PAQAMD – Episodio 23
Eventualmente, Bárbara volvió a unirse a él.
Bárbara, que confiaba en seducir a los hombres, recibía mucho del Príncipe, y Dominic, que tenía talento para el fraude, vendía los artículos a un alto precio a los nobles de las afueras, alardeando incluso de que eran ‘tesoros legendarios reconocidos por el familia imperial.’ No sólo vestidos y zapatos, sino también pañuelos. Los nobles de la frontera estaban fascinados por los bienes imperiales.
Gracias al apoyo entusiasta, su distribución creció.
Las preciosas joyas de la familia imperial pertenecen oficialmente al Emperador y no pueden entregarse a particulares para evitar que se filtren sin permiso. Sin embargo, podían prestarse a la familia imperial y a sus cónyuges por un período de tiempo determinado. Era un honor que se otorgaba sólo cuando un miembro de la familia imperial se casaba o cuando alguien hacía una contribución especial.
Sin embargo, el Segundo Príncipe le prestó la tiara de Vladimir a Bárbara para que la usara en un banquete. Era natural que la pareja Orr quedara deslumbrada al ver la deslumbrante tiara.
‘Si saco una sola joya aquí, tendré suficiente dinero para toda la vida.’
Las palabras que murmuró Bárbara le dieron valor.
Dominic incluso involucró a un traficante de bienes robados y a un artesano. Les preocupaba que los atraparan si distribuían la pieza entera, por lo que robaron joyas valiosas quitándoles solo una parte y reemplazándolas con joyas falsificadas.
En su vida anterior, fue la Emperatriz quien se enteró por primera vez del robo. Sin embargo, las joyas ya habían caído en manos de coleccionistas y ya no se pudieron encontrar. Si ese incidente hubiera salido a la luz en una situación en la que ya se había cometido, podría haber sido fatal para los dos Príncipes que ella dio a luz.
La Emperatriz ocultó ese hecho todo el tiempo, pero lo reveló cuando Leonie se casó con Isaac.
Todas las joyas que la Emperatriz había elegido para la Princesa Heredera, que se casaba según la tradición, ya habían sido robadas por Bárbara. Como resultado, después de la ceremonia, Leonie fue identificada como la culpable y encarcelada. En respuesta, Isaac fue inmediatamente a ver a la Emperatriz.
Hizo que Isaac gateara a cuatro patas y le lamiera los zapatos, y le quitó el castillo y la propiedad que había heredado de la Emperatriz anterior. Leonie fue liberada por falta de pruebas según el fallo de que no era razonable robar todas las joyas en tan poco tiempo, y el caso quedó sin resolver.
Sin embargo, debido a ese incidente, la etiqueta de ladrona siguió a Leonie por el resto de su vida, y mientras Isaac intentaba controlar la situación, la poca propiedad que tenía fue arrebatada. ¿Cómo podría expresar con palabras la ira que sentí cuando Calabria me dijo más tarde que todo había sido una artimaña de la Emperatriz?
* * *
Rutger se acarició la barbilla por un momento y luego hizo más esfuerzo para hablar con claridad.
“Su Alteza Imperial, el noble Segundo Príncipe, es tan amable que no le importa su estatus e incluso trata a nobles anónimos de la frontera como a sus amigos cercanos. Pero abusaron de su favor.”
Con esa palabra, la tez pálida del segundo Príncipe se calmó un poco.
“Entonces, ¿cómo supiste eso?” (Emperador)
El Emperador miró a Leonie mientras le preguntaba a Rutger. El mensaje en los ojos del Emperador era claro.
‘Hiciste algo muy tierno.’
Leonie asintió levemente y respondió con una sonrisa. Rutger también respondió sin dudarlo.
“Me da vergüenza, pero me gusta salir a pasear. El palacio imperial es especialmente tranquilo por la noche, lo que lo hace ideal para caminar.”
Habla de dar un paseo, y la razón por la que deambulaba por el palacio como un ratón a altas horas de la noche era para conseguir algo más. Si tenía suerte, recogía las monedas derramadas por miembros de la familia imperial, y también había casos en los que recibía comida u otros objetos valiosos de los caballeros que se apiadaban de él.
“Pero un día escuché a dos personas susurrando en el invernadero. Fue una conversación en la que el matrimonio Orr conspiró para robar las joyas y devolverlas a su lugar.”
“¿Por qué no me lo dijiste de inmediato?” (Emperador)
El Emperador lo cuestionó severamente. Entonces Rutger habló con una expresión ligeramente
“Lo pensé desde la perspectiva de Su Alteza el Segundo Príncipe. Si mi amigo me engañara, me rompería el corazón. Por eso llamé a la Señorita Badbada. Vuelve a poner todas las joyas en su lugar y desaparece silenciosamente. Sin embargo, abofeteó al Príncipe en la mejilla y también usó violencia contra Lady Neoni Heidegger que pasaba por allí.”
(N/T: Se supone que Rutger no habla bien… pero les juro que me olvido ese detalle y corrijo todo… Jaja.)
Al escuchar esas palabras, los nobles sentados como jurados estaban ocupados dando fuerza a las comisuras de sus bocas que estaban a punto de levantarse.
El Segundo Príncipe y la Emperatriz sufrieron antes de que pudieran comenzar. Si niega esa endeble historia, lo llamarán tonto, e incluso si la entierra, seguirá escuchando a la gente decir que es un tonto a quien su amante que le jugó un juego.
“No puedo compararme con Su Majestad el Noble Emperador y Su Alteza el Segundo Príncipe, pero yo también soy un Príncipe. Sin embargo, Badbada Orr se atrevió a utilizar la violencia contra un Príncipe Imperial. Esto no es diferente de insultar el linaje de Ohystrakh, quien gobierna el país, en lugar de simplemente a un Príncipe.”
Cambió la atención de los individuos al del linaje imperial.
“Este es un crimen que nunca podría ser tolerado. Espero que Su Majestad, el gran Emperador, establezca la dignidad de la familia imperial a través de una sentencia sabía.”
Rutger bajó después de hablar. Su pronunciación era confusa, pero el discurso fluido.
Dieter puso freno a una situación ya de por sí tensa.
“Aunque Bárbara Orr y el Octavo Príncipe tienen afirmaciones diferentes, hemos conseguido un testigo.” (Dieter)
Mientras señalaba la puerta del pasillo, entró la doncella que había estado en el invernadero el día anterior. Debido a que su familia fue rehén y le prometieron una gran recompensa después de testificar, no dudó en ponerse del lado de Rutger.
“…Su Alteza fue lo más generoso posible y le dio una oportunidad, pero la Señora Bárbara Orr lo abofeteó de inmediato.” (Doncella)
Entonces Dieter preguntó bruscamente.
“¿Sabía ella su identidad?” (Dieter)
“Sí, lo sabía.” (Doncella)
“¡No, realmente no lo sabía!” (Bárbara)
Bárbara gritó con urgencia. Pero la doncella no se avergonzó en absoluto.
“Obviamente, Su Alteza el Octavo Príncipe reveló su identidad. Sin embargo, la señora Orr cambió su historia y dijo que no lo supo hasta más tarde que le molestaba el hecho de haber golpeado a un miembro de la familia imperial.” (Doncella)
Ante ese testimonio, Bárbara se volvió loca y corrió hacia adelante, pero fue detenida por los guardias que estaban a su lado. Miró seriamente al Segundo Príncipe, pero él se dio la vuelta.
“Adelante.” – Ordenó el Emperador a la doncella.
“Cuando Lady Leonie Heidegger protestó, volvió a levantar la mano. Sin embargo, Su Alteza Imperial protegió a la Dama y aceptó el golpe en su nombre.”
Las comisuras de la boca del Emperador se volvieron cada vez más rígidas.
“Duque Wängler, ¿ha asegurado a los criminales?” (Emperador)
Inclinó la cabeza y respondió cortésmente.
“Los cómplices ya están presos. Siguiendo a Su Alteza el Octavo Príncipe, todo lo que tenemos que hacer es lidiar con el autor que golpeó a Su Alteza y a mi nieta y engañó a Su Alteza el Segundo Príncipe.” (Dieter)
Señaló a Bárbara y el Emperador inmediatamente tomó su decisión.
“Dominic Orr y sus cómplices serán castigado con el escafismo.”
Todos contuvieron la respiración ante el fallo del Emperador. Sólo Bárbara se desplomó, gimiendo de desesperación.
El escapismo era un castigo muy cruel. El método consistía en untar miel sobre el cuerpo del criminal, atarlo a un bote y dejarlo flotar en un pantano sin animales, mientras morían lentamente mientras observaban insectos crecer en sus cuerpos.
Pero Leonie no estaba del todo satisfecha con eso. Ellos sólo sufrirán un par de meses como máximo, pero para ella fueron casi 17 años. Isaac cayó rápidamente como resultado de encubrir sus pecados. Y siempre sintió pena por Leonie hasta el día de su muerte.
‘No es justo.’
Los guardias que esperaban ataron a Bárbara e incluso le pusieron una mordaza en la boca. La sacaron a rastras sin siquiera decir una palabra. Leonie la observó con mirada ardiente hasta que desapareció.
“Y dejen que el Octavo Príncipe se quede en el palacio del Segundo Príncipe para recompensarlo por la lealtad a su hermano.” (Emperador)
No se olvidó de regañar al segundo Príncipe por causar disturbios y perder la cara ante la familia imperial. Aun así, el Segundo Príncipe sonrió ante el hecho de que no habría castigo. Rutger pareció un poco sorprendido, pero rápidamente lo ocultó.
El Emperador se inclinó ligeramente hacia la Emperatriz y le susurró suavemente.
“Has sido demasiado indulgente con Wängler. Supongo que el Sexto Príncipe no es un niño. ¿Hasta cuándo vas a permitir que un bastardo como ese bloquee el camino de su hermano menor?” (Emperador)
La Emperatriz respondió en voz baja.
“Pido disculpas, Su Majestad. Pero si Wängler y Heidegger no se hubieran batido en duelo, Richard no se habría convertido en un imbécil.”
“Ya han pasado más de 10 años, intenta recitar algo más. Viendo tu expresión, creo que deberías llamar a Richard a un lado y hablar con él. No se lo di para que matara a su hermano pequeño, pero al ver tu expresión feliz, creo que tiene ganas de volver a hacer algo estúpido.” (Emperador)
La razón por la que el Octavo Príncipe fue enviado bajo el mando del Segundo Príncipe fue para recordarle a Richard el insulto de hoy cada vez que vea a Rutger y sea prudente. Y para Rutger, estaba destinado a ser una especie de período de prueba y un rito de iniciación antes de reconocerlo como su linaje. Sin embargo, al observar la forma en que el Segundo Príncipe sonreía con malicia, estaba claro que entendía que podía hacer lo que quisiera.
“No sería malo sufrir lo suficiente como para casi morir. ¿No sería tan pacífico si cada uno supiera lo que vale?” (Emperador)
La Emperatriz, que estaba furiosa, no retrocedió fácilmente.
“Su Majestad, ¿no tiene curiosidad por saber por qué Leonie se puso del lado del Medio Príncipe?”
Intentó sembrar al menos una semilla de duda en el Emperador.
“No es algo en lo que pueda entrometerse alguien que no tiene la capacidad de gobernar a alguien con superpoderes.” (Emperador)
Sin embargo, el Emperador parecía haberse quedado sin paciencia y abandonó el salón sin siquiera mirar atrás. Incluso Leonie pudo ver que la Emperatriz temblaba de ira. La Emperatriz sintió su mirada y miró a Leonie.
Leonie respondió con una sonrisa provocativa.
‘No es el fin. Estate preparada.’
Cuando la Emperatriz se levantó, observó a las dos personas con interés. La gente se rió entre dientes.
Sin embargo, incluso en una guerra de nervios, la Emperatriz no era rival para Leonie. Un nivel de ira completamente diferente surgió de una niña que era mucho más pequeña que la Emperatriz.
Es comprensible que la Emperatriz estuviera retorcida por su deseo de venganza por su hijo, pero la ira de Leonie por perder a su hijo y no tener más remedio que regresar al pasado era mayor.
Al final, fue la Emperatriz quien giró primero.
Después de que la Emperatriz y el Segundo Príncipe se fueron, Rutger se acercó a Leonie.
“Yo, quiero estar con Neoni.” (Rutger)
“Su Alteza, yo no.”
“¿Qué?” (Rutger)
Los ojos de Rutger parecieron ponerse blancos ante la firme negativa.
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