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Capítulo 11 – Una apuesta favorable

* * * *

“Saludos, Princesa.” – Bjorn saludó a su inesperado invitado con calma mientras mantenía contacto visual, sus labios se curvaron ligeramente en una sonrisa relajada.

Gladys, que jugueteaba nerviosamente con las manos entrelazadas mientras esperaba, levantó la cabeza con expresión de sorpresa. Aturdida hasta el punto de no poder responder a sus saludos, Bjorn casualmente se acercó a ella y se sentó en el lado opuesto de la mesa. Fue un reencuentro que no esperaba que sucediera tan pronto.

“Ha sido un tiempo.” – Lady Hartford finalmente recordó sus modales y le devolvió el saludo con dificultad. Fue un saludo estúpido e inútil que practicó innumerables veces mientras estaba dentro del carruaje de camino hacia aquí. El Gran Duque, sin embargo, no se molestó en continuar la conversación y se limitó a mirarla fijamente.

“Lamento mi visita repentina sin previo aviso, es un gran error de mi parte. Aun así, creo que sería mejor reunirnos aquí en privado que afuera…” (Gladys)

Su voz temblaba tanto que ni siquiera pudo terminar su disculpa correctamente, pero Bjorn continuó en silencio. Gotas claras de lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos y sus suaves labios se mordieron con frustración.

(N/T: Típica Mosquita muerta.)

La brecha entre el Bjorn en su memoria y el Bjorn frente a ella era notoriamente obvia. El hombre que recordaba en el pasado todavía tenía indicios de infantilismo e inmadurez dentro de él, pero ahora, sus hombros no podían dejar de estremecerse por el aura intimidante y madura que poseía actualmente. Junto con su rostro que ahora parecía más afilado y su cuerpo delgado pero tonificado que no podía ocultarse con su atuendo, el actual Bjorn Denyister era alguien a quien ni siquiera podía reconocer.

Al final, Gladys no pudo mirarlo más y agachó la cabeza avergonzada. Se preguntaba por qué su visión se volvía borrosa, hasta que finalmente gruesas lágrimas cayeron sobre el dorso de sus manos temblorosas.

Bjorn, sin embargo, siguió viendo esta escena de una bella dama llorando maravillosamente sin ningún cambio en su expresión. No mucho después, la señora Fitz finalmente llegó con un refrigerio a la mano y vio esa vista. Si hubiera alguien más que no tuviera idea de la historia de los dos examantes, habría Condenado a Bjorn por ser desalmado. Desafortunadamente, ella era la niñera del anterior Príncipe Heredero, por lo que ignoró por completo a Gladys, preparó la mesa del té y se fue de inmediato.

Mirando con indiferencia a la mujer que una vez fue su esposa, el Gran Duque agarró tranquilamente la taza de té que tenía delante. Gladys, por otro lado, siguió llorando lastimosamente incluso después de que los terrones de azúcar arrojados en la taza de té perdieron su forma.

“Supongo que es bueno saber que nada ha cambiado.” – Dejó escapar una exhalación silenciosa que parecía un suspiro. La escena frente a él le trajo un recuerdo de hace mucho tiempo cuando recibió la noticia de su divorcio. La única reacción de Gladys Hartford fue llorar de la misma manera que lloraba ahora.

“Sigue siendo la misma reacción aburrida.”

Lentamente tomó un sorbo del té frío mientras movía su mirada hacia la ventana. A medida que el fuerte té despertó gradualmente su mente perezosa, su paciencia finalmente comenzó a agotarse poco a poco.

“Recuerdo que hemos roto limpiamente cualquier relación entre nosotros, Princesa.” – Sus ojos, que reflejaban el río resplandeciente y el bosque más allá de la ventana, se estrecharon poco a poco.

“Di lo que se suponía que debía dar…” – Se giró para mirarla después de dejar la taza de té ahora vacía.

“…Y ya obtuve lo que se suponía que debía recibir…” – Su amable rostro cambió en un instante cuando la ligera sonrisa en sus labios finalmente desapareció.

“… ¿No es así, Gladys?”

“Bjorn, yo…” (Gladys)

“Solo dime lo que quieres de una vez.” – Él la interrumpió con una voz vacía de cualquier emoción. – “¿Supongo que ha pasado mucho tiempo desde que ya te olvidaste de mi casi inexistente paciencia?”

“L-lo siento… Todavía lo recuerdo…” – Gladys, que apenas dejó de sollozar, respondió con dificultad.

“Por mi culpa… Nosotros… Por lo que pasó… Lo siento mucho… Lo siento…” – Las lágrimas que brotaban de sus grandes ojos finalmente fluyeron cuando abrió los ojos que estaban bien cerrados. Su hermoso carita ahora empapada en lágrimas, brillaba con una suave luz bajo el sol de la mañana como una rosa blanca y pura que florece por primera vez.

Bjorn se reclinó profundamente en su silla y se limitó a mirarla, la dama frente a él seguía tan hermosa como antes. Sin embargo, el hecho de que una apariencia tan fascinante no lograra provocar ninguna emoción en él no fue un final diferente de antes.

“¿Y entonces?” – Preguntó él con una sonrisa en sus labios.

“No hay forma de que hubieras visitado a Lechen sólo para decir tal cosa. ¿Al final te dio una orden el Rey de Lars? Ahora que todos los problemas han desaparecido, ¿espera que vuelvas a llevarte bien con tu exmarido?”

Gladys, que se humedeció ligeramente los labios, bajó la mirada avergonzada. Sus dos manos, que estaban fuertemente entrelazadas como si ofrecieran una oración sincera, ahora estaban tan pálidas como una hoja de papel en blanco. La respuesta clara que fue delSorprendida por su silencio, la sonrisa de Bjorn se hizo más profunda.

“Qué hija tan obediente que escucha tan bien a su padre. Veo que todavía eres una muy buena niña.”

Una Princesa inocente y de buen corazón que no sabe nada de malicia. Si los humanos se dividieran en la dicotomía del bien y del mal, Gladys Hartford ciertamente pertenecería al lado del bien. Podría admitir libremente ese hecho, aunque no tiene en alta estima esa afirmación.

“¡No es sólo por eso!” – Gladys sacó un pañuelo y se secó las lágrimas, luego volvió a levantar la cabeza.

“Tenía muchas ganas de disculparme, así que reuní todo mi coraje para hacerlo. Porque siento pena por ti todo este tiempo… Yo… Por lo que hice…” (Gladys)

“Debes haber entendido algo mal, Princesa.” – Bjorn bajó lentamente los ojos, sintiendo por primera vez una emoción extraña y sofocante.

“El trato que tuvimos fue bastante justo. En términos de pérdidas y ganancias, incluso podríamos habernos beneficiado, al contrario.”

“Pero tú…” (Gladys)

“Me conmuevo hasta las lágrimas porque mi exesposa está muy preocupada por mí.” – Se puso de pie mientras respondía sarcásticamente.

Ella, sin embargo, no albergaba ningún sentimiento negativo sobre su divorcio. La relación de ambos no tuvo sentimientos puros como el amor desde el principio y ya habían pasado cuatro largos años, cualquier tipo de apego ya había desaparecido entre ellos.

Al final, este sentimiento de suciedad que atormentaba su pecho, si tuviera que definirlo, sería solo molestia.

Bjorn, cuya mirada estaba fija en la superficie lisa de la mesa, empujó suavemente la taza de té con la punta de su dedo largo hacia el borde. El sonido de cristales rotos pronto sacudió la sofocante quietud del estudio.

Lentamente tocó un timbre sin ningún remordimiento incluso con Gladys, ahora muda, frente a él y no mucho después, una criada de mediana edad entró al estudio. La Princesa Hartford comenzó a sollozar una vez más cuando la mirada del Gran Duque pasó a través de los brillantes fragmentos de la taza de té rota y se detuvo en el rostro de la desconcertada doncella.

“Limpialo.” – Ordenó con una ligera sonrisa en su rostro y luego procedió a abandonar el estudio sin mirar atrás. Tan pronto como entró al dormitorio después de haber sido golpeado mentalmente por el encuentro inesperado que tuvo con su exesposa, una sensación de intenso cansancio lo invadió.

En lugar de tirarse casualmente en la cama para descansar como de costumbre, Bjorn abrió la ventana que daba al río. Los vítores y gritos del grupo de personas, que habían comenzado a practicar remo desde temprano en la mañana, llegaron corriendo al interior de la sala solemne junto con el leve olor a humedad arrastrado por el viento.

Con un suspiro mezclado con risa, tomó un cigarro y lo encendió mientras se apoyaba en el alféizar de la ventana. Las pequeñas olas de agua en el río deslumbraron sus ojos cuando el sol de la mañana brillaba en la superficie del agua. El humo que había salido lánguidamente de sus labios durante bastante tiempo pronto fue arrastrado por el viento mientras los brillantes rayos del sol de principios de verano atravesaban sus ojos palpitantes.

Definitivamente hoy era un día aburrido y molesto.

 

* * * *

 

“¿Parece que el Conde Lehman es el candidato a marido más destacado de la familia Hardy en este momento?”

El nombre de Erna Hardy ahora se convirtió en un tema habitual de su grupo mientras jugaba a las cartas. Bjorn miró a Peter, que estaba sentado a su lado, mientras revisaba las cartas que tenía en la mano.

“¿Conde Lehman? ¿Ese viejo todavía está vivo?” – Risitas y risas fluyeron por todas partes mientras se hacía una pregunta absurda con seriedad.

El Conde Lehman, un anciano que pronto cumpliría setenta años, quería casarse con una joven de menos de veinte años.

Bjorn arqueó levemente las cejas y se inclinó hacia atrás con sus largas piernas cruzadas. La ronda actual le iba bien y, siempre que no hubiera un giro inesperado de los acontecimientos, el ganador de esta ronda estaba claro como si ya estuviera decidido.

“Escuché que el Vizconde Hardy se reúne con el Conde Lehmann de vez en cuando. Hace unos días se dice que disfrutaron juntos de una representación de ópera. Por supuesto, Erna Hardy también se les unió.” (Noble 1)

“Oye, mientras pague un precio realmente alto, supongo que nada más importa.” (Noble 2)

“Supongo que su matrimonio sería de ese tipo, ¿eh? Si ese anciano muriera repentinamente antes de tiempo, podría vender a su hija una vez más a otro hombre rico. Supongo que un matrimonio así parece muy atractivo para el Vizconde Hardy.” (Noble 3)

La atmósfera de su juego alcanzó gradualmente su clímax, mientras los participantes intercambiaban diligentemente palabras de burla y lástima por Lady Hardy. El Gran Duque decidió dar un paso atrás mientras esperaba el momento adecuado para atacar de una vez por todas, era un juego que le bastaba para ver hasta el final después de subir las apuestas una y otra vez.

“¡Ah! Bjorn, escuché que la Princesa Gladys se tomó la molestia de visitar el castillo Schuber para encontrarse con su exmarido. ¿Terminará el verano de este año como el más caluroso en la historia de Lechen?” (Peter)

(N/T: ¡Si! ¡Ese Peter es un inoportuno…!)

Peter sonrió de una manera extraña mientras dirigía su mirada hacia el Gran Duque. Sin embargo, el sujeto del polémico tema simplemente encendió un cigarrillo ignorando por completo las miradas a su alrededor.

‘Todo el mundo vive su vida de una manera muy aburrida.’

Una vida en la que pasaban la mayor parte del tiempo hablando de los demás, la mayoría de la nobleza participa en un pasatiempo tan desagradable. Parece que el tema más popular este verano sería el negocio matrimonial de la familia Hardy y el reencuentro del anterior Príncipe Heredero y su ex esposa.

“Mi madre dijo que la Princesa Gladys había venido a Lechen con la intención de perdonar a su exmarido y reunirse con él. Es una lástima que incluso cuando una Princesa tan amable ofreció un acto magnánimo, fue ignorada como si no fuera gran cosa. Por supuesto, eso hizo que muchos nobles maldijeran a nuestro Príncipe aquí con más dureza.” (Noble 1)

“Oh, yo también escuché eso. Si una Princesa tan hermosa decidiera visitarme, probablemente me habría vuelto loco. El Príncipe Bjorn realmente vive en un mundo diferente que el de nosotros, la gente común, no podríamos imaginarnos estar.” (Noble 2)

“Por cierto, si te casas con la misma mujer dos veces, ¿necesitas celebrar otra boda? ¿Será vergonzoso para los novios hacer que los invitados asistan dos veces a la misma boda?” (Peter)

Peter preguntó con los ojos brillantes mientras miraba sus cartas con ansiedad mientras el juego parecía haber terminado finalmente. Bjorn respondió exhalando una larga bocanada de humo de cigarrillo hacia el rostro de Peter.

Peter gritó y maldijo ante las desvergonzadas acciones del Gran Duque, pero pronto se rindió y comenzó a centrar su atención en otra discusión. El nuevo tema de la mesa, que hace un momento estaba ocupado prediciendo el ganador de la última carrera de caballos y compartiendo información sobre invertir en una nueva compañía naviera, volvió una vez más al plan de matrimonio del Vizconde Hardy.

“No importa cuánto dinero necesites rápidamente, ¿no es un poco injusto vender a tu hija a un anciano que está a punto de morir?” (Noble 1)

“¿No es una apuesta que vale la pena intentar? La familia Lehman sólo tiene una hija y un hijo menor, si las cosas van mal entre el padre y sus hijos entonces toda esa riqueza pasaría a ser de Lady Hardy.” (Noble 2)

“¿Hijo? ¿Ese viejo podrá manejarse para hacer que se levante y tener otro hijo?” (Noble 3)

“Supongo que todavía tiene confianza en ese aspecto de poder comprar una novia joven a un precio alto.” (Leonard)

Leonard se encogió de hombros y dejó sus cartas. Fue una ronda bastante larga, pero aun así fue una partida con un alto porcentaje de victorias para Bjorn.

“Pobre señorita Hardy. Se convertirá en la novia de un anciano porque no pudo conocer a un hombre adecuado cuya edad fuera la misma que la de ella…” – Peter se lamentó mientras dejaba escapar un suspiro como si realmente lo lamentara.

“Ahora que lo pienso, la señorita Hardy se parece extrañamente a la Princesa Gladys, ¿no creen? Se ven diferentes, pero al final su atmósfera es algo similar.” (Noble 1)

“Ambas son bellezas que poseen un aura delicada como la de un cervatillo inocente.” (Noble 2)

Una sonrisa torcida colgaba en las comisuras de los labios de Bjorn mientras miraba a los idiotas que asentían con la cabeza.

Se dice que las crías de venado aún podían morderte con fuerza si así lo deseaban. Supuso que este grupo de idiotas necesitan experimentar eso de primera mano antes de recuperar el sentido.

“Entonces, ¿hagamos algo interesante?” (Leonard)

Mientras Bjorn elegía su siguiente mano, Leonard de repente exclamó con un tono extraño.

“Dejemos que la pobre y miserable Lady Hardy disfrute del cortejo de un joven antes de caer en el profundo pozo de la desesperación de un matrimonio sin amor con un anciano. ¿No sería un buen recuerdo para ella?” (Leonard)

“¿No la viste huir rápidamente después de que alguien le ofreciera un simple saludo? Ya intenté cortejarla enviándole flores y tarjetas repetidamente durante días, pero no me envió ninguna respuesta a mis sinceros sentimientos.” (Noble 1)

“Entonces hagamos una apuesta.” (Leonard)

Los ojos de Leonard brillaron mientras escaneaba las fichas de póquer amontonadas en la mesa de juego. Bjorn, que había estado haciendo cálculos para finalmente terminar este juego, levantó la cabeza con una ceja arrugada.

“Quien pueda conmover el corazón de la señora Hardy, gana. En otras palabras, es una apuesta sobre quién se ganará primero su favor. ¿Qué les parece?” (Leonard)

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