
Capítulo 94: Explorando las flores
La luz del sol proyectaba las sombras de las ramas sobre el papel de la ventana, inclinándose gradualmente hacia el oeste.
Algunos pétalos de la flor de durazno en el jarrón de porcelana se marchitaron, mientras que la flor de durazno pintada con pigmente rojo sangre bajo la clavícula de Yu Lingxi floreció centímetro a centímetro con todo su esplendor.
Las mejillas de Yu Lingxi estaban tan rojas como las flores de durazno en su cuerpo, respirando demasiado rápido, giró la cabeza y tosió dos veces.
Ning Yin inmediatamente levantó los ojos para mirarla, con sus delgados labios ligeramente teñidos de carmesí, sus ojos ligeramente levantados teñidos de una oscuridad persistente.
Sus miradas se encontraron, los ojos de Yu Lingxi se ondularon y dijo deliberadamente. – “Estoy mareada y sin fuerzas.”
La belleza que yacía sobre la pila de cojines bordados acababa de recuperarse de una enfermedad grave y tenía las esquinas de los ojos enrojecidos y parecía muy débil, lo cual era bastante lamentable.
Si hubiera sido en el pasado, Ning Yin se habría reído perezosamente. – ‘No tiene sentido, cada año las flores florecen, y no te importa si tu esposo vive o muere.’
Pero hoy, sorprendentemente, ni siquiera juzgó la veracidad de esa afirmación. Después de mirarla por un momento, se levantó lentamente, besó sus pestañas húmedas y tiró de la manta para cubrir los patrones florales que emergían en sus delgados hombros.
Él bajó las pestañas y las delgadas y frías yemas de sus dedos blancos alisaron hábilmente las arrugas de su vestido centímetro a centímetro.
Ning Yin estaba vestido pulcra y elegantemente, con la túnica real de color púrpura oscuro de alta calidad colgando meticulosamente del borde de la cama, y debajo del cinturón de jade blanco…
Bueno, no parecía tan elegante después de todo.
Yu Lingxi se sintió un poco avergonzada, lo miró de nuevo por un momento y susurró. – “¿Estás… bien?”
“Estoy bien.”
Ning Yin pellizcó inexpresivamente la nuca de Yu Lingxi, lo que hizo que ella se encogiera y luego rió entre dientes y dijo. – “Es bueno poder asfixiarse y morir en los brazos de Sui Sui.”
Yu Lingxi quería taparle la boca.
El fuego de carbón se extinguió gradualmente y el sol poniente afuera de la ventana se volvió brillante y pesado.
Ning Yin se lavó las manos, secándolas con un pañuelo, luego miró la lista entreabierta de eruditos Jinshi* al lado del escritorio y la tomó casualmente para hojearla.
(N/T: Jinshi (進士) es una palabra china que se refiere a un título luego del examen imperial, Jinshi era el grado más alto de los exámenes imperiales chinos. A los que aprobaban el examen se les llamaba Eruditos Imperiales. Se consideraba un título de «avanzado» o «graduado ingresado».)
Hay muchos nombres marcados con un círculo, y, para algunos de los más importantes, había incluso escritos cuidadosamente anotaciones en rojo, sobre la idoneidad de la persona para el puesto y sus habilidades.
Después de mirar por un tiempo, Ning Yin dijo con gran interés. – “La percepción de Sui Sui sobre las personas es bastante similar a la mía.”
Yu Lingxi se sintió un poco culpable: todas esas personas eran sus manos derechas en su vida anterior, ¿cómo podrían no ser de su agrado?
“He visto los artículos de este Zhou Yunqing antes y es tan crítico con los tiempos que corren, que es bastante impresionante.” (Yu Lingxi)
Ning Yin asintió con la cabeza ante el nombre encerrado en círculo en negrita. – “Pensar que un pobre erudito que una vez se benefició de la familia de la Prefectura Tang podría tener tales conocimientos, es interesante.”
“Es silencioso y de pocas palabras, pero imparcial y recto, adecuado para servir en el Ministerio Da Lisi.” (Yu Lingxi)
A medida que los patrones florales se desvanecían, la mente de Yu Lingxi se aclaró un poco. Inclinándose perezosamente en el sofá, sonrió como si no tuviera huesos. – “Todas estas personas conocen los conceptos básicos y tal vez puedan ayudarte. Cómo usarlos específicamente aún requerirá que mi esposo haga su propia investigación y selección…”
Entonces pensó en algo y su voz se suavizó imperceptiblemente.
Si Ning Yin realmente tenía la intención de retirarse del mundo y mantenerse alejado la corte, entonces esos talentos naturalmente ya no le pertenecerían.
Aquellos años en los que los ministros inclinaban la cabeza y él miraba el mundo con desprecio eventualmente quedaría en un pasado lejano y distante.
Por alguna razón, un atisbo de arrepentimiento surgió en su corazón.
Ning Yin tomó su decisión con rapidez y precisión, en el momento en que Yu Lingxi se perdió en sus pensamientos, él ya se había levantado y convocado a los asistentes.
“Después de que Zhou Tanhua*, el erudito número uno y el ganador del segundo lugar desfilaron juntos por las calles, desaparecieron sin dejar rastro.” (Asistente)
(N/T: En chino, «tanhua» (探花) es un título honorífico que se le daba a la persona que obtenía el tercer lugar en los exámenes imperiales para ser funcionario. También significa literalmente «explorador de flores».)
El guardia dijo. – “He preguntado, pero no ha regresado a la casa de huéspedes …”
Ning Yin cerró la lista y le dio una mirada fría.
El guardia se dio cuenta de su error, tensó su cuerpo e inmediatamente cambió sus palabras: “¡Enviaré a alguien para que lo invite ahora!”
Yu Lingxi se levantó del sofá, pensó por un momento y dijo con una sonrisa. – “Quizás, sepa dónde está.”
***
Tang Buli estuvo muy deprimida recientemente.
Solo habían transcurrido dos meses desde que falleció su abuela, y antes de que terminara el período de luto, ya había casamenteras que venían a proponerle matrimonio unas tras otras, como si se aprovecharan de que era una huérfana sin nadie que pudiera tomar decisiones por ella, codiciando la riqueza sustancial de la familia Tang.
Si fueran el hijo de una familia con gran fortuna, estaría bien, ya que al menos tendrían cierto grado de educación.
Pero últimamente, los candidatos que enviaban las casamenteras eran cada vez más inadecuados.
“…Aunque la Xianjun* se case como Segunda esposa, como dice el refrán, un hombre que ha tenido una esposa es un tesoro y apreciará a las demás. Además, Li Langjun acaba de aprobar el examen imperial esta primavera, ¡en el puesto undécimo! Si asume un puesto oficial como funcionario del gobierno, seguramente alcanzará grandes alturas en el futuro.” (Casamentera)
(N/T: 鄉君: Xianjun = Señora de una Prefectura/Condado, recuerden que ella es la única nieta de la Mansión del Duque Tang, Princesa de la Prefectura de Qingping.)
La casamentera sostuvo su pañuelo, halagando descaradamente a la otra parte. – “Es verdaderamente un hombre talentoso y guapo, si la Xianjun se casa con él, podrá vivir en una mansión parecida a un palacio, ser alimentada con cuchara de oro, viajar en una silla de manos de cristal cuando salga y disfrutar de una gloria y riqueza infinitas durante toda su vida y estar acompañada por alguien que pueda cuidarla y sepa tanto de frialdad como de calidez. ¿No es mejor que luchar sola por mantener el negocio familiar? Oye, como mujer e hija de una familia noble, debe saber que es mejor casarse bien que nacer bien, ha sido lo mismo desde la antigüedad.”
Tang Buli estaba furiosa después de escuchar eso y no pudo soportarlo más.
‘Ese hombre de apellido Li podría ser incluso su padre, ella solo tiene dieciocho años, ¿por qué debería casarse con un hombre de mediana edad como Segunda Esposa?”
Ella nunca ha sido una persona de temperamento débil, se quitó el látigo de la cintura y lo blandió, rompiendo la copa en las manos de la casamentera y dijo con firmeza. – “¡Tío Tang, despide a la invitada!”
La casamentera quedó petrificada de miedo, luego se levantó torpemente con expresión rígida.
“La Xianjun tiene estándares altos, es una lástima que solo haya un Príncipe en la corte. Incluso si hay una consorte real como compañera de cama, usted no está destinada a ser una consorte real.” (Casamentera)
La casamentera sonrió en tono de disculpa, pero cada palabra era como un pinchazo hurgando en los nervios de Tang Buli. – “Incluso el erudito recién nombrado no está a la altura de sus estándares. ¿Quién en la capital se atrevería a proponerte matrimonio en el futuro?”
Tang Buli se burló con frialdad y tiró del látigo, diciendo. – “¿De qué estás hablando? ¡Si continúas hablando de manera extraña, esta Xianjun te arrancará la lengua!”
La casamentera se estremeció ante el látigo, frunció los labios y salió.
Tan pronto como la casamentera salió de la puerta de la mansión Tang hizo un “puf” en voz baja y luego murmuró. – “¿Vives en una familia destrozada sin padre ni madre, y aun así quieres casarse con la soltero de una Familia noble y adinerada?”
Mientras murmuraba para sí misma, de repente escuchó una voz fría proveniente del sedán* a su lado. – “De acuerdo con las leyes de nuestra dinastía, aquellos que difamen a otros podría recibir veinte bofetadas o incluso toda la familia podría ser encarcelada como castigo.”
(N/T: *No olviden que Sedan = silla de manos.)
La casamentera giró la cabeza con sorpresa, evaluando el lujoso sedán, preguntándose quién era el noble en el interior.
El sedán aterrizó en el suelo y luego dos dedos suaves levantaron la cortina y un joven caballero con túnica roja y cinturón oscuro se inclinó y bajó del sedán.
Ese joven no era excepcionalmente guapo, pero es blanco y alto, de temperamento justo y recto y de un vistazo se notaba que era un erudito y una persona íntegra.
La casamentera, con experiencia en juzgar a la gente, de un vistazo reconoció la horquilla con flor de terciopelo de hoja plateada en su sombrero de gasa negra y la túnica roja que solo los tres primeros Jinshi podían usar…
Y entre los mejores tres Jinshi, solo el erudito Tanhua* tenía esa edad.
Al darse cuenta de que había ofendido a ese nuevo hombre de poder, la tez de la casamentera cambió por completo y rápidamente hizo un gesto de disculpa y luego se fue como si huyera.
El tío Tang salió a verter los restos de té en la puerta y cuando vio esa escena en la puerta, quedó tan horrorizado que se apresuró a regresar para informar a la mansión.
“Señorita, él … ¡él está aquí!” (Tío Tang)
El tío Tang tenía la barriga gorda y corrió sin aliento.
“¿Quién está aquí?”
Tang Buli preguntó con una expresión perpleja. – “¿Esa casamentera que dice tonterías ha vuelto?”
“No … ¡No!” (Tío Tang)
Respirando, el tío Tang se arrodilló y respirando profundamente dijo. – “Es el erudito Tanhua Zhou Yunqing, ¡el joven maestro Zhou está aquí!”
Tang Buli escupió su té.
Ella quedó atónita por un momento antes de darse cuenta de a quién pertenecía ese nombre.
“¿Qué?”
Tang Buli se puso de pie de rápidamente, sintiéndose inexplicablemente avergonzada. – “Dada mi situación actual, ¿por qué está él aquí?”
Al pensar en su determinación de alejarlo, se sintió un poco culpable.
Era el segundo día del Festival Qiqiao.
Cuando le dijo que hiciera las maletas y se fuera, Zhou Yunqing no dijo nada, simplemente se sumergió fervientemente en escribir ensayos, llenando toda la habitación destartalada con un papel blanco tras otro y sus ojos estaban silenciosos y solitarios.
“¿Podría ser que todavía me guarde rencor por echarlo en ese entonces, así que vino aquí para ridiculizarme y buscar venganza?”
Tang Buli no pudo evitar pensar incontrolablemente.
“Estoy preocupado por eso también.” (Tío Tang)
El tío de Tang suspiró y le aconsejó amablemente. – “Señorita, debería haber mostrado un poco de misericordia en sus acciones en ese entonces.”
“¿Cuál es el punto de hablar de esto ahora?”
La tranquila e intrépida Princesa de la Prefectura de Qingping finalmente entró en pánico y ordenó apresuradamente. – “¡Tío Tang, ve y cierra la puerta! ¡No lo dejes entrar!”
El tío Tang tomó la orden y se retiró y poco tiempo después, regresó corriendo y sudando profusamente y dijo con cara amarga frunciendo las cejas. – “Es demasiado tarde. Tanhua Zhou está de pie en la puerta principal e insiste en ver a la dama.”
Tang Buli se dejó caer en la silla.
Podía soportar las intrigas de sus parientes y las burlas de los demás, blandir su látigo para expulsarlos a todos de la mansión, excepto a Zhou Yunqing…
Como si estuviera poseída por un espíritu maligno, solo mostraba miedo ante él.
Cuando su abuela estuvo gravemente enferma, su estado de ánimo no era demasiado bueno y, de hecho, no manejaba las cosas con mucha amabilidad.
Después de mucha vacilación, Tang Buli apretó con más fuerza el látigo en su cintura.
‘Está bien, ya sea que levante la cabeza o me encoja, ¿no es Tanhua Lang solo un erudito, sin importar lo majestuoso que sea? ¿Si no puedo discutir con él, no puede vencerlo?’
Con determinación, Tang Buli apretó los dientes y caminó hacia la puerta.
Como era de esperar, Zhou Yunqing estaba de pie frente a la puerta de la mansión, erguido y sin ninguna impaciencia.
La túnica roja de Tanhua que vestía había desvanecido su anterior aura de pobreza, haciéndolo parecer tan guapo como el jade.
Tang Buli se detuvo un momento antes de seguir adelante y preguntó con cautela. – “¿Qué quieres?”
Al ver su tono hostil, Zhou Yunqing se sorprendió un poco, pero rápidamente bajó los ojos y retomó su porte otrora ceñudo y sumiso.
No era bueno con las palabras y tardaba una eternidad en decir una frase. Pero una vez que lo decía, daba en el clavo y era penetrantemente agudo.
Zhou Yunqing abrió la boca y Tang Buli se tensó de inmediato.
Enojada, se preguntó si Zhou Yunqing primero se jactaría de sus logros actuales o se burlaría de su situación actual.
“El caballero Zhou nunca ha olvidado la profunda amabilidad mostrada por la Princesa de la Prefectura Qingping a través de su patrocinio. Hoy, he regresado a mi ciudad natal con gloria y he venido a expresar mi gratitud.”
Después de decir eso, Thanhua Zhou Yunqing se arremangó solemnemente las mangas y se inclinó profundamente mostrando su respeto.
“…”
El viento pasó sin hacer ruido, envolviendo los alrededores en silencio.
Tang Buli. – “¿Eh?”
***
Hoy, Yu Lingxi dejó de tomar medicamentos. El médico imperial dijo que debería salir a caminar más mientras el clima primaveral sea bueno.
Ning Yin arregló el carruaje y la llevó personalmente al palacio para admirar las flores.
El camino al palacio no estaba lejos, pero estaba muy concurrido. El frente de cada tienda de arroz importante estaba lleno de gente, todos compitiendo por arroz y harina.
Yu Lingxi sabía que el pueblo estaba en estado de pánico con la pérdida del monarca y una vez que comenzara el conflicto con la tribu Yan, el precio del grano inevitablemente se dispararía, por lo que todos los hogares de la capital se estaban abasteciendo de alimentos.
Parecía que nadie tenía confianza en la actual dinastía Wei, después de todo, esa dinastía ni siquiera había elegido un monarca.
Mientras observaba con horror, su corazón tembló, su línea de visión fue bloqueada y la cortina del carruaje fue bajada por la persona detrás de ella.
Ning Yin extendió la mano, girando suavemente la cabeza de Yu Lingxi. A pesar de la conmoción en la calle, esos ojos negros como la brea permanecieron tranquilos e indiferentes, sin un rastro de perturbación.
Yu Lingxi estaba confundida, sus suaves pestañas revolotearon suavemente. – “¿Qué pasa?”
Ning Yin la miró durante mucho tiempo entrecerrando los ojos antes de decir con desdén. – “Tu tinte de labios se corrió.”
Yu Lingxi inconscientemente levantó la mano para tocar la comisura de su boca. Efectivamente, las yemas de sus dedos estaban teñidas de un rojo tenue, que fue el resultado del beso imprudente de Ning Yin en ese momento.
Se apresuró a tomar un pañuelo y se limpió vigorosamente las comisuras de los labios y dijo con voz molesta. – “Todo es culpa tuya.”
Simplemente levantó la cortina del carruaje y miró hacia fuera durante mucho tiempo, pero no había notado la mancha de lápiz labial. Si alguien la viera, sería demasiado vergonzoso.
Ning Yin se rió entre dientes, sin mostrar remordimiento. En cambio, se inclinó más cerca, usando sus labios para limpiar las manchas restantes de lápiz labial.
Había una torre con excelentes vistas en el Jardín Norte del Palacio Imperial.
Al llegar al séptimo piso, se podía ver la vasta extensión del Estanque Penglai, con olas azules que brillaban como el jade, racimos de flores floreciendo abundantemente y ramas que caían pesadamente bajo el peso de miles de flores de peras y gruesas capas de pétalos blancos que se deslizaban con las olas.
Dentro de la torre, se habían preparado buenos vinos y manjares y se estaba quemando incienso en un incensarios de bronce.
Yu Lingxi se apoyó contra la barandilla, disfrutando de la vista distante, sintiendo que su corazón se ensanchaba y sus pensamientos se superponían.
A Ning Yin no le gustaban las flores y, en consecuencia, no había señales de paisajes primaverales en la mansión del Príncipe Jing. Yu Lingxi estaba considerando si trasplantar algunas flores de pera o durazno a la mansión cuando sintió que su cintura se tensaba y Ning Yin se presionaba contra ella desde atrás.
Yu Lingxi relajó su cuerpo, agitó su abanico y dijo impotente. – “¿No tienes calor?”
Ning Yin la abrazó aún más fuerte, como si cuanto más incómodos estuvieran por el calor, más feliz estuviera él.
“¿Te gustan las flores de pera?” (Ning Yin)
Su voz grave y cosquilleante le hizo hormiguear sus oídos. – “Desafortunadamente, no hay sangre blanca en este mundo.”
Bien, resulta que Su Alteza el Príncipe Jing también estaba pensando en ‘plantar flores.’
“Me gustan.”
Yu Lingxi respiró profundamente el aire lleno de la fragancia de las flores y pensó por un momento. – “Cuando nuestro cabello se vuelva tan blanco como las flores de pera, tendremos que ayudarnos a venir aquí para admirar las flores juntos.”
Ning Yin rara vez pensaba en el ‘futuro’; solía ser un hombre sin futuro.
Pero ahora, al escuchar a Yu Lingxi hablar sobre sus planes futuros, inexplicablemente sintió que debía ser una escena muy hermosa.
Una anciana Sui Sui, tomando el brazo de Ning Yin y caminando lentamente paso a paso. El sol poniente proyectando largas sombras detrás de ellos, fusionándolos y haciendo difícil distinguirlos entre sí.
Ning Yin estalló en carcajadas.
Yu Lingxi no sabía de qué se reía, pero mientras se concentraba, de repente vio a una valiente comandante que llevaba un arco y flechas en la espalda, guiando a sus subordinados a patrullar.
Bajo la luz del sol, la comandante militar caminaba con el viento y su comportamiento era tan heroico que la gente no podía apartar la vista.
Los ojos de Yu Lingxi se iluminaron. – “¡Hermana!”
El sol de finales de primavera ya era un poco abrasador y Yu Lingxi supuso que sería muy difícil para su hermana correr bajo ese sol abrasador durante la mayor parte del día, por lo que debía estar muy cansada. Estiró los dedos para rascar la palma de Ning Yin con su dedo y estaba a punto de pedirle a alguien que le enviara una sopa fría a su hermana cuando vio a un joven con túnicas de brocado caminando rápidamente fuera de la puerta del palacio.
Ning Zizhuo gritó algo y su hermana se dio la vuelta.
El viento sopló y los pétalos bancos como la nieve de las flores de peral cayeron como lluvia y Ning Zizhuo levantó apresuradamente la manga para cubrir a su hermana de los pétalos que caían.
Claramente, son dos personas con personalidades incompatibles, pero estando juntas, exudaban un belleza armoniosa y pintoresca.
Las comisuras de la boca de Yu Lingxi se curvaron, abandonando la idea de enviar sopa fría.
Ning Yin presionó la comisura de su boca que estaba ligeramente levantada y preguntó. – “¿En qué estás pensando?”
Yu Lingxi respiró profundamente el aire fresco y giró la cabeza para mirar a Ning Yin con seriedad.
Recordó los arrogantes disturbios de la tribu Yan, el caos en la capital y el joven que hacía guardia torpemente bajo las flores de peral en ese momento…
Sus pensamientos convergieron en ese momento, aclarándose gradualmente.
Sus ojos reflejaron la vasta extensión del estanque, las pintorescas nubes, así como el hermoso rostro de Ning Yin.
El viento se detuvo, las flores de pera que se balanceaban en el árbol estaban en calma en ese momento, pero la luz en los ojos de Yu Lingxi no se desapareció.
Ella susurró. – “Ning Yin, puedes proclamarte Emperador.”
Las yemas de los dedos de Ning Yin se detuvieron levemente y sus ojos oscuros profundos e insondables la miraron, sin decir una palabra.
Nameless: Quería darles una pequeña explicación:
Los exámenes imperiales en la Antigua China fueron establecidos por la corte imperial en la sociedad feudal, con el objetivo de elegir a los funcionarios. Este sistema se originó en la dinastía Sui (581-618) y reinó hasta la dinastía Qing (1616-1911). Tomemos como ejemplo los siguientes exámenes de las dinastías Ming (1368-1644) y Qing:
Examen imperial:
Los calificados de gongsheng (Examen general) iban a la corte de Beijing a asistir al examen y el emperador elaboraba personalmente el cuestionario, por lo que se le llamó examen imperial. El número de los que se le permitió presentarse a la prueba fue limitado, sólo tres jia y de cada jia únicamente los tres primeros. A quienes integraron ese selecto grupo se les llamó jinshi y el primero de cada jinshi fue identificado como zhuangyuan, que significa primer erudito, o también dianyuan o dingyuan.
El segundo del primer jia se llamó bangyan y el tercero tanhua. Para estos jinshies se realizó también un examen imperial y las respuestas fueron revisadas por los ministros de la corte. Finalmente, el emperador les otorgaba los cargos según sus notas y al ser admitidos como jinshi, pasaban a ser funcionarios de la corte imperial.
Aquí se ve que el examen imperial ya era un sistema de selección de funcionarios y, por consiguiente, se estudiaba para llegar a ser funcionario.
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