Episodio 136
‘¡Maldita sea! ¡Mierda…!’ (Horeom)
Horeom se dio cuenta de que todo lo que había construido se había derrumbado. Ahora no había vuelta atrás. Entonces, quiso hacer de Ashtarte su compañera de muerte. Pero incluso eso falló.
Horeom se arrastró en busca de la daga que había volado con él.
“Sería mejor que ni siquiera sueñe con morir fácilmente, Sumo Sacerdote, Horeom Warget.”
La voz de quien lo miró con la intención oculta de matarlo se apoderó de su mente.
‘Si me atrapan, no podré afrontar una muerte cómoda. Es mejor elegir la muerte por voluntad propia antes de que eso suceda.’ (Horeom)
Con su pesado cuerpo, Horeom recogió la daga que había caído al suelo, la levantó hacia el cielo y trató de hundirla en su cuerpo.
“¿Qué estás haciendo ahora?”
Obviamente pretendía hacer eso. Si tan solo Isaiah no hubiera agarrado la hoja con sus propias manos y derramado su sangre. El punto donde apuntaba el borde afilado de la hoja había sido su corazón, no la palma de Isaiah.
“Déjame ir. ¡Suéltala!” (Horeom)
No importa cuánto trató Horeom de sacarlo, Isaiah no lo dejó ir fácilmente.
“…Sumo Sacerdote. No. Ahora, no puedo llamarlo Sumo Sacerdote.”
Horeom escuchó la voz baja de Isaiah e hizo contacto visual con él.
“Horeom Warget. Tendrás que vivir para pagar por todos los pecados que has cometido durante tu vida.”
“Ah… ¡Ahhhh!” (Horeom)
“Nunca dejaré que escapes a la muerte.”
Las llamas de la ira ardían en las pupilas del misericordioso Isaiah. No soltó la mano que sostenía la hoja, incluso si le corta la mano.
Al verlo como nunca lo había visto antes, Horeom quitó la mano de la daga y se derrumbó en el suelo. <imreadingabook.com> Con ojos temblorosos, Horeom, que nadaba en busca de un lugar para escapar, encontraron a Lion mezclado con la multitud.
Lion inclinó la cabeza en ángulo y abrió la boca muy lentamente. Por supuesto que no podía escucharlo porque estaba lejos, sin embargo, no fue difícil leer la forma de su boca porque hablaba lentamente como si quisiera que él leyera sus labios.
Siguiendo el movimiento de su boca, Horeom escupió palabras por palabra.
[“17…avo… verso… de… las… Escrituras… de… Sensiberian… Tus… pecados… te… encontrarán.”]
Horeom cayó al suelo como si hubiera perdido la esperanza.
Ashtarte lo miró por última vez desde lejos, cerró los ojos y miró hacia el cielo.
Fue el momento que puso fin a una larga y prolongada guerra.
****
Loena y Verónica, que corrieron hacia el lugar del juicio sin siquiera respirar, se encontraron en ese momento con la escena en la que Horeom se precipitaba hacia Ashtarte.
Loena ni siquiera pudo gritar porque se estaba ahogando, y todo lo que pudo hacer fue estirar sus brazos hacia su encantadora Princesa.
(N/T: Me duele el corazón por Loena.)
“¡Ahhhhhhh!”
“¡El Sumo Sacerdote está loco! ¡Apuñaló a alguien!” (Ciudadano)
“¡Ese no es un sacerdote, es un asesino que mata gente!” (Ciudadano)
Fue aterrador. El miedo cubrió los ojos de Loena y ella cerró los ojos por reflejo. – ‘Dijeron que Horeom apuñaló a una persona. Tengo que abrir los ojos. Necesito asegurarme de que la Princesa está a salvo.’
‘Abre tus ojos. Tienes que despertar y encontrar a la Princesa. ¡Abre los ojos, Loena Yeres!’
Sin embargo, a diferencia de su corazón, sus ojos fuertemente cerrados no se abrieron incluso después de mucho tiempo. Loena se despertó cuando el lugar se quedó en silencio.
‘Por qué está tan callado ¿Qué vieron las personas que huyeron gritando así sin ni siquiera respirar?’
“… Aaah.”
Cuando por fin sus ojos se abrieron, lo que llenó su visión fueron las figuras de Ashtarte de pie iluminada por la luz y a Horeom tendido a la distancia.
“Ah… Princesa…”
‘Gracias a Dios… Me alegro mucho de que no te haya hecho daño.’
Loena se cubrió la boca con ambas manos. Las lágrimas que brotaban sin parar cayeron sin control.
<“Loena. ¿te convertirías en la hermana mayor de Ashtarte?”>
Una voz suave voló sobre los oídos de Loena. – ‘¿De dónde viene la voz?’
“La Emperatriz…”
<“En mi nombre, que me iré algún día… Quiero que cuides de este niño para que no crezca en la soledad.”>
“¿Irse?… ¿Por qué está diciendo eso? Además, convertirme en la hermana mayor de la Princesa… Es descarado de mi parte. Su Majestad continuará protegiendo a la Princesa, por lo tanto ¿cómo puedo hacer yo eso?”
<“Te lo pregunto porque eres la hija de Gwen. Es algo que solo tú puedes hacer.”>
“…Comprendo. ¿Cuánto tiempo la protegeré si me quedo al lado de la Princesa?”
En sus ojos, cada vez más borrosos por las lágrimas, Loena vio las alas blancas desplegadas detrás de la espalda de Ashtarte.
<“…Hasta que este niño huya de este mundo.”>
Ashtarte quedó libre y parecía que huiría de inmediato. Y parecía que volaría muy lejos donde nadie pudiera encontrarla.
En un abrir y cerrar de ojos, lágrimas brotaron de sus ojos, su visión se aclaró y Ashtarte ya no tenía alas, ella estaba simplemente mirando hacia el cielo en silencio.
“Su Majestad la Emperatriz… ¿Está viendo a la Princesa…?”
La mujer a quien admiraba siempre decía que quería que la niña fuera feliz… solo tiene que ser feliz. Ese era el sueño de Rebecca, y también era el sueño de Loena.
“La Princesa voló alto…”
A un lugar donde todas las personas del Imperio la admiraban, rodeada por la Familia Imperial. <imreadingabook.com> Era la vista que había anhelado ver antes de morir.
Loena fue testigo de la escena y bajó la cabeza debido a emociones encontradas.
“Levanta la cabeza.” (Gwen)
Entonces sintió un peso en su hombro izquierdo y una voz familiar la obligó a levantar la cabeza.
“¡Ah, Padre!”
Era el padre de Loena, Gwen.
“¿No es eso lo que Rebecca quería ver? Tenemos que verla en su nombre.” (Gwen)
“Ah, padre…”
Gwen le sonrió. Las finas líneas alrededor de sus ojos, que aumentaron gradualmente con el tiempo, se hicieron más perceptibles.
“… Debemos tener presente este momento.” (Gwen)
Gwen miró a Ashtarte con ojos tristes por alguna razón.
“…Sí.” – Loena respondió con voz llorosa y lo siguió, volviendo su mirada hacia Ashtarte.
Las nubes oscuras se desvanecieron y una luz clara iluminó el lugar del juicio y repentinamente un viento sopló entre ellos. Era como si se escucharan desde algún lugar una voz suave diciendo: ‘Gracias.’
Verónica sacó el collar con el medallón que había escondido en su blusa y lo sostuvo, mirando fijamente a Ashtarte parada a la distancia. Después de un rato, abrió el medallón y miró la imagen que había dentro.
“Izelia…”
Era una foto de Izelia, su amiga cercana y Sacerdotisa Adjunta de Florence, sonriendo alegremente.
Verónica volvió a sostener el collar con fuerza y se arrodilló en el suelo.
“Izelia… Esta hecho…”
A lo lejos, vio la figura de Horeom, que estaba acostado entre las piernas de la gente que se habían detenido. Por alguna razón, su cabello era escaso y sus ojos incluso parecían dibujarlo como una persona a punto de morir.
Fue la última apariencia del que una vez fue llamado el Sumo Sacerdote de Florence.
“Todo ello… se acabó, Izelia. Su Alteza la Princesa lo logró… ¿Cuánto tiempo has estado esperando que llegara este día?”
“Lo siento. Esperaste mucho tiempo…”
Después de que Izelia falleciera tan fugazmente, vivió para limpiar su nombre. Su objetivo fue sólo ese. Solo por eso, fue al Palacio de la Emperatriz por su cuenta y conoció a Ashtarte.
Era una escena que nunca habría visto si hubiera estado sola.
“Gracias Princesa… Muchísimas gracias.”
Verónica lloró en voz alta en medio del murmullo sintiendo como si la pesada carga de su corazón hubiera sido quitada y el lado de su pecho que estaba vacío se sintió aliviado, y una sensación muy extraña vino una tras otra. <imreadingabook.com> Pero una cosa que podía decir con certeza es que nunca se había sentido tan agradecida con nadie. Nunca había sentido una alegría tan pura.
Ese hecho sucedió hoy, por primera vez en su vida.
“Nunca olvidaré esta gracia, incluso después de mi muerte…”
Verónica solo pudo inclinar la cabeza ante lo sublime y decir gracias.
Entonces no pudo levantar la cabeza por mucho tiempo frente al rayo de luz que la salvó.
****
“Sumo Sacerdote. No… Horeom Warget, levanta la cabeza.” (Orwen)
Orwen y Ashtarte pronto se acercaron a Horeom, quien miraba al suelo en vano como si el mundo se hubiera derrumbado. Horeom levantó la cabeza muy lentamente ante la voz que lo llamaba.
Orwen, que miró sus ojos muertos durante bastante tiempo, abrió la boca con solemnidad.
“No puedes evitar ser culpado por tratar atrevidamente de dañar a la Princesa frente a Jim.” (Orwen)
“…”
“¿Es porque estás reconociendo tus pecados que intentaste poner la punta de tu daga en Ashtarte?” (Orwen)
“…”
“¡Respóndeme!” (Orwen)
“…”
A pesar del continuo cuestionamiento de Orwen, Horeom simplemente no abrió la boca y lo miró estúpidamente. Los ojos borrosos de Horeom se movieron impotentes y se dirigieron a Ashtarte.
“Ohh, ¿está loco?” (Ciudadano)
“El Sumo Sacerdote está realmente loco.” (Ciudadano)
“Ese sacerdote loco todavía nos ha estado engañando…” (Ciudadano)
“Un momento… Entonces, ¿eso significa que la Princesa Ashtarte no es la Oscuridad…?” (Ciudadano)
“¡Dices eso ahora! ¿Incluso dices esas palabras cuando la ves sanando las heridas de Su Majestad?” (Ciudadano)
La gente del Imperio, que estaba observando la condición de Horeom, rugió. Después de otro momento de silencio, Horeom escuchó un murmullo y de repente comenzó a hablar como un loco.
“¡Bastardos estúpidos e incompetentes! ¡Yo no tengo la culpa! ¡Un día se arrepentirán de no haber obedecido mi voluntad!” – Horeom levantó la vista y golpeó el suelo con un grito. Ahora estaba cegado por la ira y parecía estar loco.
Miragen y Noah se tragaron la risa al mismo tiempo, sin importar quién lo hiciera primero.
“¿Que…?” – Noah apretó sus manos temblorosas. Sintió que se estaba volviendo loco porque quería volar esa cara desvergonzada de inmediato.
“Horeom Warget… Jim preguntó si admites tus pecados.” (Orwen)
“¡No hice nada malo!”
“Ruidoso.” (Orwen)
Los fríos ojos de Orwen observaron las manos de Horeom cuando tocaron el suelo.
“Noah Florence. Córtale las muñecas a Horeom Warget.” (Orwen)
“… ¡Si, Su Majestad! Tomo su orden.” (Noah)
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