
Capítulo 82 – Apoyar
En estos días, la corte era un caos.
Comenzó con los Guardias Imperiales registrando la residencia abandonada del Príncipe Heredero depuesto, rescatando a una vieja doncella del palacio que se encontraba en un estado de semi-locura.
Esa anciana era la única sobreviviente entre el grupo de sirvientes del palacio que habían servido a la Emperatriz durante el parto. Basándose en su testimonio, los Guardias Imperiales desenterraron tres cadáveres de un pozo seco fuera de las paredes del Palacio Wuhan, lo que demostraba que la afirmación de la vieja doncella del palacio de la Emperatriz de «dejar atrás a la madre y llevar al hijo» no eran infundadas.
Inmediatamente después de eso, el recién nombrado médico del Hospital Imperial descubrió inesperadamente durante un examen de pulso de rutina a la Emperatriz Feng en el Palacio Kunning, que ella había perdido su capacidad de concebir hace muchos años. Desde un punto de vista médico, no parecía alguien que hubiera dado a luz a un Príncipe.
Tan pronto como se conoció esa revelación toda la corte quedó conmocionada.
Si la Emperatriz Feng hubiera engañado a la línea de sangre imperial, fingiendo dar a luz falsamente a través del vientre de otra mujer y hace pasar al niño nacido de una humilde doncella del palacio como el legítimo Príncipe heredero, ¡entonces habría cometido el crimen de engañar al Emperador y podría ser castigada con la muerte!
A pesar de la inminente deposición de la Emperatriz, el Palacio Kunning permaneció sereno y pacífico, lleno de la fragancia del sándalo budista.
La Emperatriz se sentó en la cama, con la mano apoyada en la mesa, cerró los ojos y giró las cuentas, aparentemente ajena a la presencia de Ning Yin, quien caminaba tranquilamente por el salón.
“En el pasado, cuando la familia Yu se levantó del campo de batalla y la familia Feng fue perdiendo poder, su posición era precaria y requería urgentemente del nacimiento de un legítimo heredero para estabilizar su estatus. Desafortunadamente, tuvo un aborto espontáneo y perdió la capacidad de concebir a partir de entonces.” (Zhaji)
Ning Yin estaba de pie con las manos detrás de la espalda, mirando hacia la compasiva estatua dorada de Buda en el salón, su voz tenía un tono frío y elegante. – “El Emperador estaba muy interesado en la mujer que había obtenido a la fuerza, lo que te hizo temer que tu infertilidad quedara expuesta y cayeras en desgracia, lo que potencialmente llevaría a una pérdida de su favor y de tu posición como Emperatriz. Por lo tanto, tomaste la drástica medida de matar al médico imperial que te atendía. Luego, usaste drogas para confundir al Emperador y les pediste a las doncellas del palacio que trajiste contigo que sirvieran al Emperador en tu nombre y concibieran a un niño, mientras fingías estar embarazada.”
“¿Fingiste estar muriendo envenenado solo para engañar a esta Emperatriz?”
El rostro de la Emperatriz Feng permaneció sereno. – “Deja que esta Emperatriz vea al Emperador.”
“Planeaste y engañaste meticulosamente a todos, incluso ejecutando a tus doncellas una por una para silenciarlas antes de que llegaran al final de su período de servicio.” (Ning Yin)
Ning Yin dio una palmadita al asiento de loto de la estatua de Buda, luego pasó por encima del quemador de incienso, aparentemente dando un paseo casual. – “Pero no anticipaste que un pez hubiera escapado de la red. Además, nunca esperaste que, mientras enterraban los cuerpos y la evidencia, la loca en el Palacio Wuhan lo presenciara.”
“Esta Emperatriz quiere ver al Emperador.”
“Aunque la loca estaba encarcelada en el Palacio Wuhan, la defensa allí era extremadamente férrea debido a las frecuentes visitas del Emperador quien se quedaba a dormir a menudo. Empezaste a tener problemas para dormir y comer, cavilando cómo podrías eliminar a esa mujer de una manera lógica.” (Ning Yin)
“Todo eso son solo especulaciones tuyas.”
La Emperatriz Feng dijo. – “Sin mencionar el hecho de que el Príncipe Heredero depuesto ya ha sido ejecutado por sus actos traicioneros, por lo que el pasado ya no es relevante.”
Ning Yin retiró su mano del quemador de incienso y se la puso en la nariz. – “Por eso, cuando la rebelión fracasó, dejaste que Cui matara en secreto a Ning Tan.”
La Emperatriz Feng hizo una pausa en su movimiento de girar las cuentas budistas, completamente consciente de que Ning Yin mencionó esas cosas para atraparla y hacerla admitir su culpabilidad.
Ahora que el Príncipe Heredero depuesto ha muerto, mientras la doncella del palacio que dio a luz al niño nunca sea encontrada y no haya pruebas suficientes, nadie podrá condenarla.
Y nadie encontrará jamás el lugar donde está escondida esa doncella del palacio.
La Emperatriz Feng respiró profundamente. – “Hablas de esas cosas, pero ¿tienes alguna prueba concreta? Confiar en las breves palabras de médico del Hospital Imperial y algunos huesos no identificados no es suficiente para incriminarme.”
Ning Yin se paró frente a la estatua de Buda y permaneció en silencio por un largo tiempo.
Un tic sutil apareció en la esquina de la boca de la Emperatriz Feng.
‘Efectivamente… Un bastardo de un estatus bajo nacido de una perra solo posee tácticas mediocres.’
“Esta estatua de Buda es bastante exquisita.” – Comentó Ning Yin, admirando la expresión compasiva de la estatua de Buda con las manos detrás de la espalda por un largo tiempo antes de decir.
“¿Qué tiene de bueno?” – Preguntó la Emperatriz Feng.
“El tamaño es bueno.” – Ning Yin entrecerró lo ojos y dijo a la ligera. – “Es del tamaño adecuado para ocultar un esqueleto marchito.”
La Emperatriz Feng abrió repentinamente los ojos.
Unas uñas afiladas rompieron la cuerda, haciendo que las cuentas se esparciera por el suelo.
Casi al mismo tiempo, una sirvienta del palacio que estaba parada cerca de él sacó una daga oculta de su manga y la empujó directamente hacia el cuello de Ning Yin.
Antes de que la daga pudiera tocar un solo mechón de cabello de Ning Yin, fue golpeada y se incrustó en la estatua de Buda con un sonido metálico.
Al mismo tiempo, los ojos de la doncella del palacio se abrieron de par en par y su cuello se torció en una postura extraña mientras se desplomaba en el suelo.
Alguien retiró rápidamente el cadáver de la doncella que lo atacó. Ning Yin dio un paso adelante con calma, levantó la daga incrustada en la estatua de Buda y golpeó hacia abajo con fuerza.
La piel dorada se despegó, la cal se filtró y en la grieta retorcida quedaron expuestos un dedo seco junto con un trozo de la ropa de la doncella del palacio.
La estatua de Buda lucía una sonrisa compasiva, formando un fuerte contraste con el cadáver acurrucado vagamente visible en la grieta, creando una escena escalofriante.
Al ver el descubrimiento del cadáver de Qing Luo*, la doncella del palacio, la expresión de la Emperatriz Feng cambió por completo.
(N/T: Doncella del palacio mencionada en el cap. 61 y madre biológica del Príncipe depuesto.)
Todos pensaban que la Emperatriz estaba rezando por el bienestar de la nación cuando ella y la Princesa Deyang adoraban a Buda juntas. Nadie sabía que su apariencia benévola era simplemente un disfraz para ocultar los pecados que había cometido.
“Ahora, ¿qué debo hacer con la Emperatriz?” – Ning Yin se dio la vuelta y se sentó, golpeando ligeramente el apoyabrazos de la silla con su dedo índice.
“No estás calificado a interrogarme en privado.” – Dijo la Emperatriz, pellizcándose las palmas de su mano mientras fingía compostura.
“Lo tengo.” (Ning Yin)
Ning Yin dejó de tamborilear con los dedos y, con el tono más inofensivo y gentil pronunció las palabras más espeluznantes. – “Para alguien tan sinceramente devoto de Buda como la Emperatriz, es apropiado someterse al ritual de sentarse en una tinaja para predicar y presenciar el camino.”
La Emperatriz Feng abrió abruptamente los ojos.
El llamado ritual de sentarse en una tinaja implicaba sellar a una persona en una urna y enterrarla bajo tierra, si el cuerpo no se descomponía después de tres años, alcanzaría el estado de un Buda encarnado.
Para los monjes eminentes y devotos, era un medio para alcanzar la iluminación y convertirse en un Buda, pero para la gente común, era equivalente a ser enterrado vivo.
‘¡Esta pequeña bestia quiere enterrarme viva!’
Al ver la gran urna llevada al palacio por los guardias imperiales, la compostura de la Emperatriz Feng se vino abajo.
Su rostro estaba distorsionado y casi gritó. – “¡Quiero ver al Emperador! ¡Nadie más que el Emperador tiene la autoridad para tratar conmigo!”
Sin embargo, ya era demasiado tarde, demasiado tarde en verdad.
Las puertas se cerraron detrás de ellos y la expresión de Ning Yin permaneció fría e indiferente, revelando poco placer.
Zhaji lo siguió y permaneció en silencio por un rato antes de finalmente preguntar sin poder evitarlo. – “La Emperatriz no tiene salida ahora. ¿Por qué no la envía a la prisión, Su Alteza?”
Dada la naturaleza vengativa de Ning Yin, un enemigo como la Emperatriz, debería ser torturado lentamente en prisión.
No había emoción ni ira en el rostro de Ning Yin mientras se limpiaba los dedos con un pañuelo y luego dijo. – “Tengo prisa por casarme, así que naturalmente quiero ocuparme de las personas que están en mi camino lo antes posible.”
Ya fuera una ilusión o no, Zhaji siempre sentía que cuando su amo mencionaba la palabra ‘casarse’, una leve sonrisa aparecía en sus oscuros y fríos ojos.
El carruaje se detuvo frente a la puerta del palacio.
Los asistentes, sabiendo que su maestro abandonaría el palacio después de terminar sus asuntos y probablemente se dirigiría a la Mansión Yu, informaron. – “Su Alteza, la señorita Yu se ha ido a la Mansión del Duque Tang.”
Ning Yin se subió en el carruaje, colocó su túnica cerca de un brasero para secarla por un momento y levantó los ojos levemente.
El asistente comprendió de inmediato y le dio instrucciones al cochero. – “A la Residencia del Duque Tang.”
***
La anciana Tang finalmente no sobrevivió el invierno y falleció en paz.
Tang Buli quedó huérfana de la noche a la mañana y su familia y su negocio fueron codiciados por los demás. Después de escuchar la noticia, Yu Lingxi no se molestó en preocuparse por la limpieza, se puso ropa limpia y rápidamente fue a rendir homenaje.
Al escuchar la noticia, Yu Lingxi corrió a la residencia de Princesa Tang sin siquiera cambiarse de ropa, una sensación de urgencia la abrumaba.
La Mansión Tang, adornada con seda blanca, era deslumbrante y el salón donde se celebraba el servicio conmemorativo estaba lleno de gente, incluso parientes lejanos cuyos nombres desconocían se habían apresurado a llegar. Todos fingían ser benévolos y justos, pero tenían la vista puesta en la enorme y abundante propiedad del Palacio Tang.
También había familias famosas que vinieron de visita con el pretexto de presentar sus respetos, pero en realidad vinieron a ver la diversión y el hacinamiento en una zona caótica.
Yu Lingxi se bajó del carruaje y vio a un joven erudito vestido con túnicas confucianas medio gastadas parado frente a la puerta principal de la residencia del Duque Tang.
Yu Lingxi vio que ese hombre le resultaba familiar y no pudo evitar mirar más de cerca.
Entonces recordó; este joven de rostro apuesto y tranquilo no era otro que Zhou Yunqing, el futuro joven ministro de los Da Lisi, a quien Tang Buli había patrocinado una vez.
“¿El Maestro Zhou está aquí para rendir homenaje a la Vieja Señora?” – Preguntó Yu Lingxi.
Si vino por Tang Buli, Yu Lingxi estaba dispuesta a presentarlo.
Al escuchar su voz, Zhou Yunqing pareció perturbado, hizo una ligera reverencia y luego se dio la vuelta para irse.
Es algo reservado e introvertido, a juzgar únicamente por su apariencia, nadie hubiera pensado que se convertiría en el ‘juez de cara fría’ más confiable bajo Ning Yin en el futuro.
Yu Lingxi no pensó mucho en ello y casualmente le preguntó a Qing Xiao detrás de ella. – “¿Has hecho lo que te pedí que hicieras para apoyar a esa persona en nombre de Ah’Buli?”
Qing Xiao asintió y dijo. – “Esa persona es recta y honesta y no estaba dispuesto a aceptar dinero, por lo que mis subordinados le compraban papel, tinta y libros de alta calidad con regularidad y se los enviaban en nombre de la Princesa del Condado de Qingping.”
“Muy bien.” – Yu Lingxi se sintió ligeramente aliviada.
En el salón principal, una pareja de mediana edad desconocida estaba recibiendo hábilmente los saludos de los estimados invitados que vinieron a ofrecer sus condolencias, lo hacían con facilidad, mostrando el aire de estar a cargo de la residencia Tang.
La verdadera maestra, Tang Buli, llevaba una tira de lino blanco atada en la frente y estaba arrodillada en silencio frente al ataúd con sus ropas de luto.
Cuando Yu Lingxi vió su figura esbelta y encorvada, la nariz le hormigueó con un toque de amargura.
Habiendo experimentado una vida pasada, nadie mejor que ella conocía el dolor de perder a un ser querido y quedarse sola.
“Ah’Buli.” – Yu Lingxi primero se inclinó tres veces ante el ataúd de la anciana, luego se agachó para encontrarse con los ojos de Tang Buli, diciendo suavemente. – “Mi más sentido pésame.”
Al verla, Tang Buli frunció los labios y las lágrimas, que se habían secado, parecían estar listas para estallar nuevamente.
Se secó discretamente los ojos y dijo. – “Gracias, Sui Sui.”
“¿Qué está pasando?”
Yu Lingxi levantó ligeramente la mandíbula hacia la pareja de mediana edad que estaba saludando a los invitados afuera, con los ojos llenos de preocupación.
“Mi tío y mi tía están aquí para dividir la fortuna familiar.” (Tang Buli)
Tang Buli arrojó un puñado de billetes en el recipiente de carbón y dijo con tono indiferente. – “Trajeron a un primo que nunca había conocido antes, diciendo que arreglarían un matrimonio para nosotros…”
Yu Lingxi frunció el ceño.
Solo estaban usando el pretexto de una alianza matrimonial para malversar la riqueza de la familia del Duque Tang.
“Esta mañana, incluso pusieron droga en mis gachas, con la esperanza de que ese primo y yo…” (Tang Buli)
En ese punto, Tang Buli apretó una pila de billetes en su mano y dijo con una sonrisa forzada. – “Sin la protección de mi abuela, no puedo manejar nada, así que te dejaré ver la broma.”
“¿Cómo es eso?”
Yu Lingxi secó las lágrimas de los ojos de Tang Buli con su manga y dijo con angustia. – “¡Eres mi mejor amiga!”
Mientras hablaban, la tía Tang empujó a un hombre de unos veinte años hacia ellas mientras lo reñía. – “¿Qué estás haciendo parado aquí? Ve a ayudar a tu prima. En el futuro, serán familia…”
Este hombre, de complexión regordeta y ojos casi invisibles debido a la carne apretada, avanzó de mala gana después de escuchar eso y arrojó un montón de billetes en el cuenco de carbón.
Dado el cuerpo tenso de Tang Buli, Yu Lingxi pudo sentir su disgusto.
Poniéndose de pie, Yu Lingxi miró directamente a la mujer y dijo. – “Ah’Buli es la Princesa del Municipio de Qingping designada por el propio Emperador. Su matrimonio debe ser aprobado por el Ministerio de Ritos. Mientras el cuerpo de la Vieja Señora Tang todavía está caliente, la dama que toma decisiones sobre el matrimonio por su cuenta está violando los rituales de la corte. ¿Va a poner en peligro la etiqueta de la corte?”
Al ver a Yu Lingxi, los ojos entrecerrados del primo se abrieron con sorpresa.
Nunca había visto una belleza tan encantadora en toda su vida, ni había escuchado una voz tan hermosa.
La tía Tang le dio una palmada en la nuca a su hijo, luego levantó los ojos para escudriñar a Yu Lingxi y dijo con una sonrisa. – “Esta pequeña dama debe ser la señorita Yu, ¿verdad?”
Ella levantó deliberadamente la voz, para atraer la atención de todos los presentes.
Por un momento, todos los ojos se centraron en Yu Lingxi. El asunto de su compromiso cancelado había causado alboroto y la gente la evitaba discretamente.
Claramente, la tía Tang había venido preparada, conociendo muy bien las conexiones sociales de Tang Buli, por lo que la saludó. – “Segunda Señorita Yu, puede que no lo sepa, pero la familia Tang tiene un gran negocio, y para una chica indefensa como Ah’Buli, que no tiene apoyo, debe encontrar un hombre que la cuide. Los forasteros son naturalmente poco confiables, por lo que es mejor encontrar un marido que conozca sus raíces y sepa todo sobre ella…”
Mientras hablaba, la tía Tang se cubrió la boca con un pañuelo, fingiendo disculparse. – “¡La miré y abrí la boca! Es realmente ofensivo discutir asuntos matrimoniales con la segunda señorita Yu en este momento. Me disculpo.”
¿Cómo podría Yu Lingxi no escuchar el sarcasmo en sus palabras?
“¡Cuidado con tus palabras!” – Tang Buli se puso de pie con los ojos rojos, bloqueando a Yu Lingxi.
Ella era así, ella misma puede tolerar agravios a sí misma, pero no puede permitir que sus amigas fueran humilladas.
En esta vida, el fallecimiento de la anciana fue tan difícil para Tang Buli que no podía evitar preguntarse cuántas dificultades había soportado en su vida pasada.
Yu Lingxi agarró los dedos temblorosos de Tang Buli y estaba a punto de abrir la boca para replicar, cuando vislumbró una figura alta entrando por la puerta principal y no pudo evitar quedarse atónita.
No solo ella, sino todos los presentes se quedaron en silencio y rápidamente se abrió el camino con Ning Yin en el centro.
La tía Tang no reconoció a Ning Yin, pero su esposo sí.
Estaba horrorizado y tiró de su esposa para que se inclinara apresuradamente. – “Este humilde funcionario es Wang Sili, un funcionario del Ministerio de Obras Públicas. ¡Presento mis respetos a Su Alteza Real el Príncipe Jing!”
El patio se llenó de gente arrodillada al instante mientras todos se movían con los pasos de Ning Yin.
Ning Yin, con cabello negro y atuendo morado, exudaba una nobleza incomparable.
Se sentó en el único banco largo del salón, dejando la mitad del asiento a su lado vacío y con indiferencia, tomó la mano de Yu Lingxi y luego tiró con fuerza.
Yu Lingxi se sentó a su lado y parpadeó lentamente.
El rostro de Lingxi estaba serio, pero había una sonrisa en sus ojos y preguntó en voz baja. – “¿Por qué viniste aquí?”
“Para ver a mi amada* Sui Sui.”
(N/T: La palabra bǎobèi (宝贝 / 寶貝) en chino significa «tesoro», «mi vida», «vida mía». Se usa para expresar cariño y afecto. Los caracteres que componen la palabra son: bǎo que significa «tesoro y bèi (贝) que significa «concha.», anteriormente lo había traducido como amado o precioso.)
Ning Yin le acarició la espalda y luego levantó los párpados, mirando al asustado tío de la familia Tang. – “No te preocupes por este Príncipe; continúa hablando.”
En cuanto pensó en la «amada» junto al Príncipe Jing, que acababa de ser ridiculizada por su esposa, no se atrevió a hablar y quiso golpearse la cabeza contra una columna y desmayarse.
Mientras sudaba profusamente, la voz de Ning Yin de repente se volvió fría. – “Habla.”
Wang Sili tembló y explicó a regañadientes. – “La anciana ha fallecido y mi sobrina se ha quedado sola e indefensa, así que este humilde funcionario vino a compartir sus preocupaciones, no tengo malas intenciones en absoluto…”
Al final de su explicación, su voz temblaba, sin saber si era por miedo o culpa.
Ning Yin se rió entre dientes. – “El señor Wang tiene un corazón lleno de piedad filial, y el espíritu de la difunta anciana en el cielo debe estar muy complacido.”
Cuando escuchó el tono gentil del pequeño lunático, Yu Lingxi sintió que algo andaba mal.
Ella discretamente usó la manga para tocar la larga y delgada mano de Ning Yin, no creyendo que él tendría el tiempo libre para ir allí solo para armar un alboroto.
Con una postura elegante, Ning Yin agarró el dedo meñique de la mano de Yu Lingxi, lo apretó y lo volvió a enganchar.
Y luego dijo. – “Entonces el Sr. Wang bajará y le hará compañía a la difunta anciana.”
“¿Ba-Bajar?” (Wang Sili)
Al darse cuenta de la intención de Ning Yin, la pareja Wang cayó instantáneamente al suelo, con los rostros pálidos.
Todos los presentes estaban tan asustados que empezaron a sudar frío.
Su Alteza el Príncipe Jing, ¿estaba aquí para apoyar a la Segunda Señorita Yu?
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