Capítulo 138
Haeldon, atrapado en confinamiento solitario, seguía pensando. Escuchó que Isela y el Marqués de Frillit también fueron arrestados, pero ahora él estaba detenido en una prisión imperial, por lo que se le había bloqueado el contacto con el mundo exterior.
Pensó que le tomaría algún tiempo al Barón Ishid hacer estallar algo, pero no sabía que sería arrestado tan rápidamente.
Todos fueron puestos en aislamiento, por lo que no podían hacer nada desde la prisión imperial.
‘Menos mal que los rebeldes se apresuraron.’
El plan era asesinar esporádicamente al Emperador, que estaba enfermo en cama mientras los rebeldes se levantaban y de alguna manera asesinaban a Jade fuera del palacio, y así Haeldon planeaba convertirse en el único sucesor al trono… Pero no esperaba ser sospechoso en esta etapa temprana.
El Baron Ishid no podría haberlo nombrado. Era difícil saber cuándo y cómo el Ducado de Cercius pudo interrogarlo tan rápidamente y conseguir tanta información.
Podrá ganar algo de tiempo ya que Jade estará en el campo de batalla.
Si Jade no regresa al palacio por mucho tiempo, la Emperatriz, que no puede tomar buen cuidado de los asuntos políticos, puede verse obligada a liberarlo por ahora.
Los investigadores no serán capaces de revelar pruebas que han sido presentadas por el Duque de Cercius. Si eso sucede, la gente de Haeldon que ocupa el palacio podría deshacerse de ellas rápidamente y de los pocos los investigadores imperiales que están fuera de su jurisdicción.
Como era una prisión imperial donde se alojaba un miembro de la familia imperial acusada, las comidas estaban bien y todas las pertenencias como una daga para defensa personal estaban permitidas.
No estaba incómodo excepto por un pequeño calambre.
Nunca pensó que Jade sería tan fuerte en la batalla, dado que tardó cinco años en deshacerse de los piratas, Haeldon estaba trabajando duro.
“Oh, Príncipe.”
Así que una noche cuando llegó el Inquisidor, Haeldon lo saludó con una mirada relajada.
“¿Hay algo más que quieras preguntar? Estoy siendo tratado injustamente.” (Haeldon)
Él insistió consistentemente en que no sabía nada. La nota entregada por el Barón Ishid era suficiente para alegar manipulación.
“No podría haber hecho eso. Estoy satisfecho con mi puesto como Jefe del equipo de investigación médica. Definitivamente es un montaje. Pensé que el Príncipe Heredero y yo éramos buenos hermanos, ¿no es así?” (Haeldon)
El inspector parpadeó un momento y sacudió la cabeza.
“No, no se trata de eso…”
“¿Entonces?” (Haeldon)
“Creo que tendrá que asistir a un juicio en la corte mañana.”
Haeldon frunció el ceño. Si es un juicio imperial, la familia imperial estaba enjuiciado a un aristócrata, tal cosa no sucedía a menudo.
“¿Qué está pasando? ¿Quién en el mundo llevó a cabo tal juicio?” (Haeldon)
“La Emperatriz.”
Mirando la expresión absurda de Haeldon, el investigador continuó con su discurso.
“Hace unos días, la Emperatriz pidió que arrestaran a la señorita Lise Estelle. Resulta que la Srta. Lise es una noble, no una plebeya. Así que Su Majestad ha cambiado el procedimiento a un juicio imperial.”
“… ¿Qué? ¿Una Noble?” (Haeldon)
Cuando la chica plebeya que lo había humillado en la competencia de caza salvó a Jade incluso del incidente terrorista de la torre, él estaba tan disgustado y solo descargó su ira tan pronto como se enteró de la receta de Isela.
Esto se debe a que no era nada difícil castigar incluso a un plebeyo haciendo una cargo brusco. La orden fue tan rápida y era un pedido tan pequeño que se le había olvidado…
‘¿Corte imperial? …Las cosas se salieron de control.’
“Sí, ella es la hija que el Vizconde Arga Ferelman estaba buscando.”
Haeldon abrió la boca con asombro. – “¿Qué?”
Cuando Jade nació, Haeldon no tuvo más remedio que ver como el asiento del próximo Emperador le era arrebatado de las manos. Por lo tanto, intentó liderar con éxito incluso al equipo de Investigación Médica Imperial. Sin embargo, siempre fue empujado atrás por Arga, un raro genio que estaba dirigiendo algunas investigaciones.
Solo quería limpiar el desorden que bloqueaba su camino.
En particular, Arga, que tenía más o menos su misma edad, tenía una apariencia hermosa y una gran habilidad reconocida, y como la mayoría de los hombres de esa edad, estaba casado. Tenía a Zion como su esposa, a quien tenía en su corazón.
Cuando se enteró que tendrían un hijo después de dos años, estaba celoso de que Arga no estuviera solo.
Mientras tanto, se le confió que su hija interferiría con su futuro. Por eso decidió deshacerse de ella.
El Baron Ishid, Roman, a quien le ofreció el Ducado de Cercius como cebo, decidió ayudarlo. Así que le dijo que se deshiciera de la hija de Ferelman, pero en secreto, como Zion estaba a punto de dar a luz podría decorarlo como si hubiera muerto.
Quería que Arga se convirtiera en un estorbo porque todo se arruinó por culpa del embarazo de Zion, del cual él estaba tan feliz. Pero Zion se dio cuenta y se escapó, por lo que su hija desapareció.
De todos modos, él estaba satisfecho con el hecho de que Arga tuvo que dejarlo todo y buscar a su hija…
“Ja, ja, ja… Ella es… ¿ella es su hija?” (Haeldon)
La visión de Haeldon se mareó y apoyó la cabeza contra la pared y cerró su ojos.
‘Salvó a Jade de la torre de observación.’
‘Era ridículo que el maldito oráculo* finalmente pareciera encajar.’
(N/T1: Anteriormente se tradujo como fideicomiso o Bendición, pero la traducción correcta es ‘Oráculo’, igualmente es posible que usemos ambos dependiendo del contexto.)
(N/T2: Si ya se olvidaron de que trataba el oráculo / bendición pueden leer el Cap. 122. Pero, en resumen: ‘Solo por la hija de Ferelman, todo lo que él soñó saldría mal…’)
Se preguntaba si todo esto era el resultado de la pérdida de suerte al contar el contenido del oráculo por parte de la gitana estafadora, quien decía que era buena usando magia.
“De todos modos, es por eso por lo que mañana temprano habrá un juicio imperial. La acusación fue emitida por la Emperatriz, pero usted es quien realmente lo procesó, por lo que debe asistir. Lo recogeré mañana entonces.”
Las cosas estaban yendo completamente diferente de lo que pensaba Haeldon.
****
“¡Señorita Lise!” (Jensi)
El camino a la justicia estaba lleno de actividad.
Tan pronto como bajó del carruaje, había una persona que estaba feliz de acercarse a ella. Era la Princesa Jensi con un elegante vestido.
“Quería darte las gracias por reunirte conmigo en persona, pero funcionó muy bien. Viniste corriendo justo después de escuchar las noticias.” (Lise)
Lo que le pedí a Diel que hiciera fue enviar una paloma mensajera desde la posada al palacio de la Princesa Jensi. Y ella, que tenía una deuda conmigo, la aceptó gustosa.
“Nunca pensé que harías que el tratamiento para la enfermedad de la piel fuera gratuito.” (Jensi)
“Bueno, esto es normal.” – Respondí con una sonrisa.
Como recibí 1,5 millones de monedas de oro del Barón Ishid, fue mucho más rentable incluso si lo distribuyera gratuitamente.
“Después de eso, hubo un estafador que vendió la misma cura a un precio tremendo. Si no fuera por Miss Lise, muchos habrían perdido parte de su fortuna.” (Jensi)
“Lo veo.”
‘Dado que el estafador está ahora tras las rejas en el Ducado de Cercius, no tengo nada que decir.’
“Por cierto, escuché las noticias de camino aquí. ¿Dicen que encontraste a tus padres biológicos?” – La Princesa Jensi preguntó con una gran sonrisa en su rostro.
“Sí, fue por casualidad.”
“Pensé que irías al Ducado de Miles después de renunciar, estoy apenada. Es demasiado desperdicio ser el médico de un Duque. Y si te atrapa un chico malo, huir era la respuesta.” (Jensi)
“Oh…”
El rostro de Erhan, que tenía una expresión feliz se endureció después de esas palabras inesperadas.
“… Si, es un desperdicio de mi habilidad.” – Asentí con la cabeza y agregué por ahora. – “Pero decidí aceptar al chico malo porque es puro.”
“Bueno. Ya veo.” (Jensi)
No fue hasta que verifiqué que la cara de Erhan estaba relajada nuevamente que me relajé un poco. Parecía estar poco en desacuerdo sobre ser llamado un ‘chico malo.’
No me he sentido muy bien desde que escuché la conversación entre Erhan y Diel la última noche. Por supuesto que él estaría nervioso porque mi padre lo rechazaba constantemente.
Estaba un poco apenada al pensar en su tono tranquilo, diciendo que mi familia era más preciosa para mí.
Después del juicio, sentí que tenía que ser más activa en el arbitraje sin importar cuánto mi padre se volviera loco.
“Por cierto, siento un poco de pena por Jade. Ahora que el estado de Miss Lise ha cambiado, podría haber sido golpeada* con la misericordia del Príncipe Heredero.” (Jensi)
(N/T: Es como decir que podría ser abordada o cortejada por…)
La Princesa Jensi continuó con una mirada de arrepentimiento.
“Bueno, no estoy arrepentida de no ser la Princesa Heredera.” – Corregí sus palabras rápidamente.
“Ese es el caso también. Por cierto, vine apurada porque había un juicio, pero ¿Que está pasando aquí? No hay forma de que la señorita Lise pudiera haber cometido un error en la prescripción. ¿Cuál es el problema con Haeldon e Isela?” (Jensi)
“Oh, es por eso… Princesa. Tengo un favor que pedirle.”
“¿Qué es?” – La Princesa Jensi preguntó con ojos brillantes.
“Voy a hacer una declaración que no tiene nada que ver con el juicio de hoy. ¿Puedes darme una oportunidad para hablar entonces?”
“Oh, por supuesto. No te estoy pidiendo que entierres sus pecados, ¿por qué bloquearte cuando dices que vas a anunciar algo? No te preocupes y di lo que quieras. Hay mucha gente, por cierto. Supongo que es porque ha pasado mucho tiempo.” (Jensi)
Afortunadamente, La Princesa Jensi aceptó gustosamente mi pedido.
“Gracias.”
Tan pronto como llegué a la capital, le pedí a Diel que dejara entrar a la mayor cantidad de gente posible durante el juicio imperial.
Diel fue eficaz al reunir a los nobles y parientes de la capital movilizando varias conexiones en la parte superior de Ferelman.
En medio de un ambiente tan bullicioso, un juicio de la corte imperial se llevaría a cabo después de mucho tiempo.
“Entonces, hasta luego. Incluso si te ayudo, si haces algo que no le gusta al Imperio, siempre debes dejar de lado al Ducado de Miles.” (Jensi)
Jensi entró en la entrada donde solo la familia imperial podía entrar y se despidió brillantemente.
“Sí, te veré más tarde.” – Respondí con la cabeza baja.
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