Capítulo 32. – Interrogatorio
Mientras soplaba el viento, las campanas de cobre, que colgaban de las esquinas del pabellón junto al agua, tintineaban.
Ning Yin hizo girar el hueso de lichi entre sus dedos, mirando a Yu Lingxi, que sostenía el pincel aturdida, y levantó una ceja después de un momento. – “¿A la señorita no le gusta?”
¿Podría ser una cuestión de gusto o no?
Cualquiera necesitaría algo de tiempo para reaccionar al recibir un cepillo hecho de cabello.
“No es que no me guste, solo tengo curiosidad.”
Yu Lingxi sostuvo el pincel de laca intrincadamente tallado, con las puntas de sus hermosos dedos contrastando con el color rojo vivo, y lo miró con los ojos entrecerrados. – “¿Qué pasa si la próxima vez, elogio tus ojos como hermosos?”
“Si a la señorita le gusta, puedo arrancarme los ojos y dárselos.” (Ning Yin)
Ning Yin pensó seriamente por un momento y luego dijo con calma. – “Es solo que la señorita es amable, y lidiar con los globos oculares puede ser un poco problemático, no me gustaría asustar a la señorita.”
“No hay necesidad.”
Yu Lingxi detuvo rápidamente ese tema peligroso. – “El cabello puede volver a crecer después de cortarlo, pero si pierdes los ojos, las manos o los pies, podrías quedar lisiado. Las cosas en el cuerpo de una persona se ven mejor cuando están vivas.”
Justo cuando estaba diciendo eso, de repente escuchó a Ning Yin reírse en voz baja. – “Oh, resulta que a la señorita le gusta usar cosas vivas.”
Gracias a él, Yu Lingxi inconscientemente sintió una repentina sequedad en sus mejillas cuando escuchó la palabra ‘usar.’
Frunció el ceño y dijo impotente. – “Lo que quiero decir es que cuides tu propio cuerpo.”
Esta vez, Ni Ning Yin no se rió. Sus ojos oscuros la miraron fijamente durante un largo rato y no quedó claro si la había escuchado.
Después de un momento de silencio, de repente dijo. – “Señorita, ¿puede usar este pincel para escribir algunas letras?”
En la pequeña mesa de al lado, ya se habían preparado papel y tinta.
Sin embargo, usar el hermoso cabello de Ning Yin para sumergirlo en tinta se sintió inexplicablemente insoportable.
Yu Lingxi se tranquilizó, usó agua clara para humedecer la punta del pincel y preguntó. – “¿Qué quieres que escriba?”
La mano derecha de Ning Yin estaba entrelazada detrás de su espalda y la mano izquierda donde estaba enrollada en la cinta de color albaricoque, molió tranquilamente la barra de tinta hasta formar una tira, recordando la escena de ayer, dijo. – “Las mejillas de lichi están profundamente rojas y el ombligo almizclado es fragante.”
El pincel hizo una pausa, dejando una pequeña cola de tinta sobre el papel de arroz.
“Este pincel es duro y resistente, adecuado para una escritura cursiva atrevida y sin restricciones, no es adecuado para escribir esa oración.”
Yu Lingxi fingió no entender sus pequeños pensamientos y escribió una frase del «Libro de los cambios» – ‘Un caballero esconde sus armas en su cuerpo, esperando el momento adecuado para actuar.’
(N/T: *《周易》= Zhouyi, o Libro de los Cambios es un libro chino que representa un sistema simbólico y una idea que se utiliza para predecir el éxito o fracaso de un plan o asunto.)
Un ‘caballero’ se refiere a una persona con buen carácter moral y talento, también hijo de un rey, que se esconde y espera la oportunidad. Ning Yin se enorgullecía de ser inteligente, pero no podía descifrar el significado detrás de lo que escribió Yu Lingxi.
Sus movimientos de molienda de tinta se ralentizaron y sonrió ambiguamente. – “Señorita, eso es demasiado cumplido para mí.”
“Mi visión es muy precisa, nunca veré a la persona equivocada.”
Yu Lingxi secó la tinta en el papel, le entregó las palabras escritas a Ning Yin y sonrió sinceramente. – “Gracias por el pincel; funciona muy bien.”
Ning Yin bajó la mirada, levantó lentamente la mano y agarró el otro extremo del papel de arroz.
La escritura atrevida y desenfrenada en el papel parecía una marca en sus ojos.
Una suave brisa agitó el agua de manantial en el estanque y las hojas de sauce crujieron.
Los ojos de Ning Yin se oscurecieron levemente mientras miraba hacia la puerta de la luna detrás de la rocalla, y una prenda de ropa de color liso pasó revoloteando.
Zhao Yuming se fue y regresó.
Ella había querido hacer un comentario al margen de la situación del Incienso del Placer Extremo en el cuerpo de Yu Lingxi, pero inesperadamente presenció una escena en el pabellón junto al agua.
En el momento en que el joven vestido de negro inclinó ligeramente la cabeza, ella se sobresaltó y se dio la vuelta apresuradamente para irse.
No fue hasta que pasó por la puerta de la esquina de la Mansión del General que se detuvo con un miedo persistente. Después de una breve sorpresa, una profunda sensación de celos surgió dentro de ella.
El joven en el pabellón junto al Agua estaba parcialmente oculto por el pilar del pasillo y no pudo ver su rostro con claridad, pero a juzgar por su atuendo, parecía ser un guardia o algo similar. Cada expresión de Yu Lingxi, cada sonrisa, mostraba un profundo sentido de cercanía y confianza hacia él. Ella no parecía respetar los límites entre hombres y mujeres.
Pensando de nuevo en lo que escuchó de Zhao Xu sobre los efectos medicinales del Incienso del Placer Extremo…
(N/T: Eso quiere decir que ella sabía todo, todo lo que le pasaría a Lingxi.)
Zhao Yuming se cubrió el rostro herido y una oscura sensación de satisfacción surgió en su corazón.
Desde que fue a la Mansión Yu hace tres años para celebrar su cumpleaños, no podía olvidar a Xue Erlang que tenía la luna brillante y la mente clara, a quien conoció en el banquete. Sabía que su padre era solo un funcionario mediocre de séptimo rango con antecedentes familiares modestos y sin parientes confiables que lo apoyaran, por lo que solo podía enterrar sus sentimientos en lo profundo de su corazón.
Pero gradualmente, esos sentimientos se retorcieron y se expandieron por los celos y complejo de inferioridad día tras día, carcomiéndola más allá del reconocimiento.
Yu Lingxi, habiendo caído bajo la influencia del Incienso del Placer Extremo, así que no podía estar intacta. ¿Cómo podría estar más limpia que ella misma? ¿Por qué Xue Erlang podía aceptarla a ella, pero no a sí misma?
Haber perdido su virginidad con el Príncipe Heredero era una fortuna, mientras que para Yu Lingxi perder la suya con un humilde sirviente era una desgracia.
Zhao Yuming apretó lentamente los dedos y le dijo a la criada que estaba a su lado. – “Hongzhu, vayamos a la Mansión Xue.”
“Señorita, ¿aún no se ha rendido?” (Hongzhu)
La criada parecía preocupada y dijo. – “Xue Erlang no la verá. Lo ha visitado varias veces y ni siquiera la dejó entrar. Además, está a punto de ingresar al palacio, por lo que debe evitar sospechas.”
Zhao Yuming detuvo sus pasos y dijo de mala gana. – “Entonces averigua cuándo saldrá el joven maestro Xue hoy. Saldré e interceptarlo.”
Al ver que la criada dudaba, la instó. – “No habrá otra oportunidad mañana. ¡Vé rápido!”
No importaba el método, debía contarle a Xue Cen lo que vio con sus propios ojos, para que él renuncie a su deseo de casarse con Yu Lingxi.
En la habitación lateral, el humo del quemador de incienso se enroscaba y elevaba.
Yu Lingxi limpió el pincel con patrón de ciruela roja, lo secó cuidadosamente con un paño de algodón para absorber la humedad y luego lo colocó en el soporte para pinceles para que se seque al aire.
Mientras la punta de su dedo rozaba los intrincados patrones de laca tallada, no pudo evitar reírse. Las ideas caprichosas del pequeño lunático siguen siendo tan incomprensibles.
Los padres dan vida a sus hijos y aman su cuerpo, cabello y piel, por lo que los amantes solo están dispuestos a cortarse un mechón de cabello como regalo cuando se casan.
Pero ¿cómo se le ocurrió la idea de utilizar su cabello para hacer un pincel?
Mientras sonreía, Yu Xinyi abrió la puerta y entró y Yu Lingxi retrajo su mano.
Yu Xinyi no notó su sutil movimiento, así que casualmente colocó una daga sobre la mesa, se frotó el cuello y dijo. – “Acabo de ver a Zhao Yuming escabullirse por la puerta lateral. ¿Te hizo algo?”
“¿Zhao Yuming?”
‘¿No debería haberse ido hace mucho tiempo?’
Pensando en algo, Yu Lingxi resopló. – “No importa. Esas cosas que cree que puede usar contra mí son solo palabras vacías; no puede hacerme daño en absoluto.”
Solo alguien con un corazón sucio vería a todos como sucios.
Mientras pensaba en ello, de repente se escuchó una conmoción proveniente del patio delantero.
“Hermana, ¿qué está pasando afuera?” – Preguntó Yu Lingxi.
“Oh, es Yu Huanchen quien regresó del palacio. Se dice que se produjo un desastre, una tormenta repentina en los cuatro condados de Luozhou, dañando miles de hectáreas de tierras de cultivo y afectando a decenas de miles de personas.”
Yu Xinyi dijo. – “El Emperador ordenó a Yu Huanchen que escolte los suministros y alimentos de ayuda para desastres, por lo que partirá esta noche.”
“¿Tan rápido?”
“En situaciones de emergencia, es común partir en mitad de la noche.” (Yu Xinyi)
Aunque escuchó en silencio, Yu Lingxi todavía sentía que algo no estaba bien.
¿Por qué alguien de la Oficina del General estaría involucrado en un asunto tan trivial como la entrega de suministros de socorro en caso de desastre?
Al final del día, justo cuando el cielo se oscureció, Yu Huanchen ya había organizado los caballos para la partida.
Sosteniendo una lámpara de gasa, Yu Lingxi se paró en los escalones, reflexionó un momento y le aconsejó a Yu Huanchen, que vestía uniforme militar y armadura. – “Ten cuidado con el asunto de los suministros socorro para desastres, hermano, espero que lo manejes con cuidado.”
Yu Huanchen envolvió las riendas alrededor de sus manos, sonrió con confianza y dijo. – “Si no puedo manejar un asunto tan trivial, sería indigno de mi identidad como el joven general de la familia Yu. No te preocupes, ¡espera a que vuelva este hermano mayor!”
Después de decir esto, miró a Yu Xinyi, que estaba de pie junto a él con los brazos cruzados, y dijo con severidad. – “¡Yu Xinyi, cuida bien de mi madre y mi hermana!”
“No hay necesidad de que te preocupes.”
Yu Xinyi dijo con desdén. – “Sal de aquí, no te demores.”
Yu Wunchen agitó la fusta de su caballo y condujo a los subordinados del Ejército de la Familia Yu hacia las puertas de la ciudad.
Las antorchas que serpenteaban desaparecieron en la noche.
***
Detrás de la puerta de la esquina al fondo del salón cubierto, Ning Yin pasó por encima de los guardias vigilantes de la Mansión Yu, pisando la gruesa capa de hojas rojas caídas.
Un vendedor ambulante se acercó a él, llevando una caja de mercancías y agitando una pandereta en su mano, pregonando sus mercancías. Cuando vio a Ning Yin, se apresuró a dar un paso adelante y lo saludó. – “Señor, ¿le gustaría comprar algunos dulces?”
Ning Yin hizo una pausa, miró las coloridas frutas en conserva y granos de azúcar en la caja de mercancías y preguntó casualmente. – “¿Tienes caramelos de regaliz?”
“Sí, sí.” – El vendedor ambulante sacó rápidamente un trozo de papel engrasado y sirvió una cucharada de caramelos de regaliz para él.
“Bajo las instrucciones de Su Alteza, mis subordinados han creado un impulso en el público, y el juicio político por el comportamiento inmoral del Príncipe Heredero por parte del Censorado Imperial es inminente, solo esperamos el momento adecuado.”
Las manos del vendedor ambulante no dejaron de moverse mientras informaba con una voz que solo ellos dos podían escuchar. – “Además, la gente de la Mansión del General está investigando en secreto el pasado de Su Alteza. Me temo que, si la familia Yu descubre que Su Alteza está en su mansión, podrían tomar medidas… “
“No es necesario.” – Ning Yin sacó algunas monedas de cobre y las colocó en el cajón de mercancías del vendedor y con una expresión tranquila, dijo. – “Déjalos investigar.”
Ahora, verá si Yu Huanchen está destinado a volver con vida para comprobar los detalles de sus antecedentes.
Después de todo, ese cerdo de Ning Tan puede que no tenga habilidades, pero seguramente guarda muchos rencores.
“Comprueba el Incienso del Placer Extremo por mí.” – Ning Yin sonrió.
“Está bien.” – El vendedor sonrió y le entregó los dulces de regaliz envueltos. – “Cuídese, mi Señor.”
Ning Yin guardó la bolsa los dulces detrás de él, subió los escalones en medio de los sonidos de pandereta que se desvanecían y se dirigió hacia el pabellón junto al agua.
Como era de esperar, Yu Lingxi estaba practicando caligrafía allí.
El viento agitó el dobladillo de su falda carmesí clara, que se asemejaba a un brizna de luz matinal alejándose.
Como si supiera que la buscaría, deliberadamente no trajo ninguna sirvienta para servirla.
Entonces, Ning Yin se acercó, extendió la mano para moler tranquilamente la tinta para ella.
Su postura era tranquila, no naturalmente adecuada para servir a los demás. En lugar de decir que estaba moliendo tinta, parecía más como si estuviera interesado en burlarse y jugar con ella.
“¿A dónde fuiste? Hutao dijo que no estabas en la habitación cubierta de la guardia.”
Yu Lingxi miró sus dedos largos y delgados, la tinta oscura contrastaba con su piel clara, dando una especie de textura como el jade frío.
Siempre sintió que las manos de Ning Yin eran muy adecuadas para entrelazarse con los dedos de alguien…
Al darse cuenta de lo que estaba recordando, el corazón de Yu Lingxi se apretó y rápidamente se sacudió los pensamientos caóticos de su mente.
“Compré algunos dulces.” – Ning Yin se secó las manos, colocó los dulces de regaliz recién comprado en la mesa de piedra y los empujó hacia Yu Lingxi.
Luego, con una ligera pausa, bajó la mirada y dijo en tono largo. – “Señorita, el pincel que está usando no es el que le di.”
Siguiendo su mirada, Yu Lingxi miró el pincel de bambú que tenía en la mano, fingiendo no detectar la frialdad en su tono, dijo. – “Tu pincel es demasiado hermoso; no puedo soportar usarlo.”
Yu Lingxi no tenía la costumbre de escribir con cabello, por lo que guardó cuidadosamente el pincel rojo bellamente elaborado que Ning Yin le hizo en su habitación.
Ella ya había planeado que una vez que Ning Yin se volviera poderoso, si no reconocía su relación pasada, le mostraría ese pincel a cambio de un futuro cómodo.
“Señorita, ¿qué está planeando? Sus ojos están dando vueltas.” (Ning Yin)
Ning Yin pareció ver a través de su distracción y se rió entre dientes levemente.
Yu Lingxi ordenó sus pensamientos, dejando a un lado el pincel.
“Wei Qi, tengo algo que preguntarte.”
Ella frunció los labios, como si estuviera reflexionando durante un largo tiempo antes de decir suavemente. – “Si… quiero decir, si alguien que te ha servido durante dos años muere repentinamente, ¿Qué harías con ella?”
Esta idea había estado en su mente desde ayer.
Cuando Ning Yin mencionó ayer que no le gustaba la cara de Zhao Yuming, Yu Lingxi adivinó vagamente por qué un Ning Yin de su vida anterior usó su bastón para marcar la cara de Zhao Yuming después de su muerte.
Entonces se preguntó si las dudas y el resentimiento de su vida anterior podrían ser respondidos a través del Ning Yin en esta vida.
Ning Yin arqueó una ceja levemente, pareciendo curioso acerca de por qué haría tal pregunta.
Sin embargo, su tono permaneció indiferente y dijo a la ligera. – “Si estás muerta, entonces estás muerta, sólo cavaría un hoyo y la enterraría.”
No sabía por qué respondió a una pregunta hipotética tan aburrida. Quizás era porque los ojos de Yu Lingxi estaban demasiado serios y sinceros en ese momento.
“¿Y si ni siquiera hay un hoyo?” – Preguntó Yu Lingxi de nuevo.
Su intuición le dijo que la siguiente respuesta de Ning Yin podría ser la clave del problema.
Ning Yin pensó por un momento, tomó un dulce de la mesa y dijo. – “Entonces, ella es una persona insignificante y no vale la pena molestarme.”
Al escuchar eso, Yu Lingxi se quedó sin aliento en su corazón.
El asunto que la había estado molestando durante tanto tiempo pareció ser desestimado por Ning Yin con un frío e indiferente ‘persona insignificante, no vale la pena molestarme.’
¿Porque ella no valía la pena molestarse, dejó que su cadáver yaciera en una oscura habitación secreta, negándole incluso la oportunidad de descansar en paz?
Obtener la respuesta fue más frustrante que no obtener una respuesta en absoluto.
Yu Lingxi lo fulminó con la mirada, tomó el dulce de regaliz de su mano y dijo. – “No dejaré que te lo comas.”
Ning Yin se quedó atónito.
Al mirar su palma vacía, chasqueó la lengua. – “Qué feroz.”
Yu Lingxi pensó que había pasado tanto tiempo y que pronto se revelaría el verdadero culpable de su envenenamiento. No debería importarle los días en que se convirtió en un fantasma solitario…
Pero al escuchar la respuesta de Ning Yin directamente de su propia boca todavía no pudo ocultar su tristeza.
Es extraño, ella solía ser muy tolerante, ¿por qué estaba tan afectada ahora?
Al verla sentada en silencio sin decir nada, el frío en los ojos de Ning Yin finalmente se disipó y se convirtió en una pequeña duda.
Se quedó mirando las pestañas ligeramente temblorosas de Yu Lingxi durante mucho tiempo, luego peló un caramelo y se lo entregó.
Parpadeó muy lentamente y llamó. – “¿Señorita?”
El fragante y lechoso caramelo de regaliz estaba enrollado entre las yemas de sus dedos, y Yu Lingxi arrugó la nariz, sintiéndose desinteresada.
Los pecados cometidos por el gran lunático en el pasado, ¿qué le importan al pequeño lunático actual?
Ella miró a Ning Yin, pero antes de hablar, vio a Hutao corriendo a toda prisa, rompiendo el silencio. – “Señorita…”
Al ver que Ning Yin estaba presente, Hutao vaciló y se sintió aprensiva.
Yu Lingxi ajustó sus emociones, le hizo un gesto. – “Habla directamente, ¿qué pasa?”
“Señorita, algo sucedió en la Mansión Zhao.”
Hutao bajó la voz. – “Su prima está muerta.”
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Nameless: La semana pasada y esta semana he estado muy muy ocupada con temas personales y otros, sucedió algo que creo no había sucedido hasta ahora. NO publique capítulos de una novela y esta creo que también pintaba para lo mismo. Aunque con un día de retraso y solo con 3 capítulos, aquí les cuelgo las actualizaciones.
Pregunta: ¿Quién creen que mato a Zhao Zuming?: Xue Cen, El Principe Heredero o Ning Yin.
Por un momento pensé que no la hacía. Nos vemos la próxima semana.
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