Capítulo 26.5 – La Peste (5)
Las lágrimas corrían por el rostro de Grey, que aún conservaba la atmósfera juvenil. Chloe le dio con cuidado el pañuelo que había estado usando y finalmente abrió la boca.
“Gracias, Grey.”
“…” (Grey)
“No te olvidaré hasta el día de mi muerte. Viviré por siempre, sin olvidar este momento cuando te arriesgaste a morir y corriste hasta este lugar y me dijiste que huyera contigo. Si me convirtiera en una anciana habladora, presumiría de ello ante las personas amables y agradecidas que me escuchan. Yo también tuve este tipo de romance. El que lo arriesgó todo para venir a confesar su amor…”
Chloe tragó saliva y sonrió con los ojos húmedos.
“Un hombre realmente bueno… Existió.”
El rostro moreno de Grey se tiñó de rojo por completo. La negativa de Chloe era notoria. – ‘¿Cómo podía ser tan amable y cariñosa incluso cuando lo rechazaba? ¿Es posible renunciar a ella y vivir?’
“El té se ha enfriado. Te lo volveré a calentar.”
Fue en ese momento, cuando Chloe, que había respirado profundamente, se levantó de su asiento y se dirigió a la estufa.
“¿Es una negativa para siempre?” (Grey)
Agarrando su hombro mientras ella se alejaba involuntariamente, Grey lloró con voz húmeda. Su precioso corazón, que ni siquiera podía tocar correctamente, fue entregado intacto a Chloe, como tocar una artesanía que temía romperse porque no podía soportar sostenerla con fuerza.
“Grey.”
Chloe se dio la vuelta lentamente y se paró frente a él con sus inestables piernas. Después de arreglar los rizos desordenados de su frente, dijo con voz baja pero clara.
“No eres tú, soy yo.”
“Yo… ¿Es porque soy humilde?” (Grey)
“No.”
Chloe negó con la cabeza con rostro límpido. Después de entrar en Thisse, la dignidad de la nobleza se había convertido en una ilusión para ella.
“¿Es así?” (Grey)
“Es porque una buena chica que puede darte toda su sinceridad sería una buena pareja para ti.”
Grey conocía el peso de las palabras de Chloe.
“No me importa nada.” (Grey)
“Seguramente es así. Pero soy el tipo de persona que no puede hacer eso.”
La chica de la que Grey estaba enamorado era alguien que respondía a su sinceridad con sinceridad. Grey se dio cuenta de que la amabilidad de Chloe podía hacerlo sentir muy triste.
“Si dependo de tus buenas intenciones ahora, tendré que vivir sintiéndome culpable contigo por el resto de mi vida. Tú que me ves así, tampoco podrás ser feliz para siempre. Porque…”
Chloe hizo una pausa por un momento antes de susurrar.
“Porque no eres el tipo de persona que puede oprimir a alguien y mantenerlo a tu lado.”
‘Nunca sabrás, y nunca aprenderás, cómo forzar los sentimientos de otra persona dentro de los suyos.’
“Le haré una última pregunta.” (Grey)
“¿Cuál es?”
“Si hubiera sido un poco más rápido… Entonces, si le hubiera confesado a la dama mis sentimientos antes de que todo esto sucediera…” (Grey)
Grey tragó saliva, sintiendo que se atragantaba. Chloe escuchó atentamente sus palabras.
“¿Eso habría hecho alguna diferencia?” (Grey)
Una cálida mirada chocó con la suya en el aire.
“¿Qué pasa si le hubiera dicho que dejara todo atrás y huyamos juntos?” (Grey)
“Ah.”
Tanto Chloe como Grey sabían cuándo era. Fue la noche en que Chloe decidió visitar al Duque Thisse, justo después de que Alice se escapara. Una noche de verano cuando el rocío de la mañana estaba sobre la hierba. Era una época en la que todavía no sabía nada sobre los planes ocultos del Duque.
“Tal vez mi respuesta hubiera sido la misma que hoy.”
Grey asintió al fin con la cara húmeda.
“Sabía que diría eso.” (Grey)
“Grey, sí… Siempre pensé que tenías una personalidad que se parecía un poco a la mía.”
“… ¿De qué manera?” (Grey)
“En términos de ser una persona que quiere proteger el mundo de otra persona en lugar de destruirlo.”
Grey se secó las lágrimas con el dorso de la mano y sonrió. Tuvo la suerte de conocer al menos una vez en su vida a alguien como la mujer que tenía delante.
“Prométame una cosa, mi Señora.” (Grey)
“¿Qué?”
Afuera, Margaret golpeó la puerta e hizo una señal. Significaba que alguien venía a ver si la Duquesa estaba bien.
“Por favor… Espero que sea feliz, mi Señora. Incluso sin mí, por todos los medios.” (Grey)
“Si. Tú también se feliz, solo recuerda esto…”
Chloe dio una voz clara mientras abría la puerta de la cabaña.
“No importa qué elección haga, significa que la pongo en práctica por mi propia voluntad.”
“…Lo tendré en cuenta.” (Grey)
“Sé feliz, Grey.”
Grey finalmente se dio la vuelta después de ver la brillante sonrisa de Chloe hasta el final. Tan pronto como desapareció entre la hierba, vio al mayordomo Paul acercarse con una caja de carbón. Chloe se paró en la dura pared de madera y respiró profundamente.
‘Con esto, he hecho todo lo que tengo que hacer en este mundo.’
****
El tren, que había estado zumbando desde Swann, estaba lleno incluso en el vagón de carga. El caballero, que estaba enredado entre la multitud en tercera clase donde la tarifa era la más barata, a primera vista parecía una persona de alto rango, pero a nadie le pareció particularmente extraño. Simplemente pensaron que debido a la prolongada huelga ferroviaria era un desafortunado aristócrata que no había podido conseguir un asiento de primera clase a pesar de que tenía dinero.
“¿Adónde va, señor?”
“A la siguiente y última parada.” (Caballero)
El caballero con el sombrero bajado respondió brevemente, y el hombre fornido sonrió torpemente.
“Ah, sí. Eso significa que el Señor vive en Thisse. La gente de la Finca Thisse estará muy emocionada con la noticia de que Su Excelencia el Duque se convertirá en Rey.”
Cuando el caballero no respondió, el hombre sentado a su lado pronto encontró otro tema.
“Estoy en el negocio de gramófonos*. Viajo por todo el Reino para hacer negocios. ¿Ha oído sobre ello, señor? Una máquina que hace música. Cuando mi madre lo vio por primera vez, se sobresaltó como si hubiera visto un demonio. Por supuesto, ahora me están rogando que traiga más música.”
(N/T: El gramófono fue el primer sistema de grabación y reproducción de sonido que utilizó un disco plano, a diferencia del fonógrafo que grababa sobre un cilindro. Asimismo, fue el dispositivo más común para reproducir sonido grabado desde la década de 1890 hasta mediados de la década de 1950, cuando apareció el disco de vinilo a 33 RPM. El gramófono fue patentado por Emile Berliner en 1887.)
El hombre estaba emocionado por su actuación y continuó.
“Ahora que la familia real, que era un dolor de cabeza, se ha estabilizado, ¿no está aquí la era de la verdadera paz? En momentos como este, lo que la gente busca es romance. Solo imagine… Poder escuchar a Julian Wyatt, quien es elogiado por su diabólico talento, en su propia casa.”
“¿Está haciendo negocios conmigo ahora?” (Caballero)
“Ups, no. Pude ver por su porte que es un oficial de alto rango. Que gente como nosotros pueda escuchar música, al menos desde un gramófono. Solo digo que sí.”
Agregó el hombre tímidamente, rascándose las mejillas regordetas con una espesa barba roja.
“Si el Duque Thisse… No, Si Su Majestad el Rey me escuchara diría que soy patético y se reiría de mí, ¿verdad?”
El tren, que atravesaba el bosque de abedules, se dirigía ahora a la última parada, la estación de Thisse. De repente, el caballero le preguntó al hombre que estaba empacando su maleta.
“¿Por qué crees que se reirías de ti?” (Caballero)
“¿No es él un hombre que hace muchos negocios que ganan mucho más dinero que esto?”
“¿Tiene la música de Julian Wyatt por casualidad?” (Caballero)
Un hombre pelirrojo con un traje pequeño a punto de explotar abrazó una bolsa pesada y emitió una voz entrecortada.
“Aún no… Es porque no hay forma de contactarlo. Fui a pedir un favor a los señores aristocráticos con los que tenía conexiones, pero solo me cerraron la puerta en la cara.”
Los ojos del hombre se abrieron de par en par silenciosamente mientras el caballero sacaba un talonario de cheques del interior de su abrigo. – ‘¿Será que realicé una ventas exitosa?’
El caballero, que sacó una estilográfica, lo miró y preguntó con voz seca, bajo del sombrero de ala ancha, el hombre que vio correctamente el rostro del caballero por primera vez involuntariamente tragó saliva seca son semblante nervioso. Era un rostro solemne, pero no había nada malo con la mirada directa, pero sus piernas temblaron.
“¿Cuánto cuesta un gramófono?” (Caballero)
“Si-siete mil quinientos Zekiels. No sabe cuánto he recorrido para alcanzar ese precio.”
“¿No sigue siendo un precio lo bastante alto como para distribuirlo a los hogares comunes?” (Caballero)
Al ver que el hombre enfatizaba fuertemente el hecho de que nunca le cobraría de más solo por el hecho de ser un aristócrata, el caballero le respondió y el hombre de barba roja mantuvo la boca cerrada.
De hecho, no mucha gente quería comprar una grabadora o un gramófono, que habían sido tratados como juguetes de niños, por el bien de escuchar música. Honestamente no podría decir que tenía que venderlo a un precio alto, aunque vendiera uno porque necesitaba dinero para que su familia viviera. El caballero miró su expresión desconcertada y anotó la cantidad en el cheque.
“También te daré la dirección de Julian, así que trata de que se reúna contigo en persona y convéncelo. Y envíame el gramófono y la música.” (Caballero)
El hombre se congeló por un momento, estupefacto por la tremenda oportunidad que le ofrecía el caballero frente a él.
“¿Ya llegamos?” (Caballero)
“Eso… ¡No puede ser, señor!”
El tren rugió y se detuvo. Después de entregarle el cheque al hombre, el caballero agregó unas últimas palabras.
“Un consejo, es mejor que tengas un poco más de confianza y fe en lo que haces. Antes de que todos los demás se apresuren y salten fácilmente sobre el camino que has pavimentado.” (Caballero)
El caballero que abrió la puerta del compartimento desapareció más rápido que nadie. El hombre, preguntándose si el caballero se estaría burlando de él, se puso rápidamente las gafas y revisó el cheque sosteniéndolo a contraluz.
“La dirección de Julian Wyatt. ¿Es esto cierto?”
Los ojos del hombre se abrieron cuando miró las letras garabateadas con excelente letra. Fue porque pudo ver la firma al lado del sello con el abedul.
[‘La casa de la familia real.
Damien Ernst Von Thisse’]
El hombre se apresuró a guardar el cheque en el bolsillo interior de su ajustada chaqueta, temiendo que alguien lo viera.
“¿No va a bajar?” (Pasajero)
Los otros pasajeros que se habían levantado lo miraron con expresión de extrañeza y le hicieron señas con los ojos. El hombre parpadeó y golpeando su mejilla con fuerza con su mano una vez. Ya fuera un sueño o la vida real, no dolía.
****
Damien se abrió paso rápidamente entre la multitud que llenaba la estación dirigiéndose al área donde se guardaban los caballos. Weiss dijo que traería personalmente a la Duquesa, pero él no podía esperar hasta entonces. Todo tenía que quedar arreglado antes de la coronación.
“No me presionen. ¿Están pensando en derribar a una anciana?” (Eliza)
Una voz aguda llegó a sus oídos. Cuando Damien giró la cabeza ante la voz familiar, vio a Eliza, que estaba un poco lejos de él. Parecía que estaba en el último tren que salía para Windsbury vía Swann.
“¡Por aquí…!” (Eliza)
Vio a Eliza sosteniendo la mano y apoyando a la persona a la que estaba sirviendo en el tren. La viejecita parecía ser una dama, que vivía en Windsbury. Gracias a la carta de recomendación de Chloe, parecía que estaba viviendo una buena vida con su familia a pesar de cometer una gran cantidad de faltas en el Castillo Thisse.
“¡Vaya con cuidado!” (Eliza)
Damien se dio la vuelta rápidamente antes de que Eliza, que estaba gritando en la nuca de la anciana dama, lo identificara. En esta situación en la que casi fue empujado por la multitud, no había nada bueno en que se descubriera su identidad.
Cuando regresó al castillo, pensó que sería una buena idea iniciar una conversación sacando a relucir la historia de Eliza. No había ninguna impresión particular de que no estuviera viviendo una buena vida. Estaba seguro de que su esposa, que tenía un vínculo particularmente profundo con los sirvientes, estaría encantada.
“¡El Tren a Windsbury partirá pronto!” (Jefe de Estación)
En medio de la multitud, el jefe de estación hizo sonar su silbato hasta que su cara se puso roja.
“¡El último tren a Windsbury vía Swann! ¡Dense prisa y suban a bordo!”
Damien salió a prisa de la estación, atravesando la multitud que caminaba. No tenía tiempo para seguir permaneciendo aquí así. La carta de Chloe que le había llegado estaba cuidadosamente doblada debajo de su ropa.
[‘Mi querido Duque
Después de que se fue, reflexioné mucho por mí misma y me di cuenta.
Que fui terca como un niña, sacrificándolo por mi dolor.
Aunque sé que es una preocupación inútil, tomé la pluma así porque me preocupaba que el Duque se perdiera algo que había estado anhelando por mi culpa.
Por favor, termine todo de forma segura y lléveme a su lado. Por favor muéstreme que el corazón de mi padre que se arrepintió de no poder enviarme al palacio no era una vana esperanza.
Es el único que puede probarme.
Te amo, Damien.
Espero sinceramente no haberme convertido en su debilidad.
De Chloe… Deseando que llegue el mundo cambiado que crearás.’]
No importaba si la carta, manchada con tinta y lágrimas, representaba su corazón sincero o un truco para llevar los papeles del divorcio a la Corte Suprema de Swann. La tarea de su vida estaba resuelta, y ahora todo lo que le quedaba a Damien era confesarse con Chloe dándole la corona de reina.
‘Para mí que me convertí en el sol de este país, ella es y será la única para siempre. Nuestros hijos ya pueden nacer sin preocupaciones.’
Debido a la personalidad de Chloe, le sería imposible olvidar por completo el pasado. Pero Damien apostó todo al hecho de que ella admitió amarlo.
Él acariciará suavemente el corazón helado de Chloe durante mucho tiempo y finalmente lo derretirá. Fue en ese contexto que mostró una generosidad impulsiva con un empresario de gramófonos que conoció por casualidad en el tren. En el dormitorio más hermoso del Castillo de las Rosas, que ahora se convertirá en el Palacio Real, mientras escuche la música apasionada de Julian Wyatt, que la cautivó, la respiración apasionada hará estallar sus pequeños labios.
Incluso si el comienzo fue equivocado, era imposible hacer que los recuerdos que tenían juntos desaparecieran. Significa que no podían negar los momentos en que intercambiaron miradas afectuosas y el momento en que expresaron sinceridad mezclada con deseo.
‘Chloe, tú y yo podemos empezar de nuevo ahora.’
El bosque de abedules, lleno de árboles desnudos de color marrón grisáceo asomó la cabeza. El tren tocó la bocina con fuerza y comenzó a moverse hacia el sur, emitiendo humo negro. Una sonrisa se dibujó en el rostro de Damien mientras se alejaba rápidamente en dirección opuesta al tren.
•❅──────✧❅✦❅✧──────❅•
Anterior | Novelas | Menú | Siguiente |