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CMSRCAE – 168

15 febrero, 2025

Episodio 168 – Extra 2 – Hombres irritantes (4)

 

Adrienne tocó la mejilla de la distraída Blyer.

Después de fruncir levemente el ceño, no hubo reacción, así que la pinchó unas cuantas veces más y Blyer agarró su dedo con nerviosismo.

“Te dije que no fueras quisquillosa, Adrienne.” (Blyer)

“¿Por qué no dices nada sobre lo que te pedí y por qué te ves así?”

Después del impactante incidente del día del parto, Adrienne se ponía alerta cada vez que Rhoadness visitaba el Archiducado.

Sabía que Rhoadness tenía tendencia a hacer movimientos inesperados o adelantarse a ella de vez en cuando, así que quería saberlo con anticipación y prepararse para ello.

No quería pasar por una situación como esa en la que todo lo que la novia necesitaba preparar, incluido el vestido de novia, se prepara incluso antes de proponer matrimonio. Incluso cosas extrañas como que su marido sufra de dolores de parto en su lugar.

Incluso si los resultados son buenos, existe una diferencia entre saberlo de antemano y recibir una notificación sin saberlo.

Entonces, Adrienne le pidió a Blyer que vigilara a Rhoadness cada vez que iba al Archiducado.

“¿Qué trabajo te ‘ordenó’ hacer?”

“…El trabajo que pidió.” (Blyer)

Los ojos de Blyer finalmente volvieron a la realidad y se cruzó de brazos y piernas. Era un hábito que no podía romper por muchas veces que Gregory le dijera que no se sentara así.

“Tu marido es demasiado violento.” (Blyer)

“¿Qué?”

Blyer, que había estado lamiéndose los labios cuando vio los ojos inocentes de Adrienne, dejó de hablar.

Ephero, que todavía visitaba con frecuencia la residencia del Archiducado, recobró el sentido y no mencionó la Ley Matrimonial Imperial*, pero cada vez que se encontraba con Rhoadness, recibía una patada o era tratado como a una persona invisible.

(N/T: 형사취수제는 = Por fin encontré la traducción exacta: LEY DE LEVIRATO, la cual es una costumbre que establece que una viuda debe casarse con el hermano de su esposo fallecido. El término proviene del latín levir, que significa «hermano del marido».  Esta ley se ha practicado en sociedades con estructuras de clanes fuertes, en las que el matrimonio fuera del clan estaba prohibido.)

“Como sea. Así es.” (Blyer)

“¿Por qué si no te iba a pedir que lo hicieras si sólo ibas a murmurar sobre ello?”

Blyer, enojada, se despeinó el cabello, en cuyo arreglo había trabajado tan duro.

Y luego miró a Adrienne con resentimiento.

“Oh, me duele la cabeza. Creo que tú eres el problema más que tu marido.” (Blyer)

“¿Qué?”

‘¿Qué clase de tontería es esta?’ – Adrienne parpadeó lentamente, esperando una respuesta.

“¿Qué diablos dijiste e hiciste con mi cuerpo para que el Séptimo Príncipe…?” (Blyer)

“¿Qué diablos está pasando?”

Frustrada, Adrienne acercó su silla a ella y se sentó.

Blyer vaciló, culpándose por haber dicho algo sin ningún motivo, luego murmuró. – ‘No lo sé’ y empezó a soltar las palabras que había estado reprimiendo.

“El Príncipe Ephero le pidió a tu marido que revocara la Ley Matrimonial Imperial. Tu marido se volvió loco después de escuchar esas palabras y golpeó al Príncipe.” (Blyer)

“¿Qué?”

“Y ese Príncipe no a ti, a mí…” (Blyer)

Blyer no pudo contenerse y habló galimatías.

A veces, cuando le dolía la cabeza o no podía pensar en las palabras adecuadas, se agarraba la cabeza y sufría de esa manera, por lo que Adrienne la esperó pacientemente.

“Dice que le gusto.” (Blyer)

Silencio.

Un frío silencio cayó sobre el espacio de Adrienne, que Rhoadness siempre había ordenado mantener caliente.

Adrienne incapaz de discernir lo que significaban las palabras de Blyer, parpadeó rápidamente.

“… ¿Estás diciendo que le gusto? Si es la Ley Matrimonial Imperial, yo…”

“Tengo que contarle al Príncipe nuestro secreto.” (Blyer)

Blyer cortó sus palabras.

Por alguna razón, Adrienne sintió que evitaba responder, así que abrió lentamente los ojos.

Blyer, que estaba a punto de ignorarla, vió la mirada de Adrienne y dejó escapar un suspiro irritado.

“Creo que le gusto yo, no tú. Exactamente desde el momento en que recuperé mi cuerpo… Mierda.” (Blyer)

“¿Qué vas a hacer si lo revelas?”

Adrienne encontró la razón en medio de la confusión.

También hubo un sentimiento de culpa por no permitirle a Ephero saber algo que tanto Jonah como Vincenzo sabían.

Sin embargo, era una carga para ella que incluso una persona más conociera ese secreto, así que no se molestó en contarlo.

“Vamos. No puedes engañar a la sangre, así que, si te gusta alguien, estás listo para saltar con los dos pies a cualquier precio, pero ¿no crees que debería decirte la verdad para que no haga una estupidez antes de que muera a manos de tu marido?” (Blyer)

“¿Si se lo revelas? ¿Y si se lo revelas casualmente? ¿Vas a hacer tu mejor esfuerzo para que las cosas funcionen con Ephero?”

“Adrienne. Hay algo que no te dije.” (Blyer)

Blyer bajó significativamente el volumen de su voz. Adrienne se acercó y la escuchó.

“No quiero que un hombre me pinche la nariz. Voy a disfrutarlo.” (Blyer)

“…”

“Y no iba a decirte esto ahora. No quiero tener una relación profunda con nadie porque el dolor de que mi primer amor me abandonara fue muy grande.” (Blyer)

“¿Primer amor? ¿Quién?”

“Es un secreto.” (Blyer)

Esta vez, la irritación cruzó el rostro de Adrienne.

Blyer se rió con cara de mal humor.

“Me encanta cuando pones esa cara.” (Blyer)

“… Entonces, si revela ese hecho, ¿y si todavía le gustas a Ephero?”

Adrienne frunció los labios, que tenían muchas preguntas, y preguntó preocupada.

No sabía qué tenía que ver Blyer con dejar la Ley Matrimonial Imperial, pero lo más importante son los corazones de Ephero y Blyer.

Blyer hizo un puchero con sus labios rojos, perdida en sus pensamientos, y luego respondió de manera refrescante.

“Nos divertiremos juntos, supongo” (Blyer)

Fue una respuesta simple y clara.

 

***

 

“Sabía que esto iba a pasar. No debí habérselo dicho. En realidad, no se sintió insatisfecho hasta ese punto. Estaba simplemente ofendido.”

“No ha venido. Ni siquiera hoy.” (Viktor)

¡Frente al desconcertado Viktor, Blyer cerró de golpe el libro que había estado leyendo con nerviosismo.

Blyer le reveló la verdad a Ephero en la ceremonia de bienvenida de Oksana no hace mucho.

Iba a pensarlo un poco más.

Después de bailar con Viktor varias canciones seguidas, Oksana abrió los ojos con una sonrisa cuando lo vio y luego le preguntó en voz baja a Blyer si le gustaría pasar un buen rato con su hermano menor.

Blyer miró a Viktor, cuyo rostro se puso rojo brillante ante la sugerencia de Oksana, y dijo. – <“Déjame pensar en ello. Porque mi lado está vacío en este momento.> – Lo dijo como un diplomático ingenioso.

Ephero, que rondaba por allí, captó esas palabras, puso los ojos en blanco y llevó a Blyer a la terraza, resoplando.

¿Pero qué podría hacer si la llevo a la terraza?

El joven Príncipe, que no tenía experiencia en citas, no pudo mantener los estribos, por lo que, aunque la llevó consigo, se dio cuenta de que no tenía derecho a decirle nada ya que no era su amante, y lo único que podía hacer era preocuparse por su imagen.

Estaba a punto de tirar esa maldita imagen de Santa, pero cuando escuchó eso, Blyer se enojó e inmediatamente le disparó a Ephero.

Comenzó con ‘Hay algo que el Príncipe no sabe’ y concluyó toda la situación hasta el momento con unas pocas frases.

El rostro de Ephero estaba distorsionado al principio, pero cuando dijo la frase clave de que su alma había cambiado, sus ojos inyectados en sangre se abrieron tanto que casi se salieron.

Blyer le preguntó a Ephero, que estaba allí sin decir nada: <“¿Todavía te gusto?”> – Ephero frunció los labios con una expresión confusa en su rostro y luego salió corriendo.

Y ahora llevaba una semana sin contacto.

Al lado de Blyer estaba Viktor, que no pudo manejar a Oksana, que estaba invitada a todas las fiestas celebradas en busca de marido.

Blyer, que estaba murmurando porque Ephero cortó el contacto de manera aún más molesta cuando dijo algo, miró fijamente a Viktor, que esperaba en silencio.

“¿No estás preocupado por tu amigo? Ve a buscar a tu amigo en lugar de a mí.”

“Necesario. Ephero. Hora de ordenar sus pensamientos.” (Viktor)

Blyer miró a Viktor con extrañeza.

Verlo bebiendo el té que la criada le había preparado arbitrariamente fue un poco cómico porque sostenía una taza pequeña en comparación con su enorme cuerpo.

“Tú. Completar. Ephero.” (Viktor)

“…No lo vi de esa manera, tu perspicacia es realmente muy rápida.”

“No gustar. Ephero.” (Viktor)

“¿A quién no le gusta quién? Aquí también hay circunstancias. Solo me preguntaba si todavía podría gustarle incluso después de conocer la situación. No soy el tipo de persona que impide que los hombres se acerquen.”

 

***

 

Viktor, que tenía el encanto de un oso confiable, siguió hablando un rato antes de irse.

Hubo varios comentarios tranquilos y serios sobre lo atractivo que era como novio.

Dijo que su idioma imperial había mejorado significativamente y hablaba mejor de lo esperado.

Aunque sabía que Blyer hablaba Elakorn con fluidez, era lindo que se presente en el idioma imperial.

Al final, no fue hasta que oscureció y el carruaje de Viktor que se dirigía a cuidar de su hermana se alejó que Blyer pudo descansar un poco.

“El Príncipe Elakorn va y viene a menudo.” (Rossi)

“Ah, Maestra.”

Blyer bostezó, justo a tiempo para ver a Rossi, que había estado encerrada en su estudio, asomarse por la ventana para ver partir a Viktor.

Una voz neutral y ronca se escuchó en el aire.

“Bueno, ¿no es así la vida de un pequeño Duque popular?”

Blyer miró fijamente el brillante collar en el cuello de Rossi y respondió a la ligera.

Rossi no respondió durante un rato.

“Escuché que esta vez estarás a cargo de acompañar a la Reina y su grupo, junto con el Príncipe Ephero.” (Rossi)

“Sí. Aunque es molesto. El Territorio Piretta está adyacente a Elakorn, por lo que no hay nada de malo en dejar una marca.”

“Entonces, ¿vas a seguir el viaje de la Reina Elakorn y su séquito por Lonta para encontrar marido?” (Rossi)

“Bueno, tal vez a algún lugar cercano. No puedo dejar este lugar completamente vacío.”

Blyer respondió, dejándose caer en el sofá del vestíbulo.

Fue Adrienne quien metió a Blyer en ese viaje por Lonta.

Como no había viajado mucho alrededor de su tierra natal, tenía la intención de conocer a la Reina y viajar.

Adrienne parecía sentir pena de que Blyer, que solía vivir libremente, estuviera atada.

No fue una idea completamente equivocada.

Mientras se presionaba las sienes por la fatiga abrumadora, Rossi se acercó silenciosamente y se sentó en el sofá frente a ella.

“… ¿Puedes no ir?” (Rossi)

La voz de Rossi cortó el aire lleno de sutil tensión.

Blyer se rascó la cabeza y dejó de moverse.

Mientras enderezaba su postura, los ojos grisáceos de Rossi la miraban profundamente.

Su corazón, que había estado cerrado y congelado, de repente se agitó. Sintió un poco de náuseas.

“…Eso no es propio de la Maestra. No me detuviste donde quiera que fuera. Incluso cuando vine por primera vez a Lonta.”

Rossi sólo miraba al suelo. Blyer miró en silencio a su Maestra.

“Ese collar. Esa piedra de maná que cuelga allí. Contiene el poder mágico del Príncipe Heredero. ¿Por qué pediste eso? Maestra, escuché que hace mucho tiempo perdiste muchos poder mágico cuando ayudaste al primer Emperador Caldeion a establecer Lonta y ayudaste al primer rey de Elakorn a construir Elakorn. Después de eso, sólo has estado investigando. Si necesitas mucho poder mágico, no deberías haberme pedido ayuda.”

“¿Qué pasa si no vas?” (Rossi)

Las respuestas a innumerables preguntas fueron las mismas que antes. Blyer se quedó sin palabras por un momento y miró fijamente la apariencia inusual de Rossi, su maestra.

La Maestra, que había estado jugueteando con el collar en silencio durante un rato, de repente dejó de moverse. En ese momento, Blyer se dio cuenta de que el tiempo se había detenido.

En el aire quieto, Rossi, que se sentía extrañamente nerviosa, colocó su corta y regordeta mano sobre el brillante collar.

¡De repente, un destello! A la luz del collar que llevaba, la forma de su corta y regordeta mano gradualmente se hizo más larga y se volvió blanca.

La boca de Blyer se abrió y sus ojos se abrieron ante la increíble vista.

Lágrimas inexplicables brotaron de ambos ojos.

La luz desapareció y frente a ella estaba la ‘verdadera’ Rossi.

Piel tan blanca y clara como la nieve.

El cabello gris descolorido que estaba trenzado hacia un lado se transformó en cabello plateado que brillaba como una joya.

Las pestañas densas, largas y plateadas revolotearon y los ojos de color gris rojizo brillaron con un color rojo natural.

El rostro elegante, como una joya delicadamente tallada, estaba oscurecido por una luz melancólica. Blyer abrió la boca y se quedó sin aliento por un momento.

“¿Maestra?”

Rossi, un ‘hombre’ con el rostro tan limpio como un hada del agua rescatada de un lago.

Fue un espectáculo que hizo que el corazón de Blyer se acelerara después de haber sido mostrado sólo una vez.

Su maestro, que dijo que era más fácil vivir con la cara de una anciana pequeña que con la cara llamativa de un hombre hermoso, volvió a su forma original.

La apariencia de la anciana, que había mantenido, se borró por completo sin dejar rastro cuando se agotó todo el poder mágico restante.

El hombre que la había rechazado de plano cuando le dijo que quería casarse con él cuando fuera mayor había encontrado su verdadero yo.

Sus ojos ya no eran los ojos de la niña que se le había confesado inocentemente, hipnotizada por su aspecto.

Eran los ojos de un benefactor y de una mujer que arriesgó su vida para hacer realidad el deseo de su vida.

La voz, que no era ni de hombre ni de mujer, se volvió completamente masculina y firme, empapando sus oídos.

“¿Qué pasa si no vas?” (Rossi)

Su primer amor, que era dulce, hermoso y cruel, volvió a preguntar con rostro desesperado.

Era como si hubiera recuperado la forma y la magia que había abandonado para estar a su lado.

Tenía una mirada que le daba esa ilusión.

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Nameless: Yo que había chipeado a Blyer con Ephero y ahora resulta que Blyer tiene su harem… ¡No!

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