
Capítulo 21: El amor tiene un favoritismo irrazonablemente
La cafetería Xueyan* estaba abarrotada.
(N/T: *雪園 = Jardín Nevado.)
Ji Zhen Tang hizo cola para pedir pollo al curry.
Volvió a pensar en los comentarios groseros de Zhao Siqi.
La advertencia de Zhong Heng fue de alguna utilidad; Zhao Siqi no había ido a causar problemas durante ese tiempo, cuando se encontraban en clase, él actuaba como si ella fuera simplemente aire. Al menos en ese campus, probablemente no se atrevería a hacerle nada a Ji Zhen Tang; quizás ‘atreverse’ era un poco fuerte, pero cualquiera con un poco de capacidad para evaluar la situación no estaría dispuesto a pagar el precio por un conflicto tan pequeño.
Después de todo, sin importar quién lo denunciará, si al final él saldrá ileso, resolver el asunto era la mejor manera de abordarlo.
Justo cuando pensaba en eso, una voz familiar y dulce sonó a su lado: “¿No dijiste que hoy ibas a salir a comer fuera? ¿Por qué de repente quieres venir a la cafetería?”
“No había estado aquí antes y queríamos probar algo nuevo.” – Dijo Zhong Heng.
Ji Zhen Tang: “…” – No se atrevería a pensar que Zhong Heng cambió de opinión por su culpa, pero esperaba que se mantuvieran alejado de ella.
La voz a sus espaldas se acercaba, y Su Yunli dijo con dulzura: “El curry en Xueyuan es buenísimo. ¿Quieres probarlo?”
Él respondió perezosamente: “Claro.”
La fila no era larga, y ellos estaban parados al final, había dos o tres personas entre ellos, por lo que probablemente Su Yunli no se había fijado en Ji Zhen Tang y dijo con coquetería: “Deja de darme regalos, hay tantos que ni siquiera puedo usarlos todos y siento que me están reteniendo.”
Zhong Heng dijo: “Entonces dáselo a tu madre, a tu hermana, a tu cuñada o a tu tía. ¿cómo no puedes usarlo todo?”
A Su Yunli le divirtieron sus palabras y agregó: “Bueno, la razón principal es que tengo mucho miedo de que los demás se enteren.”
Zhong Heng preguntó: “¿Miedo de qué?”
Su Yunli dijo: “Ni siquiera he mencionado esto en la residencia. Tengo miedo… de que la relación con Tang Tang se vuelva incómoda.”
“¿Te pedí acaso que no lo mencionaras?” – Su tono era frío e indiferente.
Ella rápidamente se disculpó: “Vale, me equivoqué, no te enfades.”
Zhong Heng se quedó sin palabras. – “No estoy enojado, no seas tan sensible.”
Tras una pausa, añadió con tono significativo: “Y no te avergüences, no le debes nada.”
Su Yunli murmuró: “Es cierto.”
Tras reflexionar un momento, Zhong Heng volvió a hablar de manera significativa: “Quien debería sentirse incómoda no eres tú, hay algunas personas que son pretenciosas todo el tiempo, pero en realidad no tienen ninguna habilidad. Claramente, ya tiene un respaldo, por lo que insistió en rechazarme. Cuando la gente está llena de avidez, la serpiente se traga el elefante*, y finalmente pierde a su esposa y a sus soldados.”
(N/T: 人心不足蛇吞象: Es un proverbio se basa en la leyenda de la “serpiente que se traga al elefante” – que significa que una persona que es muy codiciosa o que no está satisfecha con lo que tiene, puede ser perjudicada por sus propios deseos.)
Ji Zhen Tang: “…”
Su Yunli tenía miedo de la incomodidad, y Ji Zhen Tang también. Pero claramente no eran ellos los que deberían estar más incómodos. Si no fuera porque Su Yunli, estaba allí, Ji Zhen Tang habría tenido un intercambio verbal con él sin importar nada.
Su Yunli estaba desconcertada: “¿De qué estás hablando?”
“Nada.” – Zhong Heng se giró para preguntarle. – “¿Te gustó el collar?”
Ella pensó por un momento y dijo: “Da miedo, tendré pesadillas.”
“¿Es tan serio? Entonces no te lo pongas.” (Zhong Heng)
“Está bien, siempre y cuando te guste.”
Después de permanecer en silencio por un momento, Zhong Heng dijo: “La verdad es que a mí tampoco me gusta mucho, así que quítatelo.”
Ji Zhen Tang se preguntaba en su corazón: ‘¿Llegarán al final?’
Zhong Heng debería estar bastante satisfecho con esa adorada relación entre un hombre y una mujer, lo que le permitiría recuperar su dignidad. Pero en el fondo, sus expectativas sobre las relaciones eran contradictorias; a él le gustaban las personas con un poco de personalidad, pero no demasiado. Quería que la otra persona le obedeciera, pero no podía soportar la actitud humilde de la otra persona al ser demasiado obediente con él.
No sabía si alguna vez he tenido una relación en la que se lo haya pasado bien.
Es aburrido en todos los sentidos.
Una persona así seguiría a la deriva en el viento y la luna durante mucho tiempo y Su Yunli probablemente tampoco será su última parada.
Pensando en los enredos que podrían surgir entre ellos, Ji Zhen Tang se sintió inexplicablemente con el corazón roto de simpatía, pero no podía expresar sus sentimientos como polilla que se acerca a las llamas; algunas personas en este mundo nacieron para el amor.
“¿Comerá aquí o para llevar?” – La cola finalmente llegó a su turno.
Ji Zhen Tang no dudó: “¡Para llevar!”
***
Ese fin de semana, Ji Zhen Tang tenía una cita, después de arreglarse bien estaba feliz por salir, cuando su compañera de habitación le preguntó si iba a tener una cita con un hombre, esta vez pudo decir con orgullo: “Cenaré con papá.”
El coche de Ji Huan no pudo entrar a la escuela, así que fue rápidamente en su Scooter Pinky White hasta la puerta de la escuela, donde Ji Huan la saludó desde su Audi.
“Papá.” – Ji Zhen Tang subió, y solo estaban el padre y la hija en el auto. – “¿Llevas mucho tiempo esperándome?”
“Acabo de llegar.” – Dijo Ji Huan. – “Primero tenemos que ir a la escuela a recoger a tu tía Xu y a tu hermanito.”
Ji Zhen Tang asintió y preguntó: “¿Por qué de repente propusiste cenar juntos?”
Ji Huan sonrió: “¿No puede reunirse la familia?”
Ella respondió: “Por supuesto, solo pensé que estaba pasando algo bueno.” – Después de todo, esas cenas familiares eran poco comunes para ella.
“Compré una casa nueva.” – Efectivamente, eran buenas noticias.
Sus ojos se iluminaron y no pudo esperar para preguntar: “¿Dónde?”
“En una villa en la zona de Fangshan.” (Ji Huan)
“¿Se van a mudar allí?”
Ji Huan pensó por un momento: “No necesariamente, dejémoslo por ahora, como que es más conveniente para los niños ir a la escuela en ese distrito escolar.”
Ji Zhentang bastante feliz hizo un sonido de «hmm» y de camino a la escuela, se quedó en silencio, pensando en muchas cosas.
Durante una charla informal, Lin Guixue le preguntó una vez cuántas propiedades poseía. Ji Zhen Tang se sorprendió con la pregunta y respondió: <“¿Cómo puedo permitirme el lujo de comprar una casa? Piensas demasiado en mí.”>
Lin Guixue también se sorprendió bastante: <“Tu padre tiene varios pisos, pero no inscribió ninguno a tu nombre.”>
Ji Zhen Tang dijo con indiferencia: <“Las casas de papá son el resultado de su arduo esfuerzo, no son mías.”>
Lin Guixue se dio cuenta: <“Oh, tienes un hermano menor, ¿verdad?”>
Ella respondió con un leve: “Hmm”, sin profundizar demasiado en el tema, pues ambas comprendían los pensamientos tácitos de la otra.
Ji Zhen Tang era una persona que abogaba por confiar en sus propios esfuerzos, pero detrás de ese lúcido argumento se escondía la razón fundamental: No podía conseguirlo. Como no lo puede conseguir, tiene que trabajar duro para dejarlo ir. No todos los padres deberían dar regalos a sus hijos de forma incondicional.
‘Si siempre dependo de papá, ¿no me convertiría en una parásita?’
Pensó para sí misma y asintió con la cabeza.
Pronto supo que las buenas noticias de ese día no eran solo una.
Ji Huan reservó una habitación privada en un restaurante de comida caliente para celebrar el cumpleaños de su hijo Ji Chen.
Ji Chen estaba a punto de entrar a la escuela secundaria ese año y estaba en una edad muy irritable y brusca. Además, el niño siempre había sido consentido por sus padres y dondequiera que iban, se comportaba como un pequeño tirano. Ji Huan le permitió comer una olla caliente e incluso invitó torpemente a bailar a una bailarina al salón privado, pero a mitad del baile, Ji Chen la echó, diciendo sin rodeos que era fea como el infierno.
Después de que la bailarina se fue, los demás comieron la olla caliente* en relativo silencio.
(N/T: La olla caliente, o hot pot, es un plato chino que se prepara en una olla con agua o caldo hirviendo. El nombre proviene del inglés y significa «olla caliente». El hot pot coreano incluye ingredientes como kimchi, repollo verde, zucchini, tofu, carne de res o cerdo, setas, fideos y salsas.)
Ji Huan habló de trabajo y mencionó un viaje de negocios. – “He hecho arreglos para que el almacén se abastezca en los últimos dos días.”
Xu Qiang preguntó: “¿Adónde vas esta vez?”
“Primero a Sri Lanka, luego a Kenia, en África.” (Ji Huan)
Xu Qiang dijo con una sonrisa: “¿Tan amplio es tu alcance comercial ahora?”
Ji Huan miró a Ji Zhen Tang y dijo con seriedad: “Gracias a mi chica, me presentaron a unos clientes.”
Xu Qiang sonrió aún más profundamente: “Eres tan increíble, Xiao Tang, tu compañera de clase tiene una gran red de contactos.”
La chica quedó atónita, masticó rápidamente las espinacas en su boca, levantó la cabeza y sonrió secamente: “Sí.”
Ji Huan entonces dijo con énfasis: “Si no quieres trabajar en el negocio de la joyería en el futuro, después de graduarte, ven a la empresa de papá, puedo organizarte algo fácil de hacer para que te relajes, así que no estés demasiado ansiosa.”
Ji Zhen Tang asintió: “Está bien.”
Un poco de preocupación sonaba conmovedor, pero no dejaba de ser algo superficial. Era como una actitud de gratitud, a cambio de esa frase deliberada, «gracias a mi chica».
Porque gracias a la ayuda de su hija, consiguió un cliente potencial, lo que le proporciona un lugar incluso cuando ya no tiene dónde retirarse
Las relaciones humanas siempre se basan en el intercambio, lo cual no tiene nada de malo, pero cuando el objeto del intercambio de beneficios era su padre, Ji Zhen Tang se sentía un poco incómoda.
Aunque nunca había sido amada, había leído libros y visto películas. En innumerables historias, el núcleo de la interpretación era que el amor tiene un favoritismo irrazonablemente, en lugar de un dar para recibir; en su caso cuando lo recibía, siempre piensa que debe encontrar formas de devolverlo.
Estaba a punto de coger la comida del cucharón, pero Ji Chen se la adelantó. Gritó: “¡Está listo!”
…Claramente, fue ella quien lo ordenó, ¡qué vergüenza!
La mano de Ji Zhen Tang se congeló en el aire, Ji Huan ayudó a su hijo a tomar el cucharón, lo dejó a un lado y dijo: “Acaba de salir de la olla, ¿por qué tienes tanta prisa? Come despacio y no te quemes la boca.”
‘Olvídalo, el cumpleañero es lo primero.’
Ella frunció los labios y continuó masticando las espinacas con impotencia.
“Está delicioso, ¿verdad?” – Preguntó Xu Qiang cortésmente.
Ji Zhen Tang sonrió y dijo: “¡Delicioso!”
La verdad y la esencia, dos palabras muy crueles. Eran cosas que no podían cambiar por mucho que lo intentara.
En ese momento, la relación padre-hija era como huesos marchitos debajo de un hermoso vestido, cubierto de brocado para ocultar el pesado aire muerto.
El amor no se ganaba complaciendo a los demás. ¿Qué tan diferente era ella, que se preocupa por las ganancias y pérdidas, de Su Yunli, quien siempre estaba ansiosa y tiene pesadillas?
No sabía cuánto tiempo le toma a una persona aceptar el hecho de que sus padres realmente no lo aman.
Podrían ser unos días, podría ser toda la vida.
***
Zhong Yu Bai tuvo un día libre y aprovechó para ver una película en la Mansión Zhong.
Es una sala de cine poco iluminado en el sótano.
Ding Jialing estaba sentado a su lado. Zhong Yu Bai lo había invitado, pero él terminó trabajando incansablemente.
Zhong Yu Bai estaba vestido de manera informal y cuando no expresaba ninguna emoción, su rostro era ligeramente frío y severo, miraba la gran pantalla frente a él, sosteniendo una taza de té perfumado en la mano, mientras el vapor se elevaba suavemente de la taza, su mirada pasó del vapor fragante a la versión en inglés del título de la película en la pantalla: Howl’s Moving Castle.
(El castillo ambulante de Howl)
“Mira, ¿es este el chico?” – Ding Jialing encontró algo y le entregó la tableta para que la revisara.
Zhong Yu Bai miró brevemente y vio la foto de un chico, de ojos pequeños y bastante alto.
Ding Jialing continuó presentando: “Es el hijo mayor de la familia Zhao, se llama Zhao Siqi y aún está en la escuela. Registró su marca personal de joyería, Serein, hace un año y se prepara para salir a bolsa este año. Boyang ha invertido algunos fondos y tiene planes para continuar inyectando capital después de la salida a bolsa.”
Tras escuchar, Zhong Yu Bai permaneció en silencio por un momento y luego preguntó con cierta incredulidad: “¿Invertí?”
La consecuencia de tener demasiadas cestas es que olvidas dónde tienes los huevos.
Después de eso, dijo con voz profunda: “Retíralos.”
“¿Ah?”
Ding Jialing se quedó desconcertado e intentó persuadirlo: “Este joven tiene un poco de espíritu emprendedor. Quién sabe, tal vez tenga éxito en un par de años. De todos modos, no hemos invertido mucho dinero en él, así que considerémoslo como comprar un billete de lotería.”
Zhong Yu Bai simplemente dijo: “Su capacidad ha llegado al límite.”
Alcanzar el límite de su capacidad significaba que no podrá lograr el éxito.
Ding Jialing no comprendía cómo había llegado a tal conclusión y agregó: “Pero creo que esta pequeña inversión no es nada para Boyang. Sin embargo, si usted decide no inyectar capital, su plan de salida a bolsa podría tener que ser archivada.”
La implicación es, ¿no es eso una manera de deshacerse de los obstáculos?
A Zhong Yu Bai no le importaba mucho esa pequeña cantidad de dinero, pero para Zhao Siqi era crucial en la etapa inicial de su negocio.
Zhong Yu Bai no dió más explicaciones, lo miró y dijo con ligereza: “Eres generoso.”
Ding Jialing se dio cuenta de que había cometido un error; bueno, ¡No hay negocio sin traición! – “De acuerdo.”
Zhong Yu Bai vio la película y, al verla con cara de adicto al trabajo, interrumpió deliberadamente sus pensamientos y preguntó: “¿La has visto?”
Ding Jialing levantó la vista, sintiéndose un poco avergonzado: “La vi con mi novia. Dijo que Hayao Miyazaki es el protagonista masculino más guapo.”
Zhong Yu Bai sonrió.
Con un tono amable, dijo: “Yo también, la vi hace muchos años con alguien.”
Debido a que sus padres se divorciaron, pasó sus primeros años de su niñez con su madre en Xingzhou.
(N/T: ¡Es él, es el joven maestro de la familia Chen!)
Había visto esa película demasiadas veces, la versión inglesa de ‘El castillo ambulante de Howl’ y cada vez que lo veía, había una niña explicándosela de manera seria.
Hasta el día de hoy, Zhong Yu Bai aún recordaba su expresión y su voz nítida y pura cuando hablaba. Una niña inocente, como el agua cristalina de un manantial en las montañas. Activa, juguetona y llena de vitalidad.
<“Howl es en realidad un pájaro grande, así que puede volar y llevar a volandas a Sophie al tejado. Pero cuando no se convierte en un pájaro, es un apuesto príncipe.”>
Zhong Yu Bai, de dieciséis años, estaba sentado en el sofá de su casa, escuchando los susurros en sus oídos haciendo spoilers con entusiasmo, él sonrió distraídamente y le lanzó una mirada.
Sus ojos se encontraron con esos ojos etéreos color ámbar.
Ella miró con seriedad al televisor y luego a él, sentada a su lado, un poco más baja, por lo que tuvo que levantar la vista para mirarlo.
Entonces, señalando el televisor, dijo con una voz un tanto infantil: <“Ese es el jardín secreto que Howl le regaló a Sophie; es especialmente hermoso. Y esa es su pequeña cabaña, donde creció cuando era niño.”>
<“De hecho, Howl conoció a Sophie de pequeño, así que la reconoció a primera vista. Por lo que, al principio, lo primero que le dijo fue: «¡Por fin te encontré!»”>
<“Pero Howl siempre ha estado librando guerras, cuando abandonó el castillo, los enemigos lo acosaban por todas partes. Afortunadamente, al final, cuando estaba a punto de morir, fue Sophie quien encontró el corazón de su infancia y lo puso en su cuerpo, para que Howl pudiera resucitar.”>
En la película, la protagonista femenina sostiene el corazón de la infancia del héroe y lentamente lo devuelve a su cuerpo.
Zhong Yu Bai sonrió y observó la parte posterior redonda de la cabeza de la niña, con el cabello recogido en dos coletas, con una línea divisoria en medio delineada por su madre con un peine. Afuera, la frondosidad de árboles bajo el cielo veraniego era espesa y todo estaba en silencio. La película, que había visto tantas veces, ya no era suficiente para cautivarlo, por lo que respondía a sus palabras con una leve sonrisa y un casual “Hmm”, “¿es así?”, “Ya veo.”
Al final de la película, mientras el castillo se alejaba lentamente, los protagonistas masculino y femenino se besaron dulcemente en el castillo.
Al final de la historia, la niña ya se había quedado dormida, recostada en su regazo. Su pequeña mano, con un toque cálido, se presionó contra su rodilla y se enroscó suavemente. Si él introducía un dedo, ella apretaba su agarre, sujetándolo suavemente pero no con fuerza.
Ella emitió un leve murmullo soñador: “Yo también tengo un castillo, volando de aquí para allá… volando todo el tiempo, en el cielo…”
La tía Qin se acercó, lista para despertarla.
Zhong Yu Bai hizo un gesto de silencio y susurró: “La llevaré de regreso en un rato.”
De esta forma, con indulgencia la dejó recostarse en su regazo durante un largo rato. Hasta que pasó la tarde, el tiempo transcurrió silencioso y cálido hasta el final.
Las mismas escenas de la película se desarrollaban frente él, pero la persona ajena a la historia parecía haber perdido esa cálida sonrisa, dejando solo un par de ojos serenos como un antiguo pozo sin ondas y el corazón en su cuerpo ya no late, dejando un vacío seco a la espera de ser llenado.
***
Por la tarde, salieron.
Por la noche, después de que cayera la lluvia, cuando la puesta de sol era infinitamente hermosa, Zhong Yu Bai que estaba sentado en su coche negro, vio el arcoíris y bajó lentamente la ventanilla.
“Lo ve, Director General Zhong.” (Jialing)
En el centro de la pista, el avión privado modificado lo recibió con un aspecto completamente nuevo.
A poca distancia, una sola línea de caracteres ingleses pintados con spray de color rosa llenaba toda la longitud del avión, nítida y en movimiento: ‘Jane’s Moving Castle.’
(El castillo ambulante de Jane.)
Bajo el arcoíris, después de la lluvia, el ‘Castillo’ permaneció inmóvil, como esperando a Sophie y a su príncipe.
Ding Jialing no paraba de elogiar: “Es tan hermoso, tan maravilloso. ¿Le gustaría invitar a la señorita Ji a visitarlo juntos?”
La ventanilla estaba bajada hasta la mitad, y el hombre del asiento trasero reveló un par de ojos, mirando con calma semejante escena.
Zhong Yu Bai no asintió ni negó con la cabeza, solo sonrió suavemente: “Ella lo verá.”
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