Episodio 35.
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Miragen no miró hacia atrás ni disminuyó la velocidad hasta que salió del Palacio de la Emperatriz, solo miró hacia adelante y caminó.
Junto a él, Kayle, que sonreía una y otra vez, dijo: “¡Qué tipo de reacción tendría el Sumo Sacerdote si se enterara!… Pero no sabía que el Palacio de la Emperatriz fuera tan antiguo”
Sin embargo, Miragen no agregó ningún comentario que estuviera de acuerdo o en desacuerdo con los comentarios de Kayle. Simplemente caminó sin comprender, como un hombre cuya mente se hubiera distraído.
‘Por qué…?’ – Miragen estaba pensando en los ojos de Ashtarte que acababan de mirarlo.
Pensó que era como una pequeña luz de estrella flotando en medio del día. También pensó que la luz de las estrellas era muy bonita. Pero… ‘Sus ojos han cambiado.’
Era muy diferente de la forma en que lo miró hace apenas una semana. En ese tiempo… La luz de las estrellas que lo miraba claramente contenía un ‘amor’ indescriptible. En esos ojos que lo miraban, había un ‘sentimiento agradable’ sobre sí mismo.
‘Pero ¿por qué ahora?’
‘En los ojos que me miraban no había nada… No sentí ninguna emoción.’
Insensibilidad, tal vez apatía*. Ella miró a Miragen y no sintió nada. Los mismos sentimientos afectivos de antes, la tonta idea de querer ser amada. No había absolutamente nada. Como si hubiera matado todos sus sentimientos por él en esa semana.
(N/T: *Estado de desinterés y falta de motivación o entusiasmo en que se encuentra una persona y que comporta indiferencia ante cualquier estímulo externo.)
Un dolor familiar bajó por su pecho. Era el dolor que había perseguido a Miragen durante la última semana. Pensó que sería un poco mejor cuando Ashtarte regresara, pero incluso después de verla regresar a Florence, el dolor no desapareció.
Miragen se detuvo y cerró los ojos con fuerza, con la esperanza de que, si cerraba los ojos, mejoraría.
“¿Su Alteza?”
“¿Se siente enfermo?”
Kayle y Ashton, que caminaban detrás, se detuvieron de repente y luego se acercaron a él con preocupación, pero Miragen los ignoró.
“…”
Mientras cerraba lentamente los ojos, dos brillantes luces de estrellas que se parecían a Ashtarte aparecieron en la oscuridad total.
‘Donde quiera que vaya… Siempre me estás persiguiendo. Estoy empezando a pensar que tal vez es demasiado tarde para dar marcha atrás… Ashtarte.’
Pensó que tal vez nunca lo volvería a mirar con los mismos ojos que ese día. Y el dolor punzante en su pecho nunca desaparecería.
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El Gran Salón del templo de Asmodeus, ubicado no lejos del Palacio Principal, era el hogar del Sumo Sacerdote de Florence, Horeom Warget y fue construido exclusivamente para el Sumo Sacerdote y su sacerdotisa asistente.
Como era un lugar al que nadie podía entrar excepto una persona con autorización, también era un lugar en el que cualquier sacerdote de Florence quería poner un pie.
“Sumo Sacerdote.”
Una mujer de mediana edad con un velo blanco revoloteando, entró con confianza en la sala de oración, donde había una atmósfera desconocida y la oscuridad acechaba.
Horeom, que estaba arrodillado en el suelo y rezando con las manos juntas, se levantó lentamente de su asiento. Luego se dio la vuelta y dio un paso más cerca del visitante que lo buscaba.
“¿Estás aquí?”
Horeom saludó al invitado con una sonrisa.
“Tengo un asunto urgente del que informar, así que acudí a usted rápidamente.”
“¿Eh? ¿Qué está pasando?”
“Los Príncipes se han movido.”
Los ojos de Horeom se entrecerraron ante las palabras serias de la mujer que parecían probar que era una historia importante, e incluso la sonrisa en sus labios desapareció.
“¿Quieres decir que finalmente pusieron un pie en el Palacio de la Emperatriz?”
“¿Qué debo hacer ahora?”
“No te preocupes. No tienes nada de qué preocuparte.”
“¡Pero yo…!”
La mujer se tambaleó, como si estuviera siendo perseguida por una bestia salvaje, como si apenas pudiera permitírselo, trató de mencionar el grave hecho que estaba por atravesar, pero cuando vio la mirada fría de Horeom, cerró la boca.
“¿De qué estás tan asustada?” – Horeom volvió a poner una buena sonrisa en su rostro.
La mujer se secó el sudor frío que le corría desde sus sienes a sus pómulos.
Por fuera, parecía un sacerdote gentil y amable, pero la mujer sabía muy bien que él no era ese tipo de persona.
“¿No fuiste tú quien dijo que debemos aislar la Estrella de la Oscuridad para proteger a Florence?” (Sacerdote)
“Sí es cierto. Incluso ahora, ese pensamiento no ha cambiado. Protegeré este país donde nací y crecí.”
“¿Pero entonces, porque estás tan asustada?” (Sacerdote)
<’¡Glup!’> – La mujer tragó saliva seca por su cuenta.
Se le ocurrió que las cosas estaban cambiando. Los Príncipes comenzaron a mostrar un poco de interés en la siniestra Princesa a quien habían estado ignorando durante los últimos 10 años. A menos que ese interés sea una emoción única que pronto se desvanecerá.
“¿Tienes miedo de que el Príncipe Heredero te descubra tarde o temprano?” (Sacerdote)
La mujer tembló suavemente.
Al darse cuenta de lo que ella temía, Horeom torció los labios como si incluso la reacción fuera absurda.
“¿Estableciste una cantidad ridícula como presupuesto para el Palacio de la Emperatriz? Ha pasado bastante tiempo desde eso…”
(N/T: Y de seguro que se quedo con el dinero…)
“¡Eso, eso!”
Horeom sonrió y se acercó a la mujer.
“¿A dónde fue tu espíritu cuando hiciste eso arbitrariamente?” (Horeom)
La despiadada mano de Horeom, extendiéndose, quitó el velo de la mujer.
“¡Doncella Principal!” (Horeom)
Cuando el velo ondeante cayó al suelo, una sonrisa astuta de satisfacción se dibujó en el rostro de Horeom.
“Te lo dije, no tienes que preocuparte.” (Horeom)
“Pero la evidencia permanece sobre la mesa del presupuesto…”
“Yo me encargaré de eso, así que no te preocupes y regresa al palacio.”
“…”
La doncella todavía estaba ansiosa, por lo que no podía dejar su lugar de inmediato y dudó. Pero pronto se decidió y se dio la vuelta sin arrepentirse. No había falla en lo que dijo el Sumo Sacerdote Horeom, entonces, incluso si estaba ansiosa, no tenía más remedio que creer.
“Oh… ¿Cómo está la Princesa Amaryllis estos días?” (Horeom)
“Su Alteza la Princesa está como siempre.”
“Jaja, ¿es así? Si ves algo sospechoso, infórmelo de inmediato.” (Horeom)
“Por supuesto. Todo por el bienestar de Florence.”
Después de inclinarse levemente, la doncella recogió el velo caído y salió de la sala de oración.
A pesar de que una persona había salido, la atmósfera era completamente silenciosa, Horeom movió sus pies con retraso y sus pasos estridentes fueron directamente hacia un destino sin dudar.
<’¡Tap, tap. Tap!’>
Horeom, que finalmente había llegado a su destino, abrió la enorme puerta sin demora.
Tal vez las bisagras fijas estaban bien engrasadas porque la puerta se abrió silenciosamente sin hacer ningún crujido. La habitación era tan espaciosa que no había problema incluso si una fila de personas estaba ocupada moviéndose, y la habitación estaba llena de libros.
“Ashtarte Florence…”
Horeom miró los libros que llenaban la pared. Su mirada se detuvo en el lugar donde estaban los libros alineados con los nombres ‘Magia Negra, Llamada el Reino de los Dioses’ o ‘Alquimia Prohibida’.
Entre los sacerdotes que adoraban a los dioses, las libros que tenía el Sumo Sacerdote que los representaba eran solo aquellos que eran siniestros.
“La que había estado viviendo como una rata muerta hasta ahora está a punto de salir al mundo.”
De repente, Horeom apretó los dientes, odiaba cuando los planes salían mal en lugares inesperados.
De repente, Horeom miró el emblema del traje que llevaba puesto. Los dos soles y la luna cruzados uno al lado del otro eran el símbolo del Estado Sagrado de Sansiberian y el símbolo que indica que él es el Sumo Sacerdote.
“¿El festival sagrado será pronto?”
El Festival Sagrado, que se lleva a cabo en un gran ciclo de cinco años, era un festival en el que tres Sumos Sacerdotes de alto rango que representan al Reino Sagrado purifican el mal que llegará a Florence con energía divina. También era un evento para mostrar que los dos países aún mantienen relaciones amistosas.
“Creo que debemos aumentar la conciencia sobre Amaryllis.”
Horeom agarró el emblema que colgaba de su pecho, lo arrancó y arrojó y luego comenzó a reírse con fervor.
El emblema desgarrado rodó por el frío suelo y se detuvo frente a una pila de libros desordenados.
Parecía que había leído mucho en algún momento, y las densas notas y marcadores llamaban la atención entre las estanterías abiertas. Pero ahora, como para demostrar que no le importaba, se podía ver el polvo amontonado sobre un texto que él mismo escribió.
‘Homunculus.’
Nameless: El término homúnculo (del latín homunculus: ‘hombrecillo’); es el diminutivo de «hombre» y se usa frecuentemente para ilustrar un arcano importante en alquimia. En el sentido hermético, es un actor primordial incognoscible, puede ser visto como una entidad o agente. El término homúnculo se usa también comúnmente para describir una figura humana distorsionada dibujada para reflejar el espacio sensorial relativo que nuestras partes corporales representan en la corteza cerebral.
Qué opinan… ¿Sera nuestra querida Princesa Imperial Amaryllis un homúnculo? ¿O es que quiere crear homúnculos por alguna motivo?
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