“Mamá, la gente es diferente.”

Ji Zhen Tang vio su vulnerabilidad y supo apelar a sus emociones en ese momento: “Sé que ya no crees en el amor debido a tus experiencias. Yo también perdí la fe en la gente por un tiempo debido a tus experiencias. Pero luego, bajo su influencia, recuperé algo de energía. No espero compartir esa energía contigo, pero espero que aún conserves algo de confianza en mí y en Zhong Yu Bai gracias a esto.”

Qin Meilan la miró y preguntó: “¿A él le importa si confío en él o no?”

Ji Zhen Tang se quedó atónita por un momento y no pudo continuar.

Su madre también sabía que Zhong Yu Bai era un pez gordo, y cuando un pez gordo quiere casarse con una mujer, ¿cuánto podía decir ella al respecto?

Pero Ji Zhen Tang dijo: “Después de todo, eres su suegra y él te respeta mucho.”

Qin Meilan guardó silencio; pero sus palabras no la hicieron sentir avergonzada.

Ji Zhen Tang continuó: “Pase lo que pase, espero que te guste este salón de baile. No miramos atrás, solo hacia adelante. Todavía recuerdo cómo bailabas, y espero que tú también lo recuerdes.”

Después de un momento, su madre la miró y finalmente sonrió con verdadera emoción.

Como el clima en Singapur era impredecible, los arcoíris suelen aparecer.

Ji Zhen Tang y su madre tomaron un pequeño tren a la playa para ver el paisaje; el vagón turístico rojo serpenteaba entre la brisa de cocoteros y la lluvia de plátanos.

“¿Cómo están mis hermanos últimamente?” – Estaba tan emocionada que se olvidó de saludarlos.

Después de casarse, Qin Meilan formó su propia familia y tuvo un hijo y una hija.

Probablemente esta fue la razón por la que su supuesto amor y anhelo se desvanecieron gradualmente. Ese día, sosteniendo las fotos polvorientas, Ji Zhen Tang le dijo en voz baja a Zhong Yu Bai: <“Parece que mamá no ha hojeado este álbum en muchos años.”>

Ella no necesitó decir mucho; solo una mirada de sus ojos fue suficiente para que él viera a través de su frustración. Zhong Yu Bai, hojeando las fotos, dijo con calma: <“No necesariamente. Si está en un lugar expuesto, el polvo se asentará rápidamente.”>

Una simple frase hizo que sus puntos de vida* subiera lentamente un poco.

(N/T: 生命» (shēng mìng zhí) significa «HP» o «Puntos de Vida» en español. Se refiere a la cantidad de daño que un personaje o entidad puede recibir antes de ser derrotado en un juego. Es un término comúnmente utilizado en juegos de rol (RPG) y otros géneros de videojuegos. Según Baidu Baike, «生命» es un término técnico en juegos, que representa la unidad de vida o salud de un personaje o entidad, y se abrevia con HP (Hit Points).

Él continuó: <“Hoy en día, hay muchos álbumes de fotos electrónicas y este tipo de cosas anticuadas también están escondidas en lo profundo de mi casa. No las encuentro fácilmente.”>

Sus puntos de vida continuaron mejorando.

Finalmente, dijo, con crueldad y realismo a la vez: <“Además, la familia y la amistad no son excluyentes. Tienes que adaptarte poco a poco a la posibilidad de compartir con los demás. Dicho de forma positiva, tú la disfrutaste al 100%, pero tus hermanos no, y no tendrán la oportunidad de experimentarlo. Es tu privilegio, no culpa de tu madre.”>

Aunque fue un análisis muy sereno, aun así, la conmovió. Ji Zhen Tang se conmovió tan profundamente y asintió frenéticamente.

Zhong Yu Bai sonrió y preguntó: <“¿No es cierto?”>

Así, Ji Zhen Tang recuperó el ánimo por completo con unas pocas palabras.

<“Pero nuestro amor es exclusivo.”> (Zhong Yu Bai)

Zhong Yu Bai dijo: <“Así que no podemos compartirlo con nadie.”>

En ese momento, al hablar de su familia delante de su madre, Qin Meilan respondió: “Muy bien, tu tío Wu administra bien la casa y no tengo que preocuparme por muchas cosas.”

Su actual esposo se llama Wu Jiaming y también es chino. Ji Zhen Tang había visto su foto y pensó que era un hombre muy honesto y gentil. Puede que no fuera el hombre ideal de Qin Meilan, pero definitivamente era la persona adecuada.

Qin Meilan era tan hermosa, que atraía a hombres con malas intenciones por su belleza, pero también contaba con protectores devotos gracias a ella.

Para una mujer, ser hermosa es algo bueno, pero ser demasiado hermosa era un riesgo.

Ji Zhen Tang estaba muy agradecida de que su madre hubiera sobrevivido a ese período de riesgo.

De repente, le preguntó a su madre: “¿Quieres ser la jefa aquí?”

Qin Meilan respondió: “Sin las habilidades adecuadas, no aceptaría un trabajo de porcelana, tengo mi propio trabajo.”

Ji Zhen Tang sonrió, se presionó la cabeza y dijo: “Bien, ahora yo también me he convertido en capitalista a través de lo que he visto y oído.”

Ella inclinó la cabeza y su mirada se encontró con el lunar en forma de lágrima en el rostro de su madre que mostraba su dolor. Aunque era un signo de sufrimiento, era muy hermoso.

Qin Meilan sonrió levemente.

Luego le preguntó algunos detalles de su vida amorosa.

Ji Zhen Tang, que mostraba una mirada que decía que ya tenía sueño, se entusiasmó al instante: “Tenemos una gatita llamada Dika, me lo dio porque le preocupaba que me sintiera sola; la gatita es esponjosa, pero suelta mucho pelo, sin embargo, Zhong Yu Bai tiene muchos sirvientes, y son muy trabajadores, barren y friegan el suelo sin parar todos los días, así que no tenemos que hacer ninguna tarea.”

“Durante nuestros descansos, damos un paseo por la playa. Me encanta el mar, y él lo sabe, así que nuestra casa tiene varias habitaciones con vistas al mar. Es como el dicho del libro que leí de niña: ‘Frente al mar, con flores de primavera floreciendo’. No esperaba darme cuenta tan pronto, jaja.” (Ji Zhen Tang)

“Y es la persona más ceremonial que he conocido y hay un contraste en él; en el trabajo es muy serio y no sonríe mucho, pero nadie diría que una persona así sería tan atenta y meticulosa. Se le ocurren cosas que ni siquiera puedo imaginar.” (Ji Zhen Tang)

Mientras hablaba, Ji Zhen Tang sintió que unas pocas palabras no eran suficientes para describir su bondad: “No solo eso, me ha dado muchísimo ánimo. Una vez me dijo que tendría un mundo espiritual rico, pero parece que solo me he enriquecido después de conocerlo. Aunque no es una profecía, se siente como una cinta de Möbius*, con una sensación de conexión de pies a cabeza.”

(N/T: * La cinta de Möbius, o banda de Möbius, es una superficie geométrica de una sola cara y un solo borde que se forma al unir los extremos de una tira de papel con una media torsión. Tiene propiedades sorprendentes y se usa en diversos campos como matemáticas, arte, ingeniería y más.)

Reflexionó y pensó en un término que se había vuelto popular recientemente: “El destino predeterminado, ¿lo entiendes?”

Qin Meilan no intentó comprender a fondo, pero miró a Ji Zhen Tang con calma, solo pensando con profunda emoción en Ji Zhen Tang, que cuando hablaba de su amante, sus ojos brillaban, como si una galaxia fluyera en ellos.

Pero si una mujer hermosa conoce a la persona equivocada tendrá que tomar muchos desvíos.

Al final, lo que hizo que Qin Meilan bajara la guardia no fue el salón de baile organizado por Zhong Yu Bai, sino la felicidad en los ojos de Ji Zhen Tang, que era como una persona bebiendo agua, que sabe si estaba fría o caliente.

A Ji Zhen Tang le gustaba usar el término ‘pequeña certeza de felicidad*’, refiriéndose a una felicidad pequeña y definitiva. Desafortunadamente, la felicidad en los ojos de su hija tardó muchos años en encontrarla.

(N/T: *小确幸» (xiǎo què xìng) es una frase china que significa «pequeña felicidad segura» o «pequeña certeza de felicidad». Se refiere a las pequeñas alegrías y momentos felices que uno encuentra en la vida diaria. Es una forma de apreciar las cosas positivas y encontrar satisfacción en los pequeños detalles, en lugar de depender de grandes logros o eventos.)

Qin Meilan sonrió con autocompasión y alivio y asintió diciendo que lo entendía.

“¿Discuten a menudo?”

Ji Zhen Tang negó con la cabeza rápidamente: “No sabes lo bueno que es su carácter. Es como un monje iluminado, capaz de cantar ‘Amitabha’ mientras sostiene unas cuentas budistas.”

(N/T: En budismo, Amitabha (sánscrito: अमिताब) significa «luz infinita» o «resplandor inmenso». Es el Buda celestial asociado con la Tierra Pura, un lugar de dicha y paz en el que los seres pueden renacer. También se le conoce como el «Buda de la Vida Infinita»)

Mientras hablaba, levantó una mano frente a ella para imitarlo y con la otra mano hizo el movimiento de pellizcar cuentas budistas.

Qin Meilan se divirtió y comenzó a reír.

Ji Zhen Tang recordó algo y cambió de tema repentinamente: “Mamá, estoy a punto de graduarme. ¿Puedes venir a la ceremonia si tienes tiempo?”

Qin Meilan asintió de inmediato: “Está bien.”

Ji Zhen Tang exclamó “¡Sí!” vigorosamente y luego corrió hacia la playa con los brazos abiertos.

Su madre pudo ver que ella había crecido lentamente y estaba lista para afrontar lo desconocido con una actitud más fuerte. Sin embargo, en el amor, seguía pareciendo solo una niña.

 

***

 

En abril, el clima se volvió más cálido gradualmente.

Ji Zhen Tang estaba muy ocupada con sus estudios, mientras que Zhong Yu Bai tenía algo de tiempo libre.

Sin nada que hacer, se sumergía en el estudio de recetas cada vez que tenía tiempo libre, casi convirtiéndose en chef, y lo disfrutaba, pensando que también era una buena manera de mejorar su carácter.

Al principio, se obligaba cocinar como una forma de demostrar que aún conservaba un poco de espíritu mundano dentro de él, pero ahora lo hacía por pura curiosidad.

Mientras Zhong Yu Bai batía huevos en la cocina, Ji Zhen Tang apareció detrás de él. A pesar de que sus pasos eran muy ligeros, Zhong Yu Bai aún escuchaba sus movimientos y, sin girar la cabeza, preguntó en voz baja: “¿Estás cansada hoy?”

Ji Zhen Tang había planeado saltar y asustarlo, pero al oírlo, dejó de caminar de puntillas y se apoyó en la isla de la cocina, observando la luz del sol sobre sus hombros. – “Estoy bastante relajada, el anillo de diamantes que diseñé ya está terminado. ¿Quieres echarle un vistazo?”

Zhong Yu Bai giró ligeramente la cabeza, mirándola de perfil, y dijo: “Espera un momento, una cosa a la vez.”

Tenía las manos cubiertas de jugo de vegetales, así que no podía mirar su anillo.

Ji Zhen Tang lo esperó, cogiendo el libro que tenía cerca y lo hojeó rápidamente. – “Este libro de cocina es muy grueso. ¿Te estás haciendo viejo?»

Ella ni siquiera se molestó en disimular su sarcasmo, pero él no se molestó en absoluto, como un monje mayor que se estaba volviendo cada vez más competente en el taoísmo, respondiendo con calma: “Jugar con la comida es divertido.”

“Las personas mayores son así: disfrutan de la cocina, la ópera y otras actividades saludables como la pesca.” (Ji Zhen Tang)

Ji Zhen Tang se acercó a él.

Zhong Yu Bai apartó la cabeza que le bloqueaba la visión y dijo: “Es solo una vida tranquila.”

“De acuerdo, sé que no quieres admitir que te estás haciendo viejo.” – Ella rió, viéndolo estudiar las recetas con atención, y añadió. – “¿Por qué no te quedas en casa y cocinas para mí? Yo ganaré el dinero para mantenerte, ¿de acuerdo?”

Zhong Yu Bai respondió sin dudarlo: “Estoy feliz de hacerlo.”

No sabía si realmente estaba feliz o no, pero Ji Zhen Tang imaginó la escena seriamente y luego rió con ganas.

 

***

 

Cuando Qin Meilan visitó su ‘Pequeño Universo’, Zhong Yu Bai seguía estudiando recetas tranquilamente en la cocina, cuando salió, con la intención de ir de la sala al comedor, vio a alguien sentado en el sofá. Se quedó quieto un momento, observando más de cerca a la tía a quien no había visto en más de una década.

Luego, colocó lentamente los platos en la mesa del comedor y se acercó con gracia a Qin Meilan y le dijo con una sonrisa: “Tía Qin, cuánto tiempo sin verte.”

“Cuánto tiempo sin verlo, joven maestro Zhong.”

Zhong Yu Bai sonrió y dijo medio en broma: “Ya no soy un joven maestro.”

“¡… Es el Director General Zhong!” (Ji Zhen Tang)

Alguien intervino desde atrás.

Ambos rieron.

Ji Zhen Tang pensó que se sorprendería con la visita sorpresa de su madre, pero no fue así.

Zhong Yu Bai mantuvo la calma, asintiendo levemente a su madre, luego volvió a mirar a la nerviosa Ji Zhen Tang y dijo en voz baja: “Iré a cambiarme de ropa.”

Se cambió el pijama por una camisa negra pulcramente planchada, abotonándose los puños y alisándose el cuello mientras bajaba las escaleras.

No fue una cena muy formal, pero debido a la presencia de su suegra y por cortesía, Zhong Yu Bai se vistió meticulosamente.

Cuando se sentó, Ji Zhen Tang lo miró y dijo: “Estás muy formal. ¿Debería cambiarme el pijama también?”

Mientras hablaba, Ji Zhen Tang miró a su madre con una expresión interrogativa.

Zhong Yu Bai le dijo que no era necesario y bajando un poco la voz, dijo suavemente: “Una mujer hermosa siempre es hermosa sin importar la ropa que vista, solo una mujer que no es lo suficientemente bonita necesita ropa.”

Este cumplido fue pronunciado con habilidad, aunque era claramente un cumplido descarado, no enfadaría a nadie. Ji Zhen Tang sonrió feliz: “Es porque creí en tus halagos, que me estoy volviendo cada vez más hermosa.”

Lo que quería decir es que debería seguir elogiándola en el futuro.

Zhong Yu Bai sonrió cálida y cortésmente.

Qin Meilan lo observó un momento y dijo con un dejo de satisfacción: “Has crecido hasta convertirte en lo que imaginaba que serías.”

Zhong Yu Bai no le preguntó cómo lo imaginaba, simplemente se limitó a responder: “Es mi buena suerte no decepcionar a nadie.”

Ella añadió: “Eres incluso más ideal de lo que recuerdo.”

“¿A qué te refieres con ideal?” (Zhong Yu Bai)

“Joven, guapo, llena de posibilidades.”

Qin Meilan sonrió.

En la mesa del comedor para cuatro personas, parecía que nada había cambiado, salvo que faltaba una silla. Qin Meilan dijo: “Tu madre no se decepcionaría al verte.”

La sonrisa de Zhong Yu Bai se desvaneció levemente y el pensamiento en sus ojos se profundizó. Después de un rato, respondió con suavidad: “Lo sé.”

Qin Meilan hizo muchas preguntas sobre la familia Zhong, y Zhong Yu Bai las respondió todas con detalle.

Aunque ella no las hubiera mencionado, él le habría dicho esas cosas para tranquilizarla y asegurarle que la familia Zhong era diferente ahora que, en el pasado, y para ayudarla a disipar todas sus preocupaciones.

Cuando sacaba a relucir asuntos el pasado, debía ser lo más diplomático posible para no arruinar la paz duramente ganada.

Finalmente, él dijo: “Siento haberla hecho sufrir por mis asuntos familiares.”

Qin Meilan negó con la cabeza y dijo: “No es nada, al fin y al cabo, no sufrimos ningún daño importante en aquel entonces y después de perder el contacto, no hubo más problemas. Pero es una lástima lo que le pasó a tu madre, debió de ser un duro golpe para ti.”

Ji Zhen Tang se sobresaltó en silencio.

Solo escuchó a Zhong Yu Bai decir: “Quizás el cuerpo humano tenga una conciencia de autoprotección, y después de tantos años, el trauma se ha curado.”

En ese momento, Dika saltó a la mesa e interrumpió la conversación. El triste tema fue desviando suavemente.

Ji Zhen Tang la levantó y la apartó, pero ella saltó nuevamente, por lo que Zhong Yu Bai la llevó arriba. La gata vivía en libertad y ellos insistieron en no usar una jaula para proteger su libertad como ser vivo.

Cuando regresó, su camisa estaba cubierta de pelo, así que Zhong Yu Bai no se acercó a la mesa. Se quedó a cierta distancia, limpiándose el pelo de gato de las mangas con una toallita húmeda y preguntó en voz baja: “¿Ha visto el salón de baile?”

Qin Meilan respondió: “He oído que hay un baile mañana y planeo llevar a mi esposo a verlo.”

Así que Zhong Yu Bai hizo los arreglos para que alguien los recogiera y los llevara al Salón de baile.

 

***

 

Ji Zhen Tang lo acompañó al Salón de Baile de la Bahía, siguiendo el coche de Qin Meilan y Wu Jiaming y dijo: “No tienes que ser tan considerado. A mamá no le importan estas cosas.”

Zhong Yu Bai simplemente respondió: “Si no lo sé, no pasa nada. Pero si lo sé y no la cuido bien, lo considero una negligencia por mi parte. Sin embargo, hacer un favor no es para tanto.”

Ella siempre se dejaba persuadir fácilmente por él y permaneció en silencio.

Ji Zhen Tang poco a poco se iba haciendo a la idea de que no tenía que preocuparse demasiado por nada, sólo tenía que recordar que Zhong Yu Bai tenía sus razones para hacer las cosas.

El salón de baile era bastante grande, pero la escala de la fiesta no era muy grande. Al ser un establecimiento de propiedad china, naturalmente daba la bienvenida a la comunidad china local, por lo que se hablaba mucho chino ese día.

La segunda planta se había convertido en un moderno bar, desde donde se podía ver la pista de baile.

Era algo así como una discoteca china, pero más elegante, con las ondas sonoras subiendo y bajando como las olas del océano.

Ji Zhen Tang vio bailar a Qin Meilan.

Hoy llevaba un vestido que usaba cuando tenía veinte años y como sus rasgos se parecían a los de su hija, Ji Zhen Tang pensó en la juventud de su madre y en la suya propia mientras la veía bailar al ritmo de la música española.

“¿Recuerdas la obra que hice el año pasado? Mi madre me enseñó el baile que interpreté. Era realmente increíble de joven, es una pena que ese canalla de Ji Huan la sedujera.”

Zhong Yu Bai no bajó la mirada, sino que la observó en silencio, sonriendo con dulzura. – “Lo he visto.”

La expresión en el rostro de Ji Zhen Tang cambió visiblemente, a veces conmovida, a veces juguetona.

“Me pregunto si seguiré teniendo tanta energía cuando tenga 40 años.” (Zhong Yu Bai)

De repente pensó: “¿Me reconociste porque mis pasos de baile son parecidos a los de mi madre?” (Zhong Yu Bai)

Habían bailado en el avión.

Zhong Yu Bai dijo: “Después de reconocerte, capturar tus características se convirtió en una cuestión de nostalgia.”

Ji Zhen Tang pensó en el árbol de acacia: “Si el amor es exclusivo, ¿siempre guardarás tu ‘amor y recuerdos’ para mí?”

Zhong Yu Bai respondió sin dudar: “Una promesa verbal de ‘extrañarte y amarte’ no es tan buena como dejarte sentirlo genuinamente. Si siempre puedes sentirlo, significa que te amaré siempre.”

Para entonces, ya estaba un poco mareada, con la cabeza un poco embotada. Ella hinchó las mejillas y dijo: “¿Qué? Siempre hablas con tanta profundidad que no te entiendo.”

Él tomó la mano de Ji Zhen Tang y le besó suavemente las yemas de los dedos: “Te amaré por siempre.”

Sorprendentemente, ella rió: “Parece que rara vez dices ‘por siempre’.”

“Quizás sea porque nuestro amor aún no han llegado a su punto máximo.” (Zhong Yu Bai)

Esa noche, Ji Zhen Tang sentía los labios entumecidos por el alcohol, como si estuvieran hinchados, aunque no lo estaban. Esta ilusión la incomodó. Zhong Yu Bai la cargó escaleras arriba, y tan pronto como sus pies tocaron el suelo, se puso de puntillas y le mordió el hombro con fuerza.

A través de la suave tela de su camisa, su mordisco no fue demasiado fuerte. Zhong Yu Bai soportó el dolor durante cinco segundos, y el feroz mordisco se convirtió en un suave beso.

Ella lo besó a través de su camisa antes de que él tuviera la oportunidad de quitársela.

Zhong Yu Bai le acarició suavemente la nuca, haciendo que Ji Zhen Tang se acostara boca arriba, le rozó la mejilla sonrojada con sus nudillos y dijo con una sonrisa: “Te has vuelto una gata achispada otra vez. ¿Desde cuándo es tan baja tu tolerancia al alcohol?”

Ella se quedó quieta, incluso más rígida que en una postura militar, para demostrarse a sí misma: “¡No estoy borracha!”

Hoy, en realidad, estaba bien, pero, tomando prestadas sus palabras: “Cuando la pasión alcanza su punto máximo, es difícil resistirse.”

Ji Zhen Tang dejó escapar un suspiro, encontrando el olor a alcohol insoportable. Se duchó rápidamente y se enjuagó la boca.

Cuando salió del baño, Zhong Yu Bai estaba en cuclillas en el suelo, jugando con una pelota de ping-pong con Dika. La pelota rodó silenciosamente por la alfombra y el gatito se abalanzó sobre ella juguetonamente.

“¿Esta pequeña tonta por fin reaccionó?” – Ji Zhen Tang aplaudió con satisfacción. – “Realmente no es fácil hacerla jugar.”

La gatita tenía un carácter un poco perezoso; por decirlo amablemente, era tranquila y no le gustaba moverse. No le gustaba mucho tener un compañero de juego y pasaba la mayor parte del tiempo acurrucada y durmiendo en un rincón.

Ji Zhen Tang se había quejado en broma varias veces: <“Zhong Yu Bai, ¿puedes hacerla ejercitar un poco? Solo come y duerme todo el día. ¿Qué clase de gatito es tan desapegado con su dueño? Con razón la llaman la maestra de los gatos.”>

En poco tiempo, la casa se llenó de juguetes.

Una pelota de ping-pong, un palo para gatos.

Al final, Zhong Yu Bai los guardó todos y dijo: “Ahora puede jugar contigo. Iré de viaje de negocios en unos días, así que puedes ejercitar su vitalidad en casa.”

En ese momento, Ji Zhen Tang cambió de opinión nuevamente y dijo: “¿Por qué? ¿Vas a enviar a Dika a ser atleta? Los gatitos nacen perezosos por naturaleza y les encanta comer. ¿Qué sentido tiene entrenarlos?”

Zhong Yu Bai se quedó sin palabras y la miró con una sonrisa impotente.

Ji Zhen Tang sabía por qué se había quedado sin palabras.

Ella se sentó en su regazo y le preguntó con una sonrisa: “¿Te preocupa mucho que me sienta sola?”

Zhong Yu Bai respondió: “Estoy particularmente preocupado.”

“No te preocupes, he crecido.” – Dijo ella conmovida y sincera.

Zhong Yu Bai bajó la mirada hacia sus ojos llorosos, que en ese momento eran los más húmedos y conmovedores, le acarició suavemente el cabello de la frente y dijo en voz baja: “Todavía no has crecido.”

A Ji Zhen Tang le hormigueó la nariz: “¿De verdad?”

Él dijo: “Cuando estabas en la escuela, tus compañeros te acompañaban, pero aquí, en un lugar donde no conoces a nadie, si yo no estoy, ¿quién te va a apoyar?”

Ella respondió: “Tengo muchos buenos amigos aquí en Singapur y un jefe muy amable que me trata muy bien. Cuando no estás, también puedo pasar un buen rato y salir a comer, beber y divertirme con ellos, el mes pasado, incluso fui a un resort.”

Zhong Yu Bai la miró, escuchando su historia, y sonrió lentamente: “Es bueno tener a alguien que te acompañe.”

Ji Zhen Tang señaló a Dika y dijo: “Es tonta, pero está bien. No reprimas la naturaleza de la gatita para complacerme. ¡Verla dormir también me hace feliz!”

Él sonrió más profundamente, porque estaba seguro de que ella estaba realmente feliz, y asintió: “De acuerdo.”

“Cuando vi a mamá y al tío Wu bailando hoy, sentí que estaba muy feliz, así que también me sentí muy aliviada y feliz. Entonces pensé en una canción, ¿puedes escucharla?” – Dijo Ji Zhen Tang, corriendo a la habitación a buscar el tocadiscos. – “Resulta que tengo uno.”

Eligió una canción llamada ‘Te veré cuando llegue la primavera y florezcan las flores.’

Ella explicó el motivo: “Aunque en Singapur no hay primavera, verano, otoño ni invierno, la vida tiene cuatro estaciones y También habrá primavera en la vida de mi madre; aunque sea un poco tarde, seguiré esperando su primavera.”

Zhong Yu Bai yacía en la cama de lado, sujetándola suavemente por la cintura, disfrutando tranquilamente de la melodía de la canción, hasta que de repente alguien levantó su fina ropa.

Ella dijo: “Hagámoslo ahora. ¿No te parece que el ambiente es perfecto?”

El ambiente era realmente agradable.

Justo cuando la flecha estaba en el arco*, Zhong Yu Bai se presionó la frente con cierta molestia y lentamente aflojó el control sobre su cintura y dijo: “A este ritmo, quizá podamos intentarlo cuando tengamos setenta u ochenta años.”

(N/T: «箭在弦上» significa estar a punto de actuar, en una situación donde una decisión o acción inminente es inevitable o crucial. Es como tener una flecha ya colocada en el arco, lista para ser disparada. Es una metáfora para una situación de tensión y expectativa, donde se espera un acontecimiento.)

Ji Zhen Tang se quedó atónita por un momento, luego rió con tanta fuerza que le dolió el estómago.

Zhong Yu Bai cerró los ojos, abrazó suavemente a Ji Zhen Tang y, a pesar de sus propias necesidades urgentes, pensó que apreciar la música era igual de importante; así que dijo en voz baja: “Terminemos de escuchar antes de hacerlo.”

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